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TURBOMÁQUINAS
CAPÍTULO 19
BOMBAS Y TURBOMÁQUINAS
19.1 Introducción
Desde el comienzo de la historia se han presentado necesidades humanas que exigen contar con grandes
cantidades de agua. Para poder disponer de agua para consumo humano e irrigación es preciso elevarla
desde pozos o corrientes superficiales. La energía requerida puede ser significativa para los casos en que
existan importantes diferencias de altura geodésica, gran caudal o altas presiones.
Probablemente el primer sistema de extracción de aguas subterráneas fue el pozo egipcio (5000 AC) que
aún existe en la actualidad, operado por una cuerda sin fin a la que se ataban cazuelas de barro cocido. Es-
te sistema es similar a los elevadores de baldes o cangilones. Alrededor del año 200 AC los romanos cons-
truyeron bombas de pistón (las primeras bombas de presión) muy similares en aspecto y forma de operar a
los actuales bombeadores domésticos, o a las usadas en molinos de viento en el campo.
No se cuenta con registros históricos de estudios científicos acerca de las leyes del movimiento de los flui-
dos antes del filósofo griego Arquímedes (287-212 AC), quien inventó una bomba elevadora de agua basa-
da en un tornillo o hélice. Este mismo concepto, prácticamente en forma idéntica a como fuera concebido
por Arquímedes, se emplea hoy para la elevación de sólidos a granel como son los granos o porotos.
El primer sistema de impulsión de agua realmente práctico no apareció hasta que se inventó el molino de
viento en Europa central alrededor del año 1100 DC. En su mayor parte se usaron ruedas de paletas para
elevar el agua desde un nivel hasta otro superior. En Holanda se usaron ampliamente para desecar terre-
nos ganados al mar, debido a la falta de espacio cultivable. Muchas partes de Holanda se encuentran por
debajo del nivel del mar, de ahí su denominación de “Países Bajos”.
El movimiento de aire fue sin duda necesario para el hombre desde los primeros pasos de la metalurgia ya
que se han descubierto hornos primitivos que requerían insuflar aire para conseguir elevar la temperatura lo
suficiente como para fundir los metales, y esto solo se puede conseguir avivando las llamas con aire. No es
improbable que esto se consiguiera usando los pulmones de varios hombres. En algún momento de la his-
toria se inventó el fuelle, pero debido a su construcción a base de materiales orgánicos perecederos no
quedan restos identificables, y no conocemos la fecha de su invención. Dibujos chinos muy antiguos mues-
tran que se usó en fecha tan temprana como 300 AC. No fue hasta la aparición de los ventiladores rotativos
que pudimos disponer de grandes cantidades de aire a bajo costo.
Las primeras bombas que operan usando la fuerza centrífuga se diseñaron alrededor de 1680, pero no se
usaron masivamente hasta fines del siglo XIX, gracias a la abundancia de motores eléctricos baratos.
Existen varios diseños de este tipo de bomba, según el dispositivo estático empleado para convertir energía
cinética en energía de presión. En el diseño de voluta, la caja estática se construye siguiendo una espiral
con el conducto de salida sensiblemente mayor que el de succión. Al disminuir la velocidad por efecto del
aumento de área, se convierte parte de la energía cinética en energía de presión. En el diseño de caja difu-
sora la caja estática o cuerpo de la bomba es circular, conteniendo dos juegos de paletas. El impulsor gira
como se explicó anteriormente, impulsando al líquido hacia la periferia, donde encuentra al difusor. Este
tiene paletas estáticas orientadas en sentido opuesto a las del rodete, causando así un cambio de dirección
del fluido. Además el difusor crea canales de sección divergente, disminuyendo sensiblemente la velocidad;
en consecuencia, la energía cinética disminuye con un aumento correspondiente de la energía de presión.
Las bombas periféricas, también llamadas regenerativas, se parecen mucho a las centrífugas puras pero
tienen algunas características propias de las bombas de paletas: paletas rectas, en mayor cantidad que las
centrífugas y una acción combinada sobre el líquido de centrifugación e impulsión.
