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INTERPONE QUEJA POR RECURSO EXTRAORDINARIO FEDERAL

DENEGADO

Sres. Ministros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación:

Federico Efrón (T° 100, F° 831, CPACF), abogado del Centro de Estudios Legales y Sociales

(CELS), apoderado de la querellante Erma Petenik; con el patrocinio de Maximiliano Medina;

(CPACF, Tº 101 Fº 776), constituyendo domicilio en la jurisdicción de V.S. en Piedras 547

(C1070AAK), CABA; y electrónico en fefron@cels.org.ar, en el expediente n° Expte. N° 96 F°

88 Año 2012, caratulado “CORONEL, GUSTAVO JAVIER; PAREDES, ORLANDO ROBERTO

S/HOMICIDIO –AUTORES A DETERMINAR S/HOMICIDIO –AUTORES A DETERMINAR

S/INCENDIO Y DAÑO EN CONCURSO IDEAL – COYIPE, RICARDO Y OTROS S/ATENTADO

CONTRA LA AUTORIDAD A MANO ARMADA, LESIONES LEVES Y GRAVES; DIAZ, FÉLIX

S/INSTIGACIÓN A COMETER DELITOS, ATENTADO CONTRA LA AUTORIDAD A MANO

ARMADA, LESIONES LEVES Y LESIONES GRAVES EN CONCURSO IDEAL”, del registro de

Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Formosa, a los Sres. Ministros digo:

I. OBJETO

De acuerdo a los arts. 282 y 285 del Código de Procedimientos Civil y Comercial de la Nación,

en legal tiempo y forma, vengo a interponer queja por denegación de recurso extraordinario

federal en los términos de los artículos 14 y 15 de la ley 48, contra la decisión del Superior

Tribunal de Justicia de la Provincia de Formosa, del 1 de noviembre de 2013, notificado el 7 de

parte.

II. ANTECEDENTES

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1. Las presentes actuaciones encuentran su génesis en los hechos producidos el 23 de

noviembre de 2010 sobre la ruta nacional nº 86 en donde falleciera Roberto López, el esposo de

mi poderdante. Luego de 4 meses de reclamo pacífico, los miembros de la Comunidad Qom

Potae Napocna Navogoh La Primavera fueron reprimidos por la policía formoseña, momento

en que muere López.

2. En el plazo legal, el Sr. Juez de primera instancia procedió a detener y recibirles declaración

indagatoria a los imputados Gustavo Javier Coronel y Orlando Roberto Paredes, imputados

como los autores del homicidio de López. A los pocos días fueron liberados por falta de mérito.

2. El 10 de abril de 2012, el juez de primera instancia decidió dictar auto de sobreseimiento

respecto de los mencionados Paredes y Coronel.

3. Ante la alta posibilidad de que ese auto de sobreseimiento ponga fin a la acción respecto de

los imputados mencionados, la Sra. Peteñi, con mi patrocinio, se presentó a fin de constituirse

como querellante y apeló la resolución de sobreseimiento. El Fiscal interviniente no interpuso

recurso de apelación contra dicha resolución desvinculante, por lo cual la vía recursiva intentada

por mi poderdante es la única que pretende la revisión del fallo de referencia.

4. El juez de primera instancia rechazó, en base a una interpretación restrictiva de una norma no

escrita, su pretensión de ser querellante, ante lo cual se presentó en tiempo y forma recurso de

apelación. Al no aceptar que mi mandante sea querellante, tampoco se concedió el recurso de

apelación sobre el sobreseimiento de los policías. Ante ello, la cuestión fue objeto de queja ante

la Cámara de Apelaciones en lo Criminal de Formosa.

5. Contra el decisorio del juez de grado de rechazar la pretensión de ser querellante, esta parte

presentó un recurso de apelación ante la Cámara Primera en lo Criminal de Formosa.

6. En sus decisiones de 15 y 16 de agosto de 2012, la Cámara Primera en lo Criminal de

Formosa reafirmó el rechazo a ser querellante de la Sra. Peteñi, y rechazó también el recurso de
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queja presentado por el rechazo a la apelación del sobreseimiento de los policías Coronel y

Paredes.

7. Frente al decisorio de la Cámara, la Sra. Erma Peteñi, nuevamente con mi patrocinio,

interpuso un único recurso de casación por el rechazo a su pretensión de ser querellante y la no

concesión de la apelación presentada.

