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N
34
Espacio de
Biología
Humana
Prof.: Juan Carlos
Castro
Cuadernillo n° 8
[APARATO
DIGESTIVO]
Digestión. Procesos involucrados. Fisiología e histología de las estructuras relacionadas al
tubo digestivo. Funciones. Procesos de nutrición.
Espacio de Biología Humana I.S.F.D. N°34 “Héctor Medici Prof. Juan Carlos Castro
_______________________________________________________________________________________________________________________
El presente trabajo contiene los contenidos mínimos que todo Profesor de Biología debe poseer para
transmitir a los alumnos de las Escuelas Secundarias.
Se aclara que el material es para uso Docente y del futuro docente, por lo tanto, el pasaje de los
contenidos al aula quedará a cargo de la metodología didáctica que cada uno de los profesores
considere adecuado en cada caso.
La selección del material, su reelaboración y transcripción fue realizada por el Profesor Juan Carlos
Castro, como así también la selección de gráficos que acompañan este ejemplar.
Se agradece y destaca la colaboración del ayudante de cátedra, Prof. Hernán Carballo en el
presente trabajo.
Juan C. Castro
Profesor de Biología
APARATO DIGESTIVO
GENERALIDADES
El Aparato Digestivo está formado por: 1) un largo tubo llamado Tubo Digestivo, y 2) los órganos y las
glándulas asociadas a este tubo o Glándulas Anexas.
La función del Aparato Digestivo es la transformación de las complejas moléculas de los alimentos en
sustancias simples y fácilmente utilizables por el organismo.
Estos compuestos nutritivos simples son absorbidos por las vellosidades intestinales, que tapizan el
intestino delgado. Así pues, pasan a la sangre y nutren todas y cada una de las células del organismo
Desde la boca hasta el ano, el tubo digestivo mide unos nueve metros de longitud. En la boca ya
empieza propiamente la digestión. Los dientes trituran los alimentos y las secreciones de las glándulas
salivales los humedecen e inician su descomposición química. Luego, en la deglución, el bolo
alimenticio cruza la faringe, sigue por el esófago y llega al estómago, una bolsa muscular de litro y
medio de capacidad, cuya mucosa secreta el potente jugo gástrico, en el estómago, el alimento es
agitado hasta convertirse en una papilla llamada quimo.
A la salida del estómago, el tubo digestivo se prolonga con el intestino delgado, de unos siete metros
de largo, aunque muy replegado sobre sí mismo. En su primera porción o duodeno recibe
secreciones de las glándulas intestinales, la bilis y los jugos del páncreas. Todas estas secreciones
contienen una gran cantidad de enzimas que degradan los alimentos y los transforman en sustancias
solubles simples. Estos órganos anexos digestivos, por ende, nunca entran en contacto directo con los
alimentos; producen y almacenan sustancias que actúan sobre el tracto gastrointestinal, por medio
de conductos. Estas secreciones contribuyen a la degradación química de los alimentos.
El tubo digestivo continúa por el intestino grueso, de algo más de metro y medio de longitud. Su
porción final es el recto, que termina en el ano, por donde se evacuan al exterior los restos
indigeribles de los alimentos.
Descripción anatómica
El tubo digestivo está formado por: boca, esófago, estómago, intestino delgado que se divide en
duodeno, yeyuno, íleon.
El intestino grueso, porción terminal que se compone de: ciego y apéndice, colon y recto. El hígado
(con su vesícula biliar) y el páncreas forman parte del aparato digestivo, aunque no del tubo
digestivo.
Básicamente, el aparato digestivo realiza seis procesos:
Ingestión: Este proceso implica la ingestión de alimentos sólidos y líquidos por la boca.
Secreción: Cada día las células del tracto gastrointestinal y de los órganos digestivos
accesorio secretan en total 7 litros de agua, ácidos, buffers y enzimas hacia la luz del tubo.
Mezcla y propulsión: Mediante la contracción y relajación alternadas del músculo liso de las
paredes del el tracto gastrointestinal, mezclan el alimento y las secreciones y estos son
propulsados hacia el ano. la capacidad del tracto gastrointestinal de mezclar y transportar el
material en toda su longitud se denomina mortalidad.
Digestión: Mediante procesos mecánicos y químicos convierte a lo alimentos ingeridos en
moléculas más pequeñas.
Digestión mecánica
Los dientes cortan y trituran los alimentos antes de la deglución, y luego el músculo
liso del estomago y el intestino delgado se encargan de mezclarlos. De esta manera
las moléculas se disuelven y se mezclan completamente con las enzimas digestivas.
Digestión química
Grandes moléculas de hidratos de carbono, lípidos, proteínas y ácidos nucleicos de
los alimentos se dividen en moléculas más pequeñas por hidrólisis.
Las enzimas mas digestivas y producidas por las glándulas salivales, La lengua , el
estomago, el páncreas y el intestino delgado catalizan esas reacciones catabólicas.
Pocas sustancias pueden absorberse sin digestión química. Estas comprenden las
vitaminas, iones, colesterol y agua.
Absorción: Es el ingreso de líquidos secretados, los iones y los productos de la digestión en las
células epiteliales, que revisten la luz del tracto gastrointestinal se llama absorción. Estas
sustancias absorbidas pasan a la circulación sanguínea o linfática y llegan a las células de
todo el organismo.
Defecación: Los residuos, las sustancias indigeribles, las bacterias, las células descamadas del
revestimiento gastrointestinal y los materiales digeridos pero no absorbidos en su trayecto por
el tubo digestivo abandonan el cuerpo a través, del ano en el proceso de defecación. El
material eliminado constituye la materia fecal o heces.
Importancia de la digestión
Cuando comemos alimentos como pan, carne y vegetales, éstos no están en una forma que el
cuerpo pueda utilizar para nutrirse. Los alimentos y bebidas que consumimos deben transformarse en
moléculas más pequeñas de nutrientes antes de ser absorbidos hacia la sangre y transportados a las
células de todo el cuerpo. La digestión es el proceso mediante el cual los alimentos y las bebidas se
descomponen en sus partes más pequeñas para que el cuerpo pueda usarlos como fuente de
energía, y para formar y alimentar las células.
El primer movimiento muscular importante ocurre cuando ingerimos alimentos o líquidos. Aunque el
ingerir es parte de un proceso voluntario, en cuanto empieza se vuelve involuntaria y pasa a estar
bajo el control de los nervios.
Los alimentos que acabamos de ingerir pasan al siguiente órgano que es el esófago, que conecta la
garganta con el estómago. En la unión del esófago y el estómago hay una válvula en forma de anillo
llamada válvula pilórica que cierra el paso entre los dos órganos. Sin embargo, a medida que los
alimentos se acercan al anillo cerrado, los músculos que lo rodean se relajan y permiten el paso al
estómago.
El estómago debe realizar tres tareas mecánicas. Primero, debe almacenar los alimentos y los líquidos
ingeridos. Para ello, el músculo de la parte superior del estómago debe relajarse y aceptar volúmenes
grandes de material ingerido. La segunda tarea es mezclar los alimentos, los líquidos y el jugo
digestivo producido por el estómago. La acción muscular de la parte inferior del estómago se
encarga de esto. La tercera tarea del estómago es vaciar su contenido lentamente en el intestino
delgado.
Varios factores afectan el proceso de vaciar el estómago, como el tipo de los alimentos y el grado
de actividad muscular del estómago y del intestino delgado. Los carbohidratos, por ejemplo, son los
que pasan la menor cantidad de tiempo en el estómago, mientras que las proteínas permanecen
más tiempo, y las grasas son las que pasan la mayor cantidad de tiempo. A medida que los alimentos
se digieren en el intestino delgado y se disuelven en los jugos del páncreas, el hígado y el intestino, el
contenido intestinal se va mezclando y avanzando para facilitar la digestión posterior.