Hay dos diseños muy usados. En el de la izquierda de la figura vemos la disposición radial. En esta disposi-
ción el fluido ingresa por la parte central y es aspirado por los émbolos superiores. A medida que gira la ex-
céntrica interna, el fluido se dirige hacia la mitad inferior, donde es expulsado por los émbolos inferiores. En
la disposición lineal, también llamada de placa oscilante, los émbolos son accionados en movimiento alter-
nativo por una placa ubicada con un cierto ángulo (cuya magnitud determina la carrera) que oscila de modo
que los émbolos superiores e inferiores se alternan en la succión e impulsión del fluido. Esta disposición es
mas compacta que la radial, ocupando menos espacio. Por lo general este tipo de bombas se emplea para
fluidos limpios, exentos de sustancias sólidas suspendidas, con cierta capacidad autolubricante y entregan
presiones considerables. Además plantean menos problemas de flujo pulsante que las de pistón debido a la
gran cantidad de émbolos que utilizan. Volveremos a tratar estas bombas en los capítulos 22 y 30.
b) Bombas Rotativas
Ventajas:
! Bajo costo en muchos subtipos.
! No ocupan mucho espacio.
! No requieren válvulas.
! Amplio rango en la descarga sin modificar apreciablemente la eficiencia.
! Rendimientos altos (80% típico).
! Pueden manejar líquidos muy viscosos.
! Entregan elevadas presiones en la descarga.
! Pueden manejar fluidos en reversa, es decir, el sentido de flujo se puede invertir operando con la
misma eficiencia.
! Gracias a su capacidad de succión son autocebantes, es decir que si se vacían de líquido pue-
den bombear gas o vapor creando un vacío que arrastra al líquido hasta la bomba.
! Por la razón expuesta en el punto anterior, pueden manejar mezclas de líquido y gas o vapor.
! Manejan fluidos de mayor viscosidad que las centrífugas.
Desventajas:
! Debido a que en general tienen tolerancias pequeñas, en particular las de engranaje, tornillo y
similares, no pueden manejar fluidos que acarrean sólidos abrasivos ni líquidos corrosivos sin ver
afectada su eficiencia.
! Requieren mantenimiento muy frecuente si se operan con fluidos corrosivos o abrasivos.
! Si se obstruye la descarga (cierre de una válvula por error) se puede reventar la tubería de
descarga o dañar la bomba.
! Su eficiencia baja a velocidades menores que la de diseño.
Aplicaciones típicas:
! Para líquidos limpios, no corrosivos, no abrasivos en general.
! Para líquidos de baja, mediana y alta viscosidad a caudales bajos o medios con altas presiones
de descarga (hasta 1000 libras por pulgada cuadrada para no lubricantes, mayor para líquidos
lubricantes). Por regla general, cuando la viscosidad del líquido es mayor de 5000 SSU es prefe-
rible usar bombas rotativas, de engranaje o tornillo, en vez de una bomba cinética o alternativa.
c) Bombas Centrífugas
Ventajas:
! Construcción simple, no requieren demasiado mantenimiento si se operan correctamente.
! Bajo costo, generalmente el mas bajo.
! No requieren mucho espacio: en el orden de las de tipo rotativo, menos que las de diafragma o
de pistón.
! Pueden manejar líquidos que contengan sólidos, aún abrasivos (rotor abierto o de diseño espe-
cial).
! Bajos requisitos de altura neta de succión positiva: pueden bombear agua a mayor profundidad
que las recíprocas.
! Manejan con flexibilidad caudales variables, a expensas de considerables variaciones de eficien-
cia (mayor consumo).
! Si se obstruye la descarga no revientan la tubería.
Desventajas:
! No pueden manejar con la misma eficacia líquidos viscosos. A 8 centiStokes la eficiencia se ve
seriamente afectada y a 16 cSt reducida a la mitad con respecto al agua. El deterioro del rendi-
miento aumenta rápidamente a mayores viscosidades.
! No son estables a caudales muy bajos.
! Si se quedan en seco pueden quemar el motor, y generalmente lo hacen.
! Se suelen dañar seriamente si hay cavitación, hasta la parada total.
Aplicaciones típicas:
! Líquidos de baja viscosidad, típicamente agua, hidrocarburos livianos, con o sin sólidos en
suspensión. Presiones del orden de 60 metros de columna de agua son representativos, por
etapa. Pueden manejar caudales desde casi cero a caudales enormes, dependiendo del tamaño.
! Debido a su construcción relativamente sencilla, se pueden obtener en tamaños adecuados para
prácticamente cualquier aplicación.
Por lo general las bombas centrífugas son preferibles para líquidos con viscosidades de hasta 500 SSU (o
sea 100 cSt) a menos que haya otros factores que inclinen la balanza hacia otro tipo de bomba. Para líqui-
dos con viscosidades desde 500 a 5000 SSU (= 1000 cSt) se puede elegir una bomba centrífuga o de des-
plazamiento positivo. Por encima de 3000 a 5000 SSU normalmente la bomba de desplazamiento positivo
resulta preferible.