8. El 8 de julio de 2013 se le notificó a Erma Peteñik la resolución dictada por el Superior

Tribunal de Justicia de la Provincia de Formosa por la cual se rechazaba el recurso de casación.

9. El 6 de agosto de 2013 se interpuso Recurso Extraordinario Federal ante el Superior Tribunal

de Justicia de la Provincia de Formosa ante el rechazo del recurso de casación.

III. REQUISITOS DE ADMISIBILIDAD DEL RECURSO.

1. Procedencia

Esta queja se presenta en legal tiempo y debida forma contra la decisión de superior tribunal de

la causa que declaró inadmisible el recurso extraordinario oportunamente interpuesto.

Asimismo, el recuso de queja resulta autosuficiente —lo cual implica que su sola lectura basta

para la comprensión del caso—. Se acompañan, además, las copias correspondientes en función

del carácter autónomo del recurso.

2. Refutación a los fundamentos de la decisión recurrida (art. 6º de la acordada n° 4/07,

CSJN) y agravios federales.

a. El Superior Tribunal de Justicia de Formosa, en primer lugar, resuelve que “…el apelante no

cumplimentó con lo dispuesto en la Acordada N° 38/11, dado que el recurso extraordinario fue presentado en

hoja tamaño oficio, y no en formato A4 como exige la Acordada.”

Conforme surge de la Acordada 38/2011, la modificación del formato de hojas respondió a

motivos de economía del Tribunal y en consonancia con el Sistema de Gestión Ambiental


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(Acordada 35/11). A su vez, en el recurso extraordinario presentado se cumplimentó, tal como

estipula la Acordada 4/2007, con el número de hojas, la cantidad de renglones y el tamaño de la

letra exigido. Es decir, que la inobservancia señalada sería estrictamente formal, y no impondría

ningún tipo de ventaja sobre esta parte, ni tampoco una carga, en ningún sentido, excesiva ni

adicional para la CSJN. La única diferencia es el tamaño de la hoja, pero no hay exceso en la

cantidad de las mismas, ni en los renglones, ni tampoco el tamaño de la letra es menor al

requerido. No hay ventaja alguna en beneficio de esta querella.

Al respecto, es criterio del Tribunal que “A fin de no incurrir en un exceso de rigor formal, y en razón de

lo resuelto por la Corte en el precedente "Schnaiderman" (Fallos: 331: 735), corresponde hacer lugar al recurso

de reposición y dejar sin efecto el pronunciamiento que desestimó el recurso de queja por no haber cumplido con los

recaudos previstos en el art. 4° de la acordada 4/2007, ya que si bien el escrito no satisface los recaudos

establecidos en dicha norma, el incumplimiento se circunscribe a un exceso en once renglones respecto del máximo

permitido por la norma.” (Fallos 334:196). También, fue categórico respecto a que “Teniendo en

cuenta que el haber omitido acompañar la carátula a que hace referencia el art. 2° del reglamento aprobado por

la acordada 4/2007 no constituye un obstáculo insalvable corresponde declarar formalmente admisible el recurso

extraordinario (art. 11 del citado reglamento), revocar la sentencia apelada y admitir que la franquicia prevista

en el contrato de seguro es oponible al tercero damnificado y que la sentencia no podrá ser ejecutada contra la

aseguradora sino en los límites de la contratación.” (Fallos 334:35).

Es de destacar que la inobservancia a la que hace referencia el Superior Tribunal de Justicia de

Formosa es manifiestamente menor a las tenidas en cuenta por la CSJN en los fallos reseñados.

De esta forma, el motivo exhibido por el mencionado Superior Tribunal y con el cual entiende

que “debe desestimarse sin más trámite el remedio federal interpuesto” implica sin duda alguna un exceso

de rigor formal.

También debe valorarse que el Tribunal, haciendo uso de este argumento, rechaza el único

recurso posible que podría brindar justicia en el caso que nos ocupa. El Fiscal interviniente no
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sólo no intentó en ningún momento investigar el accionar policial el 23 de noviembre de 2010,

sino que ni siquiera apeló el sobreseimiento de los policías Coronel y Paredes. El reclamo que

realizaban ese día es el mismo por el cual tramita ante V.E. el Expediente 528/2011, Tomo 47,

Letra C, Tipo ORI, “COMUNIDAD INDIGENA TOBA LA PRIMAVERA - NAVOGOH”.

b. En segundo lugar, el Superior Tribunal de Justicia de Formosa entendió que “…el recurso no

cumplimentó el requisito establecido en el inciso “d” de la Regla N° 3, dado que no se han refutado todos y cada

uno de los fundamentos independientes que dan sustento a la decisión controvertida en relación con las cuestiones

federales planteadas.”

