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Los medios no modifican sólo una facultad, modifican su manera de pensar, de percibir el mundo y
de actuar.
Para que los medios provoquen estas transformaciones es preciso que sean asumidos personal y
socialmente.
La persona que se ejercita de manera preferente en el uso de un medio tenderá a desarrollar las
habilidades requeridas para su decodificación.
La televisión transforma los hábitos perceptivos de los espectadores al crear la necesidad de una
hiperestimulación sensorial.
El movimiento tiene también una gran fuerza para atrapar la mirada humana.
El movimiento es uno de los grandes alicientes de la televisión como recurso para la capacitación
de la atención y como elemento gratificador para mantenerla.
La multiplicación de los estímulos visuales y auditivos. Los mensajes televisivos se caracterizan por
una aceleración cada vez mayor en la sucesión de los planos. Si no hay cambio, es aburrido.
La práctica del zapping es una prueba más de la necesidad psicológica de un ritmo trepidante en
los programas televisivos, como consecuencia de la modificación de los hábitos perceptivos de las
nuevas generaciones.
Por si la estimulación sensorial que ofrece la televisión no fuera suficiente, el espectador puede
incrementarla mediante el cambio de canal.
· Zapping. Cambio de canal durante una emisión, sobre todo durante las interrupciones
publicitarias.
· Grazzing. Salto constante de canal con la intención de seguir diversos programas a la vez.
· Filipping. Cambio de cadena durante una emisión sin otra intención que es simple placer del
cambio.
Las cadenas de televisión se sustentan gracias a la publicidad, de esta premisa surge la dictadura
de los rattings, que son indicadores del porcentaje de receptores que permanecen encendidos y
de canales sintonizados durante un tiempo dado.
Jean Collet dice que hay que conservar el contacto a cualquier precio, es absolutamente preciso
que la gente permanezca ahí. El verdadero cliente de la televisión no es, el espectador, si no el
anunciante, debe servirlo porque éste hace posible la televisión.
En la lucha a muerte por conseguir la fidelidad del espectador, uno de los grandes enemigos a
vencer es el zapping.
Al comienzo de la década de los setenta se empieza a gestar el rumbo que cambiaría a los medios
de comunicación a como los conocemos en la actualidad.
Los contenidos en los medios se comienzan a globalizar, y la distinción entre realidad y fantasía, lo
informativo y lo imaginativo cada vez va siendo mínima.
La televisión es como el chicle de nuestros ojos, y de ahí alimentamos el consumo de todo tipo de
imágenes. En ocasiones la televisión nos vende no solo al político sino también nos vende sus
ideas, y que hacemos pues como sociedad consumista se los compramos.
Por último el autor maneja la palabra supernada que se refiere a llenar contenidos, en pocas
palabras cuando estamos viendo por ejemplo un programa y el contenido no es completo se llena
con recursos visuales y verbales, pero sin llevarnos más allá de lo que se ve en la imagen y lo que
se escucha.