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Durante el siglo XX ha sido la migración ha sido intensa, aun también en siglo XXI, es su diferentes
formatos sea esta migración interna, migración o inmigración. La primera no ha logrado ser
determinante en su cantidad como si lo significativo por las diferentes procedencias, como fue el
periodo pos segunda guerra mundial o iniciativas promovidas por el gobierno para atraer
población extrajera con fines productivos. Durante ese periodo, las migraciones internas también
tuvieron gran importancia, determinando un cambio poblacional en el país, que se convirtió de
rural en urbano, sobre todo en la segunda mitad de siglo XX. Así como fueron intensas las
migraciones internas en Bolivia, también lo fueron los procesos de emigración: la masiva presencia
boliviana en la Argentina es sin duda una de las experiencias migratorias fronterizas más antiguas
de la región sudamericana a la que se suma la creciente emigración hacia Brasil, especialmente en
la última década, Estados Unidos y Europa. Así analizaremos el fenómeno refugiado en Bolivia el
que se incrementos desde la década de 1980, en virtud de compromisos internacionales asumidos
por el país y de contextos específicos que en los últimos años van adquiriendo mayor relevancia en
la región.
1. Inmigración
La presencia de extranjeros en Bolivia es una realidad, pero nunca ha sido significativo como por
ejemplo los emigrantes bolivianos en el exterior, lo define como un país emigrante.
Durante primera parte del siglo XX y aun mayor hacia mitad de siglo en números más importantes
son colectivos migratorios significativos son Japonesa, la Judía, la Árabe y Croata.
Japoneses los primeros llegaron de Perú en 1899 para la extracción de la goma con posterioridad
se trasladaron a las grandes ciudades dedicándose al comercio y agricultura, en 1951 politicas para
facilitar ingreso extranjero (decreto 239) y el 1953 gobierno expreso la aceptación de migrantes
japoneses
Inmigración judía
A comienzos del siglo XX (1905) llegó a Bolivia un grupo de judíos provenientes de Rusia, seguido
posteriormente por un grupo proveniente de Argentina, y más tarde arribaron varias familias
sefarditas provenientes de Turquía y del Cercano Oriente. Sin embargo, la comunidad judía siguió
siendo minúscula hasta comienzos de la década de 1930. Desesperados por huir de la permanente
persecución en aumento en sus lugares de origen, miles de refugiados judíos provenientes de los
países de Europa Central dominados por el régimen nazi encontraron refugio en América Latina
durante la década de 1930 y la primera mitad de la década de 1940. Ante el holocausto
perpetrado por el régimen nazi durante la Segunda Guerra Mundial, Bolivia fue uno de los
primeros países del mundo que permitió la llegada de refugiados judíos. Los primeros judíos
llegaron al país en 1939. Bolivia se convirtió en el principal país en recibir este influjo de refugiados
a finales de la década de 1930
Iniciada a fines de la Segunda Guerra Mundial, continuando durante el establecimiento del Estado
de Israel en 1948 y acelerando su crecimiento en los años de la década de 1950, la tendencia
demográfica que se había caracterizado por el marcado incremento de la población judía en
Bolivia comenzó a revertirse en la década de 1960. Un gran número de inmigrantes judíos que
llegaron durante la Guerra junto con sus hijos comenzaron a abandonar el país, o a dirigirse a
otros países “más europeizados” de Latinoamérica, como Argentina y Brasil, o a los Estados Unidos
e Israel, o regresaron a sus países de origen. A comienzos de la década de 1990, quedaban en
Bolivia alrededor de 700 judíos.8 Esa cifra disminuyó aún más en la medida en que muchos
miembros de las generaciones más jóvenes de judíos de Bolivia continuaron emigrando. Al igual
que en el pasado, la mayor parte de los judíos que quedan en Bolivia viven en su capital, La Paz,
pero también hay comunidades menores en Santa Cruz y Cochabamba. El Círculo Israelita, la
organización comunitaria judía central, en la actualidad incluye tanto al Círculo Israelita de La Paz
como a la Comunidad Israelita de Bolivia, sus dos predecesoras. Desde el punto de vista
económico, la comunidad judía tiene actualmente una presencia significa en los sectores de la
industria, el comercio, la importación y la exportación.
Es difícil indicar fechas ya que se construyó historia a partir fuentes de información de cada familia
pero principalmente llegaron de al país provenientes desde Egipto, Jordania, Líbano, Palestina y
Siria. Por diversas causas, como las guerras y persecuciones, y la necesidad de buscar nuevos
horizontes y construir un futuro propio para sus descendientes. Estos llegaron al cono sur de
Sudamérica, con pasaportes de Turquía, en cuyos puertos se embarcaban, por lo que recibieron el
denominador común de “turcos”, sin que tuvieran ningún nexo con Turquía. Los inmigrantes
árabes fueron pioneros en Bolivia en sectores específicos de la industria, la construcción, la
hotelería, la agricultura, la minería, el transporte y el comercio
El ingreso de los primeros inmigrantes croatas en Bolivia se produjo a fines el siglo XIX, en forma
simultánea con el ingreso de otros compatriotas croatas en Chile y Perú. Sus metas eran las zonas
mineras. A mediados del año 1850, apareció en Potosí el primer grupo de inmigrantes croatas, se
encontraban en 1870 en Antofagasta, Luego, una vez asentados, una parte de ellos se dedicó al
comercio y a la industria. Entre 1890 y 1914, año del estallido de la Primera Guerra Mundial, varios
centenares de croatas se habían establecido en diferentes zonas del país, Un lustro después
comenzaron a llegar al país nuevos grupos, generalmente familiares y coterráneos de viejos
residentes. Prosiguió hasta el estallido de la Segunda Guerra Mundial, cuando el número total de
ingresados era superior a dos mil. En esos años, la presencia de croatas era notable en todas las
actividades, y en toda Bolivia.
De origen en Suiza, cerca de 1520, y surgieron como un grupo protestante radical que apoyaba la
posición que sostenía el reformador Zuinglio. Menonitas se han movido de un país a otro en busca
de un lugar donde no fueran cuestionados por su modo de vida, especialmente en lo que se
refiere a la educación de sus hijos. En 1954 llegaron al sur de Bolivia los primeros menonitas,
fundando alrededor de 58 colonias. Posteriormente, en 1957, invitados por el entonces presidente
Víctor Paz Estensoro, quien deseaba que las llanuras orientales de Bolivia fueran cultivadas y
habitadas por más pobladores, llegaron nuevos grupos de menonitas, quienes tenían como su
principal actividad la agricultura, y a la crianza de ganado vacuno y equino. En la actualidad, en el
Departamento de Santa Cruz existen 61 colonias menonitas, provenientes de varios países, entre
los cuales destacan México, Canadá y Paraguay. La otra razón del aumento de las colonias
menonitas fue el crecimiento demográfico de su población, ya que cada familia tiene un promedio
de 8 hijos, y la necesidad de las nuevas familias de disponer de nuevos campos de cultivos obliga a
estos a comprar grandes extensiones de terreno.
