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Capítulo I Competencia y Procedimiento .....................................................................................

7
1. COMPETENCIA DE TRIBUNAL DE FAMILIA PARA CONOCER CONDUCTAS
CONSTITUTIVAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. IMPROCEDENCIA DE ESTIMAR
HECHOS ANTERIORES PARA HABITUALIDAD QUE EXIGE TIPO PENAL ................... 8
2. DENUNCIA DE HECHOS CONSTITUTIVOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
SITUACIONES DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO CONSTITUTIVAS DE DELITO.
COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA. SITUACIONES DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR CONSTITUTIVAS DE DELITO. COMPETENCIA DEL MINISTERIO
PÚBLICO ..................................................................................................................................... 11
3. HECHOS QUE REVISTEN CARACTERES DE DELITO DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR DEBEN SER INVESTIGADOS POR MINISTERIO PÚBLICO.
CONTIENDA DE COMPETENCIA .......................................................................................... 16
4. ACCIÓN POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PUEDE SER DEDUCIDA POR FISCAL,
PREVIA INSTANCIA DE UN PARIENTE DE LA VÍCTIMA ................................................. 21
5. DELITO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PUEDE SER PERSEGUIDO DE OFICIO
POR EL MINISTERIO PÚBLICO ............................................................................................. 26
6. ACUERDO REPARATORIO ES IMPROCEDENTE PARA DELITOS
CONSTITUTIVOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR .......................................................... 30
7. JUEZ DE GARANTÍA NO PUEDE APROBAR ACUERDOS REPARATORIOS QUE
RECAIGAN EN CAUSAS SOBRE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ..................................... 33
8. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. MINISTERIO PÚBLICO PUEDE CONOCER
INCUMPLIMIENTO DE MEDIDAS CAUTELARES POR DIFERENTES VÍAS ................ 39
9. MIENTRAS NO SE NOTIFICA LA SENTENCIA DEFINITIVA AL DENUNCIADO POR
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO PRECLUYE SU DERECHO A APELAR .................... 42
10. JUEZ NO PUEDE APLICAR PROCEDIMIENTO DE DELITOS DE ACCIÓN PENAL
PRIVADA A ILÍCITO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ...................................................... 46
11. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. MEDIDA PRECAUTORIA DEROGADA NO VICIA EL
PROCEDIMIENTO SI FUE APLICADA DURANTE SU VIGENCIA ................................... 49
CAPÍTULO II CONDUCTAS CONSTITUTIVAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ................................... 58
1. ELEMENTOS QUE CONFIGURAN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR .............................. 59
2. CONVIVENCIA DE HOMOSEXUALES. APLICACIÓN DE LEY DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR. CONCEPTO DE CONVIVIENTE. VOTO EN CONTRA ....................... 63
3. NO EXISTE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR SI ESTADO MENTAL DE DENUNCIANTE
NO DERIVA DE MALTRATO PSICOLÓGICO ...................................................................... 70
4. NO EXISTE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ENTRE MUJER SEPARADA DE HECHO
Y NUEVA PAREJA DE CÓNYUGE ......................................................................................... 73
5. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. NO LO CONSTITUYEN LOS MALTRATOS
POSTERIORES AL TÉRMINO DE MATRIMONIO ............................................................... 79
6. PRETENDER CONTROLAR LA FAMILIA A TRAVÉS DEL PODER ECONÓMICO
CONSTITUYE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR REITERADA ............................................... 82
7. CONDUCTA CONSTITUTIVA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. INEXISTENCIA DE
DELITO DE VIOLACIÓN DE DOMICILIO. PRINCIPIO DE ESPECIALIDAD ................... 87
8. SE EJERCE VIOLENCIA SICOLÓGICA Y ECONÓMICA EN CONTRA DE
CÓNYUGE E HIJOS AL PRIVARLOS DEL HOGAR DONDE VIVÍAN CÓMODA Y
AMPLIAMENTE EN FORMA SÚBITA .................................................................................... 95
9. AGRESIÓN FÍSICA A HERMANA DE MADRASTRA CONSTITUYE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR ...................................................................................................................... 101
10. CONDUCTA QUE NO ES CONSTITUTIVA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
DIFERENCIAS Y DISCUSIONES PROPIAS DEL MATRIMONIO ................................... 105
11. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. CONCURRENCIA. DELITO DE MALTRATO
HABITUAL. REQUISITOS PROCEDENCIA. NÚMERO Y PROXIMIDAD DE ACTOS.
CUMPLIMIENTO CRITERIOS LEGALES HABITUALIDAD. REMISIÓN DE
ANTECEDENTES AL MINISTERIO PÚBLICO. PROCEDENCIA Y OPORTUNIDAD
PROCESAL ............................................................................................................................... 108
12. VIOLENCIA PSICOLÓGICA Y VIOLENCIA ECONÓMICA ........................................ 112
13. VIOLENCIA FAMILIAR CONSTITUTIVA DE MALTRATO INFANTIL ....................... 117
14. APLICACIÓN DE LA LEY Nº 20.066 A PERSONAS QUE VIVAN BAJO EL "MISMO
TECHO" ..................................................................................................................................... 122
15. DENUNCIA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. RECHAZADA. CONCEPTO DE
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. EXISTENCIA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
BIDIRECCIONAL. ORIGEN DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR QUE NO PUEDE
SER ATRIBUIDO EXCLUSIVAMENTE AL DENUNCIADO .............................................. 127
CAPÍTULO III PRUEBA ..................................................................................................................... 131
1. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. EXIGENCIA PROBATORIA ........................................ 132
2. DENUNCIANTE DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR DEBE PRECISAR HECHOS QUE
LA COMPONEN Y FECHA DE OCURRENCIA .................................................................. 136
3. DENUNCIA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, RECHAZADA. VIOLENCIA
PSICOLÓGICA. EXIGENCIA DE ACREDITAR INEQUÍVOCAMENTE LOS HECHOS
CONSTITUTIVOS DE LA DENUNCIA. INFORMES PSICOLÓGICOS
CONTRADICTORIOS .............................................................................................................. 139
4. NO SE CONFIGURA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR SI INFORME SICOLÓGICO DE
LA DENUNCIANTE NO REFIERE EPISODIOS DE SU OCURRENCIA ........................ 142
5. SI DENUNCIA POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO CONTIENE RELACIÓN
CIRCUNSTANCIADA DE LOS HECHOS NO CUMPLE CON REQUISITOS LEGALES
..................................................................................................................................................... 145
6. DENUNCIA POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO PUEDE SER ACOGIDA SOBRE
LA BASE DE TESTIMONIOS DE OÍDAS ............................................................................. 148
7. EN CAUSAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR LA PRUEBA SE APRECIA DE
ACUERDO A LA SANA CRÍTICA. VALOR PROBATORIO DE FOTOCOPIA SIMPLE DE
DENUNCIA E INFORME PSICOLÓGICO............................................................................ 151
Capítulo IV Medidas Cautelares ................................................................................................ 156
1. MEDIDAS CAUTELARES QUE PUEDE DECRETAR JUZGADO DE FAMILIA.
CARÁCTER DE DICHAS MEDIDAS ..................................................................................... 157
2. RESOLUCIÓN QUE RECAE SOBRE MEDIDA CAUTELAR ESTABLECIDA EN LEY
DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ES APELABLE ............................................................. 164
3. PROCEDE ARRESTO SI AGRESOR DESACATA MEDIDAS CAUTELARES ......... 167
4. MEDIDA CAUTELAR QUE NO EXIGE CALIFICACIÓN DE RIESGO ........................ 170
5. INCUMPLIMIENTO DE MEDIDA CAUTELAR ORDENADA POR JUEZ CON
COMPETENCIA EN LO PENAL PUEDE CONFIGURAR DELITO DE DESACATO .... 174
6. MEDIDAS CAUTELARES DECRETADAS CON OCASIÓN DEL TÉRMINO DE
INTERVENCIÓN DE TRIBUNAL DE FAMILIA NO TIENEN CARÁCTER DE
PREJUDICIAL ........................................................................................................................... 179
Capítulo V Sanciones .................................................................................................................. 185
1. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. APLICACIÓN DE MEDIDAS ACCESORIAS ES
IMPERATIVO PARA JUEZ ..................................................................................................... 186
2. OBLIGACIÓN DE PAGO DE DESEMBOLSOS Y PERJUICIOS PATRIMONIALES
POR ACTOS CONSTITUTIVOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. MEDIDAS
ACCESORIAS........................................................................................................................... 189
3. CALIFICACIÓN DE LESIONES EN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. NO HAY
CRITERIO DISCRECIONAL. APLICACIÓN DE PRESCRIPCIÓN DE ACCIÓN PENAL
..................................................................................................................................................... 192
4. ARTÍCULO 400 DEL CÓDIGO PENAL ES INAPLICABLE A DELITOS DE
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ................................................................................................ 195
5. LESIONES MENOS GRAVES. JUEZ DEBE IMPONER MEDIDA ACCESORIA SI
ILÍCITO ES CONSTITUTIVO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ..................................... 199
6. LESIONES MENOS GRAVES EN CONTEXTO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO DE NON BIS IN IDEM ................................................. 205
7. DECISIONES SANCIONATORIAS EN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO PUEDEN
FUNDARSE EN CONSIDERACIONES SUBJETIVAS....................................................... 219
8. LEY DE RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES ESTABLECE
NORMAS QUE SERÁN APLICADAS SUPLETORIAMENTE A LOS CASOS NO
PREVISTOS EXPRESAMENTE EN ELLA........................................................................... 222
9. CUANDO LESIONES INFERIDAS TIENEN LUGAR EN CONTEXTO DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR SE DEBE AUMENTAR LA PENA BASE EN UN GRADO.................. 229
CAPÍTULO VI DESACATO ................................................................................................................ 234
1. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. PROCEDE ARRESTO SI AGRESOR DESACATA
MEDIDAS CAUTELARES ....................................................................................................... 235
2. INCUMPLIMIENTO DE MULTA POR INFRACTOR DE LEY DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR CONSTITUYE DELITO DE DESACATO .............................................. 238
3. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. DELITO DE DESACATO DE MULTA IMPUESTA
PRESCRIBE EN CINCO AÑOS............................................................................................. 242
4. DESACATO POR INCUMPLIMIENTO DE OBLIGACIÓN DE NO ACERCARSE A LA
VÍCTIMA CONTENIDA EN LEY DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ................................ 246
5. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. IMPUTADO DEBE SER ABSUELTO DE DESACATO
SI FUE SANCIONADO POR INCUMPLIMIENTO DE MEDIDA CAUTELAR ................. 250
6. VIOLACIÓN A UNA DE LAS CONDICIONES IMPUESTAS EN SUSPENSIÓN
CONDICIONAL DEL PROCEDIMIENTO NO IMPORTA LA COMISIÓN DE UN DELITO
DE DESACATO ........................................................................................................................ 253
7. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. MEDIDAS CAUTELARES. LEY DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR PRIMA SOBRE CÓDIGO PROCESAL PENAL. SALIDA
ALTERNATIVA. ERROR DE PROHIBICIÓN ....................................................................... 259
CAPÍTULO VII TRASLADO DE MENORES A OTRO ESTADO............................................................ 273
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR COMO RIESGO QUE IMPIDE ACCEDER A SOLICITUD
DE TRASLADO A OTRO ESTADO. CONVENCIÓN SOBRE ASPECTOS CIVILES DEL
SECUESTRO INTERNACIONAL DE NIÑOS ...................................................................... 274
Capítulo I Competencia y Procedimiento
1. COMPETENCIA DE TRIBUNAL DE FAMILIA PARA CONOCER CONDUCTAS
CONSTITUTIVAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. IMPROCEDENCIA DE
ESTIMAR HECHOS ANTERIORES PARA HABITUALIDAD QUE EXIGE TIPO
PENAL

SUMARIO: En materia penal rige el principio de la irretroactividad de la ley,


conforme lo establece el artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política de la
República, reiterado a su vez por el artículo 18 del Código Penal, en virtud del
cual no se puede castigar a una persona por un delito, si no existe una ley dictada
con anterioridad a su perpetración. A su vez, el ilícito de maltrato habitual en los
casos de violencia intrafamiliar, fue establecido por la Ley Nº 20.066 publicada en
el Diario Oficial el 7 de octubre de 2005, a través de su artículo 14, ley que
conforme a su artículo 25 empezó a regir el 1 de octubre de 2005. No se aprecia
la habitualidad en la violencia o física o síquica como exige la disposición legal,
cometidos después del 1 de octubre de 2005, pues por las razones señaladas en
el considerando primero sobre irretroactividad de la ley penal, no deben
considerarse hechos acaecidos con anterioridad a la entrada en vigencia de la
norma jurídica materia de este proceso. Al no darse el tipo penal contemplado en
el artículo 14 de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, procede que se deje sin
efecto la incompetencia declarada por la juez a quo, debiendo continuarse con el
procedimiento establecido en la Ley Nº 19.968 conforme lo señala el artículo 6º
de la Ley Nº 20.066.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 2-2006

Fecha: 17/02/2006

Cita online: CL/JUR/4488/2006

Magistrado: Fodich Castillo, Vicente

Redactor: Fodich Castillo, Vicente

Voces: aplicación de la ley - delito - derecho constitucional - derecho penal -


derechos constitucionales - ley - ley penal - protección de los derechos -
retroactividad de la ley - violencia familiar
Legislación relacionada: Ley Nº 19.968; Artículo 14 - Ley Nº 20.066; Artículo
19 - Constitución Política de la República; Artículo 18 - Código de Procedimiento
Penal; Artículo 19 - Código Penal.

TEXTO COMPLETO:

Antofagasta, 17 de febrero de 2006.

Vistos:

Atendido el mérito de los antecedentes y teniendo presente:

Primero : Que en materia penal rige el principio de la irretroactividad de la ley,


conforme lo establece el artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política de la República,
reiterado a su vez por el artículo 18 del Código Penal, en virtud del cual no se puede
castigar a una persona por un delito, si no existe una ley dictada con anterioridad a
su perpetración. A su vez, el ilícito de maltrato habitual en los casos de violencia
intrafamiliar, fue establecido por la Ley Nº 20.066 publicada en el Diario Oficial el 7
de octubre de 2005, a través de su artículo 14, ley que conforme a su artículo 25
empezó a regir el 1 de octubre de 2005.

SEGUNDO: Que conforme aparece de la carpeta de antecedentes del Juzgado


de Familia de Antofagasta, la demandante doña Virna Danae Ángel Butt, relata un
solo episodio que ella considera de violencia intrafamiliar, el que habría ocurrido el
día 23 de octubre de 2005, como se lee de la copia de la constancia agregada a
fojas 54, consistente en que su marido Edwin Villarroel Terrazas, del cual está
separada, se presentó en su domicilio a las 21:00 horas del día señalado y en forma
violenta golpeó la puerta principal con la finalidad de ingresar, lo que no logró. Los
otros reclamos de violencia intrafamiliar que formula en la audiencia preparatoria a
fojas 1, se refieren a hechos anteriores a la publicación de la Ley Nº 20.066, incluso
al año 2003.

Tercero: Que, así las cosas, no se aprecia la habitualidad en la violencia o física


o síquica como exige la disposición legal, cometidos después del 1 de octubre de
2005, pues por las razones señaladas en el considerando primero sobre
irretroactividad de la ley penal, no deben considerarse hechos acaecidos con
anterioridad a la entrada en vigencia de la norma jurídica materia de este proceso.

Al no darse el tipo penal contemplado en el artículo 14 de la Ley sobre Violencia


I ntrafamiliar, procede que se deje sin efecto la incompetencia declarada por la juez
a quo, debiendo continuarse con el procedimiento establecido en la Ley Nº 19.968,
conforme lo señala el artículo 6º de la Ley Nº 20.066.
Por las razones expuestas, lo establecido en los artículos 186 del Código de
Procedimiento Civil y 67 de la Ley Nº 19.968, se revoca la resolución de once de
noviembre de dos mil cinco, escrita a fojas uno y siguientes de la carpeta de
antecedentes, sólo en cuanto el Tribunal a quo se declaró absolutamente
incompetente remitiendo los antecedentes al Ministerio Público y, en su lugar, se
declara que mantiene su competencia el Juzgado de Familia de Antofagasta para
continuar sustanciando la denuncia sobre Violencia Intrafamiliar, debiendo
comunicarse lo resuelto al Ministerio Público de esta ciudad, por el Tribunal de
primera instancia.

Devuélvase.

Redacción del Ministro Titular Sr. Vicente Fodich Castillo.

Rol Nº 2-2006.
2. DENUNCIA DE HECHOS CONSTITUTIVOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
SITUACIONES DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO CONSTITUTIVAS DE
DELITO. COMPETENCIA DE LOS JUZGADOS DE FAMILIA. SITUACIONES DE
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR CONSTITUTIVAS DE DELITO. COMPETENCIA
DEL MINISTERIO PÚBLICO

SUMARIO: Por una parte, la competencia para conocer y juzgar los actos de
violencia intrafamiliar que no constituyan delito, según dispone el artículo 6º de la
Ley de Tribunales de Familia, corresponde a los juzgados de familia. Por otra, la
facultad de investigar y sostener la acción penal por hechos constitutivos de
faltas, simples delitos o crímenes, de acuerdo a la Carta Fundamental y a la LOC
del Ministerio Público, corresponde a los fiscales de este organismo. En
consecuencia, para determinar el órgano competente que debe conocer de una
denuncia por situaciones de violencia intrafamiliar, hay que dirimir si los hechos
son o no constitutivos de delito: si lo son, será competente el Ministerio Público;
si no lo son, lo será el juzgado de familia. En la especie, siendo lo denunciado por
la afectada a Carabineros, y por éstos al Ministerio Público, la eventual comisión
del delito de lesiones y amenazas cometidos por el cónyuge de la denunciante,
el órgano competente para seguir conociendo de los antecedentes es el Ministerio
Público.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema

Rol: 644-2011

Fecha: 23/02/2011

Cita online: CL/JUR/9770/2011

Magistrados: Pierry Arrau, Pedro; Araya Elizalde, Juan; Egnem Saldías, Rosa;
Jacob Chocair, Mauricio Roberto; Muñoz Gajardo, Sergio

Redactor: Egnem Saldías, Rosa

Voces: acción constitucional - competencia - delito - derecho constitucional -


derecho de familia - derecho penal - derecho procesal - derecho procesal penal -
sistema acusatorio - tribunal de familia — violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 13, 400 y 494 Nº 5 - Código Penal; Artículo


191 - Código Orgánico de Tribunales

TEXTO COMPLETO:
Excma. Corte:

Estos antecedentes se han elevado ante US. Excma. para resolver la contienda
de competencia suscitada entre el Juzgado de Familia de Puente Alto y la Fiscalía
Local de Puente Alto del Ministerio Público que dicen relación con la originaria
denuncia formulada a Carabineros de Chile por situaciones de violencia
intrafamiliar, y que determinó a esa institución enviar el parte denuncia a la Fiscalía
Local del Ministerio Público de esa localidad, atribuyendo infracción a la ley que la
establece, lo cual no fue aceptado por esa Fiscalía, remitiendo dichos antecedentes
al Juzgado de Familia de Puente Alto por estimar que eran materias de
su competencia.

La situación sometida a este análisis es la siguiente:

Con fecha 14 de diciembre de 2010, la señora María Soledad Díaz Ramos, de 44


años, domiciliada en Avenida Virginia Subercaseaux Nº 2135, comuna de Pirque,
formuló denuncia por violencia intrafamiliar en la Tenencia de Pirque de Carabineros
de Chile ocurrida ese mismo día y que le provocó lesiones, adicionando amenazas
y maltratos reiterados.

El parte de Carabineros, por la situación denunciada consta a fs. 2, 3 y 4 del


expediente, fue enviado a la Fiscalía Local de Puente Alto, con sus respectivos
antecedentes.

Con fecha 24 de diciembre de 2004 mediante Oficio Nº 8.282, en causa Ruc


1001164797-4 la Fiscal Adjunto Cecilia Olivero Núñez de la Fiscalía Local de Puente
Alto, reenvía al Juzgado de Familia de Puente Alto el parte Nº 923 de Carabineros
junto a todos sus antecedentes por estimar de que se tratan materias de
su competencia.

La Juez Titular del Juzgado de Familia de Puente Alto, con fecha 3 de enero de
2011, mediante resolución que consta a fs. 8, en autos Rit F 2.536-2010, resolvió
tener por recibidos los antecedentes que dan cuenta de hechos presuntamente
constitutivos de violencia intrafamiliar, y determinó no aceptar
la competencia declinada por la Fiscalía Local de Puente Alto, en base a lo
dispuesto en el artículo 191 inciso final del Código Orgánico de Tribunales, teniendo
inmediatamente por trabada contienda de competencia, y ordenó elevar los autos a
la Excma. Corte Suprema de Santiago (sic) con esa misma fecha.

Por decreto de fs. 9 se ha dado vista a esta Fiscalía Judicial.


La resolución de la presente contienda de competencia corresponde a V. E. con
arreglo al artículo 191 inciso final del Código Orgánico de Tribunales.

La competencia para conocer y juzgar los actos de violencia intrafamiliar que no


constituyan delito, según lo dispone taxativamente la Ley Nº 19.968 en su artículo
6º serán de conocimiento de los Tribunales de Familia contemplados en dicho
cuerpo legal y a ella se sujetará el procedimiento que corresponde.

La norma general en relación a la facultad de investigar y sostener la acción penal


por hechos constitutivos de faltas, simples delitos o crímenes corresponde a los
Fiscales del Ministerio Público según lo dispone la Constitución Política de la
República y la Ley Orgánica que creó dicha institución.

En consecuencia, lo que corresponde dirimir para determinar a quién le


corresponde actuar en esta primera etapa, es si hay una situación de actos
cometidos en ámbitos de violencia intrafamiliar que no son constitutivos de delito
para enviarlos al Tribunal de Familia, en caso contrario será el Ministerio Público el
cual deberá ejercer sus facultades y obligaciones.

Consta a fs. 1 el informe de lesiones luego del examen que se le practicó a la


víctima, éstas fueron calificadas de leves desde el punto de vista médico en la
Unidad de Emergencia de Adultos del Complejo Asistencial del Hospital Dr. Sotero
del Río. Del mismo modo Carabineros de Chile, de la tenencia de Pirque, en el parte
denuncia de fs. 2, 3 y 4, califican los hechos como lesiones leves en violencia
intrafamiliar, y además señala que hubo amenazas verbales de provocar la muerte
a la víctima, y que el maltrato tendría una frecuencia mensual de un año a la fecha.

En los fundamentos de la declaración de incompetencia de fs. 8 dictado por la


Juez Titular del Juzgado de Familia de Puente Alto se señala que de los
antecedentes remitidos por la Fiscalía se visualiza que la denunciante fue agredida
por su cónyuge con una silla, y que ella señala que hay agresiones reiteradas, y
atendido lo que señala el artículo 90 de la Ley Nº 19.968 que creó los Tribunales de
Familia, en caso de que los hechos revistan caracteres de delito el juez debe enviar
de inmediato los antecedentes al Ministerio Público. Ello en virtud de que la
investigación sobre esos actos se encuentra radicada en el ámbito de los
procedimientos establecidos en el Código Procesal Penal.

En el caso de autos, según se constata en el Parte denuncia de fs. 2, 3, y 4, se


atribuye la comisión de los delitos de lesiones y de amenazas contemplados en el
Código Penal, por lo que corresponde la aplicación de los procedimientos
contemplados en el Código Procesal Penal. En efecto, lo denunciado por la afectada
a Carabineros, y por éstos al Ministerio Público, es la eventual comisión del delito
de lesiones y amenazas cometidos por don Fernando Rojerio Navarro Guerra,
chileno, cónyuge de la víctima, de su mismo domicilio, y la calificación jurídica de
dichos ilícitos corresponderá hacerla, en un primer momento al Ministerio Público y
luego al tribunal del juicio correspondiente, ya sea Juzgado de Garantía o de Juicio
Oral en lo Penal. En todo caso, las lesiones en el ámbito de la violencia familiar,
debieran ser siempre encuadradas como delito, atendido lo dispuesto en el artículo
494 Nº 5 del Código Penal, en su actual redacción, y ello en concordancia con lo
dispuesto en el artículo 13 de ese mismo cuerpo punitivo, y a mayor abundamiento,
con lo que se ha determinado legislativamente en el artículo 400 del Código Criminal
chileno.

Asimismo, las amenazas contempladas en los artículos 296 y siguientes son


constitutivas de delitos, por lo cual se enmarcan en cuanto a su investigación dentro
de la órbita de actuación del Ministerio Público. Por ello cabe consignar que el
ejercicio de la acción penal para perseguir las eventuales responsabilidades del
infractor compete al Ministerio Público quien deberá ejercerla ante el Tribunal de
Garantía correspondiente, si así lo estimare dentro de sus posibilidades de
actuación.

De las disposiciones recién señaladas se deduce que el Ministerio Público es el


único ente naturalmente competente, en razón de la materia, para conocer de una
eventual infracción al Código Penal.

En consecuencia, esta Fiscalía Judicial es de opinión que Us. Excma. dirima la


presente contienda de competencia declarando que es competente para seguir
conociendo de estos antecedentes, el Fiscal Adjunto de la Fiscalía Local de Puente
Alto, a quien se remitirán los autos.

Santiago, 31 de enero de 2011.

Santiago, veintitrés de febrero de dos mil once.

Vistos:

Atendido el mérito de los antecedentes, lo informado por la Sra. Fiscal Judicial y


lo dispuesto en los artículos 13, 400 y 494 Nº 5 del Código Penal y artículo 191
inciso final del Código Orgánico de Tribunales, se declara que es competente para
conocer de estos autos el Fiscal Adjunto de la Fiscalía Local de Puente Alto, al que
deberán remitirse los antecedentes.

Comuníquese lo resuelto al Juzgado de Familia de Puente Alto.


Regístrese y devuélvase con su agregado.

Pronunciado por la Sala de Verano, integrada por los Ministros Sr. Sergio Muñoz
G., Sr. Juan Araya E., Sr. Pedro Pierry A., Sra. Rosa Egnem S. y Sr. Roberto Jacob
Ch.

Autorizada por la Ministro de Fe de esta Corte Suprema.

Rol Nº 644-2011.
3. HECHOS QUE REVISTEN CARACTERES DE DELITO DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR DEBEN SER INVESTIGADOS POR MINISTERIO PÚBLICO.
CONTIENDA DE COMPETENCIA

SUMARIO: El juez al advertir que los hechos en que se basa una denuncia o
demanda revisten caracteres de delito debe "de inmediato" declararse
incompetente y remitir los antecedentes al Ministerio Público para que éste, sin
dilación, pueda ejercer la función que la Constitución le asigna. El inciso segundo
del artículo 90 de la Ley Nº 19.968, al establecer que: "Si... en la audiencia
preparatoria o en la del juicio aparece que el denunciado o demandado ha
ejercido violencia en los términos establecidos en el artículo 14 de la Ley sobre
Violencia Intrafamiliar, el tribunal los remitirá al Ministerio Público", se explica
porque resulta evidente que el juez puede adquirir la convicción de que los hechos
son constitutivos de delito en la audiencia preparatoria o en la del juicio y no antes,
por los antecedentes de los cuales tome conocimiento en dichas ocasiones. En
tal caso deberá, en esas oportunidades, proceder en la forma antes indicada. El
concluir que en el caso del delito de maltrato habitual, dicho inciso segundo habría
establecido un requisito previo o de procedibilidad para la actuación del Ministerio
Público limita el ejercicio de la función que a éste constitucionalmente le compete
en términos que no se avienen con una interpretación armónica y sistemática de
nuestro ordenamiento jurídico, particularmente de lo que disponen los artículos
83, inciso primero, de la Carta Fundamental, 1º de la Ley Nº 19.640 y 90, inciso
primero, de la Ley Nº 19.968.

Órgano jurisdiccional: Tribunal Constitucional

Tipo de recurso: Inaplicabilidad

Rol: 1272-2008

Fecha: 27/11/2008

Cita online: CL/JUR/4367/2008

Partes: Juez de Familia de Punta Arenas contra Ministerio Público

Magistrados: Vodanovic Schnake, Hernán; Venegas Palacios, Marcelo; Peña


Torres, Marisol; Navarro Beltrán, Enrique; Fernández Fredes, Francisco
Javier; Fernández Baeza, Mario; Cea Egaña, José Luis; Colombo Campbell,
Juan; Correa Sutil, Jorge; Bertelsen Repetto, Raúl
Voces: delito - derecho constitucional - derecho de familia - derecho penal -
ministerio público - tribunal de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 93 Nº 1 - Constitución Política; Artículo 14 -


Ley Nº 20.066; artículo 90, inciso segundo - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Santiago de Chile, 27 de noviembre de 2008.

Vistos y considerando:

1º. Que por Oficio Nº 1.743 de fecha 13 de noviembre de 2008, la Juez de Familia
de Punta Arenas remitió a este Tribunal antecedentes de la causa RIT F-591-2008,
RUC Nº 08-2-0339357-2 por violencia intrafamiliar, caratulada "Delgado con
Kramer", con el objeto de que dirima la contienda de competencia trabada con el
Ministerio Público;

2º. Que según lo dispone el artículo 93, inciso primero, Nº 12, de la Constitución
Política, es atribución de esta Magistratura "resolver las contiendas de competencia
que se susciten entre las autoridades políticas o administrativas y los tribunales de
justicia, que no correspondan al Senado";

3º. Que, de acuerdo con los antecedentes, con fecha 23 de octubre de 2008, doña
María Aurora Delgado Silva presentó una denuncia por presuntos hechos
constitutivos de violencia intrafamiliar en contra de su cónyuge Arsenio Aladino
Kramer Hueicha ante Carabineros de Punta Arenas;

4º. Que en resolución de fecha 3 de noviembre del presente año, la Juez de


Familia de Punta Arenas consideró que los hechos denunciados revisten caracteres
del delito de maltrato habitual contemplado en el artículo 14 de la Ley Nº 20.066
sobre V iolencia I ntrafamiliar. Por este motivo y de conformidad con lo establecido
en el artículo 90, inciso segundo, de la Ley Nº 19.968, se declaró incompetente para
conocer de los mismos y ordenó remitir los antecedentes al Ministerio Público;

5º. Que por Oficio Nº 7.017 de 7 de noviembre de 2008, el Fiscal Adjunto de la


Fiscalía de Punta Arenas del Ministerio Público devolvió los antecedentes al
Tribunal de Familia de esa ciudad. A su entender, "para que opere la figura prevista
en el artículo 14 de la Ley Nº 20.066, esto es, el delito de maltrato habitual, el
examen de los antecedentes que fundamentan la declaratoria de incompetencia
debe efectuarse 'en la audiencia preparatoria o en la del juicio', constituyendo lo
anterior un requisito de procesabilidad", lo que en este caso no ha ocurrido;
6º. Que, atendido lo anterior, la juez de Familia de Punta Arenas, por resolución
de 12 de noviembre de este año, tuvo por trabada contienda de competencia
ordenando remitir los antecedentes a esta Magistratura para su conocimiento y
resolución;

7º. Que en dicha resolución la juez antes mencionada señala que el inciso primero
del artículo 90 de la Ley Nº 19.968 "contiene un mandato legal en cuanto obliga al
juez de familia a enviar de inmediato los antecedentes al Ministerio Público en caso
de que los hechos denunciados sean constitutivos de delito, no siendo efectivo que
el inciso 2º de la misma norma, limite el pronunciamiento de incompetencia en forma
exclusiva a la audiencia preparatoria o de juicio, sino que permite declararla en estas
audiencias si no se efectuó anteriormente esta declaración";

8º. Que el artículo 83, inciso primero, de la Carta Fundamental, establece que "Un
organismo autónomo, jerarquizado, con el nombre de Ministerio Público, dirigirá en
forma exclusiva la investigación de los hechos constitutivos de delito, los que
determinen la participación punible y los que acrediten la inocencia del imputado y,
en su caso, ejercerá la acción penal pública en la forma prevista por la ley";

9º. Que, por su parte, el artículo 1º de la Ley Nº 19.640, Orgánica C onstitucional


del Ministerio Público, caracteriza en los mismos términos la función de dicha
institución al indicar que le corresponde "dirigir en forma exclusiva la investigación
de los hechos constitutivos de delito, los que determinen la participación punible y
los que acrediten la inocencia del imputado...";

10º. Que, en concordancia con dichas disposiciones, el artículo 90, inciso primero,
de la Ley Nº 19.968, que crea los Tribunales de Familia señala que: "En caso que
los hechos en que se fundamenta la denuncia o la demanda sean constitutivos de
delito, el juez deberá enviar de inmediato los antecedentes al Ministerio Público";

11º. Que del análisis de dicho precepto se desprende que el juez al advertir que
los hechos en que se basa una denuncia o demanda revisten caracteres de delito
debe "de inmediato" declararse incompetente y remitir los antecedentes al Ministerio
Público para que éste, sin dilación, pueda ejercer la función que la Constitución le
asigna;

12º. Que el inciso segundo del artículo 90 de la Ley Nº 19.968, al establecer que:
"Si... en la audiencia preparatoria o en la del juicio aparece que el denunciado o
demandado ha ejercido violencia en los términos establecidos en el artículo 14 de
la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, el tribunal los remitirá al Ministerio Público", se
explica porque resulta evidente que el juez puede adquirir la convicción de que los
hechos son constitutivos de delito en la audiencia preparatoria o en la del juicio y no
antes, por los antecedentes de los cuales tome conocimiento en dichas ocasiones.
En tal caso deberá, en esas oportunidades, proceder en la forma antes indicada;

13º. Que el concluir que en el caso del delito de maltrato habitual, dicho inciso
segundo habría establecido un requisito previo o de procedibilidad para la actuación
del Ministerio Público limita el ejercicio de la función que a éste constitucionalmente
le compete en términos que no se avienen con una interpretación armónica y
sistemática de nuestro ordenamiento jurídico, particularmente de lo que disponen
los artículos 83, inciso primero, de la Carta Fundamental, 1º de la Ley Nº 19.640 y
90, inciso primero, de la Ley Nº 19.968;

14º. Que, a mayor abundamiento, debe tenerse presente que el Ministerio Público
debe proceder a investigar los hechos delictivos con la mayor celeridad y prontitud
para que dicha investigación sea, en la medida de lo posible, exitosa. Y ello
claramente se pone en riesgo si se admite que la norma en estudio establece una
condición previa para que pueda ejercer las atribuciones que la Constitución le ha
conferido.

Y teniendo presente lo dispuesto en los artículos 6º, 7º y 93, inciso primero, Nº 12


e inciso decimoséptimo de la Constitución,

Se resuelve:

Que el Ministerio Público debe continuar con la investigación de los hechos que
revisten caracteres del delito de maltrato habitual contemplado en el artículo 14 de
la Ley Nº 20.066 sobre V iolencia I ntrafamiliar.

Redactaron la sentencia los Ministros que la suscriben.

Comuníquese la presente resolución al Tribunal de Familia de Punta Arenas y al


Ministerio Público, oficiándose al efecto.

Se certifica que el Ministro señor Mario Fernández Baeza concurrió al acuerdo de


la sentencia, pero no firma por encontrarse en comisión de servicio en el extranjero.

Pronunciada por el Excmo. Tribunal Constitucional, integrado por su Presidente


don Juan Colombo Campbell y los Ministros señores José Luis Cea Egaña, Raúl
Bertelsen Repetto, Hernán Vodanovic Schnake, Mario Fernández Baeza, Jorge
Correa Sutil, Marcelo Venegas Palacios, señora Marisol Peña Torres, señores
Enrique Navarro Beltrán y Francisco Fernández Fredes. Autoriza el Secretario del
Tribunal Constitucional, don Rafael Larraín Cruz.
Rol Nº 1.272-2008.
4. ACCIÓN POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PUEDE SER DEDUCIDA POR
FISCAL, PREVIA INSTANCIA DE UN PARIENTE DE LA VÍCTIMA

SUMARIO: El ilícito de que se trata es de aquellos de acción penal pública en que


el Ministerio Público no puede proceder de oficio sin que, a lo menos, el ofendido
por el delito hubiere denunciado el hecho a la justicia, el Ministerio Público o a la
policía, como lo señala el artículo 54 del Código Procesal Penal, los cuales
explicita entre los literales a) y g). Sin embargo, el ilícito que nos ocupa no
encuadra pura y simplemente en la letra a) de la norma aludida, toda vez que las
lesiones de que se trata son de aquella naturaleza a que se refiere la Ley sobre
Violencia Intrafamiliar y así lo expuso el requerimiento del Ministerio Público, al
tipificar el ilícito conforme a los artículos 494 Nº 5 y 399 del Código Penal en
relación a los artículos 5º y 21 de la Ley Nº 20.066, en cuyo caso en forma
excepcional, pero conforme a lo señalado por la letra g) del artículo 54 del Código
Procesal Penal, resulta aplicable, sin contrariar la norma general de esta
disposición, lo establecido por el artículo 82 de la Ley Nº 19.968 sobre Tribunales
de Familia, que faculta para que en los ilícitos de la Ley Nº 20.066 el
procedimiento pueda iniciarse por los parientes que señala, sin exigir que la
víctima u ofendido esté impedido de hacerlo, disposición especial que, en
definitiva, sin contrariar lo previsto por el ya referido artículo 54 del Código
Procesal Penal, amplía para los delitos de violencia intrafamiliar el concepto de
víctima, para los efectos de poner en movimiento el ente persecutor de la acción
penal pública, por lo que al no estimarlo así el sentenciador incurrió en errónea
aplicación del derecho que tuvo manifiesta influencia en lo dispositivo del fallo,
toda vez que no acogió la excepción de previo y especial pronunciamiento
interpuesta por la defensa, sino que fue más allá y absolvió al imputado, no
obstante dejar sentado, como se dijo, que daba por establecido el ilícito y la
participación de autor del imputado.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valparaíso

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 1316-2007

Fecha: 27/12/2007

Cita online: CL/JUR/3117/2007

Partes: Ministerio Público contra Juzgado de Garantía de Casablanca


Magistrado: Fuenzalida Cerpa, Hugo

Redactor: Fuenzalida Cerpa, Hugo

Voces: acción penal - delito - delito de acción pública - delito dependiente de


acción privada - derecho penal - derecho procesal penal - sistema acusatorio -
violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 82 - Ley Nº 19.968; Artículo 494 - Código


Penal; Artículo 5º - Ley Nº 20.066; artículos 54, 352, 373 letra b), 376 inciso 2º,
377, 382, 384 y 386 del Código Procesal Penal.

TEXTO COMPLETO:

Valparaíso, 27 de diciembre de 2007.

Vistos:

En estos autos RUC 0700316007-0, RIT 340-2007, Rol I.C. Nº 1.316-2007,


seguida contra el imputado Marcos Mariano Muñoz Rojas, en contra de la sentencia
absolutoria de fecha treinta y uno de octubre del presente año, dictada por el Juez
de Garantía de Casablanca don Cristián Zubieta Rojas, en Procedimiento
Simplificado por el delito de lesiones menos graves en el ámbito de la Ley Nº 20.066,
el Fiscal del Ministerio Público don Samuel Núñez Parga, dedujo recurso de nulidad
de la sentencia y el juicio, fundado en la causal del artículo 373 letra b) del Código
Procesal Penal.

Considerando:

Primero: Que, fundamenta el Fiscal del Ministerio Público, en su recurso de


nulidad en el hecho de que el sentenciador por una errónea aplicación del derecho
absuelve al imputado Muñoz Rojas, no obstante dejar sentado que se encuentra
acreditado el hecho punible lesiones menos graves en el ámbito de la Ley Nº 20.066
por violencia intrafamiliar y la participación de autos que cupo al imputado requerido,
al considerar que en el procedimiento realizado se dan los presupuestos
establecidos en el artículo 254 letra d) en relación a lo dispuesto por el artículo 54
letra a), ambos del Código Procesal Penal, toda vez que el ilícito de que se trata es
de aquellos que dan acción penal pública que sólo puede llevarse adelante por el
Ministerio Público cuando el ofendido por el delito hubiere denunciado el hecho, y
en tal virtud, el sentenciador si bien no acogió la excepción de previo y especial
pronunciamiento interpuesta por la defensa conforme al artículo 264 letra c) en
relación al referido artículo 54 letra a), ambos del Código Procesal Penal, en cambio,
dictó sentencia absolutoria.

Segundo: Que, sostiene el Ministerio Público, que al dar aplicación al


sentenciador al artículo 54 letra a) y absolver al imputado referido, incurre en
errónea aplicación del derecho, toda vez que la acción penal pública a instancia de
particular en la especie se ajustó a derecho, en efecto, la denuncia por el delito de
lesiones de que fue víctima José Muñoz Villablanca a manos del imputado, su hijo,
el requerido Marcos Mariano Muñoz Rojas, fue denunciado por la hija del ofendido
y hermana del imputado, Miriam Cecilia Muñoz Rojas, de acuerdo con lo dispuesto
por el artículo 82 de la Ley Nº 19.968 que en su inciso 2º dispone que la denuncia
o demanda en los actos de violencia intrafamiliar podrá ser deducida por la víctima,
sus ascendientes, descendientes, guardadores o personas que la tengan a su
cuidado, de modo que en concepto del recurrente, el Ministerio Público activó la
acción penal pública a instancia de particular en conformidad a la ley especial, sin
violentar el artículo 54 del Código Procesal Penal, y al no resolverlo así el
sentenciador y absolver al requerido, incurre en error de derecho que ha influido en
lo dispositivo del fallo, por lo que solicita se anule el fallo y el juicio simplificado y
solicita se ordene seguir adelante la causa por juez no inhabilitado.

Tercero: Que, en la audiencia de la vista del recurso de nulidad la defensa solicitó


el rechazo del recurso, por estimar que el sentenciador al decidir absolver al
imputado no incurrió en error de derecho, toda vez que el procedimiento no se inició
por denuncia de la víctima como lo exige el artículo 54 del Código del ramo y no se
dan los supuestos del artículo 108 del Código Procesal Penal a que se remite el
inciso 2º de la primera disposición, por lo que pide el rechazo del recurso de nulidad.

Cuarto: Que, en la sentencia impugnada se deja establecido que el ilícito por el


cual se requirió en procedimiento simplificado al imputado Muñoz Rojas fue el delito
de lesiones menos graves previsto y sancionado en los artículos 494 Nº 5 y 399 del
Código Penal en relación con los artículos 5º y 21 de la Ley Nº 20.966 sobre V
iolencia I ntrafamiliar en grado de consumado, considerando primero, y por el Nº 1
del motivo segundo se deja establecido que la denuncia del ilícito la hizo Miriam
Cecilia Muñoz Rojas, hija del ofendido y víctima del ilícito.

Quinto: Que, en consecuencia, el ilícito de que se trata es de aquellos de acción


penal pública en que el Ministerio Público no puede proceder de oficio sin que, a lo
menos, el ofendido por el delito hubiere denunciado el hecho a la justicia, el
Ministerio Público o a la policía, como lo señala el artículo 54 del Código Procesal
Penal, los cuales explicita entre los literales a) y g); sin embargo, el ilícito que nos
ocupa no encuadra pura y simplemente en la letra a) de la norma aludida, toda vez
que las lesiones de que se trata son de aquella naturaleza a que se refiere la Ley
sobre V iolencia I ntrafamiliar y así lo expuso el requerimiento del Ministerio Público,
al tipificar el ilícito conforme a los artículos 494 Nº 5 y 399 del Código Penal en
relación a los artículos 5º y 21 de la Ley Nº 20.066, en cuyo caso en forma
excepcional, pero conforme a lo señalado por la letra g) del artículo 54 del Código
Procesal Penal, resulta aplicable, sin contrariar la norma general de esta
disposición, lo establecido por el artículo 82 de la Ley Nº 19.968 sobre Tribunales
de Familia, que faculta para que en los ilícitos de la Ley Nº 20.066 el procedimiento
pueda iniciarse por los parientes que señala, sin exigir que la víctima u ofendido
esté impedido de hacerlo, disposición especial que, en definitiva, sin contrariar lo
previsto por el ya referido artículo 54 del Código Procesal Penal, amplía para los
delitos de violencia intrafamiliar el concepto de víctima, para los efectos de poner
en movimiento el ente persecutor de la acción penal pública, por lo que al no
estimarlo así el sentenciador incurrió en errónea aplicación del derecho que tuvo
manifiesta influencia en lo dispositivo del fallo, toda vez que no acogió la excepción
de previo y especial pronunciamiento interpuesta por la defensa, sino que fue más
allá y absolvió al imputado, no obstante dejar sentado, como se dijo, que daba por
establecido el ilícito y la participación de autor del imputado.

Sexto: Que, refuerza la conclusión a que se arriba en el motivo precedente lo


dispuesto por el artículo 56 del Código Procesal Penal que en su inciso 3º expresa:
"Si el delito es de aquellos que no pueden ser perseguidos sin previa instancia
particular, la renuencia de la víctima a denunciarlo, extinguirá la acción penal", y en
el caso sub lite la víctima intervino en la investigación prestando declaración de
cómo fue agredido por el imputado, según deja constancia el sentenciador en su
considerando tercero l numeral 4, sin que renunciara a la acción penal que llevaba
adelante el Ministerio Público, en la investigación del ilícito de que fue víctima, y
agrega la norma en concreto que el ente persecutor Ministerio Público, no puede
renunciar a la acción.

Séptimo: Que, conforme a lo razonado en los motivos que preceden, cabe tener
por establecido que la sentencia impugnada ha incurrido en la causal de nulidad
impetrada por el Ministerio Público, y en consecuencia se acogerá el recurso de
nulidad de la referida sentencia y del juicio oral en procedimiento simplificado en
que recayó, ordenándose la realización de un nuevo juicio simplificado ante juez no
inhabilitado.

Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo previsto por los


artículos 352, 373 letra b), 376 inciso 2º, 377, 382, 384 y 386 del Código Procesal
Penal, se declara que es nula la sentencia recurrida, dictada con fecha treinta y uno
de octubre último por la que se absuelve al imputado Marcos Mariano Muñoz Rojas,
y el juicio simplificado en que se dictó, debiendo realizarse un nuevo juicio ante juez
no inhabilitado, quedando el procedimiento en estado de que dicho juez dé
cumplimiento a lo previsto por el artículo 393 del Código Procesal Penal.

Regístrese, notifíquese, dése a conocer a los intervinientes a la hora señalada y


devuélvase la carpeta.

Redacción del Ministro Sr. Hugo Fuenzalida Cerpa.

Rol I.C. Nº 1.316-2007.


5. DELITO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR PUEDE SER PERSEGUIDO DE
OFICIO POR EL MINISTERIO PÚBLICO

SUMARIO: Esta Corte es de opinión que en el caso sub lite estamos en presencia
del ejercicio de una acción pública, definida en el artículo 53 del Código Procesal
Penal, razón por la cual el ilícito de autos (delito de violencia intrafamiliar) puede
ser perseguido de oficio por quien, constitucionalmente, es el llamado a hacerlo,
es decir, el Ministerio Público, estando incluso la policía facultada para detener a
quien sea sorprendido en quebrantamiento flagrante de algunas de las medidas
previstas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, específicamente en este caso, la
de la letra a). Es por ello que se estima que el Ministerio Público no se encuentra
supeditado en el ejercicio de sus funciones, a la denuncia que pudiere efectuar el
Tribunal de Familia que conozca de violencia familiar, en los términos del párrafo
2º de la Ley Nº 20.066, respecto del cual no cabe duda le corresponde hacerlo
respecto de las causas sometidas a su conocimiento.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Talca

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 535-2008

Fecha: 21/11/2008

Cita online: CL/JUR/4137/2008

Partes: Ministerio Público contra Juzgado de Garantía de Cauquenes

Magistrado: Morales Medina, Olga

Redactor: Morales Medina, Olga

Voces: acción penal - acción pública - delito - derecho penal - derecho procesal
penal - sistema acusatorio - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 9º y 10 de la Ley Nº 20.066; 45, 53, 240, 253,


352 y 370 letra b) del Código Procesal Penal.

TEXTO COMPLETO:
Talca, 21 de noviembre de 2008.

Visto y oídos los intervinientes y teniendo presente:

Primero: Que en estos autos Ruc Nº 0700877813-7, RIT 698-2008, el Fiscal


adjunto de Cauquenes, don Francisco Javier Ávila Calderón, deduce apelación en
contra de la resolución de fecha 23 de octubre de 2008, dictada en audiencia de
preparación de juicio oral, por el juez titular del Juzgado de Garantía de Cauquenes,
don Mauricio Aravena Gajardo, que declaró el sobreseimiento definitivo de la causa,
acogiendo la excepción de previo y especial pronunciamiento prevista en el artículo
264 letra d) del Código Procesal Penal.

Ello, por carecer el Ministerio Público de autorización para proceder


criminalmente en un delito de desacato.

Segundo: Que en los considerandos primero y segundo de la resolución


antedicha, se establece que en causa Rit 49-2007 del Juzgado de Garantía de
Chanco, se dispuso la suspensión condicional del procedimiento al imputado
Cristián Antonio Bravo Quezada, estableciendo que en el período de observación
debía cumplir, entre otras, con la condición del artículo 238 letra B del Código
Procesal Penal y 9º letra A de la Ley Nº 20.066, vale decir, "la de abstenerse de
frecuentar determinados lugares o personas" y la obligación de abandonar el
ofensor el hogar que comparte con la víctima.

Asimismo, se le acusa de haber incumplido la obligación de abandonar el hogar,


habiendo sido encontrado al interior del mismo, no obstante haber sido legalmente
notificado de la referida prohibición.

Tercero: Que en la resolución recurrida, el tribunal argumenta que el artículo 18


de la Ley Nº 20.066 previene que en el caso de incumplimiento de las medidas
accesorias decretadas, como condición de la suspensión condicional del
procedimiento, se aplicará el artículo 10 de la ley antedicha; norma que impone al
juez la obligación de efectuar la comunicación que da inicio al procedimiento. Como
no se vislumbra la señalada comunicación, refiere que se dará lugar a la excepción
opuesta por la defensa.

Cuarto: Que, al respecto, el Ministerio Público en su apelación manifiesta que el


imputado antes mencionado fue acusado por su presunta participación en un delito
de desacato, consistente en lo medular en los siguientes hechos: que el día 5 de
noviembre de 2007, en horas de la tarde, el imputado Cristián Bravo Quezada fue
sorprendido por funcionarios de Carabineros de Cauquenes, durmiendo en el
interior del domicilio de calle Los Encomenderos Nº 144 de la Población Villa
Camino Real de esa ciudad, no obstante pesar sobre él la obligación de abandonar
el domicilio, conforme a lo ordenado por el Juzgado de Letras y Garantía de Chanco,
en cumplimiento de una suspensión condicional del procedimiento decretada en
causa RIT 49-2007, con vigencia hasta el 15 de febrero de 2008, estando
debidamente notificado. Este delito de desacato se encuentra previsto en el artículo
240 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil y artículo 9º en relación al 17, ambos
de la Ley Nº 20.066.

Quinto: Que el Ministerio Público, en relación a lo anterior, asevera que entender


que para proceder criminalmente, en cuanto al delito en cuestión, se requiera de
una denuncia previa de parte del Tribunal que origina la orden judicial, implica una
errónea comprensión de las facultades del Ministerio Público y Tribunales de
Justicia.

Lo anterior, habida consideración que la L ey sobre Violencia Intrafamiliar no


requiere expresamente de una denuncia para perseguir el desacato, pues ella se
prevé como requisito de procesabilidad en el delito de maltrato habitual, en los
términos del artículo 14 de la referida ley.

Sexto: Que esta Corte es de opinión que en el caso sub lite estamos en presencia
del ejercicio de una acción pública, definida en el artículo 53 del Código Procesal
Penal, razón por la cual el ilícito de autos puede ser perseguido de oficio por quien,
constitucionalmente, es el llamado a hacerlo, es decir, el Ministerio Público, estando
incluso la policía facultada para detener a quien sea sorprendido en
quebrantamiento flagrante de algunas de las medidas previstas en el artículo 9º de
la Ley Nº 20.066, específicamente en este caso, la de la letra a).

Es por ello que se estima que el Ministerio Público no se encuentra supeditado


en el ejercicio de sus funciones a la denuncia que pudiere efectuar el Tribunal de
Familia que conozca de violencia familiar, en los términos del párrafo 2º de la Ley
Nº 20.066, respecto del cual no cabe duda le corresponde hacerlo respecto de las
causas sometidas a su conocimiento.

Séptimo: Que como ya se dijo, la falta del requerimiento previsto en el artículo 10


de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar, no afecta el ejercicio de la acción penal
pública, considerando que los antecedentes habían excedido el ámbito de los
asuntos de familia y se encontraban en sede penal, razones por las cuales se dará
lugar a lo pedido en el presente recurso.
Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y de conformidad con lo
prevenido en los artículos 45, 253, 352 y 370 letra b) del Código Procesal Penal, se
ACOGE el recurso de apelación deducido por el Fiscal A djunto de Cauquenes, don
Francisco Javier Ávila Calderón, el 28 de octubre último respecto de la resolución
dictada en audiencia de 23 de ese mismo día y año, y es así que se REVOCA la
señalada resolución que decretó el sobreseimiento definitivo de la causa,
disponiendo que corresponde realizar la pertinente audiencia de preparación del
juicio oral, sin costas.

Devuélvase.

Insértese en el acta respectiva.

Redacción de la Ministro Olga Morales Medina.

Rol Nº 535-2008.
6. ACUERDO REPARATORIO ES IMPROCEDENTE PARA DELITOS
CONSTITUTIVOS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

SUMARIO: El acuerdo reparatorio, aprobado por el Juez de Garantía, lo fue en un


contexto en que se presentó requerimiento contra el imputado, porque en
circunstancias que se encontraba en estado de ebriedad, golpeó con pies y puños
y sin razón aparente al hijo de su conviviente, de 8 años de edad, causándole
lesiones, hecho que se ha producido en un ambiente de violencia intrafamiliar, lo
que se desprende de los antecedentes aportados por el Ministerio Público y por
las anotaciones que ostenta el imputado en su extracto de filiación, no pudiendo
tenerse por ciertas las declaraciones de la madre del menor y conviviente del
imputado, efectuadas en presencia de este último, en lo que señala que este
hecho no había ocurrido en otras ocasiones. En este caso, el acuerdo reparatorio
sería improcedente, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 19 de la Ley
Nº 20.066, que deja establecido que los acuerdos están vedados para los casos
de delitos constitutivos de violencia intrafamiliar.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de La Serena

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 232-2007

Fecha: 29/10/2007

Cita online: CL/JUR/2327/2007

Partes: Ministerio Público contra Juzgado de Garantía de La Serena

Magistrado: Torti Ivanovich, Gloria

Redactor: Torti Ivanovich, Gloria

Voces: delito - derecho penal - derecho procesal penal - sistema acusatorio -


violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 241, 352 y 358 - Código Procesal Penal;


artículo 19 - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:
La Serena, 29 de octubre de 2007.

Vistos:

Primero: Que de los antecedentes aparece que se ha formalizado investigación


por el delito de lesiones en contra del imputado, quien convino con la víctima un
acuerdo reparatorio, el que fue aprobado por el juez a quo, con la oposición del
Ministerio Público.

Segundo: Que en los Acuerdos Reparatorios el J uez de Garantía, de acuerdo a


lo dispuesto en el artículo 241 del Código Procesal Penal, debe examinar si el hecho
investigado cae dentro de la categoría permitida, si el consentimiento se ha prestado
en forma libre y si existe un interés público prevalente en la persecución penal.

Tercero: Que el acuerdo reparatorio, aprobado por el Juez de Garantía, lo fue en


un contexto en que se presentó requerimiento contra Carlos Enrique López Araya,
porque en circunstancias que se encontraba en estado de ebriedad, golpeó con pies
y puños y sin razón aparente al hijo de su conviviente, de 8 años de edad,
causándole lesiones, hecho que se ha producido en un ambiente de violencia
intrafamiliar, lo que se desprende de los antecedentes aportados por el Ministerio
Público y por las anotaciones que ostenta el imputado en su extracto de filiación, no
pudiendo tenerse por ciertas las declaraciones de la madre del menor y conviviente
del imputado, efectuadas en presencia de este último, en lo que señala que este
hecho no había ocurrido en otras ocasiones.

Cuarto: Que, en este caso, el acuerdo reparatorio sería improcedente, de


conformidad a lo dispuesto en el artículo 19 de la Ley Nº 20.066, que deja
establecido que los acuerdos están vedados para los casos de delitos constitutivos
de violencia intrafamiliar.

Quinto: Que, sin perjuicio de lo señalado precedentemente, y para el caso que se


estimare que la situación no se enmarca en materia de violencia intrafamiliar, habría
que entrar a analizar si se reúnen los requisitos que permiten aceptar el término del
procedimiento por un acuerdo reparatorio.

Es así que no puede considerarse que se ha prestado un consentimiento libre en


la aceptación del referido acuerdo, tanto por la víctima, un menor de ocho años,
como por su representante legal, madre y conviviente del imputado, como también
que no puede dejar de estimarse que existe un interés público prevalente en la
continuación de la persecución penal, dados los antecedentes personales del
imputado.
Sexto: Que, en consecuencia, al no concurrir los presupuestos fácticos que hacen
procedente el acuerdo reparatorio, como se ha señalado, el juez de primer grado
debió negar la aprobación, tal como lo ordena el inciso 3º del artículo 241 citado,
por lo que deberá enmendarse dicha resolución.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 352 y


358 del Código Procesal Penal se revoca la resolución apelada de cuatro de octubre
de dos mil siete y se declara que se rechaza el acuerdo reparatorio propuesto por
la víctima y el imputado, debiendo continuarse con la tramitación del proceso.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministro Sra. Gloria Torti Ivanovich.

Rol Nº 232-2007.
7. JUEZ DE GARANTÍA NO PUEDE APROBAR ACUERDOS REPARATORIOS
QUE RECAIGAN EN CAUSAS SOBRE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

SUMARIO: El Tribunal de Garantía, para resolver como lo hizo (sobreseer la


causa), razona que, a su juicio, sólo constituyen delitos de violencia intrafamiliar
los tipificados en el artículo 14 de la Ley Nº 20.066, que son los delitos de maltrato
habitual y los de lesiones leves, en contexto de violencia intrafamiliar, del artículo
494 Nº 5 última parte, en relación con el artículo 399, ambos del Código Penal,
por lo que concluye que las amenazas no constituyen delito de violencia
intrafamiliar y, en consecuencia, infiere que resulta procedente la aplicación de
los acuerdos reparatorios. El artículo 19 de la Ley Nº 20.066 dispone
expresamente la improcedencia de acuerdos reparatorios en los procesos por
delitos constitutivos de violencia intrafamiliar, en los que no tiene aplicación el
artículo 241 del Código Procesal Penal. En consecuencia, y como lo señala en
forma imperativa el inciso tercero de esta última disposición, el juez de oficio o a
petición del Ministerio Público, negará la aprobación a los acuerdos reparatorios
convenidos en procedimientos que versaren sobre hechos diversos de los
autorizados en el inciso primero. Al no resolverlo así el juez de la causa falló
contra texto expreso, incurriendo en un vicio de ilegalidad que es necesario
corregir acogiendo la apelación deducida contra la sentencia que sobreseyó
definitivamente la causa, basándose en un acuerdo reparatorio improcedente.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Coyhaique

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 109-2007

Fecha: 19/12/2007

Cita online: CL/JUR/3060/2007

Partes: Ministerio Público contra Juzgado de Letras, Garantía y Familia de Puerto


Cisnes

Magistrados: Leñam Licancura, Pedro; Mora Vallejos, Sergio; Araneda


Espinoza, Alicia

Redactor: Oñate Herrera, Lorgio


Voces: acuerdos reparatorios - delito - derecho penal - derecho procesal penal -
sistema acusatorio - violencia familiar - recurso de apelación

Legislación relacionada: Artículos 241 inciso tercero, 242, 250 letra d), 251, 252
a 361 y 365 a 371 del Código Procesal Penal; artículos 5º , 14 y 19 de la Ley
Nº 20.066, artículos 399 y 494 del Código Penal

TEXTO COMPLETO:

Coyhaique, 19 de diciembre de 2007.

Vistos, oído y teniendo presente:

Primero: Que se elevan estos antecedentes RUC 0700872466-5, RIT 247-2007,


Rol ingreso Corte Nº 109-2007, provenientes del Juzgado de Letras, Garantía y
Familia de Puerto Cisnes, en procedimiento simplificado, seguidos en contra de
Rubén Adán Medina Delgado, R.U.N. 8.907.514-9, por el delito de amenazas contra
Lidia del Carmen Bahamondez Bórquez, en contexto de violencia intrafamiliar, y
lesiones leves y amenazas a Alejandro Salinas Ureta, para conocer del recurso de
apelación interpuesto por el Fiscal del Ministerio Público don Patricio Jory
Echeverría, en contra de la sentencia dictada con fecha 6 de noviembre de 2007
por el juez titular de ese tribunal don Marcos Antonio Soto Lecaros, que aprobó el
acuerdo reparatorio al que llegaron el imputado y las víctimas, consistente en
disculpas públicas de aquél a éstas, dadas las cuales y aceptadas por las víctimas,
el tribunal sobreseyó total y definitivamente la causa.

Segundo: El Fiscal en su recurso solicita que esta Corte de Apelaciones revoque


la sentencia que declaró el sobreseimiento definitivo de la causa y que deje sin
efecto el acuerdo reparatorio aprobado por el Tribunal de Garantía, por ser nulo,
sólo respecto de la ofendida Lidia del Carmen Bahamondez Bórquez, y disponga la
continuación de la audiencia de preparación de juicio oral simplificado, referente al
delito de amenazas que afectó a dicha víctima.

Tercero: Que, los hechos por los cuales el Ministerio Público requirió el
procedimiento simplificado que originan esta causa ocurren el día 4 de noviembre
de 2007, en que el imputado se encontraba compartiendo y tomando alcohol con su
conviviente Lidia Bahamondez Bórquez, con quien tiene una hija en común, y
también con su empleado Alejandro Salinas Ureta, al interior del inmueble familiar
de calle Amengual Nº 125, Puerto Cisnes, y como a las 16:55 horas el imputado por
un arranque de celos fue donde se guarda la cuchillería y sacó un cuchillo y volvió
donde se encontraban las víctimas, a las cuales mostrando el cuchillo las amenazó
de que las iba a matar, comenzando un forcejeo con Salinas Ureta, quien logró
arrebatarle el arma y esconderla, resultando golpeado por el imputado, quien le
provocó una contusión labial inferior, una herida bucal secundaria y una contusión
en su muslo izquierdo cara medial, calificadas de leves.

El Ministerio Público imputó a Rubén Adán Medina Delgado la comisión de los


delitos de amenazas del artículo 296 Nº 3 y de lesiones leves del artículo 494 Nº 5,
ambos del Código Penal, en perjuicio de Alejandro Salinas Ureta, y el delito de
amenazas del primer artículo, en contexto de violencia intrafamiliar, en perjuicio de
su conviviente Lidia del Carmen Bahamondez Bórquez.

Cuarto: El Ministerio Público fundamenta el recurso en los artículos 241, 242, 250
d) y 251 del Código Procesal Penal, por cuanto la resolución recurrida que sobresee
total y definitivamente la causa pone fin al procedimiento.

Sostiene, en síntesis, tanto en su escrito que contiene el recurso como al alegar


en estrados, que en la audiencia de 6 de noviembre de 2007 la víctima Lidia
Bahamondez Bórquez y el imputado llegaron a un acuerdo reparatorio consistente
en que éste le daría disculpas públicas a su conviviente, que el Tribunal aprobó,
pese a la oposición del Fiscal que sostuvo que no procedía hacer lugar al acuerdo
reparatorio por tratarse de un delito constitutivo de violencia intrafamiliar, en que
existe un interés público prevalente.

Que, en la misma audiencia formuló incidente de nulidad contra la resolución que


aprobó el acuerdo por vulneración a lo dispuesto en el artículo 19 de la Ley
Nº 20.066 de Violencia Intrafamiliar, el que fue rechazado, por estimar el Tribunal
que el delito de amenazas no es constitutivo de violencia intrafamiliar y porque no
existe perjuicio ni se ha producido indefensión para la víctima porque el Ministerio
Público puede recurrir de ella mediante la interposición de recurso de apelación.

Que, a continuación en la misma audiencia, el imputado dio las disculpas públicas


y acto seguido, con su mérito y atendido lo dispuesto en el artículo 242 del Código
Procesal Penal, el Tribunal declaró el sobreseimiento total y definitivo de la presente
causa.

Agrega el Fiscal que la señora Bahamondez y el imputado conviven 25 años,


tienen una hija en común, el delito de amenazas de muerte fue perpetrado al interior
del inmueble familiar, el móvil lo constituyó un arranque de celos del imputado,
circunstancias que, a su juicio, satisfacen plenamente el concepto de violencia
intrafamiliar definido por la ley, pues se da el vínculo familiar y existe maltrato, ya
que el artículo 15 de la Ley Nº 20.066 considera violencia intrafamiliar todo maltrato
que afecte la vida o la integridad corporal o psíquica y, conforme al Diccionario de
la Real Academia, maltratar es tratar mal a alguien de palabra u obra, concepto en
el cual se encuentra incluida la acción ejecutada por el agresor.

Quinto: Agrega el representante del ente investigador que el artículo 5º de la Ley


Nº 20.066 comprende todo maltrato, cualquiera sea su gravedad y disposición en
que se encuentre contenido, que cumpla los requisitos por él exigidos.

Que, la interpretación hecha en la resolución recurrida desafía toda lógica y da


lugar a situaciones absurdas, pues la ley precitada contempla un detallado sistema
de medidas cautelares previas a la formalización, y una estricta prohibición de
acuerdos reparatorios para las infracciones de competencia del Tribunal de Familia,
como el maltrato habitual y las lesiones leves.

En cambio, de seguir el criterio de la sentencia apelada, ello no sería aplicable a


otros delitos que afecten a la familia como las lesiones menos graves, graves o
gravísimas o como en el presente caso en que el agresor amenazó a la víctima de
muerte con un cuchillo, en que un tercero hubo de forcejear con él para arrebatarle
el arma.

Indica que este criterio fomentará la impunidad de los agresores al permitir la


realización de acuerdos reparatorios entre los imputados y las víctimas retractadas,
convirtiendo en letra muerta la Ley Nº 20.066, que sería aplicable en materia
delictual, de seguirse el parecer de la sentencia impugnada, solamente a los delitos
de maltrato habitual y lesiones leves.

Sexto: Que, el Tribunal de Garantía, para resolver como lo hizo, razona en el


considerando quinto de su sentencia que, a su juicio, sólo constituyen delitos de
violencia intrafamiliar los tipificados en el artículo 14 de la Ley Nº 20.066, que son
los delitos de maltrato habitual y los de lesiones leves, en contexto de violencia
intrafamiliar, del artículo 494 Nº 5 última parte, en relación con el artículo 399, ambos
del Código Penal, por lo que concluye que las amenazas no constituyen delito de
violencia intrafamiliar y, en consecuencia, infiere que resulta procedente la
aplicación de los acuerdos reparatorios.

El Defensor Público sostiene en síntesis, por el imputado, que debe aprobarse el


acuerdo reparatorio y confirmarse el sobreseimiento de la causa, porque el delito de
amenazas está contenido en la legislación común del artículo 296 del Código Penal
y se desarrolló en un contexto que no dice relación con la prohibición del artículo 19
de la Ley Nº 20.066, y porque los acuerdos reparatorios están prohibidos sólo a los
delitos que contempla la propia L ey de V iolencia I ntrafamiliar, agregando que
debió apelarse del acuerdo reparatorio y no del sobreseimiento.

Séptimo: Que, para resolver el recurso es necesario tener presente las


disposiciones legales especiales aplicables a la materia en discusión.

En primer lugar, que el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 establece que será


constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad
física o psíquica de quien tenga la calidad, entre otras, de actual conviviente del
ofensor, o cuando el maltrato ocurra entre los padres de un hijo en común.

