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1.

-El árbol y su sueño


En un pueblo lejano, en un bosque muy bonito donde había mariposas y muchos animalitos,
había un árbol que todos adoraban porque era muy colorido. Ese árbol soñaba con ser
encantado para que todos los niños volaran.

Un día una bruja vino y asustó a todos los niños pero un niño se quedó y se escondió para
ver qué hacía la bruja, cuando el niño salió la bruja dijo abra kadabra y el niño se convirtió
en “ratón”, todos los niños gritaron “¡oh no!, qué le habrá pasado a nuestro amigo», porque
no lo vieron pues era muy chiquito.

2.-Fabula el Conejo Temeroso


Estaba un conejo en su agujero, pensando y meditando sobre su vida: Todo el tiempo tenía
miedo, cualquier sombra o sonido lo asustaba. Todo el tiempo se encontraba nervioso,
pensando en que algo malo en cualquier momento le iba a pasar.
"De seguro algún sabio me diría: "¡Corrige tu problema!", pero, ¿como corrijo el miedo?
Hasta los humanos llegan a tener tanto miedo como yo"

Mientras caminaba fuera de su madriguera, escucho un pequeño ruido. Caminando de


nuevo a su madriguera, vio como al pasar por una charca, las ranas se iban alejando y
escondiendo de el. Pensó, que el también causaba el mismo miedo que sentía. ¿Como
puedo causar ese miedo en otros animales, siendo que yo también tengo ese miedo?

3.-El Delfín y el León


Una vez un león que paseaba por una playa tranquila vio asomar fuera del agua la cabeza
de un delfín.
Acordándose de que era el rey de los anímales acuáticos lo llamó y le propuso una alianza:
–Nos conviene –le dijo. Tú eres el rey de los animales marinos y yo de los terrestres.
El delfín aceptó encantado y el pacto quedó sellado.
Cierto día el león, que desde hacía bastante tiempo estaba en guerra con un toro salvaje,
pidió ayuda al delfín. El pez trató de salir del agua pero no pudo. El león se puso furioso y
lo acusó de traición.
–Te equivocas. No es a mí a quien debes culpar sino a la naturaleza. Ella fue quien me hizo
animal de agua y no de tierra.
Debemos hacer amigos entre los que pueden estar a nuestro lado
4.-Un elefante mentiroso
Había una vez un elefante muy mentiroso llamado Lucas. Siempre buscaba justificativos a
través de la mentira. Si no ordenaba como su mamá le exigía, él simplemente decía que no
lo había podido hacer porque un cocodrilo se le había cruzado por el camino y se lo había
impedido. Sino decía que no había estudiado porque un zorro le había quitado sus libros, y
así mentía con muchas otras cosas.
Una tarde, su abuela le da un consejo:
– Lucas, tú sabes que va a llegar el día en que nadie ya crea lo que tú dices.
Pero a Lucas parecía no importarle. Un día Lucas se sintió mal del estómago y no quiso ir
a la escuela, pero cuando le dijo a su madre, que quizás algo le había caído mal, ella no le
creyó.
Lucas tuvo que ir igual y lo pasó tan mal que nunca más mintió, y aprendió que la mentira
no es buena.
5.-La foca y los libros
Una foquita se pasaba el día enfrascada en la lectura. Tenía tal afición que no había día
que al menos no leyera cuatro libros. Sus padres, muy orgullosos de aquella hija fueron con
ella un día de visita a casa de unos amigos, los cuales tenían también un hijo muy aplicado
que sabía de todo, aunque tardaba mucho en leer un libro.
Los padres de la Foquita estaban convencidos de que su hija sabía mucho más que el hijo
de sus amigos así que decidieron hacer una prueba para comprobarlo.

Se les ocurrió que una buena forma de hacerlo sería pedir a sus respectivos hijos que
hablaran de los libros que habían leído aquel mismo día y eso fue lo que les pidieron.

Cuando a Foquita le tocó hablar de sus lecturas, recordaba el título y nada más, ya que
había leído tan deprisa que no se había enterado de nada.

