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Lección 5: El positivismo
José María Ramos Mejía y José Ingenieros
El positivismo atraviesa algunos de los discursos más significativos que circulan en la esfera pública durante
la última década del siglo XIX y la primera del siglo XX. Entre ellos, cabe destacar el texto Las multitudes
argentinas de Ramos Mejía así como también la sociología de José Ingenieros.
Ramos Mejía en su libro generó un diagnóstico del presente que se construye contando la historia de lo que
son las “Multitudes”, un fenómeno sumamente notable par la elite de Buenos Aires de ese entonces.
José Ingenieros apelaría a la Sociología, disciplina nueva en ese entonces y legitima un discurso que, a pesar
de los problemas observa en el presente, la certera de un futuro prometedor.
El movimiento positivista como ya se sabe, estalla gracias a la filosofía de Augusto Comte. En Argentina el
movimiento positivista se dio entre 1890 y 1910. En el positivismo Argentino se destaca un gran
profesionalismo en las figuras de Ramos Mejía e Ingenieros.
José Ingenieros
El autor no posee linaje, ni riqueza, ni posición política. Es alguien que se haya librado en su capital
simbólico, en su saber, a diferencia de Ramos Mejía que se apoyaba en una herencia racional prestigiosa y
en posiciones económicas y políticas asentadas. Ingenieros es de los primeros que se desarrollan en lo que se
denomina como “Campo Intelectual”, fue el primer intelectual en el sentido moderno del término. Respecto
al campo intelectual, es un conjunto de instituciones que construyen una red con una lógica propia, en la
cual se ubicarán precisamente los intelectuales. Así es como el intelectual se legitima en su capital simbólico
y no se lo considera en función de otros capitales. Así es como José Ingenieros se construye en este perfil
de intelectual.
Ingenieros se presenta como un investigador “objetivo”. Todos sus textos en su período de positivismo más
Ortodoxo están encuadrados en un programa de conocimiento de la sociedad mediante un método científico
alejado de toda subjetividad. Los cambios sociológicos suelen operarse sin que las colectividades perciban
el nuevo rumbo, de modo que los grupos sociales se ven arrastrados por corrientes que la conciencia social
no sospecha.
Ingenieros se desarrolla como alguien que practica una disciplina continua y busca construir un conjunto de
ideas y conceptos articulados en un todo coherente. Ingenieros tiene dos grandes influencias, la de Marx
como la del evolucionismo propuesto por Spencer, de tal manera que su postura autodenominada se llamaría
“bioeconomismo”. Del pensamiento de Spencer, Ingenieros tomaría la noción de una experiencia empírica,
es decir que los hechos está relacionados por leyes inflexibles a un determinismo riguroso.
Ingenieros, desde la ciencia se va a oponer al triple dogma de la revolución francesa:
1) A la libertad porque la ciencia muestra que en el universo impera un rígido determinismo.
2) A la igualdad, porque según Darwin todos son desiguales y estas desigualdades son necesarias para
el triunfo del otro.
3) A la fraternidad porque lo que impera entre los individuos es la lucha por la supervivencia.
En síntesis, para ingenieros existe una base biológica ante todo, un medio dominante y prácticas económicas
que interactúan en la evolución de las sociedades.
Respecto a lo que Ingenieros denominaría como “la formación de una raza Argentina”, sostendrá que una
suerte de transparencia económica y política, definirá el desarrollo productivo y definirá también las clases
sociales diferenciadas, que a su vez serán las condiciones de posibilidad para un funcionamiento político
moderno. Ingenieros coincide con una plena confianza en el futuro de grandeza de la Argentina,
ampliamente difundida en casi todos los sectores. Cree firmemente en el mito de la grandeza Argentina.
Ingenieros construye un modelo de sociedad jerarquizado en tres estratos o sectores. En la cima, las minorías
poseedoras de ideales y del saber científico, encargadas de liderar los cambios sociales; luego, las multitudes
honestas, productivas y mediocres, auténticos baluartes del orden, y ambas separadas de los márgenes donde
pululan los sujetos de la locura y el delito. De ese modo, Ingenieros entiende que la nave de la argentinidad
podrá alcanzar el destino de grandeza que la torna excepcional.
Lección 7.
Democracia, guerra y “nueva sensibilidad”
José Ingenieros y Leopoldo Lugones (1914-1930)
Está lección comienza describiendo el declive que se produce en el siglo XIX, sucesos tales como la primera
guerra mundial , el ascenso de Yrigoyen, la revolución rusa y demás cuestiones que luego se abordaran, en
ese marco es donde emergen los autores.
El primer hecho importante que el texto analiza es la importancia del ascenso de Yrigoyen (1916) en
Argentina, ya que, como se mencionó en la lección 5, terminaría con la clase dirigente, lo que generó que
otros sectores ascendieran y empiecen a formar parte del estado.
Dos años más tarde, en 1918, apareció la reforma universitaria, lo que marcaría un hecho sumamente
importante teniendo como trasfondo la crisis del liberalismo. En ese mismo año, intelectuales como Carlos
Ibaguren reflexionan sobre la primer guerra mundial o como lo denomina el autor la “Gran Guerra” y como
esto significó una gran caída en la civilización y también marcaría el fin de una edad histórica. Unas de las
causas que le atribuían a la crisis sufrida (Materialismo, decadentismo de la democracia y el
aburguesamiento) se lo atribuyen a la cultura científica y positivista. Ingenieros reflexiona al respecto
diciendo que el tono es tal por la crisis desatada por la “Gran Guerra” que se considera tanto el fin de una
época como también el comienzo de una nueva y mejor era. A su vez, Ingenieros reflexiona sobre la
revolución rusa en “Los tiempos nuevos” donde afirma que gracias a ella, ha comenzado ya en los pueblos
una era de renovación integral.
