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Proyecto Regular de Investigación 2019 UPLA HUM 11-1920 “Cortezas de imágenes y textos”. La narrativa de Álvaro Bisama y la fotografía de Carla Yovane View project
All content following this page was uploaded by Daniuska González González on 03 March 2018.
“Adiós princesa dinosaurio, adiós merluza real, adiós vieja vampira”. Hablar de
sujeto textual en Adiós mariquita linda de Pedro Lemebel es referirse a una entidad
humanos y de las sensaciones, casi siempre trizadas, entre éstas las de la sexualidad;
se ríe, ríe mucho, explícita o solapadamente pero ríe. Casi siempre con superficialidad,
como todos los títulos de las crónicas, que anticipan un pasar constante por la vida,
que besan”, “Matancero errar”, “Todo azul tiene un color”, “A flor de boca”, “Chalaco
amor” (propuesta del autor como una sinopsis de novela), “Bésame otra vez, forastero”
Ahora bien, cuando refiero sujeto apunto hacia una construcción ficcional que denota
el lenguaje y lo implota como carga semántica; o, mejor, según Kristeva, constituye una
lectura, (...), y, a la vez, sujeto y agente del acontecer novelesco” (El texto de la novela
113).
Referirse al sujeto en lugar del personaje permite la existencia de una noción abierta
a los registros de la escritura, la cual hace que el sujeto posea una identidad ficcional
autónoma y que sea, como señala Thiebaut en “La construcción del Sujeto: entre la
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filosofía y la literatura”, “el lugar de construcción de la subjetividad” (186), para “saber
cosas (…) que no pueden ser dichas en forma directa, que no pueden ser dichas sino
Asimismo, para Mignolo, la postmodernidad creó un sujeto que vive en una “constante
126), mientras que para Rigoberto Lanz es una “explosión de la subjetividad, una
roles. (…) destronamiento del status en provecho de una profusión de roles disparada en
todas las direcciones (fiesta de la performatividad)” (Las palabras no son neutras. Glosario
Esto se entroniza con el género autobiográfico ya que “el sujeto y su vida se colocan
en el centro de[l] relato” (Araujo “La autobiografía femenina, ¿un género diferente?” 181).
cambios, unos tras otros: “Pájaros que besan”, “Matancero errar” o “Adiós, mariquita
linda” (con sus noches peregrinas), van armando, suturando, atravesando el paisaje
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Mariquita linda, juguetona, cachonda, a veces hostil y hasta pendenciera. Mariquita
linda que escrituriza crónicas como aluviones, (des)diciendo sobre miedos “Así que
ahora te da asco, maricón, (…). Y ahí vi brillar el filo navaja de su uña en alto”
(Lemebel Adiós mariquita linda 168); sobre sus sueños “pensando (…) en las arenas
tibias, en los muchachos ariqueños zangoloteando sus presas en la vorágine del mar”
(39); o sobre temas tan politizados como el de la salida al mar de Bolivia, “al escuchar
del mar ganado por las armas. Sobre todo al oír la soberbia presidencial descalificando
por entre los pliegues autobiográficos de un autor dividido entre la literatura y la vida.
Puesta en escena recurrente, desde los trajes livianos “sedas, tules, gasas y una sombrilla
hasta los “tacoagujas” que lo hacen tambalearse por los adoquines coloniales de la vieja
Habana.
itinerante a partir, precisamente, de una frase que pareciera negar todo el periplo que en
ésta se cuenta: “Sabe, usted es pura literatura. (…) pura literatura” (Lemebel Adiós
mariquita linda 73). Sobreexposición entre el sujeto real, el escritor Lemebel, invitado a
la Feria del Libro de Calama, amigo del poeta Sergio Parra, “o Parrita para nosotros”
(64), y el sujeto a quien se observa como una elaboración metaficcional, que parece
encontrarse en una pose permanente según el amante de una noche, alter ego narrativo
experiencia de esa noche de sexo, de canela, lunar, efímero, como la propia visita a la
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Feria de esa localidad remota. A lo que jugó también Roberto Bolaño con el sujeto
Buscando un punto de anclaje entre la dinámica de las andazas del sujeto, que, como
bien puntualiza Fernando Blanco es “una figura textual elusiva y refractaria a los
identidad rígida de las aceptaciones, “Porque en estos tiempos del desparpajo televisivo
queda tan poco que aclarar, y el último mariconazo light de la pantalla va tapando la
Se trata de una crónica sobre una visita a la ciudad de Antofagasta que se cancela
porque coincide con la llegada del Presidente Ricardo Lagos, “Que no se cruce con el
cabaretero, “dejé caer entre la ropa un traje de baño belle époque, de una pieza, que me
cubre las tetas y la guata peluda” (Lemebel Adiós mariquita linda 55); de los disfraces
políticamente convenientes, “fíjese, don Pedro, que el presidente viene en esa misma
fecha. (…). Creemos que puede haber algún malentendido… alguna declaración suya”
(56); de una asunción de la identidad como sujeto político y cultural: “yo también ayudé
a construir esta democracia. Soy un escritor y un sujeto que hace cultura” (56).