En Bolivia una problemática para abordar el tema de la inmigración y la migración es los datos
como lo son estadísticas sobre cantidad de personas en situación migratoria, lo que revela el
‘abandono estatal’ de las dinámicas migratorias en el país. Esta situación, no es aislada o única de
Bolivia, por lo que se tienden a minimizar o exagerar las cifras de la migración. Por lo que personas
en situación migratoria irregular no figuran en los registros. La poca información que se dispone
respecto a los diversos colectivos de extranjeros presentes en el país son producidos, en la
mayoría de los casos, por los propios colectivos de inmigrantes. A partir de un afán de preservar la
identidad y la historia, las colectividades de migrantes se dan a la tarea de reconstruir sus
trayectorias en el país. Llama la atención los referentes a la comunidad peruana, la cual, en el
imaginario social es la más numerosa del país, pero en los en los datos censales es numéricamente
inferior a las colectividades argentina y brasileña.
La comunidad argentina es la población extranjera más numerosa en Bolivia de acuerdo con los
datos del Censo del año 2001. Aunque existen vínculos culturales y étnicos muy antiguos, los
ciudadanos argentinos han buscado nuevas oportunidades de desarrollo económico y geo-político
en Bolivia. Los principales asentamientos La Paz, Cochabamba y Santa Cruz – pero también en
Potosí y Tarija, regiones fronterizas con la Argentina. Impulsado la industria vitivinícola en suelos
de gran altura, como en el sur de Bolivia. Otros sectores empresarial e industrial, que se han
establecido en ciudades como La Paz, Santa Cruz de la Sierra y Copacabana. Como países limítrofes
facilita el flujo comercial y cultural de los argentinos y los bolivianos.
En 2001 constituyen el tercer mayor grupo de inmigrantes residentes en el país. Sin embargo, la
condición de irregularidad migratoria en la cual se encuentran muchos de sus integrantes, impide
la definición exacta del número de inmigrantes peruanos residentes en Bolivia
La población colombiana elige Bolivia como destino por considerarla un país tranquilo y
distanciado de los conflictos armados o como país de tránsito hacia Chile, Argentina y Brasil. En el
proceso de tránsito, los ciudadanos colombianos, especialmente las mujeres, son víctimas de
tráfico de migrantes en las fronteras, sufriendo extorsiones y violaciones de sus derechos
humanos, hechos que quedan en el anonimato por temor, carencia de recursos económicos, entre
otros motivos. Según testimonios de los mismos migrantes, para llegar a su destino final, tienen
que atravesar muchas dificultades, contrayendo deudas elevadas y en muchas ocasiones no logran
llegar a su destino y se ven forzados a tomar la decisión de quedarse en Bolivia, retornar a su país
y/o elegir otro país. En el intento de ingresar a algunos países, los migrantes son víctimas de
engaños, perpetrados por traficantes y “coyotes”. Se pudo constatar que el país de preferencia
para la población colombiana es Chile, por las ofertas laborales y las mejores condiciones de vida.
Sin embargo, en la actualidad, los controles migratorios de la frontera Bolivia y Chile son
restrictivos, selectivos y excesivos, principalmente para la población afro colombiana. Santa Cruz,
Cochabamba y La Paz, por tener mayor flujo económico con relación a las otras ciudades del país.
Los dos primeros departamentos tienen un índice mayor de presencia de población colombiana.
Cabe mencionar que, en forma similar a lo que ocurre en otros países, son relacionados con
hechos ilícitos, principalmente el narcotráfico. Ello se debe principalmente al hecho de que, en
algunos casos encuentran ciudadanos de nacionalidad colombiana involucrados. Sumado a medios
de comunicación sensacionalistas relacionan la presencia de inmigrantes colombianos en el país
con el crecimiento del narcotráfico y el incremento de la delincuencia organizada, principalmente
en el Departamento de Santa Cruz. Reportes periodísticos señalan la presencia de carteles de
narcotráfico colombianos en Bolivia, En este contexto, la población inmigrante colombiana, como
la refugiada y solicitante de asilo que está en proceso de integración local, sufre diferentes
discriminaciones por estos hechos y tienen muy pocas oportunidades de integrarse en la sociedad
local.
Su llegada principalmente es en los últimos años del siglo XX, cuando empresas del vecino país
empezaron a establecerse en Bolivia (una de las más importantes es Petrobras). Los inmigrantes
brasileros que residen en Bolivia son en su mayoría trabajadores de empresas brasileras o
comerciantes de zonas limítrofes con el territorio boliviano. Otro grupo de brasileños son los
estudiantes por la imposibilidad de acceder a universidades por cupo, para ingresar universidad
privada, para posterior transferirse a una universidad de Brasil. (Santa Cruz, Cochabamba y Sucre).
Poco es lo que se puede decir de las otras colectividades de inmigrantes en Bolivia, ya que al ser
muy reducidas y con presencias dispersas, sus actividades quedan reducidas a los ámbitos internos
y familiares así como laborales.
2. Emigración Desde una perspectiva cultural, las diferentes sociedades que habitaron y habitan
el territorio boliviano (sobre todo el altiplano y los valles) expresan una permanente movilidad y
utilización de diferentes espacios geográficos y ecológicos. La movilidad poblacional fue siempre
una constante en sus prácticas de sobrevivencia y reproducción sociocultural. Durante todo el
siglo pasado los procesos migratorios internacionales bolivianos focalizaron como lugares de
destino básicamente a tres países: Argentina, Estados Unidos y Brasil.
Al inicio de este siglo, cambian los patrones migratorios internacionales que componen ese
habitus de movilidad espacial. Los flujos de emigración hacia los países europeos y
norteamericanos, como grandes mercados laborales al inicio del siglo XXI, y de los flujos de
retorno, a partir de la crisis económica mundial que afectó estos países, Los novedosos perfiles
que emergen de estas dinámicas y que tienen que ver con la feminización del proceso, población
con niveles elevados de estudio, mayor frecuencia de circulación espacial que van aparejados con
aspectos propios de la globalización, tales como el acceso a información, mayores posibilidades de
desplazamientos largos, sistema de comunicaciones, entre otros, hacen presumir una nueva faceta
de la movilidad poblacional a nivel regional e internacional.
