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ASIGNATURA: AGROMETEOROLOGÍA
SEMESTRE: VII
FECHA: 17/06/2019
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN. ................................................................................................................................................ 4
OBJETIVOS. ........................................................................................................................................................ 4
MARCO TEÓRICO. ............................................................................................................................................. 5
Definición. ..................................................................................................................................................... 5
Cambio climático. ..................................................................................................................................... 5
Origen e historia. .......................................................................................................................................... 5
Historia de la ciencia del cambio climático .................................................................................................. 5
Factores que causan el cambio climático..................................................................................................... 6
Causas del Cambio Climático. ....................................................................................................................... 6
Notirrápidas .............................................................................................................................................. 7
Efecto invernadero intensificado ............................................................................................................. 7
Emisiones de gases de efecto invernadero. ............................................................................................. 9
Consecuencias del cambio climático .......................................................................................................... 10
Efectos en el medio ambiente. ............................................................................................................... 11
Fenómenos meteorológicos extremos................................................................................................... 16
Efectos en la sociedad............................................................................................................................. 17
Manifestaciones del cambio climático. ...................................................................................................... 20
Calentamiento global.................................................................................................................................. 20
El ser humano. ........................................................................................................................................ 21
El Perú y el cambio climático. ..................................................................................................................... 22
¿Cuánto nos afecta el Cambio Climático? .............................................................................................. 22
Las medidas para combatir el cambio climático. ....................................................................................... 23
¿Qué hay que hacer para combatir el cambio climático? ..................................................................... 23
Qué están haciendo los gobiernos ......................................................................................................... 24
El Convenio marco de las Naciones Unidas sobre el cambio climático ................................................ 24
El Protocolo de Kyoto. ............................................................................................................................ 24
Qué está haciendo la UE ............................................................................................................................. 24
Qué están haciendo las empresas .............................................................................................................. 25
Qué podemos hacer todos nosotros .......................................................................................................... 25
Retos y desafíos para el futuro................................................................................................................... 26
Conclusión ................................................................................................................................................... 26
Referencias bibliográficas. .............................................................................................................................. 27
WEBGRAFÍA:................................................................................................................................................ 27
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Lista de Figuras.
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INTRODUCCIÓN.
La constatación del cambio climático comenzó hace unas décadas, a partir de observaciones que indicaban
la subida de las temperaturas medias del planeta durante el último siglo y el incremento de las condiciones
climáticas extremas (inundaciones, huracanes, olas de calor, etc.).
El clima por ser un conjunto de elementos y factores atmosféricos, es de suma importancia en la vida
cotidiana y en las actividades industriales, agrícolas, ganaderas etc. Por tal razón su estudio es muy
interesante para tener conocimiento del mismo para facilitar en si una infinidad de actividades de la vida
cotidiana.
El clima sus elementos y factores atmosféricos se relacionan entre ellos para mantener un equilibrio en la
actividad climática como: temperatura, precipitaciones, estaciones del año entre otras más.
El incremento demográfico del hombre ha alterado ciertos factores, perjudicando en si el equilibrio climático.
Por tal razón entender y comprender el clima es necesario y de necesidad de toda la población.
El cambio climático es, hoy en día, un tema obligado en las preocupaciones de todo ser responsable y en la
agenda de cualquier gobierno. El tema es abordado por algunos estudiosos como una de las mega tendencias
de la sociedad posmoderna.
La degradación del medio ambiente con el consecuente cambio climático es una bomba de tiempo que debe
desactivarse si no queremos desaparecer como especie del planeta tierra.
Las medidas para revertir el deterioro han de comenzar con una educación permanente al respecto y una
mayor voluntad política. La comunidad científica ha dado la voz de alerta desde los cuatro puntos cardinales
con lo que ya es el momento de actuar.
Al ritmo que vamos, vivir en el mundo va siendo cada vez más complicado. Ese hábitat paradisiaco del que
teníamos referencias va desapareciendo a una velocidad dañina para la sobrevivencia humana. De estos
estragos da testimonio una bibliografía abundante y responsable al punto de que el cambio climático y la
degradación del medio ambiente se relacionan con una de las megatendencias que moldea el futuro según
Cornish (2004). En el artículo “¿Qué es el futurismo?” de Orama, V. (2008), cita a Cornish, editor de la revista
The Futurist, para referirse a las megatendencias que representan la forma en que se desarrollan los
acontecimientos a través de este tiempo. Los cuestionamientos que surgen permitirán pronosticar el futuro.
La degradación del medioambiente se manifiesta con un aumento en el uso y escasez del petróleo, escasez
de agua, contaminación de los océanos, la extinción de animales y plantas. A esto se suma además la
deforestación, el calentamiento global y el cambio climático. Siendo estos indicadores de una problemática
que está afectando a toda la humanidad. A los pobres y ricos, a los países desarrollados y a los que están en
vía de desarrollo.
La degradación del medioambiente es una tendencia que tiene sus implicaciones en la sociedad, en los
individuos y en la educación. El cambio climático es un problema global que ha sido tratado por los expertos
de todo el mundo. Estos han concluido que el clima cambia, debido a causas naturales y a causas de origen
antropogénico.
OBJETIVOS.
1. Conocer las definiciones relacionados al cambio climático.
2. Conocer los factores que causan el cambio climático.
3. Conocer las manifestaciones del cambio climático.
4. Conocer las consecuencias del cambio climático.
5. Conocer las formas de combatir el cambio climático.
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MARCO TEÓRICO.
Definición.
Cambio climático.
Se llama cambio climático a la modificación del clima con respecto al historial climático a una escala global o
regional. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros
meteorológicos: temperatura, presión atmosférica, precipitaciones, nubosidad, etc. En teoría, son debidos
tanto a causas naturales (Crowley y North, 1988) como antropogénicas (Oreskes, 2004).
El término suele usarse de manera poco apropiada, para hacer referencia tan solo a los cambios climáticos
que suceden en el presente, utilizándolo como sinónimo de calentamiento global. La Convención Marco de
las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático usa el término «cambio climático» solo para referirse al
cambio por causas humanas.
Origen e historia.
Realmente no podemos asegurar cuando comenzó el cambio climático en la Tierra, pero podemos saber
cuándo comenzó a ser una preocupación y se empezaron a estudiar sus causas y sus efectos.
Fueron los científicos, a principios-mediados del siglo XX, los que dieron la voz de alerta a la sociedad sobre
este cambio en la naturaleza. Durante las décadas de 1950 a 1980 se recogieron datos que pasaron a
confirmar términos como efecto invernadero, emisiones de CO2 y erosión de la capa de ozono.
El aumento de concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera pasó a ser una preocupación mundial
y se solicitó el compromiso de los gobiernos para tomar medidas que redujeran las emisiones de CO2
(http://calorerbi.eu/origen-del-cambio-climatico/).
En el cuarto informe de evaluación del IPCC, Grupo Intergubernamental sobre el Cambio Climático, se puso
de manifiesto observaciones tan importantes como las siguientes:
Desde 1978 los hielos marítimos árticos han disminuido, al igual que los glaciares de montaña y la
cubierta de nieve.
Desde la Revolución Industrial ha habido grandes cambios en los regímenes de lluvias del planeta.
La superficie mundial afectada por la sequía sigue aumentando.
A lo largo de los últimos 50 años ha aumentado la temperatura media global del planeta.
Desde 1970 se observa un mayor número de ciclones y huracanes, propiciado por el aumento de
aire caliente en la atmósfera.
