Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
neurofarmacológicos
sobre la función
cognitiva
Diego Redolar Ripoll
PID_00224398
© FUOC • PID_00224398 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño general y la cubierta, puede ser copiada,
reproducida, almacenada o transmitida de ninguna forma, ni por ningún medio, sea éste eléctrico,
químico, mecánico, óptico, grabación, fotocopia, o cualquier otro, sin la previa autorización escrita
de los titulares del copyright.
© FUOC • PID_00224398 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
Índice
1. Neurotransmisión química.............................................................. 5
1.1. Estructura interna ........................................................................ 5
1.2. Comunicación entre las neuronas .............................................. 8
Bibliografía................................................................................................. 33
© FUOC • PID_00224398 5 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
1. Neurotransmisión química
A veces los estudiantes preguntan: ¿Es cierto que el cerebro gasta más energía que cual-
quier otra parte de nuestro cuerpo? Las células nerviosas tienen requerimientos energéti-
cos muy elevados. El cerebro utiliza el 20% del total del oxígeno corporal y una fracción
comparable de glucosa. Además, las reservas energéticas en el cerebro son limitadas y
resulta de cardinal importancia asegurar su aporte de una forma continua. Por ese mo-
tivo, se dispone de estrategias diferenciales para las células nerviosas que no se utilizan
en otro tipo de células.
Por ejemplo, en este sentido las células del sistema nervioso son las únicas células que
pueden utilizar la glucosa en situación de ayuno. Durante el ayuno, el descenso de glu-
cosa es detectado por las células del páncreas y del cerebro, dejándose de liberar insulina
y empezándose a secretar glucagón (dos hormonas del páncreas endocrino). El glucagón
estimula la formación de glucosa a partir del glucógeno que tenemos almacenado. Asi-
mismo, el glucagón también facilita que las reservas de grasa se descompongan en ácidos
grasos y glicerol para ser utilizadas por las células de nuestro cuerpo. Las únicas células
que no utilizan los productos derivados de las reservas de grasa son las cerebrales, ya que
necesitan glucosa.
¿Cómo es posible que las células de fuera del sistema nervioso sean tan «benévolas» que
cedan la poca glucosa que hay en el organismo para que sea utilizada exclusivamente
por las células nerviosas? El caso es que no tienen más remedio: las células de fuera del
sistema nervioso necesitan a la insulina para transportar la glucosa a dentro de la célula, y
en situaciones de ayuno el páncreas endocrino libera glucagón para aumentar los niveles
de glucosa en sangre y los niveles de insulina son mínimos. Por este motivo, las células
del sistema nervioso son las únicas que pueden utilizar la glucosa en situación de ayuno,
dado que no necesitan a la insulina para transportar la glucosa al interior de la célula.
© FUOC • PID_00224398 6 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
1) el soma,
2) el axón y
3) las dendritas.
En la imagen se representan las diferentes partes de una neurona. El soma, o pericarion, contiene la maquinaria para la
transcripción, la traducción y el procesamiento posterior de las proteínas. El cuerpo de las neuronas contiene, además,
diferentes orgánulos como el aparato de Golgi, las mitocondrias, el retículo endoplasmático (liso y rugoso), endosomas,
estructuras del citoesqueleto, lisosomas, perixomas, etc. Se trata del centro metabólico en el que se fabrican las moléculas y se
realizan las actividades fundamentales para mantener la vida y las funciones de la célula nerviosa. De forma añadida, el soma
contiene el núcleo de la célula y en este se encuentra el nucléolo, que es donde se fabrican las proteínas ribonucleares que
conformarán los ribosomas. En la figura se muestra cómo en su parte más distal el axón se divide y ramifica; en el extremo
de las ramificaciones, se encuentran pequeños engrosamientos llamados botones terminales. Asimismo, se muestran las
ramificaciones dendríticas que emergen del cuerpo celular. Autora de la imagen: Mariana Ruiz Villarreal.
El axón es una única prolongación larga que sale del soma. El diámetro de los
axones varía entre 0,2 y 25 μm. Su principal función es la de conducir infor-
mación codificada de forma eléctrica (potenciales de acción), permitiendo, de
esta manera, que la información pueda viajar desde el soma hasta el final del
axón. En su parte más distal se divide y ramifica, y en el extremo de las ramifi-
caciones, se encuentran pequeños engrosamientos denominados botones ter-
© FUOC • PID_00224398 7 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
En la imagen se muestran las principales partes de una espina dendrítica (cabeza y cuello). Las regiones
postsinápticas de las dendritas se emplazan a lo largo de los procesos principales, aunque con mayor
frecuencia se dan en las espinas dendríticas. Tanto su estructura como su número resultan altamente
dinámicos y van modificándose en función de la actividad neural. Se cree que las dinámicas acaecidas en
las espinas dendríticas podrían reflejar modificaciones en la función sináptica que podrían subyacer como
sustrato a procesos cognitivos como el aprendizaje y la memoria.