En cuanto al tipo de maltrato, la norma es amplia, incluye todo maltrato, sin


limitaciones de gravedad o referencia legal, que afecte la vida o la integridad física
o psíquica.

En el caso de autos la amenaza de muerte con cuchillo naturalmente afecta la


integridad psíquica de la ofendida y también se dan los tipos de relación entre
ofensor y víctima que exige la disposición citada, pues éstos son convivientes y
tienen un hijo en común.

Por aplicación de esta norma estos sentenciadores califican las amenazas de


muerte, con cuchillo, proferidas por Rubén Adán Medina Delgado, a su conviviente
y madre de su hijo, Lidia del Carmen Bahamondez Bórquez, en el interior del hogar
común, como un delito constitutivo de violencia intrafamiliar.

Octavo: Que, en segundo lugar, el artículo 19 de la Ley Nº 20.066 dispone


expresamente la improcedencia de acuerdos reparatorios en los procesos por
delitos constitutivos de violencia intrafamiliar, en los que no tiene aplicación el
artículo 241 del Código Procesal Penal.

En consecuencia, y como lo señala en forma imperativa el inciso tercero de esta


última disposición, el juez de oficio o a petición del Ministerio Público, negará la
aprobación a los acuerdos reparatorios convenidos en procedimientos que versaren
sobre hechos diversos de los autorizados en el inciso primero.

Que al no resolverlo así el juez de la causa falló contra texto expreso, incurriendo
en un vicio de ilegalidad que es necesario corregir acogiendo la apelación deducida
contra la sentencia que sobreseyó definitivamente la causa basándose en un
acuerdo reparatorio improcedente.

Noveno: Que, en lo que dice relación con la procedencia del recurso de apelación
invocado, conforme a lo dispuesto en el artículo 370 del Código Procesal Penal las
resoluciones dictadas por el Juez de Garantía son apelables, entre otros casos,
cuando ponen término al procedimiento, como acontece en el caso de autos con la
recurrida que declara el sobreseimiento total y definitivo de la causa.

Décimo: Que, de la manera antes relacionada, este Tribunal de Alzada concluye


que corresponde acoger la apelación formulada por el Fiscal del Ministerio Público,
de fojas 4 a 17 de estos antecedentes.

Y teniendo, además, presente lo dispuesto en los artículos 241 inciso tercero, 252
a 361 y 365 a 371 del Código Procesal Penal, SE REVOCA la resolución de fecha
6 de noviembre de 2007, escrita de fojas 1 a 3, por la cual se aprobó el acuerdo
reparatorio celebrado entre el imputado Rubén Adán Medina Delgado y la víctima
Lidia del Carmen Bahamondez Bórquez y, consecuencialmente, se revoca el
sobreseimiento definitivo dictado en la misma ocasión en estos antecedentes
respecto a la citada víctima, con expresa declaración que existe un interés público
prevalente en le persecución del ilícito penal de amenazas investigado en esta
causa a su respecto, por haberse ejecutado éstas en contexto de violencia
intrafamiliar, debiendo procederse a continuar el procedimiento solamente respecto
de este delito, conforme a la normativa general aplicable.

Regístrese, notifíquese y devuélvanse.

Redacción del Primer Abogado Integrante don Lorgio Oñate Herrera.

Rol Corte Nº 109-2007.


8. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. MINISTERIO PÚBLICO PUEDE CONOCER
INCUMPLIMIENTO DE MEDIDAS CAUTELARES POR DIFERENTES VÍAS

SUMARIO: La mera circunstancia de que el artículo 10 de la Ley Nº 20.066 sobre


Violencia Intrafamiliar, imponga al Juez de Familia respectivo la obligación de
poner en conocimiento del Ministerio Público el incumplimiento de medidas
cautelares para los efectos de lo previsto por el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, no significa en modo alguno que el ente persecutor no pueda
tomar conocimiento del hecho por otros medios, pues el texto en análisis no le
impone ese deber de modo exclusivo en términos de sostener que cualquier otra
vía de denuncia sería inidónea.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de San Miguel

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1536-2009

Fecha: 23/11/2009

Cita online: CL/JUR/3831/2009

Partes: Cofré Nirrian, Alexis Valerio contra Ministerio Público

Magistrados: Espina Otero, María Soledad; Egnem Saldías, Rosa

Redactor: Egnem Saldías, Rosa

Voces: cumplimiento de sentencia - delito - derecho civil - derecho penal -


derecho procesal - desacato - sentencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 406 del Código Procesal Penal; Artículo 240 -
Código de Procedimiento Civil; Artículo 10 - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

San Miguel, 23 de noviembre de 2009.

Vistos y oídos los intervinientes:

Introdúcense a la sentencia en alzada las siguientes modificaciones:


A) Elimínase el párrafo segundo del motivo tercero, y

B) En el considerando cuarto, a continuación de la frase: "en la determinación de


la pena", sustitúyese el punto y coma (;) por un punto aparte (.) y elimínase la oración
final que se inicia con las palabras: "asimismo también con la aceptación efectuada
por el imputado..." y hasta su término.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:

Primero: Que para los efectos de sustanciar esta causa con arreglo a las normas
del procedimiento abreviado se contó con la anuencia o acuerdo del imputado quien,
para tales efectos y conforme a lo dispuesto por el artículo 406 del Código Procesal
Penal, debió aceptar los hechos materia de la acusación y los antecedentes de la
investigación. Entre los antecedentes de la investigación está, por cierto, el
elemento relativo al agente que denunció los hechos al Ministerio Público sin que
conste que la defensa al imputado haya formulado observación sobre este punto, ni
que se haya hecho uso, en su oportunidad, de la facultad prevista por el artículo 232
del Código citado, esto es, la reclamación administrativa allí prevista por haberse
llevado a cabo una formalización de investigación sin que la investigación
propiamente tal se hubiere iniciado por denuncia o comunicación del Juez de
Garantía, como ahora se pretende.

Segundo: Que la mera circunstancia de que el artículo 10 de la Ley Nº 20.066


sobre Violencia Intrafamiliar, imponga al Juez de Familia respectivo la obligación de
poner en conocimiento del Ministerio Público el incumplimiento de medidas
cautelares para los efectos de lo previsto por el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, no significa en modo alguno que el ente persecutor no pueda
tomar conocimiento del hecho por otros medios, pues el texto en análisis no le
impone ese deber de modo exclusivo en términos de sostener que cualquier otra
vía de denuncia sería inidónea.

Lo que hace el texto citado es singularizar al Juez de Familia como uno de los
entes o agentes obligados a denunciar o comunicar los hechos, de entre aquellos
previstos por el artículo 175 del Código Procesal Penal, de modo que no se ha
incurrido en omisión alguna de determinado presupuesto básico para la eficacia de
la investigación y posterior acusación del imputado.

A mayor abundamiento, el propio texto del artículo 10 de la Ley Nº 20.066 en su


inciso final dispone que: "La policía deberá detener a quien sea sorprendido en
quebrantamiento flagrante de las medidas mencionadas en el inciso precedente".
Tercero: Que carece también de asidero la alegación de la defensa relativa a que
el juez a quo tuvo por establecido el delito sólo con el mérito del reconocimiento de
los hechos de la acusación por parte del imputado, toda vez que en el motivo tercero
del fallo se contienen los antecedentes de la investigación que son útiles para ese
fin, los que ponderó en unión o concordancia con lo expresado por el acusado y
sobre cuya base estableció su participación en el ilícito de desacato, en calidad de
autor.

Por estos fundamentos y lo dispuesto por el artículo 370 del Código Procesal
Penal, SE CONFIRMA la sentencia apelada de fecha cuatro de noviembre de dos
mil nueve, dictada por el Juez del Juzgado de Garantía de San Bernardo, don Jorge
Andrés Abollado Vivanco.

Regístrese y comuníquese.

Redacción de la Ministro señora Rosa Egnem Saldías.

Pronunciada por las Ministros señora Rosa Egnem Saldías, señora M. Soledad
Espina Otero y Abogado Integrante señor Fernando Iturra Astudillo.

En San Miguel, veintitrés de noviembre de dos mil nueve, notifiqué por el estado
diario la resolución precedente.

Rol Nº 1.536-2009-REF.
9. MIENTRAS NO SE NOTIFICA LA SENTENCIA DEFINITIVA AL DENUNCIADO
POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO PRECLUYE SU DERECHO A APELAR

SUMARIO: La carta certificada con la cual se notificó al denunciado de la sentencia


definitiva fue devuelta por Correos de Chile, por encontrarse deshabitado el
domicilio que se indicaba en la carta, por lo que no surtió efecto legal alguno.
Tampoco puede estimarse válida la notificación de la sentencia practicada por un
funcionario del tribunal, puesto que no consta en el proceso que estuviera
facultado para ello, exigencia que la ley procesal establece en el artículo 61 del
Código de Procedimiento Civil. No se ajusta a derecho lo resuelto por el juez a
quo al no conceder el recurso de apelación deducido en contra de la sentencia
definitiva por el apoderado del denunciado, so pretexto de haber precluido el
derecho a apelar por haber sido notificado personalmente el denunciado.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Recurso de hecho

Rol: 159-2007

Fecha: 06/06/2007

Cita online: CL/JUR/1064/2007

Partes: Schultz Thiers, Gerardo contra Juzgado de Familia de Valdivia

Magistrado: Carretta Navea, Darío Ildemaro

Redactor: Carretta Navea, Darío Ildemaro

Voces: derecho civil - derecho de familia - derecho procesal - recurso de hecho -


recursos - tribunal de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 61 - Código de Procedimiento Civil; Artículo


61 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO:

Valdivia, 6 de junio de 2007.

Vistos:
A fojas 1 don Francisco Javier Contardo Cabello, abogado, en representación de
don Gerardo Schultz Thiers, deduce recurso de hecho por cuanto en los autos RIT
Nº 698-2006 del Juzgado de Familia de esta ciudad, por violencia intrafamiliar, el
Juez don Fernando León Ramírez no concedió un recurso de apelación que dedujo
en contra de la sentencia definitiva dictada en dicha causa, por estimarlo
extemporáneo, el que debió concederse por cuanto la notificación que se practicó a
su defendido por parte de don Bruno Varela Valdivia es inocua y que ignora si esta
persona estaba habilitado para hacerlo; además, carecía de defensa y no podía
acceder a su domicilio, puesto que había sido tomado por su cónyuge.

Informando el juez recurrido señaló que la audiencia de juicio y la sentencia


tuvieron lugar el día 18 de enero de 2007 y asistió únicamente la parte denunciante,
quien quedó notificada de la sentencia en el mismo acto, no así el denunciado,
ahora patrocinado por el abogado recurrente, respecto de quien se ordenó la
transcripción del fallo y su envío por carta certificada despachada el día 24 de enero
de 2007.

El día 25 de enero el denunciado concurrió al tribunal y se notificó personalmente


de la sentencia recibiendo copia de la misma, notificación que practicó el funcionario
notificador del tribunal, Bruno Varela Valdivia, designado conforme el artículo 23 de
la Ley Nº 19.968.

El abogado señor Contardo el día 14 de febrero se notificó personalmente de la


sentencia y desde esa fecha contó el plazo para apelar, es decir, pretendió revivir
un plazo, el de la apelación, ya vencido.

Agrega que no coincide con lo que señala el recurrente, en cuanto a que la


notificación hecha a su cliente es inocua y de ninguna validez, porque el inciso final
del artículo 23 de la Ley Nº 19.968 señala que las partes podrán solicitar para sí
otras formas de notificación y en la causa concurrió el demandado al tribunal a
notificarse personalmente; después lo hizo su apoderado y porque el artículo 27 de
la citada ley hace aplicable supletoriamente las disposiciones a todo procedimiento
del Libro I del Código de Procedimiento Civil, de las que se desprende que la
notificación más perfecta es y será la personalmente.

Previo al conocimiento del recurso se ordenó traer a la vista la carpeta respectiva


en que incide el recurso.

Considerando:
Primero: Que consta de la causa RIT Nº 698-2006, caratulada Castillo-Schultz,
los siguientes hechos:

a) Doña María Angélica Castillo Órdenes dio cuenta de hechos constitutivos de


violencia intrafamiliar, en contra de don Gerardo Carlos Schultz Thiers, dando origen
a la causa RIT Nº 698-2006, a la que se acumuló la causa RIT Nº 699-2006.

b) La audiencia preparatoria se llevó a efecto el 14 de noviembre de 2006 y en


ella se fijó la audiencia de juicio para el día 18 de enero de 2007, a la que asistió
sólo la parte denunciante y habiéndose recibido la prueba ofrecida por las partes,
admitida por el tribunal, se emitió el veredicto respectivo y se dictó la sentencia que
acogió la denuncia, la que fue notificada personalmente a la denunciante y se
ordenó notificar al denunciado por carta certificada transcrita, la cual se remitió el
día 24 de enero de 2007 (fs. 32).

c) Consta en la carpeta que el día 25 de enero de 2007 el denunciado se notificó


personalmente de la sentencia, a quien se le entregó copia de la misma.

d) Se certificó en la carpeta, el día 26 de enero de 2007, que la carta certificada


fue devuelta por Correos de Chile, por encontrarse deshabitado el domicilio que se
indicaba en la carta.

e) El 9 de febrero de 2007 el denunciado designó abogado patrocinante y confirió


poder al abogado señor Francisco Javier Contardo Cabello, quien solicitó copias de
los registros de las audiencias realizadas en esta causa.

f) El 14 de febrero, a petición verbal del abogado señor Contardo, se le notificó la


sentencia y el día 19 de febrero dedujo el recurso de apelación que fue denegado
por el juez recurrido.

Segundo: Que la carta certificada con la cual se notificó al denunciado de la


sentencia definitiva fue devuelta por Correos de Chile, por encontrarse deshabitado
el domicilio que se indicaba en la carta, según se dejó constancia en la carpeta
respectiva, por lo que no surtió efecto legal alguno.

Tampoco puede estimarse válida la notificación de la sentencia practicada por un


funcionario del tribunal, puesto que no consta en el proceso que estuviera facultado
para ello, exigencia que la ley procesal establece en el artículo 61 del Código de
Procedimiento Civil y habida consideración a lo que dispone el artículo 38 del mismo
cuerpo legal, en cuanto señala que las resoluciones judiciales sólo producen efectos
en virtud de notificación hecha con arreglo a la ley.
Tercero: Que, según el artículo 23 de la Ley Nº 19.968, la primera notificación se
ha de efectuar en forma personal por un funcionario del tribunal, que haya sido
designado para cumplir esta función por el juez presidente del comité de jueces, a
propuesta del administrador del tribunal y si ello no es posible el juez puede disponer
otra forma de notificación.

Añade dicha norma que las restantes notificaciones se han de practicar por el
estado diario, salvo las sentencias definitivas y las resoluciones en que se ordene
la comparecencia personal de las partes, que no hayan sido expedidas en el curso
de alguna de las audiencias, en cuyo caso serán notificadas por carta certificada, y
por excepción se puede ordenar que la notificación se practique por personal de
Carabineros o de la Policía de Investigaciones, pero debe serlo por resolución
fundada.

La misma norma dispone que cualquiera de las partes puede solicitar para sí otras
formas de notificación, pero señala que es el juez quien debe autorizarlo si, en su
opinión, resultare suficientemente eficaz y no causaren indefensión.

Cuarto: Que, en consecuencia, no se ajusta a derecho lo resuelto por el juez a


quo al no conceder el recurso de apelación deducido en contra de la sentencia
definitiva por el apoderado del denunciado, so pretexto de haber precluido el
derecho a apelar por haber sido notificado personalmente el denunciado,
notificación que según ya se dijera no era válida y no pudo surtir efecto legal válido
alguno.

Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 23 y 18 de la Ley Nº 19.968 se


ACOGE el recurso de hecho deducido en lo principal de fojas 1 por don Francisco
Javier Contardo Cabello y, en consecuencia, se concede, en el solo efecto
devolutivo, el recurso de apelación deducido por este profesional en contra de la
sentencia definitiva dictada en los autos RIT Nº F-698-2006.

Regístrese, archívense.

Agréguese copia autorizada de esta sentencia en la carpeta respectiva y


devuélvanse para continuar con la tramitación del recurso de apelación.

Redacción del Ministro don Darío Ildemaro Carretta Navea.

No firma la Ministra señora Ada Gajardo Pérez, no obstante haber concurrido a


la vista y acuerdo, por encontrarse en Visita Trienal.

Rol Nº 159-2007.
10. JUEZ NO PUEDE APLICAR PROCEDIMIENTO DE DELITOS DE ACCIÓN
PENAL PRIVADA A ILÍCITO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

SUMARIO: El legislador sustituyó en el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 sobre


Violencia Intrafamiliar la discrecionalidad asignada al juez para deslindar las
lesiones leves de las menos graves, conforme al Nº 5 del artículo 494 del Código
Penal, previniendo que las lesiones causadas a los cónyuges, convivientes y los
parientes a que alude, no podrían ser tenidas como leves, cualquiera fuese su
dañosidad, por lo que no procede, en consecuencia, aplicar el artículo 400 del
Código Penal, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 63 del Código Punitivo,
toda vez que este precepto consagra el principio denominado prohibición de doble
valoración o non bis in ídem, y en virtud del cual, cuando una circunstancia está
contemplada en el tipo legal no debe ser tomada en cuenta para la cuantificación
de la pena. Esta regla elemental impide que una circunstancia, cuando forma
parte de la descripción típica en su determinación básica o cualificada, pueda ser
considerada entre los criterios que agravan la penalidad, pues ya integra el
desvalor del injusto que se reprocha.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 258-2007

Fecha: 21/11/2007

Cita online: CL/JUR/2557/2007

Partes: Ministerio Público contra Juzgado de Garantía de Antofagasta

Magistrados: Clavería Guzmán, Óscar; Carrasco Arellano, Marta

Redactor: Carrasco Arellano, Marta

Voces: delito - delitos contra la vida - derecho penal - lesiones - lesiones menos
graves - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 5º - Ley Nº 20.066; Artículos 400, 494 - Código


Penal
TEXTO COMPLETO:

Antofagasta, 21 de noviembre de 2007.

Vistos:

En causa RUC 0700808402-K, RIT 8541-2007 del Juzgado de Garantía de


Antofagasta, seguida por lesiones leves en contexto de violencia intrafamiliar en
contra del imputado Elio Marcelo Vera Rivas, con fecha 14 de noviembre en curso
se verificó la audiencia para conocer del recurso de apelación deducido por el Fiscal
Adjunto del Ministerio Público don Hugo Javier León Saavedra, en contra de la
resolución dictada con fecha 6 de noviembre en curso, por el Juez don Hugo Torres
Arias que por estimar aplicable el artículo 400 del Código Penal, rechazó la solicitud
del Ministerio Público en orden a proceder de acuerdo a las reglas del procedimiento
simplificado, en los términos de los artículos 388 y 393 del Código Procesal Penal,
respecto del mencionado imputado.

Oídos los intervinientes y teniendo presente:

Primero: Que el legislador sustituyó en el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 sobre


Violencia Intrafamiliar la discrecionalidad asignada al juez para deslindar las
lesiones leves de las menos graves, conforme al Nº 5 del artículo 494 del Código
Penal, previniendo que las lesiones causadas a los cónyuges, convivientes y los
parientes a que alude, no podrían ser tenidas como leves, cualquiera fuese su
dañosidad, por lo que no procede, en consecuencia, aplicar el artículo 400 del citado
texto legal, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 63 del Código Punitivo, toda
vez que este precepto consagra el principio denominado prohibición de doble
valoración o non bis in idem, y en virtud del cual, cuando una circunstancia está
contemplada en el tipo legal no debe ser tomada en cuenta para la cuantificación
de la pena.

Esta regla elemental impide que una circunstancia, cuando forma parte de la
descripción típica en su determinación básica o cualificada, pueda ser considerada
entre los criterios que agravan la penalidad, pues ya integra el desvalor del injusto
que se reprocha.

Segundo: Que de acuerdo a la interpretación armónica que debe efectuarse de


las disposiciones legales, en la especie, el juez a quo al considerar para rechazar la
solicitud de continuar, de acuerdo a las reglas del procedimiento simplificado, lo
dispuesto en el artículo 400 del Código Penal, ha vulnerado el principio de non bis
in idem, al estimar en dos ocasiones la circunstancia del vínculo que une al imputado
y la víctima, la primera para determinar el delito de lesiones menos graves de
conformidad a lo preceptuado en el artículo 494 Nº 5 del Código Penal y, luego, al
considerar por segunda vez este vínculo al sostener que esa circunstancia debe ser
tomada en consideración para aumentar en un grado la pena, lo que lo llevó
erradamente a establecer que la sanción mínima asignada al ilícito era la de presidio
menor en su grado medio.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 365 y siguientes del


Código Procesal Penal, se revoca la sentencia apelada de seis de noviembre en
curso, dictada por el Juez de Garantía de esta ciudad don Hugo Torres Arias en
causa RUC 0700808402-K, RIT 8541-2007 y, en su lugar, se declara la continuación
de la misma de acuerdo a las reglas del procedimiento simplificado, debiendo
remitirse los antecedentes al juez no inhabilitado que corresponda.

Regístrese, comuníquese y archívese en su oportunidad.

Redacción de la Ministro doña Marta Carrasco Arellano.

Pronunciada por la Segunda Sala, integrada por los Ministros Titulares Srta.
Marta Carrasco Arellano, Sr. Óscar Clavería Guzmán y el Abogado Integrante Sr.
Bernardo Julio Contreras.

Autoriza la Secretaria Interina, Sra. Claudia Campusano Reinike.

Rol Nº 258-2007.
11. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. MEDIDA PRECAUTORIA DEROGADA NO
VICIA EL PROCEDIMIENTO SI FUE APLICADA DURANTE SU VIGENCIA

SUMARIO: Tales hechos (medida precautoria decretada) se verificaron al tiempo


en que el artículo 6º de la Ley Nº 19.325 se encontraba vigente, y supusieron en
el imputado el incumplimiento de una medida precautoria decretada al amparo de
dicha ley, cuya sanción está definida por el artículo 240 inciso segundo del Código
de Procedimiento Civil. En consecuencia, en la sentencia atacada de nulidad
existe la debida correspondencia y armonía entre el hecho materia de la
acusación del Ministerio Público, los hechos fijados en el fallo y su calificación
jurídica. En este escenario, mal puede pretenderse una errónea aplicación del
derecho, fundada en la hipótesis que el tipo penal estatuido en el artículo 240
inciso segundo del Código de Procedimiento Civil, está derogado tácitamente. A
esta conclusión se arriba, pues, si bien la Ley Nº 19.325 fue derogada por la Ley
Nº 20.066, no debe olvidarse que en la especie un juez civil dictó una resolución
con arreglo a las facultades que le otorgaba la Ley Nº 19.325 durante su vigencia,
y que el imputado quebrantó lo ordenado cumplir.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 204-2006

Fecha: 03/01/2007

Cita online: CL/JUR/259/2007

Partes: Patricio Hernán Díaz Plaza contra Tribunal Oral en lo Penal de Calama

Magistrados: Clavería Guzmán, Óscar; Soto Chandía, Gabriela; Padilla Buzada,


Rodrigo

Redactor: Padilla Buzada, Rodrigo

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 240 - Código de Procedimiento Civil; Artículo


6º - Ley Nº 19.325
TEXTO COMPLETO:

Antofagasta, 3 de enero de 2007.

Vistos:

Siendo las 10:00 horas del día 24 de noviembre de 2006, ante la Segunda Sala
de la Corte de Apelaciones, presidida por los Ministros Titulares don Óscar Clavería
Guzmán, doña Gabriela Soto Chandía y el Fiscal Judicial don Rodrigo Padilla
Buzada, tuvo lugar la audiencia para debatir el recurso de nulidad interpuesto por el
Defensor Penal Público de Calama don Iván Centellas Contreras, en representación
del imputado Patricio Hernán Díaz Plaza, contra la sentencia pronunciada por el
Tribunal Oral en lo Penal de Calama, integrado por los jueces Franco Repetto
Contreras, Carlos Muñoz Sepúlveda y Marcela Mesías Toro, el dieciocho de octubre
del año en curso, y que corre a fojas 1 y siguientes de esta carpeta.

Concedida la palabra al Defensor Penal Público Alejandro Andrés García Araya,


éste solicitó se declare la nulidad de la sentencia y condena de desacato y, en su
lugar, se absuelva al imputado del delito por el que se le acusó.

Indica que las circunstancias que el Tribunal dio por establecidas en el juicio, con
los medios de prueba rendidos, fueron las siguientes: Que el día 11 de noviembre
de 2002, el imputado fue sorprendido por efectivos policiales al interior del domicilio
ubicado en calle Guatemala 3686 de Calama, en circunstancias que pesaba sobre
él una medida cautelar emanada del Segundo Juzgado de Letras de Calama. Dicha
medida, decretada el 29 de octubre de 2002, consistía en la salida inmediata y
prohibición de ingreso a ese domicilio, así como también la prohibición de todo
acercamiento a menos de 30 metros respecto de doña América del Rosario Adaros
Cortés y de sus hijos.

El Tribunal estimó que los hechos así establecidos son constitutivos del delito
establecido en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil y no el delito del
artículo 6º de la Ley Nº 19.325 sobre Violencia Intrafamiliar; tipo penal infringido
según la acusación del Ministerio Público, procediendo a condenarlo de la manera
descrita.

Agrega que para saber si se cometió el delito conocido como desacato, deben
cumplirse una serie de requisitos, que forman parte de la estructura del tipo, dados
por la historia fidedigna de su establecimiento y por otra fuente del derecho, la
jurisprudencia, a saber: naturaleza y origen de la resolución; debe ser una sentencia
definitiva emanada de un órgano que ejerza jurisdicción; la sentencia definitiva no
sólo debe estar firme sino, además, cumplida; el mandato de la sentencia definitiva
se corresponde con un no hacer; la resolución debe ser notificada a aquel quien
debe abstenerse en su conducta de ejecutar lo mandado no hacer.

Agrega que el primer y segundo requisito parece ser lo de más difícil


comprensión, pero baste usar algunos básicos principios interpretativos para llegar
a coincidir con lo hasta aquí dicho. Se refiere al artículo 22 del Código Civil y al
artículo 240, que está dentro del segundo párrafo del T ítulo XIX, del Libro I del
Código de Procedimiento Civil, relativo a la ejecución de las resoluciones, cuyas
disposiciones señalan que la ejecución de la resoluciones corresponde a los
tribunales que las han dictado en única o primera instancia, con tal que estén
ejecutoriadas o causen ejecutoria, estableciéndose los requisitos y formas de
cumplimiento de las resoluciones judiciales civiles, una de las cuales es a través del
procedimiento incidental ante el mismo tribunal que las dictó, dentro del plazo legal
fijado en el artículo 232, luego, el artículo 238 señala la situación en que la
resolución que se trata de cumplir no esté comprendida en el mismo artículo 233
(sentencia definitiva), y le otorga al juez de la causa suficientes facultades para
decretar todas las medidas conducentes a dicho cumplimiento, pudiendo al efecto
imponer multas o arrestos, o sea, "apremiarlo".

De lo anterior se desprende que en el caso de las resoluciones distintas de la


sentencia definitiva, su ejecución corresponde al juez que la dictó, y puede éste
decretar arresto o multa, reiterando los apremios hasta hacer cumplir lo ordenado.

Por ser sentencia definitiva, el vencedor puede optar por seguir el procedimiento
incidental, para lograr la entrega forzada de especies, o embargar y realizar bienes.

La sentencia debe estar cumplida, pues antes que la resolución judicial adquiera
el carácter de cumplida, toda conducta contraria a ella sólo revela un
desobedecimiento al mandato judicial, pero en ningún caso configura el delito de
desacato, ya que esta figura delictiva requiere, como lo dice el artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil, que una resolución judicial se encuentre cumplida.

La sentencia debe ordenar un no hacer porque, como se indicó, están


establecidos los medios en el ordenamiento civil respecto de las obligaciones de dar
y de hacer, con lo que es posible obtener el cumplimiento compulsivo de una
resolución judicial.

Entonces, lo que se busca es precisamente que no se actúe en un sentido


determinado, y que se evite el estado de cosas logrado una vez cumplida la
sentencia.
Finalmente, el modo natural de vincular una decisión judicial con un tercero
distinto del Tribunal, es por medio de la notificación que se acredita haciéndola
"constar en el proceso por diligencia que suscribirán el notificado y el ministro de fe
y si el primero no puede o no quiere firmar, se dejará testimonio de este mismo
hecho en la misma diligencia".

Expresa que, visto lo anterior, para cumplir con el principio última ratio que
envuelve al Derecho Penal, es necesario determinar si existen mecanismos a los
cuales echar mano, antes de usar la herramienta más poderosa de un Estado
democrático.

Expresa que, considerando lo expuesto, el Tribunal ha efectuado una errónea


aplicación del Derecho que influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Menciona que la medida precautoria decretada a favor de doña América Adaros
Cortés, en virtud de lo dispuesto en el artículo 3º letra H de la Ley Nº 19.325, no
participa de la naturaleza jurídica exigida por el tipo penal, y en el caso de
incumplimiento de la medida decretada, que tiene un carácter netamente provisional
y no definitivo, existían otros mecanismos para obligar a cumplir lo decretado, que
no pasa por usar el derecho penal.

Siendo de carácter provisional la resolución decretada en causa R ol Nº 1.837-02


sobre Violencia Intrafamiliar, seguida ante el Segundo Juzgado de Letras, sólo con
fecha 29 de octubre de 2002, se decretó una medida precautoria a favor de doña
América Adaros Cortés, que ordenó la salida inmediata del denunciado del domicilio
de la denunciante, prohibiéndose además su ingreso y acercamiento a éste, así
como también se prohibió todo acercamiento a la denunciante, a menos de 30
metros incluso en la vía pública, pero no consta que el tribunal haya hecho todo lo
posible para hacer cumplir lo ordenado acorde a las facultades que por ley se le ha
entregado.

Agrega que con los documentos acompañados en juicio, se probó que se ordenó
la intervención de Carabineros, tanto para notificar al denunciado de lo obrado en el
comparendo fijado el 29 de octubre de 2002, dado que éste no compareció a dicha
audiencia, como para realizar rondas preventivas a fin de impedir el ingreso del
acusado al domicilio de su cónyuge, pero no consta en el proceso civil la diligencia
de notificación de la medida cautelar, que debió ser suscrita por el notificado y el
ministro de fe y su firma, dejando testimonio de si firmó o no pudo o no quiso hacerlo.

Confirman dicha conclusión los dichos de la testigo América Adaros, cónyuge y


víctima de violencia intrafamiliar, quien afirmó que su marido no había sido
notificado de lo resuelto por el tribunal, y que Carabineros lo buscaba
reiteradamente a fin de hacerle saber la prohibición, hasta el día 11 de noviembre
de 2002 en que fue detenido.

No puede el Juzgado endosar responsabilidad al sujeto a persecución penal que


acreditó que no ha sido notificado, pues es tarea indelegable y acorde a la función
pública que cumplen los tribunales de justicia, la de respetar las formalidades que
ellos mismos se han comprometido a hacer observar.

Agrega que en las oportunidades que el acusado fue detenido por Carabineros lo
fue por desobediente a una orden judicial, sin que se le hubiera notificado
válidamente, ni que se hayan adoptado por la instancia civil las medidas tendientes
a que la resolución judicial quedará ejecutada o cumplida.

Manifiesta que el tribunal para condenar estimó configurado un elemento


normativo esencial en el delito de desacato, inexistente en la realidad del juicio, de
"ser la resolución judicial provisional decretada por el juez civil una sentencia
definitiva firme y cumplida". Verter en el fallo un razonamiento judicial condenatorio
por infringir una medida cautelar provisional y no definitiva, constituye una analogía
in malam partem, prohibida por el intérprete en virtud del principio de legalidad. No
puede la judicatura resolver por "analogía" la cuestión debatida, asimilando un
simple decreto al estatus de una sentencia definitiva, porque pugna con los
principios penales asentados democráticamente. Consecuencia de lo anterior es
que la extensión de la punibilidad a otras resoluciones que no sean sentencias
definitivas, sólo es posible cuando el legislador de manera expresa lo ha dispuesto.

Estos errores en la aplicación del derecho son sustanciales, porque influyeron en


lo dispositivo del fallo, ya que se estructuró su contenido de manera que condenó al
acusado, cuando no procedía hacerlo, por calificar como delito un hecho que la ley
penal ya no configura como tal, y por esta misma razón no puede ser considerado
un error de otra clase, como los contemplados en el artículo 375 del Código Procesal
Penal.

Otorgada la palabra al abogado asesor del Ministerio Público don Cristián Castro
Muñoz, éste solicita no se acoja el recurso de nulidad enderezado, toda vez que de
la sola lectura de los considerandos 11º y 12º de la sentencia recurrida, fluye que el
Tribunal Oral en lo Penal hace un seguimiento y se circunscribe al tipo penal descrito
en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil; hace un análisis claro de cómo
la conducta desplegada por el señor Díaz Plaza infringe la resolución dictada por un
tribunal, en orden a no acercarse a su cónyuge o sus hijos, y no es cumplida, por lo
que a juicio del Ministerio Público, no ha existido una errónea aplicación del derecho.
En cuanto a la alegación en el sentido de que el condenado no fue notificado de
la resolución, precisa que de la prueba provocada por el Ministerio Público en la
audiencia de juicio oral, se estableció que el 5 de noviembre de 2002 el señor Díaz
Plaza fue notificado y citado para el 7 de noviembre, y sabía que no podía acercarse
a su cónyuge e hijos; mas, por el contrario, lo hizo.

En cuanto a la tercera alegación, en el sentido de que el artículo 240 del Código


de Procedimiento Civil estaría derogado expresa o tácitamente, es un tema que se
ha planteado antes en estrados.

Concuerda con la defensa en el sentido que Ley Nº 19.235 fue derogada por la
Ley Nº 20.066, pero ciertamente el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil
no ha sido derogado y se encuentra plenamente vigente.

Por último, indica que en lo único que puede estar de acuerdo con la defensa es
que la medida de impedir el acceso del señor Díaz Plaza a la casa, cónyuge e hijos,
no fue la decisión más adecuada, toda vez que en la propia sentencia se recoge
que durante la suspensión de la audiencia de juicio oral, la cónyuge fue agredida
por el imputado a consecuencia de la denuncia y de su comparecencia a la
audiencia de juicio oral.

Por estas consideraciones, entiende que el fallo se encuentra ajustado a derecho


y no ha existido por parte del Tribunal Oral en lo Penal una errónea aplicación del
derecho.

Terminado el debate, se puso fin a la audiencia, quedando la causa en estado de


acuerdo.

Con lo relacionado y considerando:

Primero: Que el Defensor Penal Público Iván Centellas Contreras ha interpuesto


recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva dictada por el Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal de Calama, solicitando que el recurso sea acogido por
concurrir la causal de nulidad prevista en el artículo 373 letra b) del Código Procesal
Penal, pues en el pronunciamiento de la sentencia se hizo una errónea aplicación
del derecho que influyó sustancialmente en lo dispositivo del fallo, y pidió que se
anule sólo la sentencia y la condena por desacato, y en su lugar se absuelva a su
representado del delito por el que se le acusó.

Argumentó que, establecido en juicio y acorde a lo contenido en la acusación del


Ministerio Público, los hechos se desarrollaron bajo la vigencia de una norma hoy
derogada, que no se procedió a emplazar válidamente al condenado de la medida
cautelar provisoria decretada por un juez civil, aplicando in malam partem la norma
penal del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, cuando no era posible
configurar los conceptos normativos de ser sentencia definitiva cumplida, por
tratarse de una medida provisional, y faltaban los elementos indispensables para
tener por infringido el tipo penal por el que se le condenó, por lo que no pudo
constituirse el hecho investigado en figura punible alguna y, entonces, en el
pronunciamiento de la sentencia se ha incurrido en una errónea aplicación del
derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, porque debió
absolverse al imputado y no condenarlo;

Segundo: Que el abogado asesor del Ministerio Público don Cristián Castro
Muñoz solicitó el rechazo del recurso de nulidad planteado, estimando que no
concurren los fundamentos del vicio de nulidad preceptuado en el artículo 373 letra
b) del Código Procesal Penal, en la medida que la sentencia dictada por el Tribunal
Oral en lo Penal de Calama, en sus considerandos 11º y 12º efectúa un seguimiento
y circunscribe los hechos al tipo penal descrito en el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil;

Tercero: Que después de analizar concienzudamente el libelo de fojas 19, y


aunque éste no indica con precisión cuál fue la norma legal que habrían aplicado
erróneamente los sentenciadores, se llega a la conclusión que ésta sería la del
artículo 240 inciso segundo del Código de Procedimiento Civil, interpretado "por
analogía in malam parte", dado que los hechos se desarrollaron bajo la vigencia de
una norma hoy derogada, cual es, la del artículo 6º de la Ley Nº 19.325;

Cuarto: Que resulta esclarecedor precisar que la acusación del Ministerio Público
se fundó en el incumplimiento de una medida precautoria decretada por un Juez
Civil, conducta en la que incurrió el imputado el 11 de noviembre de 2002, fecha en
que se encontraba vigente la Ley Nº 19.325; el órgano acusador estimó que tal
hecho configuraba el ilícito contemplado en el artículo 6º de la Ley Nº 19.325, en
relación con el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil;

Quinto: Que el artículo 6º de la Ley Nº 19.325 no contenía una sanción sino una
conducta prohibitiva, a saber, el incumplimiento de cualquier medida precautoria
decretada por el tribunal, y remitía su castigo a la norma penal prevista en el artículo
240 del Código de Procedimiento Civil;

Sexto: Que según los hechos fijados por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal en
el motivo decimotercero, inamovibles para esta Corte, la medida precautoria
decretada por el Segundo Juzgado de Letras de Calama fue debidamente notificada
al acusado el 5 de noviembre de 2002, pese a lo cual la quebrantó el 11 de
noviembre de 2002, al ser sorprendido por Carabineros en el interior del domicilio
de su cónyuge;

Séptimo: Que tales hechos se verificaron al tiempo en que el artículo 6º de la Ley


Nº 19.325 se encontraba vigente, y supusieron en el imputado el incumplimiento de
una medida precautoria decretada al amparo de dicha ley, cuya sanción está
definida por el artículo 240 inciso segundo del Código de Procedimiento Civil;

Octavo: Que, en consecuencia, resulta inconcuso que en la sentencia atacada de


nulidad existe la debida correspondencia y armonía entre el hecho materia de la
acusación del Ministerio Público, los hechos fijados en el fallo y su calificación
jurídica.

En este escenario, mal puede pretenderse una errónea aplicación del derecho,
fundada en la hipótesis que el tipo penal estatuido en el artículo 240 inciso segundo
del Código de Procedimiento Civil, está derogado tácitamente.

A esta conclusión se arriba, pues, si bien la Ley Nº 19.325 fue derogada por la
Ley Nº 20.066, no debe olvidarse que en la especie un juez civil dictó una resolución
con arreglo a las facultades que le otorgaba la Ley Nº 19.325 durante su vigencia,
y que el imputado quebrantó lo ordenado cumplir;

Noveno: Que en virtud de lo expuesto en los motivos que anteceden, y no


existiendo disconformidad entre el hecho punible y su calificación jurídica, el recurso
de nulidad con el que se pretende invalidar la sentencia de 18 de octubre último no
puede prosperar y debe, forzosamente, desecharse.

Por estas consideraciones, y de conformidad con lo dispuesto en los artículos


342, 352, 372, 373 letra b) y 385 del Código Procesal Penal, se declara:

Que se rechaza, con costas, el recurso de nulidad interpuesto por el Defensor


Penal Público Iván Centellas Contreras en representación de Patricio Hernán Díaz
Plaza, en contra de la sentencia pronunciada por el Tribunal de Juicio Oral en lo
Penal de Calama, integrado por los Jueces Franco Repetto Contreras, Carlos
Muñoz Sepúlveda y Marcela Mesías Toro, el dieciocho de octubre del año en curso,
y que corre a fojas 1 y siguientes de esta carpeta.

Regístrese y devuélvase.

Se deja constancia que se hizo uso de la facultad contenida en el artículo 82 del


Código Orgánico de Tribunales.
Redactó el Fiscal Judicial don Rodrigo Padilla Buzada, Titular de la Segunda
Fiscalía Judicial.

No firma el Ministro señor Clavería, no obstante haber concurrido a la vista y


acuerdo, por encontrarse ausente con feriado.

Rol Nº 204-2006.
CAPÍTULO II CONDUCTAS CONSTITUTIVAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
1. ELEMENTOS QUE CONFIGURAN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

SUMARIO: Los hechos que pueden conformar violencia intrafamiliar no se


encuentran tipificados, por lo que deben ser evaluarse de acuerdo a la realidad
de la pareja involucrada. Al respecto, el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua define violencia como cualidad de violento y, a su vez, violento, en su
primera acepción, es estar fuera de su natural estado, situación o modo. De tal
manera que, para considerar que un determinado hecho constituye un acto de
violencia intrafamiliar, debe verse si tal acción está fuera del natural estado,
situación o modo de la pareja en conflicto.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 5-2006

Fecha: 13/03/2006

Cita online: CL/JUR/4603/2006

Partes: A. P. T. contra Armando Galleguillos Colque

Magistrados: Almazán Serrano, Patricia; Fodich Castillo, Vicente

Redactor: Fodich Castillo, Vicente

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 100 - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Antofagasta, 1 de marzo de 2006.

Visto:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de los considerandos sexto,


séptimo, octavo, noveno, décimo, undécimo y duodécimo que se eliminan, en su
lugar y teniendo además presente:
Primero: Que el hecho de violencia intrafamiliar denunciado consistiría, al decir
del parte denuncia de fojas 2, en que el día 26 de septiembre de 2005, a las 16:00
horas, en circunstancias que la denunciante doña A.A.P.T. se encontraba en el
interior de su domicilio en compañía de su conviviente Armando Segundo
Galleguillos Colque, sostuvieron una discusión de índole económica, a raíz de lo
anterior el denunciado se ofuscó y procedió a agredirla en forma verbal con palabras
groseras, para posteriormente amenazarla con quitarle su hijo de 6 años de edad,
todo lo cual la mantiene afectada en forma sicológica. La denuncia es de 07 de
octubre de 2005.

Segundo: Que con fecha 16 de noviembre de 2005, por escrito, la denunciante


se desiste del reclamo presentado, desistimiento al que no se dio lugar atendido lo
establecido en el artículo 100 de la Ley Nº 19.968. Sin perjuicio de lo anterior y en
audiencia de 26 de diciembre del mismo año, el abogado defensor de la Sra. Portilla
Tejada, no sólo reitera la petición de desistimiento, sino que se desdice de todos y
cada uno de los hechos denunciados, agregando que no realizará prueba alguna
solicitando, en definitiva, la absolución del denunciado.

Tercero: Que, efectivamente, el artículo 100 de la Ley Nº 19.968 señala que el


procedimiento de violencia intrafamiliar terminará por sentencia o suspensión
condicional de la misma. De tal modo es correcto lo resuelto en su oportunidad por
la juez a quo en el sentido de no dar lugar al desistimiento y continuar con el
procedimiento hasta dictar sentencia de término, como se hizo en la oportunidad.
Sin embargo, hay que tener presente que el apoderado de la denunciante, en
representación de ella, se desdijo de todos y cada uno de los hechos denunciados,
situación distinta del simple desistimiento, hecho que sin duda debe ser ponderado
al momento de dictar sentencia, al quedar la denuncia falta de su sustento fáctico,
necesario para evaluar la existencia de actos que puedan revestir caracteres de
violencia intrafamiliar. Al faltar, por tanto, hechos que deban ser analizados y
ponderados conforme la prueba rendida, debe necesariamente absolverse al
denunciado.

Cuarto: Que, sin perjuicio de lo anterior, es conveniente tener presente que los
hechos que pueden conformar violencia intrafamiliar no se encuentran tipificados,
por lo que deben ser evaluarse de acuerdo a la realidad de la pareja involucrada. Al
respecto, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua define violencia como
cualidad de violento y, a su vez, violento, en su primera acepción, es estar fuera de
su natural estado, situación o modo. De tal manera que, para considerar que un
determinado hecho constituye un acto de violencia intrafamiliar, debe verse si tal
acción está fuera del natural estado, situación o modo de la pareja en conflicto. Ello
es necesario, pues ciertas conductas que pueden ser consideradas lesivas por
algunas personas son, sin embargo, aceptados por otras. Así, por ejemplo, el
reclamo que hizo la denunciante en Carabineros el 7 de octubre en el sentido que
su marido la trató con palabras groseras, confirmado por el denunciado al decir que
tuvieron efectivamente una discusión por motivos económicos, en que los dos se
trataron groseramente, debe ser analizado a la luz de lo que es su natural estado o
modo.

Sin duda que una discusión por motivos económicos en un matrimonio no puede
ser considerado por sí un acto de violencia intrafamiliar, las desavenencias
conyugales por ese motivo u otro son habituales y normales en una relación de
pareja y en cuanto a la grosería, debe verse en el contexto de la vida familiar y
habitual, de tal modo que si ambos se tratan groseramente, actitud sin duda
reprochable, no puede ello ser considerado violencia intrafamiliar, al no estar fuera
de su natural estado o modo de convivir.

Desde otro punto de vista, hay que considerar siempre la personalidad de los
sujetos al resolver este tipo de situaciones, ella se integra por condiciones propias
de nacimiento y por la formación o educación que reciben en la vida, especialmente
en sus primeros años. Es lo que constituye el carácter y en torno a dicho carácter
hay que analizar los actos reclamados.

La circunstancia que una persona sea de carácter dominante o fuerte, no es en


sí mismo negativo, es una faceta de su personalidad que debe ser respetada pues
es inherente a ella, es su natural modo de actuar en la vida.

De tal modo, el reproche que se le hace al denunciado en los informes


sicológicos, en el sentido de presentar una expectativa de familia de conformación
en mayor medida patriarcal, dice relación con su carácter y personalidad, lo que en
sí, como se dijo anteriormente, no es criticable, es su natural modo de ser por
nacimiento y formación, pero de ello no puede deducirse inequívocamente que
estemos en presencia de actos de violencia intrafamiliar.

Quinto: Que en cuanto a la amenaza de quitarle a su hijo, que sería el segundo


motivo de violencia sicológica denunciado, ello no aparece acreditado en forma
alguna en la causa, pues además de desdecirse la denunciante de los hechos, el
denunciado no reconoce tal circunstancia, radicando lo sucedido como discusión de
índole económica en que ambos se trataron groseramente.

Los informes sicológicos que se encuentran en el proceso, no arrojan


antecedentes que permitan concluir que tal amenaza se produjo, refiriéndose
fundamentalmente ellos a las características sicológicas de cada una de las partes,
los que apreciados conforme las reglas de la sana crítica son ineficaces para dar
por acreditado el segundo hecho de violencia intrafamiliar denunciado, todo lo cual
lleva a absolver al denunciado.

Por las razones expuestas, lo establecido en los artículos 67 de la Ley Nº 19.968


y 186 del Código de Procedimiento Civil, se revoca sin costas del recurso, la
sentencia de fecha dos de enero de dos mil seis, escrita a fojas 41 y siguientes de
estos antecedentes, en cuanto se condenó a Armando Segundo Galleguillos Quispe
como autor de violencia intrafamiliar en contra de doña A. A. P. T. y en su lugar se
declara que se absuelve al denunciado Galleguillos Quispe, ya individualizado, de
la denuncia formulada en su contra el siete de octubre de dos mil cinco, rolante a
fojas dos.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Ministro Titular Vicente Fodich Castillo. No firma la Ministro Sra.
Patricia Almazán Serrano, quien concurrió a la vista y acuerdo, por encontrarse con
permiso administrativo.

Rol Nº 5-2006.
2. CONVIVENCIA DE HOMOSEXUALES. APLICACIÓN DE LEY DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR. CONCEPTO DE CONVIVIENTE. VOTO EN CONTRA

SUMARIO: El artículo 5º de la Ley de Violencia Intrafamiliar expresa que se


entiende por violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad
física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor
o una relación de convivencia con él, o sea pariente por consanguinidad o por
afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del
ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente. Y agrega que también habrá
violencia intrafamiliar, cuando la conducta referida ocurra entre los padres de un
hijo común, o recaiga sobre persona menor de edad o discapacitada que se
encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes del
grupo familiar. La Corte concluye que la sentencia se encuentra ajustada a
derecho, en cuanto a que el concepto de conviviente incluye en forma extensiva,
a aquél unido a otro en una relación de convivencia homosexual, a quien se
considera, además, como integrante del grupo familiar.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de La Serena

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 373-2006

Fecha: 08/01/2007

Cita online: CL/JUR/297/2007

Partes: Muñoz Tapia, Honorino Esteban contra Juzgado de Garantía de


Combarbalá

Magistrado: Cabrera Cifuentes, Santiago Augusto

Redactor: Cabrera Cifuentes, Santiago Augusto

Abogado Integrante: Cabrera Cifuentes, Santiago Augusto

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 5º, 14 - Ley Nº 20.066


TEXTO COMPLETO:

La Serena, 8 de enero de 2007.

Vistos y oído:

En estos antecedentes don Erick Alejandro Astudillo Canessa, Defensor Penal


Público de Illapel, por don Honorino Esteban Muñoz Tapia, deduce recurso de
nulidad a fin de que se invalide la sentencia dictada el 14 de noviembre de 2005,
escrita a fojas 43, en la causa RUC 0600284381-k, RIT 99-2006, por la Jueza de
Garantía de Combarbalá doña Ana Verónica Naranjo Bischof, y se dicte otra de
reemplazo en que se absuelva a su representado de los cargos por los que, en juicio
simplificado, se lo condenó a dos penas principales de cuarenta y un días de prisión
en su grado máximo; a las accesorias de suspensión para cargos y oficios públicos
durante el tiempo de la condena, y de prohibición de acercarse a la víctima don
Manuel Alejandro Iglesias Rojas, ni a su domicilio de calle Libertad Nº 572,
Combarbalá, como también a la de sujetarse al diagnóstico de dependencia
alcohólica y, en caso que éste lo amerite, a someterse al tratamiento respectivo por
el plazo de un año, como autor de los delitos de maltrato habitual en grado de
consumados, previstos y sancionados en el artículo 14 de la Ley Nº 20.066 en
relación con el artículo 5º del mismo cuerpo legal.

Declarado admisible el recurso por esta Corte, tomó conocimiento de él en


audiencia pública, con asistencia del Fiscal don Cristián Alfonso Durruty y por el
Defensor Público don Carlos Esperguen, quien reiteró su petición de nulidad en
estrados, procediendo el primero a solicitar el rechazo del recurso por compartir los
fundamentos de la sentencia en alzada. Luego, el tribunal escuchó el registro de lo
obrado, contenido en un disco compacto, y procedió a deliberar, fijando como fecha
para la lectura del fallo el ocho de enero próximo a las doce horas, quedando
notificados los intervinientes para dichos efectos, encargándose la redacción del
fallo al Abogado Integrante don Santiago Augusto Cabrera Cifuentes.

Con lo relacionado y considerando:

Primero: Que funda la defensa del imputado su petición de nulidad en lo que


dispone el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, esto es, en que en el
pronunciamiento de la sentencia condenatoria se ha hecho una errónea aplicación
del derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, al apli carse
erróneamente lo dispuesto en los incisos 1º y 2º del artículo 5º de la L ey Nº 20.066.
Segundo: Aduce el recurrente que los hechos mencionados como delitos de
maltrato habitual previsto en el artículo 14 de la L ey Nº 20.066, no encuadran dentro
del concepto de convivencia determinado en la figura tipificada, por cuanto ella,
conforme a lo dispuesto en el referido artículo 5º, se encuentra referida en la parte
pertinente a la convivencia en el núcleo familiar de personas que mantienen una
relación de pareja heterosexual.

Argumenta en seguida que si la pareja homosexual involucrada en autos no


constituye un núcleo familiar, mal puede estar protegido por las normas de la Ley
de Violencia Intrafamiliar el hijo discapacitado de uno de ellos que vive en el
domicilio común.

A su juicio, entonces, existe la causal de nulidad invocada, por lo que pide, en


consecuencia, que se acoja del recurso de nulidad interpuesto declarándose nula la
sentencia condenatoria recurrida, y de conformidad con lo dispuesto en el artículo
385 del Código Procesal Penal, se dicte sentencia de reemplazo absolutoria de la
acusación formulada en contra del imputado.

Tercero: Que la calificación de si es o no es convivencia, para los efectos del


artículo 5º de la Ley de Violencia Intrafamiliar, la que puedan mantener parejas del
mismo sexo, es una cuestión valórica, como acertadamente lo manifestó en la vista
de la causa el propio defensor del imputado.

En consecuencia, si tal determinación es una cuestión de interpretación valórica


de los hechos, mal puede el juez de garantía haber incurrido en una errónea
aplicación del derecho, toda vez que su actuar no fue ni arbitrario ni infundado, como
se desprende, en particular, de la lectura del considerando quinto del fallo
impugnado, máxime si la formalización fue por el mismo delito del artículo 14 de la
Ley Nº 20.066 en relación con el artículo 5º del mismo cuerpo legal.

En síntesis, la jueza a quo, al establecer que sí existió convivencia de connotación


familiar o afectiva entre Honorino Esteban Muñoz Tapia y Manuel Iglesias Aguilar,
ponderó los hechos y aplicó el derecho según su leal saber y entender, y a este
respecto es preciso tener presente que, como lo ha señalado reiteradamente la
jurisprudencia de la Excelentísima Corte Suprema de Justicia, a las Cortes de
Apelaciones, conociendo el recurso de nulidad a que se refieren los artículos 372 y
siguientes del Código Procesal Penal, les está vedado alterar los hechos que fueron
fijados en la sentencia, en este caso, del Juez de Garantía; si lo hicieran, señala tal
opinión, resultaría que magistrados que no han tenido acceso personal y directo a
las pruebas producidas durante el juicio oral (en este caso, procedimiento
simplificado), estarían modificando hechos de los que sólo toman un conocimiento
mediato, con lo que se arruinaría lo que ha sido uno de los pilares fundamentales
sobre los cuales descansa la nueva reforma procesal penal, como es el principio de
la inmediatez.

Además, resultaría particularmente atentatorio contra el principio de


independencia de los jueces, que un tribunal superior impusiera sobre el inferior su
concepto valórico sobre un tema jurídico en conflicto, máxime en este caso, en que
la resolución de la jueza a quo señala pormenorizadamente los antecedentes,
incluso constitucionales, que la convencen para su decisión.

Cuarto: Que, a mayor abundamiento, conviene analizar los fundamentos del


recurrente, y tener presente que en el procedimiento simplificado de autos el
imputado reconoció expresamente los hechos contenidos en el requerimiento, esto
es, que "durante los meses de noviembre de 2005 a abril de 2006, el requerido
Honorio Esteban Muñoz Tapia convivió con Manuel del Tránsito Iglesias Aguilar en
la propiedad de este último, ubicada en calle L ibertad 572, Combarbalá, y ha tenido
a su cuidado al hijo de éste llamado M. A. I. R., quien padece de un retardo mental,
época durante la cual, en el interior del referido inmueble, en reiteradas
oportunidades profirió insultos y propinó golpes en diversas ocasiones a M. A. I. R.
y a Manuel Eduardo del Tránsito Iglesias Aguilar".

En mérito de este reconocimiento y demás antecedentes de la causa, la jueza a


quo determinó que estos hechos son constitutivos de dos delitos de maltrato
habitual, previstos y sancionados en el artículo 14 de la L ey Nº 20.066, en relación
con el artículo 5º del mismo cuerpo legal, en grado de consumado, en los que le ha
cabido al citado Honorino Muñoz Tapia calidad de autor.

Quinto: Que el artículo 5º de la ley mencionada, en sus dos incisos, expresa, en


el primero, que se entiende por violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la
vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de
cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él, o sea pariente por
consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer
grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente. Y en el
segundo agrega que también habrá violencia intrafamiliar, cuando la conducta
referida en el inciso precedente ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga
sobre persona menor de edad o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado o
dependencia de cualquiera de los integrantes del grupo familiar.

Sexto: Que la Corte concuerda con el razonamiento expuesto en el considerando


quinto del fallo en alzada, por lo que concluye que la sentencia se encuentra
ajustada a derecho, en cuanto en el concepto de conviviente incluye en forma
extensiva a aquél unido a otro en una relación de convivencia homosexual, a quien
se considera, además, como integrante del grupo familiar, y en consecuencia se
rechazará el recurso de nulidad deducido en contra de lo resuelto en el fallo
recurrido.

A las fundadas razones contenidas en el mencionado considerando quinto, cabe


agregar que la ley no distingue si "quien" tenga o haya tenido la calidad de
conviviente con el autor del maltrato familiar ha de ser una persona de distinto sexo
del ofendido, o puede ser del mismo sexo, por lo que no corresponde al intérprete
desatender el tenor literal de la norma so pretexto de consultar su espíritu.

Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 19 del Código Civil,
5º y 14 de la Ley Nº 20.066, y 352, 358, 360, 372 y 373 letra b) del Código Procesal
Penal, SE RECHAZA el recurso de nulidad interpuesto por don Erick Alejandro
Astudillo Canessa, Defensor Penal Público de la ciudad de Illapel, por don Honorino
Esteban Muñoz Tapia, respecto de la sentencia dictada el 14 de noviembre de dos
mil cinco, escrita a fojas 43, en la causa RUC 0600284381-k, Rol Nº 99-2006, por
la Jueza de Garantía de Combarbalá, doña Ana Verónica Naranjo Bischof, no
condenándose en costas al recurrente por estimarse que tuvo motivos plausibles
para recurrir.

Dictada con el voto en contra del A bogado I ntegrante don Santiago Augusto
Cabrera Cifuentes, quien estuvo por acoger el recurso de nulidad interpuesto, en
razón de:

1. Que si bien podrían ser aplicables en la especie, como se señala en el


considerando quinto de la sentencia impugnada, las garantías constitucionales de
igualdad ante la ley y de no discriminación, también son necesariamente aplicables
otros principios penales, de igual raigambre constitucional, que prescriben que
nadie puede ser condenado sino por un hecho que una ley previa califique de delito,
sin que dicha calificación pueda hacerse por analogía o extensión.

2. En la especie, se están calificando por analogía o extensión como delito de


violencia intrafamiliar hechos que, de haberse acreditado, estarían tipificados con
otra penalidad menos gravosa, lo que fehacientemente implica una errónea
aplicación del derecho que amerita la invalidación de la sentencia.

A este respecto, habría que concluir que si la convivencia homosexual puede dar
cabida a la aplicación del delito de violencia intrafamiliar, también podría darla para
calificar un homicidio simple entre convivientes homosexuales como delito de
parricidio previsto en el artículo 390 del Código Penal y sancionado con la pena de
presidio mayor en su grado máximo a presidio perpetuo calificado, y no con la pena
prevista en el artículo 391, que es de predio mayor en su grado mínimo a medio.
Obviamente, ni esta pena tan gravosa ni la menor aplicable a la violencia
intrafamiliar pueden aplicarse por analogía o extensión, sin incurrir en errónea
aplicación del derecho.

3. Que la tipificación del delito de maltrato habitual previsto en el artículo 14 de la


Ley Nº 20.066, al emplear el sustantivo "conviviente" en las diversas situaciones en
que se lo menciona, comprende únicamente, conforme a la legislación vigente, por
excepción, como miembro de la familia a aquel que mantiene dentro de ella una
convivencia de carácter heterosexual relativamente estable y notoria (concubinato).

Se excluye, por ende, como parte del grupo familiar a quien, por el contrario, como
extraño, mantiene una relación homosexual estable y notoria, con alguno de sus
integrantes dentro del hogar común, no siendo por ende aquél, objeto de la especial
protección o consideración, que contempla la ley referida, para garantizar la vida,
integridad personal y la seguridad precisamente de los miembros de la familia.

Al efecto, el artículo 2º de la L ey de V iolencia I ntrafamiliar dispone textualmente:


"Obligación de protección: Es deber del E stado adoptar las medidas conducentes
para garantizar la vida, la integridad personal y seguridad de los miembros de la
familia".

4. Abona este parecer, en cuanto que la relación homosexual de convivencia no


configura en la actualidad convivencia familiar, el hecho de que se encuentre en
tramitación un proyecto de ley ingresado a la Cámara de Diputados el 10 de julio de
2003 sobre "Fomento de la no discriminación y de contrato de unión civil entre
personas del mismo sexo", proyecto por el que se pretende "proteger la existencia
legal de la familia constituida entre personas del mismo sexo, cuyos miembros que
cumplan los requisitos establecidos por la ley, deseen acogerse al régimen
patrimonial por ella previsto, durante su vigencia y con motivo de su disolución".
(Nuevo Derecho Matrimonial Chileno, Javier Barrientos y Aránzazu Novales,
Editorial LexisNexis, 2004, pág. 22).

Si para solucionar problemas patrimoniales de uniones homosexuales es preciso


legislar con especificidad, con mayor razón debería serlo para dar a tales uniones
consecuencias penales, de suyo restrictivas.

También abona este parecer el hecho de que en la Ley de Matrimonio Civil (que
parte por establecer que la familia es el núcleo fundamental de la sociedad)
reconoce en su artículo 80 los matrimonios celebrados válidamente en el extranjero
"siempre que se trate de una unión entre un hombre y una mujer".

Es claro, entonces, a juicio de este disidente, que la voluntad del legislador es


evidente, y que se incurre en errónea aplicación de la manifestación de tal voluntad,
como es la ley en el caso de autos, y que la conducta atribuida al imputado no es
constitutiva de los delitos especiales previstos en el artículo 14 de la L ey de V
iolencia I ntrafamiliar, por carecer el imputado Honorino Esteban Muñoz Tapia de
las calidades exigidas al sujeto activo para la configuración de los hechos punibles
por los que se le condenó en la sentencia recurrida y, en consecuencia, por haberse
incurrido en la causal prevista en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal,
debe acogerse, a juicio del disidente, el recurso de nulidad interpuesto, y dejándose
sin efecto la sentencia condenatoria de catorce de noviembre de dos mil cinco
dictada en la causa RUC 060028438-k Rol Nº 99-2006, por la Jueza de Garantía de
Combarbalá, doña Ana Verónica Naranjo Bischof, por la que se condenó en juicio
simplificado al aludido Muñoz Tapia, dictarse a continuación la sentencia de
reemplazo pertinente.

Regístrese y devuélvanse.

Redactada por el A bogado I ntegrante don Augusto Cabrera Cifuentes.

Rol RUC 060028438-k.

Rol a quo Nº 99-2006.

Rol Nº 373-2006 (J.G).


3. NO EXISTE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR SI ESTADO MENTAL DE
DENUNCIANTE NO DERIVA DE MALTRATO PSICOLÓGICO

SUMARIO: Los exámenes psicológicos de las demandantes (de violencia


intrafamiliar), revelan que en ellas existen estados depresivos, en una estructura
de personalidad limítrofe con rasgos infantiles, dependientes, depresivos y
obsesivos (en el caso de la otra denunciante). Dicho estado psicológico no es
posible concluir, fuera de toda duda razonable, que sea consecuencia de actos
de maltrato psicológico continuos de violencia intrafamiliar, ya que es
perfectamente posible que sean consecuencia de la relación afectiva de carácter
tenso, frío y distante existente entre las partes. El objeto del juicio es la existencia
de actos constitutivos de violencia intrafamiliar y, por lo tanto, éste es el hecho
pertinente, sustancial y controvertido sobre los cuales deben rendir la prueba.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Chillán

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 582-2008

Fecha: 29/08/2008

Cita online: CL/JUR/3341/2008

Magistrado: Hansen Kaulen, Bernardo Christian

Redactor: Hansen Kaulen, Bernardo Christian

Voces: derecho de familia - matrimonio - obligaciones de los cónyuges - violencia


familiar

Legislación relacionada: Artículo 5º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Chillán, 29 de agosto de 2008.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada dictada en audiencia del dieciocho de julio


del presente año, con excepción de sus fundamentos Noveno, Décimo, Undécimo,
Duodécimo, Decimotercero, Decimocuarto y Decimoquinto que se eliminan, y en su
lugar se tiene, además, presente:

1º. Que las pruebas rendidas en el juicio, apreciadas conforme a las reglas de la
sana crítica, pero sin contradecir los principios de la lógica, las máximas de la
experiencia y los conocimientos científicamente afianzados, en concepto de esta
Corte no son suficientes para tener por acreditado en estos autos fuera de toda duda
razonable, los actos denunciados como constitutivos de violencia intrafamiliar por
parte de don Bernardo Filadelfo Sobarzo Caamaño en contra de doña Carolina
Fernanda Sobarzo Riquelme y de doña Vanesa del Carmen Riquelme Gatica.

Al respecto cabe tener presente que del tenor de las declaraciones de los testigos
de cargo don Michel Leonardo Riquelme Gatica y de doña Elizabeth Valladares
Vargas, sólo es posible concluir que la relación afectiva existente entre las partes
(demandante y demandadas) es tensa, fría y distante entre ellos, pero que no
revisten la naturaleza de constituir maltrato psicológico permanente, grave e
intenso, en los términos señalados en el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 sobre
Violencia Intrafamiliar.

2º. Que, por otra parte, cabe señalar que en la prueba testimonial de descargo
constituida por las declaraciones de doña María Eugenia Toledo Villagra y don
Octavio Navarrete Fica, se señala que el demandado es una persona tranquila y
que no se altera nunca; el testigo Navarrete Fica agrega que nunca ha visto al
demandado maltratar a sus hijos.

3º. Que, los exámenes psicológicos de las demandantes doña Vanesa del
Carmen Riquelme Gatica y doña Carolina Fernanda Sobarzo Riquelme, revelan que
en ellas existen estados depresivos, en una estructura de personalidad limítrofe con
rasgos infantiles y dependientes (en el caso de doña Vanesa Riquelme Gatica) y
depresivos y obsesivos (en el caso de doña Carolina Sobarzo Riquelme).

Dicho estado psicológico no es posible concluir, fuera de toda duda razonable,


que sea consecuencia de actos de maltrato psicológico continuos de violencia
intrafamiliar, ya que es perfectamente posible que sean consecuencia de la relación
afectiva de carácter tenso, frío y distante existente entre las partes.

4º. Que, el objeto del juicio es la existencia de actos constitutivos de violencia


intrafamiliar y, por lo tanto, éste es el hecho pertinente, sustancial y controvertido
sobre los cuales deben rendir la prueba.
Por otra parte, cabe señalar que no fue objeto del juicio los alimentos ni las
facultades económicas de las partes, por lo que no cabe emitir pronunciamiento
sobre el particular.

Por estos fundamentos y lo dispuesto en los artículos 67, 81 y siguientes de la


Ley Nº 19.968; artículo 5º de la Ley Nº 20.066 y 186 y 227 del Código de
Procedimiento Civil, se declara:

SE REVOCA la sentencia apelada dictada en audiencia de dieciocho de julio


último, en sus decisiones I y II, que hizo lugar a la denuncia de violencia intrafamiliar
deducida por doña Carolina Fernanda Sobarzo Riquelme y doña Vanesa del
Carmen Riquelme Gatica en contra de don Bernardo Filadelfo Sobarzo Caamaño,
y ordenó a este último hacer abandono del hogar que comparte con la demandante
por el plazo de un año, en sus respectivos casos, y en su lugar se declara que no
se hace lugar a la referida denuncia por violencia intrafamiliar.

Atendido lo razonado en el fundamento 4º de esta sentencia, se deja sin efecto


lo resuelto en la decisión III.- del fallo apelado.

Regístrese, dése a conocer a los intervinientes que asistan a la audiencia fijada


al efecto, sin perjuicio de su notificación por el estado diario, insértese en el acta
correspondiente y hecho, devuélvase con sus agregados.

Redacción del Ministro señor Hansen.

