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Año 02, No.

7, 2004

ARTÍCULOS

La enfermedad del susto entre los nahuas de la sierra norte de Puebla.


La persistencia cultural como proyecto

Nelson Antequera
Programa de maestría en Antropología, FFYL/IIA, UNAM

En el presente ensayo analizaré la relación contexto social desde el que se emprende la


entre la identidad étnica y la práctica del discusión sobre la identidad étnica.
curanderismo, concretamente la que se Según Giménez, la teoría de las
refiere a la enfermedad del “susto” entre los identidades sociales permite abordar a los
nahuas de la Sierra Norte de Puebla. En la grupos etnicizados desde un punto de vista
primera parte precisaré la discusión sobre subjetivo. La identidad es definida por el
algunos conceptos básicos como identidad, autor como el conjunto de repertorios cultu-
identidad étnica y persistencia cultural y rales interiorizados, a través de los cuales
posteriormente describiré el fenómeno de la los actores sociales demarcan sus fronteras
enfermedad del susto y las prácticas y se distinguen de los demás en una situa-
terapéuticas en relación con la misma. Por ción determinada.
último haré una reflexión en torno a cómo Figueroa (1994) afirma que la
podemos entender la enfermedad del susto y identidad se constituye como tal en un
la institución del curanderismo como elemen- contexto específico de relaciones sociales y,
tos de la cultura que persisten, constituyendo además, es producto de un desarrollo
así parte fundamental de la identidad étnica histórico particular. Por tanto, la identidad
del grupo. étnica tiene un carácter dinámico, puesto
que es relacional y es histórica, y está
Identidad étnica y persistencia cultural determinada por los procesos históricos que
Para abordar el tema de la identidad étnica, afectan a las relaciones entre grupos o
Gilberto Giménez (2000) hace la distinción actores sociales.
entre etnia y nación. El proceso de etnici- Giménez (2000) afirma que la
zación implica desterritorialización. Una identidad se realiza en el interior de marcos
nación sería una comunidad cultural plena y sociales que determinan la posición de los
exitosamente identificada con un territorio; actores. Esta determinación es un proceso
en cambio, el proceso de etnicización implica inacabado, parte de un proceso histórico, el
la disociación entre cultura y territorio. Uno resultado del compromiso o negociación
de los distintos tipos de etnicización es aquel entre autoafirmación (auto–identidad) y
en el que un Estado decide “integrar” y asignación identitaria (exo–identidad). La
homogeneizar a las diferentes naciones que legitimidad de uno u otro polo depende de la
coexisten en sus territorios en un solo correlación de fuerzas ente los grupos o
“pueblo”. Este es el caso de Latinoamérica actores sociales en contacto. La identidad es
donde, a partir de la independencia, se un objeto de disputa en las luchas sociales
intentó construir estados nacionales, en los por la “clasificación legítima” (Giménez,
cuales se “integraba” a la población indí- 2000: 55). Esta disputa es la que marca el
gena. Considero, por tanto, que éste es el devenir del proceso histórico del que habla

