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Ficha n° 1

“DIOS NOS QUIERE FELICES”

PREPARACION A LA ORACION:
Así como uno prepara la casa para recibir a un amigo, piensa en preparar unos mates, tener algo para
compartir, dispone su tiempo, así también vamos a preparar este encuentro con Jesús, como lo haríamos
con un amigo querido:

Porque Orar es escuchar y hablar con entera confianza a Aquél que sé que me quiere.

• Me pongo en la presencia de Dios


• Él me recibe como vengo, sin ninguna condición. Yo por mi parte me dispongo a este encuentro
con alegría.
• SERENARSE. Hacer silencio de todo aquello que me preocupa, inquieta o angustia. El silencio no
es ausencia de palabras, sino posibilidad de palabra distinta a la mía, de palabra de PALABRA
DE DIOS.
• ABRIRSE A LA CONCIENCIA DE UNO MISMO: elijo un lugar, y siento la propia respiración, el aire
que entra a los pulmones y como agua fresca de arrollo recorre mi cuerpo relajando toda la tensión.
Busco una posición cómoda, me tranquilizo.
• TOMO CONCIENCIA DE LA RELACIÓN PERSONAL CON DIOS: Voy a pasar un rato con Aquél
que es el primero que me ama cuando me levanto y el último que me ama cuando me acuesto. Y Él
quiere estar conmigo.

Él Señor me dice: “Estoy a la puerta y llamo, si me abres entraré y comeré contigo”. Quiere que me
sienta ante Él como un amigo.
“El Señor me mira”, siento que estoy ante su presencia...

ADENTRARSE EN LA ORACION

1. Leo pausadamente el texto del Lavatorio de los Pies Jn. 13, 1--17. Hago una lectura atenta, dejo
que resuenen en mi corazón aquellas palabras que mas llamen mi atención.

2. Este relato de la Palabra nos muestra un gesto de amor, de servicio, de entrega de Jesús para con
sus discípulos, que sello su vida a la del Señor. En este gesto sencillo, los seguidores de Jesús
descubren su amor hasta el extremo. En aquella época, los que venían por el camino, llegaban
con los pies cansados, sucios, a veces hasta lastimados por los kilómetros recorridos, y por lo tosco
del suelo. Los servidores lavaban con agua los pies del huésped y los secaban con una toalla,
para refrescar, limpiar, curar. La actitud de Jesús sorprende tanto a sus discípulos, que provoca la
resistencia de Pedro frente al gesto del Señor; ¿Cómo el Maestro se pone en el lugar del
sirviente? ; pero Jesús, anima a sus amigos a descubrir lo que esta invitación nos alienta a vivir,
una forma nueva de ser hijos y hermanos, viviendo en comunión, para ser felices.

3. Hago memoria de los “gestos” sencillos, cotidianos, que en mi vida me han hecho descubrirme
“amado hasta el extremo”. Le doy gracias a Dios por todas esas personas que en mi historia con
su cercanía me han hecho saberme amado.

4. Desde esta experiencia de amor gratuito, somos invitados por Jesús a salir al encuentro de los
hermanos, especialmente de los más pobres, para tener con ellos los mismos gestos de amor y
servicio que han tenido con nosotros. Mirando mi realidad ¿Cuál es la invitación que siento de parte
de Dios para “lavar los pies a los cansados del camino” a los que sufren, a los que necesitan que
los alienten para seguir, para ser felices?

PARA DESPUES DE LA ORACION:


Volver a mirar, a recordar, para describir lo que me pasó durante la oración…

Lo fundamental es:

• ¿Qué es lo que me pasó?


• ¿Cómo me quedé?
• ¿Qué sentimientos aparecieron?
• ¿Qué pensamientos me vinieron?
• De todas las frases que leí, ¿cuál fue la que me gustó?

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