Rol Nº 582-2008.
4. NO EXISTE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ENTRE MUJER SEPARADA DE
HECHO Y NUEVA PAREJA DE CÓNYUGE

SUMARIO: El concepto de violencia intrafamiliar dice relación con situaciones de


abuso de poder o maltrato, físico o psíquico, de un miembro de la familia sobre
otro, la que puede manifestarse como maltrato físico, psicológico, sexual y
económico. En este contexto puede concluirse que la calidad de víctima y de
victimarios de este tipo de actos, sólo puede darse respecto de personas que han
tenido una vinculación especial, marcada por una relación de familia asociada a
una vida conyugal o de convivencia y por el parentesco que la ley determina o
por la circunstancia de encontrarse bajo el cuidado de un integrante de un grupo
familiar. Así las cosas, la conducta atribuida a la denunciada no puede ser
calificada como un acto de violencia intrafamiliar, asignándosele a su respecto la
calidad de victimaria, junto con el cónyuge de la denunciante, actual conviviente
de la primera, desde que la misma no tiene una vinculación de la naturaleza que
se requiere, conforme se ha señalado en el motivo precedente con la afectada,
no encontrándose en ninguna de las hipótesis que contempla la ley para estos
efectos.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Cuarta Sala (Especial)

Tipo de recurso: Casación en el Fondo

Rol: 4013-2009

Fecha: 07/09/2009

Cita online: CL/JUR/729/2009

Partes: Mancilla Vera, Miguel Ángel contra Sepúlveda Lagos, Lilian Jeanette

Magistrados: Valdés Aldunate, Patricio; Torres Allú, Julio; Pérez Paredes,


Gabriela; Maggi Ducommun, Rosa

Redactor: Torres Allú, Julio

Voces: casación - casación en el fondo - delito - derecho civil - derecho penal -


derecho procesal - recursos - violencia familiar
Legislación relacionada: Artículo 5º - Ley Nº 20.066; Artículo 767 - Código de
Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO:

I. Sentencia de casación

Santiago, 7 de septiembre de 2009.

Vistos:

En autos, RIT Nº F-2025-2008, RUC Nº 08-02-66929-9, del Juzgado de Familia


de Pudahuel, caratulados "Sepúlveda Lagos, Lilian Jeanette con Mancilla Vera,
Miguel Ángel", por sentencia de primer grado de veintiséis de agosto de dos mil
ocho, de estos antecedentes se acogió la denuncia de violencia intrafamiliar
interpuesta por la actora, en contra de su cónyuge don Miguel Ángel Mansilla Vera
y doña Luz Vicenta del Carmen Vargas Valenzuela y, en consecuencia, se condena
al denunciado al pago de una multa de dos unidades tributarias mensuales, dentro
de los cinco días siguientes a la fecha de notificación del fallo.

Asimismo, se decretan como medidas accesorias las previstas en las letras b) y


d) del artículo 9º de la Ley Nº 20.066, esto es, la prohibición de acercarse el
denunciado a la víctima o a su domicilio o lugar de trabajo, por el término de 180
días y la asistencia obligatoria de la denunciante y denunciados a terapia reparatoria
y de rehabilitación, respectivamente, en los centros que se indican.

Se alzaron los denunciados y una de las salas de la Corte de Apelaciones de


Santiago, por fallo de quince de diciembre de dos mil ocho, que se lee a fojas 60,
confirmó la sentencia apelada.

En contra de esta última sentencia, la parte de los denunciados dedujo recurso


de casación en el fondo, por haber sido dictada, a su juicio, con infracciones de ley
que han influido en lo dispositivo, pidiendo que se la invalide y se dicte la de
reemplazo que indica.

Se trajeron estos autos en relación.

Considerando:

Primero: Que los recurrentes estiman vulnerados los artículos 5º de la Ley


Nº 20.066 y 19 a 24 del Código Civil, argumentando que los sentenciadores han
realizado una interpretación incorrecta de la norma sobre Violencia Intrafamiliar,
puesto que han extendido su aplicación a un caso no contemplado en la misma, al
condenar a la denunciada Vargas, en circunstancias que ella no tiene vínculo
jurídico alguno con la denunciante y su única relación con los hechos está dada por
ser la conviviente del denunciado; no contemplándose esta figura en ninguna de las
hipótesis que establece la ley.

Por otro lado, cuestionan también la decisión de los sentenciadores en orden a


condenar a los denunciados, en circunstancias que no se encuentra acreditada la
supuesta violencia intrafamiliar que se les ha imputado y que en todo caso, los
hechos materia de autos, no dan cuenta de actos de esta naturaleza, desde que no
dicen relación con el ámbito de protección de las relaciones de familia.

Segundo: Que para una correcta resolución del asunto propuesto, cabe tener
presente lo siguiente:

1. D oña Lilian Jeanette Sepúlveda Lagos, formuló denuncia por violencia


intrafamiliar en contra de don Miguel Ángel Mancilla Vera, su cónyuge y de la actual
conviviente de éste, doña Luz Vicenta del Carmen Vargas Valenzuela, basada en
que ellos la habrían agredido sicológicamente, hostigándola, con demandas sin
fundamento, por teléfono, correo electrónico y mensajes a sus jefes,
descalificándola y acusándola de mala funcionaria y corrupta.

2. L os denunciados, por su parte, han reconocido los hechos y que la forma


utilizada no es la correcta para solucionar los problemas familiares existentes entre
las partes, sosteniendo que la denunciante hace mal uso de su poder como
funcionaria pública, al ejercer presiones indebidas.

Tercero: Que la Ley Nº 20.066, en su artículo 5º prescribe: "Violencia intrafamiliar.


Será constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o
integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del
ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o
por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive,
del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente.

También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida en el inciso


precedente ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga sobre persona
menor de edad o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de
cualesquiera de los integrantes del grupo familiar".

Cuarto: Que el concepto de violencia intrafamiliar dice relación con situaciones


de abuso de poder o maltrato, físico o psíquico, de un miembro de la familia sobre
otro, la que puede manifestarse como maltrato físico, psicológico, sexual y
económico.

En este contexto puede concluirse que la calidad de víctima y de victimarios de


este tipo de actos, sólo puede darse respecto de personas que han tenido una
vinculación especial, marcada por una relación de familia asociada a una vida
conyugal o de convivencia y por el parentesco que la ley determina o por la
circunstancia de encontrarse bajo el cuidado de un integrante de un grupo familiar.

Quinto: Que, así las cosas, la conducta atribuida a la denunciada no puede ser
calificada como un acto de violencia intrafamiliar, asignándosele a su respecto la
calidad de victimaria, junto con el cónyuge de la denunciante, actual conviviente de
la primera, desde que la misma no tiene una vinculación de la naturaleza que se
requiere, conforme se ha señalado en el motivo precedente con la afectada, no
encontrándose en ninguna de las hipótesis que contempla la ley para estos efectos.

Sexto: Que la situación del denunciado es distinta, puesto que él mismo es


cónyuge de la denunciante por lo que puede tener la calidad de ofensor para los
efectos de que se trata y, en lo concerniente a la conducta que se le atribuye, la que
se ha tenido por establecida en el fallo impugnado, lo cierto es que ella tiene relación
con situaciones o problemáticas derivadas de la vinculación que ambos han tenido,
manifestándose en concreto en actos de amenaza y descalificaciones que
claramente afectan a la denunciante en el plano psicológico, al tener fuerte
implicancia en el ámbito laboral en el que la misma se desarrolla.

Séptimo: Que, por otro lado, cabe señalar que las alegaciones que se formulan
en su libelo, en cuanto se sostiene que no se encuentran acreditados los hechos
denunciados, pretenden, en definitiva, una modificación de los presupuestos
fácticos asentados por los jueces del fondo, en uso de sus facultades privativas,
cuestión que como se ha señalado reiteradamente por esta C orte, sólo puede ser
revisado por ésta, si se denuncia y se constata vulneración a las reglas reguladoras
de la prueba, lo que no ha acontecido.

Octavo: Que, así las cosas, se concluye que los sentenciadores han incurrido en
error de derecho, al haber acogido la denuncia deducida en contra de doña Luz
Vargas Valenzuela, pues tal decisión se sustenta en una interpretación errada del
artículo 5º de la Ley Nº 20.066, haciendo extensiva su aplicación a un caso no
previsto en la norma. Sin embargo, tal falta no se observa, en relación a la condena
impuesta al denunciado, ya que en dicho aspecto el fallo impugnado se ajusta a
derecho.
Noveno: Que, conforme a lo razonado, el recurso intentado deberá ser acogido
sólo en relación al yerro señalado en el motivo precedente.

Por estas consideraciones y de acuerdo con lo previsto en los artículos 764, 765,
766, 768, 772, 785 del Código de Procedimiento Civil, se acoge, sin costas, el
recurso de casación en el fondo deducido a fojas 76, contra la sentencia de quince
de diciembre de dos mil ocho, escrita a fojas 60, la que se invalida y reemplaza por
la que se dicta separadamente a continuación, sin nueva vista.

Redacción a cargo del Ministro señor J ulio Torres Allú.

Regístrese.

Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema, integrada por los Ministros
señor Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P., señora Rosa María Maggi D.,
Ministro Suplente señor J ulio Torres A., y el Abogado Integrante señor Patricio
Figueroa S. No firma la Ministra señora Pérez, no obstante haber concurrido a la
vista y al acuerdo de la causa, por estar con licencia médica.

Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera


Brümmer.

En Santiago, a siete de septiembre de dos mil nueve, notifiqué en Secretaría por


el Estado Diario la resolución precedente.

Rol Nº 4.013-09.

II. Sentencia de reemplazo

Santiago, siete de septiembre de dos mil nueve.

En cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 785 del Código de Procedimiento


Civil, se dicta la sentencia de reemplazo que sigue.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada.

Y teniendo, además, presente:

Los motivos segundo a sexto, inclusive, del fallo de invalidación que precede, los
que para estos efectos se tienen por expresamente reproducidos.
Por estas consideraciones, se revoca la sentencia en alzada de veintiséis de
agosto de dos mil ocho, escrita a fojas 15, de estos antecedentes, en cuanto por
ella se acogió el denuncio en contra de doña Luz Vicenta del Carmen Vargas
Valenzuela y, se declara, en cambio, que es absuelta de los hechos que allí se le
atribuyen y, en consecuencia, se deja sin efecto la medida de la letra d) del artículo
9º de la Ley Nº 20.066, dispuesta sobre la misma.

Se confirma, en lo demás apelado, el referido el fallo.

Redacción a cargo del Ministro señor Julio Torres Allú.

Regístrese y devuélvase con su agregado.

Pronunciada por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señor Patricio Valdés A., señora Gabriela Pérez P., señora Rosa María Maggi D.,
Ministro Suplente señor Julio Torres A., y el Abogado Integrante señor Patricio
Figueroa S. No firma la Ministra señora Pérez, no obstante haber concurrido a la
vista y al acuerdo de la causa, por estar con licencia médica. Santiago, 07 de
septiembre de 2009.

Autoriza la Secretaria Subrogante de la Corte Suprema, señora Carola Herrera


Brümmer.

Rol Nº 4.013-09.
5. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. NO LO CONSTITUYEN LOS MALTRATOS
POSTERIORES AL TÉRMINO DE MATRIMONIO

SUMARIO: El artículo 5º de la Ley Nº 20.066 establece como acto constitutivo de


violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o
síquica realizado contra quien tiene el parentesco que en la misma disposición se
señala y, en consecuencia, aparece de manifiesto que este hecho, y para que
sea constitutivo de violencia intrafamiliar, debe reunir los requisitos o condiciones
que preceptúa la mencionada disposición legal, exigencias y circunstancias que,
a juicio de estos sentenciadores, no se encuentran presentes ni se han acreditado
en los antecedentes que se conocen, ya que las eventuales acciones de maltrato
que se le sindican a la denunciada no tienen tal carácter en orden a afectar en
forma intencionada, permanente e intensa a la persona física o psíquica del
denunciante, más aún si se considera que estos posibles maltratos sólo dicen
relación con actos posteriores al término de una vida de relación de pareja y,
como dice el apelante, se encuentran enmarcados en lo que significa el término
de un matrimonio y el inicio de una nueva relación de convivencia de parte de la
denunciada y, por ende, no cabe sino revocar la sentencia apelada en este
capítulo por no existir un perjuicio o menoscabo en la integridad psíquica de la
persona del denunciante y por no existir, además, pruebas suficientes para ello.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Coyhaique

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 139-2007

Fecha: 22/08/2007

Cita online: CL/JUR/1742/2007

Magistrado: Mora Vallejos, Sergio

Redactor: Mora Vallejos, Sergio

Voces: derecho de familia - matrimonio - obligaciones de los cónyuges - violencia


familiar

Legislación relacionada: Artículo 5º - Ley Nº 20.066


TEXTO COMPLETO:

Coyhaique, 22 de agosto de 2007.

Vistos y considerando:

Primero: Que, a fojas 18 y siguientes de esta carpeta judicial, comparece don


Jaime Dagnino Martínez, abogado, por doña Margarita del Carmen Muñoz
Fernández, por denuncia de violencia intrafamiliar, quien interpone recurso de
apelación en contra de la sentencia por la cual se condenó a su representada al
pago de una multa de media unidad tributaria mensual y a una terapia que no solicitó
ni requiere, pidiendo que no se dé lugar a la denuncia interpuesta por don Enrique
Rolando Araya Fernández en contra de su representada ya señalada.

Segundo: Que, fundamenta su recurso, señalando que la sentencia recurrida es


agraviante a los derechos de su parte, puesto que los hechos denunciados por
Enrique Araya, tales como haber recibido insultos por teléfono, haber la denunciada
abandonado su hogar común para irse a convivir con otra persona, sin siquiera dar
explicación alguna a su familia ni al que es actualmente su cónyuge, falta de
atención a su marido, preferir salir con amigas a estar con su marido, salir con otros
hombres, haberse besado con otro hombre, haber iniciado una convivencia con otro
hombre, dejan en evidencia que se está ante un fracaso matrimonial y el término de
un matrimonio; hechos estos que no pueden considerarse propiamente como
maltrato, ya que más bien son una falta de trato o relación y están enmarcados en
lo que significa el término de un matrimonio y el inicio de una relación nueva de
parte de la denunciada.

Tercero: Que, el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 establece como acto constitutivo


de violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o
síquica realizado contra quien tiene el parentesco que en la misma disposición se
señala y, en consecuencia, aparece de manifiesto que este hecho y para que sea
constitutivo de violencia intrafamiliar, debe reunir los requisitos o condiciones que
preceptúa la mencionada disposición legal, exigencias y circunstancias que, a juicio
de estos sentenciadores, no se encuentran presentes ni se han acreditado en los
antecedentes que se conocen, ya que las eventuales acciones de maltrato que se
le sindican a la denunciada no tienen tal carácter en orden a afectar en forma
intencionada, permanente e intensa a la persona física o psíquica del denunciante,
más aún si se considera que estos posibles maltratos sólo dicen relación con actos
posteriores al término de una vida de relación de pareja y, como dice el apelante,
se encuentran enmarcados en lo que significa el término de un matrimonio y el inicio
de una nueva relación de convivencia de parte de la denunciada y, por ende, no
cabe sino revocar la sentencia apelada en este capítulo por no existir un perjuicio o
menoscabo en la integridad psíquica de la persona del denunciante y por no existir
además pruebas suficientes para ello.

Con lo expuesto, mérito de los antecedentes y lo establecido, además, en los


artículos 5º y 6º de la Ley Nº 20.066 y 67 de la Ley Nº 19.968, se ACOGE la
apelación deducida por el representante de la denunciada y, en consecuencia, se
REVOCA la sentencia apelada de fecha nueve de mayo de dos mil siete, escrita de
fojas 8 a 17 de esta carpeta judicial, en cuanto por ella y en sus resuelvos
respectivos se hizo lugar a la denuncia interpuesta por don Enrique Rolando Araya
Hernández en contra de su cónyuge doña Margarita del Carmen Muñoz Fernández
y se condenó a ésta como autora de maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar
al pago de una multa de media unidad tributaria mensual y a la pena accesoria
contemplada en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066, letra d), de asistencia obligatoria
a un programa terapéutico de tipo psicológico y, en su lugar, se declara que no se
hace lugar a la denuncia interpuesta en contra de ésta, se le absuelve de ella y se
deja sin efecto dichas sanción y medida.

Regístrese y devuélvanse.

Redacción del Ministro Titular don Sergio Fernando Mora Vallejos.

Rol Nº 139-2007.
6. PRETENDER CONTROLAR LA FAMILIA A TRAVÉS DEL PODER
ECONÓMICO CONSTITUYE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR REITERADA

SUMARIO: En la sentencia atacada, se fijaron como hechos, los que siguen: a) S


e encuentra suficientemente acreditada la calidad de cónyuges de las partes.

b) P robado que la forma de comunicación del demandado con su cónyuge denota


que la coloca en estado de necesidad y desamparo frente a los requerimientos
básicos, lo que constituye una manipulación o el ejercicio de autoridad, según su
arbitrio, es decir, querer controlar las vidas de su familia a través del poder
económico, no da cuenta de su real situación económica y no permite
participación en decisiones importantes.

Conforme con los hechos narrados precedentemente, los jueces del fondo
concluyeron que ellos implican violencia sicológica reiterada en el tiempo, lo que
ha provocado un menoscabo psíquico a la demandante, de manera que acogen
la demanda en los términos ya señalados.

Órgano jurisdiccional: Corte Suprema Sala de Verano

Tipo de recurso: Casación en el fondo

Rol: 206-2009

Fecha: 26/02/2009

Cita online: CL/JUR/6060/2009

Partes: Ramos Rodríguez, Sonia contra Hevia Guerra, Gonzalo Domingo

Magistrados: Pérez Paredes, Gabriela; Künsemüller Loebenfelder, Carlos; Juica


Arancibia, Milton

Redactor: Peralta Valenzuela, Ricardo

Abogado Integrante: Peralta Valenzuela, Ricardo

Abogado Integrante: Castro Álamos, Fernando

Voces: casación - casación en el fondo - derecho civil - derecho de familia -


derecho procesal - recursos - sana crítica - tribunal de familia - violencia familiar
Legislación relacionada: Artículo 32 - Ley Nº 19.968; 425 - Código de
Procedimiento Civil; artículos 5º, 6º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Santiago, 26 de febrero de 2009.

Vistos:

En autos RUC 07-2-0163334-0 y RIT F-415-2007 del Juzgado de Familia de Viña


del Mar, doña Sonia Ramos Rodríguez deduce demanda en contra de don Gonzalo
Domingo Hevia Guerra, a fin de que se condene al demandado como autor de
violencia intrafamiliar, disponiendo la aplicación de medidas, sanciones y accesorias
que establece la ley, en resguardo y protección de las víctimas, con costas.

El demandado, evacuando el traslado conferido en la audiencia respectiva, niega


los hechos y pide se rechace totalmente la acción deducida en su contra.

En sentencia de catorce de diciembre de dos mil siete, el tribunal de primer grado


dio lugar a la demanda y condenó al demandado como autor de maltrato constitutivo
de violencia intrafamiliar en perjuicio de la demandante, a una pena de multa de dos
unidades tributarias mensuales, a beneficio del Gobierno Regional y a la obligación
de abandonar el hogar que comparte con la víctima, dentro del plazo de treinta días,
desde que la presente sentencia cause ejecutoria, sin costas.

Se alzó el demandado y una de las salas de la Corte de Apelaciones de


Valparaíso, en fallo de trece de noviembre del año recién pasado, confirmó el de
primer grado, sin modificaciones, con costas del recurso.

En contra de esta última decisión, el demandado deduce recurso de casación en


el fondo, a fin de que se la invalide y se dicte la de reemplazo que señala.

Se trajeron estos autos en relación.

Considerando:

Primero: Que el demandado denuncia la infracción de los artículos 32 de la Ley


Nº 19.968 y 425 del Código de Procedimiento Civil; artículos 5º y 6º de la Ley
Nº 20.066.

Argumenta, en un primer capítulo de su presentación, que el artículo 32 citado


establece la forma de apreciar la prueba, esto es, de acuerdo con las reglas de la
sana crítica y el artículo 425 del Código de Procedimiento Civil prevé que los
tribunales deben apreciar el valor probatorio del informe pericial conforme con las
mismas reglas y agrega que esa manera de ponderación se extraña en la sentencia
atacada, refiriéndose a su concepto y sus exigencias.

A continuación transcribe los artículos 6º y 7º de la Ley Nº 20.066 y concluye que


de la redacción de esas normas se desprende que el estatuto sancionatorio que
establece la L ey de V iolencia I ntrafamiliar, está referido a actos, esto es, debe
tratarse de hechos ciertos y probados, no pudiendo sancionarse sobre la base de
meras suposiciones o presunciones, que carecen de manifestaciones empíricas
claras y debidamente acreditadas. Agrega que de la documentación de la
demandante se establece la calidad de cónyuges de los litigantes; que son padres
de dos hijos menores; que la demandante ha sido atendida por un siquiatra, quien
no menciona actos de violencia intrafamiliar y que uno de los hijos presenta
problemas en el colegio, pero no en su relación con el padre. Asimismo, de la
declaración de uno de los hijos no aparecen actos de violencia intrafamiliar.

Luego, analiza el informe de la sicóloga señora León y alega que la prueba


rendida por su parte desvirtúa la de la actora, por cuanto demostró que realizó las
gestiones pertinentes para evitar la inundación del hogar familiar; así también el
sicólogo señor Perea declara que fue la demandante quien abandonó la terapia;
adjuntó los comprobantes para demostrar el pago de los servicios básicos, ya que
la actora sostuvo como violencia intrafamiliar el corte de esos servicios; acompañó
fotografías del hogar común, el que tiene cuatro pisos, de modo que ella no pudo
tener que trasladarse a una habitación húmeda donde se le causaran bronquitis;
probó la contratación de un plan de salud familiar, incluidos los dos hijos de la actora;
adjuntó un certificado bancario, del que se extrae que a los hijos de la demandante
les mantiene cuenta corriente y, además, que a uno de ellos pagó la educación
universitaria completa y una parte importante de la educación del otro.

En consecuencia, se dice en el recurso, ningún acto de violencia intrafamiliar ha


sido probado, a lo que se añade que el demandado paga una pensión alimenticia
ascendente a $ 1.097.062, más el plan de salud.

A continuación, el recurrente señala los hechos que se desprenden del


expediente sobre pensión alimenticia traído a la vista, en el cual nadie menciona
actos de violencia intrafamiliar económica, se declara sobre los viajes realizados por
la demandante, la intervención de cirugía plástica, las vacaciones familiares, el
personal con el que contaba en la casa, auxiliares que no pudieron mantenerse
después de la pérdida del trabajo del demandado.
Se explica también en el recurso que el sacerdote presentado como testigo y que
el tribunal no valora por no ser presencial, visitó al matrimonio en su casa y se
examina el informe de la sicóloga señora Camus, quien declara inexistentes las
situaciones de violencia intrafamiliar, sino sólo de conflictos interpersonales.

El demandado, continuando con su exposición, transcribe considerandos del fallo


atacado y las bases sobre las cuales es condenado, aludiendo a los fundamentos
de una sentencia de la Corte de Apelaciones en la cual se concluye que no existen
actos de violencia intrafamiliar, sino conflictos e indica que sólo existe un hecho
puntual de atraso en el pago del consumo telefónico.

Nuevamente vuelve al análisis de la causa seguida por alimentos y argumenta


que de ella se desprende que la demandante trabaja, que percibe el 50% del
arriendo de un bien raíz, propiedad del matrimonio y que recibe pensión alimenticia
del padre de sus otros dos hijos.

Por último, expresa que se vulneran los principios de la sana crítica, ya que el
tribunal no ha procedido en la valoración de la prueba con observancia de las
razones jurídicas, lógicas, científicas, técnicas o empíricas que permitan fundar la
decisión.

Finaliza describiendo la influencia sustancial que los errores de derecho que


denuncia han tenido en lo dispositivo del fallo.

Segundo: Que, en la sentencia atacada, se fijaron como hechos los que siguen:

a) S e encuentra suficientemente acreditada la calidad de cónyuges de las partes.

b) P robado que la forma de comunicación del demandado con su cónyuge denota


que la coloca en estado de necesidad y desamparo frente a los requerimientos
básicos, lo que constituye una manipulación o el ejercicio de autoridad, según su
arbitrio, es decir, querer controlar las vidas de su familia a través del poder
económico, no da cuenta de su real situación económica y no permite participación
en decisiones importantes.

Tercero: Que, conforme con los hechos narrados precedentemente, los jueces
del fondo concluyeron que ellos implican violencia sicológica reiterada en el tiempo,
lo que ha provocado un menoscabo psíquico a la demandante, de manera que
acogen la demanda en los términos ya señalados.

Cuarto: Que, en consecuencia, sólo resulta posible concluir que el demandado


se limita a contrariar las circunstancias establecidas e intenta modificar los hechos
asentados, desde que alega que aquéllos denunciados como violencia intrafamiliar
no han sido acreditados, reproche que formula sobre la base de una ponderación
de la prueba distinta de la que se ha hecho en la sentencia atacada.

Quinto: Que, según lo ha decidido reiteradamente esta Corte, el establecimiento


de los hechos, apreciando la prueba rendida de acuerdo a las reglas de la sana
crítica, constituye una facultad privativa de los jueces de la instancia y no admite
revisión por este medio, salvo que se hayan quebrantado las leyes reguladoras de
la prueba, lo que no ha sido así denunciado por el recurrente, en la medida en que
sólo pretende una ponderación diferente de los elementos de convicción agregados
al proceso.

Sexto: Que, en armonía con lo reflexionado, el presente recurso de casación en


el fondo debe ser desestimado.

Por estas consideraciones y de acuerdo con lo previsto en los artículos 63 de la


Ley Nº 19.968 y 764, 765, 767, 771, 772 y 783 del Código de Procedimiento Civil,
se rechaza, sin costas, el recurso de casación en el fondo deducido por el
demandado, contra la sentencia de trece de noviembre de dos mil ocho, dictada por
la Corte de Apelaciones de Valparaíso.

Redacción a cargo del A bogado I ntegrante, señor Ricardo Peralta Valenzuela.

Regístrese y devuélvase, con sus agregados.

Pronunciado por la Sala de Verano de la Corte Suprema, integrada por los


Ministros Sr. Milton Juica A., Sra. Gabriela Pérez P., Sr. Carlos Künsemüller L. y los
Abogados Integrantes Sr. Fernando Castro A. y Sr. Ricardo Peralta V.

No firman, no obstante haber estado en la vista de la causa y acuerdo del fallo


los Abogados Integrantes Sr. Castro y Sr. Peralta por estar ausentes.

Autorizada por la Secretaria subrogante de esta Corte Sra. Carola Herrera


Brümmer.

Rol Nº 206-2009.
7. CONDUCTA CONSTITUTIVA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
INEXISTENCIA DE DELITO DE VIOLACIÓN DE DOMICILIO. PRINCIPIO DE
ESPECIALIDAD

SUMARIO: Siendo el derecho penal la última protección de la sociedad, extender


su ámbito restrictivo de aplicación a todos los problemas sociales es, evidente y
obviamente, un grueso despropósito. Es más, el ordenamiento positivo vigente
consagra racionalmente otras vías intermedias de superar y/o sancionar
diferendos de convivencia humana. Como lo dejara dicho el recurrente y se
reiterará adecuadamente en estrados, las Leyes Nºs. 19.325 y 19.968, por su
especialidad, merecen ser interpretadas preferentemente por sobre las normas
punitivas generales codificadas. Debe señalarse que, atendida la forma y
circunstancias fácticas acreditadas, no puede sino concluirse que se está en
presencia de una controversia estrictamente familiar en el ámbito de dos
personas, casadas, con vínculo matrimonial vigente, separados de hecho, con
convivencias con terceras personas, y uno de ellos, el marido y padre de hijos
matrimoniales, que ingresa a un bien raíz que pertenece a la sociedad conyugal
habida en su matrimonio con la denunciante, para recriminarla por los fracasos
escolares y mal vivir de sus hijos. Al ingresar al hogar referido lo hace por vía
destinada al efecto, que posee un curioso mecanismo de protección mediante un
simple trozo de cáñamo o pita, que hace las veces de una llave que, obviamente,
permite el acceso de cualquier persona. No está probado, entonces, que la
entrada al recinto que sirve de hogar a la cónyuge e hijos matrimoniales del
condenado haya sido contra la voluntad del morador, circunstancia que impide
objetivamente la configuración del tipo penal contenido en el artículo 144 del
Código Penal.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 264-2005

Fecha: 28/12/2005

Cita online: CL/JUR/1457/2005

Partes: Jaime Alfonso Muñoz González contra Ministerio Público

Magistrado: Julio Contreras, Bernardo


Redactor: Julio Contreras, Bernardo

Voces: delitos contra la libertad - derecho penal - violación de domicilio - violencia


familiar

Legislación relacionada: Artículos 144 y 489 - Código Penal; Ley Nº 19.325;


Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Antofagasta, 28 de diciembre de 2005.

Vistos:

En Antofagasta, a doce de diciembre del año dos mil cinco, ante la Primera Sala
de la Corte de Apelaciones de esta ciudad, integrada por los Ministros Sr. Enrique
Álvarez Giralt, Sr. Óscar Clavería Guzmán y A bogado I ntegrante Sr. Bernardo J
ulio Contreras, con la asistencia de la Defensora Penal Pública doña Loreto Flores
Tapia y por el Ministerio Público doña Andrea Faret Casas Cordero, se da inicio a
la audiencia para conocer del recurso de nulidad deducido por el Defensor Penal
Público don Iván Centellas Contreras, contra la sentencia de 7 de noviembre de
2005 pasado, dictada por el Juez de Garantía de Calama don Pablo Alonso Vergara
Lillo, que en causa R.U.C. 0500132319-0 y R.I.T. 1242-2005, por el delito de
amenazas y violación de morada, condenó a Jaime Alfonso Muñoz González a la
pena de multa de seis unidades tributarias mensuales por el delito de violación de
morada.

En estrados, doña Loreto Flores Tapia, Defensora Penal Pública, reiteró en


sendas intervenciones, los planteamientos del recurso deducido a fojas 18 y
siguientes, de estas compulsas, declarando admisible por esta Corte en proveído
de 6 de diciembre de 2005, rolante a fojas 32. La citada profesional hizo
pormenorizada exposición de los hechos cometidos por su representado y, en lo
estrictamente jurídico, concluyó diciendo que funda el recurso de nulidad en la
causal establecida en la letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal, ya que
se hizo una errada aplicación de las normas contenidas en el artículo 144 del Código
Penal. Insistió en su discurso defensivo sosteniendo que si no se hubiera producido
tal errónea aplicación de las disposiciones legales referidas, el Tribunal recurrido
habría debido concluir que sus asistidos debieron ser absueltos y no condenados.

El representante del Ministerio Público, abogada doña Andrea Faret Casas


Cordero, en su intervención controvirtió los fundamentos jurídicos de la recurrente,
poniendo énfasis en que el recurso, por su esencia, deberá ser necesariamente
rechazado, porque el Tribunal recurrido en su sentencia condenatoria se ciñó al
mérito de autos, pruebas rendidas y no controvertidas en tiempo y forma, no
advirtiéndose el eventual error que haya podido influir en lo dispositivo del fallo,
único antecedente que legitima un recurso de nulidad del mismo.

Con lo relacionado, visto y oído:

Primero: Que a fojas 18 el abogado Sr. Iván Centellas Contreras, Defensor Penal
Público de Calama, deduce recurso de nulidad contra el fallo de 7 de noviembre de
2005 del Tribunal de Garantía de Calama, que condenó a Jaime Alfonso Muñoz
González como autor del delito de violación de morada a la pena de multa de seis
unidades tributarias mensuales. Lo sustenta en dos causales específicas: las del
artículo 373 letra b) y 374 letra e), ambas del Código Procesal Penal.

Segundo: Que en relación a los hechos fijados en el juicio simplificado, el


recurrente los resume en los siguientes: a) Que en horas del mediodía del tres de
abril del presente año dos mil cinco, ingresó el imputado al domicilio ubicado en
calle Sucre Nº 3547, Calama, morada de su cónyuge, del cual se encuentra
separado de hecho hace veinte años aproximadamente, utilizando la fuerza física
sobre las cosas, sacando de la chapa del marco de la reja mediante golpes o a
través de un fierro, para luego llegar a una segunda puerta que se abre al tirar una
pita y procedió a recorrer el piso interior del domicilio en busca de la víctima y al no
encontrarla se retiró del lugar, conducta que fue percibida por los sentidos de don
Jaime Fernando Muñoz Rojas, hijo del imputado. b) Que el imputado es marido de
la víctima, que no se encontraba al momento de realizarse los hechos, y c) Que ella
y sus hijos viven en una propiedad a su nombre, cuya puerta de acceso tiene chapa
mala, por lo que es una pita la que permite acceder al lugar.

Tercero: Que el error de derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo


del fallo se hace consistir en las siguientes circunstancias puntuales:

a) Existe errónea aplicación del derecho a los hechos acreditados en juicio,


cuando la ley ha otorgado a los cónyuges el derecho y deber a cohabitar y al marido
la administración de los bienes comunes, y los de su mujer, y, a pesar de todo l o
anterior, considerar que ha violado su morada, o ha ingresado sin derecho a la
propiedad de su mujer.

b) Quedó establecido en el juicio, que al momento de pretender el ingreso no se


encontraba la cónyuge del imputado, con lo cual no ha podido haber oposición a la
entrada a la propiedad de su parte, faltando así el elemento constitutivo del tipo
penal.
c) Quedó fijado en juicio que la puerta de ingreso a la casa tenía la chapa mala,
y que tirando de una pita o cordel, no sólo el marido, sino cualquiera podría ingresar
a la propiedad, no siendo de facto barrera de defensa.

d) Cualquier daño, acreditado o no en juicio, no es punible, tanto por ser codueños


los intervinientes, como porque existe causal legal absolutoria dispuesta en el
artículo 489 del Código Penal.

e) El fallo ha olvidado la preferencia de las normas especiales de la Ley


Nº 19.325, vigente a la época de los hechos denunciados, y aplicable a los
cónyuges: aun cuando no conviva con el grupo familiar, según reza su artículo
primero, que comprende dentro de sus actos y se rige por sus normas, los hechos
constitutivos de lesiones de cierta magnitud, las riñas con armas de fuego o blancas
y las amenazas usando tales armas, que conoce y resuelve un juez especializado
y que no es el de competencia penal.

f) El error en el derecho aplicado a los hechos acreditados en juicio es sustancial,


porque influyó en lo dispositivo del fallo, ya que organizó el contenido de la
sentencia, de manera tal que condenó al acusado, cuando no procedía hacerlo; no
pudiendo ser considerado un error de otra clase, como los contemplados en el
artículo 375 del Código Procesal Penal.

Cuarto: Que siendo el derecho penal la última protección de la sociedad, extender


su ámbito restrictivo de aplicación a todos los problemas sociales es, evidente y
obviamente, un grueso despropósito. Es más, el ordenamiento positivo vigente
consagra racionalmente otras vías intermedias de superar y/o sancionar diferendos
de convivencia humana. Como lo dejara dicho el recurrente y se reiterará
adecuadamente en estrados, las Leyes Nºs. 19.325 y 19.968, por su especialidad,
merecen ser interpretadas preferentemente por sobre las normas punitivas
generales codificadas. El principio de la especialidad nace del sesquicentenario
primer Código de la República, en sus artículos 4º y 13, como es sabido, y en su
virtud la ley especial prima o prevalece sobre la general.

Quinto: Que la cuestión a debatir es si ese ingreso es o no constitutivo de delito


de la naturaleza específica del descrito en el artículo 144 del Código Penal.

Sexto: Que, sobre el particular debe señalarse que, atendida la forma y


circunstancias fácticas acreditadas, no puede sino concluirse que se está en
presencia de una controversia estrictamente familiar en el ámbito de dos personas,
casadas, con vínculo matrimonial vigente, separados de hecho, con convivencias
con terceras personas, y uno de ellos, el marido y padre de hijos matrimoniales, que
ingresa a un bien raíz que pertenece a la sociedad conyugal habida en su
matrimonio con la denunciante para recriminarla por los fracasos escolares y mal
vivir de sus hijos, pese al acreditado sacrificio económico que le ha demandado los
costos de educación superior desperdiciada por ellos. Su frustración moral y
material es de suya comprensible. Al ingresar al hogar referido lo hace por vía
destinada al efecto, que posee un curioso mecanismo de protección mediante un
simple trozo de cáñamo o pita, que hace las veces de una llave que, obviamente,
permite el acceso de cualquier persona. Más aún, en la carpeta no se ha
incorporado constancia alguna que contenga prohibición legal judicial alguna para
que el imputado, cónyuge de la denunciante, pueda acceder al inmueble.

Séptimo: Que no está probado, entonces, que la entrada al recinto que sirve de
hogar a la cónyuge e hijos matrimoniales del condenado haya sido contra la
voluntad del morador, circunstancia que impide objetivamente la configuración del
tipo penal contenido en el artículo 144 del Código Penal. No hay prohibición
acreditada en contrario, y el elemento de acceso es tan elemental que cualquiera
puede acceder a él. Si se tiene presente que el supuesto agente intruso es el marido
de la denunciante, padre de hijos cuyo sustento educacional ha sido siempre
solventado espontáneamente por el propio condenado, es obvio que su conducta,
presuntivamente reprobable en el orden ético de convivencia civilizada entre
personas vinculadas por matrimonio y filiación, no lo es menos, que el reproche y
castigo penal, por un tipo delictual no configurado, aparezca como innecesario y
excesivo. La ley penal es tanto más respetable cuando el riguroso repertorio de
posibilidades que la contienen sólo se aplica a situaciones que, careciendo de otros
mecanismos supletorios de solución, la hagan absolutamente imprescindibles.

Octavo: Que el juez de garantía ha dado por establecido el delito sobre la base
de la declaración de Jaime Fernando Muñoz Rojas, indicando que siendo hijo del
imputado, señaló que el día 3 de abril de 2005, su madre lo despertó y le dijo si tenía
las llaves de la puerta de la calle porque ella con sus hijos iban a salir y su papá
andaba curado molestando, luego de ello habría llegado el imputado a la casa en
auto y habría comenzado a tocar la bocina y como nadie le abría, escuchó que
sonaba la reja y bajó y vio por el ventanal y estaba el imputado con patadas o con
algo tratando de entrar, rompió la chapa que había dejado con llave su madre al
salir, sintió miedo y se escondió en su pieza en el segundo piso y sintió cómo el
imputado entró a la casa debido a que desde la planta habría sentido que alguien
se encontraba en las habitaciones del primer piso, después escuchó el motor y él
se fue, llamó a su mamá por celular para contarle lo ocurrido. Señaló, además, que
su padre no tiene autorización para ingresar a la casa, ya que no tiene llave y su
madre le negó el ingreso.
Noveno: Que teniendo presente los hechos establecidos, sin modificar el sustento
fáctico sobre la cual se estableció el delito, puede inferirse que no se trataba de una
morada ajena tendiente a mantener la esfera de una intimidad del hogar, respecto
del agente que ingresó, ya que se trata de padre y cónyuge respecto de los
ofendidos y no de alguien extraño que estuviere en una posición jurídica para poder
violar esa intimidad de la vida familiar, por lo tanto, falta el elemento esencial que
constituye el núcleo típico de la acción que debe desplegar el agente para tener por
configurado el delito. Por lo demás, y ya dentro de las razones sistemáticas, el
imputado pudo haber quedado sujeto a la prohibición de ingresar al hogar de su
cónyuge, por medio de otras medidas distintas a la sanción penal y, para el caso
que las infrinja, podrían adoptarse una serie de resoluciones compulsivas, llegando
finalmente al Derecho P enal sólo en el desacato.

En efecto, el padre respecto de un hijo o el cónyuge no está en situación de violar


la intimidad del hogar al cual perteneció ni la intimidad familiar de la que es parte,
porque por esencia pertenece al hogar y a la familia, aunque exista una separación
de hecho. Cuando decide ingresar en contra de la decisión del juez, en el supuesto
caso de haberse establecido una prohibición de ingreso, no viola el bien jurídico
protegido con este delito, sino que afecta a la estabilidad emocional de los
moradores y al derecho de éstos a no compartir la vida con su padre o cónyuge,
pero jamás una intimidad y vida familiar de la que es parte por excelencia.

Décimo: Que no dándose los presupuestos de la norma sustantiva que constituye


el delito de violación de morada, y al decidir jurisdiccionalmente lo contrario, el
Tribunal recurrido ha incurrido en un error de derecho de la naturaleza y efectos de
los previstos en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, y que, por cierto,
ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, el que, debiendo ser
absolutorio, concluyó siendo condenatorio.

Undécimo: Que no se hace necesario emitir pronunciamiento sobre la segunda


causal del recurso, en mérito de lo previamente razonado.

Duodécimo: Que, conforme lo previsto en el artículo 48 del Código Procesal


Penal, se estima razonable eximir en costas al Ministerio Público porque la
calificación jurídica de los hechos admite con facilidad diversas interpretaciones y el
umbral de la acción delictiva, dada la nueva legislación de familia y especialmente
aquélla relativa a los procedimientos y sanciones de los actos de violencia
intrafamiliar, hizo plausible la actuación de los intervinientes.

Por estas consideraciones, textos legales citados, se acoge el recurso de nulidad


deducido a fojas 18 en contra de sentencia de 7 de noviembre de 2005 escrita a
fojas 4 y siguientes y se la deja sin efecto, sin costas, reemplazándosela por la que
en seguida se dicta en este mismo acto.

Regístrese.

Redacción del A bogado I ntegrante, Sr. Bernardo J ulio Contreras.

Rol Nº 264-2005.

II. Sentencia de reemplazo

Antofagasta, veintiocho de diciembre de dos mil cinco.

En conformidad con lo establecido en el artículo 385 del Código Procesal Penal


se procede a dictar la siguiente sentencia de reemplazo.

Vistos:

Se reproduce el fallo anulado con prescindencia de sus considerandos octavo,


noveno, décimo, undécimo, decimosexto, que se eliminan y teniendo en su lugar y
además presente:

Primero: Que conforme las reflexiones, razonamientos o consideraciones vertidas


en los motivos 1º a 8º inclusive del fallo que ha declarado la nulidad de la sentencia
impugnada, fuerza será concluir que no concurren los requisitos copulativos
prescritos en el artículo 144 del Código Penal que hace punible la conducta de aquel
que "entrare en morada ajena contra la voluntad de su morador" y por lo mismo, el
comportamiento del imputado el día 3 de abril de 2005 no es constitutivo de tal
delito.

Segundo: Que la Ley 19.325, vigente a la época de los hechos denunciados —3


de abril de 2005— aplicable a los cónyuges "aún cuando no convive con el grupo
familiar", descriptiva de conductas de violencia intrafamiliar, tales como lesiones de
cierta magnitud, riñas con armas de fuego o blancas y las amenazas usando de
ellas, señalaba que era de conocimiento y resolución de un juez especial, que no
es el de competencia penal.

Tercero: Que no parece superfluo acotar que tal cual lo señala el recurrente en
su expresión escrita de fojas 23 "Hoy en día, la normativa de los Tribunales de
Familia, incluye una serie de medidas de protección que pueden significar la
limitación de derechos a los ligados por consanguinidad, afinidad o simple
convivencia. Baste mirar los artículos 81, 92 y 94, de la Ley 19.968, que permiten
decretar una serie de medidas, cuya inobservancia en principio, y lógicamente,
originará el apremio del tribunal que decretó la medida, o podrá el juez, solicitar al
Ministerio Público el inicio de la investigación por desacato del artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil".

Por estas consideraciones, textos legales citados, y de conformidad, además, con


lo previsto en los artículos del Código Penal, y del Procesal Penal, SE DECLARA:

1. Que se absuelve al imputado Jaime Alfonso Muñoz González, ya


individualizado, por su responsabilidad en el delito de violación de morada por no
estar configurada la comisión punible del mismo.

2. Que de igual modo y por idéntica razón se le absuelve de la imputación de ser


autor del delito de amenazas no condicionales.

3. Que se le exime del pago de costas.

Anótese, regístrese y archívese.

Redacción Abogado Integrante señor Bernardo Julio Contreras.

Rol Nº 264-2005.
8. SE EJERCE VIOLENCIA SICOLÓGICA Y ECONÓMICA EN CONTRA DE
CÓNYUGE E HIJOS AL PRIVARLOS DEL HOGAR DONDE VIVÍAN CÓMODA Y
AMPLIAMENTE EN FORMA SÚBITA

SUMARIO: Efectivamente, el demandado reconvencional ha ejercido una violencia


sicológica y económica en contra de su cónyuge e hijos, quienes fueron privados
de su hogar donde vivían cómoda y ampliamente en forma súbita, teniendo éste
conocimiento de que el trámite de lanzamiento se llevaría a efecto y la fecha de
éste, 23 de diciembre vísperas de N avidad, y sabiendo esto no procuró un lugar
donde su familia pudiera cobijarse en forma digna y cómoda como siempre lo
habían hecho. Además, en las condiciones en que actualmente viven su mujer e
hijos, en el departamento que comparten con su madre y con su hermana. Privó
a su mujer de todos los medios económicos a que estaba habituada, ya que él
pagaba todas las cuentas y dejó de hacerlo, la privó del medio de transporte al
vender el automóvil y no reemplazarlo por otro.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Casación en la forma; Apelación

Rol: 250-2009

Fecha: 19/01/2010

Cita online: CL/JUR/791/2010

Partes: Fester Dörner, Lilian contra Meyer Buschmann, Jorge

Magistrados: Abrego Diamantti, Rodolfo Patricio; Carretta Navea, Darío; Díaz


Yévenes, Emma

Redactor: Abrego Diamantti, Rodolfo Patricio

Voces: cónyuge - cuidado personal de los hijos - delito - derecho de familia -


derecho penal - hijo - medidas cautelares - tribunal de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 5º, 6º, 7º, 8º, 9º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:
Valdivia, 19 de enero de 2010.

Vistos:

Que la parte demandante reconvencional Lilian Fester Dörner e hijos J. y C.M.F.


representados por su abogado don Osvaldo Pizarro Poblete, interponen recurso de
casación en la forma y recurso de apelación en contra de la sentencia de fecha 16
de noviembre de 2009 en causa RIT F-886-2008 del Juzgado de Familia de Osorno.

I. En cuanto al recurso de casación en la forma:

Primero : Que el recurso de casación interpuesto el recurrente lo fundamenta en


dos grupos de infracciones.

El primer grupo de infracciones se refiere a que la sentencia incurre en falta de


fundamentos en cuanto a la prueba rendida, en relación al artículo 67 Nº 6 letra b)
de la Ley Nº 19.968 en relación con los artículos 66 Nº 4, 28, 40, 45, 46, 49, 50 y 32
de la mencionada ley.

El segundo grupo de infracciones se refiere a que la sentencia no se ajustó a las


reglas de la sana crítica, contradiciendo los principios de lógica y máximas de
experiencia y conocimientos científicamente afianzados en el establecimiento de los
hechos que sirven para resolver la cuestión debatida infringiendo el artículo 67 Nº 6
de la Ley Nº 19.968, en relación con los artículos 28, 32, 40, 45, 49 y 50 de la misma
ley.

Segundo: Que, en cuanto al primer grupo de infracciones, señala que la sentencia


carece de fundamentos respecto a la prueba rendida de los malos tratos materiales
y sicológicos. Señala que la sentencia no hizo un análisis ni una valoración de la
prueba rendida, no se hizo cargo de toda la prueba rendida y que esto consta
respecto de las declaraciones del demandado reconvencional Jorge Meyer
Buschmann y las testimoniales de las señoras Dimmmer, Chaigneau y Fester, más
la prueba pericial de la asistente social Norma Ester Poblete Muñoz. La sentencia
omite analizar íntegramente los testimonios y pruebas aportadas.

Tercero: Que, respecto del segundo grupo de infracciones, alega que la sentencia
no aplicó correctamente, respecto de las pruebas rendidas, las reglas de la sana
crítica, los principios de lógica y las máximas de la experiencia y ello se revela en el
análisis y conclusiones de los testimonios de Jorge Meyer, Rita Demmer, Norma
Chaigneau y Marcia Fester, en especial, al desalojo de la casa familiar por parte de
la Sra. F ester y su hijo J. como consecuencia de la venta de este inmueble. Solicita
se invalide el fallo en todas sus partes y se dicte una sentencia de reemplazo,
haciendo lugar a la demanda reconvencional.

Cuarto: Que, conjuntamente con el recurso de casación en la forma deducido por


la parte demandante reconvencional, en contra de la sentencia ya mencionada,
también interpuso un recurso de apelación en contra de dicho fallo y, por lo tanto,
permite la aplicación de lo dispuesto en el inciso quinto del artículo 768 del Código
de Procedimiento Civil, en cuanto señala que el tribunal podrá desestimar el recurso
de casación en la forma, si de los antecedentes aparece de manifiesto que el
recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fallo.

Consecuencialmente, se rechazará el recurso de casación en la forma


interpuesto por la parte demandante reconvencional.

II. En cuanto al recurso de apelación:

Se reproduce la sentencia en alzada, a excepción de sus considerandos décimo,


duodécimo y decimocuarto que se eliminan.

Y teniendo además y en su lugar presente:

Quinto: Que la demandante reconvencional dedujo también un recurso de


apelación en contra de la sentencia de primera instancia por cuanto ésta le causa
agravio. Señala que no se hizo un debido análisis ni ponderación de los testigos de
autos, en especial de los dichos del demandado reconvencional, Jorge Meyer, de
las testigos Demmer, Chaigneau y Fester, especialmente, en relación al desalojo de
la vivienda familiar contenida en el considerando 10º del fallo en alzada, lo que llevó
a la demandante reconvencional y a sus hijos a compartir el departamento de la
madre de ésta. Que tampoco se ponderó y analizó debidamente el hecho que la
Sra. Fester se vio privada del automóvil que ocupaba personalmente y del uso de
la tarjeta de crédito que su marido le proporcionaba para sus gastos personales.
Que al hacer una mala ponderación de la prueba la sentenciadora no da por
acreditados ni los maltratos y el daño sicológico producido por los actos del
demandado.

Solicita se revoque la sentencia apelada en sus decisiones B), C), D) y E), en


cuanto condena en costas a esta parte y en su lugar acoja la demanda
reconvencional en la forma pedida, se otorgue protección a la menor C.M.F., se
mantengan las cautelares como medida de protección y se condene en costas al
demandado reconvencional tanto en primera como en segunda instancia.
Sexto: Que de los dichos del demandado reconvencional Jorge Federico Meyer
Buschmann se desprenden los siguientes hechos: a) que con su mujer Lilian Fester
y sus hijos, J. y C.M.F. habitaban una casa edificada especialmente para ellos en
una parcela de su propiedad; b) que esta propiedad la vendió a su hermano Mario
Meyer Buschmann; c) que su cónyuge fue expulsada con fuerza pública por una
orden judicial en un juicio seguido con su hermano Mario, que él fue notificado del
desalojo, pero no lo comunicó a su cónyuge ni hijos; d) que él siguió habitando la
misma casa, ya que su hermano se la pasó mediante un contrato y no le ha pedido
a su cónyuge que regrese y que la casa es grande y confortable; que su cónyuge
comparte un departamento con su madre y una hermana; e) que, en cuanto a
recursos económicos, su mujer Lilian Fester, tenía una tarjeta de crédito con cupo
de $ 3.000.000, tenía libreto de cheques, supone que tenía tarjetas de casas
comerciales y que él pagaba todas las cuentas; f) que su mujer tenía un vehículo
Subaru de un valor de doce millones de pesos, el que fue vendido por él a su
abogado Juan Carlos Lagos, quien se lo pagó en efectivo; g) que él proveía a su
familia de comodidades y ahora no lo hace.

Séptimo: Que las testigos Rita Demmer Hoffmann, Norma Chaigneau Noziglia y
Marcia Fester Dörner, están contestes en señalar el sufrimiento y trastorno
sicológico que significó a Lilian Fester y sus hijos el hecho de tener que abandonar
la casa familiar en la que habitaban en forma abrupta y por medio de una orden
judicial de desalojo. Señalan que Lilian Fester pasaba por apreturas económicas,
pues su marido cada vez la proveía con menos dinero. Que también le fue quitado
a la demandante reconvencional el automóvil marca Subaru que tenía para su uso
personal. Que Lilian Fester tuvo que vivir en el departamento de su madre, donde
vive también una hermana de ella y deben dormir en el living del departamento,
pues sólo tiene dos dormitorios. Que esta última situación fue corroborada también
por la asistente social doña Norma Ester Poblete Muñoz, constatando que la
demandante reconvencional y sus hijos viven en un estado de hacinamiento en el
departamento de la madre de ésta.

Octavo: Que con estos antecedentes y los demás medios probatorios


presentados al juicio, analizados de acuerdo a las reglas de la sana crítica, se llega
a la conclusión que efectivamente el demandado reconvencional, Jorge Meyer
Buschmann, ha ejercido una violencia sicológica y económica en contra de su
cónyuge e hijos, quienes fueron privados de su hogar donde vivían cómoda y
ampliamente en forma súbita, teniendo éste conocimiento de que el trámite de
lanzamiento se llevaría a efecto y la fecha de éste, 23 de diciembre vísperas de N
avidad, y sabiendo esto no procuró un lugar donde su familia pudiera cobijarse en
forma digna y cómoda como siempre lo habían hecho. Además, en las condiciones
en que actualmente viven su mujer e hijos, en el departamento que comparten con
su madre y con su hermana. Privó a su mujer de todos los medios económicos a
que estaba habituada, ya que él pagaba todas las cuentas y dejó de hacerlo, la privó
del medio de transporte al vender el automóvil Subaru y no reemplazarlo por otro.

Estos antecedentes emanan principalmente de la propia confesión del


demandado reconvencional, el que reconoce que proveía a su familia de
comodidades y ahora no lo hace y que siga proveyendo depende de ellos, esto es,
pretende valer se de los medios económicos que él siempre manejó, para demostrar
su poder y así subyugar a su mujer y a sus hijos.

Los antecedentes son suficientes para acreditar que, por actos del demando
reconvencional, su familia sufrió de maltrato material, económico y síquico, a
consecuencia de las humillaciones, la desprotección y desesperanza a que se
vieron sometidos, los que le causaron dolor, perturbación y aflicción.

Noveno: Que respecto del hijo, J., también se encuentra acreditado el maltrato
sicológico y desamparo, con los dichos de Lorena Ainzúa Soto que manifiesta que
lo atendió profesionalmente en los años 2007 y 2008, por el bajo rendimiento,
repitencias (sic) y desmotivación por el estudio. Que propuso intervención de los
padres, pero el padre no cumplió con la propuesta. Que este desinterés del padre
se manifiesta también con los propios dichos de éste cuando señala que J. no tiene
problemas y que fue una vez a entrevistarse con la sicóloga cuando se lo pidieron,
además manifiesta que no tiene ningún contacto con sus hijos.

Y visto lo dispuesto en los artículos 766, 768 y siguientes del Código de


Procedimiento Civil y artículos 5º, 6º, 7º, 8º y 9º de la Ley Nº 20.066 de Violencia
Intrafamiliar y artículos 28 y 32 y siguientes y artículos 67 y 81 y siguientes de la Ley
Nº 19.968 sobre Tribunales de Familia, se declara:

I. En cuanto al recurso de casación en la forma.

Que se RECHAZA el recurso deducido en contra de la sentencia de fecha 16 de


noviembre de 2009.

II. En cuanto al recurso de apelación.

A. Que se REVOCA la sentencia de fecha 16 de noviembre de 2009, causa Rit


F-886-2008 del Juzgado de Familia de Osorno, en cuanto rechazó la demanda
reconvencional interpuesta por Lilian Fester y Julián Fester en contra de Jorge
Federico Meyer Buschmann y en cuanto se condena al pago de las costas de la
causa a prorrata a la parte demandante y los demandantes reconvencionales, y en
su lugar se declara que se acoge la demanda reconvencional por actos de violencia
intrafamiliar, consistentes en maltrato sicológico y económico, deducida por doña
Lilian Valesca Fester Dörner y J. M. F. en contra de Jorge Federico Meyer
Buschmann, quien queda condenado a un multa de cinco unidades tributarias
mensuales a beneficio del gobierno regional del domicilio de los demandantes.

B. Que se adopta la medida de protección a favor de la menor C.M.F. de quedar


al cuidado exclusivo de su madre doña Lilian Fester Dörner.

C. Que se mantienen las medidas cautelares decretadas en la causa:

1. D e prohibición de acercarse a la demandante reconvencional doña Lilian


Fester Dörner y a su hija C.M.F., en su domicilio y lugar de estudios, si
correspondiere; ofíciese a C arabineros.

2. D e prohibición de porte de armas de fuego. Ofíciese a la Dirección General de


Movilización y a la Comandancia de Guarnición.

D. Que se condena al pago de las costas de la causa al demandado


reconvencional Jorge Federico Meyer Buschmann.

E. Que se confirma en lo demás la sentencia en alzada.

Regístrese y comuníquese.

Redacción del Ministro Sr. Patricio Abrego Diamantti.

Pronunciada por la Segunda Sala, por el Ministro Sr. Patricio Abrego Diamantti,
Ministro Sr. Darío. I. Carretta Navea, Ministra Sra. Emma Díaz Yévenes. Autoriza la
Secretaria Sra. Ana María León Espejo.

Valdivia, diecinueve de enero de dos mil diez notifiqué por el ESTADO DIARIO la
resolución precedente.

Certifico: Que con esta fecha se dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 162
del Código de Procedimiento Civil.

Rol Nº 250-2009 FAM.


9. AGRESIÓN FÍSICA A HERMANA DE MADRASTRA CONSTITUYE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR

SUMARIO: Conforme a los hechos establecidos en el fallo y en lo referido al ilícito


perpetrado, la situación fáctica que este tribunal no puede desconocer es la
siguiente: que en horas de la noche, las víctimas de estos hechos se encontraban
en el interior de su domicilio junto al imputado, y en ese lugar este último procedió
a agredir en primer lugar a la actual conviviente del padre del imputado,
lanzándole un elemento contundente en la zona cráneo facial, ocasionándole una
lesión cortante en el cuero cabelludo y posteriormente agredió a su hermana, con
un elemento contundente en la zona de su boca ocasionándole la pérdida de una
pieza dental, fractura de otra y la luxación de otras dos, todas lesiones de carácter
grave. Este Tribunal es de parecer que los sentenciadores, efectivamente, han
incurrido en un error de derecho, al estimar que la relación de parentesco entre
la menor y el acusado no está amparada por la hipótesis prevista en el citado
artículo 5º de la Ley Nº 20.066, por lo que no resulta aplicable el artículo 400 del
Código Penal y que al considerarlo así, han infringido la disposición legal
mencionada y cómo tal error de derecho ha influido sustancialmente en lo
dispositivo de la sentencia, desde que ha permitido la aplicación al acusado de
una pena inferior a la que legalmente le correspondía, resulta procedente la
declaración del vicio de nulidad por la causal que invoca la recurrente.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Temuco

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 1271-2007

Fecha: 03/12/2007

Cita online: CL/JUR/2776/2007

Partes: Ministerio Público contra Tribunal del Juicio Oral en lo Penal de Angol

Magistrados: Reyes Hernández, Víctor; Carreño Ortega, Fernando

Redactor: Salgado Delgado, Eleodoro Javier

Abogado Integrante: Salgado Delgado, Eleodoro Javier


Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 400 - Código Penal; Artículo 5º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Temuco, 3 de diciembre de 2007.

Vistos:

Ante el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Angol, se siguió esta causa RUC
Nº 0719013807-5 y RIT Nº 71-2007, en contra de Pedro Alberto Colipi Colipi, Cédula
de Identidad Nº 15.226.054-7, chileno, soltero, obrero con domicilio en Purén, sector
Remehueico, por el delito de lesiones menos graves en el contexto de violencia
intrafamiliar en perjuicio de la menor A.C.C.C. y de lesiones leves en perjuicio de
María Monsalvez Monsalvez. Con fecha 18 de octubre pasado, se llevó a efecto el
juicio oral, se rindieron las pruebas que en la respectiva audiencia se consignaron y
mediante sentencia de fecha 23 de ese mes, el acusado fue condenado a la pena
que en ella se indican.

El Fiscal Adjunto de Angol Luis Enrique Chamorro Díaz, dedujo recurso de


nulidad en contra de la sentencia definitiva, fundado en la causal del artículo 373
letra b) del Código Procesal Penal como causal principal y en forma subsidiaria en
la causal del artículo 374 letra e) del mismo Código.

Se concedió el recurso y se elevaron a esta Corte con copia de la sentencia, del


recurso y del registro de la audiencia de juicio oral.

El 13 de noviembre último se efectuó la audiencia pública fijada para el


conocimiento de esta causa, y se citó a los intervinientes para escuchar la lectura
de la sentencia, a la audiencia del 3 de diciembre del presente año, a las 09:00
horas.

Considerando:

1º. Que el Fiscal Adjunto de Angol don Luis Enrique Chamorro Díaz, dedujo
recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva dictada por el Tribunal del
Juicio Oral en lo Penal de dicha jurisdiccional, de fecha 23 de octubre pasado, por
la que condenó a Pedro Alberto Colipi Colipi a la pena de ochocientos dieciocho
días de presidio mayor en su grado mínimo y accesorias legales, por el delito de
lesiones graves en perjuicio de la menor A.C.C.C. y pena de multa de una Unidad
Tributaria Mensual, como autor del delito de lesiones leves, en perjuicio de María
Monsalvez Monsalvez, hecho perpetrado el día 5 de abril de 2007 en la localidad de
Purén.

2º. Que el recurso de nulidad intentado conforme a la causal principal, en opinión


de la recurrente, consiste en la errónea aplicación del derecho que han hecho los
sentenciadores y estimando que dicha errónea aplicación del derecho ha influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo, recurre de Nulidad, expresando además
que tal vicio se expresa en el fallo en la forma siguiente: Los sentenciadores han
estimado como no concurrente el estatus jurídico de lesiones en contexto de
violencia intrafamiliar, respecto de los hechos asentados en el juicio constitutivos de
lesiones graves probadas en perjuicio de la menor A.C.C.C, por lo que, al negarle
tal calidad, no se ha hecho aplicación del artículo 5º de la Ley Nº 20.066, ya que de
haber hecho correcta aplicación de la norma de fondo citada, la pena que le habría
correspondido al acusado habría sido una de entre 3 años y un día y 5 años con
cumplimiento efectivo de la misma y que, además, debió ser condenado a la pena
accesoria del artículo 9º de la Ley Nº 20.066.

3º. Que respecto del fundamento de hecho de la causal de nulidad mencionada


en la letra a) del artículo 373 del motivo anterior, estima la recurrente que la relación
de parentesco entre el acusado y la menor A.C.C.C., es un hecho asentado en el
juicio y está debidamente probada dicha relación, con la convención probatoria a
que arribaron las partes, por lo que por mandato del artículo 400 del Código Penal
la pena debió aumentarse en un grado.

4º. Que conforme a los hechos establecidos en los considerandos segundo y


noveno del fallo y en lo referido al ilícito perpetrado en la comuna de Purén, la
situación fáctica que este tribunal no puede desconocer es la siguiente: que el día
5 de abril de 2007, en horas de la noche, las víctimas de estos hechos se
encontraban en el interior de su domicilio ubicado en el sector Remehueico de la
Comuna de Purén junto al imputado, y en ese lugar este último procedió a agredir
en primer lugar a María Monsalvez, quien es la actual conviviente del padre del
imputado, lanzándole un elemento contundente en la zona cráneo facial,
ocasionándole una lesión cortante en el cuero cabelludo y posteriormente agredió
a su hermana, la menor de iniciales, A.C.C.C. de 15 años de edad, con un elemento
contundente en la zona de su boca ocasionándole la perdida de una pieza dental,
fractura de otra y la luxación de otras dos, todas lesiones de carácter grave.

De tal descripción de hechos, es posible establecer como autor directo a Pedro


Alberto Colipi Colipi, hecho también probado en la forma que se indica en el
considerando octavo.
La relación de parentesco entre la víctima menor A.C.C.C., y el acusado ha sido
materia de una convención probatoria como se indica en el considerando tercero.

5º. Que, así las cosas, este Tribunal es de parecer que los sentenciadores,
efectivamente, han incurrido en un error de derecho, al estimar que la relación de
parentesco entre la menor A.C.C.C. y el acusado no está amparada por la hipótesis
prevista en el citado artículo 5º de la Ley Nº 20.066, por lo que no resulta aplicable
el artículo 400 del Código Penal y que al considerarlo así, han infringido la
disposición legal mencionada y cómo tal error de derecho ha influido
sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia, desde que ha permitido la
aplicación al acusado de una pena inferior a la que legalmente le correspondía,
resulta procedente la declaración del vicio de nulidad por la causal que invoca la
recurrente.

6º. Que, en mérito de lo anterior, resulta innecesario emitir pronunciamiento sobre


las otras hipótesis, en que la parte recurrente fundó el recurso de nulidad.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 372, 373
letra b) y 386 del Código Procesal Penal y 5º de la Ley Nº 20.066, SE ACOGE el
recurso de nulidad impetrado por el Fiscal Adjunto de Angol Luis Enrique Chamorro
Díaz, en contra de la sentencia definitiva dictada por el Tribunal del Juicio Oral en
lo Penal de dicha Jurisdicción, de fecha veintitrés de octubre pasado, incluida en el
registro acompañado y, en consecuencia, se la DECLARA NULA conjuntamente
con el juicio en la cual recayó, debiendo remitirse estos antecedentes al referido
tribunal, para que integrado en la forma ordenada por el artículo 386 del Código
Procesal Penal, disponga la realización de un nuevo juicio.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Abogado I ntegrante Eleodoro Javier Salgado Delgado.

Pronunciada por los señores: Presidente de la Segunda Sala don Víctor Reyes
Hernández, Ministro don Fernando Carreño Ortega y Abogado Integrante don
Eleodoro Salgado Delgado.

Christian Osses Cares Secretario.

Rol Nº 1.271-2007.
10. CONDUCTA QUE NO ES CONSTITUTIVA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR.
DIFERENCIAS Y DISCUSIONES PROPIAS DEL MATRIMONIO

SUMARIO: La sucesión prolongada de actos como el anterior, en que se producían


diferencias y discusiones, y de los que se da cuenta en las respectivas
actuaciones procesales, representan situaciones propias de un matrimonio que,
por diversas circunstancias, ha visto desmejorar su recíproca relación, lo que se
complica al interrelacionarse con intereses patrimoniales, sobre los cuales no
existe precisamente acuerdo y claridad, y con mucha y particular fuerza con los
actos de infidelidad conyugal reconocidos por el denunciado y que
necesariamente dañan las confianzas y afectos más íntimos, sobre todo, cuando
ello se produce en la etapa de desarrollo y evolución de ésta, que es una pareja
de nivel socio-cultural elevado, con valores y tradiciones ya arraigadas al efecto.
Todo lo anterior, no obstante, excede al ámbito del derecho sancionador de
conductas y habrá de encontrar solución, seguramente en la reflexión,
ponderación, tolerancia y respeto recíprocos, tal vez con ayuda técnica
adecuada, siendo de advertir que medidas coercitivas como las que se pretende
aplicar en caso alguno alivian tales tensiones, sino que, por el contrario, muchas
veces las precipitan peligrosamente.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 3577-2006

Fecha: 14/06/2006

Cita online: CL/JUR/1753/2006

Magistrados: Rocha Pérez, Raúl; Dolmetsch Urra, Hugo

Redactor: Dolmetsch Urra, Hugo

Abogado Integrante: Tapia Guerrero, Francisco

Voces: CL/JUR/1753/2006

Legislación relacionada: Artículo 3º - Ley Nº 19.325


TEXTO COMPLETO:

Santiago, 14 de junio de 2006.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus fundamentos 9º, 10º


y 11º, que se eliminan.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:

1º. Que el hecho materia de la denuncia investigada en autos —la reunión de


ambos cónyuges en la oficina profesional del denunciado, ubicada en el Edificio
Panorámico de Providencia y en que éste habría dado a su mujer un trato verbal
duro y descomedido, utilizando términos que, según sus propios dichos, no se
compadecen con la prudencia— está expresamente reconocido por éste y, por
tanto, plenamente probado.