© FUOC • PID_00224398 8 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
Las dendritas son ricas en microtúbulos y microfilamentos. Una parte del ARN Si has comprendido
mensajero neuronal es transportado a las dendritas para poner en marcha pro-
Si has comprendido que las
cesos de síntesis y procesamiento proteico en respuesta a la actividad sináptica. neuronas presentan un alto
grado de asimetría funcional y
morfológica en tanto que dis-
ponen de dendritas para re-
Podemos distinguir a las neuronas por su especialización en la comu- cibir la información y de un
axón para transmitirla, debe-
nicación celular. Dicha especialización funcional resulta aparente en la rías ser capaz de entender por
qué dicha asimetría es la base
morfología de la neurona. Una neurona prototípica presenta tres regio- sobre la que se sustenta la co-
municación neuronal unidirec-
nes morfológicamente definidas: el soma, las dendritas y el axón con los cional.
terminales presinápticos. El soma o pericarion constituye el centro me-
tabólico de la neurona y contiene la maquinaria necesaria para la sínte-
sis de proteínas. Las dendritas contienen especializaciones postsinápti-
cas (principalmente en las espinas), con lo que constituyen la principal
región de la neurona para la recepción de las señales. El axón contiene
los terminales presinápticos y la maquinaria para la liberación de las
sustancias transmisoras, con lo que desempeña un papel cardinal para
transmitir las señales a otras neuronas.
Contactos sinápticos
A veces los estudiantes preguntan: ¿Es cierto que una neurona puede recibir información
de cientos de neuronas? El número de contactos sinápticos que puede recibir una neurona
en el sistema nervioso humano puede variar de 1 a 100.000. Esto resulta especialmente
importante para determinar la función de una determinada neurona.
© FUOC • PID_00224398 9 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
Neuropilo
Las neuronas forman parte de circuitos neurales que procesan diferente tipo de informa-
ción. Las conexiones sinápticas tienen lugar fundamentalmente en las regiones ubicadas
entre los cuerpos neuronales que se denominan neuropilo. De esta forma, el neuropilo
está constituido por densas marañas de dendritas, terminales axónicos y procesos de las
células gliales.
A grandes rasgos, puede afirmarse que cuando una neurona (la neurona pre-
sináptica) se activa, libera al exterior (a la hendidura sináptica) una sustancia
química. Este neurotransmisor se difunde rápidamente a través de la hendidu-
ra sináptica y se une a un receptor de la neurona con la que establece contacto
(la neurona postsináptica). La unión entre el neurotransmisor y el receptor es
específica, de modo que el primero «encaja» en el segundo como si se tratase
de una llave y una cerradura. ¿Qué hacen las llaves al unirse a la cerradura?
La respuesta a esta cuestión resulta muy simple: abrir la puerta. Pues en el
caso de la neurona postsináptica sucede algo parecido, se abren puertas. En
la membrana de las neuronas existen unas proteínas especiales que la atravie-
san. En algunos casos la estructura tridimensional de dichas proteínas forma
un canal central con una compuerta (estas proteínas se denominan canales
iónicos). Dicha compuerta puede estar cerrada. Ocurre que el receptor para la
sustancia transmisora se encuentra acoplado al canal iónico, de manera que al
unirse el neurotransmisor se genera un cambio conformacional de la proteína,
permitiendo que el canal se abra y dejando paso a unas partículas cargadas
eléctricamente denominadas iones. En este caso, se dice que se produce una
modificación en la permeabilidad de la membrana postsináptica, como con-
secuencia de la apertura de un canal iónico y del paso de iones a través de este.
