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SUSTANCIAS HÚMICAS: TODO LO QUE DEBES SABER PARA SU USO EN LA AGRICULTURA.

Importancia
La importancia del estudio y del manejo de las sustancias húmicas, radica en la gran influencia que
tienen sobre el crecimiento y desarrollo de los cultivos, tanto en forma directa como indirecta. Los
efectos indirectos se refieren al papel de las sustancias húmicas en el mejoramiento de la fertilidad
del suelo y específicamente en los atributos físicos, químicos y biológicos del mismo. Los efectos
directos se relacionan con la absorción de las sustancias húmicas por las plantas cultivadas y los
cambios que promueven en el metabolismo de las mismas, lo cual finalmente puede reflejarse en
una mayor tolerancia de la planta al estrés ambiental y una mejor producción y calidad en las
cosechas.
Las sustancias húmicas en el suelo contribuyen a mejorar la actividad microbiana del mismo
(bacterias, hongos y actinomicetos), lo cual resulta en mejores condiciones para el establecimiento
de las raíces y consecuentemente de la planta. Asimismo incrementan la capacidad de retención de
humedad, aumentan la capacidad de intercambio iónico, elevan la disponibilidad de
micronutrimentos por medio de la quelatación, contribuyen en la formación de la estructura granular,
auxilian en la degradación o inactivación de sustancias tóxicas, mejora la capacidad amortiguadora
del suelo en el pH en las sales, entre otros efectos.
Las sustancia húmicas pueden ser absorbidas por las plantas y semillas e intervenir en su
metabolismo. Esto favorece la germinación de las semillas, el crecimiento radical, la absorción
nutrimental.

Origen
Los residuos orgánicos, vegetales y animales, manejados o depositados en diferentes ambientes,
tales como suelo, compostas, biodigestores, turberas, pantanos, carbones, se ven sometidos a un
proceso de transformación esencialmente microbiana. Este proceso consta fundamentalmente de
dos vías, la mineralización y la humificación.
La mineralización consiste en el paso de los nutrimentos de sus formas orgánicas a formas
inorgánicas aprovechables por los cultivos. Un ejemplo de lo anterior es el nitrógeno, el cual puede
estar en forma de proteínas, aminoácidos, ácidos nucleicos, clorofila, etc., en los residuos orgánicos,
compuestos que son consumidos por los microorganismos como fuente energética, liberando
amonio como subproducto. La humificación es el conjunto de reacciones que conducen a la
formación de sustancias húmicas. En el proceso de humificación, la explicación más aceptada se
maneja en la denominada TEORÍA DEL POLIFENOL.
La transformación de residuos orgánicos bajo actividad microbiana, mineralización y humificación
generan HUMUS o sustancias húmicas.
Las quinonas derivadas de las ligninas y/o sintetizadas por los microorganismos, son las principales
unidades de construcción de las sustancias húmicas. Como fuente de quinonas en la naturaleza se
tiene la lignina, los microorganismos, fenoles no combinados en las plantas, los glucósidos, los
taninos. Entre ellos los derivados de la lignina y los microorganismos han sido los más estudiados.
En relación con el ataque de la lignina por microorganismos, los hongos microscópicos del grupo
Deuteromicetos, juegan un enorme papel en la descomposición de la lignina y formación de las
sustancias húmicas. Los microorganismos que se distinguen por la producción de polifenoles son lo
actinomicetos y los hongos.
El papel del nitrógeno en el proceso de formación de las sustancias húmicas, el cual se resume a
continuación: a) acelera la formación de las sustancias húmicas; b) aumenta la cantidad de
sustancias húmicas formadas; c) incrementa la resistencia de las sustancias húmicas a la
biodegradación. Este efecto del nitrógeno tiene enorme consecuencias desde el punto de vista
práctico, ya que se está en posibilidades de: a) acelerar la formación de una composta a partir de un
material de baja calidad (paja, celulosa), incrementando su valor fertilizante en nitrógeno; b)
favorece el proceso de humificación de los residuos de cosecha en el suelo, principalmente aquellos
que tienen una relación C/N alta, como las pajas; c) se reducen las pérdidas de nitrógeno de los
fertilizantes, incrementando su eficiencia y su efecto residual.
La magnitud del efecto del nitrógeno en la humificación, dependerá de la fuente de nitrógeno
utilizada. Las fuentes orgánicas son más efectivas para elevar el contenido de nitrógeno en las
sustancias húmicas, en comparación con las fuentes inorgánicas. Las fuentes inorgánicas
incrementan su incorporación a las sustancias húmicas, por la presencia de la arcilla
montmorillonita. El amonio con fuente inorgánica, ha probado ser más efectiva para incrementar la
formación de sustancias húmicas como para elevar el contenido de nitrógeno en ellas.
El nitrógeno en el proceso de humificación entra a formar parte de las sustancias húmicas, bajo dos
formas: a) compuestos orgánicos, principalmente aminados y b) amoniaco. Una vez incorporado, el
nitrógeno se ubica dentro de la cadena heterocíclica y en las cadenas laterales (amino o
aminoazúcar). El primero es disponible a largo plazo, mientras que el N de las cadenas laterales, se
considera como la fuente de nitrógeno durante un ciclo de cultivo.
Las arcillas juegan un notable papel en el proceso de humificación. Esta influencia puede ser debida
al efecto de la arcilla sobre la actividad y población de los microorganismos, o bien mediante un
efecto directo al catalizar los procesos de polimerización de los precursores del humus.
El efecto de las arcillas sobre la humificación se puede explicar mediante los siguientes
mecanismos: a) un ambiente de protección para los microorganismos, tanto de la acción de los
depredadores naturales como de las sustancias adversas, como el pH y los antibióticos; b) un
mejoramiento de abastecimiento de micronutrimentos hacia los microorganismos; c) una
concentración de enzimas y sustratos en la superficie coloidal con acelerada actividad; d) una
estabilización de los compuestos orgánicos, tanto de los adicionados como de lo de reciente
formación.
Las fuentes orgánicas de nitrógeno o el amonio, junto con la arcilla montmorillonita, han mostrado
una gran efectividad en la formación de sustancias húmicas. Esto debería ser tomado en
consideración cuando se realiza un compostaje con base en materiales pobres en nitrógeno y ricos
en carbohidratos, tales como las pajas o la celulosa.