Finalmente, todos los nutrientes digeridos se absorben a través de las paredes intestinales y se
transportan a todo el cuerpo. Los productos de desecho de este proceso comprenden partes no
digeridas de los alimentos, conocidas como fibra, y células viejas que se han desprendido de la
mucosa. Estos materiales son impulsados hacia el colon, donde permanecen hasta que se expulsa la
materia fecal durante la deposición.
El siguiente grupo de glándulas digestivas está en la membrana que tapiza el estómago. Éstas
producen ácido y una enzima que digiere las proteínas. Una gruesa capa de moco tapiza la mucosa
y evita que la acción ácida del jugo digestivo disuelva el tejido del estómago. En la mayoría de las
personas, la mucosa estomacal puede resistir el jugo, a diferencia de los alimentos y de otros tejidos
del cuerpo.
Después de que el estómago vierte los alimentos y su jugo en el intestino delgado, los jugos de otros
dos órganos se mezclan con los alimentos para continuar el proceso. Uno de esos órganos es el
páncreas, cuyo jugo contiene un gran número de enzimas que descomponen los carbohidratos, las
grasas y las proteínas de los alimentos. Otras enzimas que participan activamente en el proceso
provienen de glándulas en la pared intestinal.
El segundo órgano, el hígado, produce la bilis, otro jugo digestivo. La bilis se almacena en la vesícula
biliar entre las comidas. Cuando comemos, la bilis sale de la vesícula por las vías biliares al intestino y
se mezcla con las grasas de los alimentos. Los ácidos biliares disuelven las grasas en el contenido
acuoso del intestino, casi del mismo modo que los detergentes disuelven la grasa de una sartén.
Después de que las grasas se disuelven, las enzimas del páncreas y de la mucosa intestinal las
digieren.
Proteína. Los alimentos como carne, huevos y frijoles están formados por moléculas
enormes de proteínas que deben ser digeridas por enzimas antes de que se puedan
utilizar para producir y reparar los tejidos del cuerpo. Una enzima del jugo gástrico
comienza la digestión de las proteínas que comemos. El proceso termina en el intestino
delgado. Allí, varias enzimas del jugo pancreático y de la mucosa intestinal
descomponen las enormes moléculas en unas mucho más pequeñas, llamadas
aminoácidos. Éstos pueden absorberse en el intestino delgado y pasar a la sangre, que
los lleva a todas partes del cuerpo para producir las paredes celulares y otros
componentes de las células.
Grasa. Las moléculas de grasa son una importante fuente de energía para el cuerpo. El
primer paso en la digestión de una grasa como la mantequilla es disolverla en el
contenido acuoso del intestino. Los ácidos biliares producidos por el hígado disuelven la
grasa en gotitas muy pequeñas y permiten que las enzimas pancreáticas e intestinales
descompongan sus grandes moléculas en moléculas más pequeñas. Algunas de éstas
son los ácidos grasos y el colesterol. Los ácidos biliares se unen a los ácidos grasos y al
colesterol y los ayudan a pasar al interior de las células de la mucosa. En estas células, las
moléculas pequeñas vuelven a formar moléculas grandes, la mayoría de las cuales pasan
a los vasos linfáticos cercanos al intestino. Estos vasos llevan las grasas modificadas a las
venas del tórax y la sangre las transporta hacia los lugares de depósito en distintas partes
del cuerpo.
Vitaminas. Otra parte fundamental de los alimentos son las vitaminas, que se absorben en
el intestino delgado. Estas sustancias químicas se agrupan en dos clases, según el líquido
en el que se disuelven: vitaminas hidrosolubles (todas las vitaminas de complejo B y la
vitamina C) y vitaminas liposolubles (las vitaminas A, D E y K). Las vitaminas liposolubles se
almacenan en el hígado y en el tejido adiposo del cuerpo, mientras que las vitaminas
hidrosolubles no se almacenan fácilmente y su exceso se elimina en la orina.
Agua y sal. La mayoría del material que se absorbe a través del intestino delgado es
agua, en la que hay sal disuelta. El agua y la sal vienen de los alimentos y líquidos que
consumimos y de los jugos secretados por las glándulas digestivas.
La gastrina hace que el estómago produzca un ácido que disuelve y digiere algunos
alimentos. Es necesaria también para el crecimiento celular normal de la mucosa del
estómago, el intestino delgado y el colon.
La secretina hace que el páncreas secrete un jugo digestivo rico en bicarbonato. El
bicarbonato ayuda a neutralizar el contenido ácido del estómago cuando entran en
el intestino delgado. Además estimula al estómago para que produzca pepsina, una
enzima que digiere las proteínas, y al hígado para que produzca bilis.
La colecistocinina (“CCK” en inglés) hace que el páncreas produzca las enzimas del
jugo pancreático, y hace que la vesícula biliar se vacíe. También fomenta el
crecimiento celular normal del páncreas.
Ambas hormonas actúan sobre el cerebro para regular el consumo de alimentos para obtener
energía. Los investigadores están estudiando otras hormonas que pueden participar en la inhibición
del apetito, incluidos el péptido 1 similar al glucagón (“GPL-1” en inglés), la oxintomodulina (“OXM”
en inglés) y el polipéptido pancreático (“PPY” en inglés).
Reguladores nerviosos
Los nervios extrínsecos (de afuera) llegan a los órganos digestivos desde el cerebro o
desde la médula espinal y provocan la liberación de dos sustancias químicas: la
acetilcolina y la adrenalina. La acetilcolina hace que los músculos de los órganos
digestivos se contraigan con más fuerza y empujen mejor los alimentos y líquidos a través
del tracto digestivo. También hace que el estómago y el páncreas produzcan más jugo
digestivo. La adrenalina tiene el efecto opuesto, relajando el músculo del estómago y de
los intestinos y disminuyendo el flujo de sangre a estos órganos, retardando o deteniendo la
digestión.
Los nervios intrínsecos (de adentro) forman una red muy densa incrustada en las paredes
del esófago, el estómago, el intestino delgado y el colon. La acción de estos nervios se
desencadena cuando las paredes de los órganos huecos se estiran con la presencia de los
alimentos. Liberan muchas sustancias diferentes que aceleran o retrasan el movimiento de
los alimentos y la producción de jugos en los órganos digestivos.
Juntos, los nervios, las hormonas, la sangre y los órganos del aparato digestivo llevan a cabo las
tareas complejas de digerir y absorber nutrientes de los alimentos y los líquidos que se consumen
todos los días.
Capa interna o mucosa (donde pueden encontrarse glándulas secretoras de moco y HCl
vasos linfáticos y algunos nódulos linfoides). Incluye un epitelio o capa muscular interna en
contacto con el lumen, una segunda capa de tejido conectivo o lámina propia, y una
tercer capa fina de músculo liso (muscularis mucosae).
Capa submucosa compuesta de tejido conectivo denso irregular fibroelástico. La capa
submucosa contiene el llamado plexo submucoso de Meissner, que es un componente
del sistema nervioso entérico y controla la motilidad de la mucosa y en menor grado la
de la submucosa, y las actividades secretorias de las glándulas
Capa muscular externa compuesta, al igual que la muscularis mucosae, por una capa
circular interna y otra longitudinal externa de músculo liso (excepto en el esófago, donde
hay músculo estriado). Esta capa muscular tiene a su cargo los movimientos peristálticos
que desplazan el contenido de la luz a lo largo del tubo digestivo. Entre sus dos capas se
encuentra otro componente del sistema nervioso entérico, el plexo mientérico de
Auerbach, que regula la actividad de esta capa.
Capa serosa o adventicia. Se denomina según la región del tubo digestivo que reviste,
como serosa si es intraperitoneal o adventicia si es retroperitoneal. La adventicia está
conformada por un tejido conectivo laxo. La serosa aparece cuando el tubo digestivo
ingresa al abdomen, y la adventicia pasa a ser reemplazada por el peritoneo.