Hay antecedentes ya en el siglo XVIII, cuando muchas de las haciendas, desde Tucumán hacia el
norte, ocupaban mano de obra indígena boliviana. El comercio de toda esta región se realizaba por
medio de los puertos del Océano Pacífico y no por el puerto de Buenos Aires; esto hasta muy
entrado el siglo XIX. A mediados del siglo XIX, la migración boliviana a la Argentina debido a la
inherente presión social, política, cultural y militar sobre dichos territorios que ejercían los criollos,
plantear ‘desplazamiento político forzoso’. Hacia 1920 la migración de mano de obra se expande
hacia las provincias de Salta y Jujuy. Por industria azucarera demanda de mano de obra estacional
y barata. A posterior los flujo hacia las áreas industriales que estaban situadas en las periferias de
las grandes ciudades, principalmente la ciudad de Buenos Aires. Durante las décadas siguientes la
población de migrantes bolivianos en las zonas urbanas y peri-urbanas de Argentina aumentó de
manera notoria Por la crisis económica boliviana de la década de 1980,
La década de 1990 se puede definir como un periodo de estabilidad y por la amnistía declarada en
ese país, que posibilitó la legalización de unos 110.000 bolivianos, la gran mayoría residentes en
Buenos Aires. Argentina hacia finales del 2001. El inicio de siglo XXI para más de un país
latinoamericano ha sido marcado por la crisis económica, la cual jugó un papel importante en las
migraciones, presionando la salida de migrantes (como es el caso de la crisis estatal boliviana) y, al
mismo tiempo, alterando los intercambios materiales y simbólicos preestablecidos (como fue el
caso de la crisis económica Argentina). De acuerdo con el censo de 2010, el número total de
bolivianos sería de 345.272 en todo el territorio argentino, cifra bastante inferior a las
estimaciones de otras fuentes sobre esta colectividad, las cuales presentan cifras cercanas a millón
de personas, muchas de ellas sin documentación regular de estadía o residencia. Otra serie de
estudios enfatizan los niveles de ‘irregularidad’ (carencia de documentación que respalde y
garantice la permanencia regular en el país), discriminación (tanto laboral como racial) y exclusión
(social y cultural) por la que atraviesan sectores importantes de la colectividad de migrantes
bolivianos residentes en la Argentina sigue siendo en la actualidad un lugar de atracción para los
migrantes bolivianos. Sin embargo, muchos de ellos, luego del decaimiento de la moneda
argentina, decidieron tomar nuevos destinos como España, Chile, Brasil u otros.
El ‘sueño americano’ tuvo también sus impactos en la sociedad boliviana, sobre todo en los valles
centrales de Cochabamba y Santa Cruz de la Sierra. El inicio en la década de 1970, adquiriendo
mayor vigor en la década de 1980. Estados Unidos representa en el imaginario de los migrantes el
‘destino ideal’ para trabajar y generar niveles significativos de ahorro y ascenso social.
Estimaciones no oficiales hablan de cerca de 200 a 250 mil bolivianos residentes en Estados
Unidos, se estiman superiores. Sin embargo, existe coincidencia en señalar que la migración
boliviana a los Estados Unidos es una de las tantas migraciones invisibles. Los bolivianos, la gran
mayoría de ellos indocumentados y de extracción social humilde, con un bajo porcentaje de
profesionales, son respetados y considerados como honestos trabajadores, que ocupan los
servicios básicos en los hoteles, restaurantes y en la construcción, y que, salvo muy contadas
excepciones, no lograrán alcanzar el anhelado sueño americano, luego de los ataques terroristas
del 11 de septiembre de 2001, las medidas de seguridad fronteriza se han multiplicado, haciendo
cada vez más difícil la realización del ‘sueño’ de ingresar a territorio norteamericano. Diversos
testimonios de migrantes deportados de los Estados Unidos evidencian los riesgos, sufrimientos y
vejaciones extremas por los que pasan los migrantes en pos de hacer realidad las ilusiones de días
mejores para los suyos. En esos relatos traumáticos se demuestra el grado de vulnerabilidad de los
derechos de los migrantes, que se convierten en víctimas de tráfico y trata de personas, de
explotación laboral, discriminación, entre otros problemas, al dificultarse su ingreso al territorio
norteamericano.
Se ha incrementado desde la década de 1950, por dos factores principales: primero, el acuerdo
entre Brasil y Bolivia que proporcionaba a los estudiantes bolivianos la posibilidad de recibir una
formación académica o técnica en Brasil, no disponible en Bolivia; segundo, en función de las
demandas bien focalizadas del mercado laboral brasileño, sobre todo en el rubro de la salud. a
partir de la década de 1990. La República del Brasil, y más concretamente la ciudad industrial de
San Pablo, se constituye en la actualidad en otro destino tradicional de los emigrantes bolivianos.
Lo que podemos afirmar presenta características similares a las que se dan hacia la Argentina, no
sólo por ser migración fronteriza, sino sobre todo en las actividades laborales de inserción de los
migrantes, como los talleres textiles, donde los grados de sobreexplotación son dramáticos. Esta
situación al inicio de la segunda década del presente siglo sin duda se ha intensificado, sobre todo
por la creciente demanda laboral de la manufactura, que es uno de los sectores productivos que
se halla en fuerte expansión en el Estado de São Paulo.
Si Bien Hay antecedentes históricos muy antiguos, ha adquirido mayor relevancia en las últimas
décadas, involucrando sobre todo a poblaciones fronterizas con dicho país. Más allá de los
vínculos comerciales de Bolivia con los puertos de Arica e Iquique, en los últimos años, y de
manera silenciosa, se ha ido configurando un circuito laboral hacia diferentes localidades chilenas
del norte del país, especialmente en los sectores de la construcción, los servicios y la agricultura.
España es su carácter reciente. Diversos datos y estudios revelan que es a partir de la última
década del siglo XX que este proceso cobra gran realce en este país. La presencia boliviana en
territorio español se hace presente, aunque no sea visibilizada en los lugares de destino. Durante
las décadas de 1970 y 1980, la migración boliviana hacia España era muy reducida e integrada
sobre todo por estudiantes universitarios, que en su mayoría una vez terminada su formación
académica retornaba a Bolivia. Durante la década de 1990, el flujo migratorio de ciudadanos
bolivianos se mantuvo estable, pasando de 888 residentes regulares (que han cumplido y seguido
todos los pasos burocráticos para la obtención de documentación española) en 1995, a 1283 en
1999. Este año se produce un cambio de tendencia y empieza a crecer rápidamente el flujo
migratorio a partir del año 2000, en enero del 2008, constatamos que la cifra de bolivianos y
bolivianas empadronadas en España asciende a 239.942. El empadronamiento en un municipio
español representa la posibilitad de ejercer una serie de derechos (como salud y educación) a
inmigrantes en situación administrativa irregular. En todo caso, el empadronamiento no da lugar o
no implica obtener una situación administrativa regular. Datos no oficiales manejados por la ONG
ACOBE, por ejemplo, sostienen que son 350 mil los bolivianos y bolivianas que se encontrarían en
territorio español en la actualidad,
los aspectos que más resaltan de la distribución poblacional dentro del territorio boliviano durante
todo el siglo XX son los procesos de relocalización de la población y de urbanización.
