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Conforme indica el artículo 2° del Texto Único Ordenado del Código Tributario, aprobado
mediante Decreto Supremo N° 133-2013-EF, la obligación tributaria nace cuando se realiza
el hecho previsto en la ley, como generador de dicha obligación, razón por la cual constituye
un elemento de especial trascendencia en el diseño de toda norma legal que regula algún
tributo en específico.
Para el profesor alemán Heinrich W. KRUSE: “La obligación impositiva nace tan pronto se
realiza el hecho imponible al que la ley vincula el impuesto. No es necesaria una determinada
voluntad de realización, como también es indiferente la equivocación sobre las
consecuencias impositivas de las actividades realizadoras del hecho imponible, aparte de
algunas excepciones.
Sobre la génesis de la obligación tributaria, Ricardo Fenochietto explica que: “El hecho
imponible es el presupuesto de hecho o acto, acontecido el cual, por disposición de una ley,
nace la obligación tributaria. En otras palabras, debe producirse un acontecimiento o evento
para que un sujeto deba el impuesto; la existencia de una ley que establezca el tributo por sí
sola no hará nacer tal obligación. Al respecto Dino Jarach nos enseña que “La ley no pue- de
generar la obligación sin la existencia en la vida real del hecho imponible concreto” y que
“Por otra parte, el hecho imponible no crea por sí la obligación sino que lo hace a través de
la ley” .
Siendo ello así, en el caso peruano no bastará con tener en consideración las previsiones
normativas del artículo 2° del Código Tributario, sino que habrá que dirigirse al texto legal
que regula el tributo que será materia de análisis, como lo es para fines de este trabajo el
artículo 4° de la Ley del IGV.
EN LA VENTA DE BIENES
El primero de los supuestos establecidos por el legislador indica que la obligación tributaria
se origina en la venta de bienes, en la fecha en que se emita el comprobante de pago de
acuerdo a lo que establezca el reglamento o en la fecha en que se entregue el bien, lo que
ocurra primero.
Al respecto, debe tenerse presente que con la finalidad que se configure el nacimiento de la
obligación tributaria bajo este supuesto, según el literal a) del numeral 3 del artículo 2° del
Reglamento de la Ley del IGV, aprobado mediante Decreto Supremo N° 29-94-EF, se
considera venta a todo acto a título oneroso que conlleve la transmisión de propiedad de
bienes, independientemente de la denominación que le den las partes, tales como venta
propiamente dicha, permuta, dación en pago, expropiación, adjudicación por disolución de
sociedades, aportes sociales, adjudicación por remate o cualquier otro acto que conduzca al
mismo fin.
Igualmente, el numeral 1 del artículo 3° del referido Reglamento establece que, con relación
al nacimiento de la obligación tributaria, se en- tiende por “fecha de entrega de un bien”, a la
fecha en que el bien queda a disposición del adquirente.
A su turno, el literal d) del numeral 1 del artículo 3° del citado Reglamento establece que se
deberá entender como “fecha en que se emita el comprobante de pago”, la fecha en que, de
acuerdo al Reglamento de Comprobantes de Pago, éste debe ser emitido o se emita, lo que
ocurra primero.
En el caso de pagos parciales, el primer párrafo del numeral 3 del artículo 3° del Reglamento
de la Ley del IGV establece que, en la venta de bienes muebles, los pagos recibidos
anticipadamente a la entrega del bien o puesta a disposición del mismo, dan lugar al
nacimiento de la obligación tributaria, por el monto percibido, precisando que en este
supuesto, no da lugar al nacimiento de la obligación tributaria, la entrega de dinero en calidad
de arras de retractación, depósito o garantía antes que exista la obligación de entregar o
transferir la propiedad del bien, siempre que éstas no superen en conjunto el tres por ciento
(3%) (9) del valor total de venta, agregando que dicho porcentaje será de aplicación a las
arras confirmatorias.
902° del referido código, señala que la tradición también se considera realizada cuando
cambia el título posesorio de quien está poseyendo o cuando se transfiere el bien que está en
poder de un tercero; y que la celebración de un contrato de compraventa sobre bienes muebles
no produce la transferencia de propiedad de los bienes muebles sino solamente la obligación
de enajenarlos, siendo necesario para tal efecto la entrega del bien, ya sea real o ficta, estando
ésta última regulada en el artículo 902° antes citado” .