Hay juego y también gravedad que resultan atravesadas por los múltiples fragmentos
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gobierno democrático de Lagos a partir del entramado subterráneo de una censura sutil,
bajtiniano más literal- donde el sujeto histriónico (se)construye una mirada perfilada,
humanos (casi siempre los ojos se cristalizan con este doloroso tema)” (Lemebel Adiós
(53) frente a las cuales la desaparición de los petroglifos del valle de Cuz Cuz no
interesan.
Sujeto vagabundo, errático, pero qué encantamiento cuando pronuncia Chilito, ¿qué
Chile hay escondido detrás del divertimento de Lemebel, de sus pasos andariegos, de
sus ahogos de Dama de las Camelias, de su “errante aventurar” (Adiós mariquita linda
ser expulsado del cuerpo social pero que se resiste. Alguien pregunta en una crónica a
mi Crónica Show. Para quien nunca ha visto este circo pobre, les
cuento que yo hago una especie de animación con lectura, video
y música que va poniendo la África Sound mientras desfilan los
temas de ironía política (risas), homosexualidades múltiples
(atención), estéticas bastardas (emoción), para rematar con
derechos humanos (Adiós mariquita linda 46).
Esta cita tiene varios niveles de lectura. Quizá el más obvio señale hacia un sujeto
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políticos, sujeto que abarca sin abarcar, valga la redundancia, variables tan disímiles
unas de las otras, por ejemplo los derechos humanos. Decir light, por cierto, nada
profundo ni rimbombante, sólo efectista, sólo trizado por el divertimento constante del
espiral que obtura lugares, algunos clásicos, otros tabúes: la política, el arte, los
transgrede.
Una última acotación sobre la cita anterior. El sujeto se divierte con este perfomance
emoción, como él mismo señala. Risas para observar la política, interés para enfocar la
bastarda, periférica.
literatura. Cuando se lee Adiós mariquita linda las páginas van pasando cual cuadros
Payasa”: una loca que la voz/sujeto rescata de entre el toque de queda y la “búsqueda de
cumbia cachera” (Lemebel Adiós mariquita linda 164) y quien “cruzaba la ciudad
sitiada con el corazón en la mano y el poto sucio goteando las calles fúnebres de la
dictadura” (166).
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Concluyendo, con las crónicas de Adiós mariquita linda, crónicas de “acaramelado
vaivén” según las califica su propio autor, se arma un juego constante del sujeto
mutaran, fracturaran.
con el lector, con quien se divierte sacándole la lengua (su palabra afilada), haciéndole
todos los posibles guiños irreverentes, también el sexo “boqueando de cúbito abdominal
entre sus sábanas” (Lemebel Adiós mariquita linda 216). Adiós mariquita linda, adiós
princesa dinosaurio, adiós merluza real, adiós vieja vampira, juguemos a ver de qué
Bibliografía
Araujo, Nara. La autobiografía femenina, ¿un género diferente? Estudios 8, Caracas, julio-
diciembre de 1996 (181-190).
Lanz, Rigoberto. Las palabras no son neutras. Glosario semiótico sobre la posmodernidad.
Caracas: Monte Ávila Editores, 2005.
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Thiebaut, Carlos. La construcción del Sujeto: entre la filosofía y la literatura. López, María
Teresa (comp.). Figuras del logos. Entre la filosofía y la literatura. México: Fondo de
Cultura Económica, 1994.