La primera mitad del siglo XX evidencia una fuerte concentración poblacional en la zona andina del
país (para 1950 más de uno de cada dos bolivianos vivía en estas regiones), en contraste con una
decreciente participación de los valles. Los llanos, por su parte, mantuvieron una dinámica estable,
pero a un nivel mucho más bajo (para este periodo toda la región nunca sobrepasó el 15 por
ciento de la población total). En Bolivia, a lo largo de todo el siglo XX se constata un significativo y
sistemático proceso de urbanización. El número de la población urbana ha ido incrementándose
constantemente, llegando en la década de 1980 a sobrepasar a la población rural (en 1900 uno de
cada diez bolivianos vivía en zonas urbanas y en la actualidad más de seis habitantes de cada diez
están en las ciudades). El punto de inflexión o cambio en la composición de la población entre área
rural y urbana se presentó entre 1984 y 1985. Según Sandoval (1999) esta expansión del espacio
urbano en casi todas ciudades del país se da de manera rápida, caótica y conflictiva. Esta
expansión se produce sobre todo como producto de la migración interna y no como resultado del
crecimiento vegetativo de la población. Este fenómeno de urbanización, que se fue acentuando en
las últimas décadas Toda esta creciente concentración poblacional ha consolidado tres ciudades
como centros aglutinadores de poder y riqueza: La Paz, Cochabamba y Santa Cruz. Un hito
importante en esta dinámica de urbanización del país se dio en 1985, con la ‘relocalización’ de
miles de familias mineras que se vieron forzadas a emigrar a distintos centros poblados.
Características de las migraciones internas en Bolivia El análisis de los datos censales,
especialmente los datos del Censo Nacional de Población y Vivienda de 2001 del Instituto Nacional
de Estadística, nos permiten reconocer características específicas de las actuales migraciones
internas en el país. De acuerdo con la información censal con la que se dispone, se sabe que en
1976 cerca del 20 por ciento de la población vivía en un departamento distinto al de su
nacimiento. En el año 1992 esta cifra había subido a un 28 por ciento y para el 2000 llegó a un 34,7
por ciento De la población que habita regularmente en las áreas urbanas, un 37,6 por ciento nació
en otro lugar. En el campo, este dato baja al 29,6 por ciento. Estos datos no hacen más que
reafirmar que los procesos migratorios internos se hacen cada vez más intensos en el país y así
como las migraciones que se dan hacia el extranjero, tanto aquellas llamadas tradicionales o
históricas (hacia la Argentina o incluso a los Estados Unidos) como las que hace pocos años se
están produciendo con destino a Europa (sobre todo España e Italia). Diversos estudios reflejan los
estrechos vínculos que unen las experiencias migratorias internas con la decisión de migrar fuera
de las fronteras nacionales como aspectos de un mismo proceso de movilidad y circulación en el
espacio.
En las décadas del 50 y 90, la población migrante regodeo las 58 mil personas, sin
embargo, estos fenómenos de recibimiento de migrantes por la nación Peruana se
comenzaron a ver disminuidos en gran magnitud comenzando a constituirse mas
bien como una nación de expulsión, debido a la alta salida de sus nacionales y la
baja migración hacia el país.
En la actualidad son muy pocos los que toman a este país como lugar de
residencia, siendo principalmente a nivel regional en la actualidad más bien un
país que cuenta con una gran parte de nacionales residiendo en otros países de la
región, principalmente limítrofes, como el caso de Chile, y otros en partes de
Europa.
Así mismo, Perú se vio visto en una gran migración de nacionales de campo a
ciudad y de la sierra a la costa. Con ello Perú dejo de ser un país de
características más rurales, pasando a tener cerca de un 70% de su población
viviendo en grandes ciudades, todo gracias a las redes sociales y familiares que
garantizaban la relación de ayuda en el lugar de llegada y también permitían
mantener el contacto con el lugar de origen. Actualmente su migración interna si
bien sigue dándose, claramente no es con la misma magnitud debido a lo
anteriormente señalado. Desde la década del 90 hacia adelante este fenómeno
migratorio se acrecentó con gran notoriedad, protagonizado principalmente por
personas de sectores populares emergentes buscando un mejora en sus
condiciones de vida ampliando sus expectativas de desarrollo económico y
personal.
En cuanto a los refugiados, existe la llamada Ley del refugiado N°27891 del año
2003 en la cual señala que se entiende por refugiado:
1.- Persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de
raza, religión, nacionalidad, pertenencia a grupo social u opiniones políticas se
encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o quiera a causa de
dichos temores volver a su país.
2.- Persona que se ha visto obligada a huir de su país por causa de violación
masiva a los Derechos Humanos, agresión extranjera, conflicto interno, ocupación,
etc.
El rol de la sociedad civil en las políticas públicas ha tenido como impulsora en dos
grandes proyectos, el programa Perú, promoción del empleo, emprendimiento de
jóvenes y gestión de la migración laboral internacional juvenil y el segundo es el
proyecto MIGRANDINA impulsado por la oficina subregional de la OIT para los
países andinos.
Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes
Respuestas a las preguntas frecuentes La Declaración de Nueva York para los Refugiados y los
Migrantes..................................................... 2
1. ¿Qué es?......................................................................................................................................2
6. ¿Qué es?......................................................................................................................................3
7. ¿En qué se diferencia el CRRF de los enfoques actuales de respuestas a las situaciones de
refugiados? ……………………………………………………………………………………………………………………………….4
9. ¿Qué es?..................................................................................................................................... 5
15. ¿Cuál es la función del ACNUR con respecto al pacto mundial para la migración segura,
ordenada y regular?...........................................................................................................................6
Relación entre los dos Pactos Mundiales..….………………………………………………………………………………. 7
1. ¿Qué es? El 19 de septiembre de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas organizó
una Cumbre de Alto Nivel para Refugiados y Migrantes con el objetivo de mejorar la forma en que
la comunidad internacional responde a los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes. En
la Cumbre, todos los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas adoptaron en forma unánime
la Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes (Resolución 71/1). Como su nombre
lo indica, la Declaración de Nueva York para los Refugiados y los Migrantes aborda las situaciones
a las que se enfrentan los refugiados y los migrantes. Establece compromisos sólidos que se
aplican por igual a los refugiados y a los migrantes (sobre temas como el racismo, xenofobia y
trata de personas), así como compromisos distintos para los refugiados y para los migrantes.
Además, la Declaración de Nueva York establece las bases para llevar a cabo nuevas acciones para
mejorar la situación de los refugiados y migrantes al establecer un proceso para el desarrollo de
dos “pactos mundiales”, uno sobre refugiados y el otro para una migración segura, ordenada y
regular, que se adoptarán a finales de 2018. Los Estados también se comprometieron a analizar el
desarrollo de principios rectores no vinculantes para los migrantes en situaciones vulnerables.
