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La narrativa de la desesperanza: El

embarcadero de los incurables (1998) de


Fernando Cruz Kronfly*
Fecha de recepción: 26 de septiembre de 2014
Fecha de aprobación: 15 de abril de 2015

Resumen
Antes de entrar en algunos detalles de la novela El embarcadero Iván Vicente Padilla Chasing
de los incurables (1998), a través del problema de la desesperanza, Profesor asociado Universidad
este artículo busca, primero, articular esta novela a una tradición Nacional de Colombia
narrativa y, luego, ubicarla en el conjunto de la obra de Fernando ivpadillac@unal.edu.co
Cruz Kronfly. En términos generales el problema y su expresión
novelesca son entendidos como una evaluación estética de la crisis
de la modernidad y sus valores, así como una toma de posición
frente a los asaltos del sentir y el modo posmoderno de vida. A
manera de ejemplo, haciendo énfasis en el tipo de novela practicado
por el autor, en esta se analiza la condición de los sujetos de hoy y
su intrascendencia en las urbes posmodernas.

Palabras clave: desesperanza, Fernando Cruz Kronfly, novela,


modernidad, posmodernidad

* Artículo de reflexión
Citar: Padilla Chasing I. V. (julio-diciembre de 2015). La narrativa de la desesperanza:
El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz Kronfly. La palabra, (27),
47 - 66.

47 la palabra No. 27 Tunja, julio - diciembre de 2015, ISSN 0121-8530 pp. 47-66
The narrative of despair: El embarcadero
de los incurables [The pier of the
incurables] (1998) by Fernando Cruz
Kronfly
Abstract
Before going into some details of the novel El embarcadero de los incurables [The pier of the incurables]
(1998), through the issue of despair, this article seeks, first, to articulate this novel a narrative tradition
and then place it in the whole work Fernando Cruz Kronfly. In general terms the problem and its
romantic expression are understood as an aesthetic assessment of the crisis of modernity and its values,
as well as taking a position against the assaults of feeling and the postmodern way of life. By way of
example, with emphasis on novel type practiced by the author, in this condition the subjects of today
and its insignificance in postmodern cities are analyzed.

Key words: despair/hopelessness, Fernando Cruz Kronfly, novel, modernity, postmodernism.

Le récit du désespoir: El embarcadero


de los incurables [L’embarcadère des
incurables] (1998) par : Fernando Cruz
Kronfly
Résumé
Avant d’entrer dans certains détails du roman El embarcadero de los incurables [L’embarcadère
des incurables] (1998), à travers le problème du désespoir, cet article vise, tout d´abord, à articuler
ce roman dans une tradition narrative et, ensuite, à le placer dans l´ensemble de l’œuvre de Fernando
Cruz Kronfly. En termes généraux, le problème et son expression romanesque sont compris comme
une évaluation esthétique de la crise de la modernité et ses valeurs, et comme une prise de position face
aux assauts du sentiment et du mode de vie postmoderne. En guise d’exemple, en mettant l’accent sur​​
le type de roman utilisé par l’auteur, l’analyse porte sur la condition des sujets d’aujourd’hui et son
insignifiance dans les villes postmodernes.
Mots-clés: désespoir, Fernando Cruz Kronfly, roman, modernité , postmodernisme

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La narrativa de la desesperanza: El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz KronflyJuan D. Gómez
Iván Vicente Padilla Chasing

