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LICENCIATURA EN TEOLOGÍA
Tradiciones Proféticas de Israel. Guía 4.
Iván Rodrigo Baquero Micán
Amós y Oseas
No se puede leer el mensaje de cada profeta sin atender a su contexto histórico; se trata
de una palabra determinada, para una época y contexto determinado. La palabra
profética proviene de un diálogo apasionado que busca instalar al interlocutor en el
“aquí” y en el “ahora”. Los profetas emplean así, los medios retóricos para captar la
atención del interlocutor; no pretende una exposición objetiva de la fe, sino más bien
una lectura e interpretación crítica a las tradiciones de la fe misma de Israel.
Es importante tener presente que el interlocutor del profeta cambia constantemente y
esto deja entrever la gran capacidad que tiene para presentar el mensaje; lo hace
partiendo de un pensamiento básico que actúa a su vez como hilo conductor.
Al profeta no le interesa la doctrina por la doctrina, ni el Kerygma, ni la fe; sino ante
todo transmitir el mensaje de YHWH.
Amós.
La Predicación de Amós.
No existe o al menos, no se puede señalar alguna tradición de la que dependa Amós
como profeta; en un principio solo se le comunica al profeta el hecho del fin y el juicio.
La Palabra de YHWH que ruge desde Sión se extiende por toda la tierra haciendo
temblar la naturaleza.
Ahora bien, el mensaje propiamente dicho, no se vincula estrechamente con el
contenido de las visiones; la catástrofe final del destierro de Israel que predice con
claridad, no está señalada en ellas; por ello tendremos que atribuir una considerable
parte del mensaje de este profeta a su propia reflexión y aguda observación de los
hechos; lo que había recibido de YHWH tenía que actualizarlo e interpretarlo
constantemente. De esta manera, Amós fue considerando las circunstancias que le
rodeaban desde un nuevo punto de vista desde el cual le aparecen como intolerables
Oseas.
Algunos han opinado que de Oseas tenemos muchos más datos biográficos que de otros
profetas, pero dicha opinión se ve discutida si se admite su matrimonio como una
acción simbólica. Lo que sabemos es que vivió y que actúo en los últimos años de
carácter catastrófico del Reino del Norte, hasta la conquista de Samaría por parte de los
asirios. Es probable que Oseas estuviera vinculado al movimiento levítico que al igual
que el profético se encontraba separado de la caracterización general.
Oseas fue el único “profeta escritor” del reino del norte y que las cosas eran distintas
para un profeta del Reino del norte que para los del reino del sur, por ejemplo Isaías en
Jerusalén.
Isaías y Miqueas.
El Derecho Divino:
Isaías es portavoz y defensor del derecho divino, pues es por este que se puede
determinar si una comunidad esta o no en orden la relación con Dios; es la
administración de la justicia el lugar privilegiado en el que se manifiestan las
intenciones con respecto a Dios. El derecho divino, es pues, el mayor bien salvífico: en
Isaías aparece el empleo de los conceptos justicia y derecho; y junto con Miqueas
lucha contra la economía latifundista.
Para Isaías el pueblo de YHWH está constituido como una polis; Jerusalén será
renovada como ciudad con todas sus funciones. Isaías presenta una ruptura del orden
cívico con la desaparición de los jueces, oficiales y ancianos legítimos con lo cual
sobreviene una anarquía, lo que lleva a una transgresión del derecho divino. Isaías,
coloca las quejas en un contexto amplio histórico-salvífico y adopta la forma de la queja
de un padre, que ha de llegar al extremo de entregar su a hijo rebelde a la justicia.
Vemos entonces como en Isaías se hace presente todo un marco histórico de carácter
salvífico en donde se ubica la decepción divina a causa de la corrupción jurídica
La Obstinación:
Ya en el momento mismo de la vocación hace saber al profeta que su tarea será
endurecer el corazón del pueblo, hacer sordos sus oídos y vendar sus ojos para que no
entiendan ni vean. La palabra obstinación tiene en Isaías una posición destacada.:
cuando a Dios se le rechaza continuamente la aptitud para oír y entender se atrofia
generando una insensibilidad ante el obrar de Dios. Pero no nos podemos quedar solo
con esta comprensión de la obstinación que parece ser fruto de la ley del Talión. En
realidad la obstinación se describe como un actuar de Dios En realidad no había sido
conocida la idea de la obra de YHWH y es en ese campo teológico en el que debe
inscribirse la obstinación o endurecimiento de Israel. En Isaías se expresa que la palabra
profética no solo puede producir castigos o catástrofes en el ámbito externo de la
historia, sino también en el corazón mismo del hombre; condenación que consiste en
rechazar la llamada salvífica de YHWH
Sión.
Al desarrollar el mensaje de Isaías hay que tener presente la tradición Sacra en la que
Isaías había estado inmerso. Isaías tenía preferencia por una forma o esquema de la cual
hay que partir: un rumor de pueblos se acercan en oleada contra Sión; YHWH les
amenaza y ellos huyen lejos. Ese apartarse del enemigo tiene lugar de un modo
maravilloso y sin espectadores por la acción misma de YHWH.
Pero tanto la forma como el contenido pueden provenir de una tradición: al mirar los
“cantos de Sión” (sal 46.48.76), tienen conocimiento de un ataque de los reyes y los
pueblos contra Sión, que será defendida por YHWH.
