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El comportamiento anormal
Hay una línea del comportamiento anormal que se divide de la normalidad, Muchas
personas tienen problemas mentales serios pero de forma mínimamente adecuada en
cierto momento s de sus vidas, otras personas parecen normales pero tiene una
idiosincrasia fastidiosa o molesta.
Hacia el alivio del enfermo. En segundo lugar, porque hacen converger esas dos
ideas de enfermedad expuestas más arriba, la de broussais y Bernard, para quienes
ésta se define desde el hallazgo anátomo-patológico y la de leriche, que pretende,
por el contrario, que la enfermedad hay que definirla desde la subjetividad del
enfermo. Para Jaspers ambos elementos son válidos, pero siempre que no se olvide
el factor social. la relación entre la anorexia nerviosa y el ideal de delgadez
imperante en la sociedad post moderna o la existente entre la alta frecuencia de
obesidad en los estados unidos y la filosofía de vida del consumismo desenfrenado
y del “fast food”, representan ejemplos impresionantes del importante papel que
juega en la génesis de una enfermedad el modo como el ser humano se auto
comprende en cada momento histórico. de cualquier manera, en la medicina
somática el conflicto entre el hallazgo anátomo-patológico y la conciencia de
estar enfermo se presenta sólo en los extremos: un caso de hallazgo sin conciencia
sería el de un cáncer incipiente que se descubre por azar, mientras que lo contrario,
es decir, el caso de la conciencia de enfermedad sin hallazgo somático, se daría en
esa multiplicidad de pacientes con cuadros psicogénicos o “psicosomáticos” que
consultan diariamente en los policlínicos de medicina general. Muy distinto es, como
veremos, el caso en la psiquiatría, donde la mayor parte de las enfermedades carece
de fundamento somático.
NORMALIDAD Y ANORMALIDAD
CONCEPTO
BIBLIOGRAFIAS:
Normalidad: este término tiene una gran carga semántica de valore y actitudes
que no es fácil explicar por qué sigue siendo un tema favorito de la psicopatología.
la complejidad del enfermar humano permite adelantar que ningún concepto
unilateral de normalidad es aceptable.
s. Freud: la normalidad es una ficción ideal
la salud mental es la capacidad de amar y trabajar
k. eissler: es imposible alcanzar la normalidad absoluta porque la persona normal
debe ser absolutamente consciente de sus pensamientos y sentimientos-
m. Klein: la normalidad está determinada por la fortaleza del carácter, la
capacidad de enfrentarse a conflictos emocionales, la capacidad para experimentar
placer sin conflicto y la capacidad para el amor
e. Erikson: la normalidad es la capacidad de saber manejar los distintos períodos
de la vida
l. kubie: es la capacidad de aprender de la experiencia, de ser flexible y de
adaptarse a los cambios del entorno
k. menninger: la normalidad es la capacidad de saber adaptarse
satisfactoriamente al mundo exterior y manejar el proceso de aculturación
RESUMEN:
-ANORMALIDAD Y NORMALIDAD EN LAS ENFERMEDADES MENTALES
Posturas como las de la anti psiquiatría que sostiene que las enfermedades
mentales no existen y son un mito, y considera a la esquizofrenia como una defensa
ante intolerables presiones de la familia o de la sociedad. Kurt Schneider, se ocupa
de las enfermedades mentales (psicosis), definidas como enfermedades cerebrales,
y de unas variaciones del modo de ser psíquico, definidas como los extremos de
una distribución normal. Utiliza dos criterios de anormalidad, uno es estrictamente
médico (enfermedad cerebral), y otra psicológica definida por la anormalidad
estadística y el sufrimiento.
En términos generales, los modos de ser y de comportarse distintos de los de la
mayoría, son personalidades anormales. Algunas interesan al médico porque
producen sufrimiento, y se llaman personalidades psicopáticas o reacciones
vivenciales anormales. Las primeras se llaman hoy trastornos de la personalidad,
las segundas son las neurosis, hoy llamadas trastornos de ansiedad.
Livesley se centra en los dos modelos que, a su juicio, han recibido mayor
atención: “la estructural bidimensional del circunflejo interpersonal” y la de “los
cinco factores”.
La primera es deudora de la orientación interpersonal de h. steck Sullivan y fue
desarrollado por leary y colaboradores (1951, 1957). Lo que se propone es un
modelo de dos dimensiones ortogonales (2) que son dominación-sumisión y
hostilidad-afecto (también designados como amor-odio y hostil-amigable).
leary sugiere que los cuadrantes del circunflejo representan los cuatro humores
o tipos de temperamento de la medicina de la Grecia antigua.