EN LA PRESTACIÓN DE SERVICIOS
De acuerdo con el numeral 1 del literal c) del artículo 3° de la Ley del Impuesto a la Renta,
sea cual fuere el lugar de celebración del contrato o del pago de la retribución.
En este supuesto, la obligación tributaria se origina, en la fecha en que se emita el
comprobante de pago de acuerdo a lo que establezca el reglamento o en la fecha en que se
percibe la retribución, lo que ocurra primero.
Sobre el particular, el tercer párrafo del artículo 3° del Reglamento de la Ley del IGV,
establece que en los casos de prestación o utilización de servicios la obligación tributaria
nace en el momento y por el monto que se percibe, siendo que para los casos de servicios, la
obligación tributaria nacerá con la percepción del ingreso, inclusive cuando éste tenga la
calidad de arras, depósito o garantía siempre que éstas superen, de forma conjunta, el tres por
ciento (3%) del valor de prestación o utilización del servicio.
Que de lo expuesto, se tiene que tal como consignó la recurrente en la citada Factura N° 001-
00017, recibió de la Comisión de Regantes La Bombón, adelantos por el servicio de
preparación de roca en los períodos de febrero y marzo de 2002, no obstante, dichos montos
fueron facturados recién en mayo de 2002, conforme se aprecia del Registro de Ventas de la
recurrente, de foja 106, a pesar que el nacimiento de la obligación tributaria se produjo en
febrero y marzo de 2002, al haber percibido en tales períodos adelantos de la retribución
pactada, por lo que correspondía que fueran considerados como ingresos de estos últimos
períodos, en consecuencia, el reparo por diferimiento de ingresos se encuentra arreglado a
ley, correspondiendo confirmar la apelada en dicho extremo”
De conformidad con el numeral 4 del artículo 3° del Reglamento de la Ley del IGV, la
obligación tributaria nace en la fecha de emisión del comprobante de pago por el monto
consignado en el mismo o en la fecha de percepción del ingreso por el monto percibido, lo
que ocurra primero, sea éste por concepto de adelanto, de valorización periódica, por avance
de obra o los saldos respectivos, inclusive cuando se les denomine arras, de- pósito o garantía.
Tratándose de arras, depósito o garantía la obligación tributaria nace cuando éstas superen,
de forma conjunta, el tres por ciento (3%) del valor total de la construcción.
Al respecto, es del caso indicar que de acuerdo con el cuarto párrafo del numeral 3 del artículo
3° del Reglamento de la Ley del IGV, en la prime- ra venta de inmuebles, se considerará que
nace la obligación tributaria en el momento y por el monto que se percibe, inclusive cuando
se denomine arras, depósito o garantía siempre que éstas superen, de forma conjunta, el tres
por ciento (3%) del valor total del inmueble.
Respecto de la primera venta de inmuebles que realizan los constructores de los mismos en
la rtF n° 03716-3-2008 se ha resuelto como sigue: “Que en el punto 5.3 de la cláusula quinta
del referido contrato se seña- la que queda expresamente convenido que mientras el
comprador no haya pagado la totalidad del precio, así como sus respectivos intereses en casos
de retrasos u otros, no obtendrá la propiedad del bien, la que será retenida por el vendedor, y
en el punto 5.4 de la citada cláusula se señala que ambas partes celebran dicho contrato con
el pacto de reserva de dominio previsto en los artículos 1583° y 1584° del Código Civil.
Que respecto al contrato de compra venta, el artículo 1529° del Código Civil establece que
“por la compraventa el vendedor se obliga a transferir la propiedad de un bien al comprador
y éste a pagar su precio en dinero”, y en cuanto al contrato de compra venta con reserva de
propiedad el artículo
1583° del Código antes citado, señala que “En la compraventa puede pactar- se que el
vendedor se reserva la propiedad del bien hasta que se haya pagado todo el precio o una parte
determinada de él, aunque el bien haya sido entre- gado al comprador, quien asume el riesgo
de su pérdida o deterioro desde el momento de la entrega. El comprador adquiere
automáticamente el derecho a la propiedad del bien con el pago del importe del precio
convenido”.
EN LA IMPORTACIÓN DE BIENES
Sobre el particular, es del caso indicar que la expresión “despacho a consumo” designa, en
la terminología aduanera y fiscal, el procedimiento administrativo que tiene como finalidad
introducir al consumo, en forma definitiva, en el circuito de la economía interna de un país,
mercadería originalmente extranjera, como acertadamente lo define la Dirección Nacional de
Aduanas de la República Oriental del Uruguay.
