Você está na página 1de 5

Filosofía

Texto N° 14

La libertad

La Libertad guiando al pueblo, por Eugène Delacroix, conservado en el Museo del Louvre de París.

La libertad es un concepto que hace referencia a muchos aspectos de la vida humana. Comúnmente se le define como
aquella facultad natural que posee el ser humano de poder obrar según su propia voluntad. También es posible
comprender la libertad como aquel estado en el que el hombre no está siendo esclavizado ni preso por otro. Se trata de
un concepto que hace alusión a aquellos aspectos relacionados con la independencia, con la licencia para realizar aquello
que se estime adecuado o conveniente.
Sin duda desde la antigüedad la libertad se consideró un atributo humano fundamental. Pero no siempre se
coincidió en la comprensión que se tuvo de ella.

Para los griegos, por ejemplo, la libertad era un atributo de los ciudadanos, esto es de los hombres mayores (no
las mujeres, ni los niños) que podían participar de las decisiones acerca de la vida de la ciudad. Con el
cristianismo la libertad comienza a universalizarse, pero comprendiéndola como libre albedrío, esto es como la
capacidad de optar o no por el camino trazado por Dios para la vida buena de los hombres. La libertad aquí se
convierte en un tema religioso y moral. En la modernidad la libertad sigue estando profundamente ligada al
tema moral y también al tema político, desvinculándola del ámbito religioso. Así la libertad comienza a
entenderse como la capacidad de autodeterminación o capacidad de determinar por nosotros mismos lo
que haremos a partir del uso correcto de la razón, por tanto se comprende como autonomía, aunque una
autonomía sujeta a las leyes de la razón.

Es en esta línea como ya en el siglo XX aparece un pensador que tuvo mucha influencia en los jóvenes de la
década del 70, Jean Paul Sartre, considerado uno de los exponentes más importantes de una corriente dentro de
la filosofía que se denominó el existencialismo.

Este autor comienza planteando que en el caso del hombre, la existencia precede a la esencia, esto es, que el
hombre comienza por ser arrojado en el mundo, comienza por existir.

Pero esta existencia es pura posibilidad de ser, es el propio hombre con sus decisiones quien va definiendo
su esencia. Cuando hablamos de esencia estamos haciendo alusión a un conjunto de características que determinan
lo que algo es y que lo diferencia de los demás seres.

Tradicionalmente se pensó que es posible determinar una esencia del hombre, es decir, realizar un listado de
características que un ser debe poseer para ser considerado un hombre. Pero los existencialistas como Sartre
plantean que en el caso del hombre esto no es posible.

Sartre declara que no hay una naturaleza o esencia humana que predetermine lo que el hombre debe ser,
sino que cada hombre es su proyecto. Primero existe y después determina su esencia de acuerdo con sus
propias elecciones.

Cada uno de nosotros nos encontramos en este mundo sin haber pedido nacer y sin haber elegido ni el lugar
ni la familia donde hemos nacido. Pero cada uno de nosotros de ahí en más es el responsable de sus elecciones.

Nada de lo que hacemos está preestablecido, cada uno es tal como se concibe a sí mismo, por lo tanto es el único
responsable de lo que sea su existencia. Dice Sartre que estamos condena­ dos a ser libres, con lo cual nos plantea
que todo el tiempo estamos eligiendo y que no puede ser de otra manera, aun cuando decidimos no decidir y que
otro lo haga por nosotros, estamos eligiendo ponernos en manos de otro para que nos diga qué hacer y decidimos
obedecerlo.

Es así que todo hombre se elige a sí mismo, de esta manera a través de sus decisiones va conformando su
propia esencia. Ahora bien la esencia es lo común a todos, esto es, lo que hace que seamos hombres y no otra
cosa, por tanto cada hombre al elegir lo que quiere ser está eligiendo el tipo de humanidad, está decidiendo qué
es ser hombre. Por ese peso que tiene toda decisión, al hombre le sobreviene la angustia ante cada elección que
debe hacer. La angustia por tanto es algo natural al hombre al saberse legislador de la humanidad.

Pero hoy asistimos a una serie de pensadores que, tras los fracasos de los proyectos modernos, ponen en
entredicho esta posibilidad de la libertad humana o al menos la problematizan. Son los que denominamos
pensadores posmodernos, porque tratarían de situarse en otra perspectiva diferente a la de la modernidad.

Tal sería el caso de Michel Foucault, uno de los pensadores franceses más influyentes de la segunda parte del
siglo XX. Él pensaba que la manera como el hombre se comprende a sí mismo en la modernidad, esto es el
sujeto moderno, es una construcción social. Lo propio de la modernidad, para este autor, es la constitución
de sujetos uniformes y obedientes a través de los aparatos de encierro tales como las fábricas, las cárceles, los
hospitales psiquiátricos y las escuelas.