No es esplendor aquello que sucede alucinan, deliran y en su trasegar ahora las modas de la nueva era
en el espíritu del caminante cuando expresan su propia agonía. Des- posmoderna (Tierra, 1998, p.
decide por dónde debe continuar su engañados, todos experimentan 17). Este hibridaje cultural hace
peregrinaje, casi siempre para ir a sus vidas a través del filtro de la que sus personajes aparezcan
regodearse con la muerte. desesperanza, convencidos de dominandos por terribles fuer-
(El embarcadero de los que lo único que les espera es la zas psicológicas resultantes de
incurables) muerte y el olvido. Para Simón sangrientos mitos arcaicos que
Bolívar, por ejemplo, en La ce- subyacen en explicaciones apa-
El punto de partida de la niza del Libertador, para nada rentemente racionales.
ficción novelesca de Fernando sirvieron el poder y la gloria, sus
Cruz Kronfly es la conciencia batallas y grandes ideales, razón La “actitud novelesca” (Gi-
de la desesperanza: la trama de por la cual en el ocaso de su vida rard, 1961, pp. 15-67) de Cruz
sus novelas, lejos de privilegiar la busca el mar para “vomitar allí Kronfly se adhiere al espíritu
intriga y las peripecias, las debi- sus humores y partir para siem- crítico y autocrítico moderno
lita y se vuelca hacia el interior, pre” (Ceniza, 1987, p. 41)1. y, paradójicamente, pone en la
se ubica donde la experiencia mira de su intención estética
de vida y la subjetividad de los Los personajes de Cruz la crisis “de los relatos sobre los
protagonistas se confronta con Kronfly habitan en aquello que cuales se construyó lo moderno:
la cultura y el sentir de un mo- él llama, en La caravana de Gar- el relato de la Historia, del Pro-
mento dado. Sin excepción, al del, tierras de “sombras”, tristes, greso y de la Razón” (Sombrilla,
convertirlos en metáfora de la “del crimen” (Caravana, 1998) 1994, p. 33). Sin ser antiprogre-
condición humana, sus perso- o, en su defecto, ciudades anóni- sista o retrógrado, en su escri-
najes aparecen como síntesis, mas, junglas de concreto y neón, tura, el «progreso», la «igual-
representación o evaluación mares de ruido, centros del vér- dad», la «libertad», la «frater-
artística de la sensibilidad, de tigo y la velocidad, ámbitos regi- nidad» y el culto de la «indivi-
los valores y del espíritu de su dos por códigos y convenciones dualidad», entre otros valores,
época. Por lo general, sus nove- culturales acumulados de todos son confrontados hasta revelar
las se fundamentan en la trama los tiempos. Por el hecho de ubi- el alto precio que la civilización
existencial de personajes cons- carse en el plano puramente hu- occidental ha pagado por creer,
cientes de su intranscendencia, mano, sus universos novelescos de manera desmedida, en ellos.
convencidos de su fracaso y, so- aparecen regidos por relaciones Ante el fracaso de las teorías so-
bre todo, de la inminencia de la de amor-odio, traición, desa- ciales (filosóficas, históricas, so-
muerte. En los «íncipit» de sus mor o simplemente de envidia. ciológicas…) en sus intentos por
novelas, sus personajes enuncian Para él, este tipo de relaciones explicar la conducta de los seres
su desesperanza y desencanto, es el resultado de procesos his- humanos, tanto en sus nove-
sus miserias: en tanto protago- tóricos en los cuales los seres las como en sus ensayos2, Cruz
nistas aparecen prisioneros de han acumulado el sincretismo Kronfly ha decidido evaluar los
sus propios recuerdos, atrapados mágico-religioso premoderno, embates del sentir posmoderno
en los laberintos de la memoria, algunos valores modernos y en la cultura y, ante todo, en

1 Por considerar que cito varias obras de Fernando Cruz Kronfly, para evitar repetir el apellido del autor y repetir fechas de edición, lo
haré recurriendo a esta modalidad: la primera vez, una abreviación con una palabra clave del título, año de edición y número de página,
y luego sin fecha.
2 La sombrilla planetaria (1994), La tierra que atardece (1998) y La derrota de la luz (2007).

