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Ateroesclerosis
La acumulación de material graso (placas) en las paredes de los vasos
sanguíneos provoca ateroesclerosis. A medida que este estado avanza se
produce la incorporación de calcio (calcificación) en las ateroescleróticas, lo cual
deriva en un detrimento de la elasticidad de los vasos afectados y un mayor
riesgo de formación de coágulos en la sangre, la típica causa de un ataque al
corazón o un derrame cerebral.
Un estudio poblacional halló que las mujeres posmenopáusicas con calcificación
de los vasos sanguíneos presentaban un aporte inferior de vitamina K que
aquellas sin calcificaciones.
Son necesarios más estudios para evaluar el potencial emergente de la vitamina
K como inhibidor de la calcificación de los vasos.
Hemorragias
Los bebés nacen sin ninguna bacteria en los intestinos y no reciben suficiente
vitamina K de la leche materna hasta que su organismo es capaz de producirla.
Por ello, en muchos países europeos y en Estados Unidos se les da vitamina K
a todos los recién nacidos justo después del parto para prevenir una posible
enfermedad hemorrágica (especialmente en el cerebro).
Recomendaciones para el
consumo
Mientras que algunas autoridades sanitarias europeas no han establecido un
valor para el aporte recomendado de vitamina K, debido a la falta de información
sobre su necesidad, otras en Alemania, Austria y Suiza, han recomendado una
ingesta de 70 microgramos (mcg) de vitamina K al día para los hombres y 60
mcg al día para las mujeres. En Estados Unidos han establecido una ingesta
adecuada de 120 microgramos (mcg) de vitamina K al día para los hombres y 90
mcg/día para las mujeres.
Fuentes
Vitamina K en alimentos de origen
animal
La vitamina K en alimentos de origen animal la podemos encontrar en el hígado,
la leche, los yogures, la yema del huevo, los aceites de hígado de pescado, la
mantequilla, la mayoría de los quesos y en las carnes como el cordero, la ternera
y el pollo.
También la podemos encontrar en alimentos procesados como algunos tipos de
mayonesa.
Deficiencia
La deficiencia de vitamina K en la población general es relativamente poco
común y no constituye un importante problema de salud.
Las circunstancias que pueden ocasionar una deficiencia de vitamina K incluyen
problemas de salud que puede prevenir la absorción de la vitamina K (p. ej.,
trastornos gastrointestinales como una mala absorción de grasas, enfermedades
hepáticas o de la vesícula biliar o la enfermedad de Crohn). Además, el uso de
medicamentos orales para diluir la sangre y algunos antibióticos pueden interferir
con la vitamina K.
La deficiencia de vitamina K puede ocasionar hemorragias excesivas, que
pueden comenzar como sangrado de encías o nariz.
Se ha establecido un riesgo de deficiencia de vitamina K especialmente en el
vulnerable grupo poblacional de los recién nacidos que podría resultar en
hemorragias dentro del cráneo durante las primeras semanas de vida. Los bebés
lactantes, en concreto, presentan un nivel bajo de vitamina K porque la
transferencia placentaria de vitamina K no es buena y la leche humana contiene
muy poca vitamina K. Por ello, en muchos países la administración de vitamina
K a todos los recién nacidos con fines profilácticos forma parte de la rutina.
Etiología
Los recién nacidos son proclives a la deficiencia de vitamina K, debido a que:
Los lípidos y la vitamina K no atraviesan bien la placenta.
El hígado del recién nacido es inmaduro respecto de la síntesis de
protrombina.
La leche materna tiene bajo contenido de vitamina K, con
aproximadamente 2,5 mcg/L (la leche de vaca contiene 5000 mcg/L).
El intestino del recién nacido es estéril durante los primeros días de vida.
En adultos, la deficiencia de vitamina K puede ser el resultado de
La malabsorción de grasa (p. ej., debido a obstrucción biliar, trastornos de
malabsorción, fibrosis quística, o resección del intestino delgado)
Uso de anticoagulantes cumarínicos
Los anticoagulantes cumarínicos interfieren con la síntesis de proteínas de la
coagulación dependientes de la vitamina K (factores II, VII, IX y X) en el hígado.
Algunos antibióticos (sobre todo algunas cefalosporinas y otros antibióticos de
amplio espectro), los salicilatos, las megadosis de vitamina E y la insuficiencia
hepática aumentan el riesgo de sangrado en pacientes con deficiencia de
vitamina K. La ingesta inadecuada de vitamina K tiene pocas probabilidades de
causar síntomas.
Signos y síntomas
El sangrado es la manifestación más frecuente. También puede observarse
facilidad para la aparición de hematomas y sangrado de las mucosas (en
especial epistaxis, hemorragia digestiva, metrorragia y hematuria). Es posible
comprobar la presencia de sangre rezumante de los sitios de punción o
incisiones.