Pero, por el contrario, la simple lectura del recurso extraordinario presentado da cuenta de la

contestación de todos y cada uno de los fundamentos del rechazo al recurso de casación,

incluso cada uno de los votos, como se verá.

Esta parte expresamente afirmó que “surge con meridiana claridad que la interpretación que el Superior

Tribunal hace, repitiendo la que oportunamente hicieran en primera instancia y en Cámara, …”, por lo que

la afirmación ahora realizada respecto a que “se vuelven a rebatir y reiterar idénticos argumentos a los

utilizados para dirigir los embates a los fallos anteriores”, tiene su debida y razonada explicación. Y en

todo caso, quien repitió los argumentos, fue el propio Tribunal Superior.

Dentro del mismo motivo de rechazo se afirma “sin rebatir los fundamentos dados por este Tribunal

para confirmar que su presentación fue realizada fuera de los plazos que autoriza la manda procesal”. Esto es

absolutamente falaz. El punto 5.1 del recurso extraordinario, “El error sobre quién debe

compatibilizar y la invención de requisitos”, responde en forma acabada y fundamentada a lo

planteado por el Superior Tribunal. A modo ilustrativo, esta parte dijo en el punto mencionado

que “Es decir, siendo el único límite para la constitución de querellante la limitación prevista en los artículos

70ter y 74 del Código Procesal Penal de la Provincia de Formosa (hasta la clausura de la instrucción, art. 313),

interpretar que habiéndose dictado una resolución de sobreseimiento no se puede admitir al pretenso querellante, es

hacer precisamente lo que se sostiene. NO hay tal limitación a presentarse como querellante, y por ende,
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inventando una limitación que la ley no prevé, se cercena un derecho constitucional. Para ello, se inventan,

también, requisitos para la presentación como querellante. El primer requisito que se inventa (que viene de

instancias anteriores, cabe decir) es que habiendo tenido tiempo para hacerlo, ahora no se puede. Es decir, no se

analiza si sucedió la instancia procesal prevista en el art. 313, sino que sólo importa que si se tuvo tiempo para

hacerlo, ya no se puede. No queda claro tampoco cuándo de ese tiempo la Sra. Peteñi se tendría que haber

presentado. El código no establece que debe hacerse en forma inmediata al hecho, ni al mes, o al año. No. Sólo

establece que se puede hasta tanto se clausure la instrucción.” Y se volvió a decir expresamente que “Esta

interpretación restrictiva sustentada en la invención de requisitos fue la que se brindó desde la resolución de

primera instancia, reafirmada sin nuevos argumentos por la Cámara de Apelaciones.”. Nótese como en el

rechazo al Recurso Extraordinario presentado, se vuelve a expresar que “el ahora recurrente contó

oportunamente con todo el tiempo que procesalmente estaba a su disposición”. Es decir, vuelve a incurrir en

el mismo error que esta parte señaló: reitera el mismo argumento que fuera expuesto por

instancias anteriores, ya suficientemente contestado y rebatido por esta parte, tal como la cita

realizada muestra.

En definitiva, no se trata más que de una afirmación dogmática que no se corresponde con lo

que surge del Recurso Extraordinario presentado por esta parte.

Por último, en ese punto el Superior Tribunal expresó que “se desprende que el mismo pretende forzar

una interpretación de las normas que rigen la materia a su favor, cuando fue dicha parte que generó el gravamen

por su propia inacción”. La única interpretación que se busca es aquella compatible con los

estándares de derechos humanos que establecen el acceso a la justicia para la víctima de un

delito. Pero, en cualquier caso, el Superior Tribunal vuelve a afirmar lo mismo que en su

rechazo del recurso de casación, al responsabilizar a esta parte por la supuesta “inacción”. Ese

“motivo” de rechazo, reiteramos, fue debidamente rebatido desde la primera apelación.