Desde el siglo XVII, comienzan a consolidarse la escuela, el hospital, la prisión y la fábrica donde transcurre la
mayor parte de la vida de las personas de allí en más. Las sociedades modernas se vuelven vigiladoras y
disciplinarias. Ya desde la escuela se vigila al niño para sujetar sus fuerzas y su imaginación, para que no se
diferencien de los demás. Se controlan sus movimientos para que sea útil, dócil y productivo al sistema
capitalista. Se lo prepara para que obedezca, se modela su cuerpo y se cincela su corazón. La escuela es así una
preparación para el mundo de la fábrica. Los que se resisten a este modelo, los que no se adecuan a lo que se
considera normal, esto es los anormales, son considerados locos o delincuentes y encerrados en hospitales o
cárceles.
Filosofía
Texto N° 15

Mijaíl Bakunin (1814 - 1876)

La desobediencia, como poco, es tan antigua como la sumisión. Pero de cuantos pensadores ha dado desde entonces el
sentir libertario, fue Mijail Bakunin el principal ideólogo del anarquismo como acción revolucionaria.

Aunque Bakunin no fue el fundador del pensamiento anarquista si fue su gran difusor a nivel internacional fundando y
liderando en 1869 la organización Alianza de la Democracia Socialista, la cual se opuso a la otra gran internacional de
izquierda liderada por Karl Marx. Esta separación se produjo durante el transcurso de la I Internacional a la que ambos
todavía pertenecían representando a distintas facciones del pensamiento de izquierdas. Enfrentarse a Marx le supuso la
expulsión del organismo en 1872 dando inicio a dos movimientos con ciertas similitudes pero que evolucionaron de
forma distinta.

“Buscar mi felicidad en la felicidad de los otros, mi dignidad en la dignidad de los que me rodean, ser libre en la
libertad de los otros, tal es todo mi credo, la aspiración de toda mi vida. He considerado que el más sagrado de
todos mis deberes era rebelarme contra toda opresión, fuera cual fuere el autor o la víctima.”
Jean P. Sartre: El compromiso

Si verdaderamente la existencia precede a la esencia, el hombre es responsable de lo que es. Así el primer paso del
existencialismo es poner a todo hombre en posesión de lo que es, y asentar sobre él la responsabilidad total de su
existencia. Y cuando decimos que el hombre es responsable de sí mismo, no queremos decir que el hombre es
responsable de su estricta individualidad, sino que es responsable de todos los hombres. [...] Cuando decimos que el
hombre se elige, entendemos que cada uno de nosotros se elige, pero también queremos decir con esto que al elegirse
elige a todos los hombres. En efecto, no hay ninguno de nuestros actos que al crear al hombre que queremos ser, no cree
al mismo tiempo una imagen del hombre tal como consideramos que debe ser. Elegir esto o aquello es afirmar al mismo
tiempo el valor de lo que elegimos, porque nunca podemos elegir el mal; lo que elegimos es siempre el bien, y nada
puede ser bueno para nosotros sin serlo para todos. Si, por otra parte, la existencia precede a la esencia y nosotros
quisiéramos existir al mismo tiempo que modelamos nuestra imagen, esta imagen es valedera para todos y para nuestra
época entera. Así, nuestra responsabilidad es mucho mayor de lo que podríamos suponer, porque compromete a la
humanidad entera. Si soy obrero y elijo adherirme a un sindicato cristiano en lugar de ser comunista; si por esta adhesión
quiero indicar que la resignación es en el fondo la solución que conviene al hombre, que el reino del hombre no está en la
tierra, no comprometo solamente mi caso: quiero ser un resignado para todos; en consecuencia, mi acto ha
comprometido a la humanidad entera.

Mijaíl Bakunin: la esencia del hombre en relación a la libertad

El hombre no se convierte en hombre...más que en una sociedad y solamente por la acción colectiva de la sociedad
entera, no se emancipa del yugo de la naturaleza exterior más que por el trabajo colectivo o social... y sin esa
emancipación material no puede haber emancipación intelectual y moral para nadie. El hombre aislado no puede tener
conciencia de su libertad. Ser libre para el hombre sólo es posible por otro hombre, por todos los hombres que le rodean.
La libertad no es pues, un hecho de aislamiento, sino de reflexión mutua; no de exclusión sino al contrario de alianza,
pues la libertad de todo individuo no es otra cosa que el reflejo de su humanidad o de su derecho humano en la
conciencia de todos los hombres libres, sus hermanos, sus iguales. No puedo decirme ni sentirme hombre libre más que
en presencia y ante otros hombres...No soy verdaderamente libre más que cuando todos los seres humanos que me
rodean, hombres y mujeres, son igualmente libres. La libertad de otro lejos de ser un límite o la negación de mi libertad,
es al contrario su condición necesaria y su confirmación. No me hago verdaderamente libre más que por la libertad de los
otros.

Você também pode gostar