Sin embargo, ello no es constitutivo de un acto de violencia intrafamiliar de


aquellos que sanciona la Ley Nº 19.325, vigente a la época en que éstos ocurrieron,
pues la norma respectiva considera por tal a todo maltrato que afecte la salud física
o síquica de la persona ofendida y es del caso que el incidente del cual aquí se trata,
por sí, en tanto evento puntual, no es suficiente para producir dicho efecto,
particularmente tratándose de una persona de condiciones normales, atendido que,
además, representa uno de los otros muchos episodios de discusión de la pareja,
cuyas relaciones ambos reconocen estar deterioradas;

2º. Que en todo caso, y atendida la sucesión prolongada de actos como el


anterior, en que se producían diferencias y discusiones, y de los que se da cuenta
en las respectivas actuaciones procesales, representan situaciones propias de un
matrimonio que, por diversas circunstancias, ha visto desmejorar su recíproca
relación, lo que se complica al interrelacionarse con intereses patrimoniales, sobre
los cuales no existe precisamente acuerdo y claridad, y con mucha y particular
fuerza con los actos de infidelidad conyugal reconocidos por el denunciado y que
necesariamente dañan las confianzas y afectos más íntimos, sobre todo, cuando
ello se produce en la etapa de desarrollo y evolución de ésta, que es una pareja de
nivel socio-cultural elevado, con valores y tradiciones ya arraigadas al efecto.

Todo lo anterior, no obstante, excede al ámbito del derecho sancionador de


conductas y habrá de encontrar solución, seguramente en la reflexión, ponderación,
tolerancia y respeto recíprocos, tal vez con ayuda técnica adecuada, siendo de
advertir que medidas coercitivas como las que se pretende aplicar en caso alguno
alivian tales tensiones, sino que, por el contrario, muchas veces las precipitan
peligrosamente.

Por estas consideraciones y de acuerdo, además, con lo dispuesto en el artículo


3º de la Ley Nº 19.325, se revoca la sentencia apelada de veinte de marzo de dos
mil seis, escrita a fs. 185, en cuanto por sus decisiones B.-, C.- y D.- acoge la
denuncia de fs. 1, condena al denunciado a terapia obligatoria y mantiene para el
demandado la medida de prohibición de ingreso al hogar familiar, declarándose en
su lugar que la denuncia queda rechazada y, consecuencialmente, sin efecto las
medidas decretadas.

Regístrese y devuélvase.

Redactó el Ministro señor Dolmestch.

No firma el A bogado I ntegrante señor Tapia, quien concurrió a la vista de la


causa y al acuerdo, por ausencia.

Dictada por la Séptima Sala de esta Corte de Apelaciones, presidida por el M


inistro señor Hugo Dolmestch Urra y conformada por el M inistro señor Raúl Héctor
Rocha Pérez y A bogado I ntegrante señor Francisco Tapia Guerrero.

Rol Nº 3.577-2006.
11. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. CONCURRENCIA. DELITO DE MALTRATO
HABITUAL. REQUISITOS PROCEDENCIA. NÚMERO Y PROXIMIDAD DE
ACTOS. CUMPLIMIENTO CRITERIOS LEGALES HABITUALIDAD. REMISIÓN
DE ANTECEDENTES AL MINISTERIO PÚBLICO. PROCEDENCIA Y
OPORTUNIDAD PROCESAL

SUMARIO: El marido acusado de violencia intrafamiliar es la primera vez que es


denunciado y tampoco ha sido antes detenido, procesado ni sentenciado por
delito alguno y sólo con fecha 30 de mayo recién pasado, contestó con insultos e
improperios a un requerimiento de la mujer en que le enrostraba su mal proceder
con la familia y su falta de preocupación por ella y para tener trabajo para
sustentarla, no permiten, en este estado de la causa llegar a una convicción o
presunción de que se pudiese estar frente a una —violencia habitual— por parte
del cónyuge denunciado y por ello, y sin perjuicio de lo que pueda comprobarse
durante la audiencia preparatoria e incluso la audiencia de juicio (como prevé el
artículo 90 de la Ley Nº 19.968), la existencia de un maltrato habitual de parte del
denunciado en cuya situación el tribunal de familia estaría en condiciones
inobjetables de proceder como lo ha hecho ahora, sin poseer los antecedentes
necesarios al efecto.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de San Miguel

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 320-2010

Fecha: 07/07/2010

Cita online : CL/JUR/12311/2010

Partes: Claudia Alejandra Bejares Bahamondes con Jaime Valentino Romero


Navarrete

Magistrados: Arratia Valdebenito, Ana María; Contreras Pérez, José Ismael

Redactor: Contreras Pérez, José Ismael

Abogado Integrante: Jara Miranda, Jaime


Voces: calificación del delito - competencia - competencia según materia -
régimen de visitas - tipicidad - tribunal de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 67, 90 - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

San Miguel, siete de julio de dos mil diez.

Vistos:

Ha recurrido en apelación el abogado don Julio Carvajal Díaz, de la Corporación


de Asistencia Judicial, en representación del denunciado don Jaime Valentino
Romero Navarrete, en contra de la resolución de 5 de mayo recién pasado, recaída
en los autos RUC: 1020148171-1 y RIT: F 614-2010 del Primer Juzgado de Familia
de San Miguel, sobre violencia intrafamiliar denunciada por doña Claudia Alejandra
Bejares Bahamondes y en que se declaró incompetente porque los hechos
denunciados constituirían delito de maltrato habitual y ordenó remitir estos
antecedentes al Ministerio Público Fiscalía Sur.

Se escucharon alegatos de parte del recurrente y en que ratificó su intervención,


solicitando la revocación de la resolución en alzada por ser improcedente la
declaración de incompetencia por no darse los requisitos legales ni haberse
escuchado al denunciado.

Informando la Sra. Fiscal Judicial, con fecha 26 de mayo, fue de opinión revocar
la resolución en alzada, por los fundamentos que refiere.

Quedó la causa en acuerdo.

Considerando:

Primero: Que el mandatario del denunciado Jaime Valentino Romero Navarrete


se ha alzado en apelación en contra de la resolución de cinco de mayo del 2010
donde la Sra. Magistrada del Primer Juzgado de Familia de San Miguel, en estos
antecedentes sobre denuncia por violencia intrafamiliar, efectuada por doña Claudia
Alejandra Bejares Bahamondes en contra de su cónyuge don Jaime Valentino
Romero Navarrete, en audiencia preparatoria, se ha declarado incompetente,
ordenando remitir estos antecedentes al Ministerio Público, Fiscalía Sur, por
estimar, conforme lo expuesto por la denunciante y lo indicado por la Consejera
Técnica, que los hechos denunciados revisten en carácter de habituales en los
términos del artículo 14 de la Ley Nº 20.066 y, por tanto, pueden ser constitutivos
de delito.

Segundo: Que en su apelación y en estrados, el mandatario del denunciado ha


pedido la revocación de la señalada resolución, fundado en que no se escuchó al
respecto a su defendido y sólo se consideraron los dichos de la denunciante
estimando los hechos que refirió como de maltrato habitual, no obstante que lo
ocurrido son solamente discusiones de una pareja por motivos económicos, debido
a un cáncer que padece el denunciado y que afecta su situación laboral y
económica, careciendo de antecedentes penales y sin haber sido anteriormente
sancionado por violencia intrafamiliar.

Tercero: Que de los antecedentes que proporciona esta causa respecto de la


denuncia por violencia intrafamiliar, está el Parte de Carabineros de fecha 30 de
marzo de 2010 por denuncia de doña Claudia Alejandra Bejares Bahamondes y en
contra de su cónyuge Jaime Navarrete Romero. Como código delito se anota
violencia intrafamiliar a mujer (lesiones psicológicas) y en rubro tipo de armas:
"verbal". Como secuencia del maltrato: "semanal". "Además, responde
afirmativamente cuestionario sobre ha tenido que salir de su casa por agresiones,
considera que está en peligro y el agresor le prohíbe o limita el contacto con la
familia y/o amigos"; "además, que el agresor ha amenazado con quitarse la vida,
tiene antecedentes patológicos y psiquiátricos". "Y también que el denunciado no
registra anteriores denuncias por violencia intrafamiliar y no ha sido detenido,
procesado ni sentenciado por otros delitos". "Termina señalando este parte que la
relación conyugal terminó hace un mes por desinterés con la familia y la agresividad
que mantiene, pero que este día por una discusión por lo anterior le respondió: no
te voy a pagar la wea de teléfono, ya que te pasay hablando, me day vergüenza,
eres fea, no me siento bien contigo, lo que la tiene afectada psicológicamente, no
teniendo autoestima y manteniendo temor a que pueda atentar con su vida o
agresiones a sus hijos y hacia ella".

A su vez, en la audiencia preparatoria (del mismo día de la resolución en alzada),


se deja constancia que la mujer ratifica la denuncia y se contesta la denuncia (no
se deja constancia de su contenido) y que no reconoce hechos y participación.

Cuarto: Que de los antecedentes que lograron reunirse al momento de celebrarse


la audiencia preparatoria y la resolución apelada, se desprende que debido a
problemas económicos de los cónyuges y familia, la mujer pidió al marido
(denunciado), el 30 de mayo de 2010, que se retirara del hogar común acusándolo
de poca preocupación por los hijos y la irresponsabilidad de no tener trabajo para
poder sustentar la familia y éste le respondió con insultos y con expresiones de
menosprecio que afectaron psicológicamente a la mujer.

Quinto: Que de esta manera, apareciendo de los antecedentes, hasta ahora


reunidos, que el marido acusado de violencia intrafamiliar es la primera vez que es
denunciado y tampoco ha sido antes detenido, procesado ni sentenciado por delito
alguno y sólo con fecha 30 de mayo recién pasado, contestó con insultos e
improperios a un requerimiento de la mujer en que le enrostraba su mal proceder
con la familia y su falta de preocupación por ella y para tener trabajo para
sustentarla, no permiten, en este estado de la causa, llegar a una convicción o
presunción de que se pudiese estar frente a una violencia habitual por parte del
cónyuge denunciado y por ello, y sin perjuicio de lo que pueda comprobarse durante
la audiencia preparatoria e incluso la audiencia de juicio (como prevé el artículo 90
de la Ley Nº 19.968), la existencia de un maltrato habitual de parte del denunciado
en cuya situación el tribunal de familia estaría en condiciones inobjetables de
proceder como lo ha hecho ahora, sin poseer los antecedentes necesarios al efecto.

Sexto: Que de esta manera, estos sentenciadores se han hecho cargo y


compartido la opinión de la Sra. Fiscal Judicial, contenida en su informe de 26 de
mayo último.

Y VISTO, además, lo dispuesto en los artículos 67 y 90 de la Ley Nº 19.968, se


REVOCA la resolución apelada de cinco de mayo del año dos mil diez en la parte
que se declara incompetente para seguir conociendo de estos antecedentes y
ordena su remisión al Ministerio Público Fiscalía Sur y en su lugar se declara que el
Sr. Juez de Familia deberá continuar con la tramitación de esta causa debiendo
celebrarse las audiencias preparatoria y de juicio y una vez afinadas, resolver lo
pertinente al respecto conforme al mérito de la prueba rendida.

Regístrese y comuníquese.

Redacción del Ministro señor José Ismael Contreras Pérez.

Pronunciada por los Ministros señor Ismael Contreras Pérez, señora Ana María
Arratia Valdebenito y Abogado Integrante señor Jaime Jara Miranda.

En San Miguel, siete de julio de dos mil diez, notifiqué por el estado diario la
resolución precedente.

Rol Nº 320-2010 Fam.


12. VIOLENCIA PSICOLÓGICA Y VIOLENCIA ECONÓMICA

SUMARIO: La violencia psicológica comprende cualquier acto u omisión que daña


la autoestima, la identidad o el desarrollo del individuo, consistiendo básicamente
en actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar y controlar las
conductas, sentimientos y pensamientos de la persona a quien se está
agrediendo, como las descalificaciones, insultos, control conductual, etcétera.

En tanto que la violencia económica se refiere a la utilización de los bienes


materiales para lograr el control de la mujer, o amenaza con control o destrucción
de bienes.

Tanto la violencia psicológica como la económica deben traducirse en la práctica


en hechos concretos y específicos.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 507-2009

Fecha: 10/12/2009

Cita online : CL/JUR/4625/2009

Partes: Inostroza Palacios, José contra Elgueta Toledo, Elisa

Magistrado: Villa Sanhueza, Juan Clodomiro

Redactor: Villa Sanhueza, Juan Clodomiro

Abogado Integrante: Lanata Fuenzalida, Ruth Gabriela

Voces: delito - derecho de familia - derecho penal - sana crítica - tribunal de


familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 5º - Ley Nº 20.066; Artículo 32 - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Concepción, 10 de diciembre de 2009.


Visto:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción del motivo sexto, que se


elimina.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

1. Que el artículo 5º de la Ley Nº 20.066, sobre Ley de Violencia Intrafamiliar,


señala que será constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la
vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de
cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por
consaguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer
grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente.

Es conveniente tener presente que los hechos que pueden conformar violencia
intrafamiliar no se encuentran tipificados, por lo que deben evaluarse de acuerdo a
la realidad de la pareja involucrada.

En todo caso, para considerar que un determinado hecho constituye un acto de


violencia intrafamiliar, debe revisarse si tal acción está fuera del natural estado,
situación o modo de la pareja en conflicto.

2. Que el hecho de violencia intrafamiliar denunciado consistiría, al decir del Parte


Denuncia, en que la denunciante ha sido víctima de maltratos psicológicos por parte
de su cónyuge desde el inicio del matrimonio hace 28 años atrás, consistentes en
insultos con palabras groseras y degradantes, menoscabándola como mujer y
madre en presencia de sus hijos, burlándose de su estado de invalidez y sin aportar
dinero para los gastos del hogar e hijos.

La denunciante dice que el jueves 2 de abril de 2009, al pedirle dinero al


denunciado, éste se ofuscó y se lo negó, con gritos de insultos y groserías.

En el Parte se consigna que no hay denuncias anteriores.

3. Que del tenor de la denuncia fluye que la actora acusa violencia psicológica y
económica.

La violencia psicológica comprende cualquier acto u omisión que daña la


autoestima, la identidad o el desarrollo del individuo, consistiendo básicamente en
actitudes que tienen por objeto causar temor, intimidar y controlar las conductas,
sentimientos y pensamientos de la persona a quien se está agrediendo, como las
descalificaciones, insultos, control conductual, etcétera.
En tanto que la violencia económica se refiere a la utilización de los bienes
materiales para lograr el control de la mujer, o amenaza con control o destrucción
de bienes.

Tanto la violencia psicológica como la económica deben traducirse en la práctica


en hechos concretos y específicos.

4. Que la prueba rendida por la denunciante consiste en dos informes periciales


psicológicos: a) uno emitido por la psicóloga doña Estrella Astete Cereceda, de 15
de julio de 2009, en cuanto manifiesta que existe violencia psicológica y económica
de larga data y que históricamente ha afectado la calidad de vida de la denunciante,
y b) otro, emitido por doña Ivonne Maldonado Martínez de fecha 3 de abril de 2009,
que concluye que la denunciante es víctima de violencia intrafamiliar ejercida por el
padre de sus hijos, quien desde siempre ha establecido una relación basada en el
miedo (...).

El testigo Guillermo Cea Pino, presentado por el denunciado, afirma que hace
dos años que no visita al denunciado y que lo que sabe se lo ha contado su amigo,
aclarando que nunca ha presenciado alguna pelea entre ellos.

5. Que el artículo 32 de la Ley Nº 19.968 dispone que los jueces apreciarán la


prueba de acuerdo a las reglas de la sana crítica.

El sistema de la sana crítica constituye un sistema de valoración libre de la


prueba, pero teniendo presente que ello no significa en absoluto facultad para el
juez de formar su convicción de manera arbitraria, toda vez que libertad importa uso
razonado de la lógica y del buen sentido, guiados y apoyados por la experiencia que
obtiene de la labor que ejerce y el medio social en que se desenvuelve.

Es necesario tener presente que el valor de la prueba pericial debe ser


determinada por el tribunal según la idoneidad del perito, la objetividad y calidad de
su informe y declaración, y su concordancia con los otros medios de prueba,
apreciado todo ello conforme a la sana crítica.

6. Que del análisis de ambos informes periciales psicológicos aparece que se


fundan en apreciaciones generales, en expresiones vagas y genéricas, sin describir
con certeza y precisión el o los hechos que configuran la violencia. Tampoco los
fijan en el tiempo, y menos los concretan a fechas y lugares de acaecimiento
determinados.

En el primer informe se dice que hay violencia psicológica y económica, pero no


precisa los hechos que la constituyen, la que es de larga data y ha afectado
históricamente la calidad de vida de la denunciante. En el segundo, se dice que hay
violencia intrafamiliar por el denunciado, quien desde siempre ha establecido una
relación basada en el miedo, utilizando descalificaciones e insultos, pero no se
precisan en hechos y golpes, los cuales no han sido denunciados por la actora.

Además, estos informes carecen de concordancia con otros antecedentes


existentes en autos. En efecto, en el Parte Denuncia se consigna que no existen
denuncias anteriores; que son testigos los hijos de ambos, pero ninguno compareció
a declarar en autos, y de otro lado, el testigo Luis Cea Pino afirma que nunca ha
presenciado alguna pelea entre el matrimonio.

Con todo, no está demás precisar que en los matrimonios las discusiones por
motivos económicos son normales en una relación de pareja, y que los insultos y
groserías —que, se dijo ya, en el caso en estudio no se identificaron—, pueden serlo
para unos, pero no para otros. Obviamente, existe un patrón común, pero para
juzgar es necesario saber qué se dijo.

7. Que así las cosas, apreciada la prueba aportada a la causa conforme a las
reglas de la sana crítica, esto es, según los principios de la lógica y las máximas de
la experiencia, no permite acreditar la existencia de los hechos constitutivos de
violencia psicológica y económica denunciados por la demandante.

Ello, porque la lógica y la experiencia enseñan que los insultos, las palabras
groseras y degradantes, el menoscabo y las burlas deben traducirse en hechos
precisos, concretos, determinados y ciertos, y no en generalizaciones o meros
conceptos genéricos, y también enseña la experiencia que las simples discusiones
por motivos económicos son normales en toda vida de pareja, y más propios de una
mala relación conyugal.

En todo caso, valga señalar que la sentenciadora en el motivo sexto (eliminado)


habla en potencial al decir "habrían existido" o "habrían ocasionado", lo que ratifica
la no existencia de hechos concretos de violencia intrafamiliar.

8. Que, en consecuencia, no encontrándose acreditados los hechos precisos y


concretos que constituyen la violencia psicológica y económica denunciada,
corresponde desestimar la denuncia por violencia intrafamiliar presentada por doña
Elisa Elgueta Toledo en contra de su cónyuge José Inostroza Palacios.

Lo anterior conduce a absolver al denunciado Inostroza Palacios de los cargos


formulados en su contra.
Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 5º de la Ley Nº 20.068
y 32 de la Ley Nº 19.968 sobre Tribunales de Familia, se declara que SE REVOCA
la sentencia de once de septiembre de dos mil nueve, dictada por doña Claudia
Castillo Merino, Juez Titular del Juzgado de Familia de Talcahuano, en cuanto
acoge la denuncia interpuesta por doña Elisa Elgueta Toledo ante Carabineros de
Chile, Segunda Comisaría Talcahuano, con fecha 9 de abril de 2009 en contra de
José Inostroza Palacios por violencia intrafamiliar, y lo sanciona con las medidas
legales que allí se indican; y en su lugar se decide que la denuncia mencionada
queda RECHAZADA y, en consecuencia, SE ABSUELVE al denunciado José
Inostroza Palacios del cargo de violencia intrafamiliar que en su contra le formulara
su cónyuge Elisa Elgueta Toledo.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Ministro señor Juan Clodomiro Villa Sanhueza.

No firma la A bogado I ntegrante señora Ruth Gabriela Lanata Fuenzalida,


aunque concurrió a la vista y acuerdo de la causa, por estar ausente.

Rol Nº 507-2009 Familia.


13. VIOLENCIA FAMILIAR CONSTITUTIVA DE MALTRATO INFANTIL

SUMARIO: Existe un tipo de violencia de maltrato infantil denominada "violencia


pasiva", en la cual los niños son testigos de violencia, ya que el daño que sufren
es a nivel psicológico y no se les daña directamente, sino en forma indirecta.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Puerto Montt

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 115-2009

Fecha: 31/08/2009

Cita online: CL/JUR/8399/2009

Partes: Roberto Francisco Bohle Loebel y otros con Roberto Bohle Bittner y otro

Magistrado: Ebensperger Brito, Jorge

Redactor: Vera Muñoz, Leopoldo

Abogado Integrante: Mansilla Miranda, Luis

Voces: derecho de familia - juzgados de familia - recurso de apelación - recursos


- régimen de visitas - violencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 32 - Ley Nº 19.968; Artículo 5º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Puerto Montt, 31 de agosto de 2009.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, a excepción de los considerando décimo a


decimotercero, que se eliminan:

Y se tiene en su lugar, además, presente:


Primero : Que, el artículo 32 de la Ley Nº 19.968 dispone con relación a la
valoración de la prueba de esta materia "no podrán contradecir los principios de la
lógica, las máximas de la experiencias y los conocimientos científicamente
afianzados".

Segundo: Que, conforme a lo razonado en el considerando noveno, pueden


constituir, a juicio de esta Corte, actos de violencia intrafamiliar aquellos que con
ocasión de conductas humanas manipulen objetos u animales, con el fin de lograr
en la persona de la víctima, un miedo, temor, amenaza y sentimientos de
inseguridad, insatisfacción o angustias.

Tercero: Que, claramente, las desavenencias producidas entre las partes y el


comportamiento que ha manifestado don R.B.B. durante el año 2008, ha producido
graves secuelas en su nieta doña M.B.B., como da cuenta la psicóloga doña Jessica
González Silva, en su calidad de perito, al evacuar su Informe Pericial realizado en
mayo de 2009, y expresa que se entrevistó y analizó la situación psicológica de la
menor, concluyendo que "M. la menor hoy presenta terror nocturno, ansiedad e
irritabilidad en el hogar, principalmente dolores de estómago, cefaleas constantes y
taquicardia, permanente situación que obedece a trastornos ansiosos producto de
la alerta y hostigamiento permanente que tiene la familia. En el colegio Michelle
presenta vómitos que han alterado otras áreas de la vida de la menor", siendo, a
juicio de la Doctrina, un tipo de violencia de maltrato infantil, denominada "violencia
pasiva", en la cual "los niños son testigos de violencia, ya que el daño que sufren es
a nivel psicológico y no se les daña directamente sino en forma indirecta". ( Violencia
intrafamiliar. Ximena Santa Cruz Bolívar, Psicóloga de la Universidad de Chile).

Cuarto: Que, conforme a la prueba rendida por los denunciantes, y en especial el


testimonio de doña Jessica González Silva, en su calidad de Perito Psicóloga,
señala que "trata a los hijos de las partes desde el año 2008 y concluye y da cuenta
de diferentes trastornos emocionales del grupo familiar" atribuyéndolo a la
conflictiva vivida con sus vecinos; y que unido a los testimonios de Nancy González
Ortega, Ana Violeta Muñoz Rodríguez, Nancy Bohle Barría y Nery Angulo González,
quienes en síntesis declaran que la niña pequeña M. no quiere salir fuera a jugar
porque tiene miedo, le da miedo el perro; luego se señala que no hay una buena
relación con el abuelo y la tía, y refiere que a su abuelo lo sindican como "un hombre
malo que maltrata a las mascotas", y se señala que el abuelo el año pasado al llegar
atrasada a una fiesta de Halloween a su casa, comentan los menores que "se
habían tenido que esconder en el invernadero porque el abuelo estaba disparando
con una escopeta"; también se señala que tuvo una mascota que un día se perdió
y ella la buscó como dos días, y que un día el abuelo le tiró el perro muerto a sus
pies diciéndole "aquí está tu perro", y, finalmente, se señala que desde su casa —
declara la última testigo— se escuchan tiros de escopeta, y sabe que lo hace don
Roberto Bohle.

Quinto: Que, los hechos consignados precedentemente son, a juicio de este


Tribunal, constitutivos de actos de violencia intrafamiliar de aquellos de carácter
psicológico que recaen sobre una persona menor de edad a que se refiere el ar
tículo 5º de la Ley Nº 20.066, al tratarse de hechos ciertos y probados, y que no
aparecen desvirtuados por los demandados, habiéndose cumplido con el objeto del
juicio, el cual era determinar si doña K.A.B.L. y don R.B.B. han incurrido en hechos
de violencia intrafamiliar en contra de la familia B.B. y, en consecuencia, se han
acreditado los hechos a probar, fijados en la audiencia preparatoria de fecha 6 de
mayo de 2009.

Sexto: Que, corrobora lo anterior los documentos acompañados por los


denunciantes signados con las letras a) a la letra m), individualizados en el
considerando sexto de la sentencia en alzada.

Séptimo: Que, los hechos que se han enunciados en los considerandos


anteriores, acreditan que los menores hijos de los denunciantes, R. y M. de 12 y 6
años, respectivamente, han sufrido alteraciones de conducta, han visto deteriorada
su salud mental y han sufrido en su calidad de niños la carencia de actos de
recreación propios de su edad al verse impedidos de hacer una vida normal en los
sectores exteriores de su residencia, y que dichos actos han sido ocasionados por
conductas causadas, en especial, por el denunciado Roberto Bohle Bittner, por sí o
a través de manipulación de animales y utilizando una escopeta, lo cual constituye
en su conjunto e integridad actos propios de violencia intrafamiliar.

Octavo: Que, la prueba rendida por los denunciantes y reseñada anteriormente,


resulta insuficiente para acreditar su participación en los hechos de violencia
denunciados de doña Karen Andrea Bohle Loebel, razón por la cual será absuelta.

Noveno: Que, por su parte, la prueba rendida por los denunciados no han
permitido formar convicción a este Tribunal de la inocencia del denunciado Roberto
Bohle Bittner.

Décimo: Que, la conducta desplegada por el denunciado Roberto Bohle Bittner,


implica una violencia psicológica reiterada en el tiempo, en el año 2008, lo que ha
provocado un menoscabo psíquico a los demandantes y en especial a la hija menor
de éstos, M.B.B.
Undécimo: Que, en razón de los fundamentos anteriores, y lo señalado en el
considerando tercero del fallo en alzada, no cabe sino acoger la denuncia de
violencia intrafamiliar, en contra de don R.B.B.

Y visto, lo dispuesto en los artículos 5º y siguientes de la Ley Nº 20.066, de


Violencia Intrafamiliar y artículos 81 y siguiente de la Ley de Tribunales de Familia,
se declara:

a) Que, se revoca la sentencia definitiva dictada con fecha 10 de junio de 2009 y,


en consecuencia, se acoge la demanda de violencia intrafamiliar interpuesta por
doña Nancy del Carmen Barría Vargas y Roberto Francisco Bohle Loebel por sí y
por sus hijos menores R. y M. B. B., ya individualizados, en contra de don R.B.B.,
por los actos de violencia intrafamiliar que tuvieron lugar en el Fundo El Roble,
hijuela 2 de la comuna de Llanquihue, en el año 2008, y se condena al denunciado
al pago de una multa ascendente a 2 unidades tributarias mensuales a beneficio del
Gobierno Regional de Los Lagos, para ser destinada al Centro de Atención de
Víctimas de Violencia Intrafamiliar de la Región, y debiendo el condenado acreditar
el pago de la multa dentro de los cinco días siguientes a la fecha de notificación de
esta sentencia y en caso de incumplimiento, remítase los antecedentes al Ministerio
Público, conforme a lo dispuesto en el artículo 240 del Código de Procedimiento
Civil.

b) Que, se aplica al denunciado don R.B.B. la medida accesoria consistente en la


prohibición de acercarse a los denunciantes y a sus hijos, o al domicilio de las
víctimas o al lugar de sus trabajos, por el lapso de un año contado desde la
notificación de esta sentencia definitiva.

c) Que, se absuelve de la acusación de violencia intrafamiliar a doña K.A.B.L.

d) Que, el denunciado deberá pagar las costas del juicio.

Ofíciese al Registro Civil para que se practique la inscripción de la sentencia.

Acordada con el voto en contra del Ministro don Leopoldo Vera Muñoz, quien
estuvo por confirmar la sentencia definitiva de primera instancia en todas sus partes.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Abogado Integrante don Luis A. Mansilla Miranda y del voto
disidente su autor.
Pronunciada por los Ministros don Jorge Ebensperger Brito, Leopoldo Vera y el
Abogado Integrante don Luis A. Mansilla Miranda.

Rol Corte: Nº 115-2009.


14. APLICACIÓN DE LA LEY Nº 20.066 A PERSONAS QUE VIVAN BAJO EL
"MISMO TECHO"

SUMARIO: Nuestra legislación no define lo que debe entenderse por familia, pero
la doctrina del artículo 815 del Código Civil, a propósito del derecho de uso y de
habitación elabora un concepto, señalando de acuerdo al inciso 2º de la citada
norma: "La familia comprende al cónyuge, los hijos y a las personas que a la
misma fecha viven con el habitador o usuario y a costa de éstos y las personas a
quienes éstos deban alimentos. Agrega a los sirvientes necesarios para la familia.
Si bien es cierto, el concepto citado es amplio en cuanto a sus miembros, en lo
que respecta al caso de autos implica el mismo criterio de la Ley Nº 20.066, en
atención a que familia implica convivencia, es decir, un grupo de personas, sean
o no parientes, que viven bajo el mismo techo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 17-2009

Fecha: 0 8/02/2009

Cita online: CL/JUR/8660/2009

Partes: Irma del Carmen Valdés Cabrera con Marta Trui Trui Millante

Magistrados: Gajardo Pérez, Ada; Correa Rosado, Juan Ignacio; Carretta


Navea, Darío Ildemaro

Redactor: Gajardo Pérez, Ada

Voces: determinación de la pena - interés del menor - menor - protección del


menor - régimen de visitas - sistema acusatorio - violencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 1º, 2º, 6º, 8º y 9º - Ley Nº 20.066; Artículo 32


- Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Valdivia, 18 de febrero de 2009.


Vistos y teniendo presente:

Primero: Que don Ricardo Morales Guarda, abogado por doña Marta Trui Trui
Millante, dedujo recurso de apelación en contra de la sentencia de la causa que
condenó a su representada como autora de actos constitutivos de violencia
intrafamiliar.

Sostiene el abogado recurrente que tanto la Ley Nº 19.968 como la modificación


de dicha normativa legal, Ley Nº 20.286, se establecieron los parámetros en cuanto
a la apreciación de la prueba, de acuerdo con las reglas de la sana crítica, no
pudiendo ello contradecir los claros principios de lógica, experiencia y conocimiento.
Estima que la valoración de la prueba que hizo la sentenciadora no está de acuerdo
con los antecedentes que estableció el legislador para considerar lo que son los
actos constitutivos de violencia intrafamiliar que define el artículo 5º de la Ley
Nº 20.066 y que refiere la existencia de maltrato que afecte la vida o la integridad
física o síquica de quien aparece como denunciante.

Segundo: Que de acuerdo con los hechos descritos en la demanda deducida por
doña Irma del Carmen Valdés Cabrera, la demandada es su suegra, quien vive a
130 metros de su casa y los actos violentos que le imputan son los siguientes:
prédicas con gritos y reclamos en contra de ella y su madre, expresa que no quiere
a sus nietos y a su hija cuando tenía 5 años le decía "mojigata" y "mosca muerta".
Que en el año 2004 intentó agredirlos y ella le sujetó las manos. Termina señalando
que actualmente han cortado las relaciones con ella, pero igual aprovecha para
ofender a su marido y hay ocasiones en que grita a la una de la mañana.

Tercero: Que los hechos a probar se fijaron por el Tribunal en los siguientes:

1. la efectividad de que doña Irma del Carmen Valdés Cabrera ha sido víctima de
agresiones sicológicas por parte de doña Marta Trui Trui Millante;

2. daños que estas agresiones han ocasionado a la denunciante.

Cuarto: Que según se consigna en la sentencia revisada por esta vía, se siguió
la causa Ruc 06-2-1149236-8, Rit 636-06, por violencia intrafamiliar, entre las
mismas partes, pero en que la denunciante fue doña Irma del Carmen Valdés
Cabrera, quien en definitiva fue absuelta.

Quinto: Que de acuerdo con la afirmación hecha en la demanda, las partes viven
cerca, pero no comparten la casa habitación; y los hechos que se imputan a la
demandada son bastante precisos. Descalificación verbal. Con respecto a los
nietos, se presentan como pasados.
Sexto: Los antecedentes probatorios dan cuenta de malas relaciones entre la
suegra y su nuera, de tipo recíproco. La denunciante tuvo también condición de
denunciada. El informe médico agregado a estos antecedentes que otorgó el doctor
Víctor Ruiz Burdiles, señala en la denunciante: síndrome ansioso depresivo,
trastorno depresivo puerperal y disfunción conyugal, que mejoran. Refiere los
conflictos con la suegra, todo ello en el año 2007.

Séptimo: Que para acreditar el hecho de las agresiones sicológicas que la


denunciada ha ejercido sobre la denunciante se rindió prueba testimonial con la
declaración de dos personas: el cónyuge, don Jaime Rodrigo Franco Trui Trui y la
madre de la denunciante, doña Zoila Rosa Cabrera Bustos.

Octavo: Que los hechos que describen los referidos testigos y que contiene la
sentencia apelada, en relación con los hechos que se imputan en la demanda y los
que deben acreditarse de acuerdo con los puntos de prueba, si bien dan cuenta de
una mala relación entre suegra y nuera que ha contaminado a todo el grupo familiar,
no resultan, a juicio de estos sentenciadores, suficientes para configurar la violencia
intrafamiliar que describe el artículo 5º de la Ley N º 20.066. En efecto, la citada
norma señala: "Violencia Intrafamiliar. Será constitutivo de violencia intrafamiliar
todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o
haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él,
o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la
colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual
conviviente.

También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida en el inciso


precedente ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga sobre una persona
menor de edad o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de
cualquiera de los integrantes del grupo familiar".

Noveno: Nuestra legislación no define lo que debe entenderse por familia, pero la
doctrina del artículo 815 del Código Civil, a propósito del derecho de uso y de
habitación, elabora un concepto, señalando de acuerdo al inciso 2º de la citada
norma: "La familia comprende al cónyuge, los hijos y a las personas que a la misma
fecha viven con el habitador o usuario y a costa de éstos y las personas a quienes
éstos deban alimentos. Agrega a los sirvientes necesarios para la familia". Si bien
es cierto, el concepto citado es amplio en cuanto a sus miembros, en lo que respecta
al caso de autos implica el mismo criterio de la Ley Nº 20.066, en atención a que
familia implica convivencia, es decir, un grupo de personas, sean o no parientes,
que viven bajo el mismo techo.
En congruencia con las normas citadas, el artículo 9º letra a) de la ley del ramo
establece medidas accesorias como sanción por actos de violencia intrafamiliar,
señalando: a) "obligación de abandonar el ofensor el hogar que comparte con la
víctima".

Todo lo anteriormente expuesto demuestra el espíritu de la legislación en


condenar los actos de violencia intrafamiliar, pero dentro de un margen limitado,
cual es el hogar común.

De las normas citadas y de su interpretación lógica y armónica, a la luz de los


hechos analizados, se desprende que no se configuran en estos autos los requisitos
para declarar la denuncia como actos constitutivos de violencia intrafamiliar. Como
se ha dicho, es menester para ello la convivencia, ya sea actual o pretérita entre
ofensor y ofendido, sin este requisito no se configuran los supuestos establecidos
por la ley para acoger la denuncia deducida, ya que, si bien existen agresiones
psicológicas por parte de la denunciada, al no concurrir el citado presupuesto debe
desecharse la denuncia interpuesta.

Y vistos, además de las normas precitadas, lo dispuesto en los artículos 1º, 2º,
6º, 8º y 9º de la L ey Nº 20.066, y 32 de la Ley Nº 19.968,

Se declara:

Que SE REVOCA la sentencia apelada de 5 de diciembre de 2008 escrita de fojas


43 a 53, y en su lugar se declara:

1. Que se absuelve a doña Marta Trui-Trui Millante como autora de actos


constitutivos de violencia intrafamiliar, quedando sin efecto la multa de media U.T.M.
a la que fue condenada.

2. Que no se condena en costas a la recurrida, de acuerdo a lo preceptuado en


el artículo 600 del Código Orgánico de Tribunales.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministra Sra. Ada Gajardo Pérez.

No firma el Ministro Sr. Juan Ignacio Correa Rosado, no obstante haber


concurrido a la vista de la causa y acuerdo del fallo, por encontrarse con permiso.
Pronunciada por la Primera Sala de Verano, por la Ministra Sra. Ada Gajardo
Pérez, Ministro Sr. Darío I. Carretta Navea, Ministro Sr. Juan Ignacio Correa
Rosado. Autoriza el Secretario Subrogante Sr. César Iván Agurto Mora.

Rol Nº 17-2009.
15. DENUNCIA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. RECHAZADA. CONCEPTO DE
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. EXISTENCIA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
BIDIRECCIONAL. ORIGEN DE LA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR QUE NO
PUEDE SER ATRIBUIDO EXCLUSIVAMENTE AL DENUNCIADO

SUMARIO: De acuerdo al artículo 5º de la Ley Nº 20.066, se entiende por violencia


intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de
quien tenga o haya tenido la calidad de conviviente del ofensor, entre otras. En la
especie, acreditado que entre la denunciante y el denunciado, quienes son
convivientes, existe una violencia física y psicológica bidireccional y no
encontrándose suficientemente explicado el origen de ésta, el tribunal no puede
concluir que el origen de la supuesta violencia denunciada sea exclusivamente
de responsabilidad del denunciado, razón por la cual debe ser absuelto. En estas
circunstancias, corresponde tratar al grupo familiar de manera integral.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valparaíso

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 898-2010

Fecha: 24/01/2011

Cita online: CL/JUR/6159/2011

Magistrados: Silva Ibáñez, Manuel; Letelier Ferrada, Inés María

Abogado Integrante: Aimone Gibson, Enrique

Voces: calificación del delito - medidas cautelares - régimen de visitas -


responsabilidad penal - tipicidad - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 1º y siguientes - Ley Nº 20.066; Artículo 101


- Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Audiencia realizada en Valparaíso, a veinticuatro de enero de dos mil once,


siendo las 10:05 horas, ante la Quinta Sala de esta Corte de Apelaciones de
Valparaíso, presidida por el Ministro Sr. Silva e integrada por la Ministro Sra. Letelier
y Abogado Integrante Sr. Aimone, para la vista del recurso de apelación interpuesto
por el abogado del denunciado don Gabriel Azócar Castillo, en causa RIT F-1017
2009 del Juzgado de Familia de Viña del Mar, Rol Ingreso I.C. 898 2010, en contra
de la sentencia definitiva de dos de noviembre de dos mil diez, dictada por el Juez
de dicho Juzgado don Gregorio Fuentes Puelma.

Asiste a la audiencia por la recurrente la Postulante doña Jeannette Bruna


revocando y por la recurrida el Postulante don Virgilio Topasio Maluk, confirmando.

Los intervinientes hacen sus alegaciones, de lo que queda registro íntegro en el


audio de la Sala.

Terminados los alegatos, el Tribunal queda en resolver:

Vistos y oídos:

Se reproduce la sentencia en alzada con excepción de los fundamentos séptimo,


octavo y noveno.

Y teniendo además y en su lugar presente:

Primero: Que conforme lo dispone el artículo 5º de la Ley Nº 20.066, se entiende


por violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad físico o
psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de conviviente del ofensor entre
otras.

Segundo: Que conforme a las probanzas rendidas apreciadas conforme a las


reglas de la lógica, de la experiencia y de los principios científicamente afianzados
es posible dar por acreditado los siguientes hechos:

1. Que el demandado es conviviente de la actora, los que mantuvieron una


relación de diez años, de la cual nació una hija en común, viviendo además, junto a
ellos dos hijos de esta última, todos menores de edad.

2. Que entre ambas partes litigantes existe una violencia física y psicológica
intrafamiliar bidireccional.

3. Que el origen de ésta no se encuentra suficientemente explicada por ninguno


de los informes periciales, vale decir, esta Corte ignora si la causa es motivada o no
por un asunto de origen de la convivencia misma.
4. Que sin perjuicio de lo anotado en el numeral precedente existe una situación
de riesgo inminente no sólo respecto de las partes litigantes, sino que también
respecto de los menores que integran la familia en comento, en los términos que lo
describe el artículo 7º de la ley mencionada; en efecto, existen antecedentes que el
ofensor ha procedido a intimidar de causar daño a la ofendida, padece de
alcoholismo, y que con anterioridad fue denunciado por violencia intrafamiliar, la
cual concluyó con una medida de salida alternativa en el nuevo procedimiento penal.

Tercero: Que así las cosas esta Corte no adquiere la convicción absoluta por los
motivos antes señalados que el origen de esta supuesta violencia denunciada sea
exclusivamente de responsabilidad del denunciado pues tal como se ha consignado
se ignora su origen y entre los denunciados existe violencia cruzada, lo que unido a
la situación de riesgo antes descrita resulta aconsejable dejar sin efecto la sanción
aplicada al denunciado por la sentencia de primer grado y tratar al grupo familiar de
manera integral conforme a la sugerencias de los peritos que han emitido su informe
durante el proceso, medida a que se está obligado imperativamente adoptarla por
el Tribunal que conoce el asunto, conforme a la disposición citada en el numeral
precedente, cuyo es el caso.

Por estas consideraciones, disposiciones legales citadas y artículos 1º y


siguientes de la Ley Nº 20.066, y artículo 101 de la Ley Nº 19.968, se revoca la
sentencia apelada de dos de noviembre de dos mil diez, que acoge la denuncia de
violencia intrafamiliar y en su lugar se declara que se absuelve a Miguel Ángel
Vásquez Arriagada de la denuncia mencionada y se ordena como medida cautelar
o de protección la siguiente:

A. Se prohíbe a ambas partes acercarse recíprocamente, estableciéndose como


plazo de vigencia, 60 días a contar de esta fecha, debiendo el Magistrado de la
causa, evaluar su prórroga.

B. Ambas partes deberán ser derivadas a terapia para trabajar estilos relacionales
saludables sin utilización de violencia como forma válida de resolución de conflictos.

C. Miguel Ángel Vásquez Arriagada deberá ser derivado a un tratamiento por


consumo problemático del alcohol previa evaluación toxicológica, hecho, deberá
ingresar a terapia psicológica en la cual se trabaje la forma no violenta de resolución
de conflictos.

D. El Juez que corresponda deberá abrir una causa a fin de que investigue una
posible vulneración de derecho de las hijas del grupo familiar, dictando la resolución
que en derecho corresponda.
Regístrese, notifíquese y comuníquese.

Pronunciada por los Ministros Sr. Manuel Silva Ibáñez, Sra. Inés María Letelier
Ferrada y Abogado Integrante Sr. Enrique Aimone Gibson.

Rol Nº 898-2010-FAM.
CAPÍTULO III PRUEBA
1. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. EXIGENCIA PROBATORIA

SUMARIO: Para acoger la acción de violencia intrafamiliar debe acreditarse


suficientemente el acaecimiento del supuesto de hecho nuclear contemplado en
la ley, a través del análisis conjunto e integral de prueba pericial, testifical o
documental, informes de asistentes sociales u otros que el juez estime
convenientes, como también requerir informes o antecedentes de organismos de
la Administración del Estado, Municipal y de empresas particulares, debiendo fijar
plazo para su cumplimiento y, en caso de desobediencia, aplicar los apremios
que establece la ley. A saber, debe probarse un maltrato que afecte a la salud
física o psíquica de quien, aun siendo mayor de edad, tenga respecto del ofensor
la calidad de ascendiente, cónyuge o conviviente. Sólo habiéndose acreditado
violencia tanto física como psíquica de la denunciada, y habida cuenta de la
esencia del matrimonio como un compromiso común de mutuo auxilio y respeto
recíproco, devendría entonces como necesario el tratamiento psicológico integral
de la denunciada.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 6868-2001

Fecha: 20/07/2006

Cita online: CL/JUR/2556/2006

Partes: P.V.A contra F.P.F.

Magistrados: Maggi Ducommun, Rosa; Chevesich Ruiz, Gloria Ana

Redactor: Aguirre de la Rivera, Guido

Abogado Integrante: Aguirre de la Rivera, Guido

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 3 º - Ley Nº 19.325

TEXTO COMPLETO:
Santiago, 20 de julio de 2006.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, previa eliminación del considerando cuarto;

Y teniendo en su lugar, además, presente:

Primero: Que don P.V.A., 71 años, de oficio cuidador, denuncia el 23 de febrero


de 2001 a doña F.P.F. (no A. como reza el fallo), 31 años, su cónyuge, por violencia
intrafamiliar en contra suya y de la hija de ésta de cinco años, que vivía con el
matrimonio y fue reconocida como hija por el denunciante.

Según el denunciante la violencia se expresaba en el abandono de la niña por las


noches y luego por el plazo de un año en que la dejó al cuidado del denunciante.

Al regreso a su hogar, la denunciada entró en convivencia de pareja con otra


dama de nombre P.S.B., con quien compartiría jornadas de consumo de alcohol y
otras conductas escandalosas en presencia de la hija de P. y de un hijo de S., de 4
ó 5 años.

El denunciante fue expulsado de la vivienda que compartía con su cónyuge y no


le permitieron retirar su vestimenta, dinero y herramientas de trabajo, por lo que pide
al tribunal medidas de protección como ordenar la salida de la vivienda de la
denunciada y su pareja y se le advierta sobre sus obligaciones como madre y le
permita al denunciante disponer de sus pertenencias, solicitando al efecto medidas
precautorias.

De fojas 18 a 39 corre prueba documental que no da cuenta de antecedentes que


permitan establecer la existencia de actos constitutivos de violencia intrafamiliar.

A fojas 41 y 45 corre la prueba testimonial aportada por ambas partes, en que las
testigos del actor aluden a la existencia de fiestas y discusiones de la denunciada
con otra dama de apellido S., con quien tendría vínculos de pareja; calificación que
ésta niega en su declaración.

Segundo: Que, según lo dispuesto en el inciso primero del artículo 3º de la Ley


Nº 19.325, vigente a la época de los hechos, el procedimiento relativo a los actos
de violencia intrafamiliar se rige por las normas que ese texto legal señala y, en todo
lo no establecido en ellas, por las reglas comunes a todo procedimiento que se
contienen en el Libro Primero del Código de Procedimiento Civil.
Tercero: Que en materia de violencia intrafamiliar, aun cuando se aplicaran
preferentemente las normas de enjuiciamiento civil, ello no elimina el principio de
inocencia, en cuanto se trata de normas sancionatorias de conductas, por lo que las
decisiones condenatorias deben basarse en el estricto mérito de las probanzas
reunidas conforme a la ley y apreciadas conforme a la sana crítica, pero nunca sobre
la base de meras suposiciones, impresiones u otras consideraciones subjetivas, por
muy vehementes que pudieren ser.

Ergo, es menester concluir que el tribunal a quo debe fundar su resolución en


hechos ciertos y probados en la causa y no en meras suposiciones derivadas de
declaraciones del denunciante o de testigos que no aportan más que conjeturas.

Cuarto: Que para acoger la acción de violencia intrafamiliar debe acreditarse


suficientemente el acaecimiento del supuesto de hecho nuclear contemplado en la
ley, a través del análisis conjunto e integral de prueba pericial, testifical o
documental, informes de asistentes sociales u otros que el juez estime
convenientes, como también requerir informes o antecedentes de organismos de la
Administración del Estado, Municipal y de empresas particulares, debiendo fijar
plazo para su cumplimiento y, en caso de desobediencia, aplicar los apremios que
establece la ley.

A saber, debe probarse un maltrato que afecte a la salud física o psíquica de


quien, aun siendo mayor de edad, tenga respecto del ofensor la calidad de
ascendiente, cónyuge o conviviente.

Sólo habiéndose acreditado violencia tanto física como psíquica de la


denunciada, y habida cuenta de la esencia del matrimonio como un compromiso
común de mutuo auxilio y respeto recíproco, devendría, entonces, como necesario
el tratamiento psicológico integral de la denunciada, como fue lo fallado.

Quinto: Que los elementos de prueba producidos en autos no tienen la virtud de


establecer fehacientemente algún acto propio de violencia intrafamiliar, toda vez
que los testigos del actor, por una parte, no explican de qué manera se habría
producido la violencia denunciada, ni tampoco cuáles han sido las conductas de
daño psicológico o físico que se habrían producido en el cónyuge denunciante o en
la hija de la denunciada.

Por lo que hace al informe psicológico ordenado a fs. 53, se declaró que aun
siendo imprescindible para la resolución del asunto, se le tuvo por no presentado.
Sexto: Que debiendo apreciarse las pruebas de acuerdo a la sana crítica, en
orden a determinar una conducta reprochable, a juicio de esta Corte, el juez a quo
ha estado desprovisto de pruebas sobre circunstancias que permitan inducir he chos
de violencia reales, sea en sentido físico o psíquico, careciendo las pruebas
contenidas en autos de la consistencia necesaria para acoger la denuncia, máxime
cuando estos hechos han sido negados por la denunciada.

En mérito de las consideraciones anteriores y a lo dispuesto en el artículo 3º de


la Ley Nº 19.325 vigente a la época de los hechos, se revoca la sentencia de fecha
trece de julio de dos mil, escrita a fojas 54 a 58 y se declara que doña F.P.F. no ha
cometido hecho alguno constitutivo de violencia intrafamiliar, por lo que se le
absuelve de todo cargo al respecto.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Abogado Integrante señor Guido Aguirre de la Rivera.

No firma el Abogado Integrante señor Aguirre, no obstante haber concurrido a la


vista de la causa y al acuerdo por encontrarse ausente.

Pronunciada por las Ministras señoras Gloria Ana Chevesich Ruiz, Rosa María
Maggi Ducommun y el Abogado Integrante señor Guido Aguirre de la Rivera.

Rol Nº 6.868-2001.
2. DENUNCIANTE DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR DEBE PRECISAR HECHOS
QUE LA COMPONEN Y FECHA DE OCURRENCIA

SUMARIO: Para que pueda analizarse por parte de un sentenciador si existe o no


maltrato y si éste constituye o no un caso de violencia intrafamiliar, quien
denuncia debe indicar cuáles hechos constituyen ese maltrato de que aduce ser
objeto, precisando en qué consisten, cuándo ocurrieron, y si se ha denunciado
haber sido insultada o garabateada, debe indicarse qué se le dijo, situación que
no se dio en la especie, de manera tal que ello es suficiente para rechazar la
denuncia en lo que a los insultos se refiere, sin que ello pueda ser subsanado por
las declaraciones de sus testigos, ya que ello excede el margen de la litis, más
aún cuando el demandado ha negado haber ejercido algún tipo de violencia.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valparaíso

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 2119-2008

Fecha: 10/10/2008

Cita online: CL/JUR/3761/2008

Magistrados: Repetto García, María Angélica; Gómez Montoya, Mario

Redactor: Repetto García, María Angélica

Voces: derecho de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 5 º y 6 º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Valparaíso, 10 de octubre de 2008.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada de fecha treinta y uno de julio de dos mil


ocho, con excepción de los considerandos primero a cuarto, los cuales se eliminan.

Y teniendo, además, presente:


Primero: Que la actora, quien se domicilia en la ciudad de Villa Alemana,
fundamentó su acción, la cual dedujo el día 23 de febrero del año 2007, en el hecho
que desde el embarazo de su hijo, quien a la fecha de la denuncia, según ella misma
lo expresa, tenía un año y dos meses de edad, ha sido víctima de violencia
psicológica por parte del denunciado, padre de su hijo, cuyo domicilio se ubica en
la ciudad de Talcahuano, quien la amenaza por vía telefónica con venir a llevarse a
su hijo aduciendo que la ley lo ampara, indicando también la recurrente que la
insulta y ofende, sintiendo ella temor de que él viaje y les haga algo, precisando que
ambos terminaron su relación de pareja en el mes de abril del año 2005.

Segundo: Que el artículo 5º de la Ley Nº 20.066, señala qué debe entenderse por
violencia intrafamiliar, indicando: "Será constitutivo de violencia intrafamiliar todo
maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya
tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él";
señalando en el inciso segundo que "También habrá violencia intrafamiliar cuando
la conducta referida en el inciso precedente ocurra entre los padres de un hijo
común".

Tercero: Que de la norma transcrita anteriormente, surge sin ninguna duda que
para que pueda analizarse por parte de un sentenciador si existe o no maltrato y si
éste constituye o no un caso de violencia intrafamiliar, quien denuncia debe indicar
cuáles hechos constituyen ese maltrato de que aduce ser objeto, precisando en qué
consisten, cuándo ocurrieron, y si se ha denunciado haber sido insultada o
garabateada, debe indicarse qué se le dijo, situación que no se dio en la especie,
de manera tal que ello es suficiente para rechazar la denuncia en lo que a los
insultos se refiere, sin que ello pueda ser subsanado por las declaraciones de sus
testigos, ya que ello excede el margen de la litis, más aún cuando el demandado ha
negado haber ejercido algún tipo de violencia.

Cuarto: Que el maltrato que aduce la actora haber sufrido y que lo hace consistir
en que el denunciado la ha amenazado, en fechas que no señala, con venir a
llevarse al hijo común, lo que le ha afectado su integridad psíquica, a juicio de estos
sentenciadores, no se encuentra acreditado.

En efecto, por una parte las declaraciones de los dos testigos de la actora, las
que reproduce el fallo en su parte expositiva, que en lo sustancial se refieren a
llamados telefónicos a la denunciante, aparecen contradichas por los testimonios
de los dos testigos presentados por el denunciado, quienes están contestes en
afirmar que éste no ha ejercido actos de violencia contra la actora, añadiendo el
primero que luego que terminó la relación sentimental entre aquellos, cuando la
actora estaba embarazada ello derivó "en una guerra de familias", indicando ambos
que al denunciado le ha sido negado el contacto con su hijo, de manera tal que esta
Corte no adquiere la convicción de que efectivamente se haya ejercido este acto,
en los términos que se planteó, advirtiéndose en cambio, más bien, que los padres
del menor no han podido superar los conflictos que a cada uno les pudo producir la
separación, con el objeto que puedan en forma separada y pacífica ejercer los
derechos que les corresponden respecto del menor común.

Quinto: Que en nada altera lo razonado el informe psicológico realizado a la


denunciante, puesto que las conclusiones a las que en ese aspecto llega la
psicóloga se basan en lo afirmado por la propia denunciante.

Por estas consideraciones y de conformidad, además, con lo dispuesto en los


artículos 5º y 6º de la Ley Nº 20.066, SE REVOCA la sentencia apelada de treinta y
uno de julio de dos mil ocho, en cuanto acoge la denuncia deducida por doña Paula
Elizabeth González Rodríguez, y se declara, en cambio, que se rechaza dicha
denuncia sin costas, por estimarse que la actora ha tenido motivo plausible para
litigar, dejándose, en consecuencia, sin efecto dicho fallo en lo que se refiere a la
mantención de las medidas accesorias, que en la parte resolutiva enumera.

Redactada por la Ministro doña María Angélica Repetto García.

Regístrese y devuélvase.

Pronunciada por los Ministros Sr. Mario Gómez Montoya, Sra. María Angélica
Repetto García y Fiscal Judicial Sra. Juana Latham Fuenzalida.

Incluida la presente resolución en el estado diario del día de hoy.

Rol Nº 2.119-2008.
3. DENUNCIA DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR, RECHAZADA. VIOLENCIA
PSICOLÓGICA. EXIGENCIA DE ACREDITAR INEQUÍVOCAMENTE LOS
HECHOS CONSTITUTIVOS DE LA DENUNCIA. INFORMES PSICOLÓGICOS
CONTRADICTORIOS

SUMARIO: Una condena por actos de maltrato constitutivos de violencia


intrafamiliar debe estar respaldada por antecedentes de prueba que
inequívocamente acrediten tales hechos por parte del denunciado, situación que
en la especie no ocurre, toda vez que los informes psicológicos practicados a las
partes, únicos antecedentes del proceso, no son suficientes para adquirir plena
convicción en tal sentido.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 208-2013

Fecha: 14/02/2013

Cita online: CL/JUR/351/2013

Partes: J.V.A. con R.H.F.

Magistrados: Aguayo Pino, Pilar; Silva Cancino, Mauricio; Kittsteiner Gentile,


María Rosa

Voces: apreciación de la prueba - delito - derecho constitucional - derecho de


familia - derecho penal - derecho procesal - derecho procesal penal - juicio oral -
medios de prueba - prueba - recurso de apelación - recurso de nulidad - régimen
de visitas - sistema acusatorio - tribunal de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 6º - Ley Nº 20.066; Artículos 19, 81 - Ley


Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Santiago, catorce de febrero de dos mil trece.

Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de su considerando sexto,
que se elimina.

Y teniendo en su lugar y, además, presente:

Primero: Que consta de los antecedentes de la causa que doña J.V.A. interpuso
denuncia en contra de su cónyuge por actos de violencia intrafamiliar de que habría
sido víctima por parte de éste, los que hace consistir en que "hace más de un mes
a la fecha mi cónyuge me comenzó a celar, me sigue a todos lados, me escucha las
comunicaciones por teléfono e insiste en que yo lo engaño con uno de nuestros
amigos que tenemos en común...; en seguida señala que desde hace tres semanas
se encuentran separados de palabra y que el día de la denuncia la interceptó
insultándola con las palabras soeces que indica, para luego continuar discutiendo,
por lo que decidió hacer la denuncia.

Como puede apreciarse, el maltrato denunciado se limita al aspecto psicológico.

Segundo: Que respecto a los hechos que se denuncian como constitutivos de


violencia intrafamiliar no existe prueba directa de ellos; los únicos antecedentes
probatorios de la causa son sendos informes psicológicos de cada una de las partes,
cuyas conclusiones resultan contradictorias.

En efecto, la evaluación del denunciado descarta un trastorno de personalidad y


patología psiquiátrica, señalando que no presenta un perfil asociado a la agresividad
y descontrol de impulsos; que presenta una personalidad rígida y dependiente y que
se le observó desconcertado por su situación familiar y conyugal actual por el
episodio de infidelidad cometido por su esposa.

Por otra parte, en relación a la denunciante, el respectivo informe concluye que


presenta una sintomatología depresiva, alteraciones afectivas y sociales a nivel
emocional, estrés reactivo a la violencia sostenida sufrida por parte de su ex marido,
evidenciando un mayor grado de hiperalerta y sobrerreacción ante estímulos por
temor a que le hagan daño.

Tercero: Que cabe señalar que en la entrevista clínica a la demandante ésta no


aporta más antecedentes sobre la violencia denunciada, resultando también
relevante tener presente que las conclusiones de este informe no se condicen con
la descripción de los hechos que hizo la actora ante Carabineros.

Cuarto: Que en atención a lo contradictorio de estos informes se requirió el de la


Consejera Técnica, quien señala sus propias apreciaciones a partir de lo
consignado en las pericias anteriores.
Quinto: Que una condena por actos de maltrato constitutivos de violencia
intrafamiliar debe estar respaldada por antecedentes de prueba que
inequívocamente acrediten tales hechos por parte del denunciado, situación que en
este caso no ocurre, toda vez que los informes antes mencionados, únicos
antecedentes del proceso, no son suficientes para adquirir plena convicción en tal
sentido.

Sexto: Que en cuanto al régimen de relación directa y regular de los hijos


comunes cuya omisión alega el apelante, no habiendo sido materia de la sentencia
recurrida, deberán ejercerse sobre esta materia las acciones pertinentes en otro
procedimiento.

Por estas consideraciones, y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 6º de


la Ley Nº 20.066, 19 y 81 y siguientes de la Ley Nº 19.968, SE REVOCA la sentencia
apelada, de once de diciembre de dos mil doce, en autos Rit 9043-2012 del Centro
de Medidas Cautelares de los Juzgados de Familia de Santiago, que condenó a
R.H.F. como autor de violencia intrafamiliar ejercida en contra de su cónyuge, y se
decide, en cambio, que dicho demandado queda absuelto de la denuncia formulada
en su contra.

Regístrese y comuníquese.

Pronunciada por la Primera Sala de Verano de la Corte de Apelaciones de


Santiago, presidida por el Ministro señor Mauricio Silva Cancino e integrada por las
Ministros señora Pilar Aguayo Pino y señora María Rosa Kittsteiner Gentile.

Reforma Familia Nº 208-2013.


4. NO SE CONFIGURA VIOLENCIA INTRAFAMILIAR SI INFORME SICOLÓGICO
DE LA DENUNCIANTE NO REFIERE EPISODIOS DE SU OCURRENCIA

SUMARIO: Estos sentenciadores concluyen que no se encuentra acreditado en


autos que, en la especie, se haya verificado por el denunciado alguno de los actos
o conductas tipificadas como de violencia intrafamiliar por el artículo 1º de la Ley
Nº 19.325, pues no es lógico que el informe psicológico de la denunciante no
refiere en forma precisa algún o algunos episodios de violencia física o
psicológica eventualmente sufridos por ésta, razón por la cual debe revocarse la
sentencia de primer grado y, en consecuencia, rechazarse la denuncia.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 315-2008

Fecha: 10/03/2008

Cita online: CL/JUR/1777/2008

Magistrado: Gutiérrez Garrido, Claudio

Redactor: Gutiérrez Garrido, Claudio

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 1º - Ley Nº 19.325; Artículos 67 y 101 - Ley


Nº 19.968; Artículo 189 - Código de Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO:

Concepción, 10 de marzo de 2008.

Vistos:

Se eliminan los motivos séptimo, octavo y noveno de la sentencia en alzada, se


la reproduce en lo demás.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:


1º) Que consta del informe sobre evaluación psicológica relativo al denunciado
de autos, agregado a fojas 27, que éste fue evaluado al menos durante tres días
seguidos del mes de junio de 2007, por lo que no se divisa que el examen carezca
de la metodología y técnicas utilizadas en la evaluación diagnóstica, como lo afirma
—sin expresar razones— la juez de primer grado.

En el referido informe se indica categóricamente que no existe violencia,


agregando, en cuanto al Eje Personalidad que los inventarios de depresión y
ansiedad aplicados manifiestan indicadores que permitan hipotetizar algún trastorno
emocional, reactivo a la situación familiar que vive;

2º) Que, por su parte, el informe psicológico de la denunciante, agregado a fojas


41, no revela situaciones de violencia física o psicológica concretas, precisas y
determinadas en el tiempo, limitándose a referir que ésta presenta signos de
trastorno ansioso generalizado en proceso de elaboración, seguido de un estado de
estrés permanente, que vivencia como miedo y angustia.

La informante no relata episodios específicos de violencia, sino que se refiere a


la situación de violencia de la que señala haber sido víctima;

3º) Que los testigos presentados por la denunciante no son vecinos de las partes
de este juicio, por lo que no pueden haber tenido un conocimiento directo de los
hechos sobre los cuales declaran, circunstancia que evidentemente debilita su valor
probatorio;

4º) Que, asimismo, no deja de llamar la atención el hecho que cuando


funcionarios de Carabineros de Chile concurrieron a la casa de la denunciante, el
mismo día de la denuncia que motivó esta causa, la denunciante les manifestó que
se encuentra muy bien, tranquila y que no tiene dificultades con su pareja
(certificación de fojas 5);

5º) Que, analizando los antecedentes reunidos en el proceso y las pruebas


rendidas por las partes, conforme a las normas de la sana crítica, esto es, de
acuerdo a los principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los
conocimientos científicamente afianzados, estos sentenciadores concluyen que no
se encuentra acreditado en autos que, en la especie, se haya verificado por el
denunciado alguno de los actos o conductas tipificadas como de violencia
intrafamiliar por el artículo 1º de la Ley Nº 19.325, pues no es lógico que el informe
psicológico de la denunciante no refiere en forma precisa algún o algunos episodios
de violencia física o psicológica eventualmente sufridos por ésta, razón por la cual
debe revocarse la sentencia de primer grado y, en consecuencia, rechazarse la
denuncia de fojas 1.

Por estas consideraciones y de conformidad con lo dispuesto en los artículos 1º


de la Ley Nº 19.325; 67 y 101 de la Ley Nº 19.968 y artículo 189 del Código de
Procedimiento Civil, se revoca la sentencia apelada de cuatro de diciembre de dos
mil siete, escrita a fojas 53 de esta carpeta judicial, y se declara que se rechaza la
denuncia de fojas 1.

Regístrese y devuélvase con sus agregados.

Redacción del Ministro don Claudio Gutiérrez Garrido.

No firma el Abogado Integrante don Carlos Álvarez Cid, no obstante haber


concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar ausente.

Rol Nº 315-2008.
5. SI DENUNCIA POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO CONTIENE RELACIÓN
CIRCUNSTANCIADA DE LOS HECHOS NO CUMPLE CON REQUISITOS
LEGALES

SUMARIO: Por otra parte, el artículo 87 de la Ley Nº 19.968 señala que la denuncia
contendrá una relación circunstanciada de los hechos, requisito que no se cumple
en el caso sub judice, toda vez que las palabras que se estiman groseras y
vejatorias no se señalan, impidiendo al tribunal apreciarlas en el contexto socio-
económico en que fueron proferidas. Tampoco la testigo las describe, se limita a
indicar que habitualmente el presunto inculpado es deslenguado y emplea
palabras groseras. No se encuentra comprobado que la parte denunciada haya
incurrido en los actos que se le atribuyen y, consecuente con ello, debe dictarse
sentencia absolutoria en su favor.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Casación en la forma - Apelación

Rol: 546-2009

Fecha: 17/02/2010

Cita online: CL/JUR/1416/2010

Magistrado: Sanhueza Ojeda, María Leonor

Redactor: Sanhueza Ojeda, María Leonor

Voces: delito - derecho de familia - derecho penal - tribunal de familia - violencia


familiar

Legislación relacionada: Artículos 227 y 768 - Código de Procedimiento Civil;


Artículos 67, 81 y 101 de la Ley Nº 19.968; Artículo 5º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Concepción, 17 de febrero de 2010.

Visto:
En cuanto al recurso de casación en la forma:

1. Que, la parte denunciada deduce recurso de casación en la forma en contra de


la sentencia de primer grado, fundado en la causal del artículo 768 Nº 4 del Código
de Procedimiento Civil, en haber sido dada ultra petita, esto es, otorgando más de
lo pedido por las partes, o extendiéndola a puntos no sometidos a la decisión del
tribunal, argumentando que el fallo dio por asentados hechos que exceden el
contenido de la denuncia y de lo declarado por la denunciante, refiriéndose a hechos
nuevos no sometidos a la decisión del tribunal.

2. Que basta para rechazar el recurso, la sola circunstancia que el eventual vicio
puede ser reparado por la vía del recurso de apelación, que también dedujo la
misma parte.

En cuanto al recurso de apelación:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus motivos séptimo y


octavo que se eliminan, y se tiene en su lugar y, además, presente:

3. Que, la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar en su artículo 5º dispone


que será constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la
integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del
ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o
por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive,
del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente.

4. Que, los hechos denunciados como actos de violencia intrafamiliar son


aquellos contenidos en el parte policial Nº 29, relacionados en el fundamento
primero del fallo en revisión, y que consisten, en síntesis, en agresiones verbales
mediante palabras groseras y vejatorias.