¿Qué implicación funcional puede tener todo esto? Las neuronas mantienen
una diferencia de potencial eléctrico entre el interior y el exterior celular. Esta
diferencia de potencial o de carga eléctrica se debe a la diferente distribución
de moléculas existente a ambos lados de la membrana neuronal. Las princi-
pales moléculas con carga que operarán en el caso de las neuronas son los io-
nes. Aquellos iones con carga positiva se denominan cationes, mientras que
los que tienen carga negativa se denominan aniones. La distribución a ambos
lados de la membrana de la neurona de las cargas positivas y negativas deter-
minará la carga eléctrica neta tanto del interior como del exterior celular. Esta
diferencia de potencial recibe el nombre de potencial de membrana. Cuando
una neurona está inactiva, el potencial de membrana se denomina potencial de
reposo. En estado de reposo, una neurona prototípica presenta una diferencia
de potencial a través de su membrana de aproximadamente 60 o 70 milivol-
tios (mV). Esta diferencia de potencial refleja una distribución desigual de la
carga eléctrica a ambos lados de la membrana, de manera que se concentra un
exceso de cargas negativas en el interior celular y un exceso de cargas positivas
en el exterior celular, por lo que se dice que el potencial de reposo es negativo
(–60 o –70 mV).
© FUOC • PID_00224398 10 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
¿Qué es lo que hace que salten las alarmas y se genere un potencial de ac-
ción? Resulta que una misma neurona puede recibir conexiones con cientos
de neuronas. Estas conexiones harán que su membrana se haga más negativa
(se hiperpolarice) o se haga menos negativa (se despolarice), disminuyendo
o aumentando la probabilidad de que se produzca el impulso nervioso, res-
pectivamente. Cuando muchas de estas señales eléctricas tienen lugar en la
membrana postsináptica, pueden producir cambios notables en el potencial
de membrana. El cono axónico presenta el umbral de excitación más bajo de
la neurona, de modo que cuando las señales eléctricas alcanzan esta parte del
axón, si la suma total en un mismo momento hace que se sobrepase el umbral
de excitación (–55 mV), es entonces cuando se genera un potencial de acción.
En la parte superior izquierda de la figura se observa una representación esquemática de dos neuronas y del contacto que se
establece entre ambas (sinapsis). En la parte inferior derecha de la imagen se representan diferentes tipos de sinapsis en función
del lugar de contacto. Sinapsis axosomática: un axón hace contacto sobre el soma de la neurona postsináptica. Las sinapsis de
este tipo suelen ser inhibidoras. Sinapsis axodendrítica: un axón establece contacto con una dendrita postsináptica. La sinapsis
puede darse en la rama principal de la dendrita o en zonas especializadas de entrada, las espinas dendríticas. Con frecuencia las
sinapsis de este tipo son excitadoras. Sinapsis axoaxónica: un axón establece contacto con un axón postsináptico. Las sinapsis
© FUOC • PID_00224398 12 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
de este tipo suelen ser moduladoras de la cantidad de neurotransmisor que liberará el axón postsináptico sobre una tercera
neurona.
Cuando el potencial de acción llega hasta el botón terminal, se abren canales iónicos dependientes de voltaje que dejan pasar
calcio al interior de la neurona presináptica. El calcio hace que las vesículas sinápticas se fundan con la membrana presináptica
y vacíen, de esta forma, su contendido en la hendidura sináptica. La liberación de la sustancia neurotransmisora de la vesícula
requiere que cinco iones de calcio se unan a proteínas específicas de las vesículas sinápticas que son sensibles a dicho ion.
Las células nerviosas contienen cinco tipos de canales de calcio dependientes de voltaje: canales de tipo L, canales de tipo P/
Q, canales de tipo N, canales de tipo R y canales de tipo T. Cada uno de estos tipos se encuentra codificado por diferentes
genes o familias de genes y presenta diferentes funciones fisiológicas y propiedades farmacológicas. Todos estos canales, a
excepción del canal de tipo T, necesitan una fuerte despolarización del botón terminal para abrirse. El canal de tipo T, por el
contrario, se puede activar en respuesta a pequeños cambios en el potencial de membrana. Las vesículas sinápticas liberan
el neurotransmisor fusionándose con la membrana neuronal mediante un proceso denominado exocitosis. Después de unos
segundos de la fusión de la vesícula, esta se recupera por un proceso denominado endocitosis, manteniéndose las proteínas
originales de su membrana e incluyendo otras capturadas del medio externo. Tanto la exocitosis como la endocitosis se
encuentran reguladas por diferentes conjuntos de proteínas (sinapsinas, sinaptotagmina, sinaptobrevina, sintaxina, SNAP-25,
Rab3, Munc13, Munc18, RIM, etc.). Autor de la imagen: F. Jáuregui Huerta.
