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FISIOLOGICO VEGETAL EN EL S. XX
Introducción
Las plantas son reconocidas universalmente como una parte vital de la diversidad
biológica del mundo y un recurso esencial para el planeta. Muchos miles de plantas
silvestres tienen una gran importancia económica y cultural, proporcionando alimentos,
medicinas, combustible, ropa y abrigo para los seres humanos en todo el mundo.
Plantas también juegan un papel clave en el mantenimiento del equilibrio ambiental de
la Tierra y la estabilidad de los ecosistemas. Proporcionando también un hábitat para
los animales del mundo. (Smith & Smith, 2007)
La Fisiología Vegetal es una rama de las ciencias biológicas que estudia la vida de las
plantas, cómo funcionan y cómo son capaces de utilizar la energía de la luz para, a partir
de sustancias inorgánicas, sintetizar moléculas orgánicas con las que construir las
complejas estructuras que forman el cuerpo de la planta. Investiga cómo son capaces
de reproducirse, cómo se adaptan al ambiente particular de cada momento, cómo se
integran dichos procesos durante el desarrollo y cómo pueden ser modulados por el
medio ambiente, para poder completar su ciclo biológico. (Ortuño Tomás, Díaz Expósito,
& Del Río Conesa, 2015)
El agua y los materiales disueltos en ella se desplazan por vías de transporte especiales:
El agua pasa del suelo a través de raíces, tallos y hojas hasta la atmósfera; y sales
inorgánicas y moléculas orgánicas circulan en muchas direcciones en el interior de una
planta. Miles de distintas clases de reacciones químicas se realizan continuamente en
toda célula viva, transformando agua, sales minerales y gases del ambiente en tejidos
orgánicos del vegetal. Y desde el momento de la concepción, cuando una nueva planta
comienza su vida como cigoto, hasta su muerte, que podría ser de miles de años más
tarde, los procesos organizados del desarrollo hacen crecer la planta, incrementando su
complejidad e iniciando cambios cualitativos en su crecimiento como la formación de
flores en una época del año y desprendimiento de las hojas en otro. (Munoz, 2016)
En 1960, que S.E. Karpilov, M.D. Hatch y C.R. Slack descubrieran el ciclo C4 de
asimilación de carbono, característico de las plantas C4 en donde el metabolismo del
carbono se produce en dos tipos de células diferentes, las del mesófilo y las de la vaina.
HORMONAS VEGETALES
Neljubow (1901) comprobó que la emanación de etileno del gas de iluminación inducía
en plántulas etioladas de guisante, la llamada “Respuesta triple”: inhibición de la
elongación; engrosamiento y cambio en la orientación del desarrollo del epicótilo.
El ácido abscísico (ABA) es un regulador del desarrollo cuyos efectos están asociados
a procesos relacionados con la inhibición del desarrollo, con las etapas finales del
desarrollo de las plantas y con las respuestas a situaciones ambientales adversas. Se
identificó y caracterizó químicamente por primera vez en 1963 por Adicot y
colaboradores, cuando estudiaban el posible compuesto responsable de la abscisión de
frutos jóvenes de algodón, y le denominaron “abscisina”. En el mismo año Wareing
descubrió una sustancia en las hojas de algunos árboles de hoja caduca, a la que
denominó “dormina”, que causaba inhibición del crecimiento e inducía al reposo. Pronto
se vio que “dormina” y “abscisina” eran la misma sustancia y se denominó a este
compuesto ácido abscísico (ABA)
El primer gen marcador que se introdujo en células vegetales fue el gen de resistencia
al antibiótico kanamicina. Esto permitió seleccionar las células transformadas y
regenerar, a partir de ellas, plantas enteras, en medios de cultivo que contenía este
antibiótico. El desarrollo de nuevos genes marcadores ha permitido disponer de dos
alternativas para obtener plantas transgénicas: los genes marcadores de selección y los
informadores.
Las células vegetales se pueden transformar al dispararles microproyectiles, a alta
velocidad, que tienen aglomerado el DNA foráneo. Este método de transformación fue
publicado en 1987 por Klein y colaboradores, aplicándolo a la transformación de células
gramíneas, como el trigo.
Bibliografía
Ortuño Tomás, A. M., Díaz Expósito, L., & Del Río Conesa, J. A. (2015). Evolución de la Fisiología
Vegetal en los. Revista Eubacteria, 74-82.
Smith, T., & Smith, R. L. (2007). Ecología (6 ed.). Madrid: PEARSON EDUCACIÓN.