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Introducción:

La Agrupación de Estudiantes por la Defensa de los Animales (AEDA) es una institución sin fines de
lucro, constituida por profesionales y estudiantes de diversas carreras de la Universidad de Santiago de
Chile (USACH) y de otras universidades. AEDA comienza a operar formalmente desde el año 1998, con
el objetivo de encontrar una solución ética al conflicto relacionado con perros y gatos abandonados que
habitan dentro del campus, dando cuenta de los violentos métodos con los que se solía controlar la
población de animales el espacio académico y buscando, a su vez, ser un ejemplo para la comunidad
universitaria, en materia de responsabilidad respecto del cuidado de aquellos (Vargas, 2016).

La fundación de AEDA está directamente relacionada a acontecimientos ocurridos en el campus


durante los años 1998 y 2002: las autoridades universitarias, frente a diversas quejas por el
comportamiento violento de algunos perros, ordenaron la matanza generalizada de estos. A pesar de
aquello, la casa de estudio entregó un espacio dentro de la universidad para que AEDA pudiera realizar
sus labores. En este sitio, con el objetivo de entregar techo a los perros que habitaban dentro del
campus, la agrupación creó un canil, convirtiendo este espacio en la ubicación geográfica en que AEDA
se encontraba. (Mestizos, 2016).

Cabe mencionar que la USACH no destina recursos económicos a la protección de los animales
que conviven con la comunidad universitaria, por lo que AEDA se financia solo a través de aportes de sus
socios, los cuales donan un monto de manera mensual, además de las donaciones de particulares ajenos
a la agrupación, tales como estudiantes, profesores e incluso funcionarios de la universidad y de otros
espacios académicos.

En cuanto a los problemas que convergen en torno a AEDA, el de mayor envergadura está
relacionado a la erradicación del espacio en el que se ubicaba el canil, puesto que según un comunicado
enviado durante el año 2016 por el prorrector, Pedro Palominos, la Junta Nacional de Jardines Infantiles
(JUNJI) construiría una sala cuna y jardín infantil en aquel sitio (24Horas, 2016). Pese a la lucha de la
agrupación por conservar un espacio dentro de la universidad, esta fue expulsada del lugar e instalada
momentáneamente en las dependencias del estadio de la universidad. Según información entregada por
Anniette Hermosilla, miembro de AEDA, la agrupación firmó un contrato en el que se acuerda entregar un
espacio de características similares al canil con el que contaban hace un par de años, pero las
autoridades universitarias se han negado a los proyectos de licitación de terrenos al interior del campus
enviados por esta.

Más allá de los conflictos planteados, el problema que AEDA identifica como más próximo a los
voluntarios es la creciente carga emocional que ha implicado el trabajo que realizan en las condiciones
actuales: no poseen un lugar físico en donde realizar parte de sus labores dentro de la universidad, existe
un alto grado de deserción de voluntarios producto de las malas condiciones materiales, las autoridades
del campus prácticamente no dan apoyo, y sus problemáticas han sido sistemáticamente invisibilizadas.
En la actualidad, la agrupación lleva aproximadamente un año replegada en la zona de bombas del
estadio de la universidad, en condiciones insostenibles para los animales de los que se hacen cargo a
tiempo completo, y con dificultades para continuar su labor. AEDA reclama que las autoridades
universitarias han dilatado la discusión con el objetivo de que sus demandas sean olvidadas por la
comunidad universitaria y pierdan validez y representatividad, aumentando así la sensación de malestar
generalizado dentro de los miembros de la agrupación.

Es importante la resolución del conflicto relacionado a la falta de apoyo, contención y distensión


emocional que requieren las y los voluntarias/os de AEDA dadas las condiciones actuales que vive la
agrupación, puesto que, en términos prácticos, parece ser uno de los principales factores que influyen, no
solo en el desarrollo y amplitud de la cobertura que realizan respecto de la población animal que habita
en el campus, sino que también dificultan la ejecución de las tareas que siempre se han realizado. Esta
situación acabó llevándolos en numerosas ocasiones a un estrés que son incapaces de manejar, y por
ende, afecta su diario vivir. Además, esto afecta al desempeño de su labor en AEDA, lo que repercute no
solo en el correcto cuidado de los animales a su cargo, sino que también de la comunidad universitaria
que convive con ellos.

