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Este capítulo examina el proceso de selección del tamaño de la malla y del intervalo
de tiempo. Está claro que la selección de los incrementos de tiempo y espacio está ligado
estrechamente al tipo de modelo, la variabilidad de las propiedades del reservorio y la
técnica de solución usada.
En el corazón de la formulación de la diferencia finita del problema de simulación del
reservorio está la segmentación espacial del modelo de reservorio en un modelo de punto
centrado o bloque centrado y la división del intervalo de tiempo total en alguna secuencia
de intervalos de tiempo más pequeños. La representación matemática del flujo de fluido
involucra la selección de incrementos espaciales, Δx, Δy, y Δz y una secuencia de
incrementos de tiempo, Δt.
reservorio a desarrollarse en un modelo repetido de 5 puntos con una malla areal real que
puede usarse en una simulación de aquel reservorio.
Fig. 4.1 – Ejemplo de sistemas de malla (a) para identificar lugares donde se necesita datos de rendimiento y (b) para
proporcionar segmentación adecuada para simulación
El límite exterior del reservorio es el factor geométrico más obvio que debe
representarse. En algunos casos, el sistema de malla puede orientarse de modo que los
límites del reservorio correspondan a los bordes de la malla. En casos donde los límites
externos tienen un aspecto más complejo, áreas que caen fuera del reservorio pueden
representarse quitando los bloques correspondientes de los cómputos o asignándoles cero
permeabilidad y VP.
Fig. 4.2 – Influencia de la geometría interna y externa en el diseño Fig. 4.3 – Ejemplo de uso de la permeabilidad
del modelo cero para modelar barreras al flujo
Otro factor descriptivo que puede ejercer una mayor influencia en la selección del
tamaño del bloque-malla es la presencia de barreras internas al flujo de fluidos, incluyendo
rupturas de pizarras, discontinuidades del reservorio, y fallas no conductivas. Tales
barreras son generalmente incluidas en el modelo asignando una permeabilidad cero en el
límite de los bloques-malla apropiados, los que deben escogerse para aproximar la
ubicación de las barreras al flujo. La representación de las barreras internas deben
hacerse solo si estas son sustanciales como para afectar seriamente el comportamiento
de flujo. La Fig. 4.2 muestra un sistema de malla seleccionado para representar límites del
reservorio y barreras de pizarra. La Fig. 4.3 ilustra un sistema de malla construido de
modo que los límites del bloque-malla con permeabilidad cero representen las fallas sello
en el reservorio.
Cambios significativos en permeabilidad y porosidad deben representarse por un
límite entre capas del modelo. Reservorios altamente estratificados pueden requerir
segmentación extensiva de bloque en la dirección vertical. Por otro lado, si hay una
pequeña variación vertical en las propiedades, puede no ser necesaria segmentación
vertical por propósitos descriptivos.
La definición de la malla en una zona de transición debe ser lo suficientemente fina
como para describir la distribución de la saturación, gradientes de presión y la eficiencia de
desplazamiento en la zona con la exactitud requerida por el estudio.
Variaciones en las propiedades iniciales del fluido: viscosidad del petróleo, presión de
saturación y GOR, a veces obligan a definición de malla más fina.
Hay otros factores dinámicos que necesitan considerarse en la selección del tamaño
de la malla. Por ejemplo, una distribución de saturación definida burdamente puede
conducir a errores en caudales de producción calculados y eficiencias de desplazamiento.
Algunos de estos factores involucran resolución vertical y areal, mientras otros, como la
dispersión numérica, influyen en la exactitud de los cálculos en la solución de las
ecuaciones de flujo. Para representar el comportamiento dinámico del reservorio, un
modelo debe tener 3 capacidades:
Primero, debe ser apto para describir presiones en el reservorio como función del tiempo.
Se necesita un cálculo exacto de las presiones para la predicción de la productividad de
los pozos y para la estimación de la recuperación total.
Segundo, si hay más de una fase móvil en el reservorio, el modelo debe ser apto para
describir la ubicación y el movimiento de fluidos individuales. Segmentación vertical
apropiada puede ser importante si hay movimiento vertical significante o segregación de
fluidos.
Si una región del reservorio contiene solo una fase móvil y si no hay pozos en aquella
región, pocos bloques serán requeridos para adecuar la representación de la presión en
aquella región. Los bloques-malla que representan un acuífero o un casquete de gas,
pueden ser más grandes que aquellos usados para representar regiones multifase. La Fig.