© FUOC • PID_00224398 13 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
El potencial de acción se propaga a lo largo del axón de la neurona de una Si has comprendido
forma activa, a través de canales iónicos que se abren y se cierran en función
Si has comprendido que las
del voltaje (son los denominados canales dependientes de voltaje), de manera neuronas son excitables tanto
que este llega hasta el botón terminal (segmento final del axón). Se ha de tener químicamente como eléctrica-
mente, deberías ser capaz de
presente que las moléculas del neurotransmisor se encuentran almacenadas entender por qué las membra-
nas neuronales cuentan con
en el interior de vesículas en el botón terminal, esperando a que llegue un proteínas especializadas (cana-
les iónicos y receptores) que
potencial de acción para que sean liberadas a la hendidura sináptica. Una vez se activan ante diferentes sus-
que el potencial de acción llega al botón terminal, en la membrana de este se tancias químicas (neurotrans-
misores) que facilitan el flujo
abren canales iónicos dependientes de voltaje que dejan pasar calcio dentro de iones específicos, redistribu-
yendo las cargas y generando
del botón. El calcio hace que las vesículas sinápticas se fundan con la mem- corrientes eléctricas que alte-
brana presináptica y vacíen, de esta forma, su contendido en la hendidura si- ran el voltaje a lo largo de la
membrana. Asimismo, debe-
náptica (figura 4). rías entender que dichos cam-
bios pueden producir una on-
da de despolarización en for-
ma de potencial de acción que
se conduce de forma activa a
Los potenciales de acción son las señales mediante las cuales el cerebro lo largo del axón, constituyen-
recibe, analiza y transmite la información. El cerebro analiza e interpre- do la señal fundamental que
viaja dentro de una neurona
ta los patrones de estas señales eléctricas y las vías y redes por las que y permitiendo la liberación de
una sustancia química (neuro-
se transmiten para crear, en último término, aspectos como las percep- transmisor) que sea capaz de
activar a proteínas especializa-
ciones que tenemos del mundo exterior o para generar las cogniciones. das (canales iónicos y recepto-
res) de las membranas de otras
neuronas.
Las células gliales
Las células gliales son las células que se encuentran en mayor proporción en el tejido
nervioso. Se calcula que existen alrededor de 1.000 billones de células gliales en el sis-
tema nervioso humano (lo que supondría, aproximadamente, el 90% de todas las célu-
las cerebrales). Desde un punto de vista morfológico, las células gliales difieren de las
neuronas en que no presentan axón ni dendritas. Asimismo, también difieren desde un
punto de vista funcional. En este sentido, las células gliales se encargan sobre todo de
regular el ambiente interno del sistema nervioso y de ayudar en los procesos de comuni-
cación entre las neuronas (figura 5). De entrada puede afirmarse que se trata de células
que constituyen el principal soporte estructural de las neuronas, participan activamente
durante los procesos de desarrollo y formación del cerebro, parecen desempeñar un papel
importante en el aporte nutricional de las neuronas a través de la circulación sanguínea,
participan en los mecanismos de defensa inmunológica y en los procesos de reparación y
regeneración nerviosa después de una lesión, participan en el mantenimiento del equi-
librio químico en el interior del cerebro, separan y aíslan las células nerviosas, recubren
partes de estas para acelerar los procesos de comunicación neuronal, etcétera.
© FUOC • PID_00224398 14 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
En la imagen A se puede observar la ultraestructura del núcleo (N) y citoplasma (C) de una célula de glía. Dentro
del núcleo destaca la presencia del nucléolo (flecha negra), donde se fabrican las proteínas ribonucleares que
conformarán los ribosomas. En el citoplasma se pueden observar estructuras tubulares que forman parte de la
maquinaria de síntesis proteica celular como el aparato de Golgi (flecha blanca) y retículo endoplasmático (punta
de flecha blanca). En el neuropilo destaca la presencia de segmentos dendríticos (D) y espinas dendríticas (estrellas)
a modo de protuberancias que actúan como principales dianas postsinápticas en contactos sinápticos. En el
mismo segmento dendrítico se pueden observar los microtúbulos (flechas negras delgadas) que forman parte
del citoesqueleto. Escala = 2 μm. En la imagen B se presenta un detalle de la membrana nuclear de una neurona
piramidal donde se pueden apreciar los poros nucleares (flechas) que permiten el transporte de las cadenas de
ARNm producidas en el núcleo (N) hasta el citoplasma (C) y que posteriormente serán traducidas a proteínas en los
ribosomas citoplasmáticos. Escala = 250 nm. En la imagen C se puede observar la presencia de poros nucleares en
un corte tangencial (flecha negra) y conjuntos de polirribosomas (flecha blanca) implicados en la síntesis proteica.