En cambio, el hijo de sus amigos habló durante horas sobre aquel libro tan entretenido y
divertido que estaba leyendo por lo que quedó muy claro que lo había leído muy bien y que
se había enterado de todo.

6.-Fábula El gato orgulloso


Erase un gato con un precioso pelaje gris. Era muy presumido y se creía que era el animal
más bello de todo el bosque. Para que todo el mundo le viera y admirase su belleza, dejó
que su rabo creciera hasta que alcanzó un tamaño mucho más grande que lo normal para
un gato.
Sus amigos no paraban de decirle que un rabo tan largo podía crearle muchos problemas
a la hora de tener que escapar de un depredador, puesto que era mucho más fácil que le
atraparan y que además podría quedar atascado en cualquier sitio, pero no les hacía ningún
caso, convencido de que aquellas palabras eran motivadas por la envidia
Un día, aparecieron en esa zona del bosque una manada de lobos hambrientos que
empezaron a perseguir a todos los habitantes con la intención de calmar el vacío de sus
estómagos. Todos los animales escaparon de ellos. Todos menos uno. El gato presumido
se había quedado enredado en una planta trepadora que se había hecho un nudo con su
largo rabo.
Los lobos no tardaron en darse cuenta de los problemas del bonito gato y, apresurándose,
se lo comieron rápidamente.
7.-Fabula el Hipopótamo Hipocondríaco
Era un hipopótamo que siempre se quejaba de estar enfermo, no obstante que siempre se
lo veía saludable, cerca del agua, el barro y el sol. El hipopótamo visitaba con frecuencia al
médico. En la primera consulta el médico le dijo que no tenía nada, pero el descomunal
paciente montó en cólera y poco faltó para que lo lanzara por la ventana del consultorio.
Por esa razón, de ahí en adelante, el galeno lo auscultaba, le diagnosticaba una
enfermedad terminada en itis y otra en osis, le recetaba píldoras de diversos colores y le
cobraba la consulta. El hipopótamo pagaba contento las consultas y más contento se
tomaba las píldoras. Al otro día decía: ¡Estoy curado!, hasta que unos días después se
sentía enfermo de nuevo.
El hipopótamo vivió toda su vida "enfermo", y proclamando hacia si mismo enfermedades
incluso desconocidas para los doctores. Luego de unos años, murió.

8.-El Venado y La Iguana


Había una vez, en un bosque, una iguana y un venado estaban conversando. El venado le
decía que estaba cansado de vivir en el bosque ya que todo el tiempo se pasaba caminando
por entre los arboles las plantas, las flores y los ríos.
A mí me gustaría conocer la arena la playa y el mar. De ahí podré ver el sol, la luna y las
estrellas – decía el venado. Aquí la vegetación es tan abundante que no puedo disfrutar de
ese cielo encantado –
Yo cuando quiero disfrutar de ese cielo encantado me subo a lo más alto de los árboles.
Aquí tenemos muy buenos alimentos. Nunca nos falta el agua, las fresas, muchas frutas y
deliciosos pastos. Yo no me voy de aquí – dijo la Iguana.
El venado no espero mucho tiempo para irse al desierto de Sechura que está en la costa
del mar Pacífico. Estando en la arena de la playa pudo ver ese cielo encantado que
mencionaba.
Había mucha gente bañándose, pocas palmas y el lugar se veía desolado. Después de
varios días no podía encontrar alimentos sobre la arena. Cansado y desilusionado regreso
a la selva donde el llevaba una vida plena.
MORALEJA: Si intentas ir a lugares desconocidos, toma primero la precaución.

