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Una guerra espiritual es una batalla constante del bien contra el mal, Dios contra
Satanás. Debido a que toma lugar en el ámbito espiritual y no en el físico, puede ser fácil
de ignorar, pero el resultado de cada pelea puede tener consecuencias eternas. Para
combatir una guerra espiritual, debes comprender la naturaleza de la batalla, las armas,
las herramientas defensivas que tienes a tu disposición y los tipos de ataque que
anticipas que enfrentarás.
Parte 1
Comprender la batalla
2 Confía en el poder de Dios. Solo con el poder de Dios puedes esperar ganar contra el
enemigo. Para confiar en Dios, tienes que aceptar la salvación que Cristo te ofrece.
También debes entender que cada victoria le pertenece a Dios.
Cuando reprendas al diablo, debes hacerlo en el
nombre de Jesús y con confianza en la autoridad de Dios
sobre el mal. Incluso el arcángel Miguel dijo: “El Señor te
reprenda”, cuando peleó contra el diablo por el cuerpo de
Moisés (S. Judas 9). Si incluso los ángeles deben confiar en
el nombre de Dios para reprender al diablo, no resulta
sorprendente que los cristianos deban confiar en el nombre
y poder de Cristo para hacerlo.[2]
También es importante comprender que el nombre el Cristo no funciona por sí solo.
Es tu relación con Cristo, como cristiano, en la que debes apoyarte.
En Hechos 9:13-16 se describe la historia de los siete hijos de Esceva, quienes
utilizaban el nombre de Jesús para ahuyentar a los espíritus malignos sin poseer una
relación sólida con Cristo. Un día, un espíritu maligno se resistió y los dominó porque
colocaron su fe en el aspecto equivocado del proceso. Simplemente utilizaban el nombre
de Jesús, pero no lo conocían realmente
Parte 2
Colocarte toda la armadura de Dios
5 Toma el escudo de la fe. En Efesios 6:16 también se instruye que, sobre todo,
debes tomar “el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego
del maligno”.
La fe es algo absolutamente imprescindible
cuando combates una guerra espiritual. Como un
escudo, la fe te puede proteger en contra de lo que por
el contrario serían ataques lacerantes del enemigo.
Cuando Satanás intente decirte mentiras sobre Dios,
recuerda mantener tu fe en que Dios es bueno y que
tiene buenos planes para ti, etc.
Parte3
Pelear contra las armas del enemigo