Para mayor información, consulte: acnur.org/declaracion-de-nueva-york.
2. ¿Por qué es importante para los refugiados? La Declaración de Nueva York es un hito para la
solidaridad mundial y para la protección de las personas refugiadas en este momento donde
ocurre un desplazamiento sin precedentes. El conjunto de compromisos, acordados por los
Estados Miembros, reflejan el entendimiento de proteger a aquellas personas que se han visto
forzadas a huir y apoyar a los países que las acogen, son responsabilidades compartidas a nivel
internacional que se deben brindar de forma más previsible y sostenible. En la Declaración, todos
los 193 Estados Miembros de las Naciones Unidas reafirmaron la importancia continua del
régimen de protección internacional de los refugiados, se comprometieron plenamente a respetar
los derechos de los refugiados y de los migrantes, se comprometieron a brindar un apoyo más
previsible y sostenible a los refugiados y a las comunidades que los acogen, y acordaron ampliar
las oportunidades para lograr soluciones duraderas para los refugiados. Al día siguiente en la
Cumbre de Líderes, 47 Estados se comprometieron a realizar cambios legales o políticos para
mejorar el acceso de los refugiados a la educación, al empleo legal y a los servicios sociales,
aumentar sustancialmente la ayuda humanitaria; y ampliar el acceso a las soluciones que
impliquen a terceros países. Con el fin de dar vida a estos compromisos, la Declaración de Nueva
York también establece los elementos fundamentales para una respuesta integral para los
refugiados y establece la base para la adopción de un pacto mundial sobre refugiados a finales de
2018, los cuales se explican con mayor detalle a continuación.
3. ¿Qué tiene de novedoso? Entre los nuevos elementos principales figuran los compromisos de
los Estados de:
4. ¿Incluye a todas las personas forzadas a huir de sus países? La Declaración de Nueva York
aborda los grandes desplazamientos de refugiados y migrantes, y abarca a todos los refugiados. Se
entiende por refugiado en el derecho internacional a una persona que se encuentre fuera de su
país de origen y que no pueda regresar debido a un fundado temor de persecución por motivos de
raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas. La
persona necesita protección internacional cuando su país de origen no puede o no quiere
brindarle protección internacional contra el daño temido. Esta definición es lo más importante de
la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y de su Protocolo de 1967 y también se
refleja en los instrumentos regionales, así mismo tiene un alcance amplio y duradero. Comprende
a aquellos que huyen de la persecución individual, así como aquellos que huyen del conflicto
armado o de la violencia asociada con uno o más de los motivos mencionados anteriormente.
Incluye aquellas personas que huyen de actores estatales o no estatales y ha sido la base para
brindar protección, entre otros, a aquellos que escapan de la guerra, conflicto, violaciones de los
derechos humanos, violencia de las pandillas, violencia doméstica y otras formas de daño.
También es posible que haya personas forzadas a huir o que se desplazan a través de las fronteras
en el contexto de los desastres abruptos o de proceso lento, o en el contexto de los efectos del
cambio climático, que no son refugiadas. Este grupo de personas también están cubiertas por la
Declaración de Nueva York.
5. ¿Los migrantes vulnerables están en la misma situación que los refugiados? Hay algunas
situaciones donde los migrantes y los refugiados enfrentan riesgos similares. Estas incluyen:
Explotación o abuso por parte de traficantes/tratantes o patronos inescrupulosos; y, Riesgo de
daño debido a circunstancias personales. Las personas en esta categoría pueden incluir, por
ejemplo, niños no acompañados o separados, mujeres en riesgo, adultos mayores, personas con
discapacidad o necesidades médicas, o sobrevivientes de tortura o trauma. Mientras que los
refugiados con frecuencia comparten las mismas vulnerabilidades de los migrantes cuando viajan
en condiciones similares y por las mismas rutas, es importante tener en cuenta que los refugiados
tienen una vulnerabilidad adicional que no tienen los migrantes, específicamente el fundado
temor de persecución que los convierten en refugiados. Ellos no pueden acogerse a la protección
del Estado que han huido, razón por la cual la comunidad internacional ha reconocido desde hace
tiempo derechos adicionales pertenecientes a los refugiados, consagrados en la Convención sobre
Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, en instrumentos regionales y en las correspondientes
normas del derecho internacional consuetudinario. Marco de Respuesta Integral para los
Refugiados
6. ¿Qué es? La Declaración de Nueva York establece los elementos fundamentales del marco de
respuesta integral para los refugiados, los cuales se exponen en el siguiente párrafo. En la
Declaración, los Estados Miembros de la ONU le solicitaron al ACNUR participar con los Estados y
“celebrar consultas con todos los interesados pertinentes” sobre la aplicación del marco integral, y
además desarrollarlo en “cada situación en la que haya grandes desplazamientos de refugiados”.
El marco presenta una respuesta integral diseñada para garantizar a) medidas de recepción y
admisión rápidas y bien fundamentadas, b) apoyo a las necesidades inmediatas y persistentes (por
ejemplo, protección, salud, educación); c) asistencia a instituciones nacionales y locales y a las
comunidades receptoras de refugiados; y d) mayores oportunidades para las soluciones
duraderas. Estos elementos fueron diseñados para cumplir con cuatro objetivos; aliviar las
presiones de los países que acogen a un gran número de refugiados, fomentar la autosuficiencia
de los refugiados, ampliar el acceso a las soluciones en terceros países y apoyar las condiciones en
los países de origen para posibilitar un retorno en condiciones de seguridad y dignidad. Los
elementos del CRRF elaborados en la Declaración de Nueva York se basan en las buenas prácticas
obtenidas de más de 65 años de experiencia en la protección internacional de refugiados, en la
asistencia humanitaria y en la búsqueda de soluciones. Estos elementos, a pesar de ser integrales,
no son necesariamente exhaustivos.
7. ¿En qué se diferencia el CRRF de los enfoques actuales de respuestas a las situaciones de
refugiados? En lugar de responder al desplazamiento de los refugiados simplemente a través de
una óptica humanitaria y con frecuencia poco financiada, los elementos del CRRF fueron
diseñados para brindar una respuesta más sistemática y sostenible que beneficie tanto a los
refugiados como a las comunidades que los acogen. Involucra un grupo mucho más amplio de
interesados: gobiernos a nivel nacional y local, instituciones financieras internacionales y
regionales, organismos de la ONU y ONG socias, los refugiados, el sector privado y los actores de la
sociedad civil. Procura garantizar más respuestas sostenibles al vincular los esfuerzos humanitarios
y de desarrollo desde el comienzo de la crisis, y fortaleciendo y llevando a cabo una prestación de
servicios más inclusive, incluso a través de la inversión en los sistemas nacionales y locales en la
medida de lo posible. También solicita una planificación más sólida y amplia, y oportunidades para
obtener soluciones duraderas. La Declaración de Nueva York vislumbra que en el futuro, este
marco se aplicará situaciones de emergencia y a situaciones de refugiados prolongadas en una
forma sistemática y predecible.
