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La emancipación comienza cuando se cuestiona la oposición entre mirar y actuar, cuando se

comprende que las evidencias que estructuran de esa manera las relaciones mismas del decir,
el ver y el hacer pertenecen a la estructura de la dominación y de la sujeción.

Para entender este proceso Rancière comienza cuestionado la distinción entre apariencia y
realidad, planteando una significación de la palabra "actuar" según una semántica, a su
parecer, más adecuada: "El espectador también actúa, como el alumno o como el docto.
Observa, selecciona, compara, interpreta. Liga lo que ve con muchas otras cosas que ha visto
en otros escenarios, en otros tipos de lugares. Compone su propio poema con los elementos
del poema que tiene delante" (Rancière J., 2010, pág.19).
Según la lógica de la emancipación, siempre existe entre el maestro ignorante y el aprendiz
emancipado un tercer elemento, un libro o cualquier otro fragmento de escritura, ajena tanto
a uno como al otro y a la que ambos pueden referirse para verificar en común lo que el alumno
ha visto, lo que dice y lo que piensa de ello.
Es ese tercer elemento del que ninguno es propietario, del que ninguno posee el sentido, que
se erige entre los dos, descartando toda transmisión en lo idéntico, toda identidad de la causa
y el efecto. Ejemplo que queda marcado en el corto de “Mi amigo Nietzsche”, en el cual
podemos notar las transición que realiza el personaje una vez que encuentra y lee el libro
(momento en el que interpreta y se apropia del contenido a través de su autonomía).
Concluyendo que ese tercer elemento, el libro: Así habló Zaratustra (obra de Nietzsche) le
muestra una realidad diferente de la cual él estaba inserto, el poder descifrar el enigma del
contenido no solo leyéndolo sino comprendiéndolo le permitió llegar a una transformación
convirtiéndose en un “Super hombre”.
Además Rancière puntualizo sobre una distinción entre actividad y pasividad, que se
presenta como objetiva obedeciendo a un determinado reparto de lo sensible.
Tomando el ejemplo sobre el corto ya mencionado, se observa que el proceso de la lectura
del libro llevo a que Lucas no sea un espectador pasivo sino que por el contrario se convirtió
en un espectador activo, lo cual se reflejó en su deseo, curiosidad, introvertidad por el
material que tenía en sus manos.
“Todo espectador es de por sí actor de su historia, todo actor, todo hombre de acción,
espectador de la misma historia” (Rancière J, 2010, pág. 23).
Finalmente cuando hablamos de espectadores, teniendo en cuenta aclaraciones de Rancière
tendremos presente la distancia que el espectador realiza al cuestionamiento del reparto de lo
sensible, una traducción de lo observado. Pensando en esto, es evidente que los repartos de
lo sensible no son consecuencia únicamente del arte, sino que el propio lenguaje, en su
semántica y en sus capacidades de expresión, lleva implícito un reparto de lo sensible.
Concluyendo que una comunidad emancipada de espectadores es una comunidad que ejerce
conscientemente un papel de traducción, re-composición e interpretación de las realidades.

Aliendo, Allén
Avila, Micaela

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