Los plexos submucoso y mientérico constituyen el sistema nervioso entérico que se distribuye a lo
largo de todo el tubo digestivo, desde el esófago hasta el ano. Por debajo del diafragma, existe una
cuarta capa llamada serosa, formada por el peritoneo. El bolo alimenticio pasa a través del tubo
digestivo y se desplaza así, con ayuda tanto de secreciones como de movimiento peristáltico que es
la elongación o estiramiento de las fibras longitudinales y el movimiento para afuera y hacia adentro
de las fibras circulares. A través de éstos el bolo alimenticio puede llegar a la válvula cardial que
conecta directamente con el estómago. Si el nivel de corte es favorable, se puede ver los mesos. El
peritoneo puede presentar subserosa desarrollada, en especial en la zona del intestino grueso, donde
aparecen los apéndices epiploicos. Según el sector del tubo digestivo, la capa muscular de la
mucosa puede tener sólo músculo longitudinal o longitudinal y circular.
PERITONEO
El peritoneo es una membrana serosa (llamada así porque cubre cavidades interiores del cuerpo
humano), fuerte y resistente, que tapiza las paredes de la cavidad abdominal y forma pliegues (los
mesos, los epiplones y los ligamentos) que envuelven, total o parcialmente, gran parte de las vísceras
situadas en esa cavidad, sirviendo de sostén para las mismas.
Está en contacto, por un lado, con la cara interna de la cavidad abdominal y, por el otro, con la
cara externa de los órganos. Este doble contacto es posible gracias al aspecto característico del
peritoneo de ser una membrana serosa de dos capas u hojas.
La capa exterior, llamada peritoneo parietal, está adherida a la pared abdominal y la capa interior,
peritoneo visceral, envuelve los órganos situados dentro de la cavidad abdominal.
El espacio entre ambas capas se denomina cavidad peritoneal; y contiene una pequeña cantidad
de fluido lubricante (alrededor de 50 ml) que permite a ambas capas deslizarse entre sí y facilitar el
movimiento de las vísceras.
Esta cavidad peritoneal está cerrada en el hombre y abierta en la mujer al nivel del pabellón de la
trompa de Falopio y del ovario.
La mayor parte de los órganos abdominales están adheridos a la pared abdominal por el mesenterio,
que es una parte del peritoneo a través de la cual los órganos son alimentados por los vasos
sanguíneos, linfáticos y nervios.
Las estructuras del abdomen están clasificadas como intraperitoneales y extraperitoneales,
dependiendo de si están cubiertas de peritoneo visceral o no lo están y tienen mesenterio.
Las estructuras o vísceras abdominales que se encuentran recubiertas por el peritoneo se llaman
vísceras intraperitoneales.
Estas vísceras o estructuras son: el estómago, el hígado, la porción superior del duodeno, el yeyuno, el
íleon, el apéndice, el bazo, el colon transversal, el colon sigmoide, y en las mujeres: el útero y las
trompas de Falopio.
Otras vísceras o estructuras quedan por detrás o fuera del peritoneo denominándose
retroperitoneales o extraperitoneales, ya que no están totalmente recubiertas por esta membrana.
Estas son: el hígado (zona desnuda), la vesícula biliar, los conductos biliares, partes del tracto
gastrointestinal (duodeno, páncreas, colon ascendente, colon descendente, recto), principales vasos
sanguíneos (aorta, vena cava inferior), las glándulas suprarrenales, los riñones, los uréteres, la vejiga,
los ovarios.
Propiedades del peritoneo
Se puede estimar la importancia del peritoneo considerando la variedad y el número de sus
propiedades:
Propiedades mecánicas, ya que sirve como sostén para los órganos ubicados en la cavidad
abdominal y permite su movimiento interior.
Propiedades hemodinámicas, que tiene relación con el flujo sanguíneo y los mecanismos
circulatorios en el sistema vascular.
Propiedades protectoras, sirviendo como barrera defensiva frente a microorganismo y
partículas inertes, para los órganos que cubre.
Propiedades de aislante térmico, mantiene la temperatura de los órganos que cubre.
Propiedades de intercambio, al ser semipermeable permite el paso de moléculas de
pequeño tamaño, lo cual permite aplicar hoy en día la técnica de la Diálisis peritoneal.
BOCA
La boca es el principio del tubo digestivo. En la parte superior está el paladar duro, sostenido por el
hueso palatino, y el paladar blando, con la úvula o campanilla al final, que se eleva de forma refleja
cuando deglutimos, impidiendo el paso de de alimento hacia las fosas nasales. En la base de la
cavidad oral está la lengua, un órgano musculoso que, además de articular la fonación cuando
hablamos y contener las papilas gustativas, participa activamente, junto con la saliva (digestión
química o insalivación), en la formación del bolo alimenticio que vamos a deglutir o "tragar". La
lengua también interviene en la deglución, empujando al bolo alimenticio hacia atrás, hacia la
faringe. Los dientes fraccionan el alimento a deglutir (digestión mecánica o masticación).
Los dientes y las glándulas salivales ayudan a descomponer los alimentos para ser digeridos. La saliva
está formada por agua y sales minerales disueltas en ella. Contiene, además, mucina, albúmina,
amilasa salival o ptialina y lisozima. La amilasa es la primera enzima que comienza la digestión
química del alimento, concretamente del almidón, un polisacárido que abunda en alimentos como
la patata, el pan o el arroz. Si mantenemos durante un buen rato un trozo de pan en la boca,
terminaremos apreciando un sabor dulce, debido a que el almidón comienza a descomponerse en
moléculas de glucosa. También el páncreas produce amilasa, presente en el jugo pancreático, para
completar la digestión del almidón. Si en un análisis de sangre se encuentra amilasa pancreática ello
indica una pancreatitis, afección grave del páncreas que puede ser aguda o crónica, y que
provoca un muy fuerte dolor abdominal o un importante malestar general.
La lisozima es una enzima presente en la saliva y las lágrimas, actuando como una barrera frente a
las infecciones. También es muy abundante en la clara del huevo, de donde se extrae para su uso
industrial, en particular para el control de las bacterias lácticas en los vinos. Además de encontrarse
en la saliva y en las lágrimas, en el ser humano la lisozima está presente en el bazo, los pulmones, los
leucocitos, el plasma, la leche y el cartílago.
La mucosa de la boca y lengua contiene glándulas salivales pequeñas que se abren, a través de
pequeños conductos, en la cavidad bucal. Entre estas glándulas se encuentran las glándulas
labiales, bucales, y palatinas en los labios, mejillas y paladar; y las glándulas linguales en la lengua. La
mayor parte de la saliva es secretada en las glándulas salivales mayores, formadas por tres pares de
estructuras: parótidas, submaxilares (o submandibulares) y sublinguales.
Las amígdalas o tonsilas están compuestas de tejido linfático y constituyen una defensa contra las
infecciones. Sin embargo, en algunas personas, particularmente en los niños con amígdalas más
grandes, estas glándulas pueden funcionar con menos eficiencia y producir infecciones de oído y
garganta u obstruir la respiración.
Dientes
En el ser humano, además de la masticación, los dientes desempeñan otras funciones importantes.
Están implicados de forma directa en la articulación del lenguaje, donde actúan como punto de
apoyo contra el que la lengua hace presión para la emisión de ciertos sonidos. Los dientes afectan
también a las dimensiones y la expresión de la cara, cuya apariencia puede resultar modificada de
forma desagradable por la pérdida de una pieza dentaria o por cualquier irregularidad en su
crecimiento o coloración.