9. ¿Qué es? La Declaración de Nueva York además de exponer el CRRF y solicitar que el Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados comience su aplicación práctica, insta al
Alto Comisionado a que proponga un pacto mundial sobre refugiados en su informe anual ante la
Asamblea General de las Naciones Unidas en 2018. La idea esencial del pacto es de mejorar la
forma en que la comunidad internacional responde a los grandes desplazamientos de refugiados y
a las situaciones de refugiados prolongadas, particularmente brindando una distribución de la
carga y responsabilidad más equitativa y predecible en apoyo a países y comunidades
especialmente afectadas. El pacto mundial sobre refugiados consistirá del CRRF, como acordaron
los Estados Miembros en el Anexo I de la Declaración de Nueva York y de un plan de acción que
apoya el CRRF y facilita su aplicación. El plan de acción se base en los recursos de las buenas
prácticas y en las experiencias de los interesados pertinentes que fueron recopiladas durante las
amplias consultas. Cinco discusiones temáticas y el Diálogo del Alto Comisionado sobre los
desafíos de protección en 2017, brindaron un foro para los Estados y otras partes interesadas para
presentar y considerar sugerencias concretas para el plan de acción. El borrador cero del pacto se
emitió en enero de 2018, antes de las seis consultas formales con los Estados dirigidas a garantizar
que el texto propuesto en el informe anual del Alto Comisionado se pueda adoptar por consenso.
Para mayor información sobre estos elementos, y el proceso que se utilizará para desarrollar y
consultar el pacto mundial sobre refugiados, ver: acnur.org/pacto-mundial.
10. ¿Será legalmente vinculante? El pacto no será legalmente vinculante, pero si se adopta, será
un acuerdo internacional importante sobre cómo responder mejor a los grandes desplazamientos
de refugiados. De hecho, ya tenemos una fuerte expresión de la voluntad política en la Declaración
de Nueva York. El pacto pondrá en práctica esto al establecer las medidas concretas y los pasos
que tienen que seguir los gobiernos y otros. Brindará un modelo, que guiará la respuestas para
garantizar que las comunidades de acogida tengan el apoyo oportuno que requieren, que los
refugiados sean incluidos de mejor forma en las comunidades de acogida (con acceso a salud,
educación, medios de vida) y que puedan reconstruir sus vidas y que las soluciones a la difícil
situación de los refugiados se busquen desde el inicio.
11. ¿Cómo se relaciona con la Convención de Refugiados de 1951? El régimen legal normativo de
los refugiados se basa en el derecho internacional, específicamente en la Convención sobre el
Estatuto de los Refugiados de 1951 y su Protocolo de 1967, así como en los instrumentos
regionales sobre refugiados. El pacto mundial sobre refugiados no elaborará nuevas normas
legales o contemplará una arquitectura internacional fundamentalmente diferente para la
protección de los refugiados. En su lugar, brinda el marco para aplicar estas normas en flujos de
gran escala, así como en situaciones de refugiados prolongadas, basados en los principios de
cooperación internacional y la responsabilidad compartida. Pacto Mundial para la Migración
Segura, Ordenada y Regular
12. ¿Qué es? Además del pacto mundial sobre refugiados, la Declaración de Nueva York también
establece la adopción de un pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular en 2018.
Se prevé que el pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular —en palabras de la
Declaración de Nueva York —“establecerá una serie de principios, compromisos y entendimientos
entre los Estados Miembros sobre la migración internacional en todas sus dimensiones” y “será
una contribución importante a la gobernanza mundial y mejorará la coordinación en lo que
concierne a la migración internacional”. Este es un pacto separado que se desarrolla a través de un
proceso de negociación intergubernamental que está siendo facilitado por los Representantes
Permanentes de Suiza y México en Nueva York. La contribución al sistema de las Naciones Unidas
está siendo coordinada por la Sra. Louise Arbour, Representante Especial del Secretario General
para la Migración Internacional.
13. ¿En qué se diferencia el pacto para la migración del pacto mundial sobre refugiados? El pacto
mundial sobre refugiados se basará en las lecciones aprendidas de la aplicación del CRRF y será
propuesto por el ACNUR después de celebrar las consultas con los Estados Miembros y otros
interesados pertinentes. En cambio, el pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular
articulará, por primera vez, un marco integral para la migración y se desarrollará a través de un
proceso impulsado por los Estados Miembros. El primer borrador del pacto mundial sobre
refugiados fue publicó el 5 de febrero de 2018 y se puede acceder aquí.
14. ¿Cuál es la posición del ACNUR con respecto al pacto mundial para la migración segura,
ordenada y regular? El ACNUR apoya firmemente el proceso del pacto mundial para la migración
segura, ordenada y regular y considera que la adopción exitosa de cada pacto ayudará a reforzar
los objetivos del otro. En particular, el ACNUR espera que el pacto para la migración pueda lograr:
Mejorar la gobernanza de la migración internacional; Crear canales nuevos y amplios para la
migración segura y regular; Promover el respeto de los derechos humanos de los migrantes;
Proteger a los migrantes en tránsito; y, Proteger a los migrantes en países en crisis. El ACNUR
participa en las discusiones sobre el pacto para la migración, incluso para garantizar que ambos
pactos se complementen entre sí en asuntos pertinentes para ambos, como abordar la xenofobia y
la intolerancia, la trata y el tráfico, el salvamento en el mar, y la recolección y análisis de datos.
15. ¿Cuál esla función del ACNUR con respecto al pacto mundial para la migración segura,
ordenada y regular? En la Declaración de Nueva York, los Estados Miembrosle solicitan al ACNUR
que aporte su experiencia en el desarrollo del pacto mundial para la migración segura, ordenada y
regular, así como la elaboración de principios no vinculantes para los migrantes en situaciones
vulnerables. Durante muchos años, el ACNUR ha trabajado con los socios migratorios y brindado
orientación a los Estados sobre cuál es la mejor forma de responder a los flujos mixtos de
refugiados y migrantes, y a las iniciativas para la protección de los migrantes en países en crisis y a
aquellas personas desplazadas por el cambio climático y los desastres. Las áreas en las cuales el
ACNUR espera contribuir con el pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular
incluyen: Garantizar la coherencia y la complementariedad entre los dos pactos, especialmente
en los temas transversales como la trata/el tráfico, el salvamento en el mar y la promoción de la
tolerancia; Abordar las necesidades de los migrantes en situaciones vulnerables; y Ampliar las
posibilidades de aumentar las oportunidades de una migración segura, que también pueda
beneficiar a los refugiados (por ejemplo, la reunificación familiar, movilidad laboral). Relación
entre los dos pactos mundiales
16. ¿Qué es un pacto mundial? El término “pacto” se refiere a un acuerdo que nos es legalmente
vinculante pero que captura, por consenso, tanto las acciones políticas como las concretas de los
Estados Miembros y de otros interesados pertinentes para mejorar la forma en que la comunidad
internacional responde al desplazamiento.