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la conciencia: la situación del del Libertador, La ceremonia restándole importancia a los
sujeto colombiano-latinoame- de la soledad, El embarcadero juicios, comentarios y análisis
ricano de fin de siglo XX en la de los incurables, La caravana conceptuales. Esta estrategia
crisis de los mitos modernos se de Gardel. No obstante, en su narrativa se consolida con el uso
convierte en objeto estético de caso la omnisciencia, más que exacerbado del estilo indirecto
su narrativa. Se trata de un inte- una solución formal, sintácti- libre a la manera de Flaubert:
lectual que se resiste a perder su ca o retórica para referir una con sus respectivas diferencias,
«mayoría de edad» y a renun- historia sin compromiso histó- el descubrimiento flaubertino
ciar a la particular mirada que rico alguno, es una entidad de le permite a Cruz Kronfly des-
la literatura puede lanzar sobre sentido que introduce una ac- dibujar los límites entre la voz
estos problemas. Esta coherente titud intelectual, una concien- del narrador y el pensamiento
toma de posición se observa en cia axiológica, lúcida, al tanto de los personajes, dando lugar a
el rechazo tajante de la literatu- de los problemas y del caos del la interiorización de las intrigas
ra de consumo y de los temas de mundo contemporáneo, cuyos y la multiplicación de los pun-
moda (narcotráfico, sicariato, valores contrastan con la mo- tos de focalización del relato.
violencia sensacionalista, gue- ral, tendencias, sentires y dis- Como observa Mario Vargas
rrilla, paramilitarismo, etc.) y en cursos oficiales comúnmente Llosa, en La orgía perpetua, “la
una desconfianza lúcida frente a aceptados. Sin confundirse con astucia consiste en haber recor-
las nuevas formas de fundamen- los personajes, sin asumir las tado la omnisciencia del narra-
talismo de la posmodernidad características de un yo testimo-dor; ya no lo sabe todo,  tiene
(Pouliquen, 2011, pp. 32-33). nial y sin limitarse a comentar dudas, su poder ha disminuido
la acción o a introducir proble- tremendamente, es idéntico al
1. Viajes hacia el inte- mas prosaicos de reflexión, la de un personaje… empleado
rior: la conciencia ante la voz narrativa omnisciente de para narrar la intimidad (re-
crisis de la modernidad la novelas de Cruz Kronfly re- cuerdos, sentimientos, sensa-
presenta un modo de percibir, ciones, ideas) desde adentro”. Al
Por lo general, en sus nove- sentir y vivir aquello que, sin re-
relativizar el punto de vista, el
las, Cruz Kronfly configura un conocerle algo de moderno a la estilo indirecto libre volatiliza al
narrador omnisciente y externo, posmodernidad, él define como narrador omnisciente hasta po-
especie de autor-creador, orga- la “contemporaneidad” (Tierra, ner al lector en contacto con la
nizador del universo ficcional p. 13). De manera particular, sinconciencia del personaje (1978,
(Bakthine, 2005, pp. 13-190), sustraerse de la vida, este puntopp. 184-185). Sin embargo, a di-
presente en el texto, pero aje- de vista axiológico se integra a ferencia de Flaubert, por el he-
no a la acción. Esto le permite ella expresando la manera como cho de sentirse afectado por los
configurar dos tipos de distan- los problemas que afectan a sus mismos problemas, el narrador
ciamientos críticos: primero, el personajes también perturban de Cruz Kronfly, sin eliminar
del autor empírico que, al dife- su existencia. la relación irónica propia del
renciarse de la voz narrativa y los pacto novelesco, se deshace del
personajes, organiza axiológica- Ante la necesidad de mirar tono sarcástico y satírico de la
mente el relato; y segundo, en- hacia el interior, de indagar en actitud novelesca de Flaubert y
tre el narrador y los personajes. los sentimientos que condicio- se solidariza con los personajes.
Estas tres instancias narrativas nan el actuar de los seres huma-
se pueden diferenciar en Falle- nos y determinan la Historia, A esta característica se su-
ba-Cámara ardiente, La ceniza dicha omnisciencia se debilita man la utilización de viejos re-