Pero en el gran poema de Ariel (Is 29,1-8) YHWH se levantará Él mismo contra Sión, lo
cual lleva consigo una humillación de esta. En otros textos Isaías señala el peligro para
aquellos que confían en pactos y armamentos y no en YHWH. En el contexto de la
batalla siro-efraimítica (Is 7,1-9) se presenta una advertencia y una promesa;
advertencia a permanecer tranquilo y promesa de que no les pasará nada en lo cual se ve
nuevamente el esquema. Así como YHWH en otro tiempo aniquiló a los enemigos.
Pero para estar tranquilos y confiar en este mensaje se exige sin duda alguna la fe y fe es
dejar sitio o lugar para la actuación de Dios lo cual exige el renunciar a salvarse a sí
mismo. Junto a la fe, aparece también la tradición de “mirar hacia” la ayuda de YHWH,
la obra de YHWH; si bien esta última fue acuñada por el profeta mismo y aparece como
sinónimo a plan de Dios, desarrollado en la historia; esto es lo que permite la lectura de
la historia como historia salvífica. Esto conduce a lo nuevo e inaudito, que es el que
Isaías les exige instalar su existencia en una actuación futura de YHWH, en el día futuro
de la salvación.
Dentro de se plan de YHWH mencionado anteriormente, estaba la entrada de los asirios
como instrumentos de Dios para un castigo a Israel, pero al sobrepasar este designio,
también fuera objeto de castigo. De esta manera se ve cómo todo lo que sucede
descansa en los planes divinos y estos planes eran los que el profeta debía interpretar en
los momentos de tensión histórica.
Desde este punto de vista se entiende porque para Isaías Ezequías falto, mientras que
parea muchos fue un político hábil; pues quiso salvarse por sí mismo sin dar lugar a la
actuación de Dios.
El resultado de la actividad de Isaías parece ser del todo negativo pues el pueblo no ha
creído y YHWH no ha protegido la ciudad; la desilusión de Isaías no es producida por
YHWH sino por sus contemporáneos que habían rechazado la palabra. Pero hay dos
cosas significativas, la primera es que Isaías pone por escrito el mensaje, dando a
entender que su mensaje no había concluido y que podría ser provechoso para
generaciones venideras; El anuncio de un resto se hace presente en Isaías y ello puedo
ser consuelo para el profeta e incluso motivarlo a escribir dicho mensaje. Lo segundo a
tener presente es que ya en su vocación se le había presentado a Isaías que ese sería el
resultado de su trabajo profético.
El Ungido De YHWH.
Otro tema importante es el mesiánico-Davídico. Ya en tiempos del mismo David estaba
presente la idea de que YHWH había afirmado su trono en Jerusalén. En la ciudad de
Jerusalén seguía viva la teología sacral.
En Isaías 11,1-18 se articula el tema mesiánico en tres secciones. En la primera se habla
de los dotes que preparan al Ungido para su función, que está revestido de gran cantidad
de carismas y en el cual descansará una posesión del espíritu de manera plena y no solo
temporal. En el segundo fragmento se ve al Ungido ejercitando su ministerio en virtud
de la posesión del espíritu y su oficio principal es el de juez con una solicitud especial
por los débiles, que debe hacer prevalecer el derecho divino sobre la tierra para lo cual
Isaías le atribuye propiedades sobrenaturales y divinas quien actúa como mediador. En
la tercera parte habla de la paz paradisíaca y del orden como consecuencia del gobierno
del Ungido.
Frente a la relación de Isaías con las tradiciones, hay que afirmar que si bien las conoce,
emplea y actualiza, también se desprende de ellas de un modo casi revolucionario pues
uno sus afirmaciones no a un Ungido contemporáneo sino a uno futuro que procederá de
la raíz de Jesé. La referencia al padre de Davis, hace pensar en un nuevo David cuya
venida restauraría la gloria del primer Reino Davídico. El vaticinio Mesiánico de
Miqueas no puede interpretarse en un sentido diferente, pues habla a los erratitas de
Belén, conjunto de familias al que pertenecía David y si vaticina que saldrá de él un
“dominador de Israel” solo puede querer decir que YHWH volverá a comenzar su obra
desde el principio. Se diferencian en que en Miqueas se une la nueva entrada con una
aniquilación de la antigua ciudad real, con la extinción total de Jerusalén de la historia,
mientras que Isaías espera la renovación de Jerusalén.
No hay que pensar que los profetas esperan la venida del Mesías para un futuro
incierto; en Isaías está claro que esperaba la entronización del Ungido para un futuro
próximo, seguirá de inmediato a la liberación realizada por YHWH, cuando rompa el
yugo de Asiria.
Interesan las cuestiones relativas al ministerio y a la autoridad del Ungido. El Ungido
tiene gran autoridad concedida por YHWH; pero si bien su autoridad es muy grande, no
es un rey sino que está subordinado al rey, es llamado como lugarteniente. Miqueas por
su parte emplea la palabra dominador para no designarle como rey.
En conclusión se puede decir que la predicación de Isaías descansa sobre las tradiciones
de Sión y de David, ambas de elección; a las cuales aporta algo nuevo: Isaías se vuelve
hacia el futuro en la cual esta la salvación de Jerusalén. Los profetas se vieron como
portavoces e intérpretes de las antiguas tradiciones.
La Novedad de La profecía del Siglo VIII.