Las bombas periféricas o regenerativas tienen aplicación cuando la velocidad específica es menor de 400 y
el caudal es menor de 200 GPM. Por regla general, el uso de las bombas periféricas se limita a servicios en
los que se requieren caudales comparativamente bajos con presiones de descarga elevadas.
Conclusiones
De un examen de lo expuesto anteriormente se deduce que la bomba mas versátil para aplicaciones en lí-
quidos de viscosidad moderada es la centrífuga, siendo además el tipo usualmente mas económico. Por
tratarse del tipo de bomba mas difundido, es posible obtenerla en una variedad de tamaños y diseños dife-
rentes que permiten cubrir un espectro de aplicaciones mas amplio que otras bombas dentro de las limita-
ciones expuestas.
Para ello tendremos en cuenta las consideraciones que acabamos de hacer y la tabla que presentamos en
primer término. Luego se selecciona según la aspiración ya que esta es, junto con la temperatura, la varia-
ble más importante en el problema de cavitación. Por último seleccionamos por capacidad, por altura o por
ambas.
También se puede usar el siguiente mapa de zonas de aplicación de los distintos tipos de bombas.
(4)
Este mapa de límites de aplicación de los distintos tipos de bombas no se debe tomar en términos absolu-
tos. Se debe considerar orientativo y no siempre se debe creer que una bomba sea capaz de desarrollar a
la vez la altura máxima y el caudal que figuran en el mapa. Este se basa en las prestaciones medias para
agua de los tipos comerciales mas frecuentes. Los líquidos viscosos tienen un comportamiento similar al del
agua, siempre que la viscosidad no exceda los 100 cSt. El comportamiento con líquidos mas viscosos se
desvía considerablemente del que se refleja en este mapa.
Para caudales y alturas moderados se tienen muchas clases de bombas aplicables, es decir, hay mucha
superposición de zonas de aplicación. Por ejemplo para un caudal de 45 a 450 litros/min existen varias al-
ternativas posibles. A medida que aumenta el caudal transportado se va restringiendo el campo de elección
aunque sigue habiendo bastante superposición de zonas de aplicación. Así hay una zona cubierta simultá-
neamente por bombas centrífugas de flujo mixto y de flujo axial.
Las bombas de desplazamiento positivo son aplicables en caudales de hasta unos 4500 litros/min. Por
ejemplo, las bombas de diafragma se fabrican en su mayoría para manejar caudales iguales o mayores a
500 GPM (1900 litros/min) pero algunos fabricantes las entregan con mayor capacidad. La mayor parte de
las bombas de desplazamiento positivo tienen una carga máxima del orden de 10000 pies (3000 m de co-
lumna de agua) pero algunas bombas hidráulicas pueden desarrollar cargas mayores, del orden de hasta
5000 psig (unos 3400 m de columna de agua), aunque en estas aplicaciones el caudal es bastante reduci-
do.
Las bombas centrífugas en sus distintas versiones son aplicables a muchas zonas del mapa, pero no se
suelen usar para líquidos muy viscosos. El límite de aplicación de las bombas centrífugas es de alrededor
de 1000 SSU. Así por ejemplo, en el trasiego de aceites de viscosidades superiores a 100 cSt se suelen
preferir las bombas de tornillo a las centrífugas. Es importante entender que estas cifras son sólo indicati-
vas, tienen excepciones, y no se deben tomar como reglas absolutamente inviolables. Por ejemplo, la pre-
sencia de una pequeña cantidad de gas disuelto en el líquido o de un componente vaporizable puede alte-
rar en forma significativa el comportamiento de una bomba.
Todas las bombas se aplican a líquidos limpios, pero en el caso de líquidos que arrastran sólidos o que son
corrosivos se deben tomar en cuenta las características mecánicas que dictan el tipo de bomba mas apro-
piado.
Corresponde hacer una importante observación conceptual. Si tomamos la ecuación de la energía (3-5”)
que se dedujo en el capítulo 3, apartado 3.11.1 y la comparamos con la ecuación (19-7) observamos que
tienen un aspecto muy similar. Para poder visualizar mejor la semejanza reproducimos ambas ecuaciones.