Por otro lado, estudios internacionales se han referido al impacto emocional del trabajo con
personas y animales en situación de vulneración, como el publicado en el American Journal of Preventive
Medicine que reveló “que los trabajadores de los refugios de animales en Estados Unidos tenían una tasa
de suicidio de 5.3 por millón, la más alta entre todos los trabajadores del país” (Si mi perro hablara,
2015). De dichos estudios se infiere que el no tener una adecuada preparación puede tener efectos
nocivos en quienes ejercen aquella labor, teniendo consecuencias como lo son el desgaste por
compasión, y el burnout. Es por ello necesario tener herramientas de apoyo y contención dentro de este
tipo de agrupaciones, que logren mediar y evitar situaciones de este tipo, que pueden tener
consecuencias fatales en la vida de los voluntarios.

Precisamente, a partir de lo anterior se vuelve necesario establecer un plan de trabajo orientado


principalmente a paliar el desgaste emocional con el que cuentan a nivel universitario; es importante
asignar recursos durante un determinado tiempo, para desarrollar una serie de procesos y actividades
que consigan transformar tanto la manera en que la comunidad universitaria se aproxima y considera el
trabajo que realizan sus voluntarias/os (Plataforma de ONG de Acción Social, 2010), como la dinámica
intergrupal de la organización. lo cual implicaría, por defecto, un descenso en los niveles de malestar
emocional de las/os integrantes de esta organización. Una intervención a este nivel les ayudaría en las
problemáticas emocionales que ellos manifiestan ya que de estas podrían obtener herramientas para
lograr un manejo emocional respecto a los efectos que les produce el trabajar con animales en
condiciones vulnerables.
Aproximación teórica

En Chile, la población de perros callejeros se estima en 1,7 millones, —entre los cuales alrededor
de un 75% tiene dueño (Westhoff, 2017)—. Esto supone riesgos para la salud de las personas, tanto por
la transmisión de enfermedades como por mordeduras. Por otro lado, supone un riesgo para la seguridad
vial, pudiendo ser causa de accidentes de tránsito. Además, existe peligro para los propios animales,
quienes sufren hambre, frío, enfermedades y maltrato por parte de las personas. Destacan en este último
punto las matanzas de perros en comunas como San Joaquín (Di Girolamo, 2015). Se considera en
general como causa de este problema la falta de educación en la población sobre la tenencia
responsable de mascotas, y falta de políticas públicas, las que suelen enfocarse solo en la esterilización
(Rojas, 2013).

En el país existen diversas ONG dedicadas al rescate y cuidado de animales callejeros, las
cuales intentan hacer frente a la problemática mencionada, entre las que se cuentan Fundación Chile
Mestizo, Fundación Callejeros Buscan Hogar, Fundación Huella Animal, ONG Tu Mejor Amigo, entre
otras, las cuales se mantienen gracias al trabajo de voluntarios (Portales, s.f.). Siguiendo esta misma
línea, existen agrupaciones universitarias que, al igual que AEDA, se encargan del cuidado de los
animales. Entre estas se pueden contar Animalia UC, en el Campus San Joaquín de la Universidad
Católica; Guauhaus, en el Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile; y EPA, en el Campus
Antumapu, también de la Universidad de Chile. Estas agrupaciones se ocupan de los perros de las
universidades, con el apoyo de voluntarios y donaciones que les permiten la alimentación de los
animales, así como su vacunación y esterilización. Además, se encargan de los perros callejeros que
pasan por las universidades, e incluso de animales que son abandonados en los campus (Lemus y
Aranguren, s.f.).

En cuanto a algunas políticas públicas asociadas a los animales callejeros, como señalan
Montecino y San Martin (2017), en los últimos veinte años el foco ha estado principalmente en programas
municipales orientados a la esterilización, contando con bajo presupuesto, y siendo de escaso impacto. A
esto se suma la reciente Ley 21.020, orientada a la tenencia responsable de mascotas y animales de
compañía, que busca entre otras cosas regular los derechos y obligaciones de personas y agrupaciones
que se encargan de animales, así como la salud tanto de la población animal como de la población
humana. Dicha ley contempla la regulación de la crianza, programas de esterilización, prevención de
abandono y sistemas de identificación de mascotas. Además, prohíbe el sacrificio de los animales como
método de control de la población. Las obligaciones que por esta ley contraen las personas y
agrupaciones que se hacen cargo de animales incluyen su identificación, alimentación y manejo sanitario.
El maltrato animal, incluido el abandono dentro de esta categoría, es sancionado. En caso de infracción,
la pena es una multa de entre treinta y cincuenta unidades tributarias mensuales (Biblioteca del Congreso
Nacional de Chile, 2017).
Por otro lado, tener o cuidar de una mascota doméstica tiene un impacto económico en la vida de
las personas a su cargo, lo que deriva en una serie de cuidados, como lo son en un comienzo las
vacunas necesarias para la salud de un animal. Según aseguran en distintas clínicas veterinarias, realizar
un plan de vacunas periódicas “pueden bordear los $80.000 en el año si se considera un calendario con 6
vacunas en el primer año. Después de los primeros doce meses será necesario vacunar a su perro o
gato una vez al año, lo que implica un desembolso medio de otros $14.000” (Club de mascotas, s/f).