5. Que, corresponde analizar si se encuentra acreditado el maltrato que sufrió la


víctima, en los términos que ella los denuncia.

La única prueba al respecto recae en los dichos de la testigo presencial de los


hechos e hija de la denunciante, N.A.M.M, que se encuentran transcritos en la letra
B.- del razonamiento tercero. De ellos se desprende que existió una discusión entre
las partes y forcejeos y empujones, de modo que dicho testimonio, apreciado
conforme a las reglas de la sana crítica, no permiten establecer las "agresiones
verbales mediante palabras groseras y vejatorias" que constituirían los actos de
violencia intrafamiliar al tenor de la denuncia.
6. Que, por otra parte, el artículo 87 de la Ley Nº 19.968 señala que la denuncia
contendrá una relación circunstanciada de los hechos, requisito que no se cumple
en el caso sub judice, toda vez que las palabras que se estiman groseras y vejatorias
no se señalan, impidiendo al tribunal apreciarlas en el contexto socio-económico en
que fueron proferidas. Tampoco la testigo las describe, se limita a indicar que
habitualmente el presunto inculpado es deslenguado y emplea palabras groseras.

7. Que, así las cosas, no se encuentra comprobado que la parte denunciada haya
incurrido en los actos que se le atribuyen y, consecuente con ello, debe dictarse
sentencia absolutoria en su favor.

Por estas reflexiones, citas legales y lo previsto en los artículos 227 y 768 del
Código de Procedimiento Civil y 67, 81 y 101 de la Ley Nº 19.968, y Ley Nº 20.066,
se declara:

a) Que se rechaza el recurso de casación en la forma interpuesto por la parte


denunciada.

b) Que se revoca la sentencia de veinticinco de septiembre de dos mil nueve,


dictada en estos antecedentes, y se declara que Rigoberto Enrique Valenzuela
Garrido queda absuelto de la denuncia formulada en su contra.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministra María Leonor Sanhueza Ojeda.

Rol Nº 546-2009.
6. DENUNCIA POR VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO PUEDE SER ACOGIDA
SOBRE LA BASE DE TESTIMONIOS DE OÍDAS

SUMARIO: Estos sentenciadores (de apelación) estiman que la prueba rendida no


es suficiente para formar convicción razonable acerca de la efectividad de la
violencia física y psíquica denunciada, puesto que no es posible sancionar sobre
la base de testimonios de oídas, existiendo antecedentes científicos que no
reflejan ningún desorden o anomalía en la personalidad y conducta del
denunciado, unido a un sentimiento de frustración producto de los episodios que
le habría correspondido vivir, por la negativa que acusa de parte de la
denunciante de permitirle tener una relación directa y regular con la hija de
ambos.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 3281-2009

Fecha: 23/12/2009

Cita online: CL/JUR/5265/2009

Magistrados: Moya Cuadra, Javier; Carreño Ortega, Fernando

Abogado Integrante: Tapia Guerrero, Francisco

Voces: delito - derecho civil - derecho de familia - derecho penal - derecho


procesal - medios de prueba - prueba - prueba testimonial - tribunal de familia -
violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 6º, 14 - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Santiago, 23 de diciembre de 2009.

A la presentación folio Nº 185176, téngase presente.

Vistos:
1º. Que la prueba científica, consistente en diversos análisis psicológicos
realizados a las partes, da cuenta de rasgos normales en la personalidad y
comportamiento del denunciado, mientras que la denunciante habría padecido un
trastorno ansioso depresivo.

Asimismo, la prueba testimonial rendida por ambas partes, tiene una fuente
indirecta, es decir, no se trata de testigos presenciales, circunstancia que reduce su
peso probatorio.

Por último, la existencia de otras causas, en particular, una por lesiones leves,
nada significa en la presente, por cuanto en dicho caso se dictaminó la suspensión
condicional del procedimiento, previo a dictar sentencia, subsistiendo, por ende, la
presunción de inocencia del imputado.

2º. Que analizando la prueba en su conjunto, sólo es posible concluir y tener por
establecido, en el plano de los hechos, que las partes han tenido dificultades
derivadas de una relación sentimental anterior, de la cual nació una hija, mostrando
ambos, cada uno desde su perspectiva, un gran interés por la mejor situación de la
niña, así como respecto de sus respectivos roles parentales.

3º. Que, sin embargo, estos sentenciadores estiman que la prueba rendida no es
suficiente para formar convicción razonable acerca de la efectividad de la violencia
física y psíquica denunciada, puesto que no es posible sancionar sobre la base de
testimonios de oídas, existiendo antecedentes científicos que no reflejan ningún
desorden o anomalía en la personalidad y conducta del denunciado, unido a un
sentimiento de frustración producto de los episodios que le habría correspondido
vivir, por la negativa que acusa de parte de la denunciante de permitirle tener una
relación directa y regular con la hija de ambos.

4º. Que, sin perjuicio de lo anterior, estos sentenciadores estiman igualmente que
la presente denuncia no debió ser conocida y juzgada por un Tribunal de Familia,
toda vez que la denunciante refiere maltratos físicos y psíquicos, con características
de habitualidad, siendo competente para investigar dichas denuncias el Ministerio
Público, por incidir en un tipo penal específico.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 6º y 14 de la Ley Nº 20.066, se


revoca la sentencia apelada de veintiséis de octubre de dos mil nueve, dictada por
el Primer Juzgado de Familia de Santiago, en el sentido que la denuncia efectuada
por doña M.I.G.C, y se declara en su lugar que queda rechazada, sin costas, por
haber tenido motivo plausible para litigar.
Pronunciada por la Novena Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago,
presidida por el Ministro señor Javier Aníbal Moya Cuadra e integrada por el Ministro
señor Mario Carroza Espinosa y el Abogado Integrante señor Francisco Tapia
Guerrero.

Rol Familia Nº 3.281-2009.


7. EN CAUSAS DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR LA PRUEBA SE APRECIA DE
ACUERDO A LA SANA CRÍTICA. VALOR PROBATORIO DE FOTOCOPIA
SIMPLE DE DENUNCIA E INFORME PSICOLÓGICO

SUMARIO: En relación a la documental acompañada por la actora y de que da


cuenta fotocopia de denuncia por violencia intrafamiliar, certificado emanado de
la psicóloga que señala que la cónyuge ingresó al programa de salud y violencia,
a raíz de la violencia física, sexual y psicológica de larga data ejercida por su
cónyuge, si bien se trata de fotocopias los dos primeros, ello no obsta a su
apreciación, por cuanto es clara la ley que en estas causas la prueba se aprecia
según las reglas de la sana crítica y no de una prueba legal y tasada.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 152-2006

Fecha: 18/08/2006

Cita online: CL/JUR/2784/2006

Magistrado: Díaz Yévenes, Emma

Voces: causales de divorcio - compensación económica - derecho de familia -


divorcio vincular - juicio de divorcio - procedencia de la compensación económica

Legislación relacionada: Artículos 54 Nº 1, 61 - Ley Nº 19.947; Artículo 67 - Ley


Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Valdivia, 18 de agosto de 2006.

Vistos:

Se reproduce la sentencia apelada, con excepción de sus razonamientos sexto a


noveno que se eliminan.

En el motivo sexto se sustituye el nombre Victoria por Virginia. En el motivo 7º se


eliminan las palabras "los demás" por ser innecesarias.
Y teniendo además y en su lugar presente:

Primero: Que, oído el CD de audio de la audiencia en que se recibió la testimonial,


la testigo Verónica Santibáñez, además de lo señalado en la sentencia apelada,
expresó que como el demandado era celoso y mal genio, siempre iniciaba
discusiones e insultaba a la actora e incluso con motivo de la graduación del hijo
menor de la pareja D., en el colegio San Mateo, subió al segundo piso e insulto
públicamente a la testigo, lo que causó grave malestar al menor, pues fue ante toda
la gente que estaba en el evento.

Segundo: Que apreciadas las declaraciones de testigos de acuerdo a las normas


de la sana crítica, a juicio de estos sentenciadores son bastantes para, junto a la
prueba que se analizará más adelante, acreditar la causal de divorcio invocada.

En efecto, están contestes en que la demandada era, a lo menos,


psicológicamente agredida por su cónyuge, no de otra manera puede considerarse
que en su trabajo pareciera permanentemente con un estado de ánimo triste o
decaído, que por su relación con su cónyuge, el demandado, insultara públicamente
a personas vinculadas al grupo familiar.

Útil resulta en este sentido señalar que, cuando la mujer es víctima de violencia
física o psicológica, oculte tal situación y sólo después de años de sufrir este
maltrato lo relate a un familiar muy próximo o a personas cercanas, según está
científicamente establecido.

Tercero: Que, en relación a la documental acompañada por la actora y de que da


cuenta fotocopia de denuncia por violencia intrafamiliar efectuada en diciembre de
2003 y enero de 2004, con su correspondiente comparendo realizado ante el
Segundo Juzgado de Letras de Osorno, certificado emanado la Psicóloga doña
Ximena Reinike Fuentes, del Centro de S alud Mental de Osorno, que señala que
doña Miriam Vildoso Santibáñez ingresó al programa de DD.HH. y S alud y Violencia
del establecimiento, el 28 de julio de 2005, a raíz de la violencia física, sexual y
psicológica de larga data ejercida por su cónyuge Eduardo Aguilar Toledo,
asistiendo a 6 sesiones de psicoterapia individual, para reparar las secuelas
causadas por la violencia crónica y certificado del mismo centro de salud en relación
a Javier Aguilar Vildoso en el programa S alud y V iolencia desde febrero de 2005,
si bien se trata de fotocopias los dos primeros, ello no obsta a su apreciación por
cuanto es clara la ley que en estas causas la prueba se aprecia según las reglas de
la sana crítica y no de una prueba legal y tasada.
Cuarto: Que, de manera que dos denuncias por violencia intrafamiliar, que como
se anticipara en el motivo anterior, importan un ciclo de violencia que ha
permanecido oculto por largo tiempo y que sólo después de grandes sufrimientos
permite a la mujer vencer el temor a una denuncia, significa sin duda que ha existido
una violencia continua, cuestión que se ve reforzada por certificados emanados del
C entro de S alud M ental de Osorno, precisamente del departamento de DD.HH. y
Salud y Violencia, qué duda cabe entonces de la existencia de una violencia
psíquica, reiterada en el tiempo que ha afectado no sólo a la mujer sino a los hijos
de las partes de esta causa.

Quinto: Que, con los antecedentes referidos en los motivos anteriores, a juicio de
estas sentenciadoras, ha quedado debidamente acreditado en estos autos la causal
de divorcio invocada por la demandante, malos tratamientos graves y repetidos en
contra de la cónyuge y los hijos, contemplada en el artículo 54 Nº 1 de la Ley
Nº 19.947 sobre Matrimonio Civil, que establece que es causal de divorcio los malos
tratamientos graves contra la integridad física o psíquica del cónyuge o de alguno
de los hijos, por lo que se dará lugar al divorcio solicitado.

Sexto: Que, en el primer otrosí de su demanda, la actora demanda compensación


económica respecto de su cónyuge, conforme a lo dispuesto en el artículo 61 y
siguientes de la L ey Nº 19.947, considerando los más de veinte años de vida en
común con su cónyuge, dedicados además de su trabajo, como secretaria en una
consulta médica, al cuidado de los hijos y labores del hogar común.

Que en la audiencia preparatoria la actora precisa que lo que desea como


compensación económica, es poder ocupar el bien común junto con su hija.

Séptimo: Que, en su contestación a la pretensión de compensación económica,


el demandado se opone a ella, alegando que ambos cónyuges han trabajado
durante toda la vigencia del matrimonio y el cuidado de los hijos ha quedado a cargo
de una tercera persona que ha sido contratada para ello.

Y que su hijo D., vive junto a él.

Octavo: Que, es plenamente procedente la compensación económica solicitada


por la demandante, desde que no sólo trabajó durante toda la vida en común con el
demandado, pero sólo como secretaria de una consulta médica, sin que haya
podido continuar estudios especializados o superiores, fuera de sus horas de
trabajo, que le hubieren permitido acceder a unas remuneraciones más altas, por
habérselo impedido su dedicación al cuidado de los hijos y al cuidado del hogar
común, sin que sea impedimento para ello el que haya contado con una asesora del
hogar, que tienen horarios determinados y funciones específicas.

Que, además, como aparece en comparendo del Juzgado de Menores de fojas


22, al 11 de marzo de 2004, estuvieron las partes de acuerdo en que el demandado
pagaría los dividendos del hogar común, en el que a esa fecha habitaban la
demandante y su hija menor, de manera que no se ve qué impedimento existe para
fijar la compensación económica solicitada por la actora.

Noveno: Que el artículo 61 de la Ley de Matrimonio Civil establece que procede


la compensación económica si el cónyuge, por haberse dedicado al cuidado de los
hijos o a labores propias del hogar común, realizó una actividad económica en
menor medida de lo que podía, cuyo es el caso de autos.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto por los artículos 227 y
1698 del Código Civil, 53, 54 Nº 1, 59, 61, 65, 85, 87, 88 de la Ley Nº 19.947 sobre
Matrimonio Civil y 67 de la Ley Nº 19.968 sobre Tribunales de F amilia, se declara:

I. Que SE REVOCA la sentencia apelada de veintiséis de abril de 2006, escrita a


fojas 49 y siguientes que no dio lugar a la demanda de divorcio ni a la compensación
económica interpuesta por la demandante.

II. Que se ACOGE la demanda de fojas 12 en lo principal y, en consecuencia, se


declara terminado el matrimonio celebrado entre doña Miriam del Carmen Vildoso
Santibáñez y don Eduardo Hernán Aguilar Toledo, celebrado el 10 de octubre de
1980, e inscrito en la circunscripción de Osorno, bajo el Nº 453 del año 1980.

III. Que se ACOGE la compensación económica solicitada por la demandante,


estableciéndose que consistirá en el usufructo a favor de doña Miriam del Carmen
Vildoso Santibáñez, del inmueble ubicado en José Zorrilla Nº 2517, Villa Parque
Aranjuez de Osorno, debiendo inscribirse este gravamen en el Conservador de
Bienes Raíces que corresponda.

Acordada con el voto en contra del Ministro señor Juan Ignacio Correa Rosado,
quien estuvo por confirmar la sentencia apelada, sin modificaciones, teniendo en
consideración para ello lo siguiente:

1. Que en la audiencia preparatoria se establecieron que los siguientes hechos


que debían acreditarse por los litigantes en este juicio de divorcio:

a) efectividad que entre las partes han existido hechos de violencia intrafamiliar,
en la afirmativa persona del agresor y los daños ocasionados;
b) efectividad que la denunciante durante la vigencia del matrimonio se ha
dedicado al cuidado de los hijos y del hogar común, perjuicio que esto ha
ocasionado a la demandante, y

c) situación económica de las partes.

2. Que, al invocarse por la actora como única causal de divorcio la del Nº 1 del
artículo 54 de la Ley Nº 19.947, esto es, falta imputable al otro, siempre que
constituya una violación grave de los deberes y obligaciones que le impone el
matrimonio, o de los deberes y obligaciones para con los hijos, que torne intolerable
la vida en común, al dictar sentencia la señora Juez de Familia, ponderó la prueba
rendida en este juicio conforme a sus facultades, como queda en evidencia de la
lectura de los motivos 6º, 7º, 8º y 9º, cuando explica las razones jurídicas y lógicas
que tuvo en consideración para desestimarla.

Regístrese, notifíquese y devuélvase.

Redacción de la Ministra señora Emma Díaz Yévenes y del voto disidente, su


autor.

Rol Nº 152-2006.
Capítulo IV Medidas Cautelares
1. MEDIDAS CAUTELARES QUE PUEDE DECRETAR JUZGADO DE FAMILIA.
CARÁCTER DE DICHAS MEDIDAS

SUMARIO: El artículo 7º de la Ley Nº 20.066 sobre V iolencia I ntrafamiliar en su


inciso primero señala que cuando exista una situación de riesgo inminente para
una o más personas de sufrir un maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar,
aun cuando éste no se haya llevado a cabo, el tribunal con el solo mérito de la
denuncia, deberá adoptar las medidas de protección o cautelares que
correspondan. El artículo 22 de la Ley Nº 19.968 sobre Juzgados de Familia
dispone que sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, en cualquier etapa
del procedimiento, o antes de su inicio, el juez, de oficio o a petición de parte,
teniendo en cuenta la verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la demora
que implica la tramitación, podrá decretar las medidas cautelares conservativas
o innovativas que estime procedentes. De acuerdo al tenor de las dos
disposiciones legales señaladas precedentemente, se desprende que al dictar la
juez recurrida la resolución que concedió la medida cautelar sin previa notificación
al recurrente, no se ha vulnerado la garantía constitucional del debido proceso,
toda vez que, tal como lo señalan los preceptos legales referidos, las medidas
cautelares pueden decretarse en cualquier etapa del procedimiento y aun con el
solo mérito de la denuncia.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Protección

Rol: 1183-2005

Estado Procesal: Confirmado recurso de protección por la Corte Suprema


(1588-2006)

Fecha: 16/03/2006

Cita online: CL/JUR/4727/2006

Partes: Gallardo García, Guillermo Gumercindo contra Juzgado de Familia de


Antofagasta

Magistrados: Soto Torrealba, Laura; Álvarez Giralt, Enrique; Rey Marín, Sylvia

Redactor: Rey Marín, Sylvia

Voces: derecho de familia - tribunal de familia


Legislación relacionada: Artículos 19 Nº 3 y Nº 24 - Constitución Política del
Estado; Artículos 22, 90, 92 - Ley Nº 19.968; Artículos 7º, 14, 15 - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Antofagasta, 16 de marzo de 2006.

Vistos:

El recurso de protección deducido a fs. 7 y siguientes por el abogado don Óscar


Retamal de Requesens en representación de don Guillermo Gumercindo Gallardo
García en contra de la Juez de Familia de Antofagasta, doña Sol María López Pérez
por haber dictado la resolución judicial de 23 de noviembre de 2005 y haber suscrito
y enviado en la misma fecha el Oficio Nº 001608 a la Guarnición Militar de
Antofagasta del Ejército de Chile, la que se dictó sin respetar el derecho al debido
proceso y afectando su derecho de propiedad, vulnerando lo dispuesto en el artículo
19 Nº 3 y Nº 24 de la Constitución Política del Estado. La parte recurrida informa a
fs. 17 y siguientes. A fs. 20 se trajeron los autos en relación. Se escuchó en estrados
al abogado de la recurrente don Óscar Retamal de Requesens. Puesta la causa en
estado, se trajeron los autos para dictar sentencia.

Con lo relacionado y considerando:

Primero: Que el abogado don Óscar Retamal de Requesens, en representación


de don Guillermo Gumercindo Gallardo García, ha interpuesto recurso de protección
en contra de la Juez Titular del Juzgado de Familia de Antofagasta doña Sol María
López Pérez por haber dictado la resolución judicial de 23 de noviembre de 2005 y
por haber suscrito y enviado en la misma fecha el Oficio Nº 001608 a la Guarnición
Militar de Antofagasta del Ejército de Chile, resolución que se le notificó el 30 del
mismo mes, dictada sin respetar el derecho al debido proceso.

Señala que la dictación abusiva de la resolución judicial sin previa audiencia ni


notificación a su parte, no respeta el derecho constitucional de su representado a
ser escuchado previamente, a ser notificado de la existencia de una demanda en
su contra ni menos es noticiado de las medidas mismas, todo lo cual vulnera el
debido proceso establecido en el artículo 19 Nº 3 de la Constitución Política del
Estado.

Agrega el recurrente que la juez recurrida con fecha 23 de noviembre de 2005


dictó la siguiente resolución:

"Antofagasta a veintitrés de noviembre de dos mil cinco.


A lo principal: D esprendiéndose de los antecedentes contenidos en la demanda
y que el hecho denunciado reviste los caracteres de un delito de maltrato habitual y
lesiones físicas; de conformidad con lo dispuesto en los artículos 14 inc. 1º de la
Ley Nº 20.066 y 90 inciso 2º de la Ley Nº 19.968, me declaro incompetente para
conocer de estos asuntos. Remítanse los antecedentes a la Fiscalía Local de
Antofagasta para los fines previstos en el inciso 3º del artículo 14 de la Ley
Nº 20.066.

Al primer otrosí: Estése a lo resuelto precedentemente.

Al segundo otrosí: Como se pide, estimando que de acuerdo a los antecedentes


acompañados, especialmente el documento de atención de Urgencia, de
conformidad a lo dispuesto en el artículo 92 de la Ley Nº 19.968, se disponen las
siguientes medidas cautelares que se indican por el plazo de 60 días:

1º.- Se prohíbe a don Guillermo Gallardo García acercarse al domicilio particular


de la demandante doña Behise Olvido del Carmen Caviedes Leyton y al domicilio
laboral de la demandante, por lo que no podrá acercarse a menos de 10 metros de
la actora.

2º.- Como se pide, ofíciese a la Comandancia de Guarnición del Ejército, a fin se


cumpla con lo ordenado.

3º.- Pídase donde corresponda; Ofíciese a Carabineros de Chile a fin notifique al


demandado sobre las medidas cautelares decretadas.

Al tercer y cuarto otrosí: Téngase presente. Notifíquese, anótese y archívese en


su oportunidad".

Dice que dicha resolución recayó en un escrito presentado por el abogado Miguel
Medina Rapanakis, en representación de la cónyuge de su representado doña
Behise Olvido del Carmen Caviedes Leyton, de la cual se encuentra separado de
hecho desde julio de 2005 y, específicamente, en el segundo otrosí solicitó tres
medidas cautelares, señalando en el Nº 2 "prohibición de porte y tenencia de armas,
y el comiso de las mismas". Al proveer la juez recurrida "como se pide", accedió a
la prohibición de porte y tenencia de armas y al comiso de las mismas, incurriendo
en una acción arbitraria e ilegal, porque los hechos expuestos en su demanda por
el abogado Median Rapanakis ya habían sido objeto de una denuncia a Carabineros
de Chile que fue enviada a la Fiscalía Local y que lleva el RUC 05/514628-5,
respecto de la cual su representado fue citado y declaró ante el A bogado Asistente
del Fiscal don Nelson Díaz Cisternas el 9 de noviembre de 2005, esto es, una
semana antes que se presentara la demanda en el Juzgado de Familia, por lo que
antes que la Sra. juez recurrida se declarara incompetente en la resolución del 23
de noviembre, ya había quedado radicado el conocimiento del asunto en el único
organismo competente para la investigación de los delitos, como lo es el Ministerio
Público, por lo que de conformidad al artículo 15 de la Ley Nº 20.066 sólo pueden
decretarse estas medidas cautelares por el tribunal con competencia en lo penal,
que no es otro que el Tribunal de Garantía, norma que prima sobre el artículo 92 de
la Ley Nº 19.968. Expresa además el recurrente, que las medidas cautelares
decretadas por el Juzgado de Familia, lo han sido en violación del derecho
constitucional del debido proceso y vulnera su derecho de propiedad. Dice que una
cosa es prohibir a una persona el porte del arma, otra cosa es su tenencia y otra
muy distinta es el comiso, que supone que es quitada definitivamente a una
persona, perdiendo ésta su dominio, cuando ella ha participado en un delito, lo que
requiere una sentencia condenatoria ejecutoriada que así lo decida. Además, dice
la Sra. juez recurrida dispuso una medida cautelar por 60 días, por lo que mal puede
caer el arma en comiso, que es algo definitivo, apartándose de la naturaleza
transitoria de una medida cautelar.

Esto se vio agravado, dice el recurrente, porque el 25 de noviembre de 2005 se


presentó en el domicilio de su representado un Suboficial de Ejército portando el
oficio A.F.Z. 005ANTOF Nº 9000/91, cuyo objeto es la revocación definitiva de
permiso para la tenencia de arma de fuego. Añade que el arma ya fue retirada por
la autoridad militar, quien por un nuevo oficio de 30 de noviembre exigía que su
representado "debe realizar a la brevedad la transferencia del arma a una persona
que cumpla con los requisitos establecidos para la inscripción de armas, dando así
cumplimiento a lo que exige la ley", con lo cual se ha producido la privación del
derecho de propiedad que tiene su representado sobre su arma Taurus calibre 38
milímetros y sobre el permiso para su tenencia, con completa arbitrariedad y por
una resolución ilegal, ya que la autoridad militar es la única que puede dejar sin
efecto un permiso de esta naturaleza y los tribunales penales son los únicos que
pueden decretar el comiso de las armas participantes en un delito y como pena
accesoria a la principal dispuesto en sentencia ejecutoriada.

Segundo: Que informando la Sra. juez recurrida expresa que conforme al mérito
de la demanda planteada por la Sra. Caviedes, existían actos de violencia
intrafamiliar realizados por su cónyuge el demandado Sr. Gallardo, causando
lesiones en la víctima, según dato de atención de urgencia y fotos autorizadas ante
Notario, entre otros documentos que fueron acompañados a la demanda.

Asimismo, el relato expuesto en el libelo daba cuenta de hechos de maltrato


reiterado y una situación de riesgo inminente, los que no han sido contradichos ni
desvirtuados por el recurrente ni en el presente recurso ni en el de apelación
interpuesto contra la misma resolución, manteniéndose, en consecuencia, los
supuestos de hecho que se tuvieron presentes al momento en que aquélla fuera
dictada.

La señora juez recurrida dice que en cuanto al derecho, si bien el Tribunal de


Familia era incompetente para conocer de la demanda planteada, conforme a la
potestad cautelar de que se encuentra investido, según disposiciones legales
expresas de los artículos 22, 81 y 92 de la Ley Nº 19.968, se encontraba facultado
para decretar medidas cautelares, a fin de dar protección a la víctima y a su grupo
familiar.

Añade que las disposiciones referidas, para el juez de familia tienen el carácter
de imperativo, pues refiere que deberá, a diferencia de lo establecido para el tribunal
con competencia en lo penal, que es facultativo, al señalar la norma del artículo 15
de la Ley Nº 20.066 podrá decretar las medidas cautelares que sean necesarias.

Añade que tampoco existe un único y exclusivo órgano que pueda dictar las
medidas cautelares en materias de violencia intrafamiliar, pues cualquier tribunal
que ejerza jurisdicción en asuntos de familia, el F iscal del Ministerio Público o Juez
de Garantía, en su caso, aun cuando no sea competente, deberá de inmediato
adoptar las medidas cautelares del caso (artículo 81 de la Ley Nº 19.968).

Sostiene, en consecuencia, que no se ha vulnerado garantía alguna al decretar


las medidas cautelares por un tribunal que podía y debía, de acuerdo a los
antecedentes, pronunciarse respecto de las solicitadas por la demandante. En
cuanto a que se habría vulnerado el debido proceso, ello no es efectivo, porque de
acuerdo a las normas invocadas y lo dispuesto en el artículo 22 de la Ley Nº 19.968
y artículo 7º inciso primero de la Ley Nº 20.066, se pueden dictar medidas cautelares
antes de estar notificada la demanda e, incluso, con el solo mérito de la denuncia
puede resolver al respecto, más aún si había una petición concreta de la parte
demandante.

Sobre la medida cautelar de prohibición de porte y tenencia de arma de fuego, se


acogió en atención a que ella se encuentra expresamente establecida en el Nº 6 del
artículo 92 de la L ey de Tribunales de Familia, decretándose como medida cautelar
por el plazo de 60 días, siendo la afectación al derecho de propiedad invocado por
el recurrente de naturaleza absolutamente temporal, debiendo revisarse la
mantención, modificación o cese de la misma ante la institución que debía seguir
conociendo de los antecedentes.
Por último, la Sra. juez recurrida señala que darle un sentido técnico penal
restringido al concepto comiso, según lo alegado por el recurrente, no está acorde
a la nueva normativa sobre Violencia Intrafamiliar, pues si la misma ley establece
como medida accesoria que el juez de familia debe dictar en su caso, el comiso de
un arma de fuego, con una duración determinada, no está aludiendo al concepto
penal que en dicha sede se le da, en cuanto a los efectos de retiro definitivo del
arma de fuego decomisada.

Tercero: Que el artículo 7º de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar en su


inciso primero señala que cuando exista una situación de riesgo inminente para una
o más personas de sufrir un maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar, aun
cuando éste no se haya llevado a cabo, el tribunal con el solo mérito de la denuncia
deberá adoptar las medidas de protección o cautelares que correspondan.

Cuarto: Que el artículo 22 de la Ley Nº 19.968 sobre Juzgados de Familia dispone


que sin perjuicio de lo dispuesto en leyes especiales, en cualquier etapa del
procedimiento, o antes de su inicio, el juez, de oficio o a petición de parte, teniendo
en cuenta la verosimilitud del derecho invocado y el peligro en la demora que implica
la tramitación, podrá decretar las medidas cautelares conservativas o innovativas
que estime procedentes.

Quinto: Que, de acuerdo al tenor de las dos disposiciones legales señaladas


precedentemente, se desprende que al dictar la juez recurrida la resolución que
concedió la medida cautelar sin previa notificación al recurrente, no se ha vulnerado
la garantía constitucional del debido proceso, toda vez que, tal como lo señalan los
preceptos legales referidos, las medidas cautelares pueden decretarse en cualquier
etapa del procedimiento y aun con el solo mérito de la denuncia.

Sexto: Que, en cuanto al derecho de propiedad que el recurrente sostiene ha sido


vulnerado al decretarse por la juez de familia la medida cautelar de prohibición de
porte y tenencia de armas y el comiso de las mismas, cabe consignar que el inciso
segundo del artículo 81 de la Ley Nº 19.968 preceptúa que cualquier tribunal que
ejerza jurisdicción en asuntos de familia, F iscal del Ministerio Público o J uez de
Garantía según corresponda, que tome conocimiento de una demanda o denuncia
por actos de violencia intrafamiliar, deberá, de inmediato, adoptar las medidas
cautelares del caso, aun cuando no sea competente para conocer de ella.

Por su parte, el artículo 92 de la misma ley establece que el juez de familia deberá
dar protección a la víctima y al grupo familiar y que para tal efecto y en el ejercicio
de su potestad cautelar, podrá adoptar una o más de las siguientes: Nº 6 prohibir el
porte y tenencia o incautar cualquier arma de fuego.
Séptimo: Que las medidas cautelares, incluida la precedentemente indicada, son
esencialmente transitorias y así fue decretada por la Sra. juez recurrida, quien la
concedió por el plazo de sesenta días, como consta en la resolución de la causa
tenida a la vista RUC 05-2-0051098-6, RIT 178-2005;

Octavo: Que siendo la medida cautelar decretada por la Sra. juez recurrida, una
de las que expresamente la ley autoriza imponer, no puede sostenerse que con ella
se vulnere el derecho de propiedad, pues por una parte la medida es transitoria y,
por otra, la ley la contempla expresamente en función de un interés superior como
lo es la protección de la vida y la integridad física de la víctima, de modo que la
resolución que la decretó no es arbitraria ni ilegal, ni vulnera la garantía
constitucional del derecho de propiedad.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 19 y 20


de la Constitución Política de la República y Auto Acordado de la Excma. Corte
Suprema sobre tramitación del recurso de protección de garantía constitucionales,
se declara que SE RECHAZA, con costas, el recurso de protección interpuesto por
el abogado don Óscar Retamal de Requesens en representación de don Guillermo
Gumercindo Gallardo García en contra de la Sra. Juez de Familia doña Sol María
López Pérez.

Redacción de la Fiscal Judicial doña Sylvia Rey Marín. Pronunciada por la


Primera Sala, integrada por los Ministros Titulares don Enrique Álvarez Giralt, doña
Laura Soto Torrealba y Fiscal Judicial doña Sylvia Rey Marín. Autoriza el Secretario
Subrogante don Sergio Montt Martínez.

Rol Nº 1.183-2005.
2. RESOLUCIÓN QUE RECAE SOBRE MEDIDA CAUTELAR ESTABLECIDA EN
LEY DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR ES APELABLE

SUMARIO: La solicitud del recurrente versaba sobre la complementación de las


condiciones decretadas para la suspensión condicional de la sentencia,
condiciones que como expresamente lo establece el artículo 96 letra b) de la Ley
Nº 19.968 revisten el carácter de medidas cautelares de las establecidas en el
artículo 92 del cuerpo legal aludido. De este modo, habiendo establecido
expresamente el artículo 67 Nº 2 que las resoluciones que se pronuncian sobre
medidas cautelares son apelables, corresponde hacer lugar al recurso de hecho
interpuesto.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Recurso de Hecho

Rol: 158-2006

Fecha: 08/06/2006

Cita online: CL/JUR/1587/2006

Partes: Caiozzi Canto, Giorgio Hernán contra Juzgado de Familia de La Unión

Voces: derecho de familia - tribunal de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 27, 67 Nº 2, 92, 96 letra b) - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Valdivia, 8 de junio de 2006.

Vistos:

Primero: A fojas 1 comparece don Arturo Baeza Allende, abogado, en


representación de don Giorgio Hernán Caiozzi Canto, denunciado en causa sobre
Violencia Intrafamiliar Rit Nº 504-06 seguida ante el Juzgado de Familia de La
Unión, y deduce recurso de hecho en contra de la resolución de fecha diecisiete de
mayo del presente año, dictada por la señora Jueza del Juzgado referido, por medio
de la cual se negó lugar a conceder un recurso de apelación subsidiario interpuesto
contra la resolución de fecha once de mayo del presente año que negó lugar a la
solicitud de complementar la medida de protección decretada en esa causa.
Señala que en esta causa sobre Violencia Intrafamiliar se suspendió
condicionalmente la dictación de la sentencia y se sometió a su representado al
cumplimiento de ciertas condiciones, y precisamente la petición que fue negada por
el tribunal se refería a la complementación de estas condiciones, las que tienen el
carácter de medidas cautelares, conforme el artículo 92 de la ley antes citada.

De este modo, atendido lo dispuesto por el artículo 67 Nº 2 de la Ley Nº 19.968,


la apelación interpuesta debió ser concedida, por cuanto dicha norma establece que
son apelables las resoluciones que se pronuncian sobre las medidas cautelares, sin
distinguir si se trata de resoluciones que conceden, niegan o complementan —como
era lo solicitado— estas medidas.

Segundo: Que a fojas 4 doña Claudia Danae Camus Hidalgo, Juez Titular del
Juzgado de Familia de La Unión, informa señalando que en la causa Rit Nº 0504-
2006, sobre Violencia Intrafamiliar, con fecha 24 de abril del presente año, en la
audiencia preparatoria celebrada se llegó mediante el acuerdo de las partes a una
suspensión condicional de la sentencia según lo dispuesto por el artículo 97 de la
Ley Nº 19.968, negándose en dicha oportunidad la denunciante a regular la relación
directa y regular del denunciado con la hija común.

Luego, con fecha 9 de mayo el denunciado realizó una presentación solicitando


complementar la suspensión condicional, petición que dada su naturaleza era de
lato conocimiento, motivo por el cual se negó lugar a ella.

Frente a esta resolución el recurrente dedujo reposición con apelación


subsidiaria, lo que fue igualmente negado atendido lo dispuesto por el artículo 67
Nº 2 de la Ley Nº 19.968, por cuanto dicha disposición establece que sólo son
apelables las resoluciones que menciona, ninguna de las cuales corresponde a la
resolución de autos.

Tercero: Que se trajo a la vista la causa Rit Nº 0504-2006 del Juzgado de Letras,
Garantía y Familia de La Unión sobre Violencia Intrafamiliar, caratulado Mautz
Jaramillo, Karin con Caiozzi Canto, Giorgio.

Cuarto: Que consta del mérito de la causa tenida a la vista que la solicitud del
recurrente versaba sobre la complementación de las condiciones decretadas para
la suspensión condicional de la sentencia, condiciones que como expresamente lo
establece el artículo 96 letra b) de la Ley Nº 19.968 revisten el carácter de medidas
cautelares de las establecidas en el artículo 92 del cuerpo legal aludido.
Quinto: Que, de este modo, habiendo establecido expresamente el artículo 67
Nº 2 del texto legal aludido que las resoluciones que se pronuncian sobre medidas
cautelares son apelables, corresponde hacer lugar al recurso de hecho interpuesto.

Por estas consideraciones y visto, además, las disposiciones legales citadas y lo


dispuesto en el artículo 27 de la Ley Nº 19.968 y artículos 203 y 205 del Código de
Procedimiento Civil, Se HACE LUGAR al recurso de hecho deducido a fojas 1 y, en
consecuencia, se revoca la resolución de diecisiete de mayo de dos mil seis, escrita
a fojas 28 de la causa Rit Nº 0504-2006, en la parte que no concedió el recurso de
apelación subsidiario, y en su lugar se resuelve que se concede el recurso, en el
solo efecto devolutivo.

Agréguese copia autorizada de esta resolución en la causa tenida a la vista, y


reténgase ésta en Secretaría, debiendo confeccionarse compulsas de todo lo
obrado a costa del apelante, quien deberá cumplir lo señalado en el artículo 197 del
Código de Procedimiento Civil, bajo apercibimiento legal y hecho, dése Rol de
ingreso, e inclúyase en tabla en su oportunidad.

Comuníquese lo resuelto al Juzgado de Letras y Garantía de La Unión y


devuélvase las compulsas confeccionadas.

Regístrese y archívese en su oportunidad.

Rol Nº 158-06.
3. PROCEDE ARRESTO SI AGRESOR DESACATA MEDIDAS CAUTELARES

SUMARIO: El artículo 10 de la Ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar,


establece que en caso de incumplimiento de las medidas cautelares, el Juez
pondrá en conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los efectos
de lo previsto en el inciso 2º del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil,
sin perjuicio de imponer al infractor apremio por 15 días como medida de apremio.
A mayor abundamiento, cabe señalar que igual situación contempla el artículo 94
de la Ley Nº 19.968 al referirse al procedimiento relativo a los actos de violencia
intrafamiliar en los Tribunales de Familia. Así las cosas, resulta claro que
tratándose de un caso de violencia intrafamiliar, la disposición especial del
artículo 10 de la Ley Nº 20.066 prevalece sobre la disposición general del artículo
141 del Código Procesal Penal, relativa al incumplimiento de una medida cautelar.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 29-2008

Fecha: 22/02/2008

Cita online: CL/JUR/1666/2008

Partes: Ministerio Público contra Melita Medina, Juan Osvaldo

Magistrado: Bavestrello Bontá, Irma

Redactor: Bavestrello Bontá, Irma

Voces: cumplimiento de sentencia - delito - derecho civil - derecho penal -


derecho procesal - desacato - sentencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 373 letra b), 385 - Código Procesal Penal;
Artículo 10 - Ley Nº 20.066; Artículo 94 - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Concepción, 22 de febrero de 2008.

Visto:
En esta causa RUC 0600150166-4, RIT 50-2007 del Tribunal Oral en lo Penal de
Cañete, seguida contra el imputado Juan Osvaldo Melita Medina en juicio oral, se
dictó sentencia el siete de enero de dos mil ocho, en la cual se declaró que se
condena al mencionado imputado como autor del delito de desacato establecido en
el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil y cometido los días 19 y 20 de
febrero de 2006, a la pena de 541 días de reclusión menor en su grado medio y
accesoria de suspensión de cargo u oficio público.

En contra de la sentencia, el defensor penal público dedujo recurso de nulidad


con la finalidad de invalidar la sentencia y que se dicte la correspondiente de
reemplazo de conformidad a lo dispuesto en el artículo 385 del Código Procesal
Penal, por haber incurrido en la causal de nulidad contemplada en la letra b) del
artículo 373 del Código Procesal Penal.

Habiéndose concedido el expresado recurso y estimándose admisible por esta


Corte, se dispuso su inclusión para la tabla del día 18 de febrero en curso.

Desarrollada la vista de la causa, con la concurrencia y alegatos de los abogados


de la defensa y del Ministerio Público, el señor Presidente de la Sala dispuso la
citación para el día 22 del presente a las 11:00 horas para la lectura del fallo.

Con lo relacionado y considerando:

1. Que el Juzgado de Garantía de Cañete decretó en caso de violencia familiar


seguido en contra de Juan Osvaldo Melita Medina, las medidas cautelares
contempladas en las letras c) y g) del artículo 155 del Código Procesal Penal, esto
es, la prohibición de acercarse al domicilio y a doña María Palmenia Pavez.

No obstante ello, después de notificadas estas medidas el día 26 de enero de


2005, el imputado ingresó al hogar de la víctima el día 19 del mes de febrero del
mismo año, permaneciendo en él hasta el día siguiente.

2. Que habiendo sido condenado por desacato, la defensa sostiene que ello es
improcedente por tratarse del incumplimiento de una medida cautelar transitoria, no
dándose en el presente caso la gravedad que requiere una sanción privativa de
libertad y sin que, además, se hayan intentado las normas que el legislador señala
como primer mecanismo de corrección, esto es, recurrir a la prisión preventiva
conforme a lo dispuesto en el artículo 141 del Código Procesal Penal.

El recurrente agrega que al estimar el Tribunal que el mero incumplimiento de


una medida cautelar constituye desacato, incurre en una errada aplicación del
derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, razón por la que
solicita se anule el fallo y se dicte la correspondiente sentencia de reemplazo.

3. Que el artículo 10 de la Ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar, establece


que en caso de incumplimiento de las medidas cautelares, el Juez pondrá en
conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los efectos de lo previsto
en el inciso 2º del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de
imponer al infractor apremio por 15 días como medida de apremio.

A mayor abundamiento, cabe señalar que igual situación contempla el artículo 94


de la Ley Nº 19.968 al referirse al procedimiento relativo a los actos de violencia
intrafamiliar en los Tribunales de Familia.

4. Que, así las cosas, resulta claro que tratándose de un caso de violencia
intrafamiliar, la disposición especial del artículo 10 de la Ley Nº 20.066 prevalece
sobre la disposición general del artículo 141 del Código Procesal Penal, relativa al
incumplimiento de una medida cautelar.

Por estas consideraciones y atendido lo dispuesto en los artículos 10 de la Ley


Nº 20.066 y 352, 358, 372, 373 letra b), 376 y 384 del Código Procesal Penal, se
rechaza el recurso de nulidad interpuesto por el defensor penal público, abogado
don Egon Matus de la Parra Sanhueza en contra de la sentencia de siete de enero
de dos mil ocho, escrita a fs. 1 de la carpeta judicial, y se declara, en consecuencia,
que dicha resolución no es nula.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministro señora Irma Bavestrello Bontá.

Rol Nº 29-2008.
4. MEDIDA CAUTELAR QUE NO EXIGE CALIFICACIÓN DE RIESGO

SUMARIO: No resulta necesaria la calificación de riesgo del artículo 7º de la Ley


Nº 20.066, toda vez que la medida cautelar solicitada se encuentra situada en el
contexto de una situación de maltrato habitual, no pudiendo presumirse que ha
desaparecido el peligro inminente para la víctima, como lo señala la Juez de la
causa, toda vez que los hechos constitutivos de violencia intrafamiliar por sí
mismos fuerzan la adopción de las medidas pertinentes para asegurar la
protección de la víctima como señala el artículo 14 de la mencionada ley en
relación con el artículo 92 de la Ley de Tribunales de Familia.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 273-2009

Fecha: 30/06/2009

Cita online: CL/JUR/8390/2009

Partes: María Carolina Prado Mendoza con Alberto Galilea Sola

Magistrados: Alvear Miranda, Ruby Antonia; Correa Rosado, Juan Ignacio;


Gajardo Pérez, Ada

Redactor: Alvear Miranda, Ruby Antonia

Voces: calificación de riesgo - derecho penal - medidas cautelares - régimen de


visitas - salidas alternativas - tribunal de familia - violencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 1 º, 2 º, 7 º, 14 - Ley Nº 20.066; Artículo 92 -


Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Valdivia, 30 de junio de 2009.

Vistos:

De la sentencia en alzada se reproduce únicamente su fundamento Primero.


Y teniendo, además, y en su lugar presente:

Primero: Que el artículo 81 de la Ley Nº 19.968 dispone que corresponderá el


conocimiento de los conflictos a que dé origen la comisión de actos de violencia
intrafamiliar, regulados en la Ley Nº 20.066, al juzgado de familia dentro de cuyo
territorio jurisdiccional tenga residencia o domicilio el afectado, situación que debe
entenderse en concordancia con lo dispuesto en el artículo 8º Nº 18 del mismo
cuerpo legal, que fija la competencia de los Tribunales de F amilia.

Segundo: Que, al tenor de las normas precitadas, resulta claro establecer que es
la Judicatura de familia el ente jurisdiccional que debe solucionar los conflictos
derivados de situaciones de violencia intrafamiliar.

Tercero: Que, sin perjuicio de lo expuesto, atendida la naturaleza de los hechos


que se investigaron por el Ministerio Público, cuyo conocimiento correspondía al
respectivo Juez de garantía, por remisión expresa del artículo 14 de la Ley
Nº 20.066, hechos respecto de los cuales se procedió conforme a una salida
alternativa, esto es, suspensión condicional del procedimiento, la que de acuerdo al
propio texto normativo no pone término al procedimiento, sino que fija condiciones
a cumplir de aquéllas enumeradas en el artículo 9º y fija un plazo para su
cumplimiento, y de acuerdo al artículo 240 del Código P rocesal P enal: "La
suspensión condicional del procedimiento no extingue las acciones civiles de la
víctima o de terceros... transcurrido el plazo fijado de conformidad al artículo 237,
inciso quinto, sin que la suspensión fuere revocada, se extinguirá la acción penal,
debiendo el tribunal dictar de oficio o a petición de parte el sobreseimiento
definitivo".

Cuarto: Que en el tema que nos ocupa, el artículo 92 de la Ley Nº 19.968 ha


previsto una serie de medidas cautelares de protección de la víctima, al grupo
familiar y en relación a su subsistencia económica e integridad patrimonial, y al
efecto señala el numeral 2. Asegurar la entrega material de los efectos personales
de la víctima que optare por no regresar al hogar común.

Quinto: Que de esta forma se ha determinado el espectro jurídico en que debe


situarse la petición del recurrente, esto es, una causa por hechos que constituyen
violencia intrafamiliar, cuyo procedimiento penal se encuentra suspendido, sin que
ello implique que la víctima quede desprovista de protección, pudiendo solicitar las
medidas que estime pertinentes, las que quedan entregadas al conocimiento de los
Tribunales de Familia, de acuerdo a lo precisado en los considerandos primero y
segundo.
Sexto: Que, en consecuencia, el Juez de la causa ha debido admitir a tramitación
la medida cautelar solicitada, con la mera constatación de la competencia que le
atañe, sin que en esta etapa procesal pueda pronunciarse sobre aspectos que dicen
relación con el fondo de lo que se discutirá, toda vez que escapan al ámbito de
examen de admisibilidad, máxime si es el propio juez quien debe determinar la
tramitación que se le dará, sea resolviendo de plano o con audiencia de la parte, y
es en ese estadio procesal en el que debe cuantificar, ponderar y fijar la calificación
jurídica, la necesidad de cautela y su procedencia teniendo en consideración las
circunstancias fácticas del caso.

Séptimo: Que resulta fundamental señalar que el artículo 1º de la Ley Nº 20.066,


que fija el objeto de la Ley de Violencia Intrafamiliar, indica entre ellos "otorgar
protección a las víctimas de la misma" y en tal sentido se debe concordar con lo
dispuesto en el artículo 2º del mismo cuerpo legal que señala: "Es deber del E stado
adoptar las medidas conducentes para garantizar la vida, la integridad personal y
seguridad de los miembros de la familia".

Octavo: Que, por ende, no resulta necesaria la calificación de riesgo del artículo
7º de la Ley Nº 20.066, toda vez que la medida cautelar solicitada se encuentra
situada en el contexto de una situación de maltrato habitual, no pudiendo presumirse
que ha desaparecido el peligro inminente para la víctima, como lo señala la Juez de
la causa, toda vez que los hechos constitutivos de violencia intrafamiliar por sí
mismos fuerzan la adopción de las medidas pertinentes para asegurar la protección
de la víctima, como señala el artículo 14 de la mencionada ley en relación con el
artículo 92 de la Ley de Tribunales de Familia.

Noveno: Que en cuanto a la alegación del recurrente por haber sido condenado
en costas, se estará a lo dispuesto en el artículo 11 de la Ley Nº 20.066.

Décimo: Que, de este modo, resultando un principio fundamental del E stado de


derecho la inexcusabilidad y el deber protector del E stado en materias de familia,
procede acoger el recurso deducido con fecha 15 de mayo de 2009.

En mérito de lo expuesto y disposiciones legales citadas, se REVOCA la


resolución apelada de once de mayo de dos mil nueve, y en su lugar se decla ra
que se acoge a tramitación la solicitud de medida cautelar interpuesta por doña
María Carolina Prado Mendoza en contra de don Alberto Galilea Sola, sin costas,
debiendo dictarse las resoluciones que procedan al efecto por juez no inhabilitado.

Comuníquese.
Redacción de la Ministra Srta. Ruby Antonia Alvear Miranda.

Pronunciada por la Primera Sala, por la Ministra Srta. Ruby Alvear Miranda,
Ministra Sra. Ada Gajardo Pérez, Ministro Sr. Juan Ignacio Correa Rosado. Autoriza
la Secretaria Sra. Ana María León Espejo.

En Valdivia, treinta de junio de dos mil nueve notifiqué por el ESTADO DIARIO la
resolución precedente.

Rol Nº 273-2009.
5. INCUMPLIMIENTO DE MEDIDA CAUTELAR ORDENADA POR JUEZ CON
COMPETENCIA EN LO PENAL PUEDE CONFIGURAR DELITO DE DESACATO

SUMARIO: Condenado por delito de desacato y lesiones menos graves en contexto


de violencia intrafamiliar interpone recurso de apelación. La Corte de Apelaciones
rechaza el recurso deducido y confirma la resolución impugnada.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de San Miguel

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1838-2012

Fecha: 331/12/2012

Cita online: CL/JUR/2992/2012

Partes: Farías Pérez Juan Maximiliano con Ministerio Público

Magistrados: Catepillán Lobos, María Carolina; Cifuentes Alarcón, Marianela

Redactor: Munita Luco, Diego

Abogado Integrante: Munita Luco, Diego

Voces: acción pública - acción típica - delito - delitos contra la vida - derecho
penal - derecho procesal penal - desacato - lesiones - lesiones menos graves -
sistema acusatorio - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 9º y 10 - Ley Nº 20; Artículo 240 - Código


Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO:

San Miguel, treinta y uno de diciembre de dos mil doce.

Vistos, oídos los intervinientes y considerando:

Se reproduce la sentencia en alzada y se tiene además presente:


Primero: Que don Julio Espinoza Sepúlveda ha deducido recurso de apelación
en contra de la sentencia de fecha 12 de diciembre de 2012, dictada por el Juzgado
de Garantía de Talagante en la causa RIT 4415-2012 y RUC 1200741325-2, por la
cual se dictó sentencia condenatoria en contra de su representado, Juan
Maximiliano Farías Pérez por los delitos de desacato y lesiones menos graves en
contexto de violencia intrafamiliar, a las penas de 541 días de presidio menor en su
grado medio y un tercio de UTM, respectivamente, alzándose tan sólo en la parte
que lo condena por el delito de desacato.

Refiere que el delito de desacato por el cual se condenó a su representado es


inexistente, ya que se trató de un encuentro casual con la víctima, que estaba en la
casa de una vecina, cuestión que se demuestra ya que ningún antecedente da
cuenta de que se acercó a ella, a su domicilio o a algún lugar en que ella se
encontrara de forma voluntaria.

Señala que la medida impuesta no es de aquellas que da lugar al delito de


desacato según el artículo 10 de la Ley Nº 20.066.

Añade que la doctrina nacional entiende que el delito de desacato no se configura


con el mero incumplimiento, requiriendo un incumplimiento grave y cuyas
circunstancias impliquen un peligro concreto para el cumplimiento del objeto de la
respectiva resolución judicial.

Asimismo, señala que toda contravención a la medida cautelar decretada implica


un endurecimiento de la misma y no el delito propiamente tal, que sería la única
interpretación sistemática del tipo.

Por otra parte, tampoco se habría probado suficientemente la existencia de la


medida cautelar, por cuanto se exhibió una copia del acta de control de detención,
que no constituye una copia autorizada por ministro de fe y que resulta insuficiente
para acreditar la existencia de la medida cautelar.

Estima que si se tiene por acreditada la existencia de la medida cautelar


impuesta, se debería absolver a su representado por cuanto la infracción de una
medida cautelar no implica la infracción de lo dispuesto en el artículo 240 del Código
de Procedimiento Civil, y que una condena por este delito infringiría gravemente el
principio de non bis in ídem.

La resolución que condena a su defendido, por ende, le causa agravio,


condenándolo por un delito que no realizó, solicitando entonces a esta Corte que
acoja el recurso, y en definitiva, absuelva a su representado respecto del delito de
desacato;

Segundo: Que la alegación de la parte sobre la falta de acreditación de la medida


cautelar impuesta se rechazará por cuanto el estándar probatorio en el
procedimiento penal es de sana crítica, es decir, que los jueces forman su
convicción a partir de las pruebas aportadas por las partes, con los límites de las
reglas de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados, por lo que bien pudo establecerse por parte del juez de
garantía que la medida cautelar se hallaba suficientemente acreditada con la copia
exhibida por el Ministerio Público, lo que además fue refrendado por el propio
imputado, quien, previa lectura de sus derechos y en forma libre y voluntaria,
reconoció los hechos por los cuales se formuló acusación verbal, dentro de lo que
se encontraba el presupuesto de existir ya una medida cautelar en su contra;

Tercero: Que, asimismo, se desestima la supuesta ausencia de dolo, fundada en


que el acusado desconocía la presencia de la víctima Bernardita Ruiz Barahona en
el domicilio de su vecina al momento de concurrir al mismo, atendido que, según
consta en el motivo cuarto del fallo en alzada, al llegar al mencionado inmueble Juan
Farías Pérez sabía que su cónyuge se encontraba en el lugar, pues desde el exterior
comenzó a "gritarle cosas, celándola".

Por otra parte, se desestima la alegación de la defensa, en orden a que al no


haber sufrido la víctima un detrimento efectivo en su integridad no se configura el
delito de desacato, pues el bien jurídico protegido por el legislador al tipificar dicho
ilícito no es la "vida o integridad física de la víctima" sino que "el imperio de las
resoluciones judiciales";

Cuarto: Que también se ha alegado que la infracción de las medidas cautelares


establecidas en el artículo 9º de la Ley Nº 20.066 no está sancionado como
desacato por el artículo 10 del mismo cuerpo legal, lo que no corresponde al texto
del citado artículo ya que éste establece claramente que en caso de incumplimiento
de la medida adoptada los antecedentes deben pasar al Ministerio Público a efectos
del inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, lo que
claramente indica que debe castigarse como desacato;

Quinto: Que, finalmente, no se vislumbra razón alguna por la cual no aplicar el


delito de desacato en este caso, ya que el artículo 16 de la Ley Nº 20.066, sobre
Violencia Intrafamiliar, establece que las medidas accesorias del artículo 9º son
aplicables por los tribunales con competencia en lo penal, cuando el delito
constituya acto de violencia intrafamiliar, sin perjuicio de las sanciones principales y
accesorias que correspondan al delito de que se trate; luego se refiere al plazo de
duración de dichas medidas y de su prórroga.

Por su parte, el artículo 18 estatuye que en caso de incumplimiento de las


medidas a que se refieren los artículos 15, 16 y 17, se aplicará lo dispuesto en el
artículo 10, esto es, el juez debe poner en conocimiento del Ministerio Público los
antecedentes para los efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo 240
del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de imponer al infractor, como medida
de apremio, arresto hasta por 15 días;

Sexto: Que, atendido el claro tenor de las citadas normas, no cabe duda que es
también posible la comisión de delito de desacato, previsto y sancionado en el
artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, tratándose del incumplimiento de
una medida cautelar ordenada por el juez con competencia en lo penal, sin perjuicio
de las otras sanciones que pueda imponer dicho juez como lo es el arresto, ello
porque la norma del artículo 240 no es de procedimiento sino que tipifica un delito
que se ha creado para sancionar a quienes quebrantan lo ordenado cumplir por un
tribunal, cualquiera que sea éste y cualquiera que sea la naturaleza de la resolución
incumplida, esto es, de efectos permanentes o transitorios, como es el caso de las
medidas cautelares; se trata de una disposición que tiene por objeto el preservar
valores trascendentes como lo es la correcta administración de justicia y el imperio
de las resoluciones judiciales, como interés de importancia en el orden de la
institucionalidad.

Por estas consideraciones y atendido lo dispuesto en los artículos 9º y 10 de la


Ley Nº 20.066, se resuelve:

Que se confirma la sentencia apelada de fecha doce de diciembre de dos mil


doce, dictada por el Juzgado de Garantía de Talagante en la causa RIT 4415-2012
y RUC 1200741325-2.

Regístrese y comuníquese.

Redactó el Abogado Integrante Diego Munita Luco.

Pronunciada por la Tercera Sala de la I. Corte de Apelaciones de San Miguel,


integrada por las ministros señora María Carolina Catepillán Lobos y señora
Marianela Cifuentes Alarcón y el Abogado Integrante señor Diego Munita Luco.

Ministro de fe.
En San Miguel, a treinta y uno de diciembre de dos mil doce, notifiqué por el
estado diario la resolución precedente.

Rol 1838-2012 RPP.


6. MEDIDAS CAUTELARES DECRETADAS CON OCASIÓN DEL TÉRMINO DE
INTERVENCIÓN DE TRIBUNAL DE FAMILIA NO TIENEN CARÁCTER DE
PREJUDICIAL

SUMARIO: La medida fue decretada por el tribunal de familia, en la causa RIT (...),
sobre violencia intrafamiliar y que ésta emana de una resolución fundada en la
que se declara incompetente para seguir conociendo de los hechos y se remiten
los antecedentes al Ministerio Público. En consecuencia, la medida decretada es
con ocasión del término de una intervención del tribunal de familia, que
conociendo de una causa de violencia intrafamiliar, decreta las medidas
cautelares. Por ello, en tal sentido, únicamente es posible concluir que tales
medidas no tienen el carácter de prejudicial.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 1914-2012

Fecha: 06/09/2012

Cita online: CL/JUR/2014/2012

Partes: Ministerio Público con Ponce Benavides, Pedro Javier

Magistrados: Campo Alcayaga, María Eugenia; Melo Labra, María Soledad;

Redactor: Alvear Miranda, Ruby Antonia

Voces: acción antijurídica - delito - derecho constitucional - derecho de familia -


derecho penal - derecho procesal - derecho procesal penal - desacato
- medidas cautelares - tribunal de familia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 360, 373, 376 y 384 - Código Procesal Penal

TEXTO COMPLETO:

Santiago, seis de septiembre de dos mil doce.

Vistos y oídos los intervinientes:


1º) Que en estos autos de reforma procesal penal Rol 1914-2012, don Hugo
Cuevas Gutiérrez, Fiscal Adjunto, en representación del Ministerio Público, dedujo
recurso de nulidad en contra de la sentencia definitiva de veintinueve de junio de
dos mil doce, dictada por el Primer Tribunal Oral en lo Penal de Santiago, por la
cual, en lo que interesa, se absuelve al acusado Pedro Javier Ponce Benavides, de
la acusación fiscal deducida en su contra como autor de un delito de desacato,
previsto y sancionado en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil,
supuestamente ocurrido en esta ciudad el 14 de noviembre de 2011, sin condena
en costas al Ministerio Público.

2º) Que, el recurrente invoca como causal de nulidad, la prevista en la letra b) del
artículo 373 del Código Procesal Penal; esto es, cuando la sentencia hubiere hecho
una errónea aplicación del derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo
del fallo.

En particular estima como aplicados erróneamente el artículo 240 del Código de


Procedimiento Civil, en relación con el artículo 22 inciso 2º de la Ley Nº 19.968 que
crea los Tribunales de Familia.

3º) Que funda el recurso en que la sentencia absolvió al acusado contraviniendo


norma expresa del artículo 22 de la Ley Nº 19.968.

Para ello, expone el contexto en que se produce el error de derecho.

Al respecto, cita a lo expuesto en la sentencia, en el sentido que "para que exista


un delito de desacato, se deben reunir ciertos requisitos, como lo son que exista
una resolución judicial que decrete alguna de las medidas cautelares, que el
destinatario de dicha medida cautelar haya sido comunicado debidamente de su
existencia y que exista un quebrantamiento de la resolución judicial decretada".

Indica que la sentencia que se recurre, estima que si bien existía una resolución
judicial, emanada de un tribunal de familia, que decretaba una medida cautelar
respecto del acusado y que si bien ésta fue notificada al acusado, la medida no
había sido notificada dentro del plazo legal de 5 días hábiles contados desde su
dictación; plazo fatal y de caducidad establecido en el artículo 22 de la Ley
Nº 19.968 que crea los Tribunales de Familia.

A ese respecto, precisa que resolución que decreta la medida cautelar es de 8 de


septiembre de 2011 y fue notificada al acusado el 14 de noviembre.
Por lo anterior, la resolución judicial que le sirve de sustento a la acusación fiscal,
no se encontraba vigente al momento de notificársele al imputado y, en
consecuencia, no se reúnen los elementos del tipo penal.

A este respecto, el recurrente estima que la sentencia ha hecho una mala


aplicación de la norma del artículo 22 citado, que dispone "las medidas cautelares
podrán llevarse a efecto aun antes de notificarse a la persona contra quien se dicten,
siempre que existan razones graves para ello y el tribunal así lo ordene
expresamente.

Transcurridos cinco días sin que la notificación se efectúe, quedarán sin valor las
diligencias practicadas"; ya que esta norma es aplicable respecto de las medidas
cautelares que se decretan para llevarse a cabo aun antes de notificarse y que,
llevadas a cabo, exigen su notificación.

Señala que en la especie, la medida cautelar decretada no era de aquellas que


requieran de diligencias que debieran llevarse a cabo antes de notificarse, sino que
era una prohibición de acercamiento del imputado a su madre y a su domicilio, que
precisamente debía ser notificada para que surtiera efecto, y que ello se practicó
conforme a las reglas generales, no siendo en la especie aplicable el plazo de 5
días.

El recurrente señala que la errónea aplicación de esta norma necesariamente


lleva al sentenciador a dar una incorrecta aplicación al artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, que tipifica el delito de desacato; toda vez que al estar
válidamente notificada una resolución judicial, que fue quebrantada, se cumplen los
elementos del tipo penal.

Indica que lo anterior influye sustancialmente en lo dispositivo del fallo, ya que de


haber hecho una correcta aplicación de las normas que se estiman infringidas,
necesariamente el tribunal habría de haber considerado la conducta del acusado
como constitutiva del delito de desacato y, en consecuencia, haber condenado al
acusado a sufrir la pena que impone dicho delito.

Concluye solicitando expresamente la invalidación de la sentencia y del juicio oral


y que se remitan los autos a tribunal no inhabilitado que corresponda a efectos de
sustanciar un nuevo juicio oral.

4º) Que, la norma del inciso segundo del artículo 22 de la Ley Nº 19.968 que crea
los Tribunales de Familia, establece una institución que tiene su homólogo en
distintos cuerpos legales, y que son conocidas como medidas prejudiciales.
En esencia, las medidas prejudiciales son aquellas que se solicitan previo al
emplazamiento de la contraria y que tienen por objeto, sea preparar la acción,
asegurar el resultado de la acción o bien dar tutela o protección a una de las partes.

La esencia de las medidas prejudiciales, es que por intermedio del tribunal, se


permite al solicitante llevar adelante y ejecutar ciertos actos o gestiones, sin que la
contraria sepa y hechas o practicadas las diligencias, estas gestiones o diligencias
se notifiquen.

De esa manera, atendido que aún no existe litis trabada y a efectos de evitar
gestiones procesales que instrumentales o derechamente contra la buena fe
procesal, el legislador ha sido especialmente cuidadoso en señalar un plazo para
que dichas medidas se notifiquen al afectado, después de que se lleven a cabo.

De manera tal, que si no practica la notificación, éstas quedan sin efecto e incluso,
el afectado tiene derecho a resarcirse de los perjuicios.

5º) Que, en la especie, el artículo 22 de la Ley Nº 19.968 establece la potestad


de decretar medidas cautelares, distinguiendo dos momentos procesales en que
pueden dictarse: en cualquier estado del juicio o antes de su inicio.

Las primeras son las cautelares propiamente tales y aquellas que se decreten
antes del inicio del procedimiento, son las prejudiciales, y son las que regula el inciso
segundo.

Las demás, esto es las propiamente tales, tal como indica el inciso tercero, se
regulan por las disposiciones contenidas en los Títulos IV y V del Libro II del Código
de Procedimiento Civil.

6º) Que, en la especie, la medida fue decretada por el Tribunal de Familia de


Pudahuel, en la causa RIT F 1292-2010, sobre violencia intrafamiliar y que ésta
emana de una resolución fundada en la que se declara incompetente para seguir
conociendo de los hechos y se remiten los antecedentes al Ministerio Público.

7º) Que, en consecuencia, la medida decretada es con ocasión del término de


una intervención del tribunal de familia, que conociendo de una causa de violencia
intrafamiliar, decreta las medidas cautelares.

Por ello, en tal sentido, únicamente es posible concluir que tales medidas no
tienen el carácter de prejudicial.
8º) Que, aparte de no tener el carácter de prejudiciales, las medidas cautelares
decretadas en autos, no eran de aquellas que requieran de una diligencia que se
haga sin que el afectado las conozca, para asegurar o tutelar el resultado de una
acción; por el contrario, la única forma que dicha medida surja el efecto que se
propone es mediante la notificación al afectado por ella.

9º) Que, así las cosas, resulta que la notificación efectuada el día 14 de noviembre
de 2011, tuvo el efecto de dar a conocer al acusado de la medida cautelar que
existía en su contra, la cual estaba en consecuencia vigente.

10º) Que, por ello, la aplicación que los sentenciadores han dado al inciso
segundo del artículo 22 de la Ley Nº 19.968, es contraria al tenor mismo de la norma
y del sentido de las medidas cautelares que distingue entre prejudiciales y
cautelares propiamente tales.

Así, su errónea aplicación importa la aplicación errónea de la norma del artículo


240 del Código de Procedimiento Civil.

11º) Que, en consecuencia, la aplicación errónea de las normas legales citadas,


ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, por lo que necesariamente
habrá de acogerse la causal de nulidad invocada por el Ministerio Público.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 360, 373, 376 y 384 del Código
Procesal Penal, se acoge el recurso de nulidad deducido por Hugo Cuevas
Gutiérrez, Fiscal Adjunto, en representación del Ministerio Público, en contra de la
sentencia definitiva de veintinueve de junio de dos mil doce, dictada por el Primer
Tribunal Oral en lo Penal de Santiago.

En consecuencia, se declara; (i) Que son nulos la sentencia y el juicio oral; (ii)
Que el procedimiento queda en estado de fijar fecha para audiencia de juicio oral;
(iii) Que se remitirán los autos al tribunal no inhabilitado que correspondiere, para
que éste disponga la realización de un nuevo juicio oral.

Redacción del Abogado Integrante José Luis López Reitze.

No firma la Ministro (s) señora María Eugenia Campo Alcayaga, no obstante


haber concurrido a la vista de la causa y del acuerdo, por encontrarse ausente.

Regístrese y Comuníquese.

Pronunciada por la Cuarta Sala de la Iltma.Corte de Apelaciones de Santiago,


presidida por el Ministro señora María Soledad Melo Labra, e integrada por la
Ministro señora María Eugenia Campo Alcayaga y por el Abogado Integrante señor
José Luis López Reitze.

RUC 11011179400-0.

Rol Corte: Reforma Procesal Penal Nº 1914-2012.