Escala = 500 nm. m: mitocondria.
Autor de la imagen: Rubén Miranda.
A pesar de que las neuronas y las células gliales provienen de las mismas células precur-
soras embrionarias, una diferencia fundamental entre estos tipos de células radica en la
excitabilidad eléctrica y en las propiedades de la membrana. De este modo, las neuronas
son capaces de responder a una estimulación externa generando una respuesta a modo
de potencial de acción, capaz de propagarse a través de una red neural. Las células gliales
son incapaces de generar un potencial de acción en su membrana plasmática. No obs-
tante, se ha de tener presente que no todas las neuronas generan potenciales de acción
y que algunas células gliales pueden participar en los mecanismos eléctricos y químicos
de comunicación y señalización que sirven para transmitir la información (por ejemplo,
se ha podido comprobar que pueden expresar canales dependientes de voltaje en sus
membranas, así como receptores para neurotransmisores). Diferentes experimentos han
demostrado que, tanto en regiones centrales como en regiones periféricas, la actividad
de las neuronas es capaz de inducir corrientes en la membrana y/o señales citosólicas
de calcio en las células gliales que se encuentran localizadas cerca de los contactos entre
las neuronas. Además, las células gliales también envían señales a las neuronas, ya que
son capaces de liberar sustancias neurotransmisoras como, por ejemplo, el glutamato y
el adenosintrifosfato (ATP).
En definitiva, las células gliales tradicionalmente se han relacionado con el soporte es-
tructural del tejido nervioso y con la homeostasis iónica, pero hoy se sabe que desempe-
ñan funciones mucho más complejas.
© FUOC • PID_00224398 15 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
Distintos trabajos han mostrado que las neuronas colinérgicas de una región Ved también
del prosencéfalo basal, el núcleo basal de Meynert, son de cardinal importancia
Para saber más sobre la conso-
para la consolidación de la memoria. Parece ser que la alteración que muestran lidación de la memoria podéis
los pacientes de alzhéimer en relación con los mecanismos de consolidación consultar el subapartado 3.2
de este módulo.
de la memoria es debida a la degeneración de estas neuronas colinérgicas.
En relación con los receptores del glutamato, podemos distinguir cuatro tipos
fundamentales: receptores NMDA (NR1, NR2A, NR2B, NR2C, NR2D), recep-
tores AMPA (GluR1, GluR2, GluR3 y GluR4), receptores de kainato (GluR5,
GluR6, GluR7, KA1 y KA2) y receptores metabotrópicos (mGluR1 y mGluR5 –
grupo I–; mGluR2 y mGluR3 –grupo II–; mGluR4, mGluR6, mGluR7 y mGluR8
–grupo III–). Los receptores AMPA y kainato solo necesitan glutamato para
que se abra el canal. Esto conlleva una neurotransmisión excitadora rápida y
una despolarización de la membrana. Los receptores NMDA requieren de la
presencia del glutamato y la glicina uniéndose cada una de estas sustancias
© FUOC • PID_00224398 21 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
2+
transmisoras a una zona diferente del receptor. Asimismo, el canal de Ca se
2+
encuentra bloqueado por el Mg , de manera que para que se abra el canal
tiene que retirarse el Mg2+ mientras el glutamato y la glicina están unidos a sus
zonas de unión respectivas. Esto se consigue con una despolarización previa
de la membrana.
Una de las primeras descripciones anatómicas de esta región la llevó a cabo en 1587 el anatomista
veneciano Julius Caesar Aranzi, quien la comparó con un caballito de mar, utilizando el término latino
hippocampus (del griego hippos: ‘caballo’, y campus: ‘monstruo de mar’). a) Preparación de hipocampo
y fórnix humanos realizada por el neurocientífico húngaro Laszlo Seress (1980). b) Ejemplar de caballito
de mar (Hippocampus spp.). c) Hipocampo de rata, en donde se muestran los campos CA3 y CA1 y la
circunvolución dentada del hipocampo (DG).
Terminología
Para simplificar los términos anatómicos utilizados, en general nos referiremos también
a la formación hipocampal como hipocampo. Mientras que cuando nos refiramos al hi-
pocampo propiamente dicho y a sus diferentes zonas utilizaremos la abreviatura CA, que
proviene del asta de Ammon [cornu ammonis]. Las principales zonas que se analizarán
serán CA1 y CA3.
