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7El superávit es aquella situación que se genera cuando hay exceso de

algo necesario. En finanzas, se entiende por superávit cuando los


ingresos superan a los gastos (existe exceso de dinero).
El superávit existe cuando el balance de una organización o persona es
positivo, es decir, es superavitario. En este escenario, los ingresos
cubren de sobra los gastos, o dicho de otro modo, la capacidad de
recaudación de ingresos es mayor que las cargas con las que se cuenta.
Superávit: Ingresos > Gastos
En general, este término está asociado a la economía y situación
económico financiera de una organización o administración pública en un
periodo de tiempo determinado, generalmente un año, trimestre o mes.

El término superávit se emplea regularmente para las cuentas públicas de


una administración. Por lo que un escenario económico de déficit se suele
considerar positivo, al poder cubrirse los gastos de la administración.

La situación opuesta es el déficit, en el que los gastos son mayores


que los ingresos.
Tipos de superávit
Su aplicación más extendida se asocia al mundo comercial de las empresas
y los Estados, pero existen muchos tipos de superávit. Estos son los
principales:

 Superávit fiscal: está relacionado con la administración pública. Se


origina cuando una administración pública es capaz de recaudar más
dinero que aquel que necesita para afrontar sus cargas. También, el
superávit fiscal se relaciona con el dinero que una administración
recibe de otra en función de lo que esta última aporta (entre una
región y un Estado por ejemplo).
 Se conoce como superávit público cuando el superávit fiscal
hace referencia al conjunto de todas las administraciones públicas
de un país.
 El superávit presupuestario hace referencia al superávit fiscal
previsto por el Gobierno al realizar los presupuestos del año
siguiente.
 Superávit primario: es el superávit fiscal sin tener en cuenta los
costes de financiación previos, es decir, sin contar con los
intereses de la deuda adquirida anteriormente. Por lo que es más
fácil que resulte en superávit que el superáfit fiscal, al que en estos
casos se le denomina déficit o superávit total.
 Superávit exterior: es la diferencia entre ingresos y gastos que tiene
un país con respecto al exterior. Puede haber superávit en cualquier
cuenta de la balanza de pagos. Estas son las más importantes:
 Superávit comercial: cuando el saldo de las importaciones de un
país es inferior al de las exportaciones.
 Superávit de capital:menores inversiones en el extranjero con
dinero nacional que inversiones extranjeras en el país.
 Superávit financiero:cuando los ciudadanos del interior del país
envían menos remesas de las recibidas.
En definitiva, puede existir superávit en cualquier ente que tenga
entradas y salidas de dinero o de cualquier otro bien.