Lo que esto marca también es un particular desconocimiento de una norma provincial, la ley

426 “Ley Integral del Aborigen”, sancionada en 1985. En dicha ley, el artículo 5 establece que

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“En los procesos en que los aborígenes sean parte, los jueces tendrán también en cuenta sus usos y costumbres a

cuyo efecto podrán solicitar informes al Instituto de Comunidades Aborígenes. El beneficio de la duda favorecerá

al aborigen atendiendo a su estatuto cultural, cuando correspondiere.” Este artículo tiene estrecha

vinculación con el Convenio 169 de la OIT, y en definitiva con el derecho de los indígenas a

participar en el proceso penal, y la consecuente obligación de los Estados de proveer las

condiciones para ello. También, la obligación de analizar con seriedad y razonabilidad las

particularidades del caso y asegurar el concreto ejercicio del derecho mencionado. Algo que,

claramente, no se ha hecho en el presente caso.

c. Por último, también se hace mención a que “falta también el cabal cumplimiento del apartado e), toda

vez que la alegada violación de garantías y derechos que provienen de manera directa de la CN y del derecho

internacional, tales como el acceso a la justicia, y a una tutela judicial efectiva constituye en el presente caso una

mera enunciación de principios y normas constitucionales supuestamente vulneradas e inhábil para la apertura de

la instancia extraordinaria, pues no hay derecho que no tenga raíz y fundamento en nuestra Carta Magna”. A

continuación se explaya al decir que “tratándose de una impugnación de una resolución desestimatoria de

un recurso interpuesto ante un tribunal provincial y que se basa en normas de procedimiento también provinciales,

la recurrente debió extremar el cumplimiento del inciso e) de la Regla N° 3 de la Acordada 04/07, pues remite

a una cuestión que por su naturaleza procesal resulta ajena a la instancia extraordinaria…, salvo que se

demuestre una inequívoca gravedad extrema que la descalifique como acto jurisdiccional válido, situación que, con

los párrafos ya desarrollados, no es demostrada en autos.”

Es una afirmación dogmática que muestra que no han respondido a lo planteado. Esta parte fue

minuciosa en explicar porqué, una interpretación restrictiva de índole procesal local, se traduce

en una grave afectación a derechos constitucionales. La subestimación de lo planteado solo se

justifica en el afán de rechazar el Recurso Extraordinario.

Se dijo expresamente “En este sentido, surge con meridiana claridad que la interpretación que el Superior

Tribunal hace, repitiendo la que oportunamente hicieran en primera instancia y en Cámara, es restrictiva y

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basada en una cuestión puramente procesal en detrimento del derecho constitucional de la víctima de participar en

el proceso penal.” A partir de ahí, esta parte se explayó al respecto, y desarrolló los fundamentos de

carácter constitucional que avalan la postura sostenida.

La escueta respuesta que ensayan los jueces del Superior Tribunal, al postular lacónicamente que

la querella plantea “en el presente caso una mera enunciación de principios y normas constitucionales

supuestamente vulneradas” (sic), evidencia otro vicio en la motivación de la resolución denegatoria

que la invalida como acto jurisdiccional: La resolución contiene una fundamentación

meramente aparente, sustentada en afirmaciones dogmáticas de los jueces que la

suscriben, y es por ello aplicable la jurisprudencia de la Corte Suprema según la cual este tipo

de sentencias deben ser descalificadas por arbitrarias (Fallos, 236:27; 294:131; 295:417; 304:583

y 629; 310:302; 323:3494 y 4205; 311:341; 323:3196).

Hay una suerte de escamoteo de las detalladas consideraciones que se formularon acerca de los

vicios procesales y la infracción de las normas constitucionales expuestas en nuestro recurso

extraordinario. Así, las referidas afirmaciones de los jueces no logran desacreditar los planteos

motivados que formuló esta querella para postular la procedencia del Recurso Extraordinario

Federal y, y en este punto en particular, los derechos federales invocados.