4.4 muestra una malla areal típica que usa bloques grandes en un acuífero. Aún si el
acuífero de la Fig. 4.4 contiene pozos de inyección de agua, podría modelarse
adecuadamente con la malla mostrada. Zonas de petróleo conteniendo pozos de
producción son modeladas con bloques-malla más pequeños, aún si el petróleo es la
única fase fluyendo en estas zonas.
Fig.4.4– Malla areal típica en que una región de fase simple se modela con bloques grandes
Usar un tamaño de malla no uniforme puede ser una manera de asegurar una
adecuada definición de la malla a un costo mínimo. Un ahorro en costo de computación
puede lograrse usando bloques grandes en regiones de una sola fase. Por tanto: Primero,
los bloques no deben ser tan grandes que la respuesta del flujo sea instantánea, o sea
debe haber un número suficiente de bloques para modelar el comportamiento del sistema
reservorio/acuífero. Segundo, extremos en dimensiones de bloques-malla pueden causar
dificultad al resolver las ecuaciones de flujo en algunos simuladores.
En adición a la ventaja de tener bloques-malla grandes cuando es posible, hay una
ventaja al variar el tamaño de la malla en regiones de especial interés, como por ejemplo
en regiones cercanas al pozo para modelar conificación y cuspidación. Con sistema de
malla variable, no necesitan usarse bloques pequeños en otras áreas del campo donde la
definición no es tan crítica.
usar este enfoque en partes del modelo grande construyendo modelos más pequeños que
contienen solo las regiones de mayor interés. La comparación incluye distribución de
saturación, presión, eficiencia de desplazamiento y recuperación, rendimientos de
producción e inyección de pozos o regiones.
Como segundo control, una vez iniciada la simulación, debe compararse el
rendimiento temprano en una pequeña parte del campo con el rendimiento calculado por
métodos clásicos (analíticos).
Aunque la selección del tamaño del bloque-malla es compleja e influida por las
propiedades del reservorio y las preguntas a ser contestadas, es posible identificar
algunas guías que pueden aplicarse.
1. En general, 10 a 20 bloques-malla verticales son suficientes para un modelo de corte
transversal. El número de bloques-malla en la dirección del flujo depende del número
de pozos a ser modelados y de las variaciones horizontales en las propiedades, pero
usualmente 20 a 80 bloques son suficientes.
2. Modelos areales deben tener de 30 a 100 bloques-malla en cada dirección. Las
dimensiones de malla en ambas direcciones tienden a ser similares. Hay pocos
problemas computacionales cuando se corre un modelo areal y el número de bloques-
malla puede ser grande en relación a otros tipos de modelos.
3. Modelos radiales tienen 10 a 20 bloques-malla verticales y horizontales. El número
total de bloques-malla es mucho menor que en otros modelos y las corridas de
sensitividad pueden hacerse a costo relativamente bajo.
4. Los modelos 3D deben tener un número mayor de bloques-malla que los modelos de
una y dos dimensiones (2D) y son los más caros a usarse. Las dimensiones areales de
una malla 3D necesariamente son similares a aquellas de una malla areal. Puede ser
necesario comprometer segmentación vertical para controlar el número total de
bloques en el modelo. El número de bloques verticales en un modelo de campo
completo es restringido de tres a siete. En algunos casos, el número de bloques en la
dirección vertical ha sido 10 a 15 en un modelo conteniendo un total de 50.000
bloques-malla.
fila de bloques. Si los bloques-malla no son ortogonales, como en la Fig. 4.5a y b, las
ecuaciones no son estrictamente aplicables y las respuestas generadas por un simulador
pueden no ser exactas. Algunas veces, como en el modelo 3D mostrado en la Fig. 4.5b,
los límites físicos del reservorio y la forma de los planos no se prestan para una malla
ortogonal. En tales casos, si la curvatura es delgada, puede usarse una malla no ortogonal
y los resultados serán aceptables. Los sistemas de mallas, no deberían diseñarse con
ángulos entre bloques-malla adyacentes de más de unos pocos grados.
Fig. 4.5 – Ejemplo de sistema de malla usado en estudios de simulación de reservorios: (a) modelo de corte transversal y (b) modelo 3D
3. Métodos de solución más caros pueden, a la larga, ser menos caros que métodos
alternativos si aquellos son más fáciles de usar que los métodos alternativos. Por
ejemplo, aun con mayor costo en tiempo de computación, un modelo 3D detallado
puede ser menos intensivo en manpower y en total más barato que una combinación
de modelo de corte transversal (con desarrollo de seudo funciones) seguidas de un
modelo areal 2D.