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cursos como el juego de la me- desplazarse basta mirar a través una vida fragmentada en la que
moria y el viaje: esta dupla inse- de una ventana. Las ciudades memoria y olvido se disputan
parable aparece como elemento (Cali, entre otras) que transitan para revelar a los protagonistas
constitutivo de la estructura de los personajes son espacios sub- su condición de seres vacíos,
sus relatos y se perfila no tanto jetivados donde alguna vez se en- “informes” o “líquidos”, como
como elemento composicional, trecruzaron sus vidas, ciudades los entiende Bauman (2013).
sino como soporte de la axio- vividas nostálgicamente. En La ceniza del Libertador, El
logía que las organiza. De aquí embarcadero de los incurables,
resultan estructuras narrativas Esta primera novela hace La caravana de Gardel, el viaje se
contrapuntisticas no sólo de evidente el deseo de abandonar convierte en metáfora de la vida,
voces o puntos de focalización, la «objetividad» de las formas de la existencia, en búsqueda
sino también de tiempos y espa- narrativas-naturalistas realistas, del sentido: dependiendo de la
cios: a la manera de Proust, en las del discurso «racional» lucidez de cada protagonista, el
novelas de Cruz Kronfly, la “me- lógicamente organizado, y viaje puede ser hacia la muerte
moria involuntaria” o “rememo- volcarse hacia el interior e indagar y/o la nada, o un regreso mental
ración no consciente” (Tadié, en los móviles íntimos que al origen antes de la muerte,
1971, pp. 236-292)3 enlaza una determinan el comportamiento como es el caso de Uldarico en
sensación del presente con un humano: la memoria, las Falleba-Cámara ardiente.
recuerdo del pasado; indirec- evocaciones, los recuerdos, los
tamente, el recuerdo enrique- sueños, incluso, la locura se De hecho, cuando se entra en
ce la percepción de la realidad apoderan de la trama novelesca El embarcadero de los incurables,
presente cuando la conciencia y la organizan privilegiando la como lectores, nos preguntamos
da rienda suelta a procesos in- subjetividad de los personajes. ¿Quién piensa? ¿El narrador o
voluntarios de la mente. En Fa- Una voz omnisciente orquesta el personaje? En una novela con
lleba-Cámara ardiente (1979), las cuatro voces que se agolpan, elementos del tipo corriente de la
por ejemplo, el ejercicio de la chocan, contrapuntean y dejan conciencia, Cruz Kronfly pone
memoria se convierte en viaje; al descubierto sus miedos, al lector en contacto con lo que
el narrador deja entender que aspiraciones y deseos, sus piensa Uldarico: de esta manera
los protagonistas (Uldarico, Ma- desaforados instintos sexuales, su indica que la trama se ha interio-
riana, Pánfilo y Pensilvania) no se alegría, pero también la certeza rizado, que el interés del relato
desplazan, que su viaje es al pasa- del sinsentido. En otras, por se concentra en el interior, en
do, a sus recuerdos de infancia, la el hecho de ser físico, vivido la conciencia del personaje, en
casa de la adolescencia, a las ca- en el presente de la acción, el sus vivencias individuales, en la
llecitas convertidas en avenidas, viaje implica desplazamiento intimidad de sus desencantos y
al barrio demolido y convertido por paisajes abrumadoramente desilusiones, en la manera como
en urbanización, a las discotecas bellos pero tristes, por ciudades experimenta y verbaliza su mun-
donde bailaron, a la música, pe- caóticas y, a la vez, viaje al pasado, do, su presente y su pasado, en la
lículas, libros, amores, etc.; para a recuerdos desordenados, a

3 Proust establece una diferencia fundamental entre «memoria voluntaria» y «memoria involuntaria». La primera es la memoria de la
inteligencia, aquella que permite recordar, en términos lógicos, una selección de sensaciones del pasado, como si estuvieran presentes en
el tiempo, sin tomar las sensaciones que han hecho del evento algo vivo. La segunda, memoria de los sentidos, por el contrario, es aquella
que restituye el pasado a través de una sensación fortuita que puede provenir de cualquier objeto (la madelaine, por ejemplo). Esto per-
mite sentir inmediatamente el pasado, como si sucediera de verdad, en el acto.