∆P ∆u 2
+ + g ∆z − W = 0 (3-5”)
ρ 2
P ′′ − P ′ g c
H = h + hp + (19-7)
ρ g
Resulta obvio que si despreciamos la diferencia de energía cinética (que en este caso es una suposición
razonable ya que las superficies libres de líquido en ambos recipientes se mueven muy despacio) y despe-
jamos el trabajo W en la ecuación (3-5”) las expresiones que resultan son prácticamente idénticas. La única
diferencia proviene del hecho de que en la ecuación (3-5”) no se toman en cuenta las pérdidas por fricción
que sí aparecen como hp en la ecuación (19-7).
En consecuencia, podemos concluir que la altura de elevación representa en otras unidades el trabajo re-
querido para impulsar la unidad de masa del líquido. Esta deducción justifica la afirmación que hicimos al
comienzo de este apartado.
De este modo, la ANSP resulta la mínima altura a la que es posible que la bomba aspire líquido. Depende
fuertemente de la temperatura para la mayoría de los líquidos. Nota: si la bomba está por debajo del tanque
de aspiración se considera que Zs es negativa, por lo tanto se sumará el valor absoluto de Zs para el cálculo
de la ANSP.
(4)
En la tabla siguiente se observan las condiciones típicas de aspiración de las distintas bombas.
Cerrando parcialmente la válvula 2 mientras se abre parcialmente la válvula 1 es posible crear un circuito de
retorno, de modo que una parte del líquido permanece circulando por el bypass, y el caudal de salida se ve
disminuido. No obstante, la bomba continúa operando a su máxima capacidad, lo que es preferible a un
simple cierre parcial de la válvula 2, que podría causar una sobrecarga del motor o inducir la bomba a cavi-
tar. En general esta disposición se considera muy recomendable para las bombas que operan con presio-
nes de salida elevadas, tales como las alternativas y rotativas, porque evita la sobre presión en la descarga
que puede dañar la tubería, llegando a reventarla.
m 3 Kg Kg × m 1
L = Q × ρ 3 × H f × [KW] (19-14)
seg m Kg 102
A esta potencia se la suele llamar potencia hidráulica. Representa la potencia teórica que requiere una
bomba ideal, que no tiene pérdidas de ninguna especie.
Al calcular la potencia hidráulica requerida por medio de la ecuación (19-12) se debe tener cuidado en defi-
nir claramente cual es el caudal que se habrá de usar.
En bombas que operan siempre con caudal constante esto no presenta dificultades. Como comentaremos
nuevamente mas adelante, el desgaste y la corrosión que podemos esperar en ciertos servicios pueden
producir una disminución de capacidad operativa de la bomba, que se traduce en un menor rendimiento de
modo que la bomba es capaz de impulsar menos caudal al cabo de un tiempo de uso que cuando era nue-
va. La proporción de esa disminución depende de varios factores entre los que se cuentan las condiciones
de operación, el material de la bomba y la frecuencia de mantenimiento. Por ese motivo se suele usar un
caudal de un 10 a un 20% mas alto que el caudal operativo constante como factor de seguridad.
En servicios en los que se esperan variaciones importantes de caudal se deberá usar el valor de caudal
mas grande esperable, con lo que la bomba se dimensiona para manejar en condiciones óptimas el caudal
máximo; cualquier condición de menor caudal requiere regular la velocidad de la bomba o estrangular o re-
circular el fluido. Esto resulta efectivo dentro de límites razonables, porque si las variaciones de caudal son
demasiado grandes resulta imposible manejar el problema con una sola bomba. En ese caso se deben ins-
talar dos o mas bombas en paralelo, que se van agregando o sacando de servicio según sea necesario.
19.4.5 Rendimiento
Es el cociente de la potencia requerida para impulsar el líquido sobre la que suministra el motor a la bomba.
El rendimiento o eficiencia toma en cuenta las imperfecciones de la transmisión mecánica, que disipa
aproximadamente un 5% de la energía del motor, y la ineficacia de la bomba. Las bombas centrífugas des-
perdician mucha energía en la recirculación de líquido que permanece en su interior, y también por otras ra-
zones; esto hace que su rendimiento sea menor que el de otros tipos de bomba.
En general, cuando una bomba está instalada con un motor eléctrico de 5 HP o mas conviene implementar
un arranque gradual para evitar la carga dinámica excesiva.
En cambio en bombas movidas por otro tipo de motores esto no siempre es posible.
(8)
En tales casos se recomienda instalar un acople flexible que compensa la carga dinámica producida por
el arranque súbito del motor. La capacidad de los acoples flexibles se calcula generalmente en caballos por
cada 100 RPM de la siguiente manera.