© FUOC • PID_00224398 22 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
2+
memoria. Estos receptores controlan la apertura de los canales de Ca , pero
solo se pueden abrir (tal como hemos visto anteriormente) si la membrana se
encuentra previamente despolarizada. Cuando aprendemos algo, una forma
de remarcar su importancia es que una sinapsis se active en repetidas ocasio-
nes. La primera vez que se active, el glutamato actuará sobre los receptores
AMPA provocando una despolarización de la neurona postsináptica (véase fi-
gura 10). Si inmediatamente después esa sinapsis vuelve a activarse, dado que
el Mg2+ ya no estará bloqueando los canales de Ca2+ del receptor NMDA (ya
que se ha dado la despolarización previa), entrará Ca2+. Este ión activará a
diversas enzimas que aumentarán el número de receptores AMPA en la mem-
brana de la neurona postsináptica y la liberación de glutamato por parte de la
neurona presináptica, potenciando la sinapsis en cuestión. A largo plazo, se
sintetizarán nuevas proteínas que contribuirán a modificar estructuralmente
la sinapsis.
Se produce una activación inicial de los receptores para glutamato tipo AMPA. La consiguiente despolarización activa el
receptor NMDA y facilita el ingreso de iones de calcio a la dendrita de la neurona postsináptica. El incremento en los niveles
de calcio activa una cascada de señales intracelulares que conducen a importantes cambios postsinápticos. Son especialmente
importantes en esta fase un grupo de proteínas denominadas proteínocinasas. Particularmente, la proteína conocida como
proteínocinasa dependiente de calcio y calmodulina (Ca-CamK-II). La expresión de la plasticidad sináptica es un evento
posterior que involucra cambios en la maquinaria de procesamiento de señales a nivel postsináptico. Una vez activada, la
proteínocinasa Ca-CamK-II promueve cambios cualitativos y cuantitativos en los receptores tipo AMPA. Además de incrementar
la capacidad conductiva de esas proteínas, genera cambios en el tráfico de esos receptores, lo que se traduce en una mejora en
© FUOC • PID_00224398 24 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
la eficiencia sináptica. Algunos autores sugieren que incluso la espina dendrítica como tal sufre un proceso de expansión que
soporta el incremento cuantitativo de proteínas membranales. Autor de la imagen: Fernando Jáuregui.
Ved también
La activación del receptor NMDA del glutamato resulta de cardinal im-
portancia para los mecanismos de plasticidad sináptica en el hipocam- En el subapartado 3.2 de es-
te módulo se profundizará en
po. el papel del hipocampo en la
consolidación de la memoria.
Consolidación de la memoria
En cualquier caso, las memorias no son inmutables y suelen cambiar con el tiempo, ya
que pueden ser modificadas y moduladas por una gran diversidad de factores. La demos-
tración de la vulnerabilidad de la memoria, cuando esta se encuentra en un estado activo,
refuerza la idea de que las memorias, reorganizadas en función de las nuevas vivencias,
experimentan un proceso de estabilización. De este modo, en la formación de una me-
moria podemos distinguir tres estadios claramente diferenciados: el aprendizaje que per-
mite la adquisición de la información por medio de los sentidos constituye el primer es-
tadio, el cual es seguido por el proceso de consolidación, que supone su estabilización de
manera gradual, permitiendo que los procesos endógenos activados por una experiencia
modulen la persistencia de la traza de memoria.
La recuperación (tercer estadio) reactiva las memorias almacenadas para que puedan ser
usadas como guía de la propia conducta. El término consolidación de la memoria, por tan-
to, se refiere al período de transición desde un estado fisiológico inicial lábil hasta el
establecimiento de una memoria duradera. Durante este estadio se produce la actividad
neural necesaria para fijar las asociaciones establecidas durante el aprendizaje. Hasta que
esas asociaciones no son fijadas o consolidadas, la memoria es susceptible de disrupción.
Asimismo, cuando se reactiva una memoria ya establecida a largo plazo (por ejemplo,
mediante un estímulo que proporciona un recordatorio de la experiencia original), la
memoria también puede verse modificada. Es lo que conocemos como el proceso de re-
consolidación. Dicho proceso permite la alteración de las memorias almacenadas a largo
plazo y asociarlas a nuevas memorias o modificarlas en función de nueva información.
A veces los estudiantes preguntan: ¿Por qué cuando se envejece las personas nos podemos
olvidar de cosas que acaban de suceder, mientras que somos capaces de recordar cosas
que sucedieron hace mucho tiempo?
