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La autora toma como referentes a las profesoras Vera Candau y Aida Monteiro
quienes señalan que la primera fase sucede en la década del 60 y 70 la cual es
denominada como “activismo político” debido a que la educación en derechos
humanos era practicada en la clandestinidad, de forma espontánea y basada en
el sentido común, debido a que en el mismo periodo se encontraba instaurada una
dictadura y estas prácticas podrían llegar a cuestionar este Estado autoritario. En
esta época también se hacen obligatorias en las escuelas de primaria y
secundaria, las asignaturas de Educación Moral y Cívica, Organización Social y
Política de Brasil con el propósito de reforzar el ideario de seguridad nacional y la
estabilidad del modelo de estado basado en el autoritarismo de ese entonces.
En esta parte del texto se presentan una serie de entrevistas a ocho especialistas
cuatro mujeres y cuatro hombres los cuales son de distintas partes de Brasil y de
edades variadas, también se hace referencia a aspectos relacionados con el
acercamiento de los entrevistados a los derechos humanos, en donde algunos
dicen tener influencias de sus familias, por ejemplo, padres abogados o
profesores; otros argumentan haberse acercado a ellos mediante una coyuntura
(dictadura en Brasil o Segunda Guerra Mundial) y una minoría adjudicaba su
acercamiento debido al ejercicio mismo de la profesión.
Cabe también resaltar los retos a los que se enfrenta la educación en/para los
derechos Humanos, los cuales están ligados a la articulación de la sociedad civil
con actores gubernamentales, como actores principales de la instauración de un
proceso de democratización, pueden llegar a ser contradictorios, pero que con
una adecuada interlocución podrían lograrlo ya que cumplen un mismo objetivo y
es consolidar una verdadera democracia, otro de los desafíos es pensar en la
característica de los derechos humanos, ¿son acaso Universales, promulgan la
igualdad o la diferencia? Con la intención de construir una cultura de los derechos
ya que la mentalidad de la sociedad de Brasil se encuentra muy permeada por los
valores del Autoritarismo centrados en la desigualdad.