P ×f
C = 100 (19-18)
S
Donde: C = capacidad del acople [HP/100 RPM];
P = potencia del motor [HP];
f = factor de servicio [adimensional];
S = velocidad de giro del motor [RPM].
Valores típicos del factor de servicio para el acople flexible son:
! Bombas centrífugas impulsadas por turbina: f = 1.25.
! Bombas centrífugas impulsadas por motor a explosión: f = 3.0.
! Bombas alternativas duplex, triplex impulsadas por motor eléctrico: f = 3.5.
! Bombas alternativas duplex, triplex impulsadas por motor a explosión: f = 5.5.
Estos valores, aunque excesivamente conservadores, se consideran seguros. Para mas información sobre
acoples de bombas centrífugas ver el capítulo 21 apartado 21.2.8.
19.4.7 Cavitación
Si la presión en la sección de succión o admisión de la bomba fuese lo suficientemente pequeña como para
igualar a la presión de vapor del líquido a la temperatura de flujo, entonces puede ocurrir la cavitación.
Este complejo fenómeno está ligado con la evaporación del líquido. Recordemos que un líquido a cualquier
temperatura tiene una cierta tendencia a evaporarse que se mide por su presión de vapor.
Esta es una propiedad de todos los líquidos que se puede visualizar del siguiente modo. Supongamos tener
una cierta cantidad de un líquido en un cilindro cerrado provisto de un pistón móvil y émbolo, y de un ma-
nómetro para medir la presión en su interior. Si desplazamos el pistón en tal dirección que produzca una
depresión en el cilindro manteniendo la temperatura constante, llegará a bajar tanto la presión que a cierto
valor el líquido hierve. Esto ocurre porque a esa presión la tendencia de las moléculas del líquido a vapori-
zarse no encuentra resistencia externa, es decir, la presión del vapor que se forma en el seno del líquido es
ligeramente superior a la presión en el ambiente gaseoso. De este modo la presión medida es la presión de
vapor.
Por ejemplo, el agua hierve a 100 °C a la presión atmosférica, pero a una presión de 0.6 atmósferas hervirá
a 90 °C aproximadamente. Esto significa que en condiciones normales de temperatura y presión (por ejem-
plo 20 °C) es posible elevar agua desde una profundidad de aproximadamente entre 6 y 7 metros (debido a
las resistencias de la tubería la profundidad teórica de 10.33 metros es inalcanzable), pero a unos 4000 me-
tros sobre el nivel del mar esa profundidad se reduce a 4 metros para agua a 20 °C debido a la menor pre-
sión atmosférica que reina a esa altura.
Cuando a la temperatura del líquido la presión en la toma de succión llega a ser igual a la presión de vapor,
el líquido se puede comportar de dos maneras. Si la depresión causada por la resistencia adicional que
ofrece la toma de succión disminuye la presión por debajo de la presión de vapor, el líquido se vaporiza en
forma masiva, la cavitación es total y la bomba se llena de vapor. La bomba puede descebarse, es decir,
vaciarse porque pierde capacidad de succión y queda girando en vacío.
En cambio si la presión no cae por debajo de la presión de vapor en la entrada de la bomba pero llega a ser
casi igual, en el interior de la caja el movimiento del rodete (para bombas centrífugas) causa depresión en la
cara externa de las paletas, donde se vaporiza el líquido. Como el movimiento mismo del rodete genera tur-
bulencia, al pasar el vapor a una zona donde la presión es infinitesimalmente mayor las burbujas se colap-
san, es decir, el vapor se condensa. Esto se llama cavitación incipiente. Ambos fenómenos son sumamente
dañinos. En la cavitación total en el caso de bombas centrífugas al vaciarse la bomba el motor gira a velo-
cidad excesiva, se recalienta y a menudo se quema.
Se debe tener en cuenta que el motor puede variar un poco su rendimiento pero en general este permane-
ce prácticamente constante, ya que solo varía un 2 a 5% para motores de tamaño mediano (50 a 500 HP).
Por lo tanto, prácticamente lo podemos considerar una constante. En cuanto al voltaje de la alimentación se
puede considerar también constante, pero si no fuese así igualmente es fácil de medir. Lo mismo se puede
decir del factor de potencia. De modo que en esta última ecuación la potencia entregada por el motor es
prácticamente proporcional a la corriente eléctrica consumida i. Igualando las ecuaciones (19-19) y (19-20)
obtenemos:
Q × ∆P
= 4.03 × V × i × cos (φ) × ηm
ηb
Recordando que de la ecuación (19-2), para el mismo diámetro de tubería de succión y de impulsión, usan-
do unidades inglesas es:
144∆P
H=
ρ
3
Donde: ρ = densidad del fluido [Lb/pie ].