Los cambios de estación han alterado su ritmo. La primavera se adelanta afectando al florecimiento
de árboles y plantas y a las migraciones de los animales.
En los años 60 del siglo XX, el efecto de calentamiento atmosférico producido por el dióxido de carbono se
hizo cada vez más convincente, aunque algunos científicos también apuntaron que las actividades humanas,
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en la forma de aerosoles atmosféricos (por ejemplo la contaminación), podrían también tener un efecto de
enfriamiento.
Durante los años 70, la opinión de los científicos estaba cada vez más a favor de los puntos de vista del
calentamiento. Para los años 90, como resultado de las mejoras de la fidelidad de los modelos informáticos y
del trabajo observacional que confirma la teoría de Milankovitch de las épocas glaciares, se llegó al consenso
de que el efecto invernadero estuvo involucrado en la mayoría de los cambios climáticos y las emisiones
humanas traían serios problemas de calentamiento global. Desde entonces, la mayoría de los trabajos
científicos han sido orientados a la producción de informes del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre
el Cambio Climático (https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_ciencia_del_cambio_clim%C3%A1tico).
Sin embargo, la Cumbre de Poznan, Polonia, 2008, consideró que el cambio climático se debe a la emisión de
gases de efecto invernadero por el uso de combustibles fósiles. En ese mismo orden, los informes del IPCC
resaltan que las causas del cambio climático son de origen natural y antropogénicas. Hay una cadena de
emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), las concentraciones atmosféricas, el forzamiento radiactivo,
las respuestas climáticas y los efectos del clima. Entre 1970 y 2004, el aumento más importante de las
emisiones de GEI proviene de los sectores de suministro de energía, transporte e industria, mientras que la
vivienda y el comercio, la silvicultura (incluida la deforestación) y la agricultura han crecido más. Las
actividades humanas generan emisiones de cuatro GEI de larga permanencia: CO2, metano (CH4), óxido
nitroso (N2O) y halocarbonos (grupo de gases que contienen flúor, cloro o bromo). Los modelos muestran
que el dióxido de carbono ocupa el 56.5 %.
El análisis de las causas del cambio climático debe considerar, en primer lugar, los originantes del cambio
climático, con especial referencia a los GEI (Gases Efecto Invernadero), responsables de una cadena de
acontecimientos que van desde la emisión de los mismos, el aumento de su concentración en la atmósfera
con el consiguiente forzamiento radiativo, y sus consecuencias en forma de respuesta climática manifestada
en cambios así inducidos, tanto en los distintos ecosistemas naturales y gestionados, como en la propia salud
del hombre. La sensibilidad climática y los retroefectos del clima pueden potenciar o reducir el efecto de
determinados agentes de forzamiento radiativo. A partir de estos datos y, de acuerdo con el modelo de
tratamiento de las incertidumbres, se puede efectuar una atribución de las causas del cambio climático.
Al margen del efecto invernadero natural, al que nos hemos referido, es evidente que son las actividades
humanas las principales responsables de aumento de la concentración de atmosférica de los gases efecto
invernadero (GEI) entre los que destacan dióxido de carbono, vapor de agua, metano, óxidos de nitrógeno,
y productos halocarbonados, que aportan flúor, cloro y bromo, además de muchos aerosoles. Los cambios
en la corteza terrestre, fundamentalmente relacionados con las actividades agrícolas, ganaderas y de la
explotación de las selvas y los cambios en las radiaciones solares amplifican los impactos en el sistema
climático. Todos ellos, además de ser los principales factores originantes del cambio climático, condicionan
la absorción, la dispersión y las emisiones de radiaciones de la atmósfera y la corteza terrestre, y como
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consecuencia de todo ello se produce una alteración de los balances energéticos de todo el sistema climático.
Está demostrado que el desarrollo socioeconómico, en su más amplio sentido, la evolución demográfica, las
pautas de producción y consumo, los adelantos tecnológicos y otros factores, son los principales
responsables de las emisiones de GEI y aerosoles a la atmósfera y sus concentraciones en la misma y
consecuentemente originantes del cambio climático. Este se manifiesta en forma de aumento de la
temperatura global, de cambios en las precipitaciones, de elevación del nivel del mar y de la mayor incidencia
de acontecimientos climáticos extremos y todo ello condiciona los correspondientes impactos en recursos
hídricos, ecosistemas, asentamientos urbanos, seguridad alimentaria y en la salud humana. A partir de ahí se
establece ya un círculo vicioso, puesto que todos estos impactos, a su vez, van a incidir sobre el desarrollo
socioeconómico. Lo más relevante es que ante tal situación, solo caben dos tipos de acciones, las de las de
mitigación cuyo fin es reducir las emisiones que reducirían el cambio climático y sus correspondientes
impactos, o las de adaptación a los cambios, cuando no puedan evitarse los impactos, minimizando así la
vulnerabilidad.
Notirrápidas
Un manto natural de gases de efecto invernadero en la atmósfera mantiene suficientemente calentado
al planeta de por vida como tal, a la confortable temperatura de 15°C de hoy.
Las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por los seres humanos han hecho más denso ese
manto, lo que ha atrapado el calor y causado el calentamiento del planeta.
Los combustibles fósiles son la mayor causa de esas emisiones antropógenas de gases de efecto
invernadero.
La temperatura media de la Tierra parece haberse mantenido increíblemente estable durante los últimos
10 000 años, con una variación de menos de 1°C, lo que permitió a la civilización humana prosperar en lo
que hoy son unos confortables 15°C. Pero la prosperidad misma de nuestra civilización entraña el peligro
de alterar el clima que tanto beneficio nos ha proporcionado hasta el momento.
El "manto" de gases de efecto invernadero que se deposita de manera natural en la troposfera, y
representa menos del 1% de toda la atmósfera, desempeña la vital función de regular el clima del planeta.
Cuando la energía solar, en la forma de luz visible choca con la Tierra, calienta la superficie. Por ser más
fría que el Sol, la Tierra reemite esta energía al espacio en la forma de radiación infrarroja o térmica. Los
gases de efecto invernadero bloquean la salida directa al espacio de la radiación infrarroja. El "efecto
natural de invernadero" resultante mantiene al planeta unos 30°C más caliente de lo que de otra forma
estaría, lo cual es esencial para la vida tal como la conocemos.
El problema que tenemos delante ahora es que, desde que comenzó la revolución industrial hace unos
250 años, nuestras emisiones de gases de efecto invernadero han hecho más denso ese manto a un ritmo
sin precedentes. Esto ha causado el cambio más espectacular en la composición de la atmósfera desde
hace al menos 650.000 años. A menos que hagamos grandes esfuerzos para reducir nuestras emisiones
de gases de efecto invernadero, el clima mundial seguirá calentándose rápidamente en los próximos
decenios y más adelante.
La tierra recibe durante el día la energía radiada por el sol, energía que llega en forma de ondas de alta
frecuencia al ser elevada la temperatura del sol. Debido precisamente a esta elevada frecuencia, la radiación
atraviesa con relativa facilidad la atmósfera, llegando a la superficie terrestre en un elevado porcentaje. Por
su parte, la tierra también emite radiación hacia el espacio, aunque en este caso en modo de ondas de baja
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frecuencia debido a su menor temperatura. Sin embargo, no toda esta radiación vuelve al espacio, ya que los
gases de efecto invernadero absorben una parte importante: las radiaciones de baja frecuencia emitidas por
la tierra tienen un poder de penetración menor que las de alta frecuencia emitidas por el sol.