Ajuste económico, déficit y crecimiento


01.02.2012 | 06:00

Suele decirse que el éxito tiene mil padres y el fracaso es huérfano. No sé si


deja en buen lugar a la madre del éxito dado que parece una frase sacada del
sarcasmo y mala baba tan frecuente entre nosotros. Me recuerda una expresión
que oí en una plaza de pueblo de un vejete socarrón a unos niños que andaban
tirando cosas. Les dijo con toda la calma del mundo "niños, no tiréis piedras que
le podéis dar a vuestro padre".
Bueno pues con el superávit y déficit pasa algo parecido. Cuando un país tiene
un superávit en sus cuentas públicas (algo que en España sucedió en los años
anteriores a la crisis del 2008), gobernar es una tarea magnífica. Uno vive en la
champions. Hay que repartir la abundancia. Un superávit puede destinarse a
tres fines y a dos tipos de agentes o generaciones. Lo podemos destinar a bajar
impuestos o a aumentar gastos, lo que beneficia a la generación presente, o lo
podemos destinar a reducir deuda pública, lo que beneficia a la generación
futura. Bien es cierto que una parte del aumento de los gastos públicos no es
solo beneficioso para las generaciones presentes, sino que si esos gastos se
traducen en capital público (infraestructuras o equipamiento social), también las
generaciones futuras se podrán beneficiar del mismo. Pero se puede gobernar
con munificencia repartiendo dones y garantizándose clientelas a las que luego
se les recordará para que nos voten. Aquí están los mil padres.
El déficit, sin embargo, es mucho más desagradable de gestionar, y sin embargo
el destino del mismo es similar al del superávit. Puesto que el déficit existe ya,
solo hay dos formas de afrontarlo: con más impuestos, es decir lo pagan las
generaciones actuales (sean impuestos directos o indirectos), o con más deuda
(se lo cargamos a las generaciones futuras). El déficit de hoy (que hayan menos
ingresos que gastos) hay que pagarlo hoy y por tanto no se puede reducir
diciendo que no gastaremos. La reducción del gasto sirve para reducir el déficit
de mañana, no el que hemos tenido.
La parte más compleja de gestionar un déficit es que genera un enfrentamiento
social. Todos queremos que el déficit tanto actual como la reducción del mismo
del período siguiente recaiga sobre los demás. Pero esto implica una lucha de
unos sectores o grupos sociales contra otros. Si tenemos en cuenta que el
Estado es la suma de los individuos que componen el país y que este se
financia con los impuestos de los mismos, entenderemos la trampa que implica
salir a manifestarse con slogans que diga que el Estado pague tal o cual gasto.
En realidad lo que estamos diciendo es que queremos que sean otros los que
nos paguen nuestros gastos, o sueldos o lo que sea. Por supuesto, como nadie
se atreve a escribir esto, se suele desfilar pidiendo que lo paguen los políticos o
los corruptos o la banca... pero en realidad es que lo paguen los impuestos de
otros. Aquí es donde aparece la diferencia entre los partidos. Sobre quién debe
recaer el coste. Las medidas que propongamos para la financiación del déficit, si
las planteamos con seriedad, debemos considerar que tienen efectos directos e
indirectos. Por ejemplo, si pedimos que se aumente el IVA, tenemos que
entender que esto puede llevar a un incremento de precios que deteriore la
capacidad real de nuestros salarios y disminuya las exportaciones. Si pedimos
que lo pague la banca, esta puede hacer recaer este coste adicional sobre los
solicitantes de crédito, encareciendo el mismo y afectando a la inversión y al
empleo.
Lo más fácil es hacerlo recaer sobre las generaciones futuras, que
afortunadamente como no están no pueden opinar. Es lo que hemos estado
haciendo. Pero desgraciadamente la deuda externa del país ha aumentado tanto
que ya no nos fían. Así que toca tomar decisiones difíciles. ¿Quién paga lo
nuestro? Solo los muy ingenuos o demagogos se pueden apuntar a todas las