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Figueroa, por tanto, la identidad está siendo cuales surgen los referentes (emblemas o
siempre negociada, es siempre un proyecto símbolos de identidad) que los miembros de
inacabado. una colectividad utilizan para establecer sus
Giménez observa que lo que límites étnicos. Giménez (2000: 59), reto-
subyace a los conflictos étnicos es la disputa mando a Barth, afirma que lo que realmente
por la identidad misma, considerada como importa para explicar la etnicidad no es tanto
valor supremo. Si bien es cierto que en los el contenido cultural de la identidad, sino los
conflictos están presentes demandas mecanismos de interacción que, utilizando
concretas como la tierra, recursos naturales, cierto repertorio cultural de manera estraté-
etcétera, son más importantes las demandas gica y selectiva, mantienen y cuestionan las
por bienes intangibles, como el reco- fronteras colectivas.
nocimiento de la dignidad, el respeto a los Figueroa plantea que estos sím-
derechos, la valoración del estatus social. bolos de identidad no remiten únicamente a
Sin embargo, el bien intangible por la cultura objetivada (instituciones y signi-
antonomasia es la identidad misma ficados socialmente codificados) sino que
(Giménez, 2000: 67). Figueroa interpreta remiten también a la cultura subjetivada, a la
este conflicto desde un punto de vista menos que se interioriza como habitus1, y que es
subjetivo que el de la identidad. Afirma que más difícil de cambiar, o que por lo menos
la lucha por las clasificaciones sociales es sus transformaciones son más lentas y se
“fundamentalmente la lucha por un pro- presentan como fenómenos de larga dura-
yecto”, es la lucha entre lo que una ción. Estos fenómenos de larga duración
colectividad quiere ser y lo que los otros constituirían el núcleo central persistente de
buscan imponer (Figueroa, 1994: 34). la cultura a partir del cual se incorporan los
El carácter dinámico: conflictivo, cambios que los grupos generan en su
histórico e indeterminado de la identidad propio desarrollo, así como las influencias de
étnica no implica que ésta sea susceptible de la cultura hegemónica (Figueroa, 1994: 38).
una redefinición radical fruto de los procesos En su estudio sobre el curanderismo en la
históricos. Giménez afirma que la identidad Sierra Norte de Puebla Enzo Segre (1987:
se construye y reconstruye constantemente 51) afirma que son los elementos de larga
en el seno de los intercambios sociales, duración los que constituyen lo esencial de
mientras que las identidades étnicas, enten- una cultura, los que garantizan la continuidad
didas como “organización social de las más allá de los procesos de aculturación.
diferencias culturales” (Barth, 1976), pre- Figueroa, citando a Bonfil, afirma
sentan componentes culturales básicos que que el concepto de persistencia cultural no
les permiten a los grupos étnicos una implica una visión estática de la cultura, sino
representación de sí mismos en contra- que “persiste un núcleo de cultura propia en
posición con la cultura nacional mayoritaria torno al cual se interpreta el universo de la
de carácter occidental. Según Giménez, cultura ajena”; continúa diciendo que la
estos componentes serían la tradición persistencia cultural se expresa no sólo en el
archivada en la memoria colectiva, la uso de la lengua indígena, sino en la
reivindicación permanente de sus territorios reproducción del sistema de valores, del
ancestrales, la valoración de la lengua, la ethos y de la cosmovisión de cada cultura,
valoración del sistema de parentesco y un los cuales se ven altamente reforzados con
complejo religioso ritual que actualiza y la práctica de sus sistemas de creencias
renueva la identidad del grupo mediante la religiosas, esto es, en su constante vida
dramatización de su visión del mundo ritual, cuya influencia marca el sentido de las
(Giménez, 2000: 59-60). relaciones personales, familiares y sociales
Esta enumeración de componentes (Figueroa, 1994: 39-41).
culturales básicos puede ser de utilidad para Resumiendo, podemos afirmar que
identificar aquellos elementos a partir de los la identidad étnica tiene un carácter diná-