9.-La Jirafa Cocinera


Lina era una pequeña jirafa a quien le gustaba cocinar. Un día, cuando su madre se había
ido a la compra, Lina miró el calendario por casualidad y descubrió algo interesante:
– ¡Anda, si hoy es el 22 de agosto! ¡Nada menos que el cumpleaños de mamá! – exclamó
muy contenta.
En seguida tuvo una ocurrencia. Haría a su madre un buen pastel de cumpleaños. Sin
perder tiempo, se puso a la tarea.
A poco de empezar se le cayeron dos huevos al suelo. Quedaron rotos por mil sitios.
Después ocurrió lo mismo con la harina y el azúcar.
– ¡Vaya, se ve que hoy no tengo mi día! – se quejó Lina con toda razón.
Por fin acertó a terminar el pastel. Ya sólo quedaba meterlo en el horno. Cuando hizo ésto,
Lina se fue a jugar y ¡olvidó el pastel! Al oler a quemado, se dio cuenta de lo ocurrido. Aún
estaba llorando cuando regresó su mamá quien, dándose cuenta de las buenas intenciones
de su hija, la besó cariñosamente y dijo:
– Gracias, Lina. Me has regalado el pastel de todas formas. Nunca olvidaré este precioso
detalle -.
Aquel fue un feliz cumpleaños, ¡ya lo creo, amigos!

10.-LAS GAFAS DEL KOALA


Había una vez un koala llamado Chiquipurri, que vivía en un bosque de Australia.
Chiquipurri llevaba gafas, porque de lejos no veía muy bien.
Cuando se despertaba cada día, lo primero que hacía era ponerse sus gafas. Y a partir de
entonces, las llevaba durante todo el día, hasta que se acostaba en su árbol favorito.
Un día, Chiquipurri se levantó por la mañana, y no encontró sus queridas gafas, a pesar de
haberlas buscado muy bien por todo el árbol donde dormía.
Chiquipurri, enfadado, empezó a echar las culpas de la desaparición de sus gafas a todos
los koalas de su alrededor.
11.-El buen rey león
Había un león que no era enojoso, ni cruel, ni violento, sino tratable y justo como una buena
creatura, que llegó a ser el rey.
Bajo su reinado se celebró una reunión general de los animales para disculparse y recibir
mutua satisfacción: el lobo dio la paz al cordero, la pantera al camello, el tigre al ciervo, la
zorra a la liebre, etc.
La tímida liebre dijo entonces:
-- He anhelado ardorosamente ver llegar este día, a fin de que los débiles seamos
respetados con justicia por los más fuertes.
E inmediatamente corrió lo mejor que pudo.
Moraleja: Cuando en un Estado se practica la justicia, los humildes pueden vivir
tranquilos..., pero no deben atenerse.
12.-La mariposa y la flor
Cierta vez, un hombre le pidió a Dios que le diera una flor y una mariposa.
Pero Dios le dio un cactus y una oruga. El hombre quedó triste, pues no entendió por qué
su pedido no había sido satisfecho. Luego pensó: “Claro... con tanta gente que atender...”
Y resolvió no cuestionar más.
Pasado algún tiempo, el hombre fue a ver aquello que algún día le enviaron. Para su
sorpresa, del espinoso y feo cactus había nacido la más bella de las flores. Y la horrible
oruga se transformó en una bellísima mariposa.
No siempre lo que deseas es lo que necesitas. Como Él nunca falla en la entrega de sus
pedidos, sigue adelante sin dudar ni murmurar: la espina de hoy será la flor de mañana.
13.-El Tucán y La Nutria
Había una vez un árbol de manzanas maduras, cerca al rio. Los tucanes iban todos los días
ha alimentarse de los frutos del árbol. A medida que se alimentaban de las manzanas
ensuciaban también el pozo que había construido la nutria y la suciedad se acumulaba en
su madriguera.