Como consecuencia de ello, el equilibrio térmico se establece a una temperatura superior a la que se
obtendría sin este efecto invernadero. Se trata, por tanto, de un elemento fundamental para la aparición y
el mantenimiento de la vida en el planeta. En condiciones de equilibrio, la cantidad total de energía solar que
alcanza la tierra se compensaría con la cantidad de energía radiada al espacio, permitiendo a la tierra
mantener una temperatura media constante a lo largo del tiempo. Sin embargo, la actividad humana está
alterando este equilibrio, lo que está generando una elevación progresiva de la temperatura media
(http://www.abengoa.es/htmlsites/boletines/es/diciembre2007ext/fr_introduccion.htm).
La mayor parte de los gases de efecto invernadero se generan de forma natural. Sin embargo, a partir de la
revolución industrial del siglo XVIII, las sociedades humanas también los producen, y debido a ello sus
concentraciones en la atmosfera son más elevadas ahora que en los últimos 420 000 años. De esta manera
se intensifica el efecto invernadero, ocasionando un aumento de las temperaturas en la Tierra:
La razón por la que estas emisiones "artificiales" son un problema de tal envergadura es que, a la larga, la
Tierra tiene que liberar energía al mismo ritmo que la recibe del Sol. Dado que un manto de gases de
efecto invernadero más denso contribuye a reducir la pérdida de energía al espacio, el régimen climático
debe ajustarse de alguna manera para restablecer el equilibrio entre la energía entrante y la saliente. El
resultado se conoce como "efecto invernadero intensificado".
El clima se ajusta a ese manto más denso de gases de efecto invernadero en gran parte mediante un
"calentamiento general" de toda la superficie de la Tierra y un descenso de la atmósfera. Este aumento
de la temperatura va acompañado de otros cambios, por ejemplo, en la capa de nubes y el régimen de
vientos. Algunos de estos cambios pueden aumentar más el calentamiento (reacciones positivas),
mientras que otros pueden contrarrestarlos (reacciones negativas). Estas distintas interacciones
complican los esfuerzos de los científicos para determinar con precisión cómo cambiará el clima en los
decenios por venir.
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combustibles fósiles siguen siendo la fuente de energía más utilizada: los quemamos para producir
electricidad y calor y los utilizamos como combustible en nuestros automóviles, buques y aviones.
La mayor parte de nosotros conocemos el dióxido de carbono (CO2) por las bebidas gaseosas (las burbujas
de estas bebidas y de la cerveza son burbujas de CO2). También desempeña un papel importante en la
respiración: inspiramos oxígeno y expiramos dióxido de carbono, en tanto que los árboles y las plantas
absorben CO2 para producir oxígeno. Por este motivo son tan importantes los bosques del planeta:
contribuyen a absorber parte del exceso de
Metano
De los animales domesticados, como las vacas lecheras, las cobras, los cerdos y los caballos, los
cuales durante su proceso de digestión fermentan los alimentos liberando este gas.
Del cultivo de arroz, porque crece en tierra húmedo, en donde viven muchas bacterias que, 01
descomponerse, se convierten en metano.
De la basura que hoy alrededor de las ciudades, toneladas de desperdicios que entra n en
descomposición por acción del color y lo lluvia, lo cual libero enormes cantidades de metano o lo
atmósfera.
Óxido Nitroso
Del abono o fertilizantes, los cuales producen muchas bacterias y microbios que convierten uno
parte del nitrógeno en óxido nitroso.
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Ambos han sido inventados por las grandes industrias paro fabricar aerosoles, espumas plásticas de
almohadas, productos de limpieza y paro el funcionamiento del aire acondicionado. Su poder de acción es
24 veces más fuerte que el dióxido de carbono.
El deshielo de los casquetes polares, unido al aumento de la temperatura del mar y su consiguiente
dilatación, provocará la elevación del nivel de las aguas. Esto llevará a que zonas próximas a las costas
quedarán anegadas.
Se producirá un aumento en la frecuencia, duración e intensidad de los fenómenos climáticos
extremos, tales como huracanes, maremotos, etc., debido a la variación en la distribución de los
parámetros meteorológicos (precipitación o temperatura, por ejemplo).
Se generará un incremento en la frecuencia e intensidad de las olas de calor, que serán más
acentuadas en las zonas urbanas.
En ciertos lugares del planeta aumentarán las lluvias. En otros, en cambio, lloverá cada vez menos,
lo que ocasionará sequías más frecuentes, dejando sin agua dulce a millones de personas.
Se producirá un aumento de la incidencia de determinadas enfermedades, como la malaria o el
dengue.
Muchas especies animales y vegetales no podrán sobrevivir bajo las nuevas condiciones y
desaparecerán, produciéndose una extinción masiva.
Algunos científicos señalan que este proceso de cambio climático podría desembocar en una nueva
era glaciar: el calentamiento provocará que los hielos polares se derritan, liberando una gran
cantidad de agua dulce que interferirá en el funcionamiento de las corrientes, haciéndolas perder
fuerza. Cuando los hielos polares hayan retrocedido lo suficiente, las corrientes se detendrán, lo que
provocará una brusca caída de las temperaturas.
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Figura 3. Algunas cifras del cambio climático.
Si se sigue con el ritmo actual, especies como el oso pardo podrían enfrentarse a la completa desaparición,
al desaparecer las condiciones climáticas favorables para su supervivencia. También el alcornoque, materia
prima de la industria del corcho y factor fundamental en la conservación del suelo, podría desaparecer del
suroeste de España hacia mediados de siglo.
Pero el aumento de la temperatura hará posible la proliferación de especies exóticas. Al variar las condiciones
climatológicas de cada lugar, muchas especies de otras latitudes se instalan en diferentes zonas de nuestro
país según sus posibilidades de adaptación a los nuevos parámetros climáticos. Bien es cierto que durante
muchos siglos el ser humano ha transportado especies tanto de manera intencionada como accidental por
todo el globo. Sin embargo, con el cambio climático aquellas que no conseguían sobrevivir en un medio
ambiente inhóspito para sus necesidades, se ven bien adaptadas para su multiplicación. A la larga, esto
supone un empobrecimiento y homogeneización del conjunto de seres vivos del planeta.
Es el caso de la proliferación de especies como la medusa o el mosquito tigre frente a las que decrecen, como
los caracoles marinos. Estos animales forman sus conchas, su protección, exclusivamente a partir de
carbonato de calcio y la acidificación de los océanos les impide hacerlo. Así lo constata un artículo publicado
en la revista científica Frontiers in Marine Science. Los caracoles son incapaces de secretar tanto aragonito
como necesitarían al cambiar el PH del agua (debido al aumento de la concentración de CO2) y la densidad
de los esqueletos disminuye, en algunos casos, hasta dejar al descubierto el cuerpo de estos gasterópodos.
Sin llegar al declive en el número, sí se aprecian cambios de comportamiento en animales como las aves que
están modificando sus procesos migratorios tradicionales. Según la Fundación Migres (organización que
contea el paso migratorio de las aves en el Estrecho desde hace dos decenios) ya existen más de 20 especies
de aves de filiación africana que están colonizando el continente europeo en los últimos decenios, sobre todo
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en el sur de la península Ibérica. Ejemplares como el elanio azul, el ratonero moro, o el buitre moteado, entre
otros, prefieren quedarse en nuestro país todo el año. Como las condiciones durante el invierno son cada vez
más benignas, algunas otras, como las cigüeñas, se quedan en paisajes acostumbrados a las nieves como
Alemania o Polonia.