reivindicaciones de todos los grupos sociales. El problema adicional (todo son
problemas) es que si un grupo tiene éxito en su presión en la calle, lanza una
señal a los demás de forma que todos le imitarán. El sector público provee de
bienes públicos que básicamente son: educación, sanidad, defensa y seguridad,
y justicia. Además financia las instituciones de representación política
(parlamentos, partidos y sindicatos) y la cultura y el ocio (subvenciones a
sectores culturales y televisiones públicas, viajes de tercera edad, etcétera). ¿De
dónde se recorta? Elijan cualquiera y verán cómo se justifica el afectado
correspondiente dando contundentes argumentos contra la solución planteada.
Personalmente apuesto por mantener el esfuerzo relativo en la educación
porque es inversión en capital humano y por tanto beneficia tanto a esta
generación que paga como a las futuras. Y debería hacerse con deuda pública y
pedir a los ciudadanos que la suscriban. "Bonos patrióticos" asociados a gastos
específicos. ¿Qué señal enviaríamos si esa deuda no se suscribe por los
ciudadanos de ese país o de esa Comunidad? Quizás que para los mismos es
un gasto prescindible. Pero mi opinión está sesgada, no es neutral. La mejor
solución es que pudiéramos pagar este déficit de forma indolora. Esto es lo que
permite el crecimiento económico. Cuando la economía crece, aumentan las
rentas y de forma automática aumenta la recaudación (impuestos) y se recortan
los gastos (desempleo). Por eso es la receta adecuada y más querida por todos
porque evita el conflicto social. El problema es que para crecer hay que
estimular la demanda y eso se hace con más gasto o con menos impuestos. La
economía no es que sea una ciencia lúgubre es que es difícil. Se puede hacer
porque ya antes lo hicimos y otros lo han hecho ahora.
Pero una primera lección de esta crisis es que deberíamos ver lo difícil que es
recaudar y lo valioso que es cada euro de los que componen el gasto. Hay que
acabar en primer lugar con el despilfarro de recursos. Por ejemplo la limpieza de
nuestras ciudades. El comportamiento incívico de nuestros ciudadanos encarece
enormemente estas partidas. A veces con el bobalicón consentimiento de
algunos demagogos. Por ejemplo, los miles de grafitis que ensucian las
ciudades, por ejemplo el botellón, el tirar colillas y papeles a la vía pública, el
deterioro del mobiliario urbano y los parques y centros sociales, y así tantas y
tantas prácticas que son el asombro de los extranjeros al ver lo poco que
cuidamos nuestro entorno. Habría que empezar a penalizar en serio estos
comportamientos que tan caros nos cuestan cuando como ahora los recursos
para gastar son tan escasos. El uso abusivo de servicios públicos
(medicamentos, transporte público, etcétera) tiene que limitarse mostrando el
coste real de los mismos. Pero en segundo lugar y fundamental tenemos que
acabar con la insolidaridad en el pago de impuestos. En Estados Unidos (tan
odiado y admirado a partes iguales en España) los ciudadanos se presentan
diciendo que "tienen derechos porque pagan impuestos". Pues eso. A ver si nos
hacemos ciudadanos todos y acabamos (fiscalmente) con esta tropa que se
jacta de no pagar impuestos o que miente en las declaraciones o busca formas
de evadirlos, pese a que son los primeros que usan las infraestructuras que
tanto recursos nos han costado, las autovías con sus vehículos de lujo, o los
aeropuertos dado que viajan sin parar, o el AVE, y pide más policía para que les
protejan, y todo ello diciendo que no pagan para que no se lo gasten los políticos
en comilonas.
Se decía que las lecciones con sangre entran. Bueno, es demasiado dramático,
pero es cierto que esta es una oportunidad de aprender que nada es gratis,
detrás de cada gasto hay un impuesto, y con nuestros impuestos no se juega.
La austeridad empieza por acabar con el despilfarro y la insolidaridad.