Amigo tucán, ¿porque no tomas las manzanas y te las llevas a otro lugar donde puedas
disfrutar de ese dulce fruto y dejas las sobras en lugar donde no contamines los ríos? – le
pregunto la nutria –
Los agricultores también estaban disgustados por el basural que creaban los tucanes y
como ellos no aceptaron la recomendación que le hizo la nutria, vinieron un día y se llevaron
en un carretón todas las manzanas, podaron el árbol y de esta forma también protegieron
uno de los mejores frutos del planeta.
14.-El oso y el león
En cierta ocasión un oso y un león llevaban varios días sin comer un solo bocado, entonces
presos del hambre decidieron cazar entre ambos. Fruto de ello consiguieron un cervatillo,
de ahí vino 1 problema ninguno de los 2 quiso compartirlo así que se inicio una tremenda
gresca para ver quien se quedaba con el animal
Mientras discutían paso por el lugar una astuta zorra, que al verlos exhausto y cansados,
aprovecho el momento para llevarse el cervatillo.
Pasado unos segundos el león y el oso se dieron cuenta, pero era ya demasiado tarde,
ambos solo se dedicaron a ver como la astuta raposa cada vez se alejaba mas, pues
estaban muy cansados para correr tras ella y solo atinaron a decir:
- ¡Que desdicha! tanto esfuerzo y lucha para que llegue una zorra y se quede con la presa.
15.-El Perro con campanilla
Cuentan que había un perro muy pesado y maleducado, que no desaprovechaba la ocasión
para morder a toda persona que pasase cerca de él.
Apenado y para evitar males mayores, su dueño optó un día por colocarle una campanilla
al cuello, que alertase a todos de la presencia del can y lo evitasen, para no ser mordidos.
El perro no comprendió el significado y objetivo de la campanilla y fue a presumirla a la
plaza, donde la hizo sonar con ostentación.
Cerca de él había una perra que le superaba en experiencia y conocimiento y sin pensarlo
le comentó:
-¿Realmente no sé cuál es la causa de que presumas tanto? Si es por la campanilla vas
listo amigo, pues no te la han puesto por causa de tus virtudes o buenas cualidades, sino
para alertar a todos de tu maldad y malos hábitos.
Entendido esto el perro bajo la cabeza y nunca más hizo sonar su campanilla con alarde.
Comprendió que había ganado la campanilla por malo, y más que una ganancia era un
castigo que debía cumplir, para resarcir todo el daño que había hecho.
16.-El zorro y el cuervo
Cierto día un cuervo que había robado un pedazo de queso a unos pastores, se había ido
a lo alto de un árbol con intención de comérselo, pero una zorra famélica que pasaba por
el lugar al ver el suculento queso busco la manera de quitárselo al cuervo, así que empezó
a adularlo:
- "Buenas tardes señor cuervo, que hermoso y admirable se ve hoy Estoy segura que entre
las aves no hay nadie mejor que usted para ser el rey de las aves, imagino que ah de tener
una voz precioso, oh como me encantaría poder escucharlo."
El cuervo muy envanecido por el elogio de la zorro, quiso demostrar a la astuta raposa su
melodiosa voz, y empezó a cantar, pero al hacerlo soltó el queso, la zorra lo atrapo en el
acto y le dijo:
"Amigo si además de vanidad tuvieras raciocinio, otra seria el destino de este queso que
acabas de perder." y dicho esto, la raposa devoro el queso delante del cuervo.
El cuervo al ver al zorro comer su delicioso queso quedo muy avergonzado, y se fue triste
del lugar.
MORALEJA
Quien te alaba sin conocerte solo desea tu suerte.
17.-El ratón campesino y el cortesano
Un ratón campesino tenía por amigo a otro de la corte, y lo invitó a que fuese a comer a la
campiña.
Pero como sólo podía ofrecerle trigo y yerbajos, el ratón cortesano le dijo:
- ¿Sabes amigo que llevas una vida de hormiga? En cambio yo poseo bienes en
abundancia. Ven conmigo y a tu disposición los tendrás.
Partieron ambos para la corte. Mostró el ratón ciudadano a su amigo trigo y legumbres,
higos y queso, frutas y miel.
Maravillado el ratón campesino, bendecía a su amigo de todo corazón y renegaba de su
mala suerte
Dispuestos ya a darse un festín, un hombre abrió de pronto la puerta. Espantados por el
ruido los dos ratones se lanzaron temerosos a los agujeros.
Volvieron luego a buscar higos secos, pero otra persona incursionó en el lugar, y al verla,
los dos amigos se precipitaron nuevamente en una rendija para esconderse.
Entonces el ratón de los campos, olvidándose de su hambre, suspiró y dijo al ratón
cortesano:
- Adiós amigo, veo que comes hasta hartarte y que estás muy satisfecho; pero es al precio
de mil peligros y constantes temores. Yo, en cambio, soy un pobrete y vivo mordisqueando
la cebada y el trigo, pero sin congojas ni temores hacia nadie.