Otra de las especies y hábitats vulnerables al cambio climático son los arrecifes de coral mediterráneo
(Cladocora caespitosa), caracterizada por su rareza y gravemente afectada por mortandades masivas durante
los últimos 15 años.
Figura 4. Biodiversidad.
Incendios.
En Europa se han quemado más de tres millones de hectáreas de bosque mediterráneo en los últimos 15
años. Según el estudio Fire-induced deforestation in drought-prone Mediterranean forests: drivers and
unknowns from leaves to communities, de la Universidad de Lleida con la participación de investigadores de
la UNED, el cambio climático transformará el régimen de incendios en los próximos años, provocando
fenómenos más intensos y una deforestación mayor por la disminución de la capacidad de recuperación de
los bosques mediterráneos.
El aumento de la temperatura media y la disminución de las precipitaciones crearán el caldo de cultivo ideal
para los incendios forestales, especialmente en las zonas de alta montaña. En los últimos años ya se está
apreciando cómo los incendios superan con mayor frecuencia las 500 hectáreas (los denominados Grandes
Incendios Forestales) y son más virulentos y difíciles de combatir.
El año 2017 superó ya los datos de la media de la última década: mayor número de incendios forestales,
mayor superficie afectada y mayor número de grandes incendios forestales (superiores a 500 hectáreas).
Solo en 2012, se calcinó una mayor extensión, pero el 2017 es el peor de la última década en el número de
grandes incendios, con 56.
Además de la alta siniestrabilidad y la falta de gestión forestal, hay que recordar que la península Ibérica
sufría la peor sequía en los últimos 20 años y un verano con temperaturas extremas. Además, hay que
sumarle que 2015 y 2016 batieron récords de temperatura en buena parte del planeta, síntoma evidente del
cambio climático. Greenpeace constata un año más que el abandono rural y la falta de gestión forestal
preventiva son el principal problema estructural de gran parte de la superficie forestal española.
A esto, se añade el interfaz urbano forestal, es decir las viviendas en el medio natural. La gestión forestal
tiene que ir de la mano con la gestión de la planificación urbana, promoviendo la cultura de lo que es un
bosque. En un contexto de cambio climático y de población desligada del bosque, los grandes incendios
forestales se han convertido en una prioridad ambiental y un problema de seguridad nacional de primer nivel.
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Figura 5. Incendio.
Deshielo.
En los últimos 30 años se han perdido alrededor de tres cuartas partes del volumen del hielo en el Ártico,
que actúa como espejo rebotando calor solar. Si nos quedamos sin el hielo marino, así como de agua dulce,
las consecuencias podrían ser irreversibles. A medida que los rayos del sol penetren más profundo, el agua
se calentará, por lo que la evaporación del mar será más rápida y aumentarán las precipitaciones. Habría
cambios en las corrientes de agua dulce y marinas, así como modificaciones meteorológicas en todo el
mundo. Y, por supuesto, muchos animales y plantas perderán su hábitat y muchas especies desaparecerán.
Pero el deshielo no es un problema solo del Ártico. En nuestro país también se han perdido ya más del 80%
de los glaciares pirenaicos y para 2050 podrían desaparecer irreversiblemente. Tesoros naturales como los
glaciares de Maladeta, Aneto o Monte Perdido (Pirineos) están hoy en estado terminal y la opinión pública a
veces ni lo sabe. Según el Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), el glaciar de Monte Perdido ha perdido de
medía 5 metros de grosor en las últimas décadas, aunque hay puntos en los que son hasta 14 metros menos.
En general el Monte Perdido retrocede un metro al año. Esto se suma a una pérdida global de unos 50 metros
entre 1980 y 2010 en todas las nieves perpetuas de Pirineos.
De los 52 glaciares que había en 1850 han desaparecido ya 33, la mayoría de ellos después de 1980. El cambio
climático está acabando con los últimos glaciares de España: el último de Sierra Nevada desapareció
completamente en 1995, y las 3.300 hectáreas de lenguas de hielo que existían a principios del siglo XX en el
Pirineo se han reducido a 390, de las que 211 (el 58%) se sitúan en la vertiente española, según el Atlas del
Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente.
Ese retroceso, que supone que casi el 90% de la extensión de estos últimos ha desaparecido en apenas un
siglo, se ha acelerado desde 1980. “En 1982 los glaciares y heleros del Pirineo español ocupaban 600
hectáreas, que se han reducido a unas 210 en 2010. Respecto a la cantidad de glaciares, en el momento
actual solo persisten 18 de los 34 aparatos glaciares descritos en 1982”, anota el Atlas.
“El resto ha desaparecido. Esta regresión es acorde con la tendencia general mundial”, añade el estudio, que
recuerda cómo “estos aparatos glaciares, junto con un pequeño núcleo residual (glaciar del Calderone) que
se conserva en los Apeninos, constituyen las reservas de hielo más meridionales de Europa”.
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Figura 6. Deshielo.
Pero las ciudades también están expuestas a estos cambios. Grandes núcleos habitados en España se sitúan
en las costas, por lo que ciudades como A Coruña, Gijón, San Sebastián, Barcelona, Valencia o Málaga, por
citar tan solo algunas de ellas, se enfrentarán al hundimiento de parte de su callejero.
Durante la segunda mitad del siglo, se estima que más de 200 hectáreas de terreno en la costa de Bizkaia se
encontrarán en riesgo de inundación. Aproximadamente la mitad de ese terreno corresponde a núcleos
urbanizados, tanto industriales como residenciales. Algunos estudios indican que el riesgo de inundación en
la costa de Bilbao en el periodo 2050-2100 podría triplicar el esperado a los extremos actuales del nivel del
mar. Bilbao ya ha tomado nota y cuenta con una Oficina contra el Cambio Climático para prepararse y
sensibilizar a sus vecinos.
Desertización y desertificación
En este capítulo se habla de desertificación y de desertización, consecuencias del aumento de las
temperaturas por el calentamiento global. Y ambos conceptos hay que diferenciarlos del fenómeno de la
sequía, porque a veces puede dar lugar a confusión. La sequía es la reducción de agua por debajo de la
cantidad normal para un período de tiempo determinado, la desertificación es un proceso de degradación
de un territorio fértil consecuencia directa de la intervención humana y la desertización es un proceso
natural.
Según los expertos, el 75% del suelo de la Península es susceptible de sufrir desertificación. Además, un 20%
del terreno ya se puede considerar desértico.
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Un aumento del calentamiento global ocasionaría la pérdida principal de humedales en aquellos entornos
situados alrededor de las ciudades o asentamientos urbanos o industriales, cuyos contornos han sido
rigidizados impidiendo su adaptación. Este es el caso de la desembocadura del Nervión en Bilbao, la ría de
Avilés o la ría de Ferrol.
Figura 8. Desertificación.
Aumento de temperatura.
El aumento de las temperaturas en España es imparable, pero es una consecuencia compartida con el resto
del planeta. Sin embargo, la latitud en la que se sitúa nuestro país va a ser golpeada especialmente por el
calentamiento global con un aumento significativo de los grados centígrados en las estaciones del año. Esto
significa que los inviernos serán cada vez más suaves y las olas de calor en verano más implacables y
duraderas.