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mico, ya que está determinada por las ras. Presentaré aquí algunas de las
relaciones sociales y por los procesos características entre los nahuas de la Sierra
históricos. Las relaciones sociales que Norte de Puebla.
configuran las identidades étnicas son Primero es necesario apuntar
relaciones conflictivas. Este conflicto es el de algunos conceptos básicos acerca de las
la lucha por la legitimidad de las concepciones del cuerpo, la salud, la
clasificaciones sociales la cual es, funda- enfermedad y la curación entre los nahuas
mentalmente, la lucha por un proyecto. Sin actuales y su relación con las mismas
embargo, las identidades étnicas se concepciones en la época prehispánica.
componen de otro elemento: la persistencia Para los antiguos nahuas, como para los
cultural. Ésta supone un núcleo de cultura actuales, la salud dependía del equilibrio
propia a partir de la cual se integran las entre las tres entidades anímicas que
transformaciones. El núcleo se compone por constituyen a la persona: el tonalli, el teyolia
elementos de la cultura subjetivada o y el ihiyotl (Segre, 1987: 84). Estas entidades
habitus, los cuales se expresan en el sistema corresponden a los centros anímicos más
de valores, el ethos y la cosmovisión. Estos importantes: a la cabeza, al corazón y al
elementos sufren transformaciones más hígado, respectivamente. Estas tres enti-
lentas, por lo que se pueden considerar fenó- dades son dones divinos que posibilitan la
menos de larga duración. Las expresiones existencia del hombre, aunque ninguna de
de la cultura subjetivada son reforzadas por ellas es exclusiva del ser humano (López
la puesta en práctica de los sistemas de Austin, 1996: 262).
creencias religiosas. Signorini y Lupo (1989) distinguen
cuatro entidades anímicas entre los nahuas
La enfermedad del susto de Santiago Yancuitlalpan de la Sierra Norte
El curanderismo, según los diversos estudios de Puebla: el yolo, el tonal y el ecahuil que
etnográficos acerca del tema (Segre, 1987; van íntimamente relacionados, y el ihiyotl. En
Signorini y Lupo, 1989; Aramoni, 1990; de términos generales, podemos decir que el
Pury-Toumi, 1997), es una de las expre- yolía o teyolía (o yolo, en la versión de
siones más importantes del núcleo cultural Signorini y Lupo) es el principio vital que
de los pueblos de la Sierra Norte de Puebla. origina en el cuerpo la existencia vital. El
Según Segre, este complejo mágico religioso yolía es inseparable del ser humano
es resultado de una síntesis con fuertes mientras está vivo. Está asociado con el
elementos contraculturativos2 (que consti- equilibrio emotivo, con la conciencia y con la
tuyen una cultura de resistencia y de racionalidad (Signorini y Lupo, 1989: 47-55;
contrapoder) derivados del sistema de López Austin, 1996: 252-257). Su naturaleza
creencias precolombinas. La identidad étnica inmortal y el hecho de que no puede sepa-
se construye encima de una simbiosis entre rarse del cuerpo en vida lo hacen coincidir
la legitimación formal de la tradición y el con el concepto cristiano de alma. Otra de
catolicismo. La tradición, compuesta de las entidades anímicas es el ihíyotl. Esta
elementos mágico-religiosos, significa poder: entidad se encuentra en el hígado y es de
poder curar, poder destruir envidias, carácter neumático o gaseoso. Se identifica
restablecer el orden social, etcétera. En este con el aliento, con las exhalaciones del
sentido el curandero no es un médico cuerpo, con emanaciones dañinas ya sea de
popular sino un propiciador de lo divino individuos vivos o de los cadáveres (López
(Segre, 1987: 58). Austin, 1996: 257-262). En la sierra de
Una de las expresiones más Puebla, el ihiyotl o ihiyo tiene que ver con la
comunes y difundidas de este complejo fuerza, con el aliento vital, con la resistencia,
mágico-religioso es la enfermedad del susto aunque también puede tener cierta relación
y su curación. Esta enfermedad ha sido con las emanaciones, consideradas dañinas,
estudiada e interpretada de diversas mane-