18.-El sapo y la luciérnaga


En el silencio de la noche oscura iba una luciérnaga volando, cuando de repente un sapo
que por allí se encontraba, al ver como destacaba su luz y la belleza de ésta, le escupió
con su mortífera saliva quedando la luciérnaga muy mal parada.
Moribunda y viéndose en tan terrible trance sin haber hecho nada para merecerlo, la
luciérnaga se dirigió al sapo para pedirle explicaciones por aquella acción
“No entiendo, sapo, por qué atentaste contra mi vida si yo ningún mal te hice. Tan sólo
paseaba mostrando mi luz en la oscuridad de la noche tal y como tengo costumbre”
A lo que el sapo, que era un envidioso,replicó:
“Eso te ha ocurrido por ser un bicho imprudente. ¿Acaso no sabes que las distinciones
siempre salen caras? Si no hubieses brillado como lo haces no te hubiese escupido”.
19.-El tiburón azul
Había una vez un niño llamado Lalo, era un niño bueno que amaba mucho a los animales.
Su padre era pescador y salía en su lancha todos los días a trabajar.
Un día en las redes de su padre cayó un pequeño tiburón azul y el niño lo arrojó de nuevo
al mar.
Pasó el tiempo, cuando Lalo era un jovencito y ayudaba a su padre a pescar, cayó de la
lancha en una zona de tiburones.
Todos pensaron que Lalo iba a morir cuando veloz un gran tiburón azul lo salvó, llevándolo
a la orilla, era el mismo tiburoncito que Lalo había salvado.

20.-La zorra y las uvas


Encontrábase, un día, una zorra con tanta hambre, que al ver colgar de una parra un tierno,
verde, y fresco racimo de uvas, se decidió a atraparlo sin esperar la llegada de una presa
ni manjar mejor.
No pudo la zorra, sin embargo, alcanzar el verde racimo. Y cansada, tras muchos intentos,
exclamó:
–¡Me voy! ¡Ni que me agradasen las uvas verdes!
Un error muy común tuvo aquel animal: trasladar nuestra responsabilidad y errores a los
demás.
21.- El congreso de las vacas
En un congreso de todas las representantes de las diferentes granjas de la zona, la
organizadora del evento se dirigía de esta manera a sus compañeras:
- ¡Queridas compañeras, los carniceros se han convertido en las personas que más daño
nos hacen, es por eso que desde aquí os animo a que nos unamos para hacer que
desaparezcan!
Todas las vacas aplaudieron con gran fervor este discurso, menos una de más edad, que
con gran dificultad se levantó manifestando:
- Todo eso que sostienes está muy bien, pero si hacemos desaparecer a los carniceros
¿servirá de algo? Yo creo que no, ya que los hombres seguirán alimentándose de nuestra
carne y enviaran a otros mucho peores que los que tanto aborrecéis para darnos caza.
Al término de su mensaje, las presentes se quedaron en silencio unos minutos pensando
sobre la cuestión. Un rato más tarde la encargada de la organización dijo:
- Llevas mucha razón amiga. Lo que debemos de hacer a partir de este momento es hacer
que todo el mundo deje de comer carne. A fin de cuentas, los carniceros solo hacen el
trabajo por el que les pagan.
22.- MIS ZAPATOS MAGICOS
Cuento Infantil para niños, creado por: Lucre, Agustina, Melisa y Julieta
Había una vez una niñita que bailaba en un ballet. Hasta que un día se rompieron sus
zapatos preferidos.
Cuando iba a su casa recordó que en la tienda de al lado vendían los mismos zapatos. Así
que en seguida fue a esa tienda. Cuando los fue a comprar no le alcanzaba el dinero de
sus ahorros, así que se marchó.

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