De hecho, el cambio climático provocará en la península Ibérica un ascenso de las temperaturas. Se prevé
que suban hasta 6 ºC en 2100, lo que provocará un incremento de las condiciones de aridez, así como más
eventos extremos de precipitación, según se desprende del informe Clima en España: Pasado, presente y
futuro, elaborado por la red CLIVAR-España.
Para el año 2100 los investigadores pronostican un importante aumento de la temperatura media estacional
en España, que será máximo en el trimestre de junio, julio y agosto, con 5,41 ºC más de media. De igual
forma, se predice un incremento de los eventos de temperaturas elevadas, superiores a los 30 ºC,
especialmente en zonas del sur peninsular.
Este aumento progresivo ha sido especialmente acusado en las tres últimas décadas (1975-2005), con una
tasa media de calentamiento de unos 0,5 ºC por década. Por comparar y ver las dimensiones de semejante
cifra, supone un 50% por encima de la media continental en el hemisferio norte en ese mismo periodo y casi
el triple de la media global, que no solo se registra en España sino en todo el continente europeo.
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Fenómenos meteorológicos extremos.
Sequías, olas de calor, inundaciones y tormentas de nieve.
En los próximos años se oirá con más frecuencia la frase de “qué tiempo tan raro hace”, una señal inequívoca
de que el calentamiento global está alterando las estaciones del año y las condiciones meteorológicas
acostumbradas.
Definitivamente, Europa ha entrado en una era de fenómenos meteorológicos extremos. En el capítulo 3 del
informe especial del IPCC Calentamiento global de 1,5 °C, los científicos advierten de sus impactos. El
Mediterráneo se considera un punto caliente tanto en términos de un mayor calentamiento en comparación
con la temperatura global media como de una disminución de la precipitación media con aumentos
sustanciales en los períodos secos.
Se proyecta que los caudales bajos de los ríos disminuyan en el Mediterráneo con un aumento del 1,5 °C del
calentamiento global, una reducción asociada a los caudales e inundaciones altas, en gran parte en respuesta
a la reducción de la precipitación. La reducción media en la escorrentía anual casi se duplica, de
aproximadamente el 9% (rango probable: 4,5-15,5%) entre 1,5 °C y 17% (rango probable: 8-25%) a 2 °C.
En general, existe una alta relación entre la sequía y la disminución de la disponibilidad de agua en el
Mediterráneo y el sur de Europa especialmente cuando se aumente de 1,5 °C a 2 °C la temperatura media
del planeta. Superar el límite de 1,5 ºC depararía un mayor incremento del calor extremo, las lluvias
torrenciales y la probabilidad de sequías, algo que tendrá un efecto directo sobre la producción de alimentos,
sobre todo en zonas sensibles como el Mediterráneo.
La tropicalización de los océanos conlleva un mayor índice de evaporación y, por tanto, un aumento de la
nubosidad, lo que facilita la formación de fuertes tormentas y otros fenómenos meteorológicos. Además de
las heladas, las olas de frío y de calor o las sequías e inundaciones son algunas de las variables que irán y han
aumentado su frecuencia y voracidad en los últimos tiempos como consecuencia del cambio climático.
Además, se están intensificando los fenómenos meteorológicos extremos que dejan imágenes como las de
los últimos temporales en el Mediterráneo y en el Cantábrico. Según María del Carmen Llasat, profesora de
Física Aplicada de la Universidad de Barcelona y coautora del Nature Climate Change, va a aumentar el riesgo
de las inundaciones súbitas en el Mediterráneo por los vientos más húmedos y por un mar más caliente.
Habrá más olas de calor o más veranos calurosos con noches tórridas y un aumento de las precipitaciones de
carácter torrencial. Sin embargo, ese riesgo de inundaciones también está aumentando en el Mediterráneo
sobre todo por efectos relacionados con la intervención humana, como los cambios de usos del suelo, la
ocupación del territorio y la mayor exposición de bienes.
También lo advierte la Agencia Europea de Medio Ambiente en un informe en el que se afirma que las olas
de calor, inundaciones, sequías y tormentas serán cada vez más frecuentes e intensas en todo el continente
como resultado del cambio climático.
16
Efectos en la sociedad.
No hay duda de que los efectos del cambio climático se sufrirán en todas las esferas de la vida, y
especialmente en la economía española, incluyendo a las generaciones futuras y su manera de entender y
vivir la vida.
El informe especial del IPCC Calentamiento global de 1,5 °C” se toma el desarrollo sostenible como punto de
partida y enfoque para el análisis. Estudia la interacción entre el desarrollo sostenible, la erradicación de la
pobreza y la reducción de la desigualdad, y las acciones climáticas en un mundo más cálido y las conclusiones
no son nada halagüeñas.
En comparación con las condiciones actuales, subir hasta un 1,5 °C del calentamiento global, plantearía
mayores riesgos para erradicar la pobreza, reducir las desigualdades y asegurar el bienestar humano y de los
ecosistemas. Ese límite no se considera “seguro” para la mayoría de las naciones, comunidades, ecosistemas
y sectores, y presenta riesgos significativos para los sistemas naturales y humanos en comparación con el
calentamiento actual de 1 °C.
Se espera que algunos de los peores impactos en el desarrollo sostenible se sientan entre los medios de vida
dependientes de la agricultura y la costa, los pueblos indígenas, los niños y niñas y las personas ancianas, las
personas trabajadoras pobres, habitantes urbanos pobres de las ciudades africanas, y las personas y los
ecosistemas en el Ártico y los pequeños estados insulares en desarrollo.
Salud.
Las olas de calor y de frío tienen graves consecuencias para la salud pública ya que pueden agravar las
enfermedades cardiovasculares y respiratorias e incluso pueden causar la muerte. Sin embargo, hasta el año
2003 no se habían puesto en marcha planes de prevención para minimizar el impacto de las temperaturas
extremas y sus efectos indirectos. Y es que aquel año fallecieron 6.600 personas en España, y 70.000 en toda
Europa.
Olas de calor o de frío, con niveles de alerta o temperatura umbral… todo tiene relación con el cambio
climático a través de evidencias científicas y sus consecuencias en la salud. La divulgación de la investigación
en esta área nunca ha sido tan necesaria como hoy, cuando las consecuencias cada vez son más graves.
Pero no solo los fenómenos meteorológicos están causando problemas en el sistema sanitario. También un
modelo energético basado en los combustibles fósiles, que además de ser responsable del cambio climático,
contamina gravemente: según los informes de la Agencia Europea de Medio Ambiente, respirar aire
contaminado provoca más de 30.000 muertes prematuras en España cada año. La economía del actual
modelo energético es injusta con las personas más desfavorecidas y ha convertido a la pobreza energética
en un problema acuciante. Según se deduce de la tasa de mortalidad adicional de invierno (TMAI) entre los
años 1997-2012, la erradicación de la pobreza energética evitaría potencialmente en España más de 7.000
muertes prematuras al año.
17
Energía.
El cambio climático también tendrá consecuencias en el sistema energético español. A escala mundial, el
consumo de energía representa, con diferencia, la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero
derivada de las actividades humanas. Alrededor de dos tercios de las emisiones de gases de efecto
invernadero mundiales están ligadas a la quema de combustibles fósiles que se usan para calefacción,
electricidad, transporte e industria. También en Europa los procesos energéticos son los mayores
responsables de la emisión de gases de efecto invernadero: un 78% de las emisiones totales de la UE en 2015.