público para ir adaptándolo a un escenario de ingresos menguantes


como consecuencia de la crisis económica. No obstante, hay líneas
rojas que el futuro ejecutivo del PP no está dispuesto a rebasar bajo
ninguna circunstancia.

En la pasada campaña electoral, por ejemplo, Rajoy aseguró que su


ejecutivo no mermará todavía más el ya malparado por la crisis Estado
del Bienestar. Es decir, que no recortará las pensiones ni el gasto en
Sanidad y Educación para equilibrar las cuentas públicas.

Tampoco es partidario de hacerlo con subidas generalizadas de


impuestos. Pese a estas autolimitaciones, Rajoy ha afirmado que
España cumplirá con el objetivo de déficit del 4,4% fijado por Bruselas
para el año próximo. Si los recortes sociales no son una opción y la
subida de impuestos tampoco se perfila como remedio, ¿quedan
alternativas para enjugar el déficit? Alguna queda, aunque la mayoría
son balas que, una vez disparadas, no se pueden recuperar.

Los expertos aconsejan al próximo Ejecutivo que recorte gastos


superfluos e innecesarios en el actual contexto de crisis económica.
Además, también recomiendan que explore la forma de gestionar sus
fuentes de financiación, que analice los activos industriales en poder
del Estado y estudie la mejor forma de sacarles partido para lograr una
porción del capital necesario para ajustar las cuentas públicas del país.

Canon por el uso de autopistas y autovías


Tanto la patronal de las grandes constructoras (Seopan) como la
Confederación Nacional de la Construcción (CNC) han demandado en
los últimos meses extender el pago por uso a todas las autopistas y
autovías del país. En este momento, el 22% de las vías de alta
capacidad españolas –los 3.365 kilómetros correspondientes a las
autopistas– son de pago. De universalizarse esta opción tanto para
camiones como para vehículos ligeros para los viajes de largo
recorrido, Seopan calcula que el Estado podría ingresar unos 1.800
millones de euros anuales. La CNC ha solicitado, además, que se
negocie de forma inmediata la extensión de los contratos de las
concesiones ya en vigor, lo que podría reportar a las arcas del Estado
cerca de 1.000 millones de forma rápida.

Venta de participaciones industriales


El Estado posee en este momento, a través de la Sociedad Estatal de
Participaciones Industriales (SEPI), acciones en la compañía
aeronáutica EADS –5,47%–, Enagas –5%–, Red Eléctrica –20%– y
IAG –2,71%–, esta última fruto de la fusión de Iberia con British Air-
ways. Aunque las bolsas se encuentran en este momento en un estado
de casi continua depresión por la crisis de deuda europea, si el Estado
optase por deshacerse de estas participaciones en el mercado, podría
recaudar cerca de 2.200 millones de euros. Eso sí, en algunos casos
asumiría una minusvalía por la diferencia del valor actual de los títulos
respecto a la fecha en la que fueron adquiridos.

Fin de las subvenciones a los sindicatos


Si hay algo de lo que se jactan los sindicatos alemanes es de ser
autosuficientes, pues viven de las cuotas de sus afiliados y no reciben
ayudas estatales. Algo que no pueden decir sus homólogos españoles,
que año tras año engordan sus cuentas a costa del erario público. En
los tres últimos ejercicios, el Gobierno central les ha entregado una
media anual de 300 millones de euros. A esta cantidad habría que
sumar lo entregado por otras administraciones públicas como
comunidades autónomas o ayuntamientos, muy difíciles de cuantificar
y rastrear.

Optimización de la lucha contra el fraude fiscal


La Agencia Tributaria recaudó el año pasado 10.400 millones de euros
procedentes de la lucha contra el fraude fiscal, un 3,6% más que en
2010, según hizo público el pasado día 12 el organismo. No obstante,
el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) asegura que si el Estado
hiciese una apuesta decidida contra la economía sumergida, podría
reducirla en hasta diez puntos, lo que se traduciría en unos ingresos
adicionales de 38.500 millones de euros anuales en concepto de
impuestos aflorados. Para ello, además de dotar con más medios a los
técnicos, proponen una serie de medidas entre las que se encuentra la
limitación del uso del dinero en efectivo.

Privatizaciones
El Sistema Europeo de Cuentas que usan los estados de la UE para
elaborar sus presupuestos impide recortar el déficit a través de la
privatización de empresas públicas. Sin embargo, el dinero recaudado
con esta medida puede destinarse a cancelar deuda, lo que a la larga
evita tener que recurrir a nuevas emisiones de bonos. El Gobierno
socialista tuvo que congelar la salida a Bolsa del 30% de Loterías y
Apuestas del Estado (LAE), así como la privatización parcial de AENA
y de los aeropuertos de El Prat y Barajas, por las que esperaba sacar
unos 15.000 millones de euros, debido a la mala situación de los
mercados. Ahora, el PP deberá decidir si sigue adelante con los
procesos.
Ahorro de 2.700 millones para los ayuntamientos
Si hay una administración estrangulada por la crisis, ésa es la
municipal. La deuda de los ayuntamientos ronda los 36.000 millones de
euros y sus ingresos no dejan de mermar. Encontrar nuevas formas de
financiación y métodos para reducir los gastos se ha convertido en una
necesidad. La firma de auditoría internacional y asesoramiento legal
Russell Bedford cree que la externalización de servicios es un buen
recurso para recortar gastos. Según sus cálculos, los ayuntamientos
podrían ahorrar hasta 2.700 millones de euros anuales si
externalizasen la gestión de las áreas de urbanismo y residuos. La
firma también cree que otros servicios gestionados por los
ayuntamientos y cuya eficiencia se puede mejorar mediante la iniciativa
privada son la limpieza y mantenimiento de edificios públicos, la
limpieza viaria, la conservación de parques y jardines y los servicios de
apoyo a la corporación (recaudación, oficina técnica de proyectos...).