También es importante tener en consideración la alimentación de este, la cual puede llegar a


tener costos elevados. Se contempla que en la alimentación de un pastor alemán se invertiría cerca de
$30.000 al mes, mientras que para los gatos este coste sería mucho inferior (Club de mascotas, s/f).
Esto, llevado en el contexto de agrupaciones como AEDA y ONGs varias, tendría un costo elevado
puesto que los animales que reciben deben recibir los cuidados básicos. Además, se debe contemplar la
inversión para casos considerados graves, debido a la necesidad de otorgar cuidados extra y atención
médica.

En otros ámbitos, los efectos emocionales de tener un animal domestico o cuidar temporalmente
a un animal suelen ser beneficiosos. No obstante, un estudio realizado en Estados Unidos (EEUU) arrojó
información notable sobre la alta tasa de suicidio en profesionales Veterinarios (S/N, 2015): una encuesta
realizada en dicho país respecto a la salud mental de los veterinarios da cuenta de que el riesgo suicida,
en comparación a la población adulta de EEUU, es superior, en la cual uno de cada seis profesionales en
ejercicio ha presentado algún grado de ideación suicida o ha tenido intentos de suicidio (Larkin, 2015).

Investigadores de la universidad de Montana afirman que este no es un hecho aislado, si no que


se repite en veterinarios de otros países como Reino Unido y Australia (Larkin, 2015). Las razones según
diversas investigaciones son variadas. Sin embargo, la causa que más llamativa son los efectos
contextuales de estudiar la carrera de veterinaria, causa que respecta a los efectos propios de ejercer la
profesión. Precisamente se habla de la muerte y la eutanasia, las cuales son parte de la diaria labor de
un/a veterinario/a. A partir de esto, se produciría el fenómeno del contagio social en quienes tienen estas
vivencias. (Bartram & Baldwin, 2010).

Otro de los costos emocionales negativos en la tenencia y cuidado de mascotas es la fatiga


emocional, fatiga por compasión o desgaste emocional en veterinarios/as y personas que se dedican a
trabajar en agrupaciones que rescatan y cuidan animales, además de trabajos que impliquen el contacto
con personas vulneradas. Este hace referencia al desgaste emocional que implica el trabajar con otros
que están en una posición de vulnerabilidad o maltrato. Dentro de la profesión del/de la veterinario/a y el
trabajo de voluntarios/as se ven diferentes grados de violencia y maltrato hacia seres vivos en condición
de vulnerabilidad, maltratos que, al ser observados, afectan a quienes están en contacto directo,
sintetizado en el llamado coste de cuidar de otros/as (Benítez, 2015).

También cabe señalar que el burnout no escapa al trabajo en instituciones de cuidado. Esta
patología se define como “el agotamiento prolongado de la energía y se caracteriza por la experiencia de
cansancio emocional, sentimientos de baja realización personal e insuficiencia, así como
despersonalización” (Tejeda, 2017, pp. 118). Este responde a condiciones laborales las que se es
sometido a estrés y se presenta exclusivamente en los trabajos en los cuales se mantiene contacto con
otros/as. (Tejeda, 2017).

Análisis de problemas (árbol de problemas)


Análisis de involucrados

La principal estrategia que utilizamos es el trabajo en conjunto (interventores y agrupación). Se


comenzó por hacer un acercamiento en terreno junto a ellos/as (conocer sus prácticas, tareas y labores),
pasando luego a un diagnóstico participativo, en el cual un grupo representativo, junto a nosotros/as,
logró identificar algunas de las problemáticas que son latentes para ellos/as, para posteriormente realizar
el proyecto de intervención. Además, se intentó mantener una comunicación fluida con los/as
participantes respecto a las medidas y acciones que se irían realizando en la intervención.
Análisis de objetivos (árbol de objetivos)