La enfermedad hemorrágica del recién nacido y la enfermedad hemorrágica
tardía en lactantes pueden causar sangrado cutáneo, gastrointestinal,
intratorácico o, en el peor de los casos, intracraneal. Si aparece ictericia
obstructiva, suele comenzar luego del cuarto o quinto días de vida. Puede
empezar como una hemorragia lenta desde un sitio de punción o una incisión en
las encías, la nariz o la mucosa gastrointestinal, o como una hemorragia
digestiva masiva.
Diagnóstico
En general, un tiempo de protrombina (TP) prolongado o un índice
internacional normalizado (IIN) elevado que disminuye luego de la
administración de fitonadiona.
La deficiencia de vitamina K o la presencia de antagonistas (anticoagulantes
cumarínicos) se sospechan cuando ocurre un sangrado anormal en un paciente
en riesgo. Los estudios de coagulación sanguínea pueden confirmar en forma
preliminar el diagnóstico. El TP es prolongado y el IIN (índice internacional
normalizado) está elevado, pero el TTP (tiempo de tromboplastina parcial), el
tiempo de trombina, el recuento plaquetario, el tiempo de sangría y las
concentraciones de fibrinógeno, productos de degradación del fibrinógeno y el
dímero d son normales.
Si la admisnitración de 1 mg de fitonadiona (nombre genérico USP para la
vitamina K1) por vía IV disminuye en forma significativa el TP en 2 a 6 horas, es
probable que la causa no sea un trastorno hepático y se confirma entonces el
diagnóstico de deficiencia de vitamina K.
En algunos centros, puede detectarse deficiencia de vitamina K de manera más
directa, con la determinación de los niveles séricos de la vitamina. El nivel sérico
de vitamina K1 es de 0,2 a 1 ng/mL en personas sanas que consumen cantidades
adecuadas de vitamina K1 (50 a 150 mcg/día). Conocer la ingestión de vitamina
K puede ayudar a interpretar las concentraciones plasmáticas; una ingestión
reciente afecta la concentración plasmática, pero no la tisular.
En la actualidad, se estudian los indicadores más sensibles del estado de
vitamina K, como la PIVKA (del inglés protein induced in vitamin K absence or
antagonism) y la osteocalcina subcarboxilada.
Tratamiento
Fitonadiona
Siempre que sea posible, debe admistrarse fitonadiona por vía oral o
subcutánea. La dosis normal en el adulto es de 1 a 20 mg. (En raras ocasiones,
incluso cuando la fitonadiona se administra en forma lenta y con la dilución
correcta, la reposición por vía IV puede provocar reacciones anafilácticas o
anafilactoides). El IIN suele bajar a las 6 a 12 horas. Puede repetirse la dosis en
6 a 8 horas si el IIN no disminuyó hasta un valor satisfactorio.
Se indica una dosis de 1 a 10 mg de fitonadiona para la corrección no urgente
de un IIN prolongado en pacientes que toman anticoagulantes. La corrección
suele demorar de 6 a 8 horas. Cuando sólo se desea una corrección parcial del
IIN (p. ej., cuando el IIN debe estar ligeramente elevado a causa de una válvula
cardíaca protésica), pueden administrarse dosis de fitonadiona de 1 a 2,5 mg.
En los lactantes, el sangrado debido a la deficiencia de vitamina K puede
corregirse con 1 mg de fitonadiona por vía SC o IM por única vez. Si el IIN
persiste elevado, se repite la dosis ; puede ser necesario recurrir a dosis más
altas si la madre recibió anticoagulantes orales.
Prevención
Se recomienda una dosis de 0,5 a 1 mg IM (o 0,3 mg/kg para bebés prematuros)
de fitonadiona para todos los recién nacidos durante las primeras 6 horas de vida
para disminuir la incidencia de hemorragia intracraneal por traumatismo
obstétrico y enfermedad hemorrágica clásica del recién nacido (el riesgo de
sangrado aumenta durante los primeros 7 días de vida). También se utiliza en
forma profiláctica antes de una cirugía.
Algunos médicos recomiendan que las mujeres embarazadas que toman
antiepilépticos reciban 10 mg de fitonadiona por vía oral una vez por día durante
el primer mes o 20 mg por vía oral una vez por día durante 2 semanas antes del
parto. El bajo nivel de vitamina K1 en la leche materna puede aumentarse
mediante el incremento de la ingestión dietética de 5 mg/día de fitonadiona.
Exceso de Vitamina K
La vitamina K1 y K2 no parece tener efectos adversos debido a un ingreso
excesivo en el cuerpo. La sintetizada K3 sí posee una dosis restringida. Su
consumo en exceso produce una interferencia con la función de un antioxidante.
Esto produce que las células no estén protegidas contra el daño y el
envejecimiento. El exceso en el consumo de vitamina K puede dar como
resultado problemas de coagulación sanguínea irregular. Esto se debe a que la
acumulación se convierte en toxicidad en la sangre, lo que provoca anemias y
destrucción de glóbulos rojos.
El efecto negativo puede ser fatal en niños recién nacidos, ya que puede dar
como resultado un daño hepático, anemia hemolítica e ictericia. Además, puede
causar problemas de coagulación sanguínea debido a una alteración en las
moléculas de hemoglobina.
Bibliografía
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