El ascenso de Yrigoyen al poder llevo a personalidades como Joaquín V. Gonzalez, a reflexionar sobre el
fracaso del partido revolucionario. Según él, no contó con la coherencia extrema que suele colocarse como
condición de éxito para todo emprendimiento de una elite transformadora.
Lo que ocurre es que ciertas clases sociales ascienden y empiezan a ocupar espacio en la política como se
mencionó anteriormente, surge entonces esta idea de una “política criolla” es decir, las ideas o propuestas
extraídas directamente de sectores que no formaban parte de la clase dirigente, ahora habían adquirido lugar
en el ámbito público. Todo esto conduciría a un rasgo típico de la cultura Argentina: El igualitarismo. Es una
convicción de que todo individuo está en un nivel de igualdad de derechos.
Pensadores como Juan Agustín García, desestimarían esta idea de igualitarismo. Según él, la cultura por
esencia propia no es algo democrático. Debido a los intereses políticos y seguramente culturales, los partidos
conservadores y socialistas, tachaban de ilegítimo el gobierno de Yrigoyen, el radicalismo argumentaba la
legitimidad del gobierno debido a que fue elegido por el voto democrático. En base a todo esto surgieron dos
criterios de legitimidad: Uno fundado en la mayoría popular y otro fundado en distintos valores y formas de
ejercicio del gobierno. Cuando hay disparidades de tal monta, se pone en marcha una serie de arduos
procesos para llegar a una resolución pacífica. En el caso de Yrigoyen, lo que lo favorecía eran los números.
Desde 1852 con el proceso de organización racional se crea un nuevo mundo político y social (Y cultural).
Pero según J.V. Gonzalez, a partir del cambio constante de los fenómenos culturales se crea un nuevo clima
de ideas.
Se puede percibir la noción de las ideas de lo histórico-social configuraron en gran medida todos los
cambios en occidente. El mensaje orteguiano lo que busca es llamar a un revolución intelectual. Finalmente
el consenso de caería en las manos de los reformistas y no en los revolucionarios.
Dentro de la línea de los reformistas encontramos a los antipositivistas, de las filosofías de la conciencia y
de la nueva sensibilidad espiritualista. Quien lideró este movimiento fue Alejandro Korn. En el terreno de la
reforma universitaria incluyó estas orientaciones en un movimiento que organizaría ideológicamente a las
corrientes estudiantiles a escala latinoamericana y serviría de crisol y para la formación de nuevas camadas
de políticos.
La posición en sí de Korn era doble, porque contemplaba aspectos de la técnica y al mismo tiempo los
valores espirituales. No está dispuesto a renunciar a los logros de la modernidad positivista como la ciencia
y la técnica. La finalidad del positivismo alberdiano (del Alberdi) era la acumulación de la riqueza, Korn
proponía una redistribución de dichos bienes, aunque ello implique la relativización del derecho de la
propiedad privada.
Los discursos de esta nueva oleada de la “nueva sensibilidad” influyo también en la reforma universitaria, la
cual configuró un movimiento político-estudiantil iniciado en Córdoba en 1918 y se expandió por toda
Latinoamérica.
Vidas paralelas: José Ingenieros y Leopoldo Lugones
Bolchevismo y fascismo marcaron los límites extremos del espectro político de la época a escala
internacional. Podemos comparar entonces las figuras de José Ingenieros y la de Leopoldo Lugones ya que
son los dos intelectuales con mayor reconocimiento de aquella época y son la prueba de que el liberalismo
ha perdido en buena medida su capacidad hegemónica. José Ingenieros seducido por la revolución rusa opta
por el anti imperialismo mientras que Leopoldo Lugones optaría por el fascismo. Sin embargo, ambos
comparten el rechazo a la democracia liberal y la búsqueda de una nueva representatividad política.
Ingenieros deja de lado su posición positivista y comienza a aparecer el Ingenieros político. Deja su cargo en
la facultad de medicina, renuncia a todos los cargos públicos, cierra su consultorio y emprende un autoexilio
mientras siga en el gobierno Roque Sáenz Peña. Desde Europa en sus escritos, incita a los jóvenes a una
rebelión juvenilista y de exaltación del idealismo. Su pensamiento en esos momentos estaba influenciado
fuertemente por la filosofía de Nietzsche.
Ingenieros, de esta manera construiría una moral para las minorías que desconfiaba de las mediocres
mayorías. Con la pronta reforma universitaria, seria reconocido como uno de los maestros de la juventud
latinoamericana. Ingenieros postularía que en Europa se encuentra la barbarie, que no queda nada por hacer
en el viejo continente y que el mundo moderno está en américa.
También menciona que simpatiza con las revoluciones tanto en Europa como en América pero que de todas
maneras su completo apoyo está en la revolución rusa. Según él, la guerra en Europa, fue por la “maldad
humana”.
Ingenieros se define como intelecto puro y que no pertenece a ninguna clase. Diseña un lugar discursivo
apelando a viejos y nuevos instrumentos legitimadores de la palabra verdadera.