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Girondinos y Montañeses

En la Asamblea Nacional existían dos grupos, ambos pertenecientes a la burguesía,y coincidían en luchar
contra el poder del rey e imponer los derechos del hombre y del ciudadano. Pero había diferencias de
intereses y en las formas de lograr sus objetivos. Los empresarios y grandes comerciantes que integraban
la gran burguesía eran llamados girondinos, por ser de una zona del sur de Francia que se llamaba
Gironda. Eran moderados, consideraban prudente buscar un acuerdo con la monarquía y la nobleza,
limitar el poder del rey pero sin permitir el derecho a voto a los sectores pobres.
El historiador Albet Soboul afirma que: “La Gironda a la derecha, partido de la legalidad, representaba
a la burguesía pudiente, comerciante e industrial, que intentaba defender la propiedad y la libertad
económica contra las limitaciones que reclamaban los desarrapados(...) En el terreno económico, unida
a la burguesía de los negocios, desconfiaba del pueblo, vinculándose apasionadamente a la libertad
económica, a la libre empresa y al beneficio libre, hostil a la reglamentación, al impuesto, a la
requisición, al curso obligado del asignado”.
Los montañeses formaban un conglomerado heterogéneo, su grupo principal lo formaban los Jacobinos.
Eran radicales y rígidos en sus posiciones. Estaban muy bien organizados y contaban con el respaldo del
pueblo de París. La mayoría de los integrantes de este grupo eran profesionales independientes y
medianos propietarios, querían terminar con la monarquía y proclamar una república con derecho a voto
para todos los sectores de la sociedad.
El Diccionario de Ciencias Sociales y Políticas de Torcuatto plante que: “El término jacobino designaba
a los miembros del sector más radicalizado de los que protagonizaron la Revolución Francesa. Los
jacobinos se caracterizaron por un liberalismo radical que justificaba la metodología violenta
materializada en el “período del terror”, y que iba más allá de los intereses y las expectativas de la
burguesía francesa(...)”.
El mencionado Soboul sostiene que:“La Montaña, a la izquierda, representaba a la burguesía media y a
las clases populares, artesanos, comerciantes, consumidores, que padecían la guerra y sus
consecuencias, la carestía de vida, el paro y la escasez de salarios. Nacidos de la burguesía, los
montañeses comprendieron que la crítica situación de Francia exigía soluciones extraordinarias que no
podían ser eficaces más que con el apoyo popular. Su mayor contacto con el pueblo les hacía realistas;
preferían, pues, los hechos a las teorías, y sabían anteponer el interés público al interés privado (...) La
rivalidad entre la Gironda y la Montaña revestía el aspecto de un conflicto de clase”.
Los girondinos fueron los primeros vencedores en esa lucha de poderes. Lograron redactar una
Constitución que seguía sus principales ideas: una monarquía parlamentaria en la que los miembros del
Parlamento fueran elegidos por los sectores poderosos y el resto del pueblo no tuviera derecho al voto.
El primer sector se colocaba para deliberar, a la derecha en la Asamblea, el segundo, a la izquierda, y de
allí proviene la posterior división entre partidos de derecha y de izquierda, según sean conservadores en
su accionar político o propongan medidas tendientes a cambios profundos y violentos.
Esta situación cambió cuando, entre 1792 y 1794, los jacobinos ayudados por los sans-culottes tomaron
el poder por la fuerza e impusieron el período del terror, en el cual proclamaron la Primera República
francesa y el voto universal. Durante esta etapa los líderes girondinos fueron condenados a muerte por la
Convención Jacobina. Más tarde, los jacobinos perdieron el poder en favor de grupos moderados de la
alta burguesía y fueron ellos los que resultaron condenados a morir en la guillotina.

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