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de los cadáveres (Signorini y Lupo, 1989: salida súbita del tonalli sobreviene la enfer-
79). medad y la muerte. El tiempo de vida sin
La entidad anímica que más nos tonalli es muy corto (López Austin, 1996:
interesa para comprender la enfermedad del 243-246).
susto es el tonalli que, según López Austin Entre los estudios acerca de la
(1996: 225), es la fuerza que da al individuo enfermedad del susto en la sierra de Puebla,
vigor, calor, valor y que permite el creci- existen distintas interpretaciones. Segre
miento. Para Signorini y Lupo el equivalente afirma que la pérdida del tonal (el autor
del antiguo tonalli prehispánico es el ecahuil, utiliza indistintamente tonal y tonalli) puede
íntimamente ligado al tonal, que es la fuerza entenderse como la pérdida del alma o de la
externa de donde el primero recibe el sombra (1987: 83). Signorini y Lupo precisan
impulso vital (1989: 55-78). Pury-Toumi que se trata de la salida del ecahuil (equi-
utiliza el término tonal, que traduce por valente contemporáneo del tonalli antiguo).
“espíritu” y connota “sombra, doble animal, El susto implica que el ecahuil salga del
destino” (1997:188). Ya sea como tonalli o cuerpo y deje un vacío que es ocupado por
como ecahuil, la característica de esta enti- el ehecat o intrusión patógena que sufre el
dad anímica es que tiene una función vital cuerpo. El estado de malestar que provoca la
que determina el estado anímico y el vigor separación del ecahuil se denomina
del individuo, así como el crecimiento de los nemouhtil (1989: 113-114). Los efectos del
niños, está alojado en la cabeza (en la nemouhtil son: diarrea, inapetencia, astenia,
actualidad se dice que se aloja también en la palidez, sensación de ahogo por hinchazón
sangre cfr. Aramoni, 1990), es la fuente de del estómago, vómitos, dificultad de inges-
calor del cuerpo, aunque en la actualidad tión, entre otros. Los síntomas dependen de
también está asociado a la sombra o ecahuil, la causa de la enfermedad (Signorini y Lupo,
como lo señalan Signorini y Lupo (1989), y el 1989: 114 mencionan cinco clases de susto:
carácter “frío” de la sombra entraría en de tierra, de agua, de fuego o rayo, de
contradicción con el carácter “caliente” del serpiente y de perro). El diagnóstico y la cura
tonalli. Esta dificultad está apuntada por de la enfermedad son confiados al
López Austin (1996: 237) y desarrollada por tapahtihque o curandero. La curación tiene
los autores mencionados cuando hacen la un componente ritual y otro farmacológico. Ni
distinción y relación entre ecahuil (sombra) y en el diagnóstico ni en la curación es nece-
tonal (fuerza externa, doble animal dador de saria la presencia del enfermo en frente del
impulso vital) (1989: 55-77). La característica curandero. El ritual se lleva a cabo en la
que más nos interesa de esta entidad casa del curandero o en el lugar donde
anímica es que puede abandonar el cuerpo ocurrió el incidente que causó la enfer-
en forma normal o en forma anormal y puede medad. Concluida la fase ritual, se somete al
retornar a él espontáneamente o mediante enfermo a tratamiento farmacológico. Uno de
procedimientos terapéuticos (López Austin, los tratamientos consiste en tratar el recto
1996: 262). Esta posibilidad de salida del con “pelotillas”, supositorios compuestos de
tonalli está en la base de la enfermedad del diversos ingredientes vegetales (Signorini y
susto. Lupo, 1989: 129-136). Las súplicas rituales,
Es necesario distinguir entre salidas ampliamente estudiadas por distintos autores
normales del tonalli y entre aquellas que (Aramoni, 1990; Signorini y Lupo, 1989;
pueden producir la enfermedad o muerte del Pury-Toumi, 1997), tienen abundantes alu-
individuo. La salida normal del tonalli está siones al catolicismo. Sin embargo, Dios y
relacionada con estados de inconsciencia, los santos católicos recubren a divinidades
ebriedad, con la enfermedad y el coito. La del panteón tradicional nahua. Algunos de
forma más común de la salida del tonalli que los elementos principales es la referencia a
puede causar enfermedad o muerte es el la tierra-Trinidad, al sol-Cristo (tonal) inago-
susto, una súbita impresión de miedo. A la table fuente de la energía calórico-luminosa

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que anima todo ser viviente, María es muestran la complejidad del fenómeno y la
identificada con la luna (astro considerado dificultad de tratar el tema desde los paradig-
frío y nocturno), etcétera. Tanto el número de mas de la cultura occidental. Sin embargo,
rezos como el rezo que se debe hacer intentaremos hacer una síntesis de aquellos
(Gloria, Avemaría, Padrenuestro son parte puntos en los cuales los distintos autores de
de la estructura mágico-religiosa de la súpli- alguna manera coinciden.
ca (Segre, 1987; Signorini y Lupo, 1989; En primer lugar, podemos decir que
Lupo, 1995). la enfermedad del susto, como parte de la
Según el estudio de Aramoni cosmovisión nahua, debe ser comprendida
(1990), con el susto se pierde el tonal el cual en este ámbito. La enfermedad tiene estre-
se va al Talokan, al inframundo, dominio de cha relación con la concepción de los
las deidades agrícolas, terrestres y acuáticas componentes anímicos del hombre. Según la
(Puri-Toumi, 1997: 188-191 también hace cosmovisión nahua, uno de los componentes
referencia al Talokan o Tlalocan y a cómo la anímicos puede abandonar el cuerpo y
curandera va al Talocan a buscar al regresar a él. Este componente es nombrado
“espíritu”). La causa mediata de esta enfer- de distintas formas: tonalli, tonal, ecahuil.
medad sería el desequilibrio de lo frío Este componente anímico puede abandonar
(relacionado con la tierra, la humedad) y lo el cuerpo en circunstancias normales (como
caliente (relacionado con el fuego, la energía el sueño, por ejemplo) y volver a él normal-
solar) al interior del cuerpo. Por tanto, se mente. Sin embargo, también puede abando-
puede distinguir los sustos de “tierra-agua” nar el cuerpo en circunstancias especiales:
de los sustos de “fuego”. La terapia, diferente ya sea por una impresión súbita o por una
en cada caso, buscará restablecer el acción de hechicería. En el primer caso sí se
equilibrio perdido. También hace la distinción puede hablar de susto, nemouhtil, y se
entre “susto” y “espanto”. El espanto es considera que el componente anímico ha
producto de la hechicería y se debe arre- sido retenido por los guardianes de los
batar el tonal cautivo por la fuerza; en elementos o de los lugares sagrados. En el
cambio en el susto el tonal es retenido por segundo caso se le denomina abandono del
los guardianes de los elementos y/o de los componente anímico “espanto” y se
lugares. Al espanto se le combate, mientras considera que aquél está siendo retenido por
que a los sobrenaturales se les ofrenda y fuerzas negativas identificadas con el
contenta con diversos dones. “demonio”. En el caso del susto se puede
Según Segre, el susto es la enfer- distinguir distintos tipos, los cuales están
medad más común, es la pérdida del tonal normalmente asociados a los elementos,
que puede provocar la muerte. El autor lugares o circunstancias que ocasionaron el
interpreta esta enfermedad como la pérdida incidente que le dio lugar. Estos elementos y
de la presencia y afirma que el riesgo de la lugares están relacionados, al mismo tiempo,
misma aumenta por las condiciones de con lo frío o lo caliente. El susto puede ser
subalternidad cultural, política y económica. interpretado como un desequilibrio de lo frío
Para Segre la enfermedad del susto es una y lo caliente en el cuerpo. El enfermo de
institución cultural que tiene que ver con la susto poco a poco va perdiendo fuerzas,
necesidad de homogeneización social ten- siente fiebre, padece de astenia, vómitos, y
diente a la salvaguarda de la comunidad y de finalmente puede llegar a morir si no es
la identidad étnica, amenazada por procesos tratado a tiempo. En todos los casos, la
aculturativos de tipo colonial. Más que una enfermedad del susto sólo puede ser
descripción etnográfica, él nos ofrece una diagnosticada y tratada por un curandero. El
interpretación desde el punto de vista de la curandero recurre a las súplicas rituales para
identidad étnica (Segre, 1987). que los seres sobrenaturales “devuelvan” al
Las distintas aproximaciones al enfermo su tonalli (o ecahuil); en el caso del
estudio de la enfermedad del susto nos espanto combaten con las fuerzas negativas