17. ¿Por qué hay dos pactos? La Declaración de Nueva York específicamente establece los dos
pactos. Esto es en reconocimiento del hecho de que, para los refugiados, existe un régimen legal
específico ya establecido, y un marco que es elaborado en la Declaración de Nueva York para
abordar los grandes desplazamientos de refugiados. La Declaración de Nueva York también
establece los objetivos para este marco, que son: aliviar las presiones sobre los países de acogida;
mejorar la autosuficiencia de los refugiados, ampliar el acceso a las soluciones que impliquen
terceros países; y apoyar condiciones existentes en los países de origen para el regreso en
condiciones de seguridad y dignidad. En cambio, no existe un régimen legal especializado e
integral relativo a los migrantes, y tampoco un marco acordado para abordar grandes
desplazamientos de migrantes. Por lo tanto, el punto de partida para lograr una mayor
previsibilidad y responsabilidad compartida para los refugiados es diferente que para mejorar la
gobernanza mundial de la migración. Con respecto a los migrantes, la Declaración de Nueva York
estipula el desarrollo de un pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular que
establecerá una serie de principios, compromisos y entendimientos con relación a todos los
aspectos de la migración internacional. La Declaración de Nueva York establece una lista no
exhaustiva de veinticuatro temas –incluyendo la gobernanza internacional de la migración, las
remesas y su contribución al desarrollo, y la lucha contra la trata de personas – que podrían
incluirse en un pacto mundial, que refleje el amplio ámbito de temas que posiblemente se podría
abordar.
18. ¿Cómo se relacionarán los dos pactos entre sí? La Asamblea General de las Naciones Unidas
describió los procesos que conducen a los dos pactos mundiales como “separados, distintos e
independientes”. Esto es coherente con las diferentes razones de cada uno de los dos pactos: El
pacto mundial sobre refugiados tiene como finalidad apoyar una respuesta más integral y
predecible a los desplazamientos de refugiados a gran escala, inclusive en situaciones
prolongadas, basándose en el marco de respuesta integral para los refugiados y en el régimen de
protección internacional más amplio. Se objetivo será proteger y asistir mejor a los refugiados y a
otras personas necesitadas de protección internacional para brindar un apoyo más adecuado y
predecible a los países y comunidades de acogida. Por otra parte, la Declaración de Nueva York
prevé un alcance más amplio para el pacto mundial para la migración segura, ordenada y regular.
Propone que el pacto para la migración “establecería una serie de principios, compromisos y
entendimientos entre los Estados Miembros sobre la migración internacional en todas sus
dimensiones”. La Declaración de Nueva York contempla que el pacto “[o]frecería un marco para la
cooperación internacional amplia respecto de los migrantes y la movilidad humana”, y establece
una lista no exhaustiva de 24 posibles temas que el pacto para la migración podría abordar. Sin
embargo, a pesar de sus diferentes naturalezas, hay áreas que se podrían superponer entre los
dos pactos mundiales. Esto podría incluir brindar una recepción adecuada y una determinación de
necesidades específicas, realizar esfuerzos para reducir la estigmatización, y combatir la
explotación y el abuso sexual. El ACNUR considera que todos estos temas superpuestos no deban
tratarse exactamente de la misma manera en cada pacto. Cada pacto tiene su propia finalidad y
proceso. Las áreas que se superponen deberían abordarse en cada pacto respectivo de una forma
que sea coherente con la naturaleza del pacto. Por ejemplo, si bien la cooperación internacional
para combatir la trata de personas podría corresponder más naturalmente para el pacto para la
migración, el pacto mundial sobre los refugiados podría abordar, entre otras cosas, la
identificación de las víctimas de la trata en los grandes desplazamientos de refugiados. Tomando
en cuenta esto, las formas en que se abordan las áreas que se superponen en cada pacto deberían
coordinarse, complementarse y reforzarse mutuamente. Hay muchas cuestiones que afectan a los
refugiados y a los migrantes que requieren una respuesta internacional común, y muchas áreas
donde el tratamiento no debe depender de la situación.
Canciller Ampuero sobre Pacto Mundial para la Migración 10/12/2018
“Chile no va a adherir a nada que pueda ser usado en su contra y que atente contra nuestra
soberanía”
El Ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, se refirió hoy a la decisión del Gobierno de
Chile de no suscribir el Pacto Mundial para la Migración. El Canciller afirmó que “el texto discutido
en Naciones Unidas choca con las normas de Chile para tener una migración segura, ordenada y
regular”.
Al respecto, indicó que esto se debe porque “no establece con total claridad la distinción entre un
migrante regular que llega a nuestro país, se instala respetando escrupulosamente las leyes que
nos hemos dado y uno irregular que entra sin respetar las normas, probablemente a través de
pasos no oficiales”.
Otro elemento consignado por el Ministro fue que el pacto flexibiliza la posibilidad de cambiar de
estatus por parte de los migrantes. “Usted llega a este país bajo una determinada explicación,
estatus o condición y lo puede cambiar. Llega como turista y lo puede cambiar a buscar una visa de
trabajo. Eso no nos convence como país”, señaló.
El Secretario de Estado además dijo que desde el “desde el comienzo de este Gobierno se han
fijado aquí reglas claras para tener una migración ordenada, segura y regular”, con el objetivo de
“hacer frente a una migración descontrolada y desordenada en el momento en que el Gobierno
del Presidente Sebastián Piñera asume sus funciones”.
“Cualquier persona es libre de salir de su país, tiene el derecho a hacerlo, los migrantes, tienen
derechos, pero cada país tiene el derecho y es soberano también de fijar sus propias reglas de
migración”, precisó. “Chile tiene las puertas abiertas hacia quienes quieren venir a trabajar,
contribuir, integrarse a nuestra sociedad, respetando desde luego sus leyes. Pero tiene las puertas
completamente cerradas hacia quienes buscan llegar a delinquir o a violar o a burlar nuestras
leyes y eso es algo a lo cual Chile y este Gobierno no va a renunciar”, indicó el Canciller.
También, aseguró que “si bien no es un acuerdo vinculante jurídicamente, Chile no va a adherir a
nada que pueda ser usado en su contra en cortes internacionales y que atente contra la soberanía
del Estado de Chile”. En ese sentido, agregó que “cuando Chile firma un documento, aprueba
algún documento y da su palabra, es su palabra la que deja allí empeñada y entonces por eso el
país, su Gobierno, el Presidente, el Canciller, toman las medidas adecuadas para que no se vea
afectada la soberanía del país y también para que se sepa que aquello que uno respalda, firma y
reconoce lo va a respetar y honrar íntegramente y si no es dan las condiciones no se firma
aquello”.