Capítulo V Sanciones
1. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. APLICACIÓN DE MEDIDAS ACCESORIAS ES
IMPERATIVO PARA JUEZ

SUMARIO: El denunciado apela de la sentencia definitiva que lo condenó por


violencia intrafamiliar cometida en contra de su cónyuge, sólo en la parte que se
le aplica la medida accesoria de la obligación de abandonar el hogar común por
un plazo de un año. El artículo 9º de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar,
dispone que además de lo dispuesto en el artículo precedente, refiriéndose a las
sanciones por el maltrato de violencia intrafamiliar, el juez deberá aplicar en la
sentencia una o más de las medidas accesorias que se consignan en el mismo
artículo. Como claramente lo expresa la disposición legal, la aplicación de las
medidas accesorias es imperativo para el juez, solamente está facultado para
imponer una o más de las medidas, pero nunca para prescindir de aquéllas.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 2101-2008

Fecha: 16/02/2009

Cita online: CL/JUR/5978/2009

Magistrado: Solís Pino, Jaime Simón

Redactor: Solís Pino, Jaime Simón

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 9º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Concepción, 16 de febrero de 2009.

Visto:

1. Que el denunciado apela de la sentencia definitiva que lo condenó por violencia


intrafamiliar cometida en contra de su cónyuge Alicia del Carmen Figueroa
Escalona, sólo en la parte que se le aplica la medida accesoria de la obligación de
abandonar el hogar común por un plazo de un año.
2. Que el artículo 9º de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, dispone
que además de lo dispuesto en el artículo precedente, refiriéndose a las sanciones
por el maltrato de violencia intrafamiliar, el juez deberá aplicar en la sentencia una
o más de las medidas accesorias que se consignan en el mismo artículo.

3. Que como claramente lo expresa la disposición legal, la aplicación de las


medidas accesorias es imperativo para el juez, solamente está facultado para
imponer una o más de las medidas, pero nunca para prescindir de aquéllas.

4. Que en la historia fidedigna de la ley del artículo 9º, en el informe de la Comisión


Mixta del Senado de 4 de septiembre de 2005, se discutió en el sentido de que la
norma debería ser imperativa y no facultativa, entre los argumentos se sostuvo que
en aquellos casos que no se han adoptado tales medidas ha aumentado el peligro
que corren las víctimas, terminando la situación en homicidio. La diputada Allende
manifestó que no quedará a criterio del tribunal el ordenar o no este tipo de medidas,
sino que el juez tenga la obligación de buscar cómo proteger a la víctima. En sentido
similar se pronuncian los senadores Viera-Gallo y Espina. En definitiva, la norma
quedó redactada en forma imperativa.

5. Que del contexto de la ley se infiere que consagra como deber del Estado
adoptar las medidas conducentes a garantizar la vida, integridad personal y
seguridad de los miembros de la familia, de aquí que incorpore en su artículo 7º,
aun antes de la materialización de un acto constitutivo de violencia intrafamiliar, la
adopción de medidas de protección o cautelares, como también el establecimiento
de penas accesorias, prorrogables a petición de la víctima (artículo 9º).

Que esta característica de imperatividad se observa también en las sanciones


contempladas en diversos delitos en el Código Penal, y en sus artículos 27 al 30,
cuando agrega la expresión "llevan consigo", sin que se pueda separar lo accesorio
de la pena principal.

6. Que no importando las medidas accesorias contempladas en el artículo 9º una


facultad para el juez, no puede por la vía de la apelación esta Corte revocar y
prescindir de aquélla y aplicar sólo la sanción principal de multa.

Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas, se confirma la sentencia


de tres de julio de dos mil ocho.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Ministro Jaime Simón Solís Pino.


Rol Nº 2.101-2008.
2. OBLIGACIÓN DE PAGO DE DESEMBOLSOS Y PERJUICIOS
PATRIMONIALES POR ACTOS CONSTITUTIVOS DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR. MEDIDAS ACCESORIAS

SUMARIO: Conforme lo dispone el artículo 11 de la Ley Nº 20.066, la sentencia


debe contener la obligación del condenado de pagar a la víctima los desembolsos
y perjuicios de carácter patrimonial que se hubieren ocasionado con la ejecución
del o los actos constitutivos de violencia intrafamiliar objeto del juicio, incluida la
reposición en dinero o en especies de bienes dañados, destruidos o perdidos.
Esta es precisamente la situación del presente juicio, toda vez que aparece
acreditada la existencia de obligaciones que la denunciante contrajo en beneficio
de su cónyuge.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Temuco

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 30-2006

Fecha: 05/04/2006

Cita online: CL/JUR/1112/2006

Magistrados: Toro Carrasco, Héctor; Llanos Sagristá, Leopoldo

Redactor: Mellado Diez, Fernando

Abogado Integrante: Mellado Diez, Fernando

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 11 - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Temuco, 5 de abril de 2006.

Vistos:

Se reproduce la parte expositiva del fallo que se revisa. En el considerando 3.-,


letra a, se eliminan las palabras "por aquella que". En su letra b.- debe leerse
"maltrato" en lugar de "mal trato". En la consideración 5, letra a.-, se elimina la
preposición "a" que se halla entre las palabras "la e historia". En la misma
consideración, pero en su letra b.-, se sustituye la abreviatura "Sra." por la palabra
"señora". Se elimina la parte resolutiva del fallo, así como sus citas legales, los que
serán reemplazados como se dirá en su oportunidad. Se reproducen en lo demás
las cinco consideraciones del fallo.

Considerando:

1º. Que, conforme lo dispone el artículo 11 de la Ley Nº 20.066, la sentencia debe


contener la obligación del condenado de pagar a la víctima los desembolsos y
perjuicios de carácter patrimonial que se hubieren ocasionado con la ejecución del
o los actos constitutivos de violencia intrafamiliar objeto del juicio, incluida la
reposición en dinero o en especies de bienes dañados, destruidos o perdidos. Esta
es precisamente la situación del presente juicio, toda vez que aparece acreditada la
existencia de obligaciones que la denunciante contrajo en beneficio de su cónyuge.
Los sentenciadores de esta instancia impondrán al cónyuge denunciado la
obligación de resarcir esos perjuicios.

2º. Que los documentos acompañados desde fojas 5 a fojas 12, más aquellos que
se han agregado desde fojas 51 a fojas 56 y que la demandante acompañó en la
audiencia preparatoria, hacen creíble el monto de $1.500.000 que la denunciante
estima en su escrito de apelación. Toda vez que el citado artículo autoriza al juez
para determinar prudencialmente los perjuicios, y teniendo en cuenta los ya citados
antecedentes más el informe psicológico que aparece agregado a fojas 84, y más
la propia declaración del denunciado E. V., la que se escucha en la parte
05020025.MP3 del disco de grabación, este tribunal fija en un millón quinientos mil
pesos el monto de la obligación que el condenado deberá pagar a la demandante.

3º. Que, puesto que la multa que ha de aplicarse puede establecerse dentro de
una escala que se extiende desde media y hasta quince unidades tributarias
mensuales, los sentenciadores estiman que, atendida la gravedad de las
infracciones cometidas, ésta quedará fijada en la cantidad de diez unidades
tributarias mensuales.

4º. Que, toda vez que el artículo 9º de la Ley Nº 20.066 ordena aplicar una o más
de las medidas accesorias que la misma disposición menciona, este tribunal estima
adecuado y prudente imponer al condenado aquélla a que se refiere la letra a) de la
citada norma, es decir, la prohibición de acercarse a la denunciante por el lapso de
un año contado desde la notificación que se le practique de este fallo.
Y teniendo, además, presente lo dispuesto en los artículos 186 del Código de
Procedimiento Civil, artículos 5º, 6º, 8º y 11 de la Ley de Violencia Intrafamiliar,
Nº 20.066, y artículos 27, 28, 29, 30, 32, 33, 45, 67, número 3), y 81 y siguientes de
la Ley Nº 19.968, que crea los T ribunales de F amilia, Se CONFIRMA la sentencia
apelada, de fecha 23 de enero de 2006, escrita desde fojas 94 a fojas 96 de estos
antecedentes, con las siguientes declaraciones:

a) Se condena al denunciado E.O.E.V. al pago de una multa en beneficio del


Gobierno Regional de la Araucanía por la suma equivalente de diez unidades
tributarias mensuales, la que deberá ser depositada en la cuenta corriente
Nº 62909143425 del Banco del Estado, debiendo el condenado acreditar el pago de
la multa dentro de los cinco días siguientes a la fecha de notificación de la sentencia;

b) Se aplica al condenado E.O.E.V. la medida accesoria de prohibición de


acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o de estudio por el lapso de
un año, contado desde la notificación que se le practique de este fallo;

c) El condenado E.O.E.V. deberá pagar a la denunciante H.M.R.P. la suma de


$ 1.500.000 (un millón quinientos mil pesos) en el plazo de 10 días contados desde
la fecha en que se le notifique la sentencia, suma que se reajustará en la misma
forma y proporción que experimente el Índice de Precios al Consumidor; y desde
esa misma fecha, y hasta el pago efectivo, la cantidad reajustada devengará
intereses corrientes señalados para operaciones reajustables.

d) El condenado deberá pagar las costas que se hubieren causado.

Ejecutoriado que sea el fallo, se ordenará oficiar al Registro Civil e Identificación,


remitiéndose copia autorizada de aquél de primera instancia, y del de segunda, a
fin que se proceda a incorporar al denunciado en el Registro Especial a que se
refiere el artículo 12 de la Ley Nº 20.066, debiendo dejar constancia de la sanción
principal y de las accesorias que se hubieren impuesto.

Regístrese y en su oportunidad devuélvanse los antecedentes. Redacción del A


bogado I ntegrante don Fernando Mellado Diez. Pronunciado por la I. Corte 1a Sala.
Presidente Ministro Sr. Héctor Toro Carrasco, Sr. Leopoldo Llanos Sagristá y
Abogado Integrante, Sr. Fernando Mellado Diez.

En Temuco, a cinco de abril de dos mil seis, notifiqué por el estado diario la
resolución que precede.

Rol Nº 30-2006.
3. CALIFICACIÓN DE LESIONES EN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. NO HAY
CRITERIO DISCRECIONAL. APLICACIÓN DE PRESCRIPCIÓN DE ACCIÓN
PENAL

SUMARIO: Al artículo 494 Nº 5 del Código Penal se adicionó el inciso que señala:
"En ningún caso el tribunal podrá calificar como leves las lesiones cometidas en
contra de las personas mencionadas en el artículo 5º de la Ley sobre Violencia
Intrafamiliar", esto es, el legislador sustituyó el criterio discrecional anterior a los
efectos de otorgar mayor protección a la integridad corporal de los cónyuges,
convivientes y los parientes a que alude, y previno que las lesiones causadas a
éstos no podrían ser tenidas como leves, cualesquiera fuese su dañosidad. Para
las restantes figuras conservó plena vigencia el artículo 400 del Código Penal. En
razón de lo anterior y teniendo en consideración que estas lesiones habrán de
recibir pena de presidio menor en su grado mínimo y que ésta es sanción de
simple delito, no puede menos que concluirse que el término de prescripción de
la acción penal aplicable a la infracción se extiende a cinco años.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 2141-2006

Fecha: 16/11/2006

Cita online: CL/JUR/3793/2006

Magistrados: Brito Cruz, Haroldo; Pfeiffer Richter, Alfredo

Redactor: Brito Cruz, Haroldo

Abogado Integrante: Mauriz Aymerich, Benito

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 400, 494 - Código Penal; Artículo 5º - Ley


Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Santiago, 16 de noviembre de 2006.


Vistos, oídos los intervinientes y teniendo presente:

1º. Que atendiendo a la entidad de las lesiones corporales el Código Penal


estableció penas diferentes, y para el hecho de menor significación, las lesiones
leves, previó pena de prisión en su grado medio o pena de multa.

El límite entre esta infracción y las lesiones menos graves quedó entregado al
arbitrio del tribunal ejercido desde el estándar de "la calidad de las personas y
circunstancias del hecho" previsto en el numeral 5º del artículo 494 del citado
Código.

2º. Que, por otra parte, a la norma recién citada se adicionó que: "En ningún caso
el tribunal podrá calificar como leves las lesiones cometidas en contra de las
personas mencionadas en el artículo 5º de la Ley sobre Violencia Intrafamiliar", esto
es, el legislador sustituyó el criterio discrecional anterior a los efectos de otorgar
mayor protección a la integridad corporal de los cónyuges, convivientes y los
parientes a que alude, y previno que las lesiones causadas a éstos no podrían ser
tenidas como leves, cualesquiera fuese su dañosidad.

Para las restantes figuras conservó plena vigencia el artículo 400 del Código
Penal.

3º. Que en razón de lo anterior y teniendo en consideración que estas lesiones


habrán de recibir pena de presidio menor en su grado mínimo y que ésta es sanción
de simple delito, no puede menos que concluirse que el término de prescripción de
la acción penal aplicable a la infracción se extiende a cinco años.

Por estas consideraciones, se revoca la resolución de veintitrés de octubre


pasado que declaró prescrita la acción penal vinculada a los hechos que se
atribuyen a Juan Sotelo Jara, y en su lugar se decide que no ha corrido dicho plazo
extintivo.

Regístrese.

Redacción del Ministro señor Brito.

Pronunciada por la Quinta Sala de esta Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago,


integrada por los Ministros señor Alfredo Pfeiffer Richter, señor Haroldo Brito Cruz
y Abogado Integrante señor Benito Mauriz Aymerich.

No firma el Ministro señor Pfeiffer, no obstante haber concurrido a la vista y al


acuerdo del fallo, por encontrarse ausente.
RIT: 2.825-2006.

Ingreso Corte Nº 2.141-2006.


4. ARTÍCULO 400 DEL CÓDIGO PENAL ES INAPLICABLE A DELITOS DE
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

SUMARIO: El legislador sustituyó en el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 sobre


Violencia Intrafamiliar la discrecionalidad asignada al juez para deslindar las
lesiones leves de las menos graves, conforme al Nº 5 del artículo 494 del Código
Penal, previniendo que las lesiones causadas a los cónyuges, convivientes y los
parientes a que alude, no podrían ser tenidas como leves, cualquiera fuese su
dañosidad, por lo que no procede, en consecuencia, aplicar el artículo 400 del
Código Penal, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 63 del Código Punitivo,
toda vez que este precepto consagra el principio denominado prohibición de doble
valoración o non bis in ídem, y en virtud del cual, cuando una circunstancia está
contemplada en el tipo legal no debe ser tomada en cuenta para la cuantificación
de la pena. Esta regla elemental impide que una circunstancia, cuando forma
parte de la descripción típica en su determinación básica o cualificada, pueda ser
considerada entre los criterios que agravan la penalidad, pues ya integra el
desvalor del injusto que se reprocha.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Antofagasta

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 260-2007

Fecha: 23/11/2007

Cita online: CL/JUR/2595/2007

Partes: Ministerio Público contra Juzgado de Garantía de Antofagasta

Magistrados: Carrasco Arellano, Marta; Clavería Guzmán, Óscar

Redactor: Carrasco Arellano, Marta

Voces: acción penal - acción penal privada - delito - delitos contra la vida -
derecho penal - derecho procesal penal - lesiones - lesiones menos graves -
sistema acusatorio - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 5 º - Ley Nº 20.066; Artículos 400, 494 -


Código Penal

TEXTO COMPLETO:
Antofagasta, 22 de noviembre de 2007.

Vistos:

En causa RUC 0700865817-4, RIT. 8444-2007 del Juzgado de Garantía de


Antofagasta, seguida por lesiones leves en contexto de violencia intrafamiliar en
contra del imputado Héctor Rodrigo Sandoval Ruiz, con fecha 15 de noviembre en
curso se verificó la audiencia para conocer del recurso de apelación deducido por
el Fiscal Adjunto del Ministerio Público don Liborio Fajardo Vega, en contra de la
resolución dictada con fecha 2 de noviembre en curso, por el Juez don Hugo Torres
Arias que por estimar aplicable el artículo 400 del Código Penal, rechazó la solicitud
del Ministerio Público en orden a proceder de acuerdo a las reglas del procedimiento
simplificado, en los términos de los artículos 388 y 393 del Código Procesal Penal,
respecto del mencionado imputado.

Oídos los intervinientes y teniendo presente:

Primero: Que el legislador sustituyó en el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 sobre


Violencia Intrafamiliar la discrecionalidad asignada al juez para deslindar las
lesiones leves de las menos graves, conforme al Nº 5 del artículo 494 del Código
Penal, previniendo que las lesiones causadas a los cónyuges, convivientes y los
parientes a que alude, no podrían ser tenidas como leves, cualquiera fuese su
dañosidad, por lo que no procede, en consecuencia, aplicar el artículo 400 del citado
texto legal, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 63 del Código Punitivo, toda
vez que este precepto consagra el principio denominado prohibición de doble
valoración o non bis in ídem, y en virtud del cual, cuando una circunstancia está
contemplada en el tipo legal no debe ser tomada en cuenta para la cuantificación
de la pena.

Esta regla elemental impide que una circunstancia, cuando forma parte de la
descripción típica en su determinación básica o cualificada, pueda ser considerada
entre los criterios que agravan la penalidad, pues ya integra el desvalor del injusto
que se reprocha.

Segundo: Que de acuerdo a la interpretación armónica que debe efectuarse de


las disposiciones legales, en la especie, el juez a quo al considerar para rechazar la
solicitud de continuar, de acuerdo a las reglas del procedimiento simplificado, lo
dispuesto en el artículo 400 del Código Penal, ha vulnerado el principio de non bis
in idem, al estimar en dos ocasiones la circunstancia del vínculo que une al imputado
y la víctima, la primera para determinar el delito de lesiones menos graves de
conformidad a lo preceptuado en el artículo 494 Nº 5 del Código Penal y, luego, al
considerar por segunda vez este vínculo al sostener que esa circunstancia debe ser
tomada en consideración para aumentar en un grado la pena, lo que lo llevó
erradamente a establecer que la sanción mínima asignada al ilícito era la de presidio
menor en su grado medio.

Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 365 y siguientes del


Código Procesal Penal, se revoca la sentencia apelada de dos de noviembre en
curso, dictada por el Juez de Garantía de esta ciudad don Hugo Torres Arias en
causa RUC 0700865817-4, RIT 8444-2007 y, en su lugar, se declara la continuación
de la misma de acuerdo a las reglas del procedimiento simplificado, debiendo
remitirse los antecedentes al juez no inhabilitado que corresponda.

Acordada contra el voto del Fiscal Judicial señor Padilla quien, haciendo suyas
las macizas fundamentaciones del Sr. Juez a quo, estuvo por confirmar la resolución
en alzada, teniendo para ello, además, presente:

1º. Que, conforme a la legislación vigente, no existe el delito de lesiones leves en


el contexto de violencia intrafamiliar, puesto que el actual tenor del artículo 494 Nº 5
del Código Penal privó al Juez de la facultad de reputar leves aquellas lesiones que,
atendidas la calidad de las partes y las circunstancias del hecho, tengan tal carácter;

2º. Que la citada modificación, introducida por la Ley Nº 20.066, tuvo por objeto
endurecer el reproche punitivo de los ilícitos perpetrados en el ámbito de la violencia
intrafamiliar, mediante el mecanismo de establecer elementos objetivos para su
adecuada calificación;

3º. Que, en consecuencia, la negativa del juez a quo para aceptar el


requerimiento de procedimiento simplificado en caso alguno puede interpretarse
como una vulneración del principio de prohibición de la doble valoración, porque no
ha hecho aplicación de normas sustantivas, decisión esta que es de la competencia
exclusiva del Juez o Jueces de fondo llamados a juzgar el hecho punible que se
imputa a Héctor Rodrigo Sandoval Ruiz.

Regístrese, comuníquese y archívese en su oportunidad.

Redacción de la Ministro doña Marta Carrasco Arellano y del voto disidente su


autor.

Pronunciada por la Segunda Sala, integrada por los Ministros Titulares Srta.
Marta Carrasco Arellano, Sr. Óscar Clavería Guzmán y el Fiscal Judicial Sr. Rodrigo
Padilla Buzada.
Autoriza la Secretaria Interina, Sra. Claudia Campusano Reinike.

Rol Nº 260-2007.
5. LESIONES MENOS GRAVES. JUEZ DEBE IMPONER MEDIDA ACCESORIA
SI ILÍCITO ES CONSTITUTIVO DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

SUMARIO: No es efectivo que se esté aplicando una pena por analogía, pues la
disposición legal referida es la que expresamente dispone que deben aplicarse
las medidas del artículo 9º de la Ley Nº 20.066 para el caso en que "el delito
constituya un acto de violencia intrafamiliar", de suerte que es la ley la que
establece la sanción. No es aceptable la doctrina del fallo recurrido que pretende
advertir una violación al principio del non bis in ídem al subir la pena por tratarse
de un caso de violencia intrafamiliar y además aplicar alguna de las accesorias
del artículo 9º de la Ley Nº 20.066 por tratarse de un delito de lesiones menos
graves cometido en un contexto de violencia intrafamiliar, por cuanto no hay tal
vulneración, desde que lo que ha hecho el artículo 494 Nº 5º del Código Penal es
simplemente establecer que en ningún caso puede calificarse de leves las
lesiones cometidas en contra de las personas mencionadas en el artículo 5º de
la Ley de Violencia Intrafamiliar, siendo el artículo 9º, en relación con el artículo
16, los dos de la misma legislación, una de las penas que el legislador ha previsto
para este tipo de ilícitos, sin que el sentenciador pueda ignorar tal estatuto
sancionatorio. Las penas asignadas a los delitos están establecidas por la ley, en
este caso, por el artículo 16 en relación a la letra b) del artículo 9º, ambos de la
Ley Nº 20.066, y no puede el tribunal, sin incurrir en el error de derecho que se
viene comentando, abstenerse de imponer la sanción que el legislador ha
previsto.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 2337-2006

Fecha: 19/12/2006

Cita online: CL/JUR/3847/2006

Magistrados: Valdovinos Jeldes, Amanda; Mera Muñoz, Raúl

Redactor: Mera Muñoz, Raúl

Abogado Integrante: González Marín, Patricio


Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 5º y 16 - Ley Nº 20.066; Artículo 494 - Código


Penal.

TEXTO COMPLETO:

Santiago, 19 de diciembre de 2006.

Vistos:

En estos autos RUC Nº 0600307297-3 y RIT Nº 3164-06 del Quinto Juzgado de


Garantía de Santiago, por sentencia de trece de noviembre de dos mil seis, la juez
de dicho tribunal, doña Liliana Ledezma Miranda, condenó a Héctor Jaime Ramírez
González a sufrir la pena de cuarenta y un días de prisión en su grado máximo como
autor del delito de lesiones menos graves en perjuicio de su hijo D.A.R.G., en el
contexto de violencia intrafamiliar, cometido en esta ciudad el 25 de marzo de 2006,
pena que le fuera remitida condicionalmente.

No impuso el tribunal la pena accesoria establecida en el artículo 30 del Código


Penal, razonando que "no es procedente ni concordante con la pena de prisión
requerida".

Tampoco impuso la pena accesoria solicitada por el Ministerio Público y a que


hace referencia la letra b) del artículo 9º, en relación con el artículo 16, ambas
disposiciones de la Ley Nº 20.066.

En contra de esta sentencia, el Ministerio Público dedujo recurso de nulidad por


la causal de la letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal, en relación con
los artículos 9º y 16 de la Ley Nº 20.066.

El día 11 de diciembre de 2006 se procedió a la vista del recurso, oportunidad en


que comparecieron a estrados tanto el apoderado del recurrente como de la defensa
del imputado.

Considerando:

Primero: Que el Ministerio Público sostiene que la sentencia, dictada por medio
de resolución inmediata en procedimiento simplificado, de acuerdo a lo preceptuado
en el artículo 395 del Código Procesal Penal, ha incurrido en error de derecho
vulnerando las disposiciones de los artículos 9º y 16 de la Ley Nº 20.066, por no
aplicación, lo que lleva a que debe ser anulada de acuerdo con lo preceptuado en
la letra b) del artículo 373 del citado Código.

En efecto, sostiene, los hechos contenidos en el requerimiento fiscal fueron


calificados por el Tribunal de Garantía como el delito de lesiones menos graves en
contexto de violencia intrafamiliar, por lo que, en su concepto, estaba obligado a
imponer una o más medidas del referido artículo 9º, en este caso la de la letra b)
que fue la solicitada, y ello por aplicación del mencionado artículo 16 de la Ley de
Violencia Intrafamiliar.

Segundo: Que la letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal señala que
procederá la declaración de nulidad del juicio oral y de la sentencia "cuando en el
pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una errónea aplicación del
derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo".

A su vez, el artículo la letra b) del artículo 9º de la Ley Nº 20.066 dispone que:


"Medidas Accesorias. Además de lo dispuesto en el artículo precedente, el juez
deberá aplicar en la sentencia una o más de las siguientes medidas accesorias: b)
Prohibición de acercarse a la víctima o a su domicilio, lugar de trabajo o de estudio.
Si ambos trabajan o estudian en el mismo lugar se oficiará al empleador o director
del establecimiento para que adopte las medidas de resguardo necesarias".

Y el inciso primero del artículo 16 de la misma legislación, por su parte, previene


que: "Medidas accesorias. Las medidas accesorias que establece el artículo 9º
serán aplicadas por los tribunales con competencia en lo penal, cuando el delito
constituya un acto de violencia intrafamiliar, sin perjuicio de las sanciones
principales y accesorias que correspondan al delito de que se trate".

Tercero: Que el considerando cuarto de la sentencia que se revisa por esta vía,
señaló que se encuentra acreditado el siguiente hecho: "el día 25 de marzo de 2006,
a las 17:00 horas, aproximadamente, en el interior del domicilio ubicado en calle Río
Boroa Nº 1611, comuna de Cerro Navia, el imputado Héctor Jaime Ramírez
González, procedió a agredir a su hijo de 16 años, David Alexis Ramírez García,
golpeándolo con un objeto contundente (pala), en sus brazos, ocasionándole
"escoriosis antebrazo derecho, excoriación lineal brazo cara anterior izquierda,
herida borde exterior quinto dedo mano derecha", de carácter "leve", calificando este
hecho, en el considerando que sigue, como el "delito de lesiones leves", que deben
ser sancionadas como lesiones menos graves en el contexto de violencia
intrafamiliar, previsto y sancionado en los artículos 494 Nº 5 y 399 del Código Penal,
y 5º de la Ley Nº 20.066.
De este modo, constituye un presupuesto fáctico que el encausado golpeó a su
hijo con un palo, ocasionándole las lesiones referidas, todo esto en un contexto de
violencia intrafamiliar.

Cuarto: Que la J uez de Garantía, para fundar su decisión de no imponer la pena


de la letra b) del artículo 9º de la Ley Nº 20.066, solicitada por el Ministerio Público,
ha señalado que las sanciones que prevé esta última disposición legal están en
relación con lo que dispone el artículo 8º de la misma ley, referido al maltrato
constitutivo de violencia intrafamiliar, cuya pena es de multa, lo que debe ser
conocido por los Tribunales de Familia y si bien es cierto —agrega la magistrado—
que el artículo 16 de la Ley Nº 20.066 permite hacer aplicables las medidas
accesorias del artículo 9º a los tribunales con competencia penal, tales medidas
accesorias dicen relación únicamente con el delito de maltrato habitual de que trata
el artículo 14 de la Ley de Violencia Intrafamiliar, que no es el caso de autos.

En efecto, sostiene, se trata en la especie de un caso de lesiones leves que


debería sancionarse como tal, pero por la redacción del Nº 5º del artículo 494 del
Código Penal, después de su modificación por el artículo 21 de la Ley Nº 20.066, y
teniendo presente el contexto de violencia intrafamiliar en que se produjo la
agresión, debe imponerse una sanción superior, a saber, la asignada al delito de
lesiones menos graves.

Consecuentemente, si el ilícito en cuestión ya ha debido castigarse más


gravosamente por el contexto de violencia intrafamiliar en que se produjo, no puede,
sin vulnerarse el principio de reserva legal, usarse nuevamente este antecedente
para imponer alguna de las penas accesorias del referido artículo 9º, pues ello
equivaldría a aplicar penas por analogía.

Quinto: Que al razonar en la forma antes expresada, la sentencia ha cometido el


error de derecho que denuncia el recurrente.

En efecto, el artículo 16, ya transcrito, está referido al caso en que el delito


constituya un acto de violencia intrafamiliar, sin hacer distinción de ninguna
naturaleza, de modo que tampoco la intérprete puede distinguir.

Si se ha establecido, como efectivamente se ha hecho, que el delito de lesiones


menos graves por los cuales se sanciona al imputado fue cometido en un contexto
de violencia intrafamiliar, entonces, por imperativo legal, por orden de lo dispuesto
en el artículo 16 de la Ley Nº 20.066, debe imponerse una o más de las sanciones
del artículo 9º de la misma ley y, en el caso sub judice, la de la letra b), por ser ésa
la que pidió el Ministerio Público.
Sexto: Que no es efectivo que se esté aplicando una pena por analogía, pues la
disposición legal referida, la del artículo 16 de la Ley Nº 20.066, es la que
expresamente dispone que deben aplicarse las medidas del artículo 9º de la misma
legislación para el caso en que "el delito constituya un acto de violencia
intrafamiliar", de suerte que es la ley la que establece la sanción.

No es aceptable la doctrina del fallo recurrido que pretende advertir una violación
al principio del non bis in idem al subir la pena por tratarse de un caso de violencia
intrafamiliar y, además, aplicar alguna de las accesorias del artículo 9º de la Ley
Nº 20.066 por tratarse de un delito de lesiones menos graves cometido en un
contexto de violencia intrafamiliar, por cuanto no hay tal vulneración, desde que lo
que ha hecho el artículo 494 Nº 5º del Código Penal es simplemente establecer que
en ningún caso puede calificarse de leves las lesiones cometidas en contra de las
personas mencionadas en el artículo 5º de la Ley de Violencia Intrafamiliar, siendo
el artículo 9º, en relación con el artículo 16, los dos de la misma legislación, una de
las penas que el legislador ha previsto para este tipo de ilícitos, sin que el
sentenciador pueda ignorar tal estatuto sancionatorio.

Las penas asignadas a los delitos están establecidas por la ley, en este caso por
el artículo 16 en relación a la letra b) del artículo 9º, ambos de la Ley Nº 20.066, y
no puede el tribunal, sin incurrir en el error de derecho que se viene comentando,
abstenerse de imponer la sanción que el legislador ha previsto.

Séptimo: Que cabe consignar que, aun cuando no ha sido objeto del recurso,
desde luego el artículo 30 del Código Penal establece la accesoria correspondiente
para el caso en que se aplique una pena de prisión, sin que el juez haya obedecido
el mandato legal de sancionar al imputado con la "suspensión de cargo u oficio
público durante el tiempo de la condena", habiéndose solicitado por el Ministerio
Público la aplicación de "las accesorias legales".

Ello también constituye un error jurídico del que esta Corte no hará cuestión,
teniendo presente para ello que no ha sido objeto de análisis en el recurso de
nulidad planteado y lo dispuesto en el artículo 360 del Código Procesal Penal.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 372, 376, 384 y 386 del Código
Procesal Penal, se acoge el recurso de nulidad deducido por el Ministerio Público y,
consecuentemente, se invalida la sentencia de trece de noviembre de dos mil seis,
dictada por la Juez del Quinto Juzgado de Garantía de Santiago, doña Liliana Luisa
Ledezma Miranda, como asimismo el juicio simplificado, debiendo el juez no
inhabilitado que corresponda citar a las partes a una audiencia para la realización
de un nuevo juicio oral en procedimiento simplificado.
Finalizada la lectura, se pone término a la audiencia, ordenándose entregar copia
de la resolución a las partes.

Redacción del Ministro señor Mera.

Regístrese y devuélvase la competencia.

Dictada por la Primera Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago,


presidida por el Ministro señor Juan Cristóbal Mera Muñoz e integrada, además, por
la Ministro doña Amanda Valdovinos Jeldes y el Abogado Integrante don Patricio
González Marín.

RUC Nº 0600307297-3.

Rol Nº 2.337-2006.
6. LESIONES MENOS GRAVES EN CONTEXTO DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR. VULNERACIÓN DEL PRINCIPIO DE NON BIS IN IDEM

SUMARIO: I. La Ley de Violencia Intrafamiliar constituye un estatuto especial que


prima frente a las normas del Código Procesal Penal y de la Ley de Tribunales de
Familia y, en tal virtud, en el evento de existir antinomia entre ellas, se debe
preferir a las primeras sobre las últimas nombradas, en razón de la materia y
objetivos tan específicos que se hicieron constar en sus disposiciones. En ese
ámbito, el juez está facultado para decretar, en cualquier etapa de la investigación
o del procedimiento sobre delitos de violencia intrafamiliar, y aun antes de la
formalización, entre otras, las medidas cautelares necesarias para proteger a la
víctima de manera eficaz y oportuna, y en caso de incumplimiento debe poner los
antecedentes en conocimiento del Ministerio Público para los efectos previstos
en el artículo 240 inciso 2º del Código de Procedimiento Civil "el delito de
desacato", sin perjuicio de disponer arresto hasta por quince días en contra del
infractor como medida de apremio. De lo expuesto fluye que no es efectivo que
el quebrantamiento de medidas cautelares, en delitos de violencia intrafamiliar,
sólo dé lugar a sanciones procesales. Así las cosas, el incumplimiento por parte
del imputado de la medida cautelar contemplada en el artículo 9º letra b) de la
Ley de Violencia Intrafamiliar, la prohibición de acercarse a la víctima, importa
quebrantar lo ordenado cumplir judicialmente, configurando el delito de desacato
(considerando 7º, sentencia de nulidad).

II. Utilizar un mismo factor para fundamentar y aumentar la " sanción " de un
mismo hecho punible conculca los principios de non bis in idem y de inherencia,
consagrados en el artículo 63 del Código Penal. En efecto, los referidos principios
imponen la prohibición de utilizar en la individualización judicial los elementos que
haya tenido en cuenta el legislador al tipificar una conducta. De este modo,
incurren en errónea aplicación del derecho los sentenciadores al haber utilizado
el hecho que el delito se haya cometido en contra de alguna de las personas que
menciona el artículo 5º de la Ley de Violencia Intrafamiliar, para en primer lugar
calificar jurídicamente los hechos conforme al tipo penal previsto en el artículo
399 del Código Penal —lesiones menos graves—, a pesar que las lesiones son
clínica y jurídicamente leves, y luego emplear esta misma circunstancia para
aplicar el artículo 400 del Código Penal y aumentar así en un grado la pena al
acusado.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de San Miguel


Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 1638-2010

Fecha: 10/01/2011

Cita online: CL/JUR/6345/2011

Magistrado: Blanco Herrera, Ricardo ; Hantke Corvalán, Marta

Redactor: Blanco Herrera, Ricardo

Abogado Integrante: Hazbún Comandari, Manuel

Voces: derecho penal - derecho procesal penal - desacato - lesiones - lesiones


graves - lesiones gravísimas - lesiones menos graves - non bis in ídem - recurso
de nulidad - recursos - régimen de visitas - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 372, 373 b), 376, 383, 384 y 385 - Código
Procesal Penal; Artículos 63, 399, 400 y 494 Nº 5 - Código Penal

TEXTO COMPLETO:

San Miguel, diez de enero de dos mil once.

Vistos:

En estos autos RUC 0901203510-9, RIT Nº 169-2010 del Tribunal Oral en lo


Penal de Puente Alto, por sentencia de veintinueve de noviembre de dos mil diez,
se condenó al acusado Juan Domingo Aguirre Orellana a cuatro penas de 541 días
de Presidio Menor en su grado medio y a las accesorias, de suspensión de cargo u
oficio público durante el tiempo de las condenas, en su calidad de autor de los delitos
consumados de desacato, cometidos en la comuna de Puente Alto, el día 26 de
diciembre de 2009 y 10 de enero de 2010 y de autor de dos delitos consumados de
lesiones menos graves, perpetrados el 26 de diciembre de 2009 y el 26 de enero de
dos mil diez.

En contra de dicha sentencia, dedujo recurso de nulidad en representación del


condenado, el Abogado don Alex Segura Astudillo, Defensor Penal Público. Invocó
la causal de invalidación del artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, toda
vez que, a su juicio, se ha hecho en la sentencia impugnada una errónea aplicación
del derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.
Habiéndose estimado por la Primera Sala de esta Corte, admisible el recurso de
nulidad interpuesto por el señor Defensor Penal Público don Alex Segura Astudillo,
en representación del condenado Juan Aguirre Orellana, en la audiencia respectiva
ante los Ministros, señor Blanco, señora Hantke y el Abogado Integrante señor
Hazbún, intervinieron por el recurso, el señor Defensor Penal Público Abogado don
Alex Segura y en contra del mismo el señor Fiscal don Raúl Guzmán Uribe, fijándose
la audiencia del día 10 de enero del año en curso para la lectura del fallo.

Con lo oído y relacionado y teniendo, además, en consideración:

1º) Que don Alex Segura Astudillo, Defensor Penal Público, por su representado
el acusado don Juan Domingo Aguirre Orellana, dedujo recurso de nulidad, en
contra de la sentencia censurada que condenó a su defendido a cumplir cuatro
penas de 541 días de Presidio Menor en su grado medio y a las accesorias, de
suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de las condenas, en su
calidad de autor de los delitos consumados de desacato, cometidos en la comuna
de Puente Alto, el día 26 de diciembre de 2009 y 10 de enero de 2010 y de autor de
dos delitos consumados de lesiones menos graves, perpetrados el 26 de diciembre
de 2009 y el 26 de enero de 2010. El libelo recursivo es por la causal prevista en la
letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal, esto es, por haberse incurrido
en la sentencia en errores de derecho los cuales han influido en lo dispositivo del
fallo.

2º) Que el recurrente, respecto del delito de lesiones, sostiene que la sentencia
impugnada dispone en su considerando Decimotercero, que en lo concerniente a
los delitos de lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar, previsto
y sancionado en el artículo 399 en relación al artículo 494 Nº 5, ambas normas del
Código Penal, corresponde aplicar la pena de presidio menor en su grado mínimo,
la que se aplicará en su mínimun por beneficiarle una atenuante y no perjudicarle
agravante alguna, sin embargo, acorde lo dispuesto en el artículo 400 del Código
Punitivo, se debe aumentar en un grado. Conforme a ello, la pena a imponer por
cada injusto es la de presidio menor en su grado medio.

El reclamante indica que el Tribunal a quo hizo aplicación errónea del artículo 400
del Código Penal, sin que corresponda en la especie su ejercicio, según norma
expresa del artículo 63 del mismo cuerpo legal ya citado. Añade el recurrente, que
el legislador da normas al sentenciador con el fin de evitar arbitrariedades en la
determinación de la pena, por lo que el Tribunal debe tener presente aspectos
relacionados con el hecho y que no hayan sido ya considerados al momento de
establecer el marco teórico, ya que ello constituiría una violación al principio non bis
idem.
Agrega que la Ley Nº 20.066 modificó el artículo 494 del Código Penal, al
establecer una figura agravada, esto es, las lesiones que se producen en el contexto
de violencia intrafamiliar, según el artículo 5º de la Ley Nº 20.066, no podrán ser
calificadas por el Tribunal como lesiones leves.

De igual forma la Ley Nº 20.066 sustituyó el antiguo artículo 400, estableciendo


que los hechos a los que se refieren los artículos 395 y siguientes del párrafo tercero
del título VIII del Libro II del Código Penal, se entenderán aumentados en un grado,
cuando se verifiquen en contra de una persona de las descritas en el artículo 5º de
la Ley Nº 20.066.

De lo expresado anteriormente, el interesado concluye que no es posible aplicar


la circunstancia agravante del artículo 400 del Código Penal, esto es, la relación de
cónyuges entre la víctima y el imputado, pues ello ya ha sido considerado en la
determinación y configuración del hecho punible, al mudar en este caso concreto de
lesiones leves a menos graves, teniendo en consideración a que ellas se verificaron
en el contexto de violencia intrafamiliar.

Manifiesta que al aplicar conjuntamente los artículos 400 y 494 del Código Penal,
respecto de un mismo hecho, se vulneran dos principios fundamentales, como son
el non bis in idem y el principio in dubio pro reo. Por lo tanto, la circunstancia
agravante especial no procede ser aplicada, atendido lo dispuesto por el artículo 63
del Código Punitivo, por cuanto ésta forma parte, en este caso, de la descripción del
delito de lesiones contra un sujeto calificado.

3º) Que en lo relativo al delito de desacato, la sentencia recurrida en el


considerando séptimo, da por acreditado que el día 26 de diciembre de 2009, a las
23:30, don Juan Aguirre Orellana, incumplió la medida cautelar judicial de no
acercarse a la víctima, la cual fue dictada por el Juzgado de Garantía de Puente
Alto, en la audiencia de formalización en la causa RUC Nº 0901203510-9, de fecha
17 de diciembre de 2009, notificada personalmente al acusado en dicha audiencia,
de igual forma da por acreditado, que el día 10 de enero de 2010, en horas de la
tarde, el imputado, incumplió la medida cautelar judicial de no acercarse a la víctima,
contemplada en el artículo 9º letra b) de la Ley Nº 20.066, la cual fue dictada por el
tribunal de Garantía de Puente Alto, en la audiencia de formalización en la causa
RUC Nº 1000030009 3, de fecha 10 de enero de 2010, notificada personalmente al
acusado en dicha audiencia. Los hechos antes descritos, son en criterio del tribunal
constitutivos del delito de desacato, previsto y sancionado en el artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil.
Expresa el recurrente que al calificar como desacato la vulneración de una
cautelar judicial de no acercarse a la víctima, contemplada en el artículo 9º letra b)
de la Ley Nº 20.066, incurre la sentencia impugnada en una errónea aplicación del
derecho, en razón de que el delito de desacato previsto y sancionado en el artículo
240 del Código de Procedimiento Civil, contempla una sanción cuya finalidad es
asegurar la intangibilidad del estado de las cosas resultante de la ejecución de otras
resoluciones; el presupuesto del delito de desacato es el hecho previo del
cumplimiento de una resolución, en el sentido de su ejecución. Sólo los
comportamientos que impliquen una contravención a lo ejecutado, alterando el
estado resultante de esa ejecución, pueden ser constitutivos del delito establecido
en el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil.

Señala que el Derecho Penal es la ultima ratio, de nuestro ordenamiento, éste no


deberá operar si él mismo contempla otros mecanismos para revertir o dar remedio
al incumplimiento, que en la especie fue que se decretara la prisión preventiva del
acusado, más aún cuando la resolución respecto de la que se verificó el
incumplimiento es una medida cautelar que en su esencia es una resolución
esencialmente provisoria.

4º) Que en lo atinente a la calificación de la atenuante del artículo 11 Nº 9 del


Código Penal, en el considerando undécimo, el Tribunal estimó que si bien el
acusado no se encontraba en condiciones en algunos casos de responder con
precisión, en cuanto a las referencias de carácter temporal al contestar las
preguntas de los intervinientes, sí fue capaz de reconocer aún más allá de los
hechos por los cuales se le acusó, los incumplimientos reiterados a las órdenes
judiciales que consistían en la prohibición de acercarse a la víctima. Del mismo
modo, el acusado no sólo reconoció el contacto con su cónyuge a sabiendas del
incumplimiento de una orden que él como lo señaló en estrado sabe que es más
obligatoria que las invitaciones de su mujer, sino que, además, reconoció su actuar
agresivo expresado en las lesiones que le propinó a su mujer en distintas partes del
cuerpo, explicó cómo ingresó a la casa de ésta, reconoció que tenía llaves propias
del inmueble, y que se abalanzó a golpearla en distintas partes del cuerpo,
asimismo, dio por hecho aquellos elementos de los cuales no recordaba producto
de su ingesta alcohólica, de modo que en el fallo se pudo apreciar que su
colaboración ha tenido los caracteres de sustancialidad que permite acreditar la
minorante referida.

El reclamante expresa que las sentenciadoras han incurrido en una errónea


aplicación del derecho, puesto que la colaboración de su representado ha s ido de
vital importancia para la decisión de condena respecto de los delitos de desacato,
por los que fue acusado, según lo refrenda la prevención de una de las Magistradas,
que aun reconociendo el carácter ya excepcional de la minorante de colaboración
sustancial, ha considerado la sustancialidad de su contribución, vital a la hora de
superar la discusión sobre el error de prohibición planteado por la defensa y de
alguna forma sostenido en parte por la perito. Por esos fundamentos estuvo por
considerar esta colaboración sustancial como excepcionalísima y atribuirle el
carácter de muy calificada.

En concepto del recurrente claramente la actitud del acusado ha sido de


colaboración con la acción de la justicia, al permitir llegar a la convicción necesaria
para la calificación del hecho punible, contenido en la acusación y la condena de la
misma.

En definitiva, no calificar la atenuante, corresponde a una errónea aplicación del


derecho, pues en la sentencia objeto del recurso, se dan todos los elementos
necesarios para proceder a la calificación como bien se señala en la prevención.

5º) Que el recurrente indica que los vicios descritos influyen en lo dispositivo del
fallo, por cuanto el Tribunal, al aplicar erróneamente el artículo 400 del Código
Penal, ha impuesto a su defendido una pena mayor a la que le correspondería. Ya
que el Tribunal procedió a hacer aplicación de lo dispuesto por el artículo 400 del
Código Penal, respecto de lesiones que fueron calificadas como leves por el
Ministerio Público, procediendo a aplicar el artículo 494 del Código Penal y luego el
artículo 400, respecto de unas lesiones, que según lo ya señalado, se debía calificar
como menos graves, por lo cual la situación de cónyuges, mencionada por el
artículo 5º de la Ley Nº 20.066, trajo como consecuencia la calificación de las
lesiones leves como menos graves y el aumento de la pena en un grado respecto
de dichas lesiones, por lo cual, y habiendo establecido el Tribunal a quo la
concurrencia de la atenuante de colaboración sustancial que beneficia a su
representado, sin que se hubiese verificado la errónea aplicación del derecho que
fundamenta el presente recurso, se debió aplicar a su defendido dos penas de 61
días, como fue solicitado por la defensa en la instancia señalada por el artículo 343
del Código Procesal Penal.

Respecto del delito desacato, la errada aplicación de la norma contemplada en el


inciso 2º del Código Penal, la apreciación de que el delito de desacato está
relacionado con las sentencias firmes y ejecutoriadas, no como es el caso de las
medidas cautelares, las cuales en su esencia son temporales y revocables.

Finalmente, la no calificación de la atenuante del artículo 11 Nº 9 del Código


Penal, respecto de los delitos de desacato, ha significado que a su representado se
le apliquen penas correspondientes al presidio menor en su grado medio, en vez de
las de presidio menor en su grado mínimo.

6º) Que el reclamante señala que el perjuicio que la resolución objeto del presente
recurso produce a su representado, debido a la errada aplicación del derecho,
respecto del artículo 400 del Código Penal, produce como consecuencia que se
condena al acusado a dos penas de 541 días, en vez de dos penas de 61 días.

Por su parte, en lo referido al delito de desacato, esto produce que el acusado


sea condenado a dos penas de 541 días de presidio menor en su grado medio.

F inalmente, de haberse considerado la atenuante del artículo 11 Nº 9 del Código


Penal, como muy calificada, su representado podría haber recibido dos penas de
61 días de presidio menor en su grado mínimo, por las que podría haber accedido
al beneficio de la reclusión nocturna establecido en la Ley Nº 18.216.

En consecuencia, solicita concretamente que, teniendo en cuenta lo dispuesto en


los artículos 385 y 375 del Código Procesal Penal, y considerando que no se han
impugnado los hechos que se dieron por probados, como tampoco alguna
formalidad del juicio, es que se interpone este recurso de nulidad en contra de la
sentencia definitiva pronunciada por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Puente
Alto, en esta causa con fecha 29 de noviembre de 2010, en la cual se resolvió
condenar al acusado Juan Domingo Aguirre Orellana, a cumplir cuatro penas de
541 días de presidio menor en su grado medio, sin costas. Teniendo como causal
la contemplada en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, pide que se
acoja el recurso por la causal invocada y se invalide sólo la sentencia recurrida en
los términos del artículo 385 del Código Procesal Penal y en su lugar se dicte sin
nueva audiencia, pero en forma separada sentencia de reemplazo en conformidad
a la ley, disponiéndose en ella que se anula la sentencia dictada en autos,
declarando que se absuelve a don Juan Domingo Aguirre Orellana de los delitos de
desacato, en razón de que el quebrantamiento de las medidas cautelares
decretadas en las causas, RUC Nº 0901203510-9 y Nº 1000030009-3, no es
constitutivo del delito de desacato, y en subsidio de lo anterior, en caso que se
resuelva que en la especie sí se verifican los delitos de desacato, se considere en
el cálculo de la pena a imponer a su representado la atenuante del artículo 11 Nº 9
del Código Penal, como muy calificada, rebajando la pena en un grado e imponiendo
al acusado dos penas de 61 días de presidio menor en su grado mínimo, dándolas
por cumplidas por el tiempo que se encontró sometido a la medida cautelar de
prisión preventiva o concediendo el beneficio de la reclusión nocturna establecido
en la Ley Nº 18.216, que en lo referido a las penas respecto del delito de lesiones
menos graves, se declare que no procede la aplicación del artículo 400 del Código
Penal y que, por lo tanto, se condena a don Juan Domingo Aguirre Orellana a dos
penas de 61 días de presidio menor en su grado mínimo, dándolas por cumplidas
por el tiempo que se ha encontrado privado de libertad o concediendo el beneficio
de reclusión nocturna establecido en la Ley Nº 18.216 o la pena alternativa de multa,
por un monto de 1 UTM, en atención a la capacidad económica de su representado,
quien se ha encontrado privado de libertad, por el delito de lesiones menos graves
según lo dispuesto por el artículo 494 Nº 5 del Código Penal.

7º) Que, ahora bien, haciéndose cargo este Tribunal ad quem de las alegaciones
planteadas por el recurrente, es menester indicar que, en lo relativo a los delitos de
desacato, resulta conveniente destacar que la Ley Nº 20.066 constituye un estatuto
especial que prima frente a las normas del Código Procesal Penal y de la Ley
Nº 19.968 que creó los Tribunales de Familia, y en tal virtud, en el evento de existir
antinomia entre ellas, se debe preferir a las primeras sobre las últimas nombradas,
en razón de la materia y objetivos tan específicos que se hicieron constar en sus
disposiciones y por los debates parlamentarios producidos en el establecimiento
fidedigno de su establecimiento.

En ese ámbito, el juez está facultado para decretar, en cualquier etapa de la


investigación o del procedimiento sobre delitos de violencia familiar, y aun antes de
la formalización, entre otras, las medidas cautelares necesarias para proteger a la
víctima de manera eficaz y oportuna y en caso de incumplimiento se deben poner
los antecedentes en conocimiento del Ministerio Público para los efectos previstos
en el inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio
de disponer arresto hasta por quince días en contra del infractor como medida de
apremio.

De lo arguido precedentemente se puede colegir que no es efectivo que el


quebrantamiento de medidas cautelares sólo den lugar a sanciones procesales. La
conducta del acusado importó quebrantar lo ordenado cumplir judicialmente, pues
en conocimiento de una prohibición, cuyo mandato le fue intimado personalmente,
lo desobedeció haciendo justamente aquello que se le instaba a no hacer. La
historia fidedigna del establecimiento de la ley evidencia el claro propósito de los
legisladores sobre esta materia, puesto que se prefirió modificar derechamente la
Ley Nº 19.968, en el sentido de tipificar como delito de desacato la conducta de
quien transgrede las medidas accesorias o cautelares, ya que el objeto de esta ley
es prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las
víctimas de la misma y se impone como obligación del Estado la adopción de las
medidas conducentes para garantizar la vida, integridad personal y seguridad de los
miembros de la familia, debiendo llevar a cabo políticas preventivas.
En razón de lo ponderado precedentemente, las sentenciadoras no han incurrido
en error de derecho al estimar que el acusado es autor de dos delitos de desacato,
ergo no podrá estimarse este capítulo del recurso de nulidad.

8º) Que en lo atinente a la no calificación por parte de la sentencia impugnada,


de la atenuante reconocida del artículo 11 Nº 9 del Código Punitivo, resulta
imperativo consignar que los elementos descriptivos de las circunstancias
modificatorias de responsabilidad penal suelen ser proposiciones dotadas de
muchos referentes empíricos y, en consecuencia, en ese plano heurístico son
apreciados discrecionalmente por el Tribunal de mérito y por ello no son por regla
general censurables si se realiza apropiadamente la inducción fáctica y la deducción
jurídica, propias de la motivación y de la fundamentación de la sentencia, dentro del
marco legal, como acontece en la especie. En razón de ello se desestimará todo
intento de invalidación de la sentencia por la no calificación de la morigerante del
artículo 11 Nº 9, primero, porque los fundamentos para no considerarla como muy
calificada son los adecuados, y en segundo término, porque tal ejercicio es
facultativo para los jueces del grado, motivo por la cual dicha materia de facto se
encuentra fuera del ámbito del recurso de nulidad por infracción de derecho.

En consecuencia, este capítulo del recurso no podrá prosperar.

9º) Que en lo concerniente a la aplicación del artículo 400 del Código Penal, para
aumentar la sanción penal en los delitos de lesiones, esta Corte considera que tal
ejercicio conculca los principios del non bis in idem e inherencia, cuya consagración
en nuestro derecho se deduce del artículo 63 del Código Penal. La citada norma del
estatuto sustantivo constituye la principal fuente normativa de la llamada prohibición
de doble valoración, corolario del principio non bis in idem, que impone la prohibición
de utilizar en la individualización judicial los elementos que ha ya tenido en cuenta
el legislador al tipificar una conducta, vale decir, una misma circunstancia no puede
ser tomada en consideración para fundamentar y aumentar la sanción de un mismo
hecho punible. En el caso sub lite resulta paladino que las sentenciadoras han
utilizado un mismo factor, cual es el hecho que el delito se haya cometido en contra
de alguna de las personas que menciona el artículo 5º de la Ley Nº 20.066 sobre
Violencia Intrafamiliar, para en primer lugar calificar jurídicamente los hechos
conforme al tipo penal previsto en el artículo 399 del Código Punitivo, a pesar que
las lesiones son clínica y jurídicamente leves y luego emplear esta misma
circunstancia para aplicar el artículo 400 del Código Penal y aumentar así en un
grado la pena al acusado, circunstancia que no corresponde legalmente.

Por consiguiente, el error en la aplicación del derecho ha consistido, en el ejercicio


indebido del aumento punitivo expresado en el artículo 400 del Código Penal, toda
vez que dicha circunstancia de parentesco ya se encuentra considera da en la
calificación de las lesiones leves al mutarse en menos graves, precisamente en
razón de ser la víctima cónyuge del acusado.

Que refuerza, además, el predicamento de que la norma del artículo 400 del
Código Penal no puede aplicarse en el caso de autos, la circunstancia especial, que
dicho precepto legal sólo se remite a los hechos a que se refieren los artículos
anteriores, esto es, a las lesiones que se encuentran comprendidas entre los
artículos 395 a 398 del Código Penal y en ningún caso a las lesiones leves, las que
aparecen en el libro de las faltas. En consecuencia, habiendo incurrido el Tribunal
Oral en lo Penal de Puente Alto, en la causal de nulidad contemplada en la letra b)
el artículo 373 del Código Procesal Penal, corresponde invalidar la sentencia
censurada por este capítulo y encontrándose la misma en la última situación de las
contempladas en el inciso primero del artículo 385 del referido Código, esto es,
cuando se ha impuesto una pena superior a la que legalmente correspondiere, se
procederá, además, a dictar la sentencia de reemplazo que procede.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 372, 373
b), 376, 383, 384 y 385 del Código Procesal Penal y artículos 63, 399, 400 y 494
Nº 5 del Código Penal, se resuelve que SE ACOGE el recurso de nulidad interpuesto
por el Defensor Penal Público, en contra de la sentencia censurada, por la causal
de invalidación contemplada en la letra b) del artículo 373 del Código Procesal
Penal, concerniente a la infracción de derecho con influencia en lo dispositivo del
fallo, únicamente en relación a las penas impuestas al acusado por los dos delitos
de lesiones menos graves de que ha resultado responsable, y en consecuencia, SE
INVALIDA la sentencia de veintinueve de noviembre del año pasado pronunciada
por el Tribunal Oral en lo Penal de Puente Alto, para dictar, sin nueva audiencia,
pero separadamente la sentencia de reemplazo que se conforme a la ley.

Regístrese y comuníquese.

Redacción del Ministro señor Ricardo Blanco.

Pronunciado por los Ministros de la Cuarta Sala, Sr. Ricardo Blanco Herrera, Sra.
Marta Hantke Corvalán y Abogado Integrante Sr. Manuel Hazbún Comandari.

Se deja constancia que no firma el Abogado Integrante señor Manuel Hazbún


Comandari, no obstante haber concurrido a la vista de la causa y fallo, por
encontrarse ausente.

RUC 0901203510-9.
RIT 169-2010.

Rol N º 1.638-2010.

II. Sentencia de reemplazo

San Miguel, a diez de enero de dos mil once.

En cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del artículo 385 del Código


Procesal Penal se procede a dictar la siguiente sentencia de reemplazo.

Vistos:

Se reproducen de la sentencia de veintinueve de noviembre de dos mil diez del


Tribunal Oral en lo Penal de Puente Alto sus fundamentos primero al sexto; el motivo
séptimo, con excepción de las referencias que allí se hacen al artículo 400 del
Código Penal, en los hechos signados con los números 1 y 3; del considerando
octavo al duodécimo; sólo el primer párrafo del fundamento decimotercero y el
considerando decimocuarto en su totalidad. Asimismo, se dan por reproducidas las
decisiones I) II) y IV) del fallo anulado. Y se tiene, además, en consideración los
argumentos pertinentes vertidos en el fallo de nulidad.

Y en su lugar se tiene, además, presente:

1º) Que el acusado Juan Aguirre Orellana, por los fundamentos de la sentencia
en alzada que se han dado por reproducidos, ha resultado ser responsable de dos
delitos de desacato y de dos delitos de lesiones menos graves, ambos cometidos
en el contexto de violencia intrafamiliar.

2º) Que la determinación punitiva por los delitos de desacato se hará en


conformidad con lo expuesto en el párrafo primero del motivo decimotercero del fallo
de veintinueve de noviembre del año pasado.

3º) Que respecto de los delitos de lesiones ya referidos precedentemente, de


acuerdo con lo dispuesto en el artículo 399 del Código Penal, tienen asignados en
la ley, las penas de relegación o presidio menor en sus grados mínimos o multa de
once a veinte unidades tributarias mensuales. En el caso de autos, concurre a favor
del encausado en los dos delitos de lesiones menos graves, la circunstancia
atenuante de responsabilidad penal, contemplada en el artículo 11 Nº 9 del Código
del Ramo.
4º) Que, respecto de los delitos de que es autor el acusado, se ejercerá lo
prevenido en el artículo 74 del Código Penal, por ser más beneficioso que la norma
del artículo 351 del Código Procesal Penal.

5º) Que para los delitos de desacato, se aplicará por cada uno, la pena de
reclusión menor en su grado medio, cuyo quantum se regulará en lo resolutivo. En
el caso de los delitos de lesiones menos graves, esta Corte estima conforme a
derecho imponer al encausado, por cada uno de estos ilícitos una sanción pe
cuniaria expresada en sendas multas, cuya cuantía y monto se determinará en lo
dispositivo.

6º) Que en concordancia con lo dispuesto en el artículo 70 del Código Penal, en


la aplicación de las multas el Tribunal podrá recorrer toda la extensión en que la ley
le permite imponerlas, consultando para determinar en cada caso su cuantía, no
sólo las circunstancias atenuantes y agravantes del hecho, sino principalmente el
caudal o facultades del culpable. Asimismo, en casos calificados, de no concurrir
agravantes y considerando las circunstancias anteriores, el juez podrá imponer una
multa inferior al monto señalado en la ley, lo que deberá fundamentar en la
sentencia.

7º) Que esta Corte hará uso de la facultad consagrada en el párrafo final del inciso
primero del artículo 70 del Código Punitivo, y rebajará sustancialmente el monto de
las multas a aplicar, por tratarse el condenado de una persona que se encuentra
privada de libertad de manera ininterrumpida desde el 4 de febrero de 2010, que
por ese motivo, unido al hecho de encontrarse patrocinado por la Defensoría Penal
Pública, no ha sido condenado en costas, por presumir el Tribunal a quo su falta de
recursos económicos. Según se desprende de autos, el condenado es chofer de la
locomoción colectiva y con motivo de su reclusión ha perdido su fuente de trabajo y
en razón de las condenas impuestas en esta causa no le será posible volver a ese
oficio, tornándose ilusorio el cumplimiento de una multa cuantiosa.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 1º, 14


Nº 1, 15 Nº 1, 24, 26, 30, 50, 67, 69, 70, 74, 296 Nº 3, 399 del Código Penal; 47,
295, 296, 297, 340, 342, 344, 347 y 348 del Código Procesal Penal; artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil; 5º, 9º, 10 y 16 de la Ley N º 20.066, y artículo 600
Código Orgánico de Tribunales, SE DECLARA:

I) Se ABSUELVE a Juan Domingo Aguirre Orellana de la acusación formulada en


su contra como autor del delito de desacato presuntamente cometido el 10 de enero
de 2010, de los delitos de amenazas, cometidos supuestamente el 16 de diciembre
de 2009 y 10 de enero de 2010, sin costas para el Ministerio Público, por estimar
que tuvo motivo plausible para litigar.

II) Se CONDENA a Juan Domingo Aguirre Orellana ya individualizado, a dos


penas de quinientos cuarenta y un días de reclusión menor en su grado medio,
accesoria de suspensión de cargo u oficio público durante el tiempo de la condena,
como autor de los delitos consumados de desacato, cometidos en la comuna de
Puente Alto, el día 26 de diciembre de 2009 y 10 de enero de 2010.

III) Se CONDENA a Juan Domingo Aguirre Orellana ya individualizado, a dos


penas de multa de dos Unidades Tributarias cada una, como autor de dos delitos
consumados de lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar,
perpetrados en la comuna de Puente Alto, el día 26 de diciembre de 2009 y 26 de
enero de 2010.

Si el sentenciado no tuviere bienes para satisfacer las multas, sufrirá por vía de
sustitución y apremio la pena de reclusión, regulándose un día por cada quinto de
unidad tributaria mensual.

IV) Que no se condena en costas al sentenciado por encontrarse privado de


libertad y patrocinado por la Defensoría Penal Pública.

Hallándose las penas aplicadas en el marco del artículo 8º de la Ley N º 18.216,


se le concede al sentenciado el beneficio de la reclusión nocturna por el tiempo de
las condenas privativas de libertad, esto es, 1.082 días, en los términos señalados
en el referido cuerpo legal. Para el caso que le fuera revocado el beneficio, deberá
cumplir las penas privativas de libertad impuestas de manera efectiva, contándosele
los abonos reconocidos en la sentencia de veintinueve de noviembre de 2010, a
saber, los días 17 de diciembre de 2009 y 10 de enero de 2010 y de manera
ininterrumpida desde el 4 de febrero de 2010 hasta el día que efectivamente
obtenga su libertad.

Se computará como un día de privación o de restricción de libertad, un día de


encierro del condenado en un establecimiento especial dispuesto por Gendarmería
de Chile, desde las 22:00 horas de cada día hasta las 06:00 horas del día siguiente.

De conformidad a lo dispuesto en el artículo 30 de la Ley Nº 18.216, se impone


al sentenciado Aguirre Orellana como condición para gozar del beneficio de
reclusión nocturna, la prohibición de que éste no ingrese, ni acceda a las
inmediaciones del hogar ni al lugar de trabajo de la ofendida.
Habiéndose reconocido al sentenciado el beneficio alternativo de cumpliendo de
la pena, de reclusión nocturna, establecido en el artículo octavo de la Ley N
º 18.216, y atendido lo dispuesto en el artículo 5º letra d) en relación con el artículo
12 del referido texto legal, se exime al encausado Juan Aguirre Orellana de la
satisfacción de la indemnización civil fijada en estos autos para efectos del goce de
dicho beneficio, sin perjuicio de que se persiga dicha obligación, de conformidad a
las reglas generales.

En razón de haberse dispuesto en favor del sentenciado el beneficio de la


reclusión nocturna, dése orden para su inmediata libertad, si no estuviere privado
de ella por otra causa o motivo. Líbrense los oficios correspondientes y
comuníquese lo actuado por la vía más rápida.

Devuélvase, al representante del Ministerio Público y a la Defensa, la prueba


documental incorporada.

Regístrese y devuélvanse.

Redacción del Ministro señor Ricardo Blanco Herrera.

Pronunciado por los Ministros de la Cuarta Sala Sr. Ricardo Blanco Herrera, Sra.
Marta Hantke Corvalán y Abogado Integrante Sr. Manuel Hazbún Comandari.

Se deja constancia que no firma el Abogado Integrante señor Manuel Hazbún


Comandari no obstante haber concurrido a la vista de la causa y fallo, por
encontrarse ausente.

RUC 0901203510-9.

RIT 169-2010.

Rol Nº 1.638-2010-R.P.P.
7. DECISIONES SANCIONATORIAS EN VIOLENCIA INTRAFAMILIAR NO
PUEDEN FUNDARSE EN CONSIDERACIONES SUBJETIVAS

SUMARIO: Las decisiones sancionatorias en materia de violencia intrafamiliar


deben justificarse con estricto mérito de la prueba rendida de acuerdo a la ley y
apreciadas conforme a la sana crítica, pero no puede fundarse en meras
suposiciones u otras consideraciones de índole subjetiva.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Iquique

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 802-2008

Fecha: 12/11/2008

Cita online: CL/JUR/4065/2008

Partes: Salgado Rojas, Marisol Andrea con Estica Alache, Andrés Humberto

Magistrados: Gatica Muñoz, Érico; Olivares Ojeda, Mónica

Redactor: Canales Pinto, Rolando

Abogado Integrante: Canales Pinto, Rolando

Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 186 y siguientes - Código de Procedimiento


Civil

TEXTO COMPLETO:

Iquique, 12 de noviembre de 2008.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, con excepción de sus fundamentos cuarto,


quinto y sexto, que se eliminan.

Y se tiene en su lugar y, además, presente:


Primero: Se ha elevado en apelación la presente causa, por la parte demandada,
a fin de que se revoque la sentencia definitiva de primera instancia, en la parte que
acogió la demanda de violencia intrafamiliar.

Segundo: Las decisiones sancionatorias en materia de violencia intrafamiliar


deben justificarse con estricto mérito de la prueba rendida de acuerdo a la ley y
apreciadas conforme a la sana crítica, pero no puede fundarse en meras
suposiciones u otras consideraciones de índole subjetiva.

Tercero: Que analizados los elementos de prueba rolantes en autos, éstos no


establecen fehacientemente actos propios de violencia intrafamiliar, toda vez que
los testigos de la denunciante, su madre, una tía y una compañera de trabajo, son
sólo circunstanciales, no han dado explicación suficiente de qué manera se habría
producido la violencia denunciada, ni cuáles fueron las conductas de daño físico o
psicológico, sufridas por la denunciante.

Asimismo, el informe psicosocial emitido por el DAM de Iquique no es concluyente


respecto a que el denunciado haya incurrido en conductas de violencia intrafamiliar,
puesto que sólo realiza un análisis de las características psicológicas de éste.

Cuarto: De lo expuesto precedentemente fluye que la sentencia impugnada


carece de pruebas que permitan concluir que se han producido en autos, hechos
reales de violencia intrafamiliar de la consistencia necesarias para acoger la
denuncia, razón por la cual se absolverá al denunciado.

Quinto: Que los demás antecedentes que obran en el proceso en nada alteran lo
concluido.

Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 186 y siguientes del Código de


Procedimiento Civil, SE REVOCA la sentencia apelada de nueve de septiembre de
dos mil ocho, en cuanto se condenó a Andrés Humberto Estica Alache como autor
de violencia intrafamiliar en contra de Marisol Andrea Salgado Rojas y en su lugar
se declara que SE ABSUELVE al denunciado Estica Alache, ya individualizado, de
la denuncia formulada en su contra el doce de mayo de dos mil ocho,
CONFIRMÁNDOSE en lo demás la referida sentencia.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del A bogado I ntegrante señor Rolando Canales Pinto.