Si seguimos así el calentamiento del planeta también tendrá su repercusión en el sistema eléctrico. La más
directa es el impacto sobre la generación hidroeléctrica por una mayor escasez de agua disponible. No solo
está el efecto del estío, sino que habrá menos agua disponible para las centrales de esta tecnología, que son
muy útiles para la gestión técnica del sistema, por su aportación como tecnología limpia de respaldo, además
de que no emiten CO2.
Otro efecto del cambio climático es que con el aumento de la temperatura media y estar el agua más caliente,
todas las centrales térmicas (incluidas las nucleares) tienen más dificultad para refrigerar y se ven obligadas
a parar por seguridad cuando llega un momento en el que no lo consiguen o, simplemente, calientan
excesivamente el río al que vierten. Esto ya ha pasado varias veces, en España, pero también en otros países
como Francia.
Evidentemente, la erosión y la aridez del suelo están reduciendo drásticamente la productividad agrícola,
una de las principales fuentes de ingresos de la nación que ha sabido aprovechar su suelo para potenciar la
exportación de productos.
Uno de los daños colaterales de la desaparición de las abejas se encuentra en la agricultura. El 70% de los
principales cultivos en España depende de la polinización de insectos como las abejas, pero las poblaciones
de estos animales han decrecido en este siglo debido al cambio climático y otros factores, entre ellos el uso
de neonicotinoides o la expansión de depredadores como la avispa asiática y el abejaruco.
Las proyecciones climáticas indican que el sur de Europa experimentará un alargamiento de los veranos secos
y calurosos, incrementándose las sequías estivales; del mismo modo también aumentará la frecuencia de
eventos climáticos extremos (olas extremas de calor y precipitaciones tormentosas).
Estos cambios climáticos modificarán la vegetación que es alimento de la ganadería extensiva; si bien, hay
que dejar constancia de que en España el factor más importante de los recientes cambios que ha
experimentado la vegetación ha sido el cambio de uso, marcado por el abandono del medio rural español de
las últimas décadas del siglo pasado. Otro importante aspecto del cambio climático es la afección directa
18
sobre la salud animal, puesto que al intensificarse la frecuencia de los fenómenos extremos podrían
aumentar las muertes y enfermedades relacionadas con el clima.
Cualquiera de estos impactos sobre la salud animal significará una menor producción cárnica o láctea, si bien
la respuesta concreta de cada una de las 150 razas ganaderas españolas es una incógnita.
También se producirá un aumento de las primas de los seguros agrarios, que tendrán que hacer frente a las
diferentes incidencias.
En el caso de la pesca, también se están sufriendo los efectos del cambio climático. A medida que aumente
la temperatura del mar, algunas especies nativas no podrán sobrevivir y algunas otras invasoras se
expandirán. Según un trabajo liderado por el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), hay un cóctel
explosivo: el cambio climático y la sobrepesca para continuar con la devastación de la fauna marina.
Alimentación.
Se calcula que la demanda mundial de alimentos en 2050 aumentará al menos un 60% por encima de los
niveles de 2006 debido sobre todo al crecimiento de la población y la rápida urbanización. El informe bienal
de la FAO de 2016 sobre el estado mundial de la agricultura y la alimentación alerta de que un descenso en
la producción agrícola derivaría en la escasez de alimentos, afectando todavía más a regiones expuestas
como África subsahariana o Asia meridional.
Lo denominan coste nutricional del cambio climático y, a pesar de los continuos avisos por parte de la
comunidad científica, hasta 2017 no se hizo público un informe oficial sobre las consecuencias reales que
esto podría tener a nivel internacional.
Los expertos del Programa de Investigación del Cambio Global de los Estados Unidos mencionaron por
primera vez, en su reportaje anual sobre los impactos del cambio climático en la salud, la repercusión de
estas variaciones en la salud y la calidad de los alimentos.
La investigación señalaba la posibilidad de que los alimentos que ingerimos pudieran estar contaminados por
el dióxido de carbono de la atmósfera. Esos niveles crecientes de dióxido de carbono están provocando que
los cultivos de trigo y arroz sean aún menos nutritivos que antes.
El análisis de distintos cultivos y plantas silvestres demostró que muchos alimentos están aumentando su
contenido de carbohidratos, disminuyendo la presencia de algunos nutrientes esenciales, como el zinc o el
hierro.
Además del trigo y el arroz, otros alimentos afectados serían las patatas y la mayoría de frutas y vegetales, lo
que demuestra que, de continuar con el incremento de las emisiones de CO2, no solo se calentará el planeta,
sino que el problema se extendería a más alimentos o aumentaría el grado de afectación en otros cultivos.
Respirar este aire insano perjudica la salud de los ciudadanos. Es un fenómeno local que se interrelaciona
con un fenómeno planetario, las emisiones de gases de efecto invernadero, que repercute directamente
sobre la salud de las personas. Y, además, en los últimos años, está aumentando la preocupación por un
contaminante muy singular, que no sale de las chimeneas ni los tubos de escape, y que afecta más a las zonas
rurales que a las grandes ciudades: el ozono troposférico.
La contaminación por ozono troposférico causa cada año 17.000 muertes prematuras en la Unión Europea,
1.800 de ellas en España. Dos terceras partes de los cultivos y buena parte de nuestros bosques y espacios
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naturales soportan niveles de ozono que dañan la vegetación. Una calidad del aire adecuada debe pasar por
que la ciudadanía conozca en todo momento el estado del aire que respira, y por qué se establezcan planes
de acción que reduzcan la polución causada por el ozono.
Aumento de temperatura. La tendencia lineal a cien años (1906-2005), que es de 0.7 [entre 0.56° C y 0.92°
C] es más acentuada que la indicada por el TIE, que era de 0.6 [entre 0.4° C y 0.8° C] (1901-2000). Entre 1956
y 2005, el calentamiento lineal (0.13 [entre 0.10° C y 0.16° C] por decenio) ha sido casi el doble del
experimentado en los cien años transcurridos desde 1906 hasta 2005. La disminución de la extensión de
nieves y hielos: Los datos satelitales obtenidos desde 1978 indican que, en promedio anual, la extensión de
los hielos marinos árticos ha disminuido en 2.7 [entre 2.1 % y 3.3%] por decenio, y en mayor medida en los
veranos, en que ascendió a 7.4 [entre 5.0 % y 9.8 %] por decenio desde 1900; la extensión máxima de suelo
estacionalmente congelado se ha reducido en torno a un 7% en el Hemisferio Norte, con disminuciones de
hasta un 15% durante la primavera.
Otra manifestación es el aumento de la actividad ciclónica tropical intensa en el Atlántico Norte desde
aproximadamente 1970. Mayor incidencia de valores extremos de aumento de nivel del mar (excluidos los
tsunamis). Episodios de precipitación intensa. También hay períodos cálidos/olas de calor. Aumento de la
frecuencia en la mayoría de las extensiones terrestres y aumentos del nivel del mar.
Los técnicos se han basado en los registros del caudal de las mareas, después de realizar correcciones por
movimientos verticales de tierra, la elevación anual media durante el siglo XX estuvo entre 1 y 2 mm. Es muy
probable que el calentamiento del siglo XX haya contribuido de manera importante a la elevación observada
del nivel medio de los mares mediante la expansión térmica del agua marina y la pérdida generalizada de
hielo.
El informe de IPCC cambio climático y biodiversidad 2002 indica que los cambios esperados en el clima
incluyen el aumento de las temperaturas, cambios en las precipitaciones, la elevación del nivel del mar y la
creciente frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos extremos que producen mayor variabilidad
climática. Otros cambios en el clima según el informe es que la composición de la atmósfera está cambiando,
debido a las crecientes concentraciones de gases de efecto invernadero, como el CO2 y el metano (CH4).