Livesley añade que, en la versión de kiesler (1982), el círculo es dividido en
dieciséis segmentos y cada segmento en tres niveles.
El círculo interno designa el rango de conducta interpersonal usando dieciséis
formas como dominante, exhibicionista, confiado y sumiso.
El siguiente círculo representa el grado medio o normal y, por tanto, dominante se
convierte en controlador o exhibicionista en espontáneo.
No se puede olvidar que para la teoría interpersonal la conducta anormal es
considerada como una forma inadecuada de comunicación; esto es, formas de
vinculación con los otros a través de rígidos patrones que se aplican por igual a
todas las personas.
Esta problemática estaría representada en el círculo más externo donde las
denominaciones son dictatoriales, histriónicas o devotas.
La limitación de este enfoque es que nos presenta un modelo para la conducta
interpersonal pero no para la psicopatología global de la personalidad.
En cuanto a los otros modelos –los denominados “factoriales”-, livesley comienza
por presentarnos el de eysenck (1987), el cual es un modelo jerárquico en el que
una amplia gama de rasgos de personalidad se organizan en torno a tres factores
principales:
- extroversión (e): sociable, vital, activo, asertivo, que busca sensaciones intensas,
despreocupado, dominante, susceptible y atrevido.
- neocriticismo (n): ansioso, deprimido, con sentimientos de culpa, baja autoestima,
tenso, irracional, tímido, de humor cambiante e hipersensible.
- psicoticismo (p): agresivo, frío, egocéntrico, impersonal, impulsivo, antisocial, que
carece de empatía, alborotador y terco.
La teoría de eysenck propone una base genética para estas dimensiones e incluso
un fundamento biológico para cada una de ellas. En cualquier caso, la idea según
la cual todos los trastornos de personalidad se sitúan en el espacio delimitado por
las altas puntuaciones en e, n y p no se corresponde con los conceptos clínicos
actuales y livesley apostilla que trastornos clave como esquizoide o paranoide no
se encuentran en este espacio.
Con respecto al otro modelo factorial, más reciente, le propone una estructura de
la personalidad organizada en torno a “cinco factores”. Livesley señala que este
modelo es deudor de dos tradiciones distintas: el análisis léxico del lenguaje natural
de la personalidad (goldberg, 1990) y los análisis psicométricos de la personalidad,
que se extendieron a lo largo de medio siglo.
la versión más aceptada en la actualidad es la de costa y mccrae (1992) y ésta se
organiza en torno a los siguientes factores: neocriticismo (ansiedad, hostilidad,
depresión), extraversión (emociones positivas, cordialidad, sociabilidad), apertura
a experiencias diversas (estéticas, emocionales, imaginativas), predisposición al
acuerdo mutuo (sinceridad, confianza, altruismo, modestia) y escrupulosidad (auto-
disciplina, sentido del deber).
Levesley concluye que no todos los factores tienen la misma importancia clínica.
así, por ejemplo, la apertura a experiencias diversas (que en la teoría del análisis
léxico se denomina imaginación) no aparece en los estudios multi variados sobre
los modelos basados en los estudios sobre los trastornos de la personalidad
según livesley, una de las primeras investigaciones fue la llevada a cabo por walton
y colaboradores (1970, 1973), los cuales tomaron 45 términos que describían la
personalidad y, aplicando un análisis multivariado, llegaron a identificar cinco
factores: sociopatía, sumisión, histérico, obsesivo y esquizoide.
Unos años más tarde, Tyler y Alexander (1979) extrajeron cuatro factores de un
conjunto de 24 características descriptivas y los denominaron sociopático, pasivo-
dependiente, inhibido y anankastico.
El autor nos señala el parecido que se encuentra entre estos factores y los descritos
por walton y sus colaboradores. Añade que una conclusión importante de estos
trabajos es que la estructura de factores es similar en pacientes con t p y sin él.
Entre las investigaciones más recientes, livesley menciona dos como
especialmente relevantes.
La primera -en la que él mismo participa junto a Jackson (en imprenta)- es la
denominada “evaluación dimensional de patología de personalidad” (dapp); y la
segunda, la “evaluación estructurada de la personalidad normal y anormal” (snap)
se debe a Clark (1993).
Livesley aclara que para elaborar la dapp se partió de una serie de términos
descriptivos usados en los diagnósticos, los cuales se organizaron en cien
categorías de rasgos.