Estructura de los dientes
En el ser humano, los dientes están formados por una parte externa denominada corona y una raíz
que está inmersa en el maxilar. La capa más externa de la corona está compuesta por un tejido
calcificado que recibe el nombre de esmalte, la sustancia más dura del organismo. Por dentro del
esmalte se halla la dentina, una sustancia de tipo óseo que se extiende desde la superficie más
interna del esmalte y penetra en el maxilar para formar la raíz. La dentina de la raíz está cubierta por
una capa delgada de un tejido duro denominado cemento. Las raíces se mantienen en su posición
mediante fibras elásticas que forman la membrana periodontal, la cual se extiende desde el
cemento hasta una capa ósea engrosada denominada lámina dura, en el interior del maxilar.
La dentina encierra la cavidad pulpar que se continúa en la raíz como el conducto radicular. A
través del orificio que se abre en el extremo de la raíz, penetran vasos sanguíneos, nervios y tejido
conjuntivo, que ocupan el conducto radicular y la cavidad pulpar.
El ser humano tiene 20 dientes que utiliza durante la fase inicial del desarrollo de los maxilares y que
reciben el nombre de dientes deciduos o “de leche” de la infancia. A medida que los maxilares
crecen, estos dientes son reemplazados por otros 32 dientes permanentes de mayor tamaño. Como
resultado del crecimiento y ampliación de los maxilares, las raíces de los dientes de leche se separan
y dejan espacio para que los dientes permanentes, más grandes, se desarrollen. La presión de los
dientes permanentes en crecimiento provoca que los tejidos mandibulares reabsorban las raíces de
los dientes de leche, dejando sólo las coronas. Al tiempo que emergen los dientes permanentes,
cada uno de ellos desaloja la corona del diente de leche correspondiente.
Por lo general, las coronas de los dientes permanentes son de tres tipos: los incisivos, los caninos o
colmillos, los premolares y los molares. Los dientes delanteros o incisivos tienen forma de escoplo para
facilitar el corte del alimento. En cada cuarto de la boca existe un incisivo central y lateral. Detrás de
los incisivos hay tres piezas dentales utilizadas para desgarrar. La primera, que se sitúa justo posterior al
incisivo lateral, tiene una única cúspide puntiaguda. Detrás de ésta existen dos dientes denominados
premolares, con dos cúspides cada uno. Detrás de los premolares están el primero, el segundo y el
tercer molar, que tienen una superficie de masticación relativamente plana, lo que permite triturar y
moler los alimentos. Por lo general, la comida se corta con los dientes incisivos frontales, su tamaño se
reduce por los caninos y premolares, y adquiere un tamaño digerible por los molares. Los dientes
humanos todavía están evolucionando. Los expertos en dentición piensan que el tercer molar o
muela del juicio desaparecerá a medida que el maxilar humano se reduzca y los alimentos refinados
eliminen la necesidad de molares adicionales. La secuencia de la erupción de los dientes en la
mandíbula superior e inferior se produce de forma ordenada. Las irregularidades ocasionales en la
secuencia de erupción pueden originar un alineamiento defectuoso. En algunos casos, el diente de
leche no se cae o el permanente puede no existir.
Lengua
Es un órgano digestivo accesorio compuesto por músculo esquelético cubierto por mucosa. Junto
con sus músculos asociados, forman el piso de la cavidad bucal. La lengua se divide simétricamente
en dos mitades, por un tabique medio que se extiende en toda su longitud y se inserta debajo del
hueso hioides, en la hipófisis estiloides del hueso temporal y en la mandibula. Cada mitad de la
lengua consiste en un complemento idéntico de músculos intrínsecos y extrínsecos. Los primeros se
originan y se insertan en la lengua (por lo que pueden deformarla pero no trasladarla, modificando
su tamaño para el habla y la deglución). Los extrínsecos llegan a la lengua desde otras estructuras
(por lo que además de trasladarla permiten llevar el alimento a la faringe). El frenillo sublingual, un
repliegue mucoso en la superficie media de la lengua, está adherida al piso de la boca y limita el
movimiento hacia atrás de la lengua.
Las caras superior, dorsal y lateral de la lengua están cubiertas por papilas, proyecciones nerviosas
revestidas por epitelio queratinizado; muchas poseen corpúsculos o bastones gustativos. Otras
carecen de éstos, pero contienen receptores táctiles que incrementan la fricción entre la lengua y el
alimento, lo que facilita el movimiento de estos en la cavidad bucal.
FARINGE
Cuando los alimentos se degluten, pasan de la boca a la faringe (o garganta), un conducto con
forma de embudo que se extiende desde las coanas de las fosas nasales, hacia el esófago por
detrás, y la laringe por delante. La faringe está constituida por músculo esquelético y revestido por
mucosa y comprende tres partes: la nasofaringe (interviene sólo en la respiración), la orofaringe y la
laringofaringe. Estas últimas tienen tanto funciones digestivas como respiratorias. Los alimentos
ingeridos pasan de la boca a la orofaringe y la laringofaringe; las contracciones musculares de estos
segmentos ayudan a propulsarlos hacia el esófago, y de allí al estómago.
ESÓFAGO
Es un órgano tubular colapsable hueco de aproximadamente 25 cm de largo, que une la faringe y la
cavidad bucal con el estómago.
Se encuentra situado en el espacio retrotorácico (la parte más posterior del tórax), por delante de las
vértebras, estando a lo largo de todo el trayecto, en íntima relación con distintas estructuras (aorta,
tráquea, bronquio principal izquierdo, corazón y diafragma).
El esófago se une con el estómago (unión gastro-esofágica) por debajo del diafragma. En esa zona
se sitúa un esfínter (cárdias) que impide que el contenido del estómago retroceda al esófago y evita
que los ácidos gástricos lesionen la mucosa esofágica. Cuando el funcionamiento del cardias se
altera, aparece un reflujo gastroesofágico, que se acompaña de acidez y dolor en la zona.
El esófago contiene una pared interna mucosa o pared interna del esófago, rodeada de varias
capas musculares, la interna y la externa, que son las que actúan movilizando el contenido
alimenticio haciendo que avance hacia el estómago.
Una vez que el alimento se encuentra dentro del esófago, éste se contrae, gracias a sus capas
musculares, produciendo una serie de movimientos llamados peristálticos, que impulsan su contenido
hasta el estómago.
FISIOLOGÍA DE LA DEGLUCIÓN
La deglución es una función muscular compleja, en la que actúan músculos de la respiración y del
aparato gastrointestinal cuyo objetivo es el transporte del bolo alimenticio y también la limpieza del
tracto respiratorio.
La deglución es una actividad de nervios craneanos, que puede ser iniciada conscientemente,
durando de 3 a 8 segundos.
Los niños degluten menos que los adultos. Su promedio es de 600 a 1.000 veces por día, cuando los
adultos degluten de 2.400 a 2.600 veces. No hay acuerdo sobre estos valores, variando entre los
diferentes autores. Las personas de más edad tienen menos saliva, deglutiendo menos veces.
Deglutimos menos por la noche y más al hablar y al masticar, por ser funciones que requieren más
producción de saliva. Producimos aproximadamente entre un litro y un litro y medio de saliva por día.
En ella intervienen diversas estructuras anatómicas como son, la cavidad oral, la faringe, la laringe y
el esófago. Consta de cuatro fases diferentes, las dos primeras fases se encuentran bajo control
cortical voluntario, mientras que las dos últimas son involuntarias y se encuentran bajo control
automático reflejo y son:
Fase oral propulsiva: Después de preparado, el alimento será posicionado sobre la lengua,
que se acoplará al paladar duro, iniciando un movimiento ondulatorio de adelante hacia
atrás, para llevar el bolo al fondo de la boca. Cuando el alimento sólido o líquido, junto con el
dorso de la lengua, toca los pilares anteriores, se desencadena el reflejo de deglución
propiamente dicho, el cual es accionado por acción del glosofaríngeo.
