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Cátedra de Arte y Contexto

Presentado a Fernando Rincón


Estudiante: Juan David Guerrero
Fecha: 02/03/2019

Los tipos de repetición de Deleuze dentro del contexto artístico de la música

Conforme a los tres tipos de Repetición que menciona Deleze en el texto “repetición, silencio
y fin del sacrificio”, este texto pretende mostrar cómo estas clases de repetición se dan en la
vida del músico y su diario accionar. Para ello primero se explicará brevemente que fue lo
que dijo Deleuze, para luego ejemplificar aquello con casos aterrizados a la realidad.
Deleuze aborda el tema de la repetición con el fin de esclarecer el concepto de identidad y
diferencia dentro de su tesis. Deleuze trata de buscar una definición positiva del concepto de
identidad y de diferencia, es decir, trata de evitar la significación que se da por medio de la
negación. En otras palabras, quiere explicar estos dos conceptos sin recurrir al principio de
identidad de la lógica tradicional. Conforme a ello se pregunta si lo idéntico se da en la
repetición. La respuesta que da el autor es que sí y no, a saber, para que se dé la “repetición”
debe haber un precursor original que se repita, sin embargo, en toda repetición hay
diferencias circunstanciales, entonces, ¿cómo establecemos esa relación de identidad? Por
medio del concepto que abstrae todas esas diferencias circunstanciales y deja solo la forma
general de lo que se repite.
En efecto, se definía el concepto de la diferencia por e momento o la manera en que
se inscribía en el concepto en general; por consiguiente, se confundía el concepto de
la diferencia con una diferencia simplemente conceptual; así, se comprendía la
diferencia en la identidad, no siendo el concepto en general, sino el principio de
identidad como desplegado en la representación
Ahora bien, lo idéntico se da en la repetición en un sentido relativo, es decir, si se presenta
este concepto como la extensión de la idea en un fenómeno real, sin embargo, si se presenta
como lo exactamente igual, es imposible porque las circunstancias temporales hacen que
cada instante sea único e irrepetible. Desde esta perspectiva el autor plantea tres tipos de
repetición: la habitual, la Mnemosine, y la de la forma temporal. La primera refiere a la
repetición que se da de forma periódica o cíclica; la segunda refiere a los recuerdos que se
dan en la psique de los individuos y la última al eterno devenir de Nietzsche.

Conforme a ello se puede decir en primera instancia, que, la repetición exacta no puede existir
lo cual confirma la tesis generalizada que ninguna interpretación u obra de arte en el plano
artístico puede ser repetida de manera exacta. Ya que los sentimientos, las circunstancias, las
experiencias internas y externas tanto del artista como del espectador están en constante
cambio, lo cual imposibilita la repetición idéntica de un mismo performance. Esto se ve
claramente al comparar conciertos donde se toca la misma canción, sin embargo, el ambiente
y las sensaciones que genera en cada ocasión son distintas.

Pero, por otro lado, la repetición de manera relativa si se logra en el arte e incluso es necesaria.
Por ejemplo, la repetición habitual es indispensable durante el proceso de formación del
artista. Así mismo, desde el punto de vista de las obras también se hace casi que obligatorio
estarlas repitiendo cíclicamente para poder tenerlas de manera viva dentro de repertorio del
músico. Este último ejemplo refiere más a la repetición memorística de la que Habla Deleuze
ya que intervienen factores de carácter psíquico.

Desde otra perspectiva, las repeticiones habituales de las obras dentro de los programas de
concierto también dan cuenta de cómo la repetición se hace necesaria para mantener esas
obras vivas dentro del imaginario común de la sociedad. Sin embargo, se recalca el punto
anteriormente mencionado, por más que se reproduzca muchas veces la misma pieza musical,
su interpretación siempre va a ser distinta.

Ahora bien, la repetición también trae consigo una problemática fehaciente en nuestro
sistema económico actual. Y es que los medios de producción cada vez tratan de estandarizar
las obras de artes para suprimir las diferencias circunstanciales que se dan por el eterno
transcurrir de tiempo. De esta forma, la fotografía y los discos son objetos que permiten
enjaular el transcurrir del tiempo, para poder ser manipulado y repetido infinidad de veces de
la misma forma como menciona Attali. Sin embargo, lo más problemático allí es como la
industria crea moldes, como si fueran ideas de cómo debe ser la música, para imponerlos en
la sociedad generando la ansiedad por el consumo y la manía por la acumulación. En palabras
de Attali “De hecho, con la repetici6n, lo esencial de la teoría está por reconstruirse, puesto
que una cantidad dada de trabajo, el del matrizador productor del molde, puede producir
copias en gran número”

Sin embargo, el factor más alarmante no es la creación de moldes sino la repetición del
proceso en sí mismo. Mientras que para Attali la repetición mecánica y tecnológica de ls
moldes implica un modo de opresión política donde se obliga a la sociedad a la producción
en masa para la acumulación, ya que el uso se hace ineficaz para mantener la industria en
general. En otras palabras, La repetición a la que hace referencia Attali, no solo es la
mecánica y material que se muestra en primera instancia, sino a la repetición procesual
utilizada para alienar a los consumidores en ese esquema económico. De acuerdo a Barthes
esta forma de producción y consumo masivo es el mayor promotor de ruido en nuestra
sociedad, lo cual sabotea los procesos de escucha del ser humano entorpeciendo su
inteligencia al debilitar su faculta de comunicación con los demás. Por otro lado, para
Deleuze el molde o concepto se transforma en el medio catalizador para la producción en
masa que suprime todas las diferencias individuales.

Desde esta perspectiva podemos evidenciar cómo la repetición de proceso se vuelve en la


tercera forma de repetición que Deleuze expresa: la de la forma temporal. Ya que el contenido
que se repite nunca es el mismo, lo que se repite es el proceso mismo, que, en analogía al
tiempo, se puede entender como el eterno hilo conductor de pasado, presente, futuro.
Para ejemplificar esto, se pueden tomar los dos ejemplos: el primero es cómo se repite el
mismo proceso al abordar una obra nueva o al componer, es decir, acá no nos referimos a los
pasos internos que se realizan, sino al proceso en sí mismo considerado de manera general;
el segundo es la manera en que la historia del arte se desenvuelve de manera dialéctica, donde
a una primera “época” aparece una segunda que la “niega” y una tercera que reafirma la
primera pero de manera distinta, aunque se podría decir que en la historia del arte no se repite
en lo material, ya que en cada época hay técnicas distintas y contextos históricos diferentes,
sin embargo sí hay una repetición de carácter ontológico que se da en el proceso dialectico
con el que fluye la historia del arte. En conclusión, los tres tipos de repetición presentados
por Deleuze y complementados con las lecturas de Attali y Barthes se manifiesta de manera
muy fehaciente en el oficio del artista y en cómo se desenvuelve en su diario vivir.

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