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2 de mayo de 2018, Roma – La contaminación del suelo plantea un serio desafío para
la productividad agrícola, la seguridad alimentaria y la salud humana, pero se sabe muy
poco sobre la escala y la gravedad de la amenaza, según advierte un nuevo informe de la
FAO publicado hoy al comienzo de un Simposio Mundial.
La industrialización, las guerras, la minería y la intensificación de la agricultura han
dejado su legado de contaminación del suelo en todo el planeta, mientras que el
crecimiento de las ciudades ha tenido como consecuencia que se utilice como sumidero
de cantidades cada vez mayores de desechos urbanos, asegura el informe La
contaminación del suelo: una realidad oculta.
“La contaminación de los suelos afecta a la comida que comemos, el agua que bebemos,
el aire que respiramos, y la salud de nuestros ecosistemas”, dijo la Directora General
Adjunta de la FAO, Maria Helena Semedo, al inicio del simposio. “El potencial de los
suelos para hacer frente a la contaminación es limitado y, por eso, la prevención de la
contaminación de los suelos debería ser una prioridad en todo el mundo”, añadió.
Pero aunque la intensificación agrícola, la producción industrial y la urbanización
prosiguen a un ritmo rápido, hasta ahora no se ha realizado una evaluación sistemática
del estado de la contaminación del suelo a nivel mundial, señala el informe.
Los estudios que se han llevado a cabo se han limitado en su mayoría a las economías
desarrolladas. De modo que existen grandes lagunas de información respecto a la
naturaleza y el alcance del problema, según un análisis de la FAO sobre la literatura
científica existente.
Pero lo poco que sabemos es ya motivo de preocupación, señala el informe.
Por ejemplo, en Australia, se estima que existen unos 80 000 emplazamientos que
sufren contaminación del suelo. China ha clasificado el 16 por ciento de todos sus
suelos -y el 19 por ciento de sus suelos agrícolas-, como contaminados. Hay
aproximadamente 3 millones de lugares contaminados en la Zona Económica Europea y
en los Balcanes occidentales. En Estados Unidos, 1 300 localidades aparecen en la lista
de prioridades nacionales Superfund, en la que las autoridades incluyen aquellas que
sufren un elevado índice de polución.
Estos datos nos ayudan a entender la clase de peligros que la contaminación plantea a
los suelos, pero “no reflejan la complejidad de la contaminación del suelo en el mundo y
ponen de relieve la insuficiente información disponible y las diferencias en el registro
de sitios contaminados en diversas regiones geográficas”, advierte Una realidad oculta.
El informe fue publicado hoy al comienzo de un simposio de tres días en la sede de la
FAO, durante el cual expertos y responsables de las políticas debaten sobre los riesgos
de la contaminación del suelo y comienzan a diseñar una respuesta internacional más
coherente.
Peligro para los alimentos y la salud
La contaminación del suelo a menudo no puede percibirse ni evaluarse directamente, lo
que lo convierte en un peligro oculto, con graves consecuencias.
Entre ellas afecta a la seguridad alimentaria, al dificultar el metabolismo de las plantas y
al reducir los rendimientos agrícolas, haciendo además que los cultivos sean nocivos
para el consumo. Los contaminantes dañan también en forma directa a los organismos
que viven en el suelo y lo hacen más fértil.
Y, por supuesto, el suelo contaminado con elementos peligrosos (por ejemplo, arsénico,
plomo y cadmio), productos químicos orgánicos como BPC (bifenilos policlorados) y
HAP (hidrocarburos aromáticos policíclicos) o productos farmacéuticos -como
antibióticos o disruptores endocrinos- plantea graves riesgos para la salud humana.
¿Qué causa la contaminación del suelo?
De lejos, la mayor parte de la contaminación del suelo se debe a actividades humanas.
Actividades industriales -incluidas la minería, la fundición y la fabricación-; desechos
domésticos, ganaderos y urbanos; plaguicidas, herbicidas, fertilizantes utilizados en la
agricultura; productos derivados del petróleo que se liberan o descomponen en el medio
ambiente; gases generados por el transporte: todos contribuyen a agravar el problema.
Los llamados “contaminantes emergentes” suponen también una preocupación
creciente. Aquí se incluyen productos farmacéuticos, disruptores endocrinos, hormonas
y contaminantes biológicos; la denominada “basura electrónica” (“E-waste”) de viejos
aparatos inservibles; y los plásticos usados hoy en casi todas las actividades humanas.
(Apenas existen estudios científicos sobre el destino de los plásticos en los suelos,
señala el informe Una realidad oculta, mientras que la mayoría de los desechos
electrónicos se depositan en los vertederos en lugar de reciclarse).