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forma como confronta los em- antropológico o histórico que,
de todo existe un movimiento
bates de una sociedad entregada a pesar de todo, perviven en el
infinito y que en consecuencia ni
al delirio de la razón instrumen- sujeto moderno y posmoderno.
las piedras perduran. La sensación
talizada. A diferencia del narra- Junto a otras novelas que
de que todo en el mundo ha sido
dor omnisciente de La caravana constituyen una tendencia en el
puesto en circulación, que nada se
de Gardel, por ejemplo, al elimi- “campo” (Bourdieu, 1992) de la
sostiene por sí mismo y que antes
nar los comentarios y secuencias novela colombiana, al expresar
de cualquier parpadeo todo habrá
narrativas y descriptivas típicas la necesidad de mirar hacia el
de ser hundido en la profundidad
del relato realista-naturalista y, interior, de indagar en el sentido
del fango. ¡La estúpida alfombra
sobre todo, al abandonar toda que las cosas y los hechos
del ser y el olvido!, dijo (Embarca-
pretensión de objetividad ex- adquieren en la conciencia
terior, incluso ensayística (re- dero, 1998, p. 10). de los individuos, las de Cruz
flexiones sobre la modernidad), Kronfly representan una de las
en El embarcadero de los incura- ¿A quién pertenece la alternativas más importantes
bles Cruz Kronfly concibe una reflexión inserta entre las dos de la narrativa colombiana
novela de corte fenoménico en frases exclamativas? ¿Qué contemporánea o del llamado
la que el “yo” axiológico del per- distancia existe entre lo que «posboom»4.
sonaje se constituye en origen piensa el personaje y lo que
de una evaluación del mundo piensa el narrador? No se trata A inicios de la década del
y del Ser. Aquí, un «dijo» o entonces de dar cuenta de noventa, después de haber pu-
un «pensó», sin indicación de la realidad objetiva, externa, blicado Falleba-Cámara ar-
comillas, bastan para indicar no sino de la “realidad” mental, diente (1979). Las alabanzas y
tanto la transición de un punto interior, íntima del movimiento los acechos (1980). La obra del
de focalización a otro, sino que de la conciencia “antes o sin sueño (1984) La ceniza del Li-
la subjetividad del narrador y necesidad de que se convierta en bertador (1987) y La ceremo-
el personaje se confunden. Tal expresión oral” (Vargas Llosa, nia de la soledad (1992), cons-
vez con la intención de remecer 1978, p. 185). Antes de que ciente de que su vida literaria
al lector, el narrador no repro- adquiera la forma impuesta por se había iniciado bajo la dic-
duce las palabras del personaje la lógica racional, la causalidad tadura del realismo mágico, en
sino que adopta su perspecti- lineal incapaz de dar cuenta “El realismo maravilloso y sus
va, como si se fundieran no sus de las motivaciones íntimas de precursores en América latina”,
psicologías, sino sus axiologías, la experiencia humana, de los en la conclusión, Cruz Kronfly
como si desde sus respectivas in- móviles reales de la conducta del esboza aquello que podríamos
timidades asumieran actitudes Ser. La escritura de Cruz Kronfly, interpretar como su toma de
afines ante los mismos fenóme- con todos sus rasgos estilísticos, posición frente a la “norma es-
nos, como si los angustiaran los parece aspirar a dar cuenta tética” (Mukařovský, 2000, pp.
mismos problemas: de esos aspectos irracionales, 145-174) dominante entonces
¡La gran alfombra del fracaso!,
instintivos, inexplicables desde en Colombia y Latinoamérica.
el punto de vista sociológico, Al igual que otros escritores de
dijo: la certeza de que detrás

4 Me refiero a novelas publicadas a partir de 1980 como Sin remedio, El río del tiempo (Días azules, El fuego secreto, Caminos a Roma, Años de
indulgencia y Entre fantasmas), La virgen de los sicarios, Primero estaba el mar, Para antes del olvido, Asuntos de un hidalgo disoluto, Señor que
no conoce la luna, En el Lejero, Los ejércitos, Memorias de un hombre feliz, entre otras. Para el caso de la categoría posboom y el fenómeno
literario que con ella se explica ver Roberto González Echevarría y Juan Manuel Marcos. Para el caso colombiano ver Luz Mary Giraldo.
Ver referencias al final.