Fase Faringea: Es la más importante porque en ella tiene lugar la protección de la vía aérea y
el paso del alimento al esófago. Esta fase está controlada neurológicamente por la formación
reticular junto al centro respiratorio determinando una coordinación entre el centro de la
deglución y de la respiración. En esta fase la respiración cesa durante una fracción de
segundos previo a que el paladar blando se cierre, evitando el pasaje del bolo para la
nasofaringe. La pared posterior de la faringe avanza, comprimiendo el bolo contra el dorso
de la lengua. El alimento no podrá subir, ya que el paladar blando está cerrado, ni volver a la
boca, porque el dorso de la lengua está impidiendo su pasaje para la cavidad bucal. Por lo
tanto, el alimento tendrá que bajar. La epiglotis cierra la glotis y también se cierran las
cuerdas vocales. Todas estas acciones son necesarias para que no haya pasaje del bolo para
las vías respiratorias. En ese instante la faringe se elevará, facilitando este bloqueo que será
concomitante a la abertura del músculo cricofaríngeo, para que el alimento pueda entrar en
el esófago. Durante esta fase de la deglución el cierre de la laringe se produce gracias a la
actuación de tres esfínteres laríngeos: epiglotis, repliegues epiglóticos y bandas ventriculares.
No obstante, hay individuos que excepcionalmente presentan una modalidad de deglución
diferente, que les permite un débito líquido más elevado: la laringe se mantiene en posición
baja, mientras que la epiglotis permanece derecha sin rebatirse sobre la laringe como lo hace
normalmente. Una vez que ha sido deglutido el bolo alimenticio la vía aérea se abre para que
la respiración continúe.
Fase esofágica: Comienza cuando el bolo pasa a través del esfínter esofágico superior. El
tercio superior del esófago está constituido por musculatura voluntaria e involuntaria, mientras
que el tercio inferior está compuesto sólo por musculatura involuntaria. El esfínter esofágico
inferior actúa como una válvula muscular que se abre para permitir el paso del bolo
alimenticio al estómago.
ESTÓMAGO
El estómago, órgano principal de la digestión, y la parte más grande del aparato digestivo, tiene la
forma de un saco elástico que puede aumentar o disminuir su tamaño según la cantidad de
alimento que contenga. El estómago es un órgano que varía de forma según el estado de repleción
(cantidad de contenido alimenticio presente en la cavidad gástrica) en que se halla, habitualmente
tiene forma de J. Consta de varias partes que son: fundus, cuerpo, antro y píloro. Su borde menos
extenso se denomina curvatura menor y la otra curvatura mayor.
Este órgano posee dos aberturas: una que comunica con el esófago, por donde entran los alimentos,
que se llama cardias, y otra de salida que los conduce a los intestinos, una vez digeridos, que se
llama píloro.
Las paredes del estómago están formadas por varias capas. Una de ellas es muy musculosa, sirviendo
sus contracciones para amasar el bolo alimenticio cuando se halla en el estómago, completando la
acción mecánica y facilitando así su mezcla con los jugos digestivos. La membrana interior es una
membrana mucosa que, examinada a través de una lupa, presenta unos hoyitos, en el fondo de los
cuales aparece un punto oscuro.
Este punto es la abertura de las glándulas gástricas, que segregan un líquido digestivo, claro y ácido,
llamado jugo gástrico, que contiene ácido clorhídrico y las enzimas pepsina, gastrina y lipasa que
ayudan a digerir los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas del alimento. Específicamente, la
pepsina, secretada por las glándulas gástricas, fracciona las proteínas en fragmentos más pequeños.
El píloro controla el extremo inferior del estómago y es un esfínter que admite en el duodeno el
alimento digerido, después de que lo hayan procesado convenientemente los jugos digestivos.
Los tejidos del estómago
La pared del estómago está formada por las capas características de todo el tubo digestivo:
La capa mucosa
La capa mucosa del estómago presenta a su vez tres subcapas:
Epitelio superficial: aparece bruscamente en el cardias, y en polo apical de sus células
se distingue una gruesa capa de moco gástrico, que sirve de protección contra las
sustancias ingeridas, contra el ácido estomacal y contra las enzimas gástricas.
Glándulas del cardias: están situadas alrededor de la unión gastroesofágica.
Las células endocrinas ubicadas en el fundus producen gastrina, molécula
controladora del ácido clorhídrico presente en el jugo gástrico.
Glándulas oxínticas, gástricas o fúndicas: se localizan sobre todo en el fundus y en el
cuerpo del estómago y producen la mayor parte del jugo gástrico.
Se estima que el estómago posee quince millones de glándulas oxínticas, que están
compuestas por cinco tipos de células.
Glándulas pilóricas: Están situadas cerca del píloro. Segrega principalmente secreción
viscosa y espesa, que es el mucus para lubricar el interior de la cavidad del estómago,
para que el alimento pueda pasar, protegiendo así las paredes del estómago.
Lámina propia de la mucosa: formada por tejido conectivo laxo, posee glándulas
secretoras de mucus y enzimas.
Lámina muscular de la mucosa: que presenta dos capas, poco diferenciadas entre sí.
Tela submucosa
Formada por tejido conjuntivo moderadamente denso (tejido de sostén que conecta o une
las diversas partes del cuerpo), en el cual se encuentran numerosos vasos sanguíneos,
linfáticos y terminaciones nerviosas. Está debajo de la mucosa.
Capa muscular
La capa muscular gástrica puede considerarse como el músculo gástrico porque gracias a
sus contracciones (movimientos peristálticos) el bolo alimenticio se mezcla con los jugos
gástricos y se desplaza hacia el píloro.
Capa serosa
La capa serosa, constituida por tejido conectivo laxo tapizado por una capa epitelial llamada
mesotelio, envuelve al estómago en toda su extensión, expandiéndose en sus curvaturas para
formar el omento menor, el omento mayor y el ligamiento gastrofrénico.
Fisiología gástrica
El estómago está controlado por el sistema nervioso autónomo, siendo el nervio vago el principal
componente del sistema nervioso parasimpático.
La acidez del estómago está controlada por tres moléculas que son la acetilcolina, la histamina y la
gastrina.
Digestión del estómago
Minutos después que los alimentos ingresan al estómago, se producen movimientos peristálticos
suaves u ondas de mezcla (cada 15 – 25 segundos), que maceran los alimentos y los embeben con
jugos gástricos generando un líquido llamado quimo. El fundus estomacal tiene principalmente,
función de depósito. Luego movimientos más vigorosos en el cuerpo estomacal, se intensifican
mientras el alimento llega al píloro, y luego de algunos procesos, se produce el vaciamiento gástrico.
La mayor parte del quimo vuelve al cuerpo estomacal y la mezcla continúa. La onda siguiente
empuja el quimo nuevamente hacia delante y fuerza su salida hacia el duodeno.
La entrada de proteínas al estómago estimula la secreción de gastrina, la cual a su vez estimula la
formación de HCl; esta acidez actúa como un antiséptico y mata a la mayoría de los entes
patógenos que ingresan al tracto intestinal. El bolo alimenticio en el estómago se transforma en un
líquido llamado quimo, gracias a la mezcla de las secreciones gástricas.
El alimento se almacena en el estómago y la Pepsina inicia la digestión de las proteínas, siendo la
pepsina la principal enzima del jugo gástrico. La pepsina necesita un medio ácido (pH de 1.5 a 2.2)
para presentar su actividad óptima y este medio lo proporciona el ácido clorhídrico (HCI), secretado
también por glándulas gástricas.