Caracterización
Las sustancias húmicas o humus son moléculas complejas de color negro o café oscuro, con
elevado peso molecular, propiedades coloidales e hidrofílicas, capacidad de adsorción y desorción
iónica, liberación de nutrimentos a mediano y largo plazo. Estas sustancias húmicas son clasificadas
con base en la solubilidad de sus componentes en soluciones de diferente pH. Así resultan cuatro
fracciones: ácidos fúlvicos, ácidos húmicos, ácidos himatomelánicos y huminas

Las huminas es la fracción de las sustancias húmicas que no son solubles en medio alcalino ni
ácido. Es la parte del humus más resistente a la descomposición. Algunas de las funciones de las
huminas se relacionan con la capacidad de retención de humedad, con la formación de la estructura
y estabilidad del suelo, en la capacidad de intercambio iónico.
Los ácidos húmicos es la fracción de las sustancias húmicas que son solubles en medio alcalino,
pero insolubles en medio ácido. Poseen una estructura flexible y ramificada, con multitud de
cavidades internas, lo que determina su capacidad de absorción de agua. Un 35% de la molécula son
ácidos con estructuras de carácter aromático, lo cual conforma el centro de la molécula; el restante
65% está constituida por cadenas laterales alifáticos (aminoácidos, péptidos, ácidos alifáticos). Los
ácidos húmicos pueden mejorar la disponibilidad de los cationes, tanto por la capacidad de
intercambio catiónico, como por la facilidad de quelatación de los mismos.
Los ácido fúlvicos es la fracción de las sustancias húmicas que son solubles en medio alcalino y
ácido. Es la parte más pequeña de las sustancias húmicas. Por su gran abundancia de grupos
carboxilos e hidroxilos, son muy reactivos químicamente, resultando en una alta capacidad de
intercambio catiónico. Por su tamaño pequeño, los ácido fúlvicos tienen mayores posibilidades de
ser absorbidos por las plantas, tanto por las raíces como por las hojas.