El cambio climático de la Tierra además se refleja en cambio en la temperatura, las precipitaciones, el nivel
del mar, las capas de hielo marino, y en algunas regiones los fenómenos climáticos extremos tales como olas
de calor, fuertes precipitaciones y sequías.
Las manifestaciones en los ecosistemas terrestres son evidentes con la anticipación de las primaveras y el
desplazamiento hacia los polos y hacia mayores alturas del ámbito geográfico de la flora y de la fauna; hay
emigraciones de especies, lo cual está vinculado al reciente calentamiento. Los sistemas hidrológicos están
experimentando los efectos siguientes: aumento de la escorrentía y adelanto de las fechas de caudal máximo
primaveral en numerosos ríos alimentados por glaciares y por nieve, y calentamiento de lagos y ríos en
numerosas regiones, con efectos sobre la estructura térmica y sobre la calidad del agua. El aumento de nivel
del mar y el desarrollo humano están contribuyendo a la pérdida de humedales costeros, de manglares y a
un creciente deterioro por inundaciones costeras en numerosas áreas.
Calentamiento global
El calentamiento global también conocido como cambio climático, es considerado como el aumento de
temperatura de la superficie terrestres, esto se ha dado a consecuencia de la evolución industrial del hombre
para producir su sustento diario y las comodidades que hoy día tiene.
20
La explotación petrolera la cual da origen todos a aquellos combustibles que mueven miles de motores de
diferentes maquinas, la combustión de estos combustibles han producido grandes cantidades de humo, que
se dispersan en la atmosfera con un gran contenido de carbono, producciones en si el Bióxido de Carbono
(CO2) que ha alterado la capa de ozono (O2) proporcionando mayor grosor de la capa. También participas
otros gases como SO2 el H2O y el NO2 y otros más, estos gases saturan la capa de ozono permitiendo que
los rayos del sol penetren y produzcan calor en la superficie de la tierra la cual se queda encerrada
produciendo lo que hoy se le conoce como efecto invernadero.
El calentamiento global o cambio climático es el causante de la alteración del clima por la modificación de
los elementos y factores que mantienen el equilibrio.
El aumento de tormentas, huracanes, frentes frio y cálidos, lluvias tormentosas con descargas eléctricas, la
poca distribución de las precipitaciones; todo esto es el resultado del cambio climático
(https://www.monografias.com/trabajos83/el-cambio-climatico-proyecto/el-cambio-climatico-
proyecto.shtml).
El ser humano.
El ser humano se ha tenido un incremento demográfico, lo cual ha perjudicado el equilibrio ecológico. El
desarrollo de la ciencia ha generado la sobrepoblación por lo que se han incrementado las necesidades
alimenticias lo que ha generado una revolución industrial que ha perjudicado seriamente al medio ambiente.
La revolución de los hidrocarburos y el desarrollo de los motores de combustión interna han generado un
gran avance en la tecnología pero todo esto ha tenido un costo significativo en la modificación del
medio ambiente. La alta tasa de producción de humo que libera CO2 a saturado la capa de ozono generando
daños severos lo que perjudica el equilibrio del clima.
Los principales mecanismos de contaminación atmosférica son los procesos industriales que implican
combustión, tanto en industrias como en automóviles y calefacciones residenciales, que generan dióxido de
carbono dióxido y monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes.
Igualmente, algunas industrias emiten gases nocivos en sus procesos productivos, como cloro o
hidrocarburos que no han realizado combustión completa.
21
También existen una gran cantidad de personas que participan en la conservación del medio ambiente y hay
tecnología utilizada para ello. Por lo que se puede explicar que el desarrollo tecnológico también tiene partes
buenas para la conservación del medio ambiente.
Lo que se tiene que hacer es crea conciencia de conservación y pensar en la generaciones futuras de
humanos por lo que debemos de participar en la dispersión de información clara de los cambios que está
sufriendo el clima y cómo prevenirlos (https://www.monografias.com/trabajos83/el-cambio-climatico-
proyecto/el-cambio-climatico-proyecto.shtml).
En las últimas dos décadas el Perú se ha visto seriamente afectado por el Fenómeno El Niño (FEN) -en Piura
sus impactos han sido devastadores-o A ello se suma el retroceso de nuestros glaciares tropicales con
terribles consecuencias en el régimen hídrico.
En la región central del país, en la Cuenca del Mantaro, que abarca los departamentos de Paseo, Junín,
Huancavelica y Ayacucho, se necesita realizar estudios de adaptación; mientras que, debido a las heladas, en
Apurímac y Puno urgen acciones inmediatas porque la vida de humildes pobladores de origen indígena y sus
fuentes de sustento y desarrollo están siendo afectadas seriamente.
En el Perú urge desarrollar una primera aproximación a un índice de vulnerabilidad, en el nivel regional, para
orientar y priorizar tanto políticas como acciones en torno al tema del Cambio Climático, en base a las
siguientes vulnerabilidades:
Vulnerabilidad humana.
Vulnerabilidad agrícola.
Vulnerabilidad de la infraestructura vial.
Vulnerabilidad de las
22
Perú, el tercer país más vulnerable a los riesgos climáticos
En el Perú, a pesar de que no existe una relación probada entre el Cambio Climático y el Fenómeno El Niño,
se debe seguir invirtiendo en sistemas de predicción climática.
De manera similar, el informe del IPCC de 1995, indica que estabilizar los niveles de dióxido de carbono, en
valores actuales requeriría reducir en un 66-83% las emisiones mundiales de dióxido de carbono. En ese
mismo orden, Enger, E. & Smith, B. (2006) plantean que los métodos para manejar el cambio climático
implican el cambio tecnológico unido a la voluntad política y la realidad económica.
23
Reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero exigirá inversiones y la modificación de la forma
en que actualmente producimos y usamos la energía. Estudios recientes indican que el precio de no hacer
nada sería muy superior, por los danos y el sufrimiento que causaría dejar que el cambio climático siguiera
su curso.
De conformidad con el Convenio, los 189 gobiernos efectúan un seguimiento de los gases de efecto
invernadero que producen e informan al respecto, elaboran estrategias relativas al cambio climático y
ayudan a los más pobres de entre ellos a combatirlo. Además, se reúnen una vez al año para debatir la
situación y decidir los pasos siguientes. El Convenio fue concebido como un marco en cuyo contexto podrían
acordarse otras medidas en el futuro.
El Protocolo de Kyoto.
En 1997, en la ciudad japonesa de Kyoto, los gobiernos dieron un segundo paso aprobando un importante
protocolo. Este tratado compromete a los países industrializados entre ellos a reducir o limitar sus emisiones
de gases de efecto invernadero y a alcanzar ciertos objetivos en materia de emisiones para 2012.
El Protocolo de Kyoto se centra en los países industrializados porque ellos son los responsables de la mayor
parte de las emisiones de gases de efecto invernadero pasadas y presentes, además de poseer los
conocimientos y los medios económicos necesarios para reducirlas. Por ejemplo, la cantidad de gases de
efecto invernadero producida en la UE es de 11 toneladas por ciudadano y ano, en tanto que los países en
desarrollo producen solamente 1 tonelada por ciudadano y año aproximadamente.