Las glándulas gástricas contienen cuatro tipos de células. Las glándulas fúndicas y del cuerpo
contienen los cuatro tipos; las glándulas cardíacas y pilóricas contienen por lo general sólo dos. Las
células oxinticas que se encuentran en las glándulas fúndicas y del cuerpo, producen HCI a partir de
NaCL, H20 y CO2. Secretan el ácido en los "canales intracelulares", donde no dañan a las células
mismas.
En las glándulas del fondo y del cuerpo también hay células zimógenas. Estas células producen una
sustancia conocida como pepsinogeno. Es un precursor inactivo de la pepsina que se convierte en
pepsina en presencia de HCI. Los otros dos tipos celulares de las glándulas gástricas no producen
enzimas.
Algunos componentes del jugo gástrico sólo se activan cuando se exponen a la alcalinidad del
duodeno; la secreción es estimulada por el acto de masticar y deglutir e incluso por la visión o idea
de cualquier comida.
INTESTINO DELGADO
Situado en la cavidad abdominal, el intestino delgado es un tubo alargado y hueco con paredes
más delgadas que las del estómago. Mide entre siete y nueve metros de largo, plegado varias veces.
Al igual que el estómago, el intestino tiene músculos, los que al moverse hacen que los alimentos
vayan avanzando. Los movimientos realizados por el intestino se denominan movimientos
peristálticos.
La pared interior del intestino delgado no es lisa, sino que presenta una gran cantidad de estructuras
pilosas llamados vellosidades intestinales, las que están irrigadas internamente por pequeños vasos
sanguíneos.
El páncreas produce el jugo pancreático y el hígado, la bilis. Estos dos jugos son vertidos al intestino
delgado. La bilis ayuda a disolver las grasas, lo que facilita su asimilación. El quimo proveniente del
estómago, a nivel del duodeno, debido a estas secreciones, se transforma en una sustancia semi-
líquida llamada quilo.
Mientras, el jugo pancreático, completa la digestión de las proteínas y los azúcares, proceso que
comenzó en el estómago, junto al jugo intestinal, producido por las paredes del intestino delgado.
Una vez digeridos los alimentos, sus componentes deben pasar a la sangre para ser distribuidos a
todos los órganos del cuerpo.
El paso de los alimentos a la sangre, a través de las vellosidades intestinales, se llama absorción.
Las células que cubren el intestino secretan enzimas, proteínas producidas por el cuerpo que realizan
una reacción bioquímica específica, que descomponen las estructuras complejas de los alimentos
para liberar los nutrientes individuales. Otras células que cubren el intestino seleccionan nutrientes
particulares, como aminoácidos, grasas, carbohidratos, minerales, vitaminas y agua, para
transportarlos de los intestinos al torrente sanguíneo.
Anatómicamente, el intestino delgado se divide en tres regiones:
Duodeno
El duodeno es la primera y más corta de las secciones del intestino delgado. Recibe la comida
mezclada y poco digerida del estómago y neutraliza el ácido estomacal. El duodeno también
recibe bilis de la vesícula biliar y enzimas digestivas del páncreas. La combinación de sangre, bilis
y enzimas son mezcladas con mucosidad para luego pasar al yeyuno. La estructura mezclada
de proteínas, grasas y carbohidratos de la comida es descompuesta conforme pasa por el
duodeno.
Yeyuno
La combinación de comida, bilis, enzimas y mucosidad pasa al yeyuno después de salir del
duodeno. La cobertura interior del yeyuno y la sección posterior, el íleon, están cubiertos con
vellos, pequeños dedos que contienen capilaridades que incrementan el área que puede
absorber nutrientes. El yeyuno absorbe nutrientes como carbohidratos que han sido
descompuestos en azúcares simples, proteínas que han sido convertidas en aminoácidos y
muchas vitaminas. Mucho de este transporte se consigue mediante una multitud de proteínas
transportadoras que lanza los nutrientes de los intestinos a las capilaridades.
Íleon
El íleon es la sección final y más larga del intestino delgado. La diferencia entre éste y el yeyuno
es indistinta y gradual, aunque ambas partes tienen funciones distintas. El agua, los minerales y
las sales, así como las grasas y los nutrientes restantes son absorbidos por el íleon. Mientras que
mucho del transporte inicial de nutrientes fue específico, el íleon toma pequeñas cantidades de
agua, minerales y vitaminas y las envía hacia las capilaridades. Las grasas pueden pasar
directamente de los intestinos al torrente sanguíneo.
Las invaginaciones del epitelio en la lámina propia entre las vellosidades forman glándulas
intestinales, criptas de Lieberkühn, que también incrementan el área de superficie del intestino
delgado.
2. Mucosa intestinal
Se compone de tres capas regulares: epitelio cilíndrico simple, lámina propia y muscular de la
mucosa.
Epitelio: El epitelio cilíndrico simple que recubre las vellosidades y la superficie de los espacios
intervellosos se compone de células de absorción de la superficie, caliciformes y DNES. Las
células de absorción de la superficie son células cilíndricas altas que actúan en la digestión y
absorción terminales de agua y nutrientes.
Las células caliciformes son glándulas unicelulares. El duodeno contiene la menor cantidad de
éstas y su cifra se incrementa hacia el íleon. Estas células elaboran mucinógeno, cuya forma
hidratada es la mucina, un componente de moco, una capa protectora que reviste la luz.
Las células DNES que se encuentran en el intestino delgado son de varios tipos que producen
hormonas paracrinas y endocrinas. Alrededor del 1% de las células que recubren las
vellosidades y la superficie intervellosa del intestino delgado se componen de células DNES.
Lámina propia: El tejido conjuntivo laxo de la lámina propia forma el núcleo de la vellosidad,
que de manera semejante a los árboles de un bosque sobresale de la superficie del intestino.
El resto de la lámina propia, se extiende hasta la muscular de la mucosa, está comprimido en
hojas delgadas de tejido conjuntivo vascularizado en abundancia por las glándulas
intestinales tubulares, las criptas de Lieberkühn. También contiene abundantes células linfoides
que ayudan a proteger el revestimiento intestinal de la invasión de microorganismos.
Muscular de la mucosa: Se compone de una capa circular interna y una longitudinal externa
de células de músculo liso. Las fibras musculares de la capa circular interna penetran en la
vellosidad y se extienden a través de su parte central a la punta del tejido conjuntivo, hasta la
membrana basal. Durante la digestión estas fibras musculares se contraen de manera rítmica
y acortan la vellosidad varias veces por minuto.
Submucosa: Está constituida por tejido conjuntivo denso, irregular y fibroelástico, con un
abastecimiento linfático y vascular abundante. La inervación intrínseca de la submucosa
proviene del plexo submucoso (de Meissner) parasimpático. La submucosa del duodeno es
poco común porque contiene glándulas conocidas como glándulas de Brunner; las cuales
producen un líquido mucoso rico en bicarbonato y urogastrona, que es un factor de
crecimiento epidérmico humano.
INTESTINO GRUESO
El intestino grueso, llamado también colon, se inicia a partir de la válvula ileocecal en un fondo de
saco denominado ciego, punto de unión con el intestino delgado, y de donde sale el apéndice
vermiforme. Desde el ciego describe una serie de curvas, formando un marco, para terminar en el
recto y el ano.
Su longitud es variable, entre 120 y 160 centímetros, y su calibre disminuye progresivamente, siendo la
porción más estrecha la región donde se une con el recto donde su diámetro no suele sobrepasar los
tres centímetros, mientras que en el ciego es de seis o siete centímetros.
En el intestino grueso se diferencian varias porciones, entre ellas tenemos:
1. La primera porción que está constituida por un saco ciego, situada inferior a la válvula
ileocecal y que da origen al apéndice vermiforme.
2. La segunda porción es denominada como colon ascendente con una longitud de quince
centímetros, para dar origen a la tercera porción que es el colon transverso, con una longitud
media de cincuenta centímetros, originándose una cuarta porción que es el colon
descendente con diez centímetros de longitud, por último se diferencia el colon sigmoideo,
recto y ano.