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Iván Vicente Padilla Chasing

su momento (Vallejo, Caballe- lismo maravilloso se está especie que él denomina “el
ro, Abad Faciolince, Jaramillo extinguiendo. Hemos que- hombre «estándar»” (p. 136).
Agudelo, Rosero, Tomás Gon- dado con una tradición ex- Cruz Kronfly se ha propuesto
zález, entre otros), Cruz Kron- traordinariamente enrique- evaluar la sociedad colombiana-
fly sintió la necesidad de marcar cida y valiosa. Pero es hora latinoamericana lanzada a
los deslindes de su narrativa de de comenzar a pensar en los la dinámica del consumo,
la del Boom fundamentada en grandes dramas del hombre del sentir posmoderno, la
paradigmas como “América de hoy. En los grandes mitos crisis o el fracaso de los mitos
mágica” o “América mestiza” contemporáneos. En lo que, modernos, en particular,
(González, 2000). Sin dejar de en su lenguaje, Milan Kun- aquellos que entendieron
reconocer que América latina dera denomina las grandes al ser humano como un ser
había “producido una literatura paradojas terminales de nues- perfectible, capaz de constituirse
de extraordinaria significación tro tiempo. La relación del en un sujeto responsable y
universal y se [había] abier- hombre con la Historia y las autónomo. Cruz Kronfly encara
to a espacios y mercados antes Estructuras a las que parece estos problemas no de manera
inimaginables”, Cruz Kronfly pertenecer; el poder y la sig- aislada y salpicados de cierto
declara que esa “expectativa y nificación de la casualidad y color local, sino en el amplio
demanda en torno a lo «exóti- del azar en medio de estas Es- marco del sentir o del espíritu
co» si bien daba a nuestra lite- tructuras; la significación pa- posmoderno universal. En El
ratura cualidades “auténticas”, radojal del amor en libertad y embarcadero de los incurables, sin
al mismo tiempo, introducía las pérdidas irreparables que conceptualizaciones de ningún
“molestas connotaciones neo- esa libertad podría arrastrar tipo, el autor evalúa la situación
coloniales que ya es hora de co- consigo. En fin, los grandes del hombre contemporáneo
menzar a poner sobre las tablas dramas y paradojas de nues- en las urbes posmodernas, en
con toda claridad” (Sombrilla, tro tiempo. Ese es el reto que particular, la de aquellos que
pp. 135-136). Según él, “el mito proponemos para la literatu- se entendieron como sujetos
se [agotaba] como recurso y las ra posterior al realismo ma- modernos, en el sentido
leyendas indígenas acabadas de ravilloso. (Sombrilla, p. 137. instituido por la Ilustración, y
sacar del horno con su perfume Énfasis mío).5 que ante la crisis de sus valores
de tierra reciente ya no [daban] fundamentales toman conciencia
para más”. Constatar este hecho, de su desarraigo, soledad y
Este tipo de manifiesto
le permite ubicar su proyecto es- desesperanza.
permite observar por qué, en
tético en una tendencia distinta
su narrativa y ensayística, ha
que de igual manera busca dar 2. La desesperanza: un
decidido evaluar la situación
cuenta del “mismo hombre la- mal histórico producto de
de los latinoamericanos en las
tinoamericano” pero inserto en la modernidad
circunstancias de aquello que él
las “grandes urbes” puesto que
llama la “planetización”, es decir,
se trata de algo distinto al de la En tanto problema existen-
la era en que las identidades
década del sesenta (p. 136): cial convertido en objeto estéti-
se desdibujan dando lugar
… el gran coletazo del rea- a la aparición de una nueva co, la desesperanza no es exclu-

5 Para una explicación más amplia de la toma de posición de Fernando Cruz Kronfly en el campo de la novela colombiana y sobre todo su
reacción contra el realismo mágico, ver Hélène Pouliquen, El campo de la novela en Colombia. Una introducción, en particular el acápite
titulado “Otros criterios para reforzar el diseño del campo” (pp. 63-94).