El Protocolo de Kyoto entro en vigor el 16 de febrero de 2005. Hasta la fecha, 150 gobiernos, incluidos los 25
de la UE, lo han aprobado oficialmente. Treinta y seis de ellos son países industrializados que tienen fijados
objetivos para 2012, la mayor parte de los cuales exigen una reducción de los gases de efecto invernadero
comprendida entre el 5 y el 8 % con respecto a los niveles de 1990. Solo Estados Unidos y Australia han
decidido no participar en el Protocolo de Kyoto, aunque inicialmente tuvieran previsto hacerlo.
El Protocolo de Kyoto es un primer paso ya en el momento de negociarlo era evidente que no bastaría para
detener el cambio climático—, pero un primer paso crucial, porque anuncia al resto del mundo que la gran
mayoría de las naciones industrializadas están dispuestas a cambiar de rumbo para salvar el clima del planeta.
Además, ha introducido varios mecanismos que permiten a los países cooperar en la reducción de emisiones,
abaratándola.
Los diez países que se incorporaron a la UE el 1 de mayo de 2004 (destacados en azul), excepción hecha de
Chipre y Malta, tienen objetivos propios con arreglo al Protocolo.
Por ejemplo, una gran empresa multinacional que fabrica una amplia gama de productos en diferentes zonas
del mundo ha ahorrado, desde 1990, 1 500 millones de euros reduciendo su consumo de energía e instalando
en sus fábricas nuevas tecnologías más respetuosas con el clima. Además, ahorra entre 7 y 11 millones de
euros al año mediante el uso de la energía renovable. Con estas medidas, ha reducido sus emisiones de gases
de efecto invernadero en un 67 % desde 1990.
El desarrollo de tecnologías respetuosas del clima crea además nuevos puestos de trabajo y abre nuevos
mercados. Gracias a los regímenes de apoyo a la energía eólica existentes en varios países de la UE, las
empresas europeas poseen actualmente el 90 % del pujante mercado mundial de equipos de energía eólica.
En Alemania, la introducción de la energía eólica ha dado trabajo a 40 000 personas. Si las empresas europeas
se apresuran a desarrollar nuevas tecnologías respetuosas del clima, adquirirán una ventaja competitiva para
cuando aumente la demanda mundial de estas tecnologías.
Recicla. Reciclar 1 kg de latas de aluminio usadas consume diez veces menos energía que producirlas, y
se utiliza mucha menos energía para fabricar papel a partir de periódicos viejos que de la pulpa de
madera.
Cuando prepares una bebida caliente, hierve justo la cantidad de agua necesaria
Ahorra agua caliente tomando duchas en vez de baños: consumirás cuatro veces menos energía.
No olvides apagar las luces cuando no hagan falta.
Los hogares son responsables del 30 % del consumo de electricidad en la UE, de manera que, si todos
ahorramos electricidad, el efecto será considerable.
Cuando tengas que comprar bombillas, prueba las de bajo consumo: duran más y usan cinco veces
menos electricidad que las convencionales.
No dejes el televisor, la cadena o el ordenador en modo de espera (standby): es el modo en que queda
encendida una lucecita roja. En promedio, el 45 % de la energía que consume un televisor lo hace en
modo standby. Si todos los europeos evitaran este modo, ahorrarían la electricidad que consume un
país del tamaño de Bélgica.
No dejes tampoco el cargador del móvil enchufado cuando no estés cargando el teléfono. Si lo haces, el
95 % de la electricidad se pierde: solo el 5 % se usa realmente para recargar la batería del móvil.
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• Si tú o tus padres compráis un nuevo electrodoméstico, por ejemplo, un frigorífico o una lavadora,
cercioraos de que la etiqueta europea de eficiencia energética que todo electrodoméstico debe llevar
sea «A»: esto garantiza que hace un uso muy eficiente de la energía.
• Busca productos que lleven la etiqueta ecológica europea, simbolizada por una florecita (véase el
extremo superior izquierdo del recuadro), en tiendas y supermercados. Esto significa que los han
fabricado ajustándose a normas medioambientales estrictas.
• No pongas la calefacción muy alta. Bajar la temperatura en solo 1 ºC puede reducir hasta en un 7 % la
factura energética de una familia
• Para ventilar, abre la ventana de par en par durante unos minutos y luego vuélvela a cerrar, en vez de
dejar que el calor se escape durante mucho rato.
• El automóvil particular es responsable del 10 % de las emisiones de CO2 de la UE. El transporte público,
la bicicleta y la marcha a pie son alternativas más baratas y saludables.
• Si tus padres van a comprar un coche nuevo, pídeles que sea un modelo pequeño y eficiente. De acuerdo
con la legislación europea, los fabricantes de automóviles deben mostrar la información relativa a la
cantidad de CO2 que emiten sus automóviles.
• Las emisiones de CO2 producidas por los aviones aumentan a un ritmo superior al de cualquier otra
fuente. Para distancias de unos pocos centenares de kilómetros, utiliza alternativas como el tren o el
autocar.
• Planta un árbol en la escuela, en el jardín o en el barrio. Cinco árboles absorben habitualmente 1
tonelada de CO2 a lo largo de su vida.
El desafío climático del siglo XXI es la estabilización en 550 ppm de CO2 esto aumentaría la probabilidad de
traspasar el umbral a 80%. Para tener un 50% de posibilidades de no aumentar la temperatura en más de 2°
C por sobre los niveles preindustriales, se requiere estabilizar los gases del efecto invernadero en
concentraciones cercanas a las 450 ppm de CO2. Otro desafío es la brecha de la energía en el mundo con sus
implicaciones tecnológicas económicas, así como la de sustituir los combustibles fósiles por energía
renovable.
Si miramos hacia el futuro, los posibles escenarios de emisiones y utilización de la energía apuntan
inequívocamente hacia un futuro climático peligroso al menos que el mundo cambie su rumbo. Cambiar el
rumbo exigirá dar un vuelco en los patrones de utilización de la energía como la revolución energética que
moldeó la revolución industrial. El marco posterior a Kyoto 2012 influirá notablemente en el panorama para
evitar el cambio climático y para enfrentar aquellos fenómenos que ahora ya son inevitables.
Conclusión
El clima es algo complejo formado por varios factores y elementos que interactúan entre sí. El clima por lo
general tiene que mantener un equilibrio entre sus elementos y factores, por lo general si uno de los factores
26
es modificado el clima se alterar y no sigue su curso normal, ya sea elevando las temperaturas las cuales
crean las tormentas y la lluvia ya no es bien distribuida en el año, creando tiempos de sequía y tiempos de
grandes lluvias que crean inundaciones y deslaves que participan en la perdida de producciones
agropecuarias y humanas.
Para poder minimizar este impacto es necesario que la población este consiente de como interactúa el clima
en las diferentes regiones de la tierra, para poder prevenir.
El estudio del clima no es solo pensar en la lluvia o en el verano, es algo más dinámico, desde los movimientos
de la tierra, ciclo del agua, sus factores y elementos. Todo esto anterior genera una actividad combinada que
si se alera más de alguna o alguno provoca el llamado desequilibrio en el clima que puede modificar los
elementos del clima como: Precipitación y temperatura. al tener problemas con más de alguno de los
elementos o factores del clima es lo que está provocando hoy en día el calentamiento global o cambio
climático. En donde las lluvias no son bien distribuidas y las temperaturas han perdido su originalidad de años
anteriores.
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Disponible en: http://www.minam.gob.pe/cambioclimatico/wp-
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Disponible en:
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https://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_la_ciencia_del_cambio_clim%C3%A1tico
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