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que se apoderaron del componente anímico. interiorizarse como habitus) y en las prácti-
En otros casos el curandero (o curandera), a cas religiosas (las súplicas, ofrendas,
través de los sueños, se traslada al lugar etcétera) destinadas a enfrentar situaciones
donde está el componente anímico atrapado de enfermedad. Este núcleo cultural es
para “traerlo” nuevamente y que vuelva a su irrenunciable porque atañe al fundamento de
dueño. la existencia humana: la salud y la vida.
Este breve esquema de lo que es la La cultura interiorizada, constituida
enfermedad del susto, como vimos en los por elementos de larga duración, como en
autores mencionados (¡quienes incluso tra- este caso el complejo salud–enfermedad–
bajaron el tema en la misma región!) puede cosmovisión–religión, puede ser un elemento
tener diversidad de versiones, dependiendo que ayude a la cohesión del grupo y a darle
de los informantes, de la interpretación y la peso y fuerza a la autoidentidad o a la
aproximación del etnógrafo, etcétera. Sin autoafirmación del grupo en los momentos
embargo, nos parece que estos son los en los que entre en juego la correlación de
puntos centrales en los que coinciden las fuerzas entre la autoafirmación y asignación
distintas versiones. identitaria.
Figueroa afirma que el proceso de
La enfermedad del susto, persistencia persistencia de una identidad étnica es un
cultural e identidad étnica proceso de confrontación que se desarrolla
La enfermedad del susto, así como lo que se bajo relaciones de fuerza (Figueroa, 1994:
refiere a su diagnóstico, curación, trata- 34). La persistencia del sistema de valores,
miento, son, entre otros, elementos en los ethos y cosmovisión que se ponen en juego
cuales ha persistido el núcleo de la cultura en la enfermedad del susto y todo lo que a
propia y gracias a ellos se puede explicar la ella atañe, no se explica entonces por el
persistencia cultural. Una de las caracte- aislamiento de las comunidades o por su
rísticas de los diversos estudios presentados falta de “conocimiento” de la cultura occi-
es que confrontan sus datos etnográficos dental o de la medicina moderna, sino por un
con los que ofrece la obra de Alfredo López contexto de confrontación en el que el grupo
Austin (1996) acerca de las concepciones de étnico lucha por que su propia definición sea
los antiguos nahuas, especialmente en lo respetada por otros y para resistir a la que
que se refiere a los componentes anímicos y, desde afuera se quiere imponer (Figueroa,
más concretamente, a la enfermedad del 1994: 34).
susto. Pury-Toumi (1997: 188) observa que No pretendemos dar una (entre
se trata de una patología que ya aparece en muchas) interpretación acerca de la enfer-
los textos clásicos como mauhcamiqui (que medad del susto y las prácticas y concep-
literalmente significa “morir de susto”) y que ciones que se dan en torno a ella; lo que
aparece también en el Códice Florentino. planteamos es que la enfermedad del susto,
Actualmente, la enfermedad del como todo elemento de persistencia cultural,
susto y su terapéutica reproduce el sistema no debe ser vista como parte de un “acervo
de valores, el ethos y la cosmovisión del cultural”, o como parte de las “tradiciones” o
grupo. Diríamos que la cultura, en este caso, “costumbres”, sino como uno de los
no sólo se “subjetiviza” al interiorizarse como elementos que han persistido en y por la
habitus, sino que se “somatiza” en la presencia de un contexto de confrontación:
enfermedad y en la salud. La cultura puede lucha por la identidad étnica. Los elementos
pensarse así en términos distintos a los de de persistencia cultural de un grupo no
“sujeto–objeto”. Sin embargo, lo que nos deben ser considerados como reminiscen-
interesa destacar aquí es que la enfermedad cias del pasado, como lo que una
del susto y las prácticas curativas consti- colectividad fue, sino como signos de lo que
tuyen ese núcleo de la cultura que se la colectividad quiere ser ante lo que los
reproduce en la somatización (además de otros buscan imponer, como parte de la

