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El cementerio Wari (800-1000 d.C.

)
A partir de la segunda mitad del siglo VII el registro arqueológico evidencia una serie
de cambios políticos y sociales en gran parte de la costa y sierra del actual territorio
del Perú asociados a la expansión de la sociedad Wari, cuyo núcleo se ubicó en
Ayacucho. Éstos se expresan materialmente en la arquitectura, la cerámica, la
textilería, la iconografía y el ritual en muchas de sus facetas, especialmente la
funeraria.

En la costa central la presencia Wari se caracterizó principalmente a partir de los


contextos funerarios que se reportaron en sitios como Ancón, Cajamarquilla, Catalina
Huanca, Nievería, Huaca Pucllana, y un poco más al sur, en el valle de Asia, Huaca
Malena. Con excepción de Ancón, una necrópolis de larga tradición funeraria, los
enterramientos en el resto de sitios, fueron de carácter intrusivo, se asentaron sobre la
parte alta de los edificios ya abandonados, destruyendo su arquitectura o
aprovechándola para fines funerarios.

Huaca Pucllana fue abandonada hacia el año 700 tras grandes cambios en su
arquitectura donde rasgos de identidad tan marcados como el color amarillo ceden su
lugar a construcciones más sencillas. Hacia el año 800, las partes más altas del sitio
se convirtieron en un cementerio de elite de la cultura Wari. La arquitectura original del
antiguo templo Lima pasó a segundo plano, pues fue destruida parcialmente para
acoger los fardos funerarios Wari, compuestos de un cadáver envuelto en numerosas
telas y prendas de vestir. Las tumbas fueron individuales o múltiples, y contenían
además ofrendas humanas de infantes para servir de compañía a los individuos
principales. En las tumbas se encuentran diversos elementos como prendas de vestir,
enseres de las actividades a las que se dedicaron en vida, objetos de carácter ritual y
alimentos. A través del análisis detallado de las tumbas intactas y las mejor
conservadas se ha logrado definir la presencia de ciertos personajes importantes de la
época como: sacerdotes, individuos asociados a elementos de pesca y tejedoras de
elite, entre otros.

Los ajuares asociados a algunos individuos, dan cuenta de posibles personajes


ligados a las esferas de poder provincial del imperio, probablemente burócratas y
supervisores del trabajo realizado por el pueblo. Entre estos podemos mencionar al
“Gran Sacerdote”, un personaje de mucha importancia, con el que se hallaron seis
trajes masculinos con representación de figuras relacionadas al culto a Pachacamac,
así como niños sacrificados. La tumba fue descubierta en el 2005 y constituye la
primera evidencia de textiles Wari en la costa central descubiertos en una excavación
arqueológica. Como curiosidad podemos decir que su cabeza no fue hallada,
probablemente fue extraída para ser usada en ceremonias o rituales donde se le
invocaba.

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