El recto es la parte terminal del tubo digestivo. Es la continuación del colon sigmoideo y termina
abriéndose al exterior por el orificio anal.
El intestino grueso, o colon, es el último componente del sistema o aparato digestivo y realiza la fase
terminal de la digestión.
El intestino grueso toma el alimento digerido (quilo) proveniente desde el intestino delgado y termina
el proceso de absorción.
Por lo tanto, la función principal del intestino grueso en el sistema digestivo es la concentración y
almacenamiento de los desechos sólidos, convirtiendo el quimo en heces para ser excretadas.
Durante este proceso las células que recubren el colon reabsorben agua del quimo, cambiando su
estado de líquido a sólido. Miles de millones de bacterias dentro del colon sintetizan sales que no han
sido digeridas en su paso por el intestino delgado y las vitaminas K y B, así como gases hidrógeno,
dióxido de carbono, sulfuro de hidrógeno y metano.
Segmentos musculares del intestino grueso, llamados haustros, empujan esta materia y la remueven
dentro del intestino grueso con movimientos sucesivos, mezclándola por completo.
Al no ser defecadas las heces, cuando es necesario, el colon continua absorbiendo agua,
volviéndolas duras y causando estreñimiento.
Por lo general, el alimento pasa más tiempo en el colon que en ningún otro sitio del tubo digestivo,
este tiempo puede variar dependiendo del tipo de alimento y de cada persona. En el colon puede
permanecer aproximadamente desde nueve horas hasta varios días.
Histología
Debido a que es un órgano hueco presenta las mismas cuatro capas estructurales en su pared.
Capa Mucosa: está formada por epitelio, membrana basal, corion y muscularis mucosae.
El epitelio es cilíndrico simple con una rudimentaria orla estriada (micro vellosidades) y con
abundantes células caliciformes. Aquí ya no encontramos vellosidades intestinales ni repliegues
Kerkring, pero si hay, en cambio, las criptas de Lieberkuhn, que son más profundas, tortuosas,
llegando a contactar con la muscularis mucosae, están más separadas unas de otras.
Las células caliciformes son más abundantes y además en este epitelio encontramos células
argentafines (células endocrinas, también llamadas células de los gránulos basales. Pertenecen
al sistema APUD) y células de Pearce, estas últimas se encuentran en el fondo de las criptas, son
ricas en colinesterasa y reemplazan a las células de Paneth del intestino delgado. Este epitelio se
asienta sobre la membrana basal.
El corion se halla por fuera, constituido por tejido conectivo laxo, en el podemos observar un
infiltrado lifoncitario que puede llegar a formaar folículos linfoideos especialmente en su porción
inicial. Encontramos también todos los elementos vasculares y nerviosos, en su espesor se hallan
las criptas de Lieberkuhn. La muscularis mucosae, se encuentra compuesta por una capa interna
de fibras musculares circulares y una capa externa de fibras musculares longitudinales.
Capa Submucosa: Está situada por fuera de la mucosa y formada por tejido conectivo laxo en
cuyo espesor se encuentran también los filetes nerviosos del plexo de Meissner.
Capa muscular: Constituida por fibras musculares lisas dispuestas en dos estratos, el interno con
fibras de dirección circular y el externo con fibras de dirección longitudinal.
El estrato interno es una capa gruesa y es la que da el tono al Colon; el estrato externo no es un
estrato contínuo pues sus fibras forman tres condensaciones, una anterior y las otras posteriores,
superiores e inferiores para el Colon transverso en tanto que para el Colon ascendente y
descendente serían posterior interna y externa para cada segmento de éste órgano.
Tenias Colónicas.- Son las condensaciones musculares que corren en forma paralela a la longitud
del órgano.
En el resto de la pared del órgano la capa muscular está constituida solamente a expensas del
estrato interno. Como las tenias son más cortas que la longitud del órgano se forman unos
repliegues llamadas Haustras del Colon.
En el espesor de los estratos musculares de ésta capa se halla el plexo de Auerbach.
Capa Serosa: Es el revestimiento peritoneal del órgano, el mismo que es completo a nivel del
Colon transverso y del Asa Sigmoidea; es incompleto en el Colon ascendente y descendente a
nivel de su cara posterior. En el tejido preperitoneal encontramos tejido conectivo laxo con
abúndate tejido adiposo que forma acúmulos, los mismos que se proyectan hacia afuera
constituyendo los llamados Apéndices Epiploicos.
GLÁNDULAS ANEXAS
HÍGADO
El hígado es el mayor órgano del cuerpo humano. En el adulto cadáver, pesa alrededor de 1200 a
1550 g. En el vivo, cerca de 2500 g. En los niños, es proporcionalmente superior. Por eso, en aquellos
muy jóvenes es hasta cierto punto responsable de la protuberancia abdominal. Es también
considerado una glándula de secreción externa, tiene color rojizo parduzco, mide
aproximadamente 26-28 centímetros y se encuentra cubierto por una delgada capa de tejido
conjuntivo, la cápsula de Glisson, haciendose más gruesa a nivel del hilio, que permite la irrigación
del hígado. Por el hilio penetran la vena porta y la arteria hepática y salen los conductos hepáticos
derecho e izquierdo y los vasos linfáticos. Se divide en dos lóbulos derecho e izquierdo, separado por
el ligamento falciforme y un tercer lóbulo más pequeño llamado cuadrado. Se encuentra debajo
del diafragma y encima del estomago, atrás se localiza las vertebras torácicas. El parénquima es un
tejido hepático está compuesto por células epiteliales o también llamados hepatocitos dispuestos
en láminas que se interconectan formando una estructura tridimensional.
Desempeña funciones únicas y vitales como la síntesis de proteínas (asimilación), elaboración de la
bilis (necesaria para la digestión y absorción de las grasas), función desintoxicante, almacén de
vitaminas, glucógeno, etc.
Normalmente es blando y depresible, y está recubierto por una cápsula fibrosa. Sobre esta cápsula
fibrosa se aplica el peritoneo en la mayor porte de la superficie del hígado (excepto en el área
desnuda del hígado).
La estructura del hígado va a seguir estrechamente las divisiones de la vena porta. Tras la división en
ramos segmentarios, las ramas de la vena porta, acompañadas de las de la arteria hepática y de las
divisiones de los conductos hepáticos, se encuentran juntos en el espacio porta (vena interlobulillar,
arteria interlobulillar y conductillos interlobulillares).
Cada espacio porta se encuentra en la confluencia de los lobulillos hepáticos, que son formaciones
más o menos hexagonales de células hepáticas y que posee en el centro la vena centrolobulillar. La
confluencia de venas centrolobulillares da lugar a las venas hepáticas, que finalmente drenan en la
vena cava inferior. Por lo tanto, la sangre rica en nutrientes de la absorción intestinal (vena porta) y
en oxígeno (arteria hepática) se mezclan en los sinusoides hepáticos (espacios entre hepatocitos),
para elaborar los metabólicamente y sinterizar las sales biliares. Fenómenos infecciosos, tóxicos,
inflamatorios, etc., desestrucuran los lobulillos hepáticos y los espacios porta, conduciendo a la
hipertensión portal porque este flujo vascular está obstaculizado.
El drenaje linfático del hígado corre a cargo de vasos que desembocan hacia la cava inferior o
hacia los ganglios hepáticos que siguen el recorrido inverso de la arteria hepática.
El aporte nervioso también le proviene del plexo celíaco que inerva al hepático, mezcla de fibras
simpáticas y parasimpáticas. Estos nervios llegan al hígado junto a la arteria hepática.
El hígado se encarga de unas 500 funciones. Juega un papel muy importante en la digestión, en el
metabolismo y las grasas, e incluso en el sistema inmunitario. Procesa todo lo que comemos,
respiramos o absorbemos a través de la piel.