Matriz de marco lógico

Resumen narrativo Indicadores Fuentes de Supuestos


de objetivos verificables verificación
objetivamente

Fin (Objetivo Tasa de Variación del Escala de malestar Reconocimiento de su


general) malestar subjetivo. subjetivo. propio malestar

Disminuir el
malestar psicológico
de los voluntarios de
AEDA
Propósito (objetivo
específico)

Disminuir Tasa de variación de Escala de ansiedad y Desarrollo de


proclividad sintomatología depresiva sintomatología herramientas de
a desarrollar y ansiosa depresiva. contención y manejo de
sintomatología situaciones complejas.
depresiva y
ansiosa de los
miembros de
AEDA Tasa de sentido de Indice de sentido de Disposición de los
pertenencia con el grupo pertenencia con el participantes para
Generar grupo generar vínculos con
instancias de sus pares
encuentro y
reforzar
relaciones
interpersonales

Componente
(resultados)
Capacitaciones de dos
Gente horas pedagógicas a la Disponibilidad horaria
capacitada en semana en la Grupos focales, de los participantes.
habilidades Universidad cada 15 días.
blandas. de Santiago de Chile, en Participación activa de
Grupo vías del desarrollo de los participantes.
fortalecido en habilidades blandas,
cuanto a las manejo de estrés y
relaciones contención emocional.
interpersonales. .

Actividades
(acciones)

Talleres Desarrollo de Grupos Retroalimentación Disponibilidad horaria


autogestionados vinculares guiados por a de
de Mindfullness los través de todos los integrantes.
intervinientes, para el plenarios.
Talleres manejo de estrés,
autogestionados contención emocional y
de risoterapia desarrollo de habilidades
blandas, con una
Taller duración de dos horas
autogestionado pedagógicas.
de desahogo
emocional
Taller autogestionado
de contención
emocional en grupos

Talle autogestionador
de desarrollo y
manejo de habilidades
para el manejo del
estrés.

Taller autogestionado
de trabajo en equipo

Plan de acción

a) Planificación de actividades
b) Cronograma de actividades
c) Matriz de responsables

d) Presupuesto

Valor en Peso Chileno ($CLP).


Ejecución.

Al momento de la ejecución nos vimos enfrentados a dos problemas como equipo, el primero hace
relación con conflictos que se venían arrastrando por años de trabajo en equipo donde dos de nuestros
compañeros no realizaban las labores que les correspondían, tres ya no soportaban esta solución y dos
no participaban por evitar el conflicto (Carta 8).

En este sentido tuvimos que realizar una reunión para poder repartir las tareas y conversar sobre la
situación que llevaba años arrastrándose. Para esto, realizamos un contrato donde se nos comprometía
con las distintas tareas y plazos para cumplirlas; quien no respetara los acuerdos recibiría una
reprimenda.

En esta misma línea, otro de los problemas que notamos en esa misma reunión, fue que no todos
manejábamos el material completo del curso de “Diseño y Evaluación de Proyectos” (Carta 5. Es por esto
que parte del contrato también establecía un calendario donde cada uno daría una clase donde explicaría
los conceptos e Ideas relevantes de cada texto.

Por otro lado, la intervención con el grupo estuvo en un primer momento marcada por la resistencia por
parte del equipo de AEDA a trabajar con psicólogos comunitarios (Carta 15), esto por experiencias que
había tenido nuestro contacto con profesionales de esta área. Para enfrentar esta situación fue necesario
reunir a la parte del grupo a intervenir, para poder explicarles la situación, dándoles a entender que
comprendíamos que se sintieran reacios a trabajar con nosotros.

Es así que en esta reunión para poder presentarnos a ellos/as, les explicamos el proyecto y las razones
que nos movían para llevarlo a cabo, esto pareció tener una buena llegada. Aún así la actitud reacia
continuó por parte de algunos/as de ellos/as, la cual enfrentamos trabajando en la construcción de un
canil junto a los/as integrantes.

Un elemento que no esperábamos es que un mes después de comenzar el trabajo con AEDA, llegó un
sistema frontal muy fuerte a la Región Metropolitana, afectando gran parte de la ciudad y dañando el
sistema de cañerías de varias comunas, entre ellas Estación Central (Carta 11). Esto afectó de manera
particular al grupo intervenido, ya que el canil construido por todos/as quedó expuesto, generando que se
escaparan muchos de los animales. En primer lugar, los/as integrantes del grupo culpan a una porción de
sus participantes que estaban a cargo de su cuidado la tarde anterior.