Tal como veremos a continuación, se cree que las memorias las «guardamos» en la neo-
corteza y en algunas estructuras subcorticales, mientras que para poder formarlas, con-
solidarlas y transferirlas a dicho almacén necesitamos de la formación hipocampal. A
medida que envejecemos, el hipocampo experimenta una degeneración importante. Los
datos que tenemos hasta el momento parecen sugerir que buena parte de la pérdida de
memoria asociada al envejecimiento normal se debe a la degeneración neural en dicha
estructura. Por este motivo, se va perdiendo la capacidad de consolidar y almacenar las
© FUOC • PID_00224398 27 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
Imaginemos, por ejemplo, que queremos asociar una fotografía de una puesta de sol con una melodía. Dichos estímulos son
percibidos por las regiones de asociación de la neocorteza visual y auditiva, respectivamente (figura superior). Por separado,
la memoria perceptiva de cada uno de los estímulos depende de la actividad mantenida de las neuronas de la corteza de
asociación relacionada con cada modalidad sensorial. No obstante, estos dos estímulos pueden quedar asociados a través del
hipocampo. Este haría las funciones de un índice de contenidos, de manera que si se presenta la imagen de la puesta de sol,
el hipocampo activará a las neuronas de la corteza auditiva en donde está representada la información sobre la melodía. A
medida que se repiten estos dos estímulos y las regiones sensoriales se activan de forma simultánea, se establece una relación
directa entre las dos regiones y el hipocampo deja de necesitarse para evocar el recuerdo. Una alternativa sería que la capacidad
asociativa se vaya transfiriendo del hipocampo a la corteza prefrontal, que, tal como veremos en apartados posteriores, se
trata de una región de la neocorteza que presenta conexiones recíprocas con las demás regiones corticales y con diferentes
estructuras subcorticales (figura inferior).
La región parahipocampal queda conformada por tres zonas corticales adyacentes: la corteza entorrinal, la corteza perirrinal
y la corteza parahipocámpica, y constituye el principal sitio de convergencia de la entrada de información a la formación
hipocampal proveniente de la neocorteza. Asimismo, gran parte de las eferencias hipocampales se envían de vuelta a la
neocorteza de asociación a través de la corteza entorrinal, perirrinal y parahipocámpica. Asimismo, es el propio hipocampo
el que envía información directamente a la corteza prefrontal medial, la cual puede influir sobre la retención de las
representaciones de un objeto específico a través de las conexiones que mantiene con la corteza perirrinal y la corteza entorrinal
lateral. La información procedente de la neocorteza que llega a la región parahipocampal y de ahí a la formación hipocampal
muestra una organización topográfica que sigue dos corrientes o vías paralelas: la vía del qué y la vía del dónde. En la vía del
qué, la información sobre objetos que se encuentra representada en las áreas sensoriales polimodales y unimodales llega a
la parte lateral de la corteza entorrinal y a la corteza perirrinal. En la vía del dónde, la información sobre el contexto espacial
representado en la corteza retrosplenial y parietal llega a la parte medial de la corteza entorrinal y a la corteza parahipocámpica.
Las dos corrientes convergen en el hipocampo (adaptado de Eichembaum, 2012).
Aferencias y eferencias
Si has comprendido que las aferencias y eferencias más importantes de la formación hi-
pocampal están en la corteza entorrinal y si has entendido que la corteza perirrinal y la
corteza parahipocámpica sirven de relevo de la información entre la corteza entorrinal
y otras regiones cerebrales, deberías ser capaz de describir, primero, cómo la formación
hipocampal recibe información de otras regiones cerebrales y, segundo, cómo, mediante
sus conexiones eferentes, podría modificar las memorias que se encuentran consolidán-
dose en la neocorteza de asociación y en algunas regiones subcorticales, y participar en la
recuperación de la información acerca de qué ha ocurrido de acuerdo con una clave acerca
de dónde (contexto espacial y temporal) el acontecimiento ha tenido lugar y viceversa.
2+
Los efectos de la amiloide parecen generar una liberación tónica de glutamato que genera una entrada masiva de Ca en
las neuronas postsinápticas. Esto redunda negativamente en la aparición de problemas mnésicos y, a más largo plazo, en la
presencia de radicales libres que pueden provocar la destrucción neuronal. La memantina bloquea el canal del receptor NMDA,
lo cual redunda positivamente en la memoria e impide la toxicidad y la neurodegeneración. Al presentar baja afinidad, cuando
se da una descarga fásica de glutamato y se produce una despolarización, esto resulta suficiente para desplazar el fármaco
del canal iónico y permitir una transmisión normal y, por lo tanto, los mecanismos de plasticidad sináptica subyacentes a los
procesos de aprendizaje y memoria (adaptado de Sthal, 2014).
