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EL MUNDO DURANTE EL JURASICO

El periodo jurásico, con una duración en torno a los 55 millones de años (desde los 200 hasta
los 145 millones de años antes del presente), se encuentra entre el triásico y el cretácico.
Constituye la parte central de la era mesozoico además limitada por grandes catástrofes
biológicas, la extinción orgánica de finales del pérmico, la más devastadora de toda la historia
de la Tierra, y la del fin del cretácico, la más conocida por ser precisamente en la que se
extinguieron los dinosaurios junto con muchos otros organismos de la época.

El termino Jurásico debe su nombre al geógrafo, naturalista y explorador alemán Alexander


Von Humboldt, que en 1795 denomino así a las calizas de los montes de Jura, entre Francia y
Suiza.

UN COMIENZO CATASTROFICO

Inmediatamente antes del comienzo del periodo Jurásico tuvo lugar una gran extinción
orgánica considerada por muchos investigadores como una de las cinco más importantes en la
historia de la Tierra. A causa de la misma desaparecieron la mitad de las familias de reptiles
terrestres y una proporción similar de géneros de invertebrados marinos. Su origen es muy
controvertido, pero los candidatos que cuentan con más probabilidades son el impacto con un
gran bólido de origen extraterrestre y una masiva erupción volcánica de tipo basáltico que
tuvo lugar durante esa época en el entorno del atlántico central.

Algo más tarde poco antes de finalizar el tercio inferior del periodo Jurásico, tendría lugar una
extinción esta vez de importancia menor, asociada a una disminución de oxígeno en el fondo
marino que afecto a una buena parte de Europa y produjo una espesa acumulación submarina
de arcillas negras laminadas
CONTINENTES Y OCEANOS EN MOVIMIENTOS

Durante esta época, el mega continente conocido con el nombre Pangea, se había formado a
comienzos del Triásico, comenzó a disgregarse lentamente dando lugar a dos grandes masas
continentales, una situada al norte denominada Laurasia, que incluía Norteamérica, Europa y
la mayor parte de Asia, y otra al sur llamada Gondwana que comprendía Sudamérica, África, la
Antártida, Australia y la India. Entre ambas se encontraba el mar Tetis, un precursor de los
actuales Mediterráneo y Caribe. En sus márgenes se desarrollaron se desarrollaron múltiples
episodios arrecifales constituidos principalmente por corales, esponjas, algas y bacterias que
alcanzarían el máximo desarrollo durante el último tercio del periodo Jurásico.

La apertura del Atlántico Central, que culminaría con la separación del bloque norteamericano
con respecto al formado por África y Sudamérica, tendría lugar a mediados del periodo
Jurásico, permitiendo por primera vez la circulación de una corriente de agua ecuatorial entre
el mar de Tetis y el Pacifico.

Al mismo tiempo, comenzaba a abrirse una nueva vía de agua entre Norteamérica y Eurasia,
que posteriormente constituiría el actual Atlántico Norte. A principios del periodo Jurásico, la
península Ibérica se encontraba muy próxima a Canadá, concretamente a la isla Terranova.

Es también a lo largo de este periodo cuando comienzan a formarse relieves de la Cordillera


Occidental Norteamericana que incluye las Montañas Rocosas y la Sierra Nevada, al oeste del
país. Mucho más al sur, el área que hoy ocupa el tramo de la cordillera perteneciente a los
Andes patagónicos iniciaba su ascenso acompañado de una intensa actividad volcánica.

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