A nivel nacional el numeral 1 del artículo VI del Procedimiento INTA- PG.01-A establece
sobre el tema que: “La importación para el consumo es el régimen aduanero que permite el
ingreso de mercancías al territorio aduanero para su consumo, luego del pago o garantía,
según corresponda, de los derechos arancelarios y demás impuestos aplicables, así como el
pago de los recargos y multas que hubieren y del cumplimiento de las formalidades y otras
obligaciones aduaneras”.
De otro lado, en el Dictamen que sirvió de base para emitir la RTF n° 0475-1-2001 se
puntualizó cuál es el momento en el cual se produce el nacimiento de la obligación tributaria
en el supuesto de la importación de bienes en los siguientes términos: “A tal efecto, es preciso
anotar, que respecto a las normas de la Ley General de Aduanas y de su Reglamento, que
señalan que en caso de existir una modificación en los derechos de aduana y demás
impuestos, con posterioridad a la adquisición de mercadería importada, se aplicará la más
favorable al deudor, este Tribunal en la Resolución N° 391-2-96 ha dejado establecido que
dichas normas, regulan las operaciones de comercio exterior, entre ellas, la importación de
bienes, fijando criterios particulares para la determinación de la obligación tributaria, no
siendo aplicables al Impuesto General a las Ventas, Selectivo al Consumo y Promoción
Municipal, los mismos que se regulan por la norma de la materia.
En virtud al indicado criterio y, de conformidad con los artículos 4° inciso g) y 52° de la Ley
del Impuesto General a las Ventas e Impuesto Selectivo al Consumo aprobada por Decreto
Legislativo N° 821, la obligación tributaria respecto de éste último impuesto, tratándose de
importaciones, nace sin excepciones, en la fecha que se solicita el despacho al consumo.
Sobre este tema, es del caso indicar que de acuerdo con el último párrafo del literal a) del
numeral 1 del artículo 2° del Reglamento de la Ley del IGV, tratándose de bienes intangibles
se consideran ubicados en el territorio nacional cuando el titular y el adquirente se encuentran
domiciliados en el país, a efectos que se considere como una operación gravada.
Respecto de este supuesto, el Tribunal Fiscal pudo establecer, al analizar el tipo de servicios
que se habían prestado, que correspondía tener en cuenta el momento de nacimiento de la
obligación tributaria para los servicios en general, conforme resolvió en la RTF n° 00331-2-
2004: “Que de lo actuado se tiene que:
Se entiende que al prestarse servicios mediante la serie 80C existen dos relaciones jurídicas,
una relación entre Telefónica del Perú S.A.A. y la recurrente por el uso de la serie 80C y
servicios adicionales, y otra entre la recurrente y los usuarios, por el servicio de consulta al
usuario a cambio de una retribución que recauda la concesionaria.
En tal sentido, los servicios prestados por la recurrente no califican como servicios
telefónicos finales, sino de valor añadido, calificación que la recurrente reconoce en sus
escritos de reclamación y apelación, por lo que a dichos servicios le es de aplicación la norma
general de nacimiento de la obligación tributaria, es decir, que el nacimiento ocurre en la
fecha en que se emite el comprobante de pago o en la fecha en que se percibe la retribución,
lo que ocurra primero. (SUNAT, 2016)
Base Imponible:
Valor numérico sobre el cual se aplica la tasa del tributo. La base imponible está constituida
por :
El ingreso percibido en la venta de inmuebles, con exclusión del valor del terreno.
Debe entenderse, por valor de venta del bien, retribución por servicios, valor de construcción
o venta del bien inmueble, según el caso, la suma total que queda obligado a pagar el
adquirente del bien, usuario del servicio o quien encarga la construcción.
Asimismo, se entenderá que esa suma está integrada por el valor total consignado en el
comprobante de pago de los bienes, servicios o construcción, incluyendo los cargos que se
efectúen por separado de aquél y aun cuando se originen en la prestación de servicios
complementarios, en intereses devengados por el precio no pagado o en gasto de
financiación de la operación. Los gastos realizados por cuenta del comprador o usuario del
servicio forman parte de la base imponible cuando consten en el respectivo comprobante de
pago emitido a nombre del vendedor, constructor o quien preste el servicio.
Tasa del Impuesto:
Impuesto Bruto:
Impuesto a pagar:
Bibliografía
FENOCHIETTO, R. (2001). Impuesto al Valor Agregado. Análisis Económico, Técnico y
Jurídico. BUENOS AIRES: LA LEY .