Sobre el simposio
El evento de esta semana en la FAO representa un primer paso para identificar y llenar
las lagunas de información a nivel mundial y avanzar en una respuesta internacional
más coherente frente a las amenazas que plantea la contaminación del suelo. Eso
incluye establecer un plan de acción para promover la implementación de las Directrices
voluntarias para la gestión sostenible del suelo desarrolladas por la FAO y sus socios en
2016, así como los recientes compromisos internacionales para gestionar mejor la
contaminación del suelo.
Datos y cifras
El informe de la FAO es una síntesis de la investigación científica existente sobre la
contaminación del suelo*. Entre los hechos y cifras destacados de esa investigación
figuran:
• La producción de productos químicos creció rápidamente en las últimas décadas y se
prevé que aumente anualmente en un 3,4 por ciento hasta 2030. Los países que no
pertenecen a la OCDE contribuirán mucho más en el futuro.
• En 2015, la industria química europea produjo 319 millones de toneladas de productos
químicos. De estos, 117 millones de toneladas se consideraron peligrosas para el medio
ambiente.
• La producción mundial de desechos sólidos urbanos era de cerca de 1 300 millones de
toneladas anuales en 2012; se espera que aumente a 2.200 millones de toneladas anuales
para 2025.
• En muchas regiones del mundo, los niveles de contaminantes orgánicos persistentes en
la leche humana son muy superiores a los que se consideran inocuos, con una mayor
incidencia en la India y en algunos países europeos y africanos.
• Algunos países de bajos y medianos ingresos han aumentado notablemente su uso de
plaguicidas en la última década. Bangladesh, por ejemplo, lo multiplicó por cuatro,
Rwanda y Etiopía por más de seis y el Sudán lo multiplicó por diez.
• La producción mundial de estiércol aumentó un 66 por ciento entre 1961 y 2016, de 73
a 124 millones de toneladas (Mt). El volumen de estiércol aplicado a los suelos aumentó
de 18 a 28 Mt, y la cantidad de estiércol dejada en los pastizales aumentó de 48 a 86 Mt.
El estiércol puede contener altas cantidades de metales pesados, organismos patógenos
y antibióticos.
• Los suelos cerca de las carreteras acumulan elevados niveles de metales pesados,
hidrocarburos y otros contaminantes, lo que representa una amenaza cuando se
producen alimentos en áreas adyacentes o cuando se lleva a pastar al ganado junto a
estas vías.
• Aproximadamente 110 millones de minas y otros tipos de explosivos sin estallar
continúan dispersas en 64 países en todos los continentes, remanentes bélicos que
pueden tener consecuencias fatales para los agricultores y que pueden liberar metales
pesados al estar expuestos a la intemperie.
• Casi todo el suelo en el hemisferio norte contiene radionucleidos en concentraciones
más altas que el nivel de fondo -incluso en áreas remotas-, como consecuencia de las
pruebas atmosféricas de armas nucleares y episodios radiológicos como el accidente de
Chernobyl.
* Consulte la página 91 de Una realidad oculta para obtener una lista de las fuentes
consultadas por la FAO.
EBRERO, 2019
¿Causas de la contaminación?
Los principales causantes de la contaminación del suelo son el almacenamiento incorrecto
y/o residuos, vertidos de residuos incontrolados, escombros industriales, accidentes en el
transporte de mercancías, fugas en tanques u operaciones deficientes, antiguos entierros
de residuos, uso incorrecto de pesticidas y/o abonos, alcantarillado antiguo en mal estado
y la deposición de contaminantes atmosféricos, entre otros.
Efectos de la contaminación del suelo
También contamos con software específico (RBCA TOOL KIT for Chemical Releases) para
la realización de la Análisis Cuantitativos de Riesgos (ACR) para la salud humana.
Recuperación de espacios contaminados
Utilizamos las mejores técnicas disponibles en cada caso:
Tratamientos biológicos:
Bioremediación: consiste en la degradación de los contaminantes
mediante el uso de microorganismos vivos, como pueden ser
bacterias, hongos o algas. Se usa frecuentemente en la
recuperación de suelos y aguas afectadas por hidrocarburos.
Bioaumentación: consiste en la adición de microorganismos con la
intención de facilitar la eliminación de los contaminantes y, de este
modo, optimizar la remediación. En el caso de existir en la zona
variedades de bacterias capaces de restaurar el lugar, se optará por
estimular el crecimiento de estas bacterias.
Landfarming: este tratamiento consiste en esparcir el material
contaminado en una superficie acondicionada y controlar las
condiciones para estimular la actividad de los microorganismos
naturales del suelo.
Restauración paisajística:
Excavación, Transporte y Gestión de Suelos contaminados.
Restauración con tierra de préstamo y mejora.