Finalmente obtenemos:
Q ×H× ρ
= 4.03 × V × i × cos (φ) × ηm (19-21)
144 × ηb
En la práctica de la ingeniería se acostumbran usar diagramas como el que vemos a continuación, en los
que se grafican la altura de elevación total H, la eficiencia o rendimiento ηb, y la potencia al freno en función
del caudal.
La ecuación (19-21) demuestra que el grupo de la izquierda es una función lineal de la intensidad de co-
rriente eléctrica i. Es decir:
Q ×H
= C×i (19-21’)
ηb
Obteniendo la constante lineal de la ecuación (19-21’) es posible relacionar los valores de i con el caudal Q,
y de esta manera controlar el funcionamiento de la bomba.
Q H Q×H i
ηb
[GPM] [pies] ηb [amp]
100 2150 0.23 935000 254
200 2130 0.43 991000 269
300 2100 0.58 1090000 296
400 2000 0.68 1180000 321
500 1880 0.71 1330000 361
600 1690 0.70 1450000 394
Con los datos de esta tabla, es fácil determinar el caudal, altura de elevación y rendimiento que correspon-
den a un determinado valor de intensidad de corriente eléctrica consumida por el motor. Alternativamente,
es inmediato obtener los valores de potencia al freno en función de i resolviendo la igualdad (19-21).
se encuentra en contacto con el fluido. Por oposición, se llaman de flujo radial cuando el fluido las atraviesa
en dirección perpendicular al eje mencionado, y de flujo mixto cuando esta dirección no es ni coincidente ni
perpendicular. Existen numerosas máquinas hidráulicas rotativas que se comportan de este modo, funcio-
nando con líquidos y gases.
L = Φ2 ( ρ, µ, Q, D, N ) (19-24)
η = Φ3 ( ρ, µ, Q, D, N ) (19-25)
En tercer término procederemos a elegir números adimensionales que permitan describir estas relaciones
funcionales en términos de una menor cantidad de variables. Para ello vamos a considerar primarias a las
variables D, N y ρ, por comodidad, y trataremos de formular los distintos números adimensionales usando
preferentemente las variables primarias.
Logramos formar cinco números adimensionales, que vemos a continuación.
Q
Π1 =
N D3
µ
Π2 =
ρ N D2
Hg ∆P
Π3 = 2 2
=
N D ρ N 2 D2
DN ρ
Π4 =
µ
L
Π5 =
ρ N 3 D5
El significado de estos números adimensionales es el siguiente.
Π1 representa un caudal adimensional.
Π2 representa una viscosidad adimensional.
Π3 representa una altura adimensional.
Inmediatamente reconocemos en Π4 una forma modificada del número de Reynolds.
Para el tipo de aplicaciones que nos interesa el número de Reynolds (que mide la influencia de la viscosi-
dad) tiene poca importancia ya que solo nos ocuparemos de máquinas que usan la fuerza centrífuga que
manejan fluidos de viscosidad baja o a lo sumo media. Para estos fluidos el flujo será siempre turbulento,
de manera que la viscosidad no juega un papel importante.
Π5 se suele denominar "número de potencia" y volveremos a usarlo muy a menudo en el capítulo 37 cuando
estudiemos la Agitación. Recordemos que este número ya se usó en el capítulo 4 apartado 4.4.2.
Aplicando los conceptos del Análisis Dimensional es posible deducir las formas adimensionales de las
ecuaciones (19-23) a (19-25). Estas toman las formas que vemos a continuación.
H = Φ1 (Π 1, Π 2 ) (19-23’)
L = Φ2 (Π 1, Π 2 ) (19-24’)
η = Φ3 (Π 1, Π 2 ) (19-25’)
Estas relaciones son útiles porque nos indican que es posible representar gráfica o analíticamente las va-
riables claves en función de solo dos parámetros adimensionales. Pero como hemos dicho anteriormente,
asumiendo que la viscosidad no tiene un peso gravitante en estos casos, se puede asumir que solo son
función de un parámetro adimensional: Π1.
La experiencia demuestra que en la práctica el gradiente de presión a través de la máquina es directamente
proporcional al cuadrado del caudal; esto sugiere que es posible caracterizarla en función del siguiente co-
ciente de los números adimensionales mas importantes.