Aproximadamente del 90% de los nutrientes del organismo procedentes de los intestinos pasan por el
hígado. Este convierte los alimentos en energía, almacena nutrientes y produce proteínas
sanguíneas. Además, actúa como filtro para eliminar patógenos y toxinas de la sangre. También
elabora bilis, almacena glucógeno, hierro, cobre, vitamina A, muchos de las vitaminas del complejo
vitamínico B y vitamina D. Produce albúmina y otras proteínas, muchas de éstas esenciales para la
coagulación normal de la sangre y una sustancia anticoagulante llamada heparina.
sustancias entre los sinusoides y los hepatocitos. El plasma sanguíneo que contiene se dirige hacia la
periferia del lobulillo donde pasa a los capilares linfáticos del espacio porta. Además en este espacio
perisinusoidal abundan fibras colágenas tipo III que constituyen el armazón reticulínico del hígado. En
los recesos perisinusoidales se encuentran también otras clases celulares como las células estrelladas,
células de Ito (células que contienen inclusiones lipidicas ricas en vitamina A), lipocitos etc.
4. Estructura lobulillar, unidad funcional
El hígado se puede dividir desde el punto de vista funcional en estructuras llamadas lobulillos o en
estructuras denominadas acinos.
El término lobulillo alude a la unidad estructural del hígado, así un lobulillo está formado:
Vénula hepática central terminal, en la que drenan los capilares sinusoidales.
Láminas interconectadas de hepatocitos que se extienden desde la vénula hepática central
terminal hasta la periferia del lobulillo.
Espacios porta periféricos, cada uno de los cuales contiene ramas terminales de la arteria
hepática y de la vena porta y del conducto biliar.
El término acino también alude a la unidad estructural del hígado pero el acino estaría delimitado
por el volumen de hígado que recibe irrigación a partir de una rama terminal única de la arteria
hepática contenida dentro de un espacio porta. Según esta unidad estructural la periferia es la vena
central mientras que el centro es el espacio porta.
5. Descripción del espacio porta
Los espacios porta o espacios de Kiernan son regiones de tejido conjuntivo procedente de la cápsula
de Glisson de aspecto triangular que se encuentran en la periferia de los lóbulos hepáticos y que
contienen vasos sanguíneos (una rama de la arteria hepática y una rama de la vena porta), vasos
linfáticos, conductos biliares y nervios. El hígado humano tiene de tres a seis espacios porta por cada
lóbulo.
Regeneración hepática
La regeneración hepática se produce como respuesta a un daño tisular. En contraposición con otros
tejidos capaces de regeneración, ej. la piel, la regeneración hepática no depende de un grupo de
células germinales (stem cells) sino que se produce por la proliferación de todas las células maduras
remanentes: los hepatocitos (las células funcionales principales), células epiteliales biliares (que
recubren los canalículos), células endoteliales fenestradas (que recubren los sinusoides hepáticos y
permiten una intercambio directo entre la sangre y los hepatocitos), células de Kupffer (macrófagos
en los sinusoides) y las células de Ito (células que almacenan vitamina A, sintetizan diferentes
proteínas del tejido conectivo y secretan diferentes factores de crecimiento). Todas proliferan para
restablecer el tejido perdido pero la velocidad de su respuesta es diferente. Los hepatocitos son los
primeros en proliferar, primero alrededor del espacio periportal y luego extendiéndose hacia las
venas centrales. Las otras células proliferan después de los hepatocitos hecho que sugiere que son
estos los que producen el estímulo para dicha proliferación.
VESÍCULA BILIAR
Es un receptáculo músculo-membranoso en forma de pera, que mide aproximadamente de 8 a 10
cm de longitud, por 3,5 a 4 cm de diámetro. La vesícula se aloja en la fosilla cística, ubicada en la
cara inferior del hígado por fuera del lóbulo cuadrado y en contacto con la pared abdominal a nivel
del décimo cartílago costal derecho. Normalmente la vesícula almacena de 30-60 cc de bilis, siendo
su capacidad máxima de 200 a 250 cc.
Composición de la bilis:
Colesterol.- Es importante saber que su cantidad no está en relación con los niveles séricos. Se
lo encuentra en forma libre, no esterificada..
Fosfolípidos biliares.- Tanto como el 90% de ellos están representados por lecitina, además,
hay cantidades menores de lisolecitina (3%), fosfatidiletanolamina(1%). En vista de que se
hidrolizan en el intestino no forman parte de la circulación enterohepática. Su excreción y
síntesis están en relación directa con los ácidos biliares.
Ácidos biliares.- Los principales son el cólico (trihidroxilado) y el quenodesoxicólico
(dihidroxilado). A través de la acción bacteriana del colon se convierten en los ácidos
secundarios queno y desoxicólico, los cuales participan en la circulación enterohepática
alrededor de 6 a 10 veces al día, su mecanismo de regulación está probablemente mediado
por un mecanismo de retroalimentación negativa.
La contracción de la vesícula se realiza bajo control colinérgico y hormonal. El principal estímulo para
el vaciamiento de la vesícula es la llegada de alimentos y grasa al duodeno, que genera
contracciones vesiculares rítmicas al liberarse la colecistoquinina y la acetilcolina; la atropina en
PÁNCREAS
El páncreas es un órgano impar, tiene forma alargada (12-15 cm de largo) y cónica puede pesar
hasta 100 gramos. Localizado transversalmente en la parte dorsal del abdomen, ocupa una posición
profunda. Ubicado por detrás del estomago. Es, a la vez, una glándula endocrina (produce ciertas
hormonas importantes, incluyendo insulina, glucagón y somatostatina), como también una glándula
exocrina (segrega jugo pancreático que contiene enzimas digestivas que pasan al intestino
delgado). Estas enzimas ayudan en la ruptura de carbohidratos, lípidos, proteínas y ácidos nucléicos
en el quimo.
Los tipos celulares fueron descriptos con mayor detalle en el cuadernillo correspondiente a Sistema
Endócrino.
FASES DE LA DIGESTIÓN
Las actividades digestivas se cumplen en tres fases superpuestas:
1. Fase cefálica: durante esta fase, el olor, la vista, el pensamiento o el sabor inicial de la comida
activa centros neuronales de la corteza cerebral, el hipotálamo y el tronco encefálico. Este
último activa los nervios facial VII, glosofaríngeo IX y vago X. los nervios facial y glosofaríngeo
estimulan la secreción de saliva por las glándulas salivales, mientras que el nervio vago
estimula a las glándulas gástricas a producir jugo gástrico. El propósito de esta fase de la
digestión es preparar a la boca y al estómago para recibir los alimentos que van a ser
ingeridos.
2. Fase gástrica: una vez que los alimentos llegan al estómago, mecanismos neurales y
hormonales regulan esta fase para promover la secreción y la motilidad gástricas.
3. Fase intestinal: comienza cuando los alimentos llegan al intestino delgado; tienen efectos
inhibitorios que retardan la salida del quimo desde el estómago. Esto hace que el duodeno no
se sobrecargue con más quimo del que puede contener. Las respuestas que ocurren en esta
fase promueven la digestión continua de los alimentos que llegaron al intestino.
El intestino delgado absorbe vitamina D, que la piel y los riñones modifican para
producir la hormona calcitrol.
Sistema tegumentario El exceso de calorías en la dieta se acumula como triglicéridos en los adipocitos
de la dermis y de las capas submucosas.
El hígado puede convertir el ácido láctico (producido por los músculos durante el
Sistema muscular ejercicio) en glucosa.
El ácido del jugo gástrico destruye las bacterias y la mayor parte de las toxinas
Sistema linfático e inmunitario en el estómago.
BIBLIOGRAFÍA