Esto también generó un quiebre que dificultó nuestra intervención, la cual estaba enfocada en el sentido
de pertenencia y trabajo de equipo; por esto decidimos realizar una reunión de emergencia, donde les
planteamos que conversáramos en las soluciones y que cada uno/a tomara responsabilidad, pero
dejando claro que esto fue un evento natural del que ninguno/a tiene la culpa.
Otra situación que desencadenó esta cadena de eventos desafiantes fue que la municipalidad debió
realizar cortes presupuestarios para poder enfrentar la emergencia, por lo que decidió suspender
campañas de cuidado animal (Carta 22) como la esterilización, controles de salud gratuitos y vacunación.

A pesar de ello, había algunos programas con los que los/as miembros del grupo interventor contaba
para poder desarrollar sus labores. En este sentido, nosotros/as teníamos contactos con una
Organización No Gubernamental dedicada al cuidado animal (Carta 48), que conocimos para el
levantamiento de información. Los contactamos se mostraron muy motivados con la idea de apoyar en
esta emergencia y comenzaron a trabajar con AEDA. También entregaron conocimientos de primeros
auxilios animales a todos los que participábamos del grupo.

A pesar de la emergencia sanitaria, el gobierno central de Chile decidió mantener los presupuestos para
desarrollo comunitario social (Carta 45), por lo que la intendencia abrió fondos concursables, a los cuales
AEDA decidió postular. Los/as ayudamos a generar un proyecto en conjunto y el grupo se ganó la mitad
del presupuesto que se había propuesto (Carta 36).

Parte de ese dinero se utilizó para poder costear los talleres y realizar una campaña publicitaria donde se
llamara a donar a AEDA, situación que ayudó a generar un sentido de pertenencia con el grupo. A partir
de esto, se creó una cuenta corriente para recibir las donaciones, volviendo la institución más formal.

Evaluación.

Evaluación Ex ante: Con el objetivo de determinar el contexto de la comunidad durante el periodo de


preparación (Crespo, 2010), se elaboró un focus group con algunos miembros de AEDA. La dinámica
consistió en exponer a los representantes de la comunidad una propuesta de intervención que contribuya
satisfactoriamente a la resolución de la problemática relacionada con la reducción del malestar subjetivo
de sus integrantes, entregando estimaciones respecto del impacto y el alcance que este puede tener,
generando un espacio de conversación que posibilite captar las impresiones, pensamientos y vivencias
de la comunidad respecto del mismo. El propósito, entonces, fue adquirir información que contribuya a
una óptima implementación de un proyecto, que implique también la intervención de los/as
involucrados/as.

Evaluación Ex dure: Al finalizar el taller de “Contención emocional en grupos”, se aplicó una encuesta a
algunos/as de sus asistentes con el objetivo de monitorear la calidad del desarrollo del proyecto,
específicamente sobre las consideraciones acerca de los posibles aciertos y errores de las actividades
realizadas hasta el momento. Las encuestas contaron con tres preguntas abiertas que abordaron,
respectivamente, opiniones sobre el funcionamiento operacional de los talleres, las dinámicas
intergrupales al interior de estos, y sobre la vivencia personal que ha implicado su participación en los
mismos.
Evaluación Ex post: Una vez terminado el proyecto en su totalidad, se invitó a los/as participantes a
completar un cuestionario. Con el fin de dar cuenta de los resultados tempranos de la intervención
(Crespo, 2010) y de poder evidenciar una posible reducción en los niveles de malestar subjetivo en los
integrantes de AEDA, el cuestionario mide dimensiones relacionadas al estrés, la ansiedad, y la
insatisfacción con el trabajo grupal.
Referencias

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https://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=1106037&r=2

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que-cambiara-el-panorama-en-Chile/
Anexo.

Cartas

● Carta 5:
“El grupo posee conocimientos suficientes para diseñar e implementar el proyecto”

● Carta 8:
“Algun@s integrantes tienen una historia de fracasos en sus intentos por trabajar colectivamente”

● Carta 11:
“¡Lástima! Lo que iba bien ya no pasó. (Dios te odia)”

● Carta 15:
“Un/a integrante tiene experiencias previas muy negativas con psicolog@s”

● Carta 22:
“El municipio suspende ciertos apoyos sociales a los miembros de la comunidad”

● Carta 36:
“La intendencia abre un concurso a fondos para financiar proyectos como el nuestro”

● Carta 45:
“El gobierno decide mantener los presupuestos para desarrollo comunitario social”

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