Así, la resolución impugnada vulneró el derecho a la tutela judicial efectiva (art. 1.1, 8.1 y

25, CADH, y 14.1, PIDCyP), que comprende no solo la facultad de acceder a los tribunales

libremente, sino también a obtener por parte de estos una resolución motivada sobre la cuestión

planteada. El órgano judicial interviniente debe producir una conclusión razonada sobre los

méritos del planteo, en el que establezca la procedencia o improcedencia del mismo (cfr.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Informe n° 2/97, del 30/VIII/97). La

protección de la víctima y su acceso a la jurisdicción en tal carácter también fue establecida por

la CSJN en Fallos 268:266; 321:2021, entre otros, más allá de la cuestión particular que reviste

que la damnificada sea miembro de una Comunidad indígena. No se trata de interpretar que el
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derecho a la tutela judicial efectiva confiere prerrogativas excepcionales a los damnificados por

los abusos cometidos por agentes estatales. Por el contrario, lo que sostenemos es que cuando a

estas víctimas se les niega la posibilidad de transitar vías recursivas previstas en la ley procesal

queda configurada, además, una violación de los compromisos internacionales que el Estado

argentino ha asumido en materia de derechos humanos.

En vinculación, se vulnera la garantía del debido proceso legal y de defensa en juicio (art.

18 de la CN), que ampara a todo aquél a quien la ley reconoce personería para actuar en juicio

en defensa de sus derechos, asegurando a todos los litigantes por igual el derecho a obtener una

resolución debidamente fundada, en un proceso llevado en legal forma (cfr. CSJN, "Santillán,

Francisco", Fallos 321:2021).

La cuestión planteada implica gravedad institucional, pues lo que está en discusión es la

participación de la víctima en un proceso penal en el que se investiga un grave caso de represión

de la protesta social llevada adelante por una comunidad indígena. Los hechos que forman parte

del objeto procesal de esta causa constituyen sucesos que sensibilizaron a toda la población y

tuvieron lugar en el marco de un reclamo que todavía subsiste de parte de la Comunidad La

Primavera, el cual todavía subsiste, y que como se dijo anteriormente, se encuentra tramitando

ante V.E. En estas condiciones, no puede dudarse de que la participación de la víctima, como

única parte cuya pretensión es hacer que subsiste la acción penal y se investigue la conducta de

los policías en este proceso, constituye un supuesto de gravedad institucional. Esta cuestión

excede claramente el mero interés individual de las partes y afecta de modo directo al de la

comunidad toda (Fallos, 307:770 y 919; 255:41; 290:266; 292:229; 247:601 y 293:504).

Además, se encuentra en juego la violación de derechos humanos cometida por agentes

estatales, cuya sanción constituye un compromiso internacional que nuestro Estado ha asumido

en la materia. Tal como nuestra Corte Suprema afirmó, reviste gravedad institucional la

posibilidad de que se origine la responsabilidad del Estado por el incumplimiento de sus


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obligaciones internacionales (Fallos 318:373; 319:2411 y 3148). En tal sentido, no puede

obviarse que nuestro Máximo Tribunal ha señalado que “la existencia de aspectos de gravedad

institucional puede justificar la intervención del tribunal superando los ápices procesales, frustratorios del control

constitucional de esta Corte” (Fallos, 248:189; 311:1762; 319:371; 324:533 y 1225).

Precisamente, esta queja por recurso extraordinario denegado pretende que la Corte Suprema

subsane este grave error, que lesiona el derecho a la tutela judicial efectiva de la víctima que

representamos, que como dijimos incluye el derecho a transitar las vías recursivas previstas en la

ley interna y obliga a los jueces a demostrar que se ha satisfecho el deber de investigar con

debida diligencia y evitar la impunidad de un crimen de Estado que vulnera derechos humanos

(cfr. Corte IDH, Caso Carpio Nicolle y otros. Sentencia de 22 de noviembre de 2004. Serie C

No. 117; Caso Bulacio. Sentencia de 18 de septiembre de 2003. Serie C No. 100; Caso Bueno

Alves vs. Argentina, Supervisión de cumplimiento de sentencia, 5 de julio de 2011).

IV. PETITORIO

1-Se tenga por interpuesto en tiempo y forma la queja por Recurso Extraordinario Federal

denegado contra el resolutorio que confirma el rechazo a ser querellante de Erma Peteñik y la

apelación al sobreseimiento de Gustavo Javier Coronel y Orlando Roberto Paredes;

2- Atento a los fundamentos expuestos, se declare procedente la queja y se ordene al Juzgado de

Instrucción y Correccional n° 2 de la localidad de Clorinda, Provincia de Formosa, que tenga

por querellante a esta parte y conceda la apelación presentada respecto al sobreseimiento de

Gustavo Javier Coronel y Orlando Roberto Paredes para su normal sustanciación.

Proveer de conformidad,

SERÁ JUSTICIA

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