Pronunciada por los Ministros Titulares Sr. Érico Gatica Muñoz, Sra. Mónica
Olivares Ojeda y el Abogado Integrante Sr. Rolando Canales Pinto.
Autoriza doña María Fernanda Gazmuri Villalobos, Secretaria Titular.

En Iquique, a doce de noviembre del año dos mil ocho, notifiqué por el estado
diario la resolución que antecede.

Rol Nº 802-2008.
8. LEY DE RESPONSABILIDAD PENAL DE LOS ADOLESCENTES ESTABLECE
NORMAS QUE SERÁN APLICADAS SUPLETORIAMENTE A LOS CASOS NO
PREVISTOS EXPRESAMENTE EN ELLA

SUMARIO: El artículo 1º de la Ley Nº 20.084, en el que se expresa su contenido,


se dice "La presente ley regula la responsabilidad penal de los adolescentes por
los delitos que cometan, el procedimiento para la averiguación y establecimiento
de dicha responsabilidad, la determinación de las sanciones procedentes y la
forma de ejecución de éstas. En lo no previsto por ella serán aplicables,
supletoriamente, las disposiciones contenidas en el Código Penal y en las leyes
penales especiales. Que, en el inciso tercero al referirse a las faltas de la cuales
sólo serán responsables, conforme a esta ley, los adolescentes mayores de
dieciséis años, se refiere a disposiciones del Código Penal allí enumeradas y se
incluye además a las tipificadas en la Ley Nº 20.000.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Copiapó

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 179-2010

Fecha: 06/09/2010

Cita online: CL/JUR/7130/2010

Partes: A.A.R.V. contra Ministerio Público

Redactor: Marcó Hope, Cecilia

Voces: acción típica - admisibilidad del recurso - aplicación de la ley - autoría


penal - causal de nulidad - cumplimiento de la pena - delito - derecho penal -
determinación de la pena - interpretación de la ley - ley penal - menor - recurso
de nulidad - responsabilidad penal juvenil - sistema acusatorio - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 358, 360, 373 letra b), 376, 384 y 385 -
Código Procesal Penal.

TEXTO COMPLETO:

Copiapó, seis de septiembre de dos mil diez.


Vistos:

Que en esta causa rol único 1000277786-5, rol interno Nº 0-1809-2010 del
Juzgado de Garantía de Copiapó y rol Corte Nº 179-2010, por sentencia definitiva
de veinticinco de junio de dos mil diez, el Juez del referido tribunal, don Alfonso
Javier Díaz Cordaro, condenó al imputado A.A.R.V., de dieciséis años a esa fecha,
a la pena de amonestación y a la medida accesoria del artículo 9º letra d) de la Ley
de Violencia Intrafamiliar, Nº 20.066 de someterse a un tratamiento o terapia para
el consumo problemático de alcohol y/o drogas por el plazo de seis meses en su
calidad de autor del delito consumado de amenazas simples en perjuicio de su
madre, previsto y sancionado en el artículo 296 Nº 3 del Código Penal.

En contra del referido fallo, el señor Luis Alberto González, Abogado de la


Defensoría Penal Pública, dedujo recurso de nulidad invocando el motivo absoluto
de invalidación previsto en la letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal,
estimando que en el pronunciamiento de la sentencia se hizo una errónea aplicación
del derecho que influyó en lo dispositivo del fallo.

Pide que se anule el juicio oral y la sentencia definitiva, ordenándose remitir los
autos al tribunal no inhabilitado que corresponda para que se disponga la realización
de un nuevo juicio oral y, en subsidio de lo anterior, invalide sólo la sentencia y dicte
otra de reemplazo que se conforme a la ley.

El día 17 de agosto del presente año se llevó a efecto la vista del recurso,
interviniendo el señor Abogado de la Defensoría Penal Pública don Luis Alberto
González y el señor abogado del Ministerio Público don Cristián González.

Se fijó el día seis de septiembre para dar a conocer la decisión del tribunal.

Considerando:

Primero: Que, el recurso se fundamenta en la causal contemplada en el artículo


373, letra b) del Código Procesal Penal, es decir, cuando en el pronunciamiento de
la sentencia se hubiere hecho una errónea aplicación del derecho que hubiere
influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

Segundo: Que el abogado representante del Ministerio Público solicitó el rechazo


del recurso, sosteniendo que el fallo recurrido cumple adecuadamente con las
exigencias legales y sostuvo como argumentos que las medidas aplicadas no son
penas en sí sino solamente medidas accesorias de aquellas regidas por la Ley
Nº 20.066 y en el artículo 1º inciso segundo de la Ley Nº 20.084 que dispone que
en lo no previsto por ella serán aplicables, supletoriamente, las disposiciones
contenidas en el Código Penal y en las leyes penales especiales.

Tercero: Que, el recurrente estima que el fallo ha incurrido en el vicio que indica,
porque su representado fue condenado a la sanción contemplada en la letra d) del
artículo 9 º de la Ley Nº 20.066 en circunstancias que, a su juicio, es improcedente
este tipo de pena atendida su calidad de adolescente.

Se refiere al principio de legalidad como uno de aquéllos fundamentales del


derecho público que otorga certeza y seguridad jurídica a los justiciables y hace
mención además al artículo 10 Nº 3 del Código Penal que establece que la
responsabilidad de los menores de dieciocho años y mayores de catorce se regulará
por lo dispuesto en la Ley de Responsabilidad Juvenil y añade que considerando la
remisión que hace el Código a la ley especial citada hay que tener presente el
artículo 1º de la misma que establece el ámbito de aplicación de su contenido en
cuanto a la determinación de las sanciones procedentes para los adolescentes que
cometan delitos. De esta manera, considera que la Ley Nº 20.084 fija todas
las sanciones que pudieran aplicarse a una persona menor de dieciocho años y
hace improcedentes todas aquellas no comprendidas en su cuerpo porque su ánimo
es, atento al distingo consagrado en el Código Penal, sólo sancionar con penas
acordes al rango etáreo del destinatario.

En este orden de ideas menciona el artículo 6º de este cuerpo legal que se refiere
a la "Escala General de Sanciones Penales para Adolescentes" y a continuación
enuncia las posibles penas, añadiendo que el legislador es enfático en orden a
impedir la imposición de otras penas distintas a las consagradas en la ley Nº 20.084
siendo esta norma exclusiva y excluyente en su numeración respecto a las penas
establecidas para los adolescentes. Añade, además, que esta misma disposición
en su inciso primero se refiere a que esta Escala se aplicará "en sustitución" de las
penas contempladas en el Código Penal y en las leyes complementarias como lo
sería la Ley Nº 20.066, del año 2005, la cual fue modificada posteriormente en 2008
y 2010, incluyendo el artículo 9 º, que fue aplicado en el presente caso, sin que se
hubiera dejado constancia expresa, en las referidas modificaciones posteriores, de
la ampliación del ámbito de su aplicación a los individuos sujetos a las disposiciones
de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil consagrada en la aludida Ley
Nº 20.084.

Que, concluye el recurrente, la medida accesoria del artículo 9º, letra d) de la Ley
Nº 20.066 no se encuentra en la Escala General de Sanciones Penales para
Adolescentes, razón por la cual es imposible aplicarla a un menor de dieciocho
años, estimando en consecuencia vulnerada la seguridad jurídica en su garantía
punitiva por haberse aplicado al adolescente de autos una sanción no dispuesta por
la ley a su respecto, infringiéndose el principio de legalidad considerado una de las
base fundamentales de nuestra legislación penal.

Cuarto: Que, en los motivos tercero y cuarto del fallo impugnado se tienen por
acreditados a) los hechos materia del requerimiento, los que configuran, como se
señala, el ilícito establecido en el artículo 296 Nº 3 del Código Penal, y b) la
participación que en él, como autor le corresponde al imputado. Además, consta
que el Defensor expresó en la audiencia que se oponía a la pena accesoria
contemplada en la Ley sobre Responsabilidad Penal Juvenil, de someter al impu
tado a un tratamiento por adicción a las drogas o al alcohol, toda vez que señaló
que no se cumplían los requisitos previstos en los artículos 6º y 7º de la misma, no
obstante lo cual la Fiscalía insistió en esta petición.

Quinto: Que para dilucidar la nulidad planteada es necesario dejar establecido


que el imputado es un adolescente de dieciséis años de edad, razón por la que
conforme a lo que ordena la Ley Nº 20.084 que establece un sistema de
responsabilidad de los adolescentes por infracciones a la Ley Penal, debe ser
sancionado de acuerdo a lo señalado por la referida ley.

Sexto: Que, también es útil señalar que el artículo 1º de la Ley Nº 20.084, en el


que se expresa su contenido, se dice "La presente ley regula la responsabilidad
penal de los adolescentes por los delitos que cometan, el procedimiento para la
averiguación y establecimiento de dicha responsabilidad, la determinación de
las sanciones procedentes y la forma de ejecución de éstas.

En lo no previsto por ella serán aplicables, supletoriamente, las disposiciones


contenidas en el Código Penal y en las leyes penales especiales. Que, en el inciso
tercero, al referirse a las faltas de la cuales sólo serán responsables, conforme a
esta ley, los adolescentes mayores de dieciséis años, se refiere a disposiciones del
Código Penal allí enumeradas y se incluye además a las tipificadas en la Ley
Nº 20.000.

Séptimo: Que, a mayor abundamiento, cabe señalar que la intención del


legislador es de sancionar a los adolescentes que consumieren alguna de las
drogas o sustancias estupefacientes o psicotrópicas de que hace mención el artículo
1º de la Ley Nº 20.000 en lugares como los que señala el artículo 50 y también a los
que tengan o porten en esos lugares las drogas o sustancias indicadas para su uso
o consumo personal exclusivo y próximo en el tiempo.
Que esa intención se ve corroborada con la historia de la ley, pues según consta
del segundo informe de la Comisión de Constitución del Senado, fue el Fiscal
Nacional quien sugirió incorporar en el artículo antes transcrito una remisión
genérica al Código Penal y al Código Procesal Penal en todo lo no previsto y que
no sea contrario a las disposiciones de la ley, a objeto de evitar indefiniciones en
materias no reguladas en el proyecto y sin las cuales su normativa podría no ser
aplicable. Todo esto concuerda con lo dispuesto en el artículo 1º de la Ley
Nº 20.084, como se indicó en la motivación precedente.

Que en el presente caso no consta que el adolescente fuere requerido para ser
sancionado en virtud de las normas de la Ley Nº 20.000.

Octavo: Que conforme a lo razonado, aparece evidente que la exigencia por parte
del Juez sentenciador de someter al adolescente a la medida accesoria prevista en
el artículo 9 º letra d) de la Ley Nº 20.066, haciendo aplicación del precepto por
considerar que es una ley especial "incluso aplicable, en el presente caso a los
adolescentes" (sic) no procede, por cuanto debió aplicar la norma prevista al efecto,
en el Código Penal. El requerimiento fue hecho por el delito de amenazas del Código
Penal, fue condenado en virtud de las disposiciones establecidas por este cuerpo
legal y durante el juicio el adolescente no fue objeto de requerimiento por las
disposiciones previstas en la Ley de Violencia Intrafamiliar. En consecuencia, el
Juez a quo no puede aplicar las penas contempladas en la referida ley, sólo procede
en el caso sub litis la aplicación de la Ley de Responsabilidad Penal Juvenil cuyo
artículo 6º establece la Escala General de Sanciones Penales para Adolescentes,
entre las cuales no se encuentra la medida accesoria a la sanción aplicada.

Noveno: Que en consecuencia, en la especie, la sentencia como el procedimiento


que le precede deben dejarse sin efecto, por haberse incurrido en el
pronunciamiento de aquélla en la causal de invalidación alegada, dado que de
haberse aplicado correctamente las normas legales atinentes al caso, no se habría
condenado al imputado a la medida accesoria del artículo 9 º letra d) de la Ley
Nº 20.066 aplicada.

Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 358, 360, 373 letra
b), 376, 384 y 385 del Código Procesal Penal, SE ACOGE el recurso de nulidad
deducido por el señor Defensor Penal Público de esta ciudad don Luis González
Ortiz, en contra de la sentencia definitiva de ocho de julio del año dos mil ocho,
dictada por el señor Juez del Juzgado de Garantía de Copiapó don Alfonso Javier
Díaz Cordaro y, en consecuencia, SE ANULA la sentencia recurrida que se deja sin
efecto respecto del sentenciado A.A.R.V., procediéndose a la dictación de inmediato
y por separado de la correspondiente sentencia de reemplazo.
Regístrese y dése a conocer a los intervinientes que asistan a la audiencia fijada
al efecto, sin perjuicio de su notificación por el estado diario e insértese en al acta
respectiva, hecho, devuélvase.

Redactada por la señora Cecilia Marcó Hope, Fiscal Titular.

Nº Crimen-reforma-179-2010.

II. Sentencia de reemplazo

Copiapó, seis de septiembre de dos mil diez.

Con esta fecha se procede a dictar sentencia de reemplazo conforme al artículo


385 del Código Procesal Penal.

Vistos:

De la sentencia anulada se reproducen sus fundamentos primero a quinto en el


cual se suprimen las líneas novena a veintidós, eliminándose en la octava línea la
frase "En cuanto a la" colocándose punto final a continuación de la palabra
"imputado".

Y teniendo además presente:

1º.- Que, como se señaló en el fundamento tercero, el imputado, representado


por su Defensa letrada y el Fiscal solicitaron que se procediera de conformidad al
artículo 388 y siguientes del Código Procesal Penal y el imputado admitió
responsabilidad en los hechos materia del requerimiento renunciando a su derecho
al juicio oral y público y la Fiscalía nada agregó. Que la Defensa a su turno no
cuestionó ni los hechos, ni la calificación jurídica de los mismos, ni la participación
que en ellos le ha cabido al imputado, ni cuestionó la pena de amonestación.

2º.- Que conforme se ha concluido en la motivación cuarta de la sentencia


invalidada, han de tenerse por acreditados los hechos que en ella se expresa, los
que para estos efectos se tienen por reproducidos.

3º.- Que asimismo como se señala en el fundamento quinto de la referida


sentencia la pena asignada al delito en cuestión es de presidio menor en su grado
mínimo y de acuerdo a los razonamientos vertidos en la motivación en comento
tendrá que establecerse la pena de amonestación al imputado.
Por estas consideraciones, y atendido además lo dispuesto en el artículo 296 Nº
3 del Código Penal, se resuelve:

I.- Que se condena a don Alejandro Alberto Ramírez Videla, como autor del delito
de amenazas en grado de consumado en contra de su madre doña Marianela Videla
Rojas, sancionado en el artículo 296 Nº 3 del Código Penal, hecho ocurrido el día
25 de marzo de 2010, alrededor de las 05:00 al interior del inmueble ubicado en
Llanos de San Pedro Nº 5916, Población Llanos de Ollantay II Etapa Paipote, en
esta ciudad a sufrir la pena de amonestación.

II.- Que se exime al condenado del pago de las costas de la causa por cuanto es
defendida por el Defensor Penal Público.

Regístrese, comuníquese y dése a conocer a los intervinientes que asistieren a


la audiencia de lectura fijada para el efecto, sin perjuicio de su notificación por el
estado diario; hecho, archívese.

Redacción de la señora Cecilia Marcó Hope. Fiscal Judicial.

Nº Crimen-reforma 179-2010.
9. CUANDO LESIONES INFERIDAS TIENEN LUGAR EN CONTEXTO DE
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR SE DEBE AUMENTAR LA PENA BASE EN UN
GRADO

SUMARIO: Las lesiones sufridas por la ofendida fueron en sí mismas de carácter


menos grave, pues produjeron en ésta incapacidad por un lapso inferior a treinta
días, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 399 del Código Penal. Por lo
mismo, no es efectivo, como pareciera pretenderlo la defensa, que dichas
lesiones hubieren sido de carácter leve, siendo susceptibles de encuadrarse en
el artículo 494 Nº 5 parte primera del mismo Código. Así las cosas, sólo cabe
concluir que el Tribunal a quo dio correcta aplicación al artículo 400 del Código
Penal, toda vez que es un hecho indubitado del proceso que las lesiones inferidas
a la víctima tuvieron lugar en contexto de violencia intrafamiliar y, en
consecuencia, correspondía legalmente aumentar la pena base u original en un
grado, esto es, de presidio menor en su grado mínimo a presidio menor en su
grado medio, no resultando vulnerado, de ese modo, el principio non bis in ídem
contemplado en el artículo 63 inciso 1º del Código Penal.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Punta Arenas

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 118-2007

Fecha: 26/12/2007

Cita online: CL/JUR/3144/2007

Partes: Paredes Montiel, Sandra y otros con Sáez Montiel, Ester

Voces: delito - delitos contra la vida - derecho penal - determinación de la pena -


lesiones - lesiones menos graves - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 5º - Ley Nº 20.066; Artículos 63, 399, 400 y


494 - Código Penal

TEXTO COMPLETO:

Punta Arenas, 26 de diciembre de 2007.


Vistos:

Don Ramón Bórquez Díaz, Defensor Penal Público, en representación de doña


Sandra Paredes Montiel y de don Gonzalo Paredes Paredes, recurre de nulidad en
contra de la sentencia de cinco de noviembre pasado, dictada por el Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal, por la cual se condenó a sus representados a la pena de
quinientos cuarenta y un día de presidio menor en su grado medio y accesorias
legales, en calidad de autores del delito de lesiones menos graves en contexto de
violencia intrafamiliar, en perjuicio de Ester Sáez Montiel, perpetrado en esta ciudad
el 15 de abril del presente año, ilícito previsto y sancionado en el artículo 399 del
Código Penal en relación con los artículos 400 del mismo cuerpo legal y 5º de la
Ley Nº 20.066.

Funda el recurso en la letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal,
señalando al efecto que se ha aplicado a sus mandantes una pena superior a la que
legalmente correspondía, relacionando, luego, la causal invocada con el artículo
385 del Código Procesal Penal.

En seguida, cita los basamentos décimo y decimoséptimo del fallo, como


asimismo los artículos 400 y 494 Nº 5 del Código Penal, en relación con el artículo
63 inciso 1º del mismo Código.

Dice que la errónea aplicación del primer precepto influyó sustancialmente en lo


dispositivo del fallo, pues, como ya lo expresó, se impuso a los acusados una pena
superior a la que legalmente correspondía.

Termina pidiendo se tenga por interpuesto el recurso y se dicte sentencia de


reemplazo en la forma ya señalada, y en subsidio, se decrete la nulidad del juicio
oral y de la sentencia definitiva, quedando el proceso en estado de realizarse por
un tribunal no inhabilitado un nuevo juicio oral.

Con fecha 6 de diciembre en curso, se certificó por el señor Relator la realización


de la audiencia, sus intervinientes y la data de lectura del fallo.

Con lo relacionado y considerando:

Primero: Que, don Ramón Bórquez Díaz, Defensor Penal Público en


representación de doña Sandra Paredes Montiel y de don Gonzalo Paredes
Paredes, recurre de nulidad en contra de la sentencia de cinco de noviembre
pasado, dictada por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, por la cual se condenó a
sus representados a la pena de quinientos cuarenta y un día de presidio menor en
su grado medio y accesorias legales, en calidad de autores del delito de lesiones
menos graves en contexto de violencia intrafamiliar, en perjuicio de Ester Sáez
Montiel, perpetrado en esta ciudad el 15 de abril del presente año, ilícito previsto y
sancionado en el artículo 399 del Código Penal en relación con los artículos 400 del
mismo cuerpo legal y 5º de la Ley Nº 20.066; recurso que funda en la letra b) del
artículo 377 del Código Procesal Penal, esto es, cuando en el pronunciamiento de
la sentencia se hubiere hecho una errónea aplicación del derecho que hubiere
influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

Añade que con motivo de lo anterior se ha aplicado a sus mandantes una pena
superior a la que legalmente correspondía, relacionando, luego, la causal invocada
con el artículo 385 del Código Procesal Penal, norma que dispone la nulidad de la
sentencia, entre otras hipótesis, cuando por ésta se hubiere impuesto una pena
superior a la que legalmente corresponde.

En seguida, cita el basamento décimo del fallo para luego invocar, también, las
características que las lesiones menos graves deben cumplir, a juicio del Profesor
Mario Garrido Montt, descritas en el mismo fundamento.

Posteriormente, cita en forma textual el artículo 494 Nº 5 del Código Penal, como
asimismo, el motivo decimoséptimo de la sentencia, referido a los factores para
determinar la pena, añadiendo que la causal referida se configura por la aplicación
al caso de la especie del artículo 400 del Código Penal, aseverando que el tribunal
consideró dos veces la relación de parentesco entre víctima y acusado, infringiendo
con ello la norma del artículo 63 inciso 1º del Código Penal, cuyo texto literal también
cita.

Dice que la errónea aplicación de dicho precepto influyó sustancialmente en lo


dispositivo del fallo, pues se impuso a los acusados una pena superior a la que
legalmente correspondía, esto es, quinientos cuarenta y un días de presidio menor
en su grado medio, en circunstancias que si ese error no se hubiera cometido, los
imputados sólo podrían haber sido sancionados con presidio menor en su grado
mínimo, esto es, desde 61 a 540 días.

Invoca, posteriormente, una vez más el artículo 385 del Código Procesal Penal,
solicitando se dicte sentencia de reemplazo debiendo condenarse a aquéllos a la
pena de 61 días de presidio menor en su grado mínimo, concediendo a Gonzalo
Paredes Paredes el beneficio de remisión condicional de la pena y a doña Sandra
Paredes Montiel, el de reclusión nocturna.

En subsidio, solicita se decrete la nulidad del juicio oral y de la sentencia definitiva


conforme a las reglas generales, determinando el estado en que debe quedar el
procedimiento y se ordene la remisión de los autos al tribunal no inhabilitado que
correspondiere para la realización de un nuevo juicio oral.

Termina pidiendo se tenga por interpuesto el recurso y se dicte sentencia de


reemplazo en la forma ya señalada y, en subsidio, se decrete la nulidad del juicio
oral y de la sentencia definitiva, quedando el proceso en estado de realizarse por
un tribunal no inhabilitado, nuevo juicio oral.

Segundo: Que, de la lectura del recurso interpuesto, resulta que la cuestión


jurídica esencial que esta Corte está llamada a dirimir, consiste en determinar si, a
partir de los hechos que el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal tuvo por acreditados,
resulta posible concluir que los sentenciadores aplicaron a ellos uno o más
preceptos legales que no correspondía, cuestión que habría influido
sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

Tercero: Que, sobre esa base, cabe consignar que, como se lee en el motivo
séptimo de la sentencia, en lo pertinente se invocó como prueba para acreditar las
lesiones sufridas por doña Ester Sáez Montiel los dichos de los profesionales
médicos, señores Carlos Castro Aguilar y Lorena Oyarzo Águila, ambos
dependientes del Instituto Médico Legal, quienes, después de describir y analizar
las lesiones sufridas por la señora Sáez Montiel, concluyeron, el primero, que éstas
demoraron en sanar alrededor de quince días y la segunda, que las mismas fueron
de carácter menos grave y provocaron en la ofendida incapacidad laboral de menos
de quince días; en tanto que, por otra parte, la Fiscalía introdujo los certificados de
nacimiento de Ester Sáez Montiel y de Sandra Paredes Montiel, apareciendo en
ambos como nombre de la madre Adriana Montiel Díaz, como también el
correspondiente a Gonzalo Paredes Paredes, en el que figura como su madre doña
Sandra Paredes Montiel.

Cuarto: Que, de lo dicho precedentemente, fluye que las lesiones sufridas por la
ofendida fueron en sí mismas de carácter menos grave, pues produjeron en ésta
incapacidad por un lapso inferior a treinta días, de conformidad con lo dispuesto en
el artículo 399 del Código Penal.

Por lo mismo, no es efectivo, como pareciera pretenderlo la defensa, que dichas


lesiones hubieren sido de carácter leve, siendo susceptibles de encuadrarse en el
artículo 494 Nº 5 parte primera del mismo Código.

Quinto: Que, así las cosas, sólo cabe concluir que el Tribunal a quo dio correcta
aplicación al artículo 400 del Código Penal, toda vez que es un hecho indubitado
del proceso que las lesiones inferidas a la víctima tuvieron lugar en contexto de
violencia intrafamiliar y, en consecuencia, correspondía legalmente aumentar la
pena base u original en un grado, esto es, de presidio menor en su grado mínimo a
presidio menor en su grado medio, no resultando vulnerado, de ese modo, el
principio non bis in idem contemplado en el artículo 63 inciso 1º del Código Penal.

Sexto: Que, por lo mismo, no habiendo los sentenciadores aplicado


erróneamente el derecho, como lo afirma la defensa, no se divisa de qué modo tal
inexistente error pudo haber influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 63, 399
y 494 Nº 5 del Código Penal, artículos 5º de la Ley Nº 20.066 y 373 letra b) del
Código Procesal Penal, se declara que se rechaza, en todas sus partes, el recurso
de nulidad interpuesto por el Defensor Público don Ramón Bórquez Díaz, en contra
de la sentencia definitiva dictada por el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal, con fecha
cinco de noviembre pasado.

Regístrese y dése a conocer a los intervinientes en la audiencia fijada, sin


perjuicio de su notificación por el estado diario.

Hecho, devuélvanse los antecedentes.

Redacción del Ministro señor Vigueras.

Rol Nº 118-2007 R.P.P.


CAPÍTULO VI DESACATO
1. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. PROCEDE ARRESTO SI AGRESOR
DESACATA MEDIDAS CAUTELARES

SUMARIO: El artículo 10 de la Ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar,


establece que en caso de incumplimiento de las medidas cautelares, el Juez
pondrá en conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los efectos
de lo previsto en el inciso 2º del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil,
sin perjuicio de imponer al infractor apremio por 15 días como medida de apremio.
A mayor abundamiento, cabe señalar que igual situación contempla el artículo 94
de la Ley Nº 19.968 al referirse al procedimiento relativo a los actos de violencia
intrafamiliar en los Tribunales de Familia. Así las cosas, resulta claro que
tratándose de un caso de violencia intrafamiliar, la disposición especial del
artículo 10 de la Ley Nº 20.066 prevalece sobre la disposición general del artículo
141 del Código Procesal Penal, relativa al incumplimiento de una medida cautelar.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Concepción

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 29-2008

Fecha: 22/02/2008

Cita online: CL/JUR/1666/2008

Partes: Ministerio Público contra Melita Medina, Juan Osvaldo

Magistrado: Bavestrello Bontá, Irma

Redactor: Bavestrello Bontá, Irma

Voces: cumplimiento de sentencia - delito - derecho civil - derecho penal -


derecho procesal - desacato - sentencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 373 letra b), 385 - Código Procesal Penal;
Artículo 10 - Ley Nº 20.066; Artículo 94 - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:

Concepción, 22 de febrero de 2008.


Visto:

En esta causa RUC 0600150166-4, RIT 50-2007 del Tribunal Oral en lo Penal de
Cañete, seguida contra el imputado Juan Osvaldo Melita Medina en juicio oral, se
dictó sentencia el siete de enero de dos mil ocho, en la cual se declaró que se
condena al mencionado imputado como autor del delito de desacato establecido en
el artículo 240 del Código de Procedimiento Civil y cometido los días 19 y 20 de
febrero de 2006, a la pena de 541 días de reclusión menor en su grado medio y
accesoria de suspensión de cargo u oficio público.

En contra de la sentencia, el defensor penal público dedujo recurso de nulidad


con la finalidad de invalidar la sentencia y que se dicte la correspondiente de
reemplazo de conformidad a lo dispuesto en el artículo 385 del Código Procesal
Penal, por haber incurrido en la causal de nulidad contemplada en la letra b) del
artículo 373 del Código Procesal Penal.

Habiéndose concedido el expresado recurso y estimándose admisible por esta


Corte, se dispuso su inclusión para la tabla del día 18 de febrero en curso.

Desarrollada la vista de la causa, con la concurrencia y alegatos de los abogados


de la defensa y del Ministerio Público, el señor Presidente de la Sala dispuso la
citación para el día 22 del presente a las 11:00 horas para la lectura del fallo.

Con lo relacionado y considerando:

1. Que el Juzgado de Garantía de Cañete decretó en caso de violencia familiar


seguido en contra de Juan Osvaldo Melita Medina, las medidas cautelares
contempladas en las letras c) y g) del artículo 155 del Código Procesal Penal, esto
es, la prohibición de acercarse al domicilio y a doña María Palmenia Pavez.

No obstante ello, después de notificadas estas medidas el día 26 de enero de


2005, el imputado ingresó al hogar de la víctima el día 19 del mes de febrero del
mismo año, permaneciendo en él hasta el día siguiente.

2. Que habiendo sido condenado por desacato, la defensa sostiene que ello es
improcedente por tratarse del incumplimiento de una medida cautelar transitoria, no
dándose en el presente caso la gravedad que requiere una sanción privativa de
libertad y sin que, además, se hayan intentado las normas que el legislador señala
como primer mecanismo de corrección, esto es, recurrir a la prisión preventiva
conforme a lo dispuesto en el artículo 141 del Código Procesal Penal.
El recurrente agrega que al estimar el Tribunal que el mero incumplimiento de
una medida cautelar constituye desacato, incurre en una errada aplicación del
derecho que ha influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo, razón por la que
solicita se anule el fallo y se dicte la correspondiente sentencia de reemplazo.

3. Que el artículo 10 de la Ley Nº 20.066, sobre Violencia Intrafamiliar, establece


que en caso de incumplimiento de las medidas cautelares, el Juez pondrá en
conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los efectos de lo previsto
en el inciso 2º del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de
imponer al infractor apremio por 15 días como medida de apremio.

A mayor abundamiento, cabe señalar que igual situación contempla el artículo 94


de la Ley Nº 19.968 al referirse al procedimiento relativo a los actos de violencia
intrafamiliar en los Tribunales de Familia.

4. Que así las cosas, resulta claro que tratándose de un caso de violencia
intrafamiliar, la disposición especial del artículo 10 de la Ley Nº 20.066 prevalece
sobre la disposición general del artículo 141 del Código Procesal Penal, relativa al
incumplimiento de una medida cautelar.

Por estas consideraciones y atendido lo dispuesto en los artículos 10 de la Ley


Nº 20.066 y 352, 358, 372, 373 letra b), 376 y 384 del Código Procesal Penal, se
rechaza el recurso de nulidad interpuesto por el Defensor Penal Público, abogado
don Egon Matus de la Parra Sanhueza, en contra de la sentencia de siete de enero
de dos mil ocho, escrita a fs. 1 de la carpeta judicial, y se declara, en consecuencia,
que dicha resolución no es nula.

Regístrese y devuélvase.

Redacción de la Ministro señora Irma Bavestrello Bontá.

Rol Nº 29-2008.
2. INCUMPLIMIENTO DE MULTA POR INFRACTOR DE LEY DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR CONSTITUYE DELITO DE DESACATO

SUMARIO: El delito de desacato incluye no sólo acciones sino también omisiones,


como es el no cumplimiento de una orden; que el delito de desacato no sólo se
refiere a acciones en desmedro de la autoridad pública de un tribunal. Asimismo,
no se explicaría la norma del inciso final del artículo 8º de la Ley de Violencia
Intrafamiliar, si en el caso que se aplique como sanción una multa al infractor de
dicha ley, éste no pague la multa y quede sin sanción alguna, pues las normas
jurídicas deben interpretarse en el sentido de que produzcan algún efecto, y no
para que no produzcan efecto alguno.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 104-2009

Fecha: 01/04/2009

Cita online: CL/JUR/6216/2009

Partes: Ministerio Público contra Labbe Queupuan, Luis Hernán

Magistrados: Díaz Yévenes, Emma; Abrego Diamantti, Rodolfo


Patricio; Carretta Navea, Darío;

Redactor: Díaz Yévenes, Emma

Voces: delito - derecho penal - desacato - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 8 º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

Valdivia, 1 de abril de 2009.

Vistos y teniendo presente:

Primero: Que, en estos autos, se alza el Ministerio Público en contra de la


resolución del señor Juez de Garantía de Valdivia don Jorge Rivas Álvarez, que
incide en proceso RUC 0891097010, RIT Nº 6006-2008, por desacato del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil, que decretó el sobreseimiento definitivo de
la causa. Alega el ente persecutor que en tal proceso el Ministerio Público solicitó
se castigue el incumplimiento de una multa aplicada por el Tribunal de Familia,
conforme a la norma de desacato contemplada en el artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil.

Agrega que la legitimación de la causa radica en la norma del artículo 8º inciso


final de la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, que establece que en caso
de incumplimiento de la sanción de pago de multa, el Tribunal de Familia remitirá
los antecedentes al Ministerio Público, conforme a lo que dispone el artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil.

Segundo: Que, en la resolución impugnada, el señor juez antes referido la


fundamentó en que el artículo 8º de la Ley Nº 20.066 no está creando un tipo penal,
sino sólo disponiendo que sea puesto en conocimiento del tribunal penal dicho
incumplimiento para los efectos del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil,
y que del tenor de dicha norma se establece que cumplida una resolución, el tribunal
tendrá facultades para decretar las medidas tendentes a dejar sin efecto todo lo que
se haga en contravención a lo ejecutado, y concluye dicho sentenciador que la
sanción del artículo 240 está referida a la acción de un agente que vulnera algo que
se ha ejecutado en la realidad, no es un no hacer, no es un no pagar, por lo que
para cometer el delito se requiere de una acción y no una omisión.

Tercero: Que desde ya, estos sentenciadores no comparten la doctrina contenida


en la resolución impugnada.

En efecto, la ratio legis del delito de desacato está en, como lo señalara el
profesor Gustavo Labatut en su obra Derecho Penal, Tomo II, Parte Especial,
página 96, que "la autoridad pública en cuanto tal, está expuesta a ser víctima de
delitos que menoscaben su dignidad, y para resguardar la dignidad, prestigio y
decoro de la autoridad consagra el Código Penal el delito de desacato" y, por su
parte, don Raimundo del Río expresa que el delito de desacato consiste en la falta
de respeto u ofensas hechas al decoro y majestad de la autoridad, en la persona de
sus representantes.

Comparten también estos sentenciadores lo expresado en sentencia de 23 de


mayo de 2006, Recurso de Nulidad Rol Nº 6.799-2006 de la Iltma. Corte de
Apelaciones de Santiago, publicada en Gaceta Jurídica Nº 311 de mayo de 2006,
en orden a que la remisión expresa que la ley hace al artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, se explica porque en cada uno de los casos en que los
legisladores han estimado pudiera configurarse una situación de desobediencia, lo
es para llamar especialmente a que se investigue una eventual comisión de delito
de desacato descrito y sancionado en el tantas veces citado artículo 240, así se
infiere precisamente de la norma contenida en el artículo 8º de la Ley de Violencia
Intrafamiliar, cuando establece que se castigará el maltrato constitutivo de violencia
intrafamiliar, atendida su gravedad, con multa.

Cuarto: Que de otro lado y como se expresó en el Congreso Nacional durante la


discusión de la Ley Nº 20.066, inequívocamente el hecho de no cumplir una sanción
impuesta en el contexto de un acto de violencia intrafamiliar, requiere una sanción
para enfatizar la necesidad del reproche social de los actos de violencia intrafamiliar,
y que asimismo las sanciones impuestas en la ley exigen mayor efectividad en el
momento de prevenir este tipo de conductas.

Quinto: Que de lo expresado en los razonamientos precedentes, se concluye que


el delito de desacato incluye no sólo acciones sino también omisiones, como es el
no cumplimiento de una orden; que el delito de desacato no sólo se refiere a
acciones en desmedro de la autoridad pública de un tribunal.

Sexto: Que, asimismo, no se explicaría la norma del inciso final del artículo 8º de
la Ley de Violencia Intrafamiliar, si en el caso que se aplique como sanción una
multa al infractor de dicha ley, éste no pague la multa y quede sin sanción alguna,
pues las normas jurídicas deben interpretarse en el sentido de que produzcan algún
efecto, y no para que no produzcan efecto alguno.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto por los artículos 352, 358
y 370 del Código Procesal Penal, se declara que: se REVOCA la resolución apelada
de 3 de marzo de 2009, que dispuso el sobreseimiento total y definitivo de la causa
conforme a lo dispuesto en el artículo 350 letra a) del Código Procesal Penal,
respecto del imputado Luis Hernán Labbé Queupuan y se declara, en cambio, que:
se deja sin efecto el sobreseimiento definitivo decretado y deberá, por el contrario,
fijarse por el Juez de Garantía que corresponda, audiencia para formalizar la
correspondiente investigación.

Redacción de la Ministra señora Emma Díaz Yévenes.

Regístrese y comuníquese.

Pronunciada por la Segunda Sala, por el Ministro Sr. Patricio Abrego Diamantti,
Ministro Sr. Darío I. Carretta Navea, Ministra Sra. Emma Díaz Yévenes. Autoriza la
Secretaria Sra. Ana María León Espejo.
Valdivia, uno de abril de dos mil nueve notifiqué por el Estado Diario la resolución
precedente.

Certifico: Que con esta fecha se dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 162
del Código de Procedimiento Civil.

Rol Nº 104-2009.
3. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. DELITO DE DESACATO DE MULTA IMPUESTA
PRESCRIBE EN CINCO AÑOS

S UMARIO: El artículo 8º de la Ley Nº 20.066 que establece entre las sanciones por
actos de maltrato constitutivos de violencia intrafamiliar una multa, señala en su
inciso tercero que en caso de incumplimiento de la sanción el tribunal remitirá los
antecedentes al Ministerio Público, conforme a lo dispuesto en el artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil. Por su parte, el mencionado artículo 240, en su
inciso segundo establece que el que quebrantare lo ordenado cumplir, será
sancionado con reclusión en su grado medio a máximo, esta norma define el
delito de desacato. Lo que se investiga en la presente causa no es una falta, como
lo pretende la señora Jueza de primera instancia, sino un delito (desacato), que
tiene una sanción de reclusión en su grado medio a máximo, y por tratarse de un
delito tiene plazos de prescripción diferente a los que corresponden a una falta y
por tratarse de un simple delito como en el caso de autos, el plazo de prescripción
es de cinco años.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 133-2009

Fecha: 21/04/2009

Cita online: CL/JUR/6274/2009

Partes: Ministerio Público contra Antilaf Ñanco, Jaime Enrique

Magistrados: Díaz Yévenes, Emma; Abrego Diamantti, Rodolfo

Redactor: Díaz Yévenes, Emma

Voces: cumplimiento de sentencia - delito - derecho civil - derecho penal -


derecho procesal - desacato - sentencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 8 º - Ley Nº 20.066; Artículo 240 - Código de


Procedimiento Civil

TEXTO COMPLETO:
Valdivia, 21 de abril de 2009.

Vistos y teniendo presente:

Primero. Que en estos autos del Juzgado de Garantía de Valdivia, RUC


0801097075, RIT O-953-2009, el Ministerio Público, representado por el abogado
don Gonzalo Valderas, dedujo recurso de apelación en contra de la sentencia
dictada en audiencia de fecha 24 de marzo de 2009, por la señora Jueza de
Garantía de Valdivia, doña Liliana Acuña Acuña, que decretó el sobreseimiento
definitivo de la causa seguida en contra de Jaime Enrique Antilef Ñanco, por el delito
de desacato, al haber declarado la prescripción de la pena, solicitando su
revocación.

Fundamenta su recurso en que en audiencia de 24 de marzo de 2008, la


Magistrada señora Liliana Acuña decretó el sobreseimiento definitivo y total de la
causa por haber transcurrido más de seis meses desde la imposición de la pena de
multa y argumenta que la sentencia incurre en un error de derecho al considerar
que la pena asignada al delito de desacato contemplado en el artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil es una pena de multa y el delito de desacato sería
una falta, o que la sanción de multa impuesta por el Juzgado de Familia al imputado
como autor de actos de violencia intrafamiliar de competencia de dicho tribunal y,
en consecuencia, no constitutiva de delito y sería una sanción penal aplicable a una
falta (penal).

Segundo. Que, en efecto, en audiencia de formalización de 24 de marzo de 2009,


la señora Jueza expresa: "En virtud del artículo 97 del Código Penal, y tratándose
de una falta de Vif, la pena de multa se encuentra prescrita, habiendo transcurrido
más de seis meses desde que se impuso". Y a continuación decreta el
sobreseimiento definitivo de conformidad al artículo 250 letra d) del Código Procesal
Penal.

Tercero. Que, como consta de la audiencia a que se refiere el motivo anterior, el


Ministerio Público formalizó al imputado por el delito de desacato, previsto y
sancionado en el artículo 240, inciso segundo del Código de Procedimiento Civil, en
relación con el artículo 8º de la Ley Nº 20.066, en calidad de autor.

Cuarto. Que, el artículo 8º de la Ley Nº 20.066 que establece entre las sanciones
por actos de maltrato constitutivos de violencia intrafamiliar una multa, señala en su
inciso tercero que en caso de incumplimiento de la sanción el tribunal remitirá los
antecedentes al Ministerio Público, conforme a lo dispuesto en el artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil.
Por su parte, el mencionado artículo 240, en su inciso segundo establece que el
que quebrantare lo ordenado cumplir, será sancionado con reclusión en su grado
medio a máximo, esta norma define el delito de desacato.

Quinto. Que, lo que se investiga en la presente causa no es una falta, como lo


pretende la señora Jueza de primera instancia, sino un delito, que tiene una sanción
de reclusión en su grado medio a máximo, y por tratarse de un delito, tiene plazos
de prescripción diferentes a los que corresponden a una falta y por tratarse de un
simple delito como en el caso de autos, el plazo de prescripción es de cinco años.

Sexto. Que, útil es consignar, como lo ha señalado con anterioridad este mismo
tribunal, que la norma contenida en el inciso final del artículo 8º de la Ley Nº 20.066,
ha tenido como objetivo enfatizar la necesidad de reproche social de los actos de
violencia intrafamiliar y que las sanciones impuestas por la ley exigen mayor
efectividad en el momento de prevenir este tipo de conductas.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto por los artículos 352, 358
y 370 del Código Procesal Penal, se declara que se REVOCA la resolución apelada
de veinticuatro de marzo de dos mil nueve, que dispuso el sobreseimiento definitivo
de la causa conforme a lo dispuesto en el artículo 250 letra d) del Código Procesal
Penal respecto del imputado Jaime Enrique Antilaf Ñanco, y se declara, en cambio,
que se deja sin efecto el sobreseimiento definitivo antes mencionado, debiendo
decretarse por el juez de garantía no inhabilitado la tramitación que en derecho
corresponda.

Regístrese y comuníquese.

Redacción de la Ministra señora Emma Díaz Yévenes.

No firma la Ministra señora Emma Díaz Yévenes, no obstante haber concurrido a


la vista de la causa y acuerdo del fallo, por encontrarse en comisión de servicios.

Pronunciada por la Segunda Sala, por el Ministro Sr. Patricio Abrego Diamantti,
Ministra Sra. Emma Díaz Yévenes, la Fiscal Judicial Sra. María Heliana del Río
Tapia. Autoriza la Secretaria Sra. Ana María León Espejo.

Valdivia, veintiuno de abril de dos mil nueve notifiqué por el Estado Diario la
resolución precedente.

Certifico: Que con esta fecha se dio cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 162
del Código de Procedimiento Civil.
Rol Nº 133-2009.
4. DESACATO POR INCUMPLIMIENTO DE OBLIGACIÓN DE NO ACERCARSE
A LA VÍCTIMA CONTENIDA EN LEY DE VIOLENCIA INTRAFAMILIAR

SUMARIO: La cuestión debatida consiste en determinar si en el presente caso


corresponde imponer sólo las condiciones a que se refiere el artículo 238 del
Código Procesal Penal o debe también aplicarse la que el artículo 9º letra b) de
la Ley Nº 20.066 contempla. Sobre el particular es útil tener presente que aun
cuando ambos preceptos contienen la prohibición de que el imputado se acerque
a la víctima, la norma de la Ley Nº 20.066 considera que la violación de dicha
prohibición constituye delito de desacato y la del Código Procesal Penal no le da
tal calidad. El hecho que la defensa haya pedido expresamente al tribunal de
primer grado, en la audiencia de rigor, no aplicar las disposiciones del artículo 9º
de la Ley de Violencia Intrafamiliar no significa que la señora juez a quo haya
debido acoger tal pretensión, pues no es una facultad discrecional del tribunal
otorgarla o no, dado el carácter imperativo de la norma que la contempla. Por otra
parte, el legislador ha previsto —como se dijo— las consecuencias de la
vulneración de tales medidas en el artículo 10 del mismo cuerpo legal, al
considerarla delito. De manera alguna se conculca el principio "non bis in ídem"
el ajustarse a la normativa especial vigente en esta materia, pues se está sólo
dejando establecido, con antelación a que ello ocurra, que el incumplimiento de
la obligación de no acercarse a la víctima de la agresión física, se tendrá como
"desacato" a la orden del juez que la dispuso, todo, sin perjuicio de permitir la
reiniciación de la suspendida acción penal, por el delito primitivo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de San Miguel

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 1264-2006

Fecha: 17/11/2006

Cita online: CL/JUR/3791/2006

Partes: Ministerio Público contra Soto Maldonado, Luis Ernesto

Magistrado: Pizarro Almarza, Jorge

Redactor: Pizarro Almarza, Jorge


Voces: delito - derecho penal - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 9º - Ley Nº 20.066

TEXTO COMPLETO:

San Miguel, 17 de noviembre de 2006.

Vistos:

Primero: Que el Ministerio Público dedujo apelación en contra de la resolución de


fecha 6 de noviembre del año en curso, dictada por el Juzgado de Garantía de San
Bernardo en audiencia de procedimiento simplificado, suspendiendo
condicionalmente el curso del proceso, seguido en contra de Luis Ernesto Soto
Maldonado basado en que —según dice— la S ra. juez, entre las condiciones
impuestas para detener la acción incluyó una diferente a las solicitadas por el ente
persecutor penal, con lo cual no respetó lo dispuesto por el artículo 9º de la Ley
Nº 20.066.

Argumenta que reuniéndose en la especie los requisitos del artículo 237 del
Código Procesal Penal respecto de este imputado, formalizado por el delito de
lesiones menos graves cometidas en el contexto de violencia intrafamiliar en contra
de su ex conviviente.

Expone que la fiscal a cargo de la causa propuso en la audiencia de rigor, las


condiciones contenidas en los literales f) y g) del artículo 238 del citado texto legal
y la del artículo 9º letra b) de la Ley Nº 20.066 (esta última es la prohibición de
acercarse a la víctima) y que no obstante lo anterior la señora Juez de Garantía, al
aprobar la suspensión condicional, sustituyó la condición del artículo 9º letra b) de
la Ley Nº 20.066 por la prevista en la letra b) del artículo 238 del Código Procesal
Penal.

Agrega el representante del Ministerio Público que dicha resolución es contraria


a derecho, porque vulnera el artículo 17 de la ley antes citada, que obliga al juez a
imponer como condición una o más de las medidas accesorias establecidas en el
artículo 9º de dicho texto legal, ello, sin perjuicio de las demás que autoriza el
artículo 238 del Código Procesal Penal.

Finaliza su argumentación solicitando que, en atención al carácter imperativo de


la citada disposición, se revoque la resolución apelada y se declare que se incluye
la prohibición especial ya indicada.
Segundo: Que la defensa del imputado argumentó en estrados que comparte el
razonamiento de la señora Juez de Garantía, pues el debate se centra en un
problema de interpretación de las disposiciones legales contenidas en los artículos
9º de la Ley Nº 20.066 y 238 del Código Procesal Penal y que al existir en la norma
procesal condiciones similares a las prescritas en la Ley de Violencia Intrafamiliar,
el legislador ha buscado prever los actos de violencia y proteger a las víctimas de
estos delitos y en ese entendido se ha cumplido con tal finalidad, pues la resolución
apelada contiene la condición de no acercarse a la persona afectada, cumpliendo
así con el espíritu de la ley ya individualizada, concluye que sostener lo contrario
podría llegar a afectar el principio de "non bis in ídem".

Tercero: Que, en síntesis, la cuestión debatida consiste en determinar si en el


presente caso corresponde imponer sólo las condiciones a que se refiere el artículo
238 del Código Procesal Penal o debe también aplicarse la que el artículo 9º letra
b) de la Ley Nº 20.066 contempla.

Sobre el particular es útil tener presente que aun cuando ambos preceptos
contienen la prohibición de que el imputado se acerque a la víctima, la norma de la
Ley Nº 20.066 considera que la violación de dicha prohibición constituye delito de
desacato y la del Código Procesal Penal no le da tal calidad.

Cuarto: Que el hecho que la defensa haya pedido expresamente al Tribunal de


primer grado, en la audiencia de rigor, no aplicar las disposiciones del artículo 9º de
la Ley de Violencia Intrafamiliar no significa que la señora juez a quo haya debido
acoger tal pretensión, pues no es una facultad discrecional del tribunal otorgarla o
no, dado el carácter imperativo de la norma que la contempla.

Por otra parte, el legislador ha previsto —como se dijo— las consecuencias de la


vulneración de tales medidas en el artículo 10 del mismo cuerpo legal, al
considerarla delito.

Quinto: Que de manera alguna se conculca el principio "non bis in ídem" el


ajustarse a la normativa especial vigente en esta materia, pues se está sólo dejando
establecido, con antelación a que ello ocurra, que el incumplimiento de la obligación
de no acercarse a la víctima de la agresión física se tendrá como "desacato" a la
orden del juez que la dispuso, todo, sin perjuicio de permitir la reiniciación de la
suspendida acción penal, por el delito primitivo.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 352, 365
y siguientes del Código Procesal Penal se declara:
Que SE REVOCA la resolución apelada dictada en audiencia de 6 de noviembre
en curso, en cuanto por ella se establece como condición para la sus pensión del
juicio la contenida en el artículo 238 letra b) del Código Procesal Penal y en su lugar
se dispone como condición al imputado Soto Maldonado la prohibición de acercarse
a la víctima, prevista en la letra b) del artículo 9º de la Ley Nº 20.066.

Se dio a conocer lo resuelto a los intervinientes presentes, se ordenó notificar por


el estado diario y se levantó la presente acta que firma el tribunal y autoriza el señor
relator, quien actuó como ministro de fe.

Regístrese, comuníquese.

Redacción del Ministro señor Jorge Pizarro Almarza.

RIT 3.976-2006.

Ruc 0600426547-3.

Rol Nº 1.264-2006.
5. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. IMPUTADO DEBE SER ABSUELTO DE
DESACATO SI FUE SANCIONADO POR INCUMPLIMIENTO DE MEDIDA
CAUTELAR

SUMARIO: Juez estaba facultado para aplicar un apremio o bien disponer que se
investigara el delito de desacato (en contexto de violencia intrafamiliar), optando
por el apremio y de esta manera (el imputado) ingresó a Complejo Penitenciario
y con posterioridad se modificó el arresto y se decretó su prisión preventiva por
peligro para la seguridad de la víctima, cumpliendo dicha sanción y egresando,
esto es, fue sancionado por incumplimiento de una medida cautelar, de manera
que la conducta desplegada por el imputado no se condice con los presupuestos
fácticos del delito de desacato, toda vez que este ilícito se configuraría una vez
que se hubieran establecido medidas como consecuencia de una sentencia, cual
no es el caso. Así las cosas, no puede ser sancionado nuevamente por el mismo
hecho, esto es, por incumplimiento de la medida cautelar que pesaba en su
contra.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Valdivia

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 413-2009

Fecha: 21/09/2009

Cita online: CL/JUR/1261/2009

Partes: Ministerio Público contra Cortez Macaya, Luis Alberto

Magistrado: Carretta Navea, Darío

Redactor: Carretta Navea, Darío

Voces: cumplimiento de sentencia - delito - derecho civil - derecho penal -


derecho procesal - desacato - sentencia - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 94 - Ley Nº 19.968

TEXTO COMPLETO:
Valdivia, 21 de septiembre de 2009.

Vistos y teniendo presente:

Primero: Que don Gonzalo Valderas Aguayo, Fiscal Adjunto de Valdivia, dedujo
recurso de apelación en contra de la sentencia dictada en procedimiento abreviado
en la parte que absolvió al imputado Luis Alberto Cortez Macaya del delito de
desacato y solicita su revocación se le condene por dicho ilícito.

Funda su recurso en que el imputado fue acusado como autor de los delitos de
amenazas, lesiones menos graves, ambos en el contexto de violencia intrafamiliar,
y de desacato, por los cuales se solicitó la pena de 61 días de presidio menor en su
grado mínimo por los primeros dos delitos y 541 días por el delito de desacato,
arribándose a un procedimiento abreviado en el cual fue condenado por dichos
ilícitos, pero absuelto respecto del último delito.

Sostiene que la juez dejó de lado antecedentes que fueron expuestos por el
Ministerio Público, aceptados por el acusado, y no tomó en consideración las
circunstancias de comisión del delito, por cuanto con fecha 13 de agosto de 2008,
aquél lesionó y amenazó a su conviviente a consecuencia de lo cual quedó sujeto
a la medida cautelar de prohibición de acercarse a la víctima y a pesar de ello
concurrió hasta el inmueble y la amenazó.

Segundo: Que esta Corte comparte lo resuelto por la Juez a quo en el fundamento
octavo de la sentencia recurrida en orden a absolver al acusado por el delito de
"desacato", por cuanto al ser detenido por segunda vez el Juez estaba facultado
para aplicar un apremio o bien disponer que se investigara el delito de desacato,
optando por el apremio y de esta manera el día 15 de agosto de 2008 ingresó al
Complejo Penitenciario de Valdivia y con posterioridad el día 29 del mismo mes se
modificó el arresto y se decretó su prisión preventiva por peligro para la seguridad
de la víctima, cumpliendo dicha sanción y egresando el día 17 de septiembre de
2008, esto es, fue sancionado por incumplimiento de una medida cautelar, de
manera que la conducta desplegada por el imputado no se condice con los
presupuestos fácticos del delito de desacato, toda vez que este ilícito se configuraría
una vez que se hubieran establecido medidas como consecuencia de una
sentencia, cual no es el caso.

Así las cosas, no puede ser sancionado nuevamente por el mismo hecho, esto
es, por incumplimiento de la medida cautelar que pesaba en su contra.
Y vistos, además, lo dispuesto en los artículos 94 de la Ley Nº 19.968, se
CONFIRMA, en lo apelado, la sentencia dictada en la audiencia de fecha treinta y
uno de agosto de dos mil nueve, dictada en los autos RIT Nº 0-3585-2008 del
Juzgado de Garantía de Valdivia.

Redacción del Ministro don Darío Ildemaro Carretta Navea.

Regístrese, comuníquese, archívese.

Rol Nº 413-2009.
6. VIOLACIÓN A UNA DE LAS CONDICIONES IMPUESTAS EN SUSPENSIÓN
CONDICIONAL DEL PROCEDIMIENTO NO IMPORTA LA COMISIÓN DE UN
DELITO DE DESACATO

SUMARIO: El vicio en el que se ha incurrido no ha tenido influencia en lo dispositivo


de la sentencia pues la violación a una de las condiciones impuestas en una
suspensión de esta naturaleza no importa la comisión de un delito de desacato,
toda vez que el artículo 239 del Código Procesal Penal señala las consecuencias
precisas del incumplimiento de algunas de las condiciones impuestas, a saber:
"Cuando el imputado incumpliere, sin justificación, grave o reiteradamente las
condiciones impuestas, o fuere objeto de una nueva formalización de la
investigación por hechos distintos, el juez, a petición del fiscal o la víctima,
revocará la suspensión condicional del procedimiento, y éste continuará de
acuerdo a las reglas generales". Luego, la ley ha regulado expresamente el
incumplimiento de las condiciones fijadas, debiendo el juez en este caso revocar
la suspensión condicional a petición del fiscal o de la víctima, sin que
corresponda, entonces, aplicar la norma penal del inciso segundo del artículo 240
del Código de Procedimiento Civil.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 859-2012

Fecha: 15/05/2012

Cita online: CL/JUR/1135/2012

Partes: Ministerio Público con Pérez Pallacán, Pedro Ramón

Magistrados: Rocha Pérez, Raúl Héctor; Mera Muñoz, Juan Cristóbal

Redactor: Mera Muñoz, Juan Cristóbal

Abogado Integrante: Carrasco Andonie, Clara

Voces: acción tipica - amenazas - derecho penal - derecho procesal penal -


desacato - recurso de nulidad - suspensión condicional del procedimiento
- violencia familiar
Legislación relacionada: Artículos 297 y 384 - Código Procesal Penal

TEXTO COMPLETO:

Santiago, quince de mayo de dos mil doce.

Vistos:

En estos autos RIT O 255-2011 del Segundo Tribunal Oral en lo Penal de esta
ciudad, RUC Nº 1000083175-7, por sentencia de diecinueve de marzo del año en
curso, los jueces señoras Paula Rodríguez Fondón e Irma Tapia Valdés y señor
Pablo Andrés Toledo González, absolvieron a Pedro Ramón Pérez Pallacán de la
acusación formulada en su contra como autor de los delitos de amenazas en
contexto de violencia intrafamiliar y de desacato, cometidos en esta ciudad los días
12 de diciembre de 2009 y 24 de enero de 2010, respectivamente.

En contra de esta resolución, el Ministerio Público dedujo recurso de nulidad.

Con fecha ocho del mes en curso se procedió a la vista de la causa, oportunidad
en que alegaron ante estrados los apoderados de ambas partes, fijándose la
audiencia del día de hoy para la lectura de la sentencia.

Considerando:

Primero: Que el Ministerio Público sostiene que la sentencia se encuentra viciada


por la causal de la letra b) del artículo 373 del Código Procesal Penal, la que
relaciona con lo que dispone el Nº 3 del artículo 296 del Código Penal.

Refiere el ente persecutor que el fallo exige, para la existencia del delito de
amenazas, un requisito que la ley no contempla, a saber, el no existir habitualidad
en la conducta amenazante, en circunstancias que la última norma legal citada sólo
exige que las amenazas sean serias, verosímiles y no condicionales.

De este modo, agrega el recurrente, al concluir el fallo que, en el caso sub lite,
como las amenazas que el imputado formuló a su hermana eran habituales o
formaban parte de la costumbre de Pérez Pallacán, no se configuraba el delito
señalado, se ha cometido el error de derecho que se vienen denunciando y, por lo
mismo, procede invalidar el fallo y el juicio oral, disponiendo que se practique uno
nuevo por jueces no inhabilitados.

Segundo: Que el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal señala que
"Procederá la declaración de nulidad del juicio oral y de la sentencia: b) Cuando en
el pronunciamiento de la sentencia, se hubiere hecho una errónea aplicación del
derecho que hubiere influido sustancialmente en lo dispositivo del fallo".

Luego, si el recurso de nulidad se interpone por esta causal, los hechos fijados
por los jueces del fondo son inamovibles para esta Corte.

Tercero: Que la sentencia no ha establecido como un hecho de la causa que el


acusado haya amenazado a su hermana el día y en las circunstancias que señala
el ente persecutor.

Resalta el considerando tercero del fallo que los dichos de Pérez Pallacán no
revisten ni la seriedad ni la verosimilitud exigidas en la ley.

Luego, frente a este presupuesto fáctico que el acusado no amenazó seria ni


verosímilmente a su hermana no puede existir el yerro jurídico que denuncia el
Ministerio Público, pues claramente no procedía aplicar la figura del Nº 3 del artículo
296 del Código Penal, norma que se dice infringida por no haberse encuadrado la
conducta desplegada por el agente a la descrita en este tipo.

Cuarto: Que, en todo caso, lo que el tribunal oral en lo penal hace en el fallo no
es agregar un requisito más al tipo penal sino, simplemente, razonar en orden a
que, en la especie, dado el contexto de violencia permanente del acusado, sus
dichos no constituyen amenazas ni verosímiles ni serias.

Y se podrá o no estar de acuerdo con tal aserto, pero para los efectos de la causal
interpuesta lo cierto es que no estableciéndose como un hecho que Pérez Pallacán
haya proferido amenazas a su hermana, no puede configurarse el yerro jurídico que
hace ver el Ministerio Público.

Quinto: Que el ente persecutor interpone una segunda causal de nulidad, la de la


letra e) del artículo 374, en relación con lo que dispone la letra c) del artículo 342 y
el artículo 297, todas disposiciones del Código Procesal Penal.

En efecto, afirma el recurrente que se han infringido las máximas de la


experiencia al absolver a Pérez Pallacán por el delito de desacato por el mero hecho
que en el acta de la audiencia de control de detención incorporada al proceso no
consta si estaba presente el acusado, audiencia de 12 de diciembre de 2009 donde
se le fijó como condición de la suspensión condicional del procedimiento la
prohibición de acercarse a la víctima, en causa RUC 090186711-9 RIT 15.336-2009
del Segundo Juzgado de Garantía de Santiago.
Afirma el Ministerio Público que para que proceda esta salida alternativa la
suspensión condicional del procedimiento es menester la presencia del imputado,
de modo que exigir que en el acta conste la presencia de éste siendo que ello es un
requisito de validez de la audiencia, vulnera las máximas de la experiencia.

Sexto: Que el artículo 374 letra e) del Código Procesal Penal establece: "Motivos
absolutos de nulidad.

El juicio y la sentencia serán siempre anulados: e) Cuando, en la sentencia, se


hubiere omitido alguno de los requisitos previstos en el artículo 342 letras c), d) o
e)".

Por su parte, el artículo 342 del mismo Código, en su letra c) señala que:
"Contenido de la sentencia.

La sentencia definitiva contendrá: c) La exposición clara, lógica y completa de


cada uno de los hechos y circunstancias que se dieren por probados, fueren ellos
favorables o desfavorables al acusado, y de la valoración de los medios
de prueba que fundamentaren dichas conclusiones de acuerdo con lo dispuesto en
el artículo 297".

A su turno, el artículo 297 del citado Código Procesal Penal expresa que
"Valoración de la prueba.

Los tribunales apreciarán la prueba con libertad, pero no podrán contradecir los
principios de la lógica, las máximas de la experiencia y los conocimientos
científicamente afianzados".

"El tribunal deberá hacerse cargo en su fundamentación de toda


la prueba producida, incluso de aquella que hubiere desestimado, indicando en tal
caso las razones que hubiere tenido en cuenta para hacerlo".

"La valoración de la prueba en la sentencia requerirá el señalamiento del o de los


medios de prueba mediante los cuales se dieren por acreditados cada uno de los
hechos y circunstancias que se dieren por probados.

Esta fundamentación deberá permitir la reproducción del razonamiento utilizado


para alcanzar las conclusiones a que llegue la sentencia".

Séptimo: Que, obviamente, razonar en orden a que no hay prueba que en la


audiencia en que se discutió la suspensión condicional del aludido procedimiento
RIT 15.336-2009 del Segundo Juzgado de Garantía de Santiago estaba el imputado
Pérez Pallacán, habiéndose acompañado al efecto el acta que aprobó tal salida
alternativa, va contra lógica y atenta contra las máximas de la experiencia pues,
claramente, era menester la presencia del señalado imputado para la procedencia
de la institución en comento, sin que haya habido alegación o prueba alguna que
pudiera convencer a los jueces de lo contrario.

Claramente, si se decretó una suspensión condicional del procedimiento, ha


debido estar presente el imputado, de acuerdo a lo que previene el artículo 237 del
Código Procesal Penal, pues se requiere su aquiescencia, y va contra la lógica y las
máximas de la experiencia cuestionar tal presencia sin fundamento alguno para ello,
máxime cuando jamás se alegó tan anómala situación.

Octavo: Que, sin embargo, el vicio en el que se ha incurrido no ha tenido influencia


en lo dispositivo de la sentencia, pues la violación a una de las condiciones
impuestas en una suspensión de esta naturaleza no importa la comisión de un delito
de desacato, toda vez que el artículo 239 del Código Procesal Penal señala las
consecuencias precisas del incumplimiento de algunas de las condiciones
impuestas, a saber: "Cuando el imputado incumpliere, sin justificación, grave o
reiteradamente las condiciones impuestas, o fuere objeto de una nueva
formalización de la investigación por hechos distintos, el juez, a petición del fiscal o
la víctima, revocará la suspensión condicional del procedimiento, y éste continuará
de acuerdo a las reglas generales".

Luego, la ley ha regulado expresamente el incumplimiento de las condiciones


fijadas, debiendo el juez en este caso revocar la suspensión condicional a petición
del fiscal o de la víctima, sin que corresponda, entonces, aplicar la norma penal del
inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil.

Noveno: Que por lo antes dicho, se rechazará el recurso de nulidad.

Y visto, además, lo dispuesto en el artículo 384 del Código Procesal Penal, se


rechaza el recurso de nulidad deducido por el Ministerio Público en contra de la
sentencia de diecinueve de marzo del año en curso dictada por el Segundo Tribunal
Oral en lo Penal que absolvió a Pedro Ramón Pérez Pallacán de la acusación
formulada en su contra como autor de los delitos de amenazas en contexto de
violencia intrafamiliar y de desacato, cometidos en esta ciudad los días 12 de
diciembre de 2009 y 24 de enero de 2010, respectivamente.

Redacción del Ministro señor Mera.

Regístrese y devuélvase.
Dictada por la Séptima Sala de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago,
presidida por el Ministro señor Raúl Héctor Rocha Pérez e integrada, además, por
el Ministro don Juan Cristóbal Mera Muñoz y por la Fiscal Judicial señora Clara
Carrasco Andonie.

Nº Reforma Procesal Penal 859-2012.


7. VIOLENCIA INTRAFAMILIAR. MEDIDAS CAUTELARES. LEY DE VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR PRIMA SOBRE CÓDIGO PROCESAL PENAL. SALIDA
ALTERNATIVA. ERROR DE PROHIBICIÓN

SUMARIO: La Ley de Violencia Intrafamiliar Nº 20.066 que se relaciona con el


presente recurso, señala en sus tres primeros artículos su objetivo
correspondiente a prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y
otorgar protección a las víctimas de la misma, imponiendo al Estado la obligación
de adoptar las medidas conducentes para garantizar la vida, integridad personal
y seguridad de los miembros de la familia, debiendo además, asumir el deber de
adoptar políticas orientadas a prevenir este tipo de violencia, en especial contra
la mujer y los niños y, a prestar asistencia a las víctimas, disponiendo que entre
otras, adopte las medidas necesarias para dar cumplimiento a la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer,
la Convención sobre los Derechos del Niño y demás instrumentos Internacionales
suscritos por el Estado de Chile.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de San Miguel

Tipo de recurso: Nulidad

Rol: 695-2012

Fecha: 04/07/2012

Cita online: CL/JUR/1263/2012

Partes: Del Río Guzmán, Rodrigo con Ministerio Público

Magistrados: Elgarrista Álvarez, María Stella; Meurer Montalva, Irma Ester

Redactor: Elgarrista Álvarez, María Stella

Voces: acción antijuridica - acción tipica - delitos contra el orden de las familias -
derecho penal - desacato - protección de la familia - recurso de nulidad
- violencia familiar

Legislación relacionada: Artículos 352, 360, 372 y 384 - Código Procesal Penal

TEXTO COMPLETO:
San Miguel, cuatro de julio del año dos mil doce.

Vistos.

En estos antecedentes Ruc 1100167090-7 y Rit 153-2012 del Sexto Tribunal del
Juicio Oral en lo Penal de Santiago, se condenó por sentencia definitiva de once de
mayo del presente año, a Rodrigo del Río Guzmán a la pena de sesenta y un días
de reclusión menor en su grado mínimo y accesorias del artículo 30 del Código
Penal, en calidad de autor del delito consumado de desacato, concediéndole el
beneficio de la remisión condicional de la pena.