USO EN LA AGRICULTURA
La materia orgánica de los terrenos agrícolas es uno de los indicadores de la calidad del suelo. El
contenido deseable de materia orgánica en los suelos es de 3.5%, con excepción de los andisoles
donde se buscan valores del 13.5%. El humus o sustancias húmicas constituyen la mayor proporción
(65-75%) de la materia orgánica. El aporte de abonos orgánicos a los terrenos, es la forma más
eficaz para elevar el contenido de materia orgánica. Para esto se prefieren los abonos que tienen un
alto índice de humificación (40%), ya sea porque se ha avanzado en el proceso de formación de las
sustancias húmicas mediante el compostaje, o porque contenga una gran cantidad de compuestos
orgánicos precursores de las sustancias húmicas. Para aquellos lugares donde no se tiene una
fuente suficiente de abonos orgánicos, se recomienda utilizar sustancias húmicas concentradas.
Las sustancias húmicas concentradas se utilizan en forma sólida o líquida. Generalmente la forma
sólida se maneja directamente al suelo, siendo la principal fuente las compostas o los estiércoles
maduros, aunque se ofertan en el mercado materiales concentrados como la leonardita (yacimientos
de carbón oxidado). La forma líquida puede manejarse vía foliar o vía suelo. La fuente principal de la
presentación líquida que se ofrece comercialmente es la leonardita, las cuales comenzaron a
utilizarse en México a principios de los años 90 del siglo pasado, aunque se encuentran materiales
como “humus de composta o vermicomposta”.
Es conveniente mencionar que en el mercado se puede encontrar otras fuentes de sustancias
húmicas. Se tienen las “sustancias húmicas sintéticas” desarrolladas por la industria química, las
cuales están constituidas por polímeros de acetato vinil, ácido maléico, alcohol polivinil,
poliacrilatos, carboximetilcelulosa, isopril acrilamida. Las pruebas realizadas indican que no tienen
la misma efectividad que las sustancias húmicas naturales. Otras empresas comercializan las
“ulminas” o “sustancias húmicas regeneradas”, cuyo material de origen son los carbones naturales a
los cuales se les somete a un proceso de oxidación y de fraccionamiento. No obstante que tienen
algunas características químicas similares a los ácidos húmicos, no hay evidencia que tenga la
misma efectividad.
Las sustancias húmicas tienen enormes efectos en la fertilidad del suelo. Mejoran la actividad
microbiana, con lo cual se incrementa la producción de sustancias que ayudan en la formación de la
estructura del suelo o pertenecen a los reguladores del crecimiento de las plantas; incrementan la
capacidad de retención de humedad; aumentan la capacidad de intercambio iónico; elevan la
disponibilidad de micronutrimentos por medio de la quelatación; contribuyen en la formación de la
estructura granular y consecuentemente en la aireación y drenaje de los terrenos; auxilian en la
degradación o inactivación de sustancias tóxicas como los metales pesados y pesticidas; mejora la
capacidad amortiguadora del suelo, de tal manera que modulan el pH y pueden disminuirel nivel
de salinidad o cantidad de sales disueltas.
Por otro lado, las sustancias húmicas tienen efectos directos en el crecimiento y desarrollo de los
cultivos. Fracciones de estas sustancias pueden ser absorbidas por las plantas, ya sea a través de
las raíces o del follaje. De igual manera se tiene absorción por las semillas. Cuando la molécula es
grande la absorción se lleva a cabo pasivamente. Cuando la molécula es pequeña, se presentan una
absorción activa.
Una vez dentro de la planta o la semilla, las sustancias húmicas tienen varios efectos bioquímicos en
la pared celular, en las membranas y en el citoplasma. Lo anterior se traduce en un mayor
crecimiento de diferentes órganos de la planta, en una mayor tolerancia de las plantas al estrés
ambiental (temperatura, humedad, salinidad, pH, nutrimentos, enfermedades), así como en un
incremento en la calidad y producción de cosechas.
Las sustancia húmicas incrementan la velocidad y/o el porcentaje de germinación de las semillas.
Asimismo se ha observado una mejora en la absorción de nutrimentos por las plantas, ya que las
sustancias húmicas incrementan la permeabilidad de la membrana celular y promueven cambios
eléctricos de los fosfolípidos estructurales de las membranas. Con base en esto se puede mejorar la
eficiencia de los fertilizantes químicos y por consecuencia disminuir las dosis aplicadas y los
impactos ambientales negativos. Esto ha promovido una gran cantidad de agroquímicos que
contienen sustancias húmicas dentro de su composición, además de los nutrimentos. Es común
observar el manejo de micronutrimentos, donde las sustancias húmicas actúan como agentes
quelatantes según se describe en el siguiente esquema con el cobre y los radicales activos en la
superficie de las sustancias húmicas.
Las sustancias húmicas aceleran el metabolismo energético y el contenido de clorofila de las hojas
de la planta, sobre todo con los ácidos fúlvicos. También aumentan la concentración del RNA
mensajero, modificando la producción de proteínas, tanto las que actúan como enzimas como las
proteínas estructurales y transportadoras en las membranas celulares. Los ácido húmicos son
efectivos en la regulación de las hormonas de las plantas, al proteger el ácido indolacético de la
oxidación enzimática.
Las sustancias húmicas contienen radicales libres, siendo mayor en los ácidos húmicos debido a su
mayor estado de humificación o polimerización. Estos radicales libres pueden desempeñar funciones
específicas en las plantas, tales como activadores, de catálisis, fotosensitivo.
Los ácidos fúlvicos, en concentraciones de 10 a 100 mg L-1, promueven la iniciación radical. La
estimulación del crecimiento de las raíces formadas, ocurre cuando se presenta una combinación de
ácidos fúlvicos y húmicos.
Las sustancias húmicas, en concentraciones de 50 a 300 mg L-1 aplicadas vía foliar o en solución
nutritiva en concentraciones de 25 a 300 mg L-1, mejoran el crecimiento del tallo de las plantas.
La respuesta de los cultivos a la adición de sustancias húmicas, generalmente sigue el siguiente
orden de mayor a menor impacto: hortalizas, gramíneas, leguminosas, oleaginosas.