El Ministro recordó que sobre temas migratorios, Chile ha suscrito a la fecha la Declaración
Universal de los Derechos Humanos y la Convención Internacional sobre la Protección de los
Derechos de todos los Trabajadores Migrantes y sus Familias. “Ambos textos reconocen en el
derecho de las personas a salir y volver a su país y el deber de ese país de recibirlos”, explicó.
Además, indicó que “Naciones Unidas ha producido tres textos sobre migraciones: la Declaración
de Nueva York del año 2016 y las declaraciones de los Diálogos de Alto Nivel sobre Migración y
Desarrollo de 2006 y también la del 2013, cuyos principios Chile comparte”. Por último, afirmó que
Chile es parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de 2030, cuyo objetivo 10.7 habla de
“facilitar la migración y la movilidad ordenada, segura, regulable y responsable de las personas,
incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificada y bien gestionadas”.
“Nadie, quiero subrayarlo, nadie puede decir que Chile está en contra del mutilateralismo o los
derechos humanos y eso lo podemos afirmar con toda entereza y convicción. Esta es una posición
permanente del Estado de Chile, del Gobierno y desde luego de esta Cancillería”, concluyó.
Como Observatorio Ciudadano lamentamos profundamente que Chile se reste del Pacto Mundial
de Migración puesto que sienta un mal precedente, no sólo en materia de derechos humanos, sino
que también en el ámbito de la cooperación y las relaciones internacionales.
El Pacto Mundial de Migración es un acuerdo global no vinculante -es decir, que no impone
obligación alguna a los Estados firmantes- que se presenta como una oportunidad única de
construcción y cooperación a nivel internacional donde se analicen, gestionen y propongan
políticas migratorias de forma integral, intergubernamental y pluridimensional, reconociendo los
desafíos actuales en materia de movilidad humana.
En este contexto, resultan graves las palabras del Presidente, del Subsecretario del Interior y del
Canciller para fundamentar su negativa a la suscripción de tal instrumento internacional. En
particular, fundamentándose en razones que no son consistentes con el derecho y las obligaciones
internacionales que ha adoptado Chile, y que distan de la mirada global y cooperativa necesarias
para abordar la migración.
Asimismo, si se lee el texto completo del Pacto, nada se habla de afectar la soberanía nacional de
los Estados -como ha señalado el Presidente- porque no es vinculante y se expresa claramente que
se respetarán las políticas que impulse cada Estado.
Tampoco fomenta la migración irregular como se ha dicho, sino que, por el contrario, se
establecen lineamientos y acciones tendientes a reducir la irregularidad y los peligros que se
incurren en el trayecto migratorio. Y, por último, tampoco es cierto que perjudicaría a Chile en
eventuales juicios internacionales, puesto que ya como Estado hemos ratificado otros
instrumentos que comprenden esta característica.
Al no firmar el Pacto Mundial de Migración, el gobierno de Chile no sólo les da la espalda a los
derechos de las personas inmigrantes en el país, sino también al más de millón de chilenos y
chilenas que viven en el exterior, quienes en su mayoría se encuentran en países que sí ratificaron
este acuerdo, como Argentina, España, Francia y Alemania. Es importante aclarar que el Pacto
establece dentro de sus objetivos: “Empoderar a los migrantes y las sociedades para lograr la
plena inclusión y la cohesión social”; “Eliminar todas las formas de discriminación y promover un
discurso público con base empírica para modificar las percepciones de la migración”; “Prevenir,
combatir y erradicar la trata de personas en el contexto de la migración internacional”; “Aumentar
la disponibilidad y flexibilidad de las vías de migración regular”; “Salvar vidas y emprender
iniciativas internacionales coordinadas sobre los migrantes desaparecidos”, entre otros, y es a esto
que se oponen el gobierno.
Por otra parte, también rechazamos los dichos del Subsecretario del Interior Rodrigo Ubilla
respecto a que “la migración no es un derecho humano”, pues si bien ningún tratado o convenio
reconoce de forma expresa este derecho, -ni el propio Pacto en cuestión-, es importante destacar
que los instrumentos generales sobre derechos humanos como la Declaración Universal de
Derechos Humanos de 1948, sí lo hace a partir de su artículo 13, que plantea: 1. “Toda persona
tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado. 2. Toda
persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país”.
Por otro lado, es necesario mencionar que este derecho se desprende y construye por medio del
ejercicio de la interpretación progresiva de otros derechos fundamentales, como la libertad
personal y seguridad individual, incorporando algunos principios del ius cogens, reconocidos por la
comunidad toda, como el principio pro persona. Este tipo de interpretación, se visibiliza, por
ejemplo, en las Opiniones Consultivas de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales y el Pacto Internacional de Derechos de los Trabajadores Migratorios y sus
Familias, todos suscritos por el Estado de Chile.
Es necesario además destacar que algunos países de la región, a nivel constitucional y legal, han
reconocido la migración como un derecho esencial del ser humano. Así, la Constitución Política de
Ecuador reconoce este derecho tanto en su constitución como en su Ley Orgánica de Movilidad
Humana, así como también lo hace Argentina y Brasil, países que han sostenido altas tasas de
inmigración por décadas, los cuales reconocen como derecho inalienable de las personas el
derecho a la libre circulación.
Cabe recordarles a las autoridades que el hecho de que la migración sea un derecho humano no
significa reconocer un “libertinaje” de movimiento, como han señalado algunas personas. Los
derechos humanos están sujetos a ciertas limitaciones, que, en el caso chileno, la propia
Constitución explicita. Ejemplo de ello, es la limitación a la libertad personal cuando se establecen
penas privativas de libertad; e incluso al más preciado derecho, la vida, cuando hoy en Chile ya se
reconocen y no se penalizan tres tipos de causales en el aborto.
Por otro lado, es inconsistente además que luego de varias rondas de negociaciones y la firma de
la Declaración de Nueva York para los Refugiados y Migrantes en 2016, el Estado de Chile rechace
su firma a último minuto. Contradictorio por lo demás puesto que la reforma migratoria anunciada
el 9 de abril de este año por el presidente Sebastián Piñera, está enmarcada dentro del eslogan del
Pacto Mundial de Migración para establecer “una migración ordenada, segura y regular”.
Esperamos que Chile enmiende esta sucesiva de errores que no sólo empañan su imagen a nivel
internacional por su descoordinación en materia de política exterior, sino también por abstenerse
de ratificar instrumentos esenciales como el Acuerdo de Escazú y este Pacto Mundial de
Migración, que no hacen más que socavar los avances en materia de derechos humanos.