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lucha por la legitimidad de las clasificaciones mayos. Consejo Nacional para la Cultu-
sociales que es fundamentalmente la lucha ra y las Artes, México.
por un proyecto. Giménez, Gilberto
2000 “Identidades étnicas: estado de la
cuestión”, Leticia Reina (coordinadora)
Notas
Los retos de la etnicidad en los
1 Figueroa destaca que la cultura presenta tres
estados–nación del siglo XXI. CIESAS/
modos básicos de existencia: la cultura obje-
Instituto Nacional Indigenista/ Miguel
tivada en forma de instituciones y de significados
Ángel Porrúa Librero Editor, México.
socialmente codificados y preconstruidos; subje-
López Austin, Alfredo
tivada en forma de habitus por interiorización y
1996 Cuerpo humano e ideología. Las
actualizada por medio de prácticas simbólicas
concepciones de los antiguos nahuas.
puntuales (1944: 38).
Universidad Nacional Autónoma de
2 Segre afirma que la transculturación denota la
México, México.
circulación de elementos culturales entre dos o
Lupo, Alessandro
más sociedades sin que esto signifique la pérdida
1995 La tierra nos escucha. La cosmología
de identidad cultural o transetnización. La diná-
de los nahuas a través de las súplicas
mica aculturativa que no conduce a la trans-
rituales. Instituto Nacional Indigenista,
etnización contiene en sí elementos contra-
Colección Presencias 69, Consejo
culturativos, es decir que los elementos recibidos
Nacional para la Cultura y las Artes,
son sincretizados por la cultura que los recibe
México.
según estructuras profundas (Segre, 1987: 51).
Pury-Toumi, Sybille de
1997 De palabras y maravillas. Ensayo sobre
Referencias la lengua y la cultura de los nahuas
Aramoni Burguete, María Elena (sierra norte de Puebla). Consejo
1990 Talokan Tata, Talokan Nana. Nacional para la Cultura y las Artes/
Hierofanías y testimonios de un mundo CEMCA, México.
indígena. Consejo Nacional para la Segre, Enzo
Cultura y las Artes, México. 1987 Las máscaras de lo sagrado. Ensayos
Barth, Fredrik (comp.) ítalomexicanos sobre el sincretismo
1976 Los grupos étnicos y sus fronteras. nahua–católico de la Sierra Norte de
Organización social de las diferencias Puebla. Instituto Nacional de Antropo-
culturales. Fondo de Cultura Econó- logía e Historia, Serie Ensayo, México.
mica, México. Signorini, Italo y Alessandro Lupo
Figueroa, Alejandro 1989 Los tres ejes de la vida. Almas, cuerpo,
1994 Por la tierra y por los santos. Identidad enfermedad entre los nahuas de la
y persistencia cultural entre los yaquis y Sierra Norte de Puebla. Universidad
Veracruzana, Xalapa.

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