Você está na página 1de 3

 Umberto Eco: Confesiones de un joven novelista

(Cap. 4: “mis listas”, fragmento)


Decidieron entonces seguir el río […] hasta que, después de casi cinco días de viaje, y de noches
sofocantes como el día, se dieron cuenta de que el continuo retrueno de aquella marea se estaba
transformando. El río había ganado más velocidad, se dibujaban en su curso una suerte de
corrientes, rápidos que arrastraban trozos de basalto como pajillas, se oía una especie de trueno
lejano […]. Luego, cada vez más impetuoso el Sambatyón se dividía en una multitud de riachuelos,
que se introducían entre pendientes montañosas como los dedos de la mano en un grumo de
fango; a veces una oleada se sumía en una gruta para luego salir con un rugido de una especie de
paso rocoso que parecía transitable y arrojarse rabiosamente río abajo. Y de golpe después de un
amplio rodeo que se vieron obligados a hacer porque las orillas mismas se habían vuelto
impracticables, golpeadas por torbellinos de gravilla, una vez alcanzada la cima de una planicie,
vieron cómo el Sambatyón, a sus pies, se anulaba en una especie de garganta del infierno.

Eran unas cataratas que se precipitaban desde decenas de agujeros rupestres, dispuestos en
anfiteatro, en un desmedido torbellino final, un regurgitar incesante de granito, una vorágine de
brea, una resaca única de alumbre, un agitarse de esquito, un resonar de azarnefe contra las
orillas. Y por encima de la materia que el torbellino eructaba hacia el cielo, pero más abajo con
respecto a los ojos de quien mirara como desde lo alto de una torre, los rayos de sol formaban
sobre esas gotitas silíceas un inmenso arcoíris que, al reflejar cada cuerpo los rayos con un
esplendor distinto según su propia naturaleza, tenía muchos más colores que los que solían formar
el cielo después de una tormenta, y que a diferencia de aquellos, parecía estar destinado a brillar
eternamente sin disolverse jamás.

Era un rojear de hematites y cinabrio, un tililar de azabache cual acero, un pasar de pizcas de
oropimente del amarillo al naranja flamante, un azular de armeniana, un blanquear de conchas
calcinadas, un verdear de malaquitas, un desvanecerse de litargirio en azafranes cada vez más
pálidos, un repercutir de rejalgar, un eructar de pueblo verduzco que palidecía en polvo de
crisocola y emigraba en matices de añil y violeta, un triunfo de oro musivo, un purpurear de
albayalde quemado, un llamear de sandáraca, un colorear de arcilla plateada, una sola
transparencia de alabastros.

Ninguna voz humana podía oírse en esa trompetada, ni los viajeros tenían deseos de hablar.
Asistían a la agonía del Sambaryón, que se enfurecía por tener que desaparecer en las entrañas de
la tierra, e intentaba llevar contigo cuanto tenía a su alrededor, rechinando sus piedras para
expresar toda su importancia.

 DEFINICIONES
Basalto: Roca volcánica, de color negro verdoso, compuesta generalmente de feldespato y
piroxena.

Miríada: Cantidad muy grande, imposible de calcular o de limitar, de la cosa que se expresa.

Imbornal: Abertura practicada en la calzada para conducir el agua de lluvia o de riego a la


alcantarilla.
Alumbre: Sulfato doble de alúmina y potasio, de color blanco que se halla en las rocas y en la
tierra; posee propiedades astringentes y se emplea en medicina y en la industria.

Rebullir: Moverse [una persona o una cosa] que estaba quieta.

Esquisto: Roca metamórfica de estructura laminar, que resulta de la transformación de la arcilla


sometida a grandes presiones.

Azarnefe: mineral que se compone de azufre y de arsénico de color verdoso, con textura fibrosa y
de brillo anacarado, que se usa en la pintura y la tintorería.

Tolvanera: Remolino de polvo.

Silíceas: Rocas silíceas es una denominación general para el subconjunto de las rocas
sedimentarias cuya característica común es el alto contenido en sílice (SiO2).

Rojear: Aparecer ante la vista o mostrarse [una cosa que es de color rojo].

Hematites: Mineral óxido de hierro de color rojo o pardo, que cristaliza en el sistema trigonal; es
una de las menas más abundantes del hierro y se emplea principalmente como pigmento.

Cinabrio: Sulfuro de mercurio, muy pesado y de color rojo oscuro, del cual se extrae el mercurio.

Atramento: se refiere el que tiene el color negro en todas sus características y cualidades.

Trasvolar: Pasar volando de un extremo al otro

Oropimente: Mineral compuesto de arsénico y azufre, de color amarillo intenso, que se utiliza en
pintura y tintorería

Malaquita: Carbonato hidratado natural de cobre, de color verde, tan duro como el mármol,
susceptible de pulimento, que suele emplearse en joyería.

Litargirio: Es un mineral de la clase de los minerales óxidos cuya fórmula química corresponde al
óxido de plomo (II), PbO.

Azafrán: Planta herbácea de la familia iridáceas, cuyos estigmas, de color rojo anaranjado, se usan
para condimento.

Rejalgar: Mineral de color rojo, lustre resinoso y fractura concoidea, que se raya con la uña y es
una combinación muy venenosa de arsénico y azufre.

Terruño: Trozo de tierra.

Crisocola: es un mineral del grupo de los Silicatos, subgrupo Filosilicatos. Es un silicato de cobre
hidratado de fórmula (Cu,Al)4H4 (OH)8Si4O10 ·nH2O), a veces denominado "cobre silíceo".

Añil: De color azul oscuro con tonalidades violetas.

Musivo: Perteneciente o relativo a los mosaicos, o propio de ellos. Decorado o hecho con
mosaicos.
Albayalde: Carbonato básico de plomo, sólido y de color blanco

Sandáraca: Gomorresina amarillenta y aromática que se obtiene de las coníferas.

Irisar: Presentar reflejos luminosos de colores semejantes a los del arco iris. Producir en algo los
colores del arco iris.

Greda: Arcilla arenosa que se usa para limpiar y desengrasar.

Argentado: Que está bañado en plata. Que tiene el color parecido al de la plata.

Alabastro: Variedad de caliza, translúcida, generalmente con visos de colores, que se emplea
como piedra de ornamentación. Variedad translúcida y compacta del yeso, también conocida
como alabastrita.

Clangor: Este vocabulario se refiere (en poética) como el sonido o del ruido del clarín, trompeta,
corneta, del cornetín o de cualquier instrumento musical de viento similar, también se le dice a
una fanfarria, clarinada, estruendo o trompetada con la misma acepción.

Você também pode gostar