En contra del mencionado fallo, el Defensor Penal Público don Claudio Octavio
Soto Campos en representación del condenado interpone recurso de nulidad, el que
sustenta en la causal prevista en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal,
al haberse, según lo dice conculcado lo dispuesto en los artículos 237 y 239 del
texto legal citado en relación a los artículos 5º, 9º, 10, 16, 17 y 18 de la Ley Nº 20.066
y artículo 240 del Código de Procedimiento Civil.

Su argumentación la divide en dos acápites los que deduce uno en subsidio del
otro, el primero por infringir los artículos antes aludidos y la segunda por errónea
aplicación de la última disposición citada del Código de Enjuiciamiento en lo Civil.

Concedido el recurso y declarado admisible por la Sala Tramitadora de esta


Corte, se fijó la audiencia del catorce del mes pasado para su vista, interviniendo en
ella por la Defensoría Penal Pública don César Bunger Rebolledo y por el Órgano
Persecutor don Eduardo Arrieta.

Luego se dispuso la audiencia de hoy, a las doce treinta horas para la lectura del
fallo acordado.

Con lo relacionado y oídos los intervinientes:

I. En lo que dice relación con la causal principal.

Primero: Que el motivo de impugnación se asienta, como se señaló, en la causal


del artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, esto es, cuando en el
pronunciamiento de la sentencia se hubiere hecho una errónea aplicación del
derecho que hubiere influido sustancialmente en su decisoria.

Sostiene el recurrente que el Tribunal a quo, al fundar su decisión condenatoria,


incurre en errónea aplicación del derecho al calificar los hechos acreditados en la
causa como delito de desacato, dando por establecidos los elementos objetivos del
hecho ilícito sin que ellos concurran en la especie.

Dice que el delito por el que se ha condenado a su representado se encuentra


previsto y sancionado en el inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, precepto legal este que es amplísimo y por lo mismo alejado
de nuestro sistema de derecho penal que prescinde de delitos de mera
desobediencia a la autoridad, lo que se debe entender en concordancia a un
principio básico del derecho penal, el principio de tipicidad que exige un alto nivel
de especificidad en la descripción que hace la norma de la conducta constitutiva de
delito.

Agrega que la doctrina nacional en concordancia con la jurisprudencia ha


entendido que el delito en cuestión no se configura por el quebrantamiento de lo
ordenado cumplir en cualquier resolución judicial, sino únicamente respecto de las
sentencias definitivas que se encuentren ejecutoriadas o que causen ejecutoria.

Señala que la sentencia recurrida en su motivación octava califica la naturaleza


jurídica de la resolución que autoriza la salida alternativa de suspensión condicional
del procedimiento como de un doble carácter, esto es, de sentencia interlocutoria
de primera y segunda clase, reconociendo con ello que no tendrá el carácter de
sentencia definitiva como se exige para configurar el delito de desacato por su
incumplimiento.

Manifiesta que si bien la legislación especial ha incorporado excepciones


especialmente previstas que, hacen aplicable el artículo 240 inciso segundo al
incumplimiento de resoluciones que no constituyen sentencias definitivas, como
ocurre con la Ley Nº 20.066 sobre Violencia Intrafamiliar, la que en su artículo 18
establece que en caso de incumplimiento de las condiciones para la suspensión del
procedimiento, la sanción será la aplicación del artículo 10 que a su vez dispone
que en caso de incumplimiento de las medidas cautelares o accesorias decretadas
el Juez pondrá en conocimiento del Ministerio Público los antecedentes para los
efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil, ello significa sólo que se establece un procedimiento para el
caso de verificarse el incumplimiento de una condición de la suspensión de un
procedimiento, cual es la remisión de los antecedentes para los efectos de iniciar
una investigación por hechos que podrían configurar el delito de desacato,
correspondiendo por mandato constitucional y legal, en forma exclusiva al órgano
jurisdiccional determinar la existencia en base a la prueba existente los elementos
constitutivos de este delito.
Dice que en este caso se trata de una situación excepcional de incumplimiento
por un motivo muy calificado, cual es, llevarle alimentos y pañales a su hija,
circunstancias que debieron ser consideradas por el Tribunal al tomar su decisión
lo que indudablemente hubiese conducido a la absolución de su representado, ya
que no concurre la actitud contumaz y desafiante a la justicia que se ha exigido por
la jurisprudencia para configurar el delito.

Expresa que la doctrina más reciente ha aceptado que, con el pasar de los años,
la legislación especial ha extendido la aplicación del artículo 240 del Código de
Procedimiento Civil al incumplimiento de resoluciones de carácter provisional que
no constituyen sentencias definitivas, como es el caso de la resolución que impone
condiciones para la suspensión del procedimiento acorde con lo que dispone el
artículo 17 en relación con el artículo 9º de la Ley Nº 20.066. Sin embargo, añade
dicha aplicación extensiva de la norma sólo se acepta para ciertas "hipótesis
calificadas de incumplimiento" que se agrupan según la concurrencia de los
siguientes requisitos: a) que conlleve la frustración del objeto de la resolución y el
fracaso anticipado del sistema de apremios, y b) sea grave y sus circunstancias
impliquen un peligro concreto para el objeto de protección de la respectiva
resolución judicial.

Continúa aduciendo que todas las exigencias especiales para hacer aplicable el
artículo 240 del Código de Procedimiento Civil al incumplimiento de una condición
impuesta para la suspensión del procedimiento en causas de violencia intrafamiliar
tienen por última finalidad dar correcta aplicación al principio básico del Derecho
Penal que exige no haya doble punibilidad a un mismo hecho: non bis in ídem.

Concluye señalando que la correcta aplicación del derecho a este caso hubiese
consistido en que sólo se aplicara el artículo 239 del Código Procesal Penal en
cuanto establece las consecuencias del incumplimiento en este tipo de
resoluciones, por lo que al no hacerlo el Tribunal oral ha castigado doblemente a su
representado, imputándole, además, un delito de desacato, por el que se le condenó
a una pena de reclusión menor en su grado mínimo, incurriendo en el absurdo de
condenarlo incluso a un pena mayor que la que dio origen a la causa que terminó
con el sobreseimiento definitivo y correspondiente archivo, todo en abierta infracción
a lo que establecen los artículos 237, 239 y 240 del cuerpo legal antes mencionado
y 15 Nº 1 del Código Penal, al condenarlo por hechos que no son constitutivos de
dicho delito, razón por la que pide que sin necesidad de nuevo juicio, pero
separadamente se dicte sentencia de reemplazo que lo absuelva del delito de
desacato.
Segundo: Que, entre otras características, el recurso de nulidad presenta la de
ser de derecho estricto y no permitir alterar los hechos determinados
soberanamente por los jueces de fondo, de modo que no es posible a esta Corte
desconocer los elementos fácticos que esos jueces han dado por establecido en el
párrafo segundo del considerando quinto del fallo que se impugna y que en el sexto
han considerado que configuran el delito de desacato, previsto y sancionado en el
inciso segundo del artículo 240 del Código de Procedimiento Civil en relación con
los artículos 5 º, 9 º, 17 y 18 de la Ley Nº 20.066.

Tercero: Que así los sentenciadores en el considerando quinto aludido expresan


"la prueba rendida en la audiencia ha sido bastante y completa, y en consecuencia,
ha resultado suficiente y eficaz para formar convicción acerca de la ocurrencia de
los hechos y, mediante la cual, se encuentran fehacientemente establecidos, más
allá de toda duda razonable, sin contradecir los principios de la lógica y las máximas
de la experiencia, los siguientes sustratos fácticos:

El día 16 de febrero de 2011, aproximadamente a las 12:30 horas, Rodrigo


Andrés del Río Guzmán concurrió hasta el domicilio ubicado en calle José Artigas
Nº 12667 de la comuna de La Pintana, en cuyo interior se encontraba Roxana
Andrea López Miranda respecto de la cual tenía prohibición de acercarse al igual
que al citado inmueble, de conformidad con lo dispuesto en la letra b) del artículo 9º
de la Ley Nº 20.066 emanada de la resolución judicial dictada en la causa Ruc
1001042315-0 del 15º Juzgado de Garantía de Santiago, que se encontraba
notificada y ejecutoriada.

Cuarto: Que conforme al hecho establecido, en la audiencia de 10 de noviembre


de 2010, se decretó por el Tribunal antes citado como una de las condiciones de la
suspensión condicional la medida accesoria VIF ya señalada de prohibición de
acercarse del acusado por el término de seis meses en la causa ya conocida por el
delito de amenazas simple.

Quinto: Que para elucidar el recurso intentado es necesario establecer que desde
el punto de vista estrictamente del Código Procesal Penal el incumplimiento
injustificado, grave o reiterado de las condiciones impuestas al imputado o si éste
fuere objeto de una nueva formalización de la investigación por hechos distintos, el
Juez, a petición del fiscal o la víctima, revocará la suspensión condicional del
procedimiento y éste continuará de acuerdo a las reglas generales (artículo 239).
Por el contrario, si transcurre el plazo fijado sin que la medida fuere revocada se
extingue la acción penal, debiendo el Tribunal dictar de oficio o a petición de parte
el sobreseimiento definitivo (artículo 240).
Sexto: Que, por su parte, la Ley de Violencia Intrafamiliar Nº 20.066 que se
relaciona con el presente recurso, señala en sus tres primeros artículos su objetivo
correspondiente a prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar
protección a las víctimas de la misma, imponiendo al Estado la obligación de adoptar
las medidas conducentes para garantizar la vida, integridad personal y seguridad
de los miembros de la familia, debiendo, además, asumir el deber de adoptar
políticas orientadas a prevenir este tipo de violencia, en especial contra la mujer y
los niños y a prestar asistencia a las víctimas, disponiendo que, entre otras, adopte
las medidas necesarias para dar cumplimiento a la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, la Convención sobre
los Derechos del Niños y demás instrumentos internacionales suscritas por el
Estado de Chile.

Además, declara que será constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que
afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad
de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él, o sea pariente por
consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer
grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente.

Séptimo: Que la ley aludida reglamenta y distingue dos tipos de procedimientos


en sus párrafos 2º y 3º, a saber: De la Violencia Intrafamiliar de conocimiento de los
Juzgado de Familia y de la Violencia Intrafamiliar constitutiva del delito.

Octavo: Que respecto del segundo de los procedimientos, el que importa para
resolver el arbitrio legal deducido, la ya citada ley señala en su artículo 13 Normas
Especiales expresando que "en las investigaciones y procedimientos penales s obre
violencia intrafamiliar se aplicarán, además las disposiciones del presente párrafo".

Tipifica el delito de maltrato habitual y dispone que el Ministerio Público sólo


puede dar inicio a la investigación si el respectivo Tribunal de Familia le ha remitido
los antecedentes en conformidad con lo dispuesto en el artículo 90 de la Ley
Nº 19.968 (artículo 14).

Noveno: Que en su artículo 15, dispone que en cualquier etapa de la investigación


o del procedimiento sobre delitos constitutivos de violencia intrafamiliar, y aun antes
de la formalización, el tribunal con competencia en lo penal podrá decretar las
medidas cautelares que sean necesarias para proteger a la víctima de manera
eficaz y oportuna, tales como las que establece el artículo 92 de la Ley Nº 19.968 y
las aludidas en el artículo 7º de este Ley de Violencia Intrafamiliar, en el que se
preceptúa que cuando exista una situación de riesgo inminente para una o más
personas de sufrir un maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar aun cuando éste
no se haya llevado a cabo, el Tribunal, con el sólo mérito de la denuncia, deberá
tomar las medidas de protección o cautelares que correspondan y para ello en el
artículo 9º establece las medidas accesorias que en la sentencia el Juez debe
adoptar, entre ellas, la obligación de abandonar el ofensor el hogar que comparte
con la víctima y la prohibición de acercarse a ésta o a su domicilio, lugar de trabajo
o de estudio y fijar prudencialmente el tiempo de duración, que en ningún caso
puede ser inferior a seis meses, autorizándose su prorrogación.

Por su parte, el artículo 10 establece que en caso de incumplimiento de las


medidas cautelares o accesorias decretadas, con excepción de aquella prevista en
la letra d) del artículo 9º, el Juez pondrá en conocimiento del Ministerio Público los
antecedentes para los efectos de lo previsto en el inciso segundo del artículo 240
del Código de Procedimiento Civil, sin perjuicio de imponer al infractor, como
medidas de apremio, arresto hasta por quince días.

En el artículo 17 dispone la obligación del Juez de Garantía, de imponer para


decretar la suspensión condicional del procedimiento una o más de las medidas
accesorias establecidas en el artículo 9º, estableciendo en el siguiente que en el
caso de incumplimiento de las medidas a que se refieren los artículos 15, 16 y 17
se aplicará lo dispuesto en el artículo 10.

Décimo: Que con lo relacionado en el fundamento anterior se puede concluir que


la Ley Nº 20.066, es especial frente a las normas del Código Procesal Penal y en
tal virtud de existir colisión entre ellas, sus disposiciones priman sobre la última y no
puede caber duda en ello, dada la materia y objetivos tan particulares que hicieron
constar los legisladores en sus primeras disposiciones y en los debates producidos
durante su gestión parlamentaria.

Undécimo: Que, conforme a lo establecido en los considerandos cuarto y sexto


de la sentencia impugnada, el acusado Rodrigo del Río Guzmán contravino una
prohibición dictada, por el 15º Juzgado de Garantía de Santiago, la que le fue
notificada en la audiencia en que se decretó la suspensión condicional del
procedimiento infringiendo la obligación que establece la letra b) del artículo 9 º de
la Ley Nº 20.066.

Duodécimo: Que, si bien, bajo el solo estatuto del Código Procesal Penal como
se señaló en el basamento quinto de este fallo el incumplimiento de algunas de las
condiciones del artículo 238 fijadas por un juez de garantía a efecto de acceder a la
solicitud del fiscal y del imputado de suspender el procedimiento penal iniciado en
contra de este último por tiempo determinado y bajo la condición de no ser
quebrantadas durante el plazo fijado exige para la revocación del beneficio que el
inculpado incumpla una o más de ellas, sin justificación, etc., y dejándose sin efecto
la suspensión condicional del procedimiento, éste continuará de acuerdo a las
reglas generales (artículo 239).

Pero las normas pertinentes de la Ley Nº 20.066 reglamentan la materia en otro


sentido, ya que como se expresó en la motivación novena de este fallo el Juez de
Garantía puede decretar las medidas cautelares necesarias para proteger a la
víctima de manera eficaz y oportuna, autorizando también para aplicar medidas
accesorias, añadiendo "sin perjuicio de las sanciones principales y accesorias que
correspondan al delito de que se trata".

Decimotercero: Que la Ley de Violencia Intrafamiliar no exige la concurrencia, de


acuerdo con la Historia de la Ley Nº 20.066, de ningún otro elemento sino sólo la
decisión de un Juez de Garantía de aceptar el pedido de los intervinientes, Ministerio
Público y un imputado a través de su defensa de acceder a conceder como salida
alternativa en un proceso penal iniciado pro (sic) el delito de amenazas en un
escenario de violencia intrafamiliar, fijándose para ello condiciones que se debían
cumplir, pero que dentro del plazo fijado son quebrantadas.

Decimocuarto: Que así queda comprobado que los jueces del Juicio Oral que
terminan sancionando al imputado como autor del delito de desacato, se ciñeron
estrictamente a las normas analizadas.

Decimo quinto: Que en lo relativo a que sólo daría lugar a ser procedente la
exigencia de un delito de desacato cuando la obligación que se incumple esté
contenida en una sentencia definitiva, no es así, por cuanto como lo ya lo resolvió
la Excma. Corte Suprema en la sentencia dictada en la causa Rol Nº 8467-09, en
autos "se trata de incumplimiento de las condiciones impuestas a un infractor penal,
por delito de violencia intrafamiliar de las cuales dependía hacer uso por un lapso
determinado de la medida alternativa de suspensión condicional del Procedimiento".

Añade, pues bien esta resolución, al tenor del artículo 158 del Código de
Procedimiento Civil, para estos sentenciadores importa ser sentencia interlocutoria,
toda vez que falla un incidente del juicio estableciendo derechos permanentes a
favor de las partes, y además resuelve sobre un trámite que sirve de base en el
pronunciamiento de una sentencia definitiva o interlocutoria y en este caso particular
cumple ambas características que la definen. Por una parte, durante el período de
observación la víctima favorecida con la medida potencialmente protege su
seguridad y el inculpado garantiza que el procedimiento queda detenido
temporalmente en su favor hasta el vencimiento del plazo.
Por la otra, si el obligado cumple lo que se ha exigido, se libera del proceso con
la sentencia, también interlocutoria, que lo sobresee definitivamente. Esta sentencia
causa ejecutoria, luego produce los efectos que el recurso afirma no concurren.

Decimosexto: Que no es efectivo que la "correcta aplicación del derecho a este


caso hubiese consistido en que sólo se aplicara el artículo 239 del Código Procesal
Penal" como lo sostiene el recurrente, ya que de "no hacerlo se ha castigado
doblemente a mi representado", por cuanto atendido todo lo expuesto
precedentemente no existe una violación al principio "non bis in idem" por cuanto
ajustarse a la normativa especial vigente en esta materia, se ha dejado establecido
con antelación a que ello ocurra, consistente en que el incumplimiento de la
obligación que se impuso, se tendrá como desacato del inciso segundo del artículo
240 del Código de Procedimiento Civil.

Así es posible que en cumplimiento al mandato de la ley el infractor se vea en la


situación que señala su representante, sometido a dos procesos distintos por
hechos independientes y separados, efecto este real de la norma del artículo 16
inciso 1º de la Ley Nº 20.066 cuando dispone que "sin perjuicio de las sanciones
principales y accesorias que correspondan al delito de que se trate".

Sin perjuicio de lo expuesto, debe señalarse que la doble pena a la que se refiere
quien recurre no habría sucedido, por cuanto como él mismo lo indica en su libelo
recursivo la causa del Juzgado de Garantía fue sobreseída definitivamente.

Decimoséptimo: Que por todo lo expuesto a estos sentenciadores sólo cabe


desestimar el recurso de nulidad intentado, en lo referente, por el presente acápite,
ya que fluye que la sentencia ha sido dictada conforme a derecho sin que se
adviertan los vicios que invoca el recurrente que pueda servir de base para su
invalidación.

II. En cuanto a la causal subsidiaria.

Decimoctavo: Que, en tal calidad, el recurrente sustenta el motivo de abrogación


contenida en el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, por cuanto, a su
juicio, en el fallo que se impugna se interpretó erróneamente el artículo 240 del
Código de Procedimiento Civil, lo que influyó sustancialmente en su parte
dispositiva.

Manifiesta que según la dogmática, la que ha desarrollado la teoría del delito, es


posible comprender una estructura común a todo hecho punible y es así que ha
definido el delito como "la conducta típica, antijurídica y culpable", definición de la
que se extraen los presupuestos de punibilidad, que son: a) conducta, ya sea por
acción u omisión; b) la tipicidad, es decir, la adecuación de la conducta a la
descripción de la norma; c) la antijuricidad consistente en la conducta típica sea
además contraria al ordenamiento jurídico, y d) la culpabilidad.

Expone que, en la especie, no cabe la posibilidad de establecer o aceptar la


atribución de responsabilidad penal a su representado, pues el hecho no se le puede
atribuir subjetivamente puesto que su defendido no estaba en condiciones de obrar
en una manera distinta.

Aduce que los jueces de primer grado no se hacen cargo de la máxima del
derecho penal moderno de: "no hay pena sin culpabilidad la que es recogida por el
Código Procesal Penal en su artículo 340".

Dice que existen causas que excluyen la culpabilidad, las que tienen por
fundamento el incumplimiento de las exigencias intelectivas de la culpabilidad de
manera que haya sido desconocido para el autor del sentido del actor (error de
prohibición) o bien no haya existido la posibilidad de actuar de una forma diversa,
es decir, que le sea inexigible otra conducta, fuerza irresistible o miedo insuperable
(eximente de responsabilidad criminal contenida en el artículo 10 Nº 9 del Código
Punitivo del ramo).

Sostiene que en el juicio oral sus alegaciones se basaron fundamentalmente en


el error de prohibición indirecto sobre el cual actuó su defendido, por cuanto, éste
efectivamente concurrió al domicilio de la víctima producto de un llamado que ella
efectuó primero a su madre solicitándole alimentos para la hija en común, pero como
la abuela paterna no se encontraba en Santiago, la madre de la niña llamó al padre,
urgiéndolo a que le enviara comida.

Agrega que como ese día no existía ninguna otra persona que pudiera concurrir
al inmueble de la denunciante —como había ocurrido durante los tres meses que
llevaba vigente la medida de prohibición de acercarse—, en que el acusado había
enviado en varias oportunidades diversas especies para cubrir las necesidades de
su hija, por intermedio de sus familiares, dando así cumplimiento irrestricto a la
orden judicial, por lo que decidió ir él mismo a dejar alimentos y pañales, sin la
conciencia ni la voluntad de no cumplir con una resolución judicial; sino en el
convencimiento de que estaba cumpliendo con su deber de padre y amparado por
la propia voluntad de la ofendida.

Expresa que los sentenciadores restaron valor a su argumentación, señalando en


la motivación octava de su fallo "que no se puede afirmar que el acusado carecía
de una falta absoluta de conciencia respecto de la ilicitud del acto que estaba
efectuando en términos de concluir que frente a un error de prohibición invencible,
toda vez que nunca concurrió el consentimiento de la víctima para que fuera al
inmueble".

Concluye arguyendo que la errónea aplicación del derecho efectuada por el


Tribunal a quo, ha influido sustancialmente en lo dispositivo de la sentencia al no
considerar que los hechos establecidos aun siendo típicos y antijurídicos no son
culpables, por lo que el dictamen se hubiere pronunciado en sentido diverso, esto
es, absolviendo a su representado. Pide que se invalide la sentencia impugnada y
se dicte otra de reemplazo en que se aplique correctamente el derecho, con la
consecuente absolución.

Decimonoveno: Que, procede determinar qué se entiende por errónea aplicación


del derecho, ante lo cual, en criterio de esta Corte, se estima que ésta consiste en
la calificación o subsunción de los hechos de la causa. De tal manera que errónea
aplicación de la ley consiste en la falta o incorrecta aplicación de la norma sustantiva
que corresponda a los hechos ya determinados en el Tribunal a quo.

Vigésimo: Que, efectuada la precisión del fundamento anterior, se debe


determinar si nos encontramos frente a un error de prohibición o no. Es necesario
entonces, precisar que, para la doctrina nacional, el error de prohibición como
causal excluyente, es el que recae sobre la licitud de la actividad desarrollada,
consiste en ignorar que se obra en forma contraria a derecho, en no saber que se
está contraviniendo el ordenamiento jurídico.

El error de prohibición se puede presentar bajo tres modalidades: a)


desconocimiento del mandato jurídico general, esto es, el autor no sabe que existe
una norma prohibitiva general y estima que su actuar es jurídicamente indiferente,
es el llamado error de prohibición abstracto o indirecto; b) error en la inaplicabilidad
de la norma, caso en el que el autor conoce la existencia de la norma, no obstante
lo cual supone que está autorizado para actuar, sobre la base de un determinado
permiso, es el que conoce como error concreto o directo, es un error acerca de la
existencia y alcance de una causal de justificación, y c) como una representación
equivocada acerca de la fuerza determinante de la norma, es un error acerca de
una causal de exclusión de responsabilidad del hecho.

Vigésimo primero: Que, sin embargo, para que el error de prohibición excluya la
culpabilidad y, por ende, exima totalmente de responsabilidad penal, lo que
necesariamente conlleva a la absolución es indiscutido tanto en la jurisprudencia
como en la doctrina que el error debe ser invencible o inevitable, esto es, que no
haya podido ser evitado por el agente aun empleando toda la diligencia que le era
exigible. Este examen de invencibilidad y evitabilidad del error debe ser efectuado
por los sentenciadores en cada caso concreto.

Sobre esta materia, la jurisprudencia de nuestros tribunales ha establecido


exigencias para poder arribar a la conclusión de que se ha configurado, en un caso
concreto, la causal de exclusión de culpabilidad del error de prohibición, por haber
sido éste inevitable o invencible, parámetros que se han centrado en la
consideración de las características personales del autor, sus condiciones
culturales, su instrucción, valores, personalidad, edad, sexo, condiciones físicas,
etc., recogiendo de esta forma lo que la doctrina ha señalado sobre la materia.

Vigésimo segundo: Que los juzgadores del grado en su motivación octava, bajo
el epígrafe "Argumentaciones de la Defensa" señalan "Que tal como se reseñó, la
Defensa solicitó la absolución de Rodrigo Andrés del Río Guzmán fundado... en que
el actuar de su representado estaba amparado en un error de prohibición que en
síntesis hace consistir en el hecho que fue la propia víctima quien llamó al acusado
y lo urgió a que le enviara comida a su hija y como ese día no existía ninguna otra
persona que pudiera concurrir a dejársela, decidió hacerlo él mismo, sin la
conciencia ni voluntad de cumplir una resolución judicial.

En tal sentido, cabe consignar que para que el error de prohibición excluya la
culpabilidad y exima totalmente de responsabilidad penal, debe ser invencible o
inevitable. En efecto, el agente no debe estar en condiciones de evitarlo, aun
empleando toda la diligencia que le era exigible, ya que no obstante que conoce la
norma, como lo es una resolución judicial que le impide acercarse al domicilio de su
ex pareja, estima, por otras consideraciones, que está autorizado a hacerlo.

Que, en primer lugar, se estableció con la prueba de cargo, no resulta efectivo,


como lo afirma la Defensa, que fuera la ofendida quien le solicitara que concurriera
el inmueble. En tal sentido, el propio acusado reconoce que aquélla le solicitó que
mandara especies por intermedio de su madre, argumentando que como no había
nadie más que pudiera concurrir decidió ir personalmente al inmueble.

Que a mayor abundamiento, cuando le comunicó a Roxana López su intención


de concurrir en persona al domicilio ubicado en José Artigas Nº 12667, ella se
opuso, lo cual el acusado lo realizó, manifestando nuevamente la ofen dida su
rechazo a aquello, al cerrarle la puerta, y decirle que se retirara del lugar porque si
no lo hacía llamaría a Carabineros.
Así las cosas, no se puede afirmar que el acusado carecía de una falta absoluta
de conciencia respecto de la ilicitud del acto que estaba efectuando, en términos de
concluir que se encontraba frente a un error de prohibición invencible, toda vez que
nunca concurrió el consentimiento de la víctima para que fuera al inmueble.

En pos de aquello, también pesó en el ánimo del Tribunal el hecho que, según se
estableció con la prueba producida durante la audiencia, no es efectivo que el
imputado concurriera el inmueble con el objeto de llevar especies a su hija. En
efecto, Carlos Antonio López Mortecinos dio cuenta al Tribunal, que desde el interior
de la casa escuchó las amenazas que aquél profería para lo dejaran ingresar al
domicilio, añadiendo que cuando quiso intervenir su hija no lo dejó diciéndole que
ya había llamado a Carabineros. Lo anterior, también se corrobora con la
declaración del acusado, en cuanto indicó que no quiso dejar las especies adentro
de la reja, porque se las podían robar, explicación que no resulta atendible si se
tiene en consideración que la afectada ya lo había visto.

En síntesis, no concurren los presupuestos del error de prohibición invocado por


la Defensa, toda vez que la víctima no autorizó al acusado para concurrir al
inmueble, lo que queda de manifiesto en el hecho, que apenas él se apersonó en el
lugar dio cuenta de inmediato a Carabineros, sujeto que además al llegar profirió
amenazas para que lo dejaran entrar, alejándose del objeto que invocó para
legitimar su actuar, objetivo que —de ser objetivo— contaba con múltiples otras
formas de cumplir sin que fuera necesaria su presencia, razones todas por las
cuales se desestimó la absolución de la defensa, por existir un error de prohibición".

Vigésimo tercero: Que, sin duda, en el caso que se analiza, estos sentenciadores
comparten la teoría de no encontrarse frente a una de las modalidades del error de
prohibición, situación que los jueces han razonado en forma suficiente en el motivo
octavo —que se transcribió— para lo cual han utilizado los parámetros dados por la
doctrina y recogidos por la jurisprudencia, en el contexto de la situación dada, así
como las características personales del imputado, un promotor e ingeniero en
sonido, soltero, de veintinueve años de edad.

Vigésimo cuarto: Que de lo razonado precedentemente se colige que los jueces


del Tribunal Oral no infringieron el artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal,
con influencia en lo dispositivo del fallo, al condenar al acusado, lo que estos
sentenciadores comparten, puesto que han aplicado correctamente la teoría del
error de prohibición, ya que los elementos que consideraron para estimar que no
fue invencible o inevitable se ajustan con los criterios dados por la doctrina y la
jurisprudencia.
Vigésimo quinto: Que en lo que dice relación con la posible infracción al artículo
10 Nº 9 del Código Penal, que denuncia el recurrente, debe desestimarse por
inadmisible, por cuanto no debe olvidarse que el recurso de nulidad es de derecho
estricto y en el escrito de interposición deben señalarse los fundamentos de hecho
y de derecho, como lo ordena el artículo 383 del Código Procesal Penal, lo que no
acontece, en la especie.

Vigésimo sexto: Que de todo lo señalado no se observa que los sentenciadores


hayan incurrido en la causal del artículo 373 letra b) del Código Procesal Penal, con
influencia en lo dispositivo del fallo, por lo que se procederá, también, al rechazo del
recurso motivo del presente acápite.

Por lo reflexionado, citas legales aludidas y acorde con lo que disponen los
artículos 352, 360, 372 y 384 del Código Procesal Penal, SE RECHAZA el recurso
de nulidad deducido por el Defensor Penal Público don Claudio Octavio Soto
Campos, en representación de Rodrigo del Río Guzmán, en contra de la sentencia
de once de mayo del presente año, dictada por el Sexto Tribunal de Juicio Oral en
lo Penal, la que, consecuencialmente, NO ES NULA.

Regístrese y comuníquese.

Redacción de la Ministro señora María Stella Elgarrista Álvarez.

Pronunciada por las Ministros señora Irma Meurer Montalva y la señora María
Stella Elgarrista Álvarez y el Abogado Integrante señor Jorge Schenke Reyes. No
firma la Ministro señora Meurer, no obstante haber concurrido a la vista y acuerdo
de la causa por encontrarse ausente.

En San Miguel, cuatro de julio del año dos mil doce, notifiqué por el estado diario
la resolución precedente.

Rol Nº 695-2012-RPP.
CAPÍTULO VII TRASLADO DE MENORES A OTRO ESTADO
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR COMO RIESGO QUE IMPIDE ACCEDER A
SOLICITUD DE TRASLADO A OTRO ESTADO. CONVENCIÓN SOBRE
ASPECTOS CIVILES DEL SECUESTRO INTERNACIONAL DE NIÑOS

SUMARIO: En los autos se solicitó la entrega de la menor al Estado requirente,


donde reside el padre conforme la Convención sobre los Aspectos Civiles del
Secuestro Internacional de Niños, quien se había trasladado a Chile con su madre
a pesar de un arraigo decretado por Tribunales del Estado requirente.

La Corte señala que no basta sólo invocar la Convención Internacional vigente


para que ella opere en todo su vigor, sino que se requiere que, por una parte, se
dé alguno de los casos previstos en el artículo 3º de la Convención para que el
traslado o la retención de un niño se considere ilícito y, además, que la autoridad
judicial o administrativa del Estado requerido no se oponga a la restitución o
entrega del menor por encontrarse en algunas de las situaciones que señala el
artículo 13 de la Convención, entre ellas, que exista un grave riesgo de que el
regreso del niño lo exponga a un peligro físico o psicológico o, de otro modo, lo
ponga en una situación intolerable.

El hecho de reconocer la existencia de un clima cierto de violencia entre los


progenitores de la menor y de sus eventuales repeticiones, no significa que prime
el interés superior de la madre por sobre el interés superior de la menor.

Ello, ciertamente, ocurriría si la madre hubiere decidido caprichosamente haber


trasladado a la menor, sin embargo, el cúmulo de antecedentes acompañados al
expediente que, por más que lo desmienta la requirente, no dejan lugar a dudas
sobre el hecho cierto que se vivió entre los progeni tores un real clima de violencia
intrafamiliar a la cual fue expuesta con las consecuencias síquicas consiguientes
; de modo, entonces, que precisamente para cautelar el interés superior de la
menor no se le puede volver a exponer a lo mismo.

Órgano jurisdiccional: Corte de Apelaciones de Santiago

Tipo de recurso: Apelación

Rol: 3992-2005

Fecha: 11/11/2005

Cita online: CL/JUR/1004/2005


Partes: Ronald Gene Nachtman contra Doris Eunice Aguilar Barra

Magistrados: Maggi Ducommun, Rosa; Fuentes Belmar, Juan

Redactor: González Marín, Patricio

Abogado Integrante: González Marín, Patricio

Voces: cuidado personal de los hijos - derecho de familia - interés superior del
niño - violencia familiar

Legislación relacionada: Artículo 5º - Constitución Política de la Republica;


Artículos 1º y ss. - Convención sobre los Aspectos Civiles del Secuestro
Internacional de Niños

TEXTO COMPLETO:

Santiago, 11 de noviembre de 2005.

Vistos:

Se reproduce la sentencia en alzada, previa eliminación de sus fundamentos


signados 14, 15, 16 y 17.

1º. Que, la Convención sobre los Aspectos Civiles del Secuestro Internacional de
Niños fue adoptada el 25 de octubre de 1980, en la decimocuarta sesión de la
Conferencia de La Haya sobre Derecho Internacional Privado y fue aprobada por el
Congreso Nacional del Estado de Chile, siendo promulgada por el D.S. Nº 386 del
Ministerio de Relaciones Exteriores, publicado en el Diario Oficial de 17 de junio de
1991.

2º. Que, en relación a ella, la Excma. Corte Suprema con fecha 3 de noviembre
de 1998 dictó un Auto Acordado sobre el procedimiento aplicable, el cual fue
modificado en sus artículos 7º, 8º, 9º y 10, mediante Auto Acordado de 3 de mayo
de 2002, publicado en el Diario Oficial de 17 de mayo de 2002.

3º. Que, acorde con el artículo 6º de la citada Convención, el Gobierno de Chile


mediante Oficio Nº 012485 de 21 de junio de 1994, dirigido al Sr. Ministro de
Relaciones Exteriores del Reino de los Países Bajos, designó a la Corporación de
Asistencia Judicial de la Región Metropolitana como Autoridad Central encargada
de dar cumplimiento a las obligaciones que le sean impuestas por dicha
Convención.
4º. Que, con fecha 4 de abril de 2005, la Oficina de Asuntos de Menores de la
Agencia de Asuntos Internacionales del Departamento de Estado de los Estados
Unidos de Norteamérica, en oficio dirigido a la Corporación de Asistencia J udicial
de la Región Metropolitana solicitó el retorno a ese país de la menor D.G.N.A.
invocando la referida Convención, para lo cual adjuntó los documentos que con sus
respectivas traducciones rolan de fs. 13 a 95 del referido proceso Rol Nº 703/2005.

5º. Que, accediendo a la solicitud del Estado requirente, con fecha dos de mayo
de 2005 doña Paula Correa Camus en su calidad de Abogada Directora General de
la Corporación de Asistencia Judicial de la Región Metropolitana en representación
del Estado de Chile, como autoridad competente y del ciudadano norteamericano
Sr. Ronald Gene Nachtman, padre de la menor D.G.N.A., solicitó la entrega
inmediata y restitución de esta menor a su país de residencia habitual (EE.UU. de
Norteamérica), invocando al efecto la mencionada Convención.

6º. Que, como fundamento de la solicitud, la requirente adujo que el referido padre
detentaba la custodia compartida de la menor con la Sra. Dorys Eunice Aguilar
Barra, madre de la niña; y que al momento de la petición, por resolución judicial
emanada de tribunales norteamericanos, el Sr. Ronald Gene Nachtman detentaba
la custodia principal.

7º. Que, pese a ello, la menor fue trasladada en noviembre de 2004 (16.11.2004
aprox.) y retenida ilícitamente en Chile por su madre Sra. Dorys Eunice Aguilar
barra, donde se encuentra en la actualidad, no obstante que como se ha señalado,
su hogar de residencia habitual era Miami, Estados Unidos de Norteamérica, donde
vivía con sus padres hasta antes que, sin autorización expresa de su progenitor,
fuera trasladada subrepticiamente la menor por su madre a Chile.

8º. Que, la solicitante invoca, entre otros antecedentes fundantes de su


requerimiento, una resolución de fecha 4 de febrero de 2005, emanada del Juez de
Instrucción del Juzgado de Circuito del Undécimo Circuito Judicial en y para MIAMI-
DADE, Florida, Sr. Alejandro Gamboa, mediante la cual decide que la menor debe
ser devuelta inmediatamente a Miami, Florida y que el esposo provisionalmente se
designará tutor principal de la menor, sin producir efectos de cosa juzgada.

Asimismo, la esposa entregará el pasaporte de la menor a este Juez (cfr. Nº 8


citada Resolución) y que en atención a las disposiciones de la Convención de La
Haya, este Juez decide que el esposa (sic) tenía derecho a la tutela de la menor
D.G.N.A. y la esposa actuó indebidamente al sacar a la menor de su jurisdicción a
Chile o cualquiera otra jurisdicción (cfr. Nº 10 citada Resolución).
9º. Que, en cuanto a las disposiciones aplicables, la requirente invoca los
artículos 1º letra A, 2º, 3º, 5º letra A, 7º letras A y C, 11, 12 inc. 1º y 16 de la
Convención referida, además de los artículos 1º y ss. del Auto Acordado.

10º. Que, para asegurar el resultado de la solicitud, la requirente solicitó arraigo


de la menor D. G. N. A., medida a la cual accedió el Tribunal de Menores.

11º. Que, citado el comparendo previsto en el artículo 5º, del Auto Acordado de 3
de noviembre de 1998, la parte demandada contesta por escrito; y llamadas las
partes a conciliación ésta no se produce y, por tanto, se recibe la causa a prueba.

12º. Que, en la contestación a la demanda la requerida solicita que sea rechazada


en todas sus partes la solicitud de entrega inmediata y restitución de la menor,
invocando para ello un relato circunstanciado de los hechos que caracterizaron la
convivencia con el solicitante Sr. Ronald Gene Nachtman; el hecho que la tuición
de la menor le corresponde a la madre; el interés superior de la menor y la oposición
a la entrega justificada en el artículo 13 letra b) de la Convención, en cuanto dicha
devolución implica exponer a la menor a un grave riesgo acorde con los
antecedentes que expone.

13º. Que, es un hecho indiscutido que existe una Convención sobre los A spectos
C iviles del S ecuestro Internacional de Niños y que son suscriptores de la misma
los Estados Unidos de Norteamérica y Chile; y que en cuanto a nuestro país, acorde
con lo que dispone el artículo 5º de la Carta Fundamental, se entiende incorporada
al ordenamiento jurídico vigente.

Por lo mismo, no se puede sostener, como lo afirma la demandada en su escrito


de apelación, que no le resultaría aplicable la Convención, por cuanto en la especie
entra a regir el artículo 15 Nº 2 del Código Civil, en relación al artículo 225, toda vez
que por lo pronto se está frente a un Tratado que debe ser interpretado y aplicado
de buena fe, de acuerdo con las normas generales de cumplimiento del derecho
internacional; normas de derecho internacional que conforman un ius cogens para
los Estados contratantes de la Convención, además de Derecho consuetudinario
internacional, máxime que la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados,
precisamente en su artículo 27, indica que un Estado no puede invocar su propio
Derecho Interno para eludir sus obligaciones o compromisos internacionales. Cabe
recordar que esta última Convención está vigente en Chile desde el 27 de enero de
1980.

14º. Que, sin embargo, ello no significa que baste invocar, mediante el
procedimiento previsto en los Autos Acordados, la citada Convención para que ella
opere en todo su vigor, sino que se requiere que por una parte se dé alguno de los
casos previstos en el artículo 3º de la Convención para que el traslado o la retención
de un niño se considere ilícito, pero se precisa, además, que la autoridad judicial o
administrativa del Estado requerido no se oponga a la restitución o entrega del
menor por encontrarse en algunas de las situaciones que señala el artículo 13 del
referido Tratado.

En efecto, las circunstancias, como ocurre en la especie, que se haya acreditado


que Estados Unidos de Norteamérica es el país de residencia habitual de la menor
y que la tuición corresponde y se ejercía por ambos padres, por lo que el Sr. Ronald
Gene Nachtman tenía y ejercía la tuición sobre su hija y el hecho mismo que el
traslado se hubiere efectuado sin tal consentimiento, per se no determinan
automáticamente que el Estado requerido deba entregar la menor; por cuanto, tales
circunstancias, cuya legitimidad no está en discusión, deben contrapesarse con el
genuino y soberano derecho nativo que tiene éste para no entregarla en el evento
que se dé alguno de los casos que la propia Convención lo autoriza.

15º. Que, en otras palabras, en la Convención invocada se contemplan


determinadas situaciones que autorizan a la autoridad judicial del Estado requerido
para desestimar la solicitud del Estado requirente en miras a ordenar la entrega o
restitución del menor.

Así aparece, al menos, de los que indica el señalado art. 13 del Tratado.

16º. Que, en efecto, una de tales situaciones consiste en que b) existe un grave
riesgo de que el regreso del niño lo exponga a un peligro físico o psicológico o, de
otro modo, lo ponga en una situación intolerable.

17º. Que del examen del expediente Rol Nº 703/2005 consta que doña Dorys
Eunice Aguilar barra, madre de la menor D. G .N.A., nacida el 10 de septiembre de
2002, se ha opuesto a la petición de doña Paula Correa Camus, quien en su calidad
de abogada, Directora General de la Corporación de Asistencia Judicial de la Región
Metropolitana, en representación del Estado de Chile, como autoridad competente
y del ciudadano norteamericano Sr. Ronald Gene Nachtman solicitó, como ya se ha
expresado, ante la autoridad judicial de este país la aplicación de la Convención y,
consecuencialmente, la entrega inmediata y restitución de la menor antes
individualizada.

18º. Que, entre los antecedentes que obran en el proceso que justifican la
oposición materna, es del caso tener presente al menos los siguientes:
A) El informe social rolante a fs. 119 suscrito por doña María Rosa Urzúa Carrizo,
Asistente Social del Quinto Juzgado de Letras de Menores y emitido con fecha 6 de
mayo de 2005, el cual acredita que: la demandada subarrienda y ocupa con su
hermano, tres piezas en una casa antigua.

En la actualidad la acompañan sus padres, quienes tienen su domicilio en la


ciudad de Iquique y han venido a Santiago para apoyarla moral y económicamente.

La abuela materna cuida de la niña mientras la madre trabaja, cuando los abuelos
regresen a Iquique, la demandada ubicará a la niña en un Jardín Infantil, que podría
ser el institucional, correspondiente a su medio laboral.

Por el momento la madre tiene un contrato de trabajo por media jornada, lo que
le permite el otro medio día, atender personalmente a su hija.

La madre de D. es una profesional de nivel universitario, que desarrolla una


actividad laboral, que ha podido satisfacer en forma sencilla, pero adecuada, las
necesidades básicas de su hija.

La madre es quien financia la mantención de D., ya que el padre no proporciona


ayuda económica alguna. Más adelante el citado informe agrega: La niña se
encuentra sana, bien atendida, rodeada de la protección de su madre y con una red
familiar de apoyo para ambas.

Por último, indica que: Se efectuó visita domiciliaria a calle Gay Nº 2311, inmueble
en donde residen las informadas.

Se trata de una casa antigua, modesta, la madre y la menor ocupan un dormitorio,


en donde comparten una cama, los abuelos y el hermano de la demandada utilizan
otras dos habitaciones.

En la casa hay otras dos familias, también en calidad de subarrendatarias; todos


comparten el baño y la cocina. La demandada posee escaso mobiliario, cuenta con
los enseres básicos, su condición habitacional es de mucha sencillez, pero un
ambiente de limpieza y decoro.

Este informe se encuentra complementado por el que rola a fs. 267 de fecha 19
de mayo de 2005, evacuado por la misma Asistente Social, quien señala respecto
a la menor que D. G. N. A. no ha sufrido cambios respecto de lo evaluado en el
Informe Social, emitido por esta profesional y que rola a fs. 119, 120 y 121 del
expediente.
Consigna este informe como nueva información que: Los abuelos que también
estaban presentes en el hogar señalaron que no regresarán a Iquique, y
acompañarán a la demandada y a su hija mientras sea necesario.

La demandada informa que junto a su hermano, don Edimar Aguilar Barra, han
arrendado un departamento ubicado en calle Doctor Pedro Lautaro Ferrer Nº 2945,
Depto. 503-A, de la comuna de Ñuñoa.

Este cambio de domicilio se basa en la necesidad de mejorar las condiciones


habitacionales de la familia, ya que la casa que ocupan en la actualidad por su
antigüedad no ofrece las comodidades que ellos requieren.

El informe concluye que: D. se encuentra sana, contenta y adaptada a su entorno


familiar y afectivo, se observa bien cuidada, con la protección, la seguridad y el
cariño de su madre y el apoyo que le proporciona su familia extensa de Chile,
abuelos y tío materno.

La madre, en razón de los antecedentes proporcionados por su relato y que dicen


relación con los problemas de violencia que vivió junto a su cónyuge, ha decidido
no regresar a los EE.UU. y piensa radicarse en Chile, en donde tiene la posibilidad
de desarrollar su actividad profesional y de brindarle una estabilidad económica y
familiar a la niña.

Considerando la edad de D., en donde los cuidados maternos son muy


importantes para su normal desarrollo, se estima conveniente que la niña
permanezca junto a su madre.

B) Informe Psicológico de la menor efectuado en enero de 2005 por la Psicóloga


Sra. Marcela Bobadilla G. a fin de evaluarla emocionalmente, que rola a fs. 127.

En lo que interesa, este informe es categórico para indicar que es importante


señalar que desde mediados del año pasado, cuando los conflictos entre los padres
se agravaron, se presentaron y aumentaron en D. síntomas posibles de calificar
dentro del llamado trastorno por stress postraumático, dentro de los cuales
destacan: disminución del apetito, dolores estomacales, insomnio, irritabilidad,
apego ansioso frente a la madre (viéndose perturbada al estar lejos de ella,
reclamando su presencia permanentemente), retroceso en la adquisición del control
de esfínter, etc. Tal sintomatología fue disminuyendo al volver la niña a nuestro país,
hasta desaparecer en la actualidad.

Cabe mencionar que desde el inicio de la convivencia de la pareja, fueron


presentándose de manera gradual, lo que se vio acentuado desde octubre de 2003,
episodios de violencia psicológica y amenazas de agresión física, por parte del
progenitor hacia la madre, junto con una actitud, en ocasiones, negligentes hacia la
menor. Más adelante agrega: En ocasiones el progenitor intentó masturbarse en
espacios físicos donde se encontraba la menor, sin tomar mayores precauciones
para que ésta no se percatara de tal situación.

Al respecto, se maneja información que hace referencia a que él mantenía visitas


restringidas y supervisadas con respecto a hija de convivencia anterior, debido a
haberse comprobado una situación de negligencia.

Se le acusó, además, de conductas sexuales inapropiadas, pero esto, al parecer,


no pudo ser comprobado.

Durante el último período de convivencia, el adulto insistía en dormir solo con su


hija, frente a lo cual ésta se resistía llorando y llamando a su madre.

A pesar de esto, él insistía de manera rígida, sin mayores consideraciones del


estado emocional de la niña.

19º. Que dicha oposición de la madre hay que situarla en el contexto de un clima
de violencia intrafamiliar que caracterizó gran parte de la convivencia habida entre
los progenitores de D., y que permiten a estos sentenciadores prever
plausiblemente que puede volver a repetirse en caso que con ocasión de la entrega
de la menor a su padre, pese a que ya no vivirá junto a la demandada, expongan
nuevamente a la niña a presenciar tal violencia con el daño psíquico consiguiente
que aumentaría el que ya ha sufrido.

Este contexto de violencia intrafamiliar está acreditado en autos, al menos con


los siguientes antecedentes:

A) Documento de fs. 134, de fecha 24 de noviembre de 2004, firmado por el


Pastor Freddy E. Rodríguez de la M iami C entral S panish SDA Church, en el cual
deja constancia que "Hemos estado ayudando a Doris como intérprete en la Corte
junto a su abogado legal Sra. Susan Kloch, cuando ella tuvo que solicitar una orden
de protección, por caso de violencia doméstica" y más adelante agrega "En el mes
de noviembre ella me solicitó que la acompañara a recoger sus pertenencias al
apartamento donde vivía, pues su esposo el Sr. Nachtman la había desalojado".

"Al llegar allí nos dimos cuenta que todo estaba fuera del edificio y ella solicitó a
él que la dejara recoger la ropa, medicina y comida de la hija de ambos, lo cual él
no aceptó, pues aseguraba que todo lo que él había comprado no se lo daría".
"Fue así como junto con la señora B etsaida G iraldo y su servidor, llevamos a
Doris a un lugar de la iglesia para guardar las cosas personales que pudo recoger
y pasar allí la primera noche hasta que conseguimos un Chelter (lugar de gobierno)
para que ella pudiera estar con su hija".

B) Documento de fs. 136, firmado por doña Betsaida Giraldo, de fecha 11 de


enero de 2005, que da cuenta de que "Desde que yo conocí a la Sra. Aguilar la
visitaba frecuentemente en su apartamento.

La Sra. Aguilar me contaba de su situación con el Señor Ron Nachtman, de la


forma abusiva, despótica y humillante que el Sr. Nachtman la trataba. La Sra.
Aguilar como indocumentada no podía trabajar por lo que su hermano Edimar
Aguilar, le enviaba mensualmente una cantidad de dinero para su sostenimiento
aquí, porque el Sr. Nachtman no le permitía ni comer de los alimentos que él
compraba.

Yo soy testigo que la Sra. Aguilar en muchas ocasiones iba a encontrarse con
una amiga a la hora del almuerzo para poder comer algo y la hija (D.) también. La
Sra. Aguilar tuvo que afrontar muchas situaciones humillantes e inhumanas como
una noche el Sr. Nachtman se peleó con la Sra. Aguilar y a partir de ese momento
ella tuvo que dormir en el piso, y el Sr. Nachtman dormía en el sofá.

En muchas ocasiones el Sr. Nachtman amenazaba a la Sra. Aguilar con botarla


de la casa hasta que un día lo hizo, le cerró la puerta y no le permitió entrar al
apartamento, ni aun a recoger sus pertenencias (octubre 2004) y tuvo que dormir
en la iglesia.

Al día siguiente la Sra. Aguilar fue a recoger sus pertenencias con el Pastor
Freddy Rodríguez y cuando llegaron al apartamento todas sus pertenencias y las
de la hija (D.), estaban en la calle. A partir de ese incidente la Sra. Aguilar comenzó
a gestionar su estancia en el refugio (Victim Response Inc.)".

C) Documento de fs. 138 del Victim S ervices C enter, de fecha 19 de enero de


2005, suscrito por la Sra. Lourdes M. González, M. sw intern que consigna: "El
Centro de Servicios para Víctimas provee terapia para individuos que han sido
traumatizados a causa de un crimen.

La técnica principal de nuestra terapia es la Reducción de Incidente(s)


Traumáticos (en inglés TIR), un proceso a corto plazo que incluye revisando un
evento traumático hasta que sea resuelto.
Este proceso también asiste al cliente para que primero normalice los síntomas
asociados con Trastorno de Estrés Post Traumático (en inglés PTSD), y seguir hacia
adelante para resolver los incidentes precisos, que el cliente ha manifestado como
traumáticos.

El 17 de marzo de 2004, la consejera de Abriendo Puertas refirió a la Sra. Aguilar


al Centro de Servicios para Víctimas, a causa de un incidente de violencia doméstica
que ocurrió entre la Sra. Aguilar y su esposo Ronald G. Nachtman. La Sra. Aguilar
fue admitida el 23 de marzo de 2004.

Durante su admisión, la Sra. Aguilar habló francamente de su continuo abuso


doméstico que ha ocurrido entre ella y su esposo.

El incidente que ella describió incluyó abuso verbal, emocional y psicológico más
de una vez, en cual el Sr. Nachtman amenazaba en dejar la Sra. Aguilar fuera de
su casa.

Otro incidente que ella compartió fue la vez en que él se llevó su hija de la casa,
sin comunicarse con la Sra. Aguilar por más de 12 horas.

Compartiendo estos eventos traumáticos trajo reacciones dolorosas como


ansiedad, lágrimas y respuestas angustiosas.

Parte del protocolo de admisiones es administrar unos exámenes para asistir en


evaluar clientes y preparar un plan de tratamiento consistente con las necesidades
individuales.

Los resultados de la Sra. Aguilar indican niveles significativos de Trastorno de


Estrés Post Traumático y niveles clínicos de ansiedad y depresión.

La Sra. Aguilar participó en un total de 11 horas y cuarenta minutos de terapias


en una manera bien sincera.

La Sra. Aguilar completó cuatro grupos de educación sicológica, cuyo objetivo es


educar al cliente de los efectos dañinos de violencia doméstica.

La Sra. Aguilar compartió su deseo de salir adelante y trató de conseguir


asistencia para conseguir un trabajo para proveer un hogar, comida y buen cuidado
de su hija, ya que el Sr. Nachtman no quiso contribuir económicamente.
Por causa de sus estatus de inmigración, tuvo mucha dificultad en conseguir
asistencia. La Sra. Aguilar y su hija estuvieron un tiempo sin hogar y sin recursos
económicos".

D) Documento de fs. 139 del Victim R esponse I nc., fechado el 10 de enero de


2005, suscrito por la Sra. Julia Ortega que señala: "Por medio de la presente, les
comunico que la señora Doris E. Aguilar y su hija estuvieron refugiadas en nuestro
albergue.

Su estadía en este albergue fue del 3 de noviembre hasta el 13 de noviembre del


año 2004.

Durante su estadía aquí, la señora Aguilar nos contó acerca de su situación: La


Sra. Aguilar solicitó nuestra ayuda y refugio, ya que tuvo que huir de su casa, porque
su esposo la maltrataba física y emocionalmente. En muchas ocasiones tuvo que
dormir en el piso, su esposo no le permitía comer de los alimentos que él compraba,
no podía hablar en español, y no le permitía que ella la hablara en español a su hija,
también le prohibía leer el periódico en español.

Nosotras, en The Lodge, proveemos ayuda a mujeres y sus hijos que han sufrido
violencia doméstica a manos de sus parejas. La señora Aguilar vino a este lugar
buscando refugio, porque su esposo la botó de la casa y le botó toda la ropa a la
calle, y la de la niña también, de esto hay testigos, el Pastor Rodríguez, Ministro de
la Iglesia Adventista y la señora Betsaida Giraldo".

E) Reporte Clínico, rolante a fs. 140, del F amily C enter A briendo P uertas, de
fecha 25 de enero de 2005, suscrito por el señor Manuel de la Portilla, lmhe,
Licensed Psychotherapist que da cuenta que: "Durante la entrevista clínica, Doris
reveló al psicoterapeuta que su esposo se había masturbado en presencia de la hija
menor de ambos en más de una ocasión.

Este hecho fue informado a la autoridad competente, en este caso la Agencia de


Servicios a Niños y Familias del Estado de Florida, para que se iniciara una
investigación en el caso. Doris también dijo que en una ocasión su esposo se llevó
a la niña por una noche sin que ella supiera de su paradero.

De acuerdo a la revelación de la paciente, su esposo, la amenazaba


constantemente con quitarle a su hija, la humillaba e insultaba en presencia de la
pequeña y la maltrataba verbalmente. Doris expresó a su psicoterapeuta sentir
miedo de que la conducta agresiva de su esposo pudiera escalar un día con peores
consecuencias para ella (como, por ejemplo, para del abuso verbal al físico).
En la reunión de análisis de casos, el psicoterapeuta Mario Pérez expuso su
opinión a este Supervisor Clínico.

Él considera que la paciente se afectó emocionalmente producto de esta relación


de maltrato.

Aguilar demostraba miedo, ansiedad y confusión.

La paciente también manifiesta un bajo nivel de estima personal, una


personalidad muy vulnerable ante el abuso y una forma moderada, pero consistente
de depresión clínica".

F) Documento de fs. 141 emanado de Florida Departamento of Children &&


Families de fecha, firmado el 2 de febrero (presumiblemente de 2005) por doña
Alicia Delgado, dcf/fsc que entre otras aseveraciones menciona que "Como
trabajadora social del Departamento de Niños y Familia, yo estoy autorizada para
reportar cualquier abuso, negligencia o abandono de un niño (a), o de la madre de
un niño, en cualquier momento que pueda ocurrir o si ha habido alguna violencia
doméstica en presencia del niño (a).

En este caso, yo me limité a guiar y aconsejar a la Sra. Doris Aguilar, e hice


contacto con las autoridades envueltas en el caso, así como el Servicio de
Protección a Niños y Familia.

En primera instancia, la Sra. Doris Aguilar visitó el programa de Violencia


Doméstica para M adres A busadas: Abriendo Puertas, y empezó el programa de
víctimas recibiendo consejería y terapia individual, bajo la dirección de su consejero
Sr. Mario Pérez. La Sra. Doris Aguilar-Nachtman estaba nerviosa, angustiada,
desesperada y horrorizada acerca de su situación y en su preocupación por el
bienestar de su hijita D., de dos años de edad, comenzó a buscar ayuda y apoyo
para salir adelante con su situación.

La Sra. Aguilar comenzó el relato de su caso, y yo como Consejera del


Departamento de Niños y Familia le ofrecí guía y consejería y cómo afrontar
diariamente su peligrosa situación.

Es muy importante mencionar que cuando el Sr. Ron Nachtman, esposo de Doris,
inició los pleitos de Violencia Doméstica con su esposa Doris Aguilar lo hizo
físicamente.

El Sr. Nachtman arrojó diferentes objetos cortantes a su esposa, en presencia de


su pequeña niña, destruyó su apartamento, rompiendo muebles y vajillas. Los
vidrios rotos en el suelo, estando su bebé en el proceso de aprender a caminar.
Este acto en sí, y por sí solo, constituye un abuso a su hija, poniendo en riesgo la
vida de la niña y también el de la Sra. Aguilar.

Es justo mencionar que estas crisis de violencia doméstica en las que envuelve
agresión, repetida en muchas ocasiones, constituye un crimen en contra de su
propia hija D., pues pone en riesgo no sólo la criatura, sino también el estado
emocional de la bebé y de su esposa. Doris se sintió abusada en todas las facetas
y ni siquiera podía tener derecho a visitar su iglesia ni a leer un periódico hispano,
porque su esposo no lo permitía en la casa.

Aun así, Doris continuó perseverando con mucha paciencia y empezó a visitar la
Iglesia de el Sr. Nachtman, donde le ofrecieron consejos matrimoniales. Doris
estaba dedicada a su niña, su esposo y su hogar con amor y lealtad y decidida a
formalizar la relación matrimonial. Finalmente, gracias a su perseverancia, Doris y
Ron Nachtman viajaron a Kentucky, donde se casaron legalmente.

No obstante a este sueño realizado y a tan importante paso, el señor Ron


Nachtman continuó con su trato abusivo y errático.

Doris tenía que pagar por todos sus gastos, mientras que el Sr. Nachtman seguía
con sus exigencias de querer tener otro bebé.

Viviendo en una sola pieza de apartamento, el Sr. Ron escuchaba música hasta
las 03:00 A.M. y no dejaba que la bebé durmiera en las noches.

En ese entonces, Doris supo que estaba embarazada otra vez.

Al no tener la adecuada alimentación, asistencia médica y viviendo en constante


desasosiego, por su nerviosismo causado por las peleas constantes de su esposo
y su diario abuso, Doris perdió su segundo embarazo, mientras su esposo, Ron
rehusaba inscribirla en su seguro médico.

Entonces, Doris escribió a Chile, y pidió asistencia económica a su hermano, pues


ya no tenía dinero para pagar por sus gastos.

En febrero 6th., 2004, el Sr. Ron Nachtman atacó sexualmente a su esposa Doris,
violándola repetidas veces y recomenzando sus peleas que escalaron en violencia
doméstica, por lo cual tuvo que intervenir la policía. Doris no supo explicar en inglés
el maltrato abusivo de su esposo y el Sr. Nachtman se supo defender muy bien y la
policía le creyó cuando él dijo que ambos asistían a Consejería Matrimonial en su
iglesia.
No obstante, a los consejos matrimoniales, en marzo 5th., 2004, el Sr. Nachtman
tuvo otro ataque de histerial abuse (sic) en contra de su esposa, empujándola y
forzándola a dormir en el piso.

De nuevo, hubo forcejeo por sexo sin protección. El Sr. Nachtman fue más allá,
él retuvo el derecho de dormir en su cama, mientras Doris dormía en el suelo.

Entonces, el Sr. Nachtman descaradamente se masturbaba frente a Doris y a la


bebé, que dormía en su cuna. Entonces, el Sr. Nachtman despertó a la bebé, la
sacó de la cuna y la acostó en su cama con él, para torturar a Doris que dormía en
el suelo. Cuando Doris confesó a su consejero el acto de masturbación de su
esposo, el Sr. Mario Pérez inmediatamente llamó a (Hot-Line Abuse), la línea directa
para reportar abuso y otro caso de investigación comenzó. Después de todo el
Historial de Abuso Doméstico en la vida de la señora Doris Aguilar de Nachtman, al
fin ella hizo la correcta decisión de dejar el hogar y refugiarse en el lugar apropiado
en estos casos. Doris intentó recoger las pertenencias de la niña y de ella, pero el
señor Nachtman no la dejó entrar, arrojando todo a la calle, entonces Doris regresó
al Shelter".

Por último, en el documento citado se deja especial constancia de lo que sigue:


es absolutamente importante esta nota-aviso: el Sr. Ron Nachtman tiene otro
historial de abuso y violencia doméstica en Houston.

En este caso, sus derechos como padre fueron rechazados por la Corte Federal
en Juicio Especial. El Sr. Nachtman sigue un comportamiento patológico de un
esquizoparanoico y sigue la patología de Abuso en la misma forma de su caso
anterior.

Para información sobre este caso, favor de contactar a Susan Kloc, Tel. (786)
853-1220.

El Guardián Legal Sr. Bill de la Garza, al Tel. (281) 486-7007, y el abogado Sr.
Charles Michael Tel. (281) 488-5500.

G) Documento de fs. 159, fechado el 17 de enero de 2005, que corresponde a la


traducción del rolante a fs. 125, en que Myriam C arey, madre de la hija mayor del
Sr. Nachtman, llamada N., da cuenta tanto de la personalidad de aquél, calificándolo
como un individuo muy inestable, emocional y mentalmente violento conmigo y con
mis padres, como también de la renuencia del Sr. Nachtman para cumplir con las
decisiones judiciales.
20º. Que, en este mismo orden de consideraciones, el hecho de reconocer la
existencia de un clima cierto de violencia entre los progenitores de la menor y de
sus eventuales repeticiones no significa que prime el interés superior de la madre
por sobre el interés superior de la menor.

Ello, ciertamente ocurriría si la madre hubiere decidido caprichosamente haber


trasladado a la menor; sin embargo, el cúmulo de antecedentes acompañados al
expediente que, por más que lo desmienta la requirente, no dejan lugar a dudas
sobre el hecho cierto que se vivió entre los progenitores de D. un real clima de
violencia intrafamiliar a la cual fue expuesta con las consecuencias síquicas
consiguientes; de modo, entonces, que precisamente para cautelar el interés
superior de la menor no se le puede volver a exponer a lo mismo.

Igualmente, la circunstancia alegada por la requirente en orden a que la madre


de D. se desistió de la demanda de violencia doméstica interpuesta en el Tribunal
competente, según consta en el documento acompañado en la demanda, primer
otrosí, Nº 10, no es conclusiva respecto a que dicha violencia no se haya producido
y más bien parece concordante con las explicaciones dadas por la propia
demandada en la absolución de posiciones de fs. 196, en el sentido que la
absolvente señala que es efectivo que en ese momento se desistía, pero porque su
deseo era concurrir a un Tribunal de Familia, para que conociera de los hechos y
estuviera mejor asesorada.

Dichos que, por lo demás, son contestes con lo afirmado a fs. 173 en la
contestación a la demanda cuando señala que: "En la segunda semana de
noviembre, mi abogada (voluntaria) renunció a mi caso considerándolo com plicado
y largo; cuando retiré los papeles en Legal Aid me informaron que quedaba en lista
de espera y que debía empezar el divorcio representándome a mí misma.

Considerando que desconocía el sistema legal, que mi nivel de inglés era


insuficiente, y que no contaba con dinero para contratar un abogado privado, decidí
no responder a la demanda".

En el mismo sentido, no resultan atendibles las alegaciones de la requirente en


orden a que los dichos de la demandada sobre el padre son falsos y sin ningún
fundamento en los antecedentes de la causa, fundándolo, entre otras razones, en
que los antecedentes acompañados por la demandada fueron objetados en su
oportunidad, a lo cual la magistrado resolvió aprobar dicha objeción, por tanto al
resolver en consecuencia no los tomó en cuenta dichos documentos al momento de
dictar la sentencia definitiva.
Al respecto, cabe tener en cuenta que la sentenciadora los tuvo por objetados,
pero sin perjuicio de su valor probatorio de acuerdo a lo dispuesto por el Art. 36 de
la Ley Nº 16.618 (cfr. fs. 212).

21º. Que, la facultad entregada por el artículo 7º inciso final del Auto Acordado de
3 de mayo de 2002, en orden a apreciar la prueba en conciencia significa la
atribución de los jueces de fondo para considerar la prueba que producen las partes
o reúne el propio Tribunal de la instancia, sin sujeción a las reglas del derecho
procesal en cuanto a su naturaleza o mérito, no puede conducir a un examen
superficial de la prueba, justificándolo tácitamente que es en conciencia.

22º. Que, estos sentenciadores con el mérito de los antecedentes expuestos y


teniendo en la especie particular consideración a la edad de la menor, a la fecha 3
años y un mes según consta del Certificado de Nacimiento de fs. 1; que se
encuentra residiendo en el territorio nacional según aparece del Oficio de fs. 117;
como también la circunstancia que esta menor ya está incorporada a su medio
social, según se desprende de los informes sociales de fs. 119 y 267, adquieren la
convicción que el regreso de la menor a los Estados Unidos de Norteamérica para
ser entregada a su progenitor, Sr. Ronald Gene Nachtman, la pone en grave riesgo,
que el interés superior de la menor obliga a evitar.

23º. Que, en efecto, se da en la especie el grave riesgo que contempla la letra b)


del artículo 13 de la Convención sobre los Aspectos Civiles del Secuestro
Internacional de Niños, ya que al separar a la menor del lazo materno y de su actual
medio social y de exponerla siquiera hipotéticamente a nuevos episodios de
violencia doméstica, la coloca o afecta a un daño psicológico y afectivo, lo que
ciertamente importa una situación intolerable para D.G.N.A.

En mérito de lo expuesto, artículo 5º inciso segundo de la Constitución Política


del Estado, arts. 1º y ss. de la Convención sobre los Aspectos Civiles del Secuestro
Internacional de Niños, Autos Acordados de fechas 3 de noviembre de 1998 y de 3
de mayo de 2002 sobre procedimientos aplicables a dicha Convención, se revoca
la sentencia apelada de veinticinco de mayo de dos mil cinco, declarando que no se
hace lugar a la solicitud de fs. 96 en cuanto a entregar y restituir a la menor D.G.N.A.
a su padre Ronald Gene Nachtman.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Abogado Integrante Sr. Patricio González Marín.


No firma la Ministro señora Maggi, no obstante haber concurrido a la vista de la
causa y al acuerdo por encontrarse haciendo uso de feriado legal.

Dictada por la Segunda Sala, integrada por los Ministros Sr. Juan Eduardo
Fuentes Belmar, Sra. Rosa María Maggi Ducommun y Abogado I ntegrante Sr.
Patricio González Marín.

Rol Nº 3.992-2005.

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