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sividad de la narrativa de Cruz Historia y del hombre (pp. 174- En La tierra que atardece.
Kronfly. Es necesario reconocer 180). Ensayo sobre la modernidad y la
que, tanto en la conceptualiza- contemporaneidad, por ejemplo,
ción6 como en la ficcionaliza- Cruz Kronfly se inscribe además de incluir un ensayo ti-
ción, el escritor vallecaucano es en la brecha abierta por Mutis tulado “La desesperanza: alto
precedido, en Colombia, por el y explota las posibilidades que costo de la razón lúcida” (Tierra,
autor de La nieve del almirante. ofrece la profundización en lo pp. 115-132), el tema-proble-
Esto no quiere decir que la obra que éste define como “«feno- ma atraviesa todos los ensayos.
de Cruz Kronfly carezca de ori- menología de la desesperanza»” Aquí, con la intención de expli-
ginalidad o que sea un epígono (p. 180): su proyecto creador car la génesis de este fenómeno,
de la obra de Álvaro Mutis. Por se consolida alrededor de esta Cruz Kronfly enriquece la re-
el contrario, la recurrencia de idea y responde, primero, a la flexión ampliando el espectro
esta problemática en sus novelas necesidad de conceptualizar fi- explicativo. Para tal fin, sin des-
permite entender que sus perso- losóficamente sobre el asunto conocer que la literatura ha cap-
najes hacen parte de la “doloro- y, segundo, a algunas de las pre- tado e interpretado de la mejor
sa familia de los lúcidos que han guntas formuladas por Mutis: manera este problema, abando-
desechado la acción” (Mutis, básicamente, “¿Por qué la des- na el ámbito literario de obras y
1996, p. 172); que en tanto au- esperanza es un fenómeno con- algunos autores, y se ubica en el
tor, se integra a la tradición de temporáneo? ¿Cuáles son los ámbito cultural de la era moder-
aquellos que, de acuerdo Mutis, nexos entre el Romanticismo y na occidental donde, según él,
como Conrad, Drieu la Roche- la desesperanza?” De hecho, la es posible rastrear los orígenes
lle, Malraux, Pessoa, Musil, Gar- desesperanza figura, como ya de la desesperanza: para él, ésta
cía Márquez, el de El coronel no se dijo, como elemento estruc- es el resultado de unos procesos
tiene quien le escriba, y Malcolm turante de las novelas y de ar- históricos culturales vividos por
Lowry han expuesto una visión gumentación y reflexión de sus el hombre occidental durante
desesperanzada de la vida, de la ensayos7. la era moderna. En este mismo

6 En la conferencia dada en Ciudad de México en 1965, titulada “La desesperanza”, Álvaro Mutis expone los elementos que caracterizan
el sentimiento de desesperanza y la manera como éste se manifiesta de las siguiente manera: la primera condición de la desesperanza es la
de la lucidez, en una especie de relación dialéctica las dos se complementan: a mayor lucidez, mayor desesperanza y viceversa. La segunda
es su incomunicabilidad, la desesperanza se convierte en la materia misma del ser, en su esencia, motivo por el cual los demás consideran
al desesperanzado como un personaje alucinado, hechizado, loco, enfermo; la tercera condición es la soledad, producto de la incomuni-
cación, de su aislamiento absoluto de los demás; la cuarta es su estrecha relación con la muerte, el desesperanzado sabe que va a morir y su
existencia se convierte en una preparación serena y digna para la muerte; y, la última, quizás la más patética si se tiene en cuenta el nombre
de desesperanza, es que el desesperanzado sabe que todo está perdido de antemano, que no hay esperanza posible, y sólo se interesa en sus
asuntos más íntimos, las alucinaciones, los sueños y los recuerdos propios (Mutis, 1996, pp. 173-174).
7 En La sombrilla planetaria. Ensayos sobre modernidad y posmodernidad en la cultura, el tema se perfila sin enunciarse explícitamente:
se adivina, por ejemplo, en el ensayo titulado “La nieve del almirante o la agonía de la modernidad (una aproximación al drama de la mo-
dernidad en la novela de Álvaro Mutis, a pesar de su insistencia en no reconocerse como un hombre moderno)” (Sombrilla, pp. 99-112);
en las aproximaciones literarias compuestas entre 1977 y 1995 contenidas en Amapolas al vapor (1996) se descubre, implícitamente, en
la cercanía que el autor establece con algunos autores y en el hecho de que presente el volumen afirmando que “Todo aquí ha quedado
hecho y escrito, pensado y dicho contra la muerte, el terror, la amenaza diaria y el pus callejero”; y, finalmente, se hace explícito en La
tierra que atardece. Ensayo sobre la modernidad y la contemporaneidad.