Π3
Π6 =
Π1
Operando resulta:
Hg D2 H g
Π6 = =
Q Q
ND
N D3
En la práctica se toma la raíz cuadrada de Π6 llamando diámetro específico al número adimensional que re-
sulta.
D(H g )
1
4
Ds = (19-26)
Q
Otra magnitud adimensional que encuentra un uso frecuente en la caracterización de las máquinas centrí-
fugas es el siguiente. Si buscamos eliminar el diámetro D, podemos hacer el cociente de los números Π1 y
3
Π3 elevado a la potencia /2, obteniendo:
Π 7 = Π1 3
Π3 2
Operando resulta:
Q
N D 3 Q N2
Π7 = 3
= 3
H g 2 (H g ) 2
2 2
N D
En la práctica se toma la raíz cuadrada de Π7 llamando velocidad específica al número adimensional que
resulta de esta operación, y que vemos en seguida.
n Q
Ns = 3
(19-27)
(H g ) 2
3
La forma usada en la práctica reemplaza la potencia /2 del denominador por la potencia ¾, lo que conduce
a que el parámetro sea dimensional. Esto es lamentable, porque hace que su valor dependa de las unida-
des usadas para expresar las variables, pero es lo que se acostumbra.
El diagrama que resulta graficando las propiedades del sistema en un par de ejes coordenados en los que
el diámetro específico está como ordenada y la velocidad específica como abscisa se denomina diagrama
de Baljé.
Nótese que las variables definidas por las ecuaciones (19-26) y (19-27) son verdaderamente adimensiona-
les, en tanto que las formas usadas en el diagrama son dimensionales, es decir, dependen del sistema de
unidades usado para expresar las variables que las integran. En el caso específico que nos ocupa vemos
en el inserto que el diámetro específico se expresa:
1
DH 4
Ds = (19-26’)
Q
Donde: D = diámetro del impulsor [pies];
H = carga o diferencia de presión [pies];
3
Q = caudal [pies /seg].
0.5 0.25
Entonces, el diámetro específico queda expresado en seg /pies . Esta no es la única forma usada; en
1.25 0.5
muchos casos se expresa el caudal en GPM lo que hace expresar el diámetro específico en pies /GPM .
La velocidad específica definida por la ecuación que figura en el inserto de la figura es:
n Q
Ns = 3
(19-27’)
4
H
Volveremos sobre las aplicaciones del diagrama de Baljé a las bombas centrífugas en el capítulo 20, apar-
tado 20.4. Asimismo lo usaremos para seleccionar ventiladores y soplantes en el capítulo 24, apartado
24.6.
Como se puede observar, el agua pasa al espacio de impulsión de la rueda a través de una abertura de al-
tura a1 y ancho b1, cuya altura se puede registrar por medio de la compuerta. Normalmente se aconseja fijar
los siguientes valores en el proyecto de la rueda.
a1 de 0.15 a 0.30 m; h de 0.5 a 1 m; Q de 0.3 a 0.9 m3/seg
vi
De la ecuación (3-10 ) del apartado 3.11.4.2:
Q = ΩC d 2g H
El valor de Cd para una compuerta con descarga ahogada se puede tomar = 0.6, o 0.55 si se quiere ser
conservador.
En este caso:
Ω = a1×b1
En consecuencia:
Q Q
a 1× b 1 = ⇒ b1 =
Cd 2g H C d a1 2 g H
El ancho de la rueda b se elige de la siguiente forma.
b = b1 + 0.1
De la ecuación (5-1) del capítulo 5 tenemos que:
V = 2 gh
Donde: V = velocidad media de los filetes de corriente en el punto de altura h;
h = altura del filete medio en el canal de entrada (ver ilustración).
El radio R de la rueda se elige de modo que no sea menor que (H + 1) de donde resulta que para la dife-
rencia de alturas H que se usa normalmente es R < 3.5.
La velocidad de la punta de las paletas es v = de 1.75 a 2.25 m/seg.
La velocidad de giro de la rueda se puede obtener de la velocidad de punta del siguiente modo.
60 v
N=
6π R
donde: N = velocidad de giro de la rueda [RPM].
La altura h0 del agua en el tramo horizontal sobre la punta de las paletas se obtiene de la siguiente ecua-
ción.
2Q
h 0 = R− r = (1 − α )R 1 − 1 −
b v R
Donde: α = coeficiente de pérdidas hidráulicas que depende del juego entre las paletas y la caja de flujo.
Por lo general este juego es del orden de 5 a 10 mm. El valor de α se obtiene de la siguiente tabla.