CONCLUSIÓN
Las sustancias húmicas se forman a partir de los residuos orgánicos mediante la acción de la
actividad microbiana, sobre todo los hongos. Se encuentran sustancias húmicas en el suelo, en las
compostas, en las turbas y en la leonardita. El uso de sustancias húmicas en la agricultura reporta
grandes beneficios a las plantas cultivadas. Estos beneficios pueden ser indirectos y directos. Los
indirectos se refieren a que las sustancias húmicas que se encuentran en el suelo o se aplican a los
terrenos agrícolas, mejoran la fertilidad del mismo. Esto incluye incrementar de la actividad
microbiana, la disponibilidad de los nutrimentos, además de modificar favorablemente los atributos
físicos y químicos del suelo. Los beneficios directos, los cuales suponen la absorción de las
sustancias húmicas o fracciones de ellas por las plantas y su intervención en el metabolismo de las
mismas. Modifican la permeabilidad de las membranas y consecuentemente la absorción
nutrimental; mejoran la síntesis de las proteínas y consecuentemente la actividad de las enzimas y la
composición de las membranas celulares; elevan la fotosíntesis al incrementar la cantidad de
clorofila; actúan protegiendo las hormonas o actúan de manera similar a ellas. Esto se traduce
finalmente en una mayor tolerancia de la planta al estrés ambiental, tales como la salinidad, así
como en una mayor producción y calidad de las cosechas. Actualmente existen una gran cantidad de
agroquímicos que contienen sustancias húmicas en su composición, además de los nutrimentos y
otras sustancias orgánicas fisiológicamente activas. Estas sustancias húmicas provienen
mayoritariamente de la leonardita.

Autor: Ing. Francisco Rodríguez Neave, Profesor-Investigador de la UACh.

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