Bibliografía
Artículos originales
Colonnier, M. (1968). «Synaptic pattern on different cell types in the different laminae of
the cat visual cortex. An electron microscope study». Brain Research, núm. 9, págs. 268-287.
Gray, E. G. (1959). «Axo-somatic and axo-dendritic synapses of the cerebral cortex: an elec-
tron microscope study». Journal of Anatomy, núm. 93, págs. 420-433.
Jehee, J. F.; Murre, J. M. (2008). «The scalable mammalian brain: emergent distributions
of glia and neurons». Biological Cybernetics, núm. 98, págs. 439-445.
Kim, H. S.; Seto-Ohshima, A.; Nishiyama, H.; Itohara, S. (2011). «Normal delay eye-
blink conditioning in mice devoid of astrocytic S100B». Neuroscience Letters, núm. 489, págs.
148-153.
Lamers, K. J.; Vos, P.; Verbeek, M. M. et al. (2003). «Protein S-100B, neuron-specific
enolase (NSE), myelin basic protein (MBP) and glial fibrillary acidic protein (GFAP) in cere-
brospinal fluid (CSF) and blood of neurological patients». Brain Research Bulletin, núm. 61,
págs. 261-264.
Nishiyama, H.; Knopfel, T.; Endo, S.; Itohara, S. (2002). «Glial protein S100B modu-
lates long-term neuronal synaptic plasticity». Proceedings of the National Academy of Sciences
of the United States of America, núm. 99, págs. 4037-4042.
Pedersen, A.; Diedrich, M.; Kaestner F. et al. (2008). «Memory impairment correlates
with increased S100B serum concentrations in patients with chronic schizophrenia». Progress
in Neuro-Psychopharmacology & Biological Psychiatry, núm. 32, págs. 1789-1792.
Stolzenburg, J. U.; Reichenbach, A.; Neumann, M. (1989). «Size and density of glial
and neuronal cells within the cerebral neocortex of various insectivorian species». Glia, núm.
2, págs. 78-84.
Vicente, E.; Degerone, D.; Bohn, L.et. al. (2009). «Astroglial and cognitive effects of
chronic cerebral hypoperfusion in the rat». Brain Research, núm. 1251, págs. 204-212.
Revisiones
Allen, N. J.; Barres, B. A. (2009). «Neuroscience: Glia - more than just brain glue». Nature,
núm. 457, págs. 675-677.
Bains, J. S.; Oliet, S. H. (2007). «Glia: they make your memories stick!». Trends in Neuros-
ciences, núm. 30, págs. 417-424.
Horner, P. J.; Palmer, T. D. (2003). «New roles for astrocytes: the nightlife of an ‘astrocyte’.
La vida loca!». Trends in Neurosciences, núm. 26, págs. 597-603.
Kettenmann, H.; Kirchhoff, F.; Verkhratsky, A. (2013). «Microglia: new roles for the
synaptic stripper». Neuron, núm. 77(1), págs. 10-18.
© FUOC • PID_00224398 34 Efectos neurofarmacológicos sobre la función cognitiva
Slezak, M.; Pfrieger, F. W.; Soltys, Z. (2006). «Synaptic plasticity, astrocytes and morp-
hological homeostasis». Journal of Physiology - Paris, núm. 99, págs. 84-91.
Steiner, J.; Bogerts, B.; Schroeter, M. L.; Bernstein, H. G. (2011). «S100B protein
in neurodegenerative disorders». Clinical Chemistry and Laboratory Medicine, núm. 49, págs.
409-424.
Todman, D. (2008). «Henry Dale and the discovery of chemical synaptic transmission».
European Neurology, núm. 60, págs. 162-164.
Libros
Brady, S. T.; Tai, L. (2012). «Cell Biology of the nervous system». En: S. T. Brady, G. J.
Siegel, R. W. Albers y D. L. Price (eds.). Basic neurochemistry, 8.ª ed. San Diego: Academic Press.
Nicholls, J. G.; Martin, A. R.; Fuchs, P. A.; Brown, D. A.; Damond, M. E.; Weisblat,
D. A. (2012). From neuron to brain, 5.ª ed. Sunderland: Sinauer Associates, Inc.
Verkhratsky, A.; Butt, A. (2007). Glial neurobiology. West Sussex: Wiley, págs. 83-92.