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La narrativa de la desesperanza: El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz KronflyJuan D. Gómez
Iván Vicente Padilla Chasing

libro, en “Ser contemporáneo: cuencial pérdida del sentido en su obra las grandes paradojas
ese modo actual de no ser mo- de vivir. El triunfo de la ra- de la modernidad como la
derno” (pp. 7-45), el ensayista zón lúcida es, entonces tam- gloria y el poder, la miseria y el
se autodefine como un deses- bién el triunfo de una cierta olvido humano en La ceniza del
peranzado (p. 42)8 y concibe la desventura, de una cierta Libertador; “el declive de la fe en
desesperanza como resultado tristeza y desesperanza, de el amor como promesa” a causa
progresivo de la secularización una cierta agonía derivada de valores como la igualdad y
del pensamiento: para Cruz del escepticismo y del nihi- la libertad, y la fragmentación
Kronfly el sujeto moderno, se- lismo. Y a esta apuesta por el del sujeto (Tierra, p. 113) en
parado de los mitos mágico - re- dolor y por la desesperanza ensayos como “La congoja del
ligiosos y confrontado con un casi nadie juega, salvo conta- amor finisecular” y en novelas
mundo «desencantado», es ya dos «enfermos» éticamente como Falleba-Cámara ardiente,
un desesperanzado. Razón por comprometidos con la La ceremonia de la soledad y
la cual no duda en afirmar que aventura del conocimiento últimamente en La vida secreta
“de hecho, el Ideal Ilustrado a todo costo, capaces de de los perros infieles; el desarraigo
condujo muy rápidamente al asomarse al vacío de la duda en La caravana de Gardel; el
desencantamiento del mundo y y permanecer absortos deterioro humano, la vejez, la
a la desesperanza, como una de ante su contemplación y su soledad y la condición urbana
sus naturales secuelas” (p. 38). presencia, sin posibilidad del transeúnte posmoderno,
Según él, “ante la pérdida de alguna de retorno. (Tierra, entre otros aspectos, en El
todo fundamento” y “asaltados p. 124) embarcadero de los incurables.
por la desesperanza”, “quedamos En todas ellas Cruz Kronfly
delante del vacío y de su horror” Si bien la desesperanza deja claro que hoy por hoy no
(p. 43). Así, después del explicar constituye el crisol alrededor del se puede hacer apologías de
la crisis de mitos como la igual- cual se estructura la narrativa de la modernidad y sus ideales,
dad, la libertad, la perfectibi- Cruz Kronfly, sin desconocer sino por el contrario observar
lidad y el progreso humano, al el diálogo con Mutis, se puede cómo en las urbes, símbolos de
llegar a “La desesperanza: alto observar que la particularidad la modernidad y el progreso,
costo de la razón lúcida”, para del tratamiento del problema el ser humano ha entrado en
explicar “el denominado horror en su obra se fundamenta en un proceso de “licuefacción”
vacui”, afirma: una forma personal de entender (Bauman, 2013, p. 13) en el que
la Historia y el efímero paso poco a poco se deshumaniza.
del hombre por la vida. A
Pues, separado del mito y de pesar de estar convencido del 3. Condición de tran-
lo sagrado, red primordial fracaso del proyecto ilustrado seúntes e intrascendencia
del sentido, el hombre mo- y de sus mitos, en su obra se en El embarcadero de los in-
derno se hunde en la deses- lee la actitud y la certeza del curables
peranza, en sensaciones de desesperanzado, del sujeto
soledad y abandono, todo lo lúcido moderno. Tal lucidez le La trama de El embarcadero
cual se traduce en una conse- ha permitido, sin duda, articular de los incurables se desarrolla

8 Resistiéndose a creer en una ética posmoderma que pueda hacer frente los principios de la socidad de consumo (p. 36) o al retorno a los
“neomisticismos” o “neoracialismos” (p. 39), al definir la desesperanza, Cruz Kronfly no sólo plantea como “auténtica ética posmoderna”
la del lúcido desesperanzado que asume la “ausencia de sentido”, el vacío y la orfandad con “entereza”, sino que al declararse hijo de la Ilus-
tración (p. 40) se