Valores de α por cada milímetro de juego
H [m] b = 0.5 m b=1m b = de 2 a 4 m
q = 0.300 0.450 0.900 0.300 0.450 0.900 0.300 0.450 0.900
1 0.019 0.015 0.013 0.014 0.010 0.008 0.012 0.008 0.005
2 0.023 0.016 0.014 0.017 0.012 0.009 0.015 0.010 0.006
3 0.026 0.017 0.015 0.020 0.013 0.010 0.017 0.011 0.007
La construcción de la rueda se hace en fundición, hierro forjado u otro material resistente a la corrosión. Se
coloca la rueda a una altura h0 respecto del nivel inferior del agua y se traza la caja de agua dejando un
juego de 5 mm respecto de las puntas de las paletas. La caja de ancho b se monta firmemente sobre una
estructura de hormigón en escalones que le sirve de sostén, llegando hasta una profundidad h0 con un área
libre de flujo igual a (2 b h0).
La longitud útil de las paletas de la rueda se determina de la siguiente manera. Se fija la cantidad máxima
de paletas de modo que dado un perfil determinado su distancia a la circunferencia exterior no exceda de
0.45 a 0.50 metros.
El rendimiento hidráulico de una rueda de este tipo es del orden de 0.6 a 0.7.
Para caudales mayores a los especificados al comienzo de este apartado la construcción de la rueda es
igual, pero la velocidad de giro es algo menor, por lo que se consideran intermedias entre las ruedas lentas
de alimentación superior y las rápidas, aunque siguen siendo de alimentación inferior. Los límites de opera-
ción de estas ruedas están en el orden de:
3
H de 0.7 a 3 m q de 0.6 a 1 m /seg/(m de ancho de la rueda) b ≤ 4 m
Se fija a1 de 0.8 a 1.25 m en función del volumen de agua asignado por metro de ancho de la rueda. La ve-
locidad media V se fija en el rango de 0.7 a 0.8 m/seg.
Entonces el valor de la velocidad de la punta de las paletas es v = de 0.65 a 0.75 m/seg. De acuerdo a las
relaciones conocidas tenemos:
2
b1 =
a1 V
b = b1 + 0.1
El radio R de la rueda se elige de modo que no sea menor que (H + 2) y R > 3 m.
El valor del coeficiente de pérdidas hidráulicas α se obtiene de la tabla siguiente.
Valores de α por cada milímetro de juego
H [m] b = 1.0 m b=2m b=3m b=4m
q = 0.600 1.000 0.600 1.000 0.600 1.000 0.600 1.000
1 0.010 0.008 0.006 0.005 0.005 0.004 0.005 0.003
2 0.012 0.010 0.008 0.006 0.007 0.005 0.006 0.004
3 0.015 0.012 0.010 0.007 0.007 0.006 0.007 0.005
El valor de h0 debe ser menor de 1.5 m. La distancia máxima entre las paletas es de 0.45 a 0.5 m. La cons-
trucción es en materiales resistentes a la corrosión. El rendimiento hidráulico es del orden de 0.75 a 0.85.
Se fija v = de 1.5 a 2 m/seg y la altura a (altura radial de la corona o altura de paletas) de 0.15 a 0.30 m. Pa-
ra valores menores de Q corresponden valores menores de a. La distancia entre las paletas es ≤ 1.5×a. El
perfil de las paletas es arbitrario, pero debe ser tal que el borde de una paleta cubra el fondo de la siguien-
te, como se observa en el croquis.
Considerando una paleta situada en un punto m a una distancia de 0.25 a 0.35 m aguas abajo de la alimen-
tación de agua a la rueda, es posible trazar el paralelogramo de velocidades formado por v, V y w. El vector
v es tangente al borde externo de la paleta, el vector w es tangente al borde interno de la paleta, y de ellos
es posible determinar V. La inclinación de V debe ser igual a la de los filetes de agua alimentados por el ca-
jón vertedero, de modo que este debe tener la misma inclinación.
El ancho b de las paletas se calcula de la siguiente relación.
Q
b=
E× a× V
donde: E = de ⅓ a ¼;
a = altura de las paletas.
La altura del orificio a1 se obtiene de la siguiente relación.
Q
a1 =
C d b1 2 g H
Al igual que antes, Cd se puede tomar de 0.55 a 0.6. Alternativamente, se puede calcular en forma exacta
usando los métodos explicados en el capítulo 5.
El rendimiento hidráulico es del orden de 0.7 a 0.8.
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