Otras opciones del Ejecutivo


1.- SEGURIDAD SOCIAL
Es necesaria una reforma de la Seguridad Social para evitar que entre
en quiebra en el corto plazo.
2.- AJUSTES EN PUBLICIDAD
En plena época de austeridad, no tiene sentido mantener el gasto
actual en publicidad que realiza el Estado.
3.- EMPRESAS PÚBLICAS
El Instituto Nacional de las Artes Escénicas y el de Cinematografía y
Artes Audiovisuales

4. ¿cree usted que una disminución temporal en el volumen de operación sea una
alternativa viable para remediar un déficit temporal?
Rta/ Si es viable debido a que si se disminuyen las operaciones de compra de
materias primas la empresa puede sostenerse con inventario existente permitiendo
que no se hagan gastos adicionales y mejorando su déficit temporal

5. ¿En qué se diferencian un Estado de Fuente y Aplicación de Fondos proyectado y


un Presupuesto de Efectivo?

Rta/ La diferencia es que el primero detalla cuales son los recursos


económicos de la compañía y en que se invierten dentro de la misma, mientras que
el segundo solo muestra los movimientos que se realizaron con el efectivo.

6. ¿cuándo y dónde puede surgir una necesidad de financiamiento? ¿las


diferentes causas revisten las mismas características? ¿las necesidades de
financiamiento se solucionan todas en la misma forma y con la misma fuente?
explique.

Rta/ La necesidad de financiamiento de una empresa puede darse ya sea


porque esta se quiere expandir o tiene un déficit que lo amerita, para cada una de
estas necesidades existen diferentes causas que lo generan y por consiguiente se
realizan estudios diferentes para cada una de las situaciones y llevar a cabo

TALLER DE PRESUPUESTOS

1. En cuanto al manejo del efectivo, comúnmente se dice que es más difícil


administrar el superávit que el déficit. ¿Está usted de acuerdo con la anterior
afirmación?

Rta/ No estoy de acuerdo ya que me parece más difícil administrar el déficit


debido a que estos presentan mayores riegos para la empresa y las tácticas para
enfrentarlo deben ser más cuidadosas, por el contrario el superávits es más
llevadero porque consiste en manejar las utilidades y las oportunidades que se le
han generado a la compañía.

2. mencione otras alternativas aplicables a los déficits y superávits, diferentes


mencionadas en el capítulo 14

Rta/ Algunas estrategias que se pueden aplicar a los superávits son el


aumentar la producción y con ello las ventas, realizar inversiones, expandir el
negocio. Y para el déficit sería conveniente la venta de acciones y de activos, con los
que se pueda sustentar las perdidas.
3. Establezca la diferencia entre el sistema de circulación de fondos y el ciclo de
caja.

Rta/ El ciclo de circulación de fondos es una etapa de rotación y depende por


donde se dirija la inversión, es decir que es el tiempo que conlleva un peso en la
obtención de utilidades. En cambio el ciclo de caja es el tiempo que dura la
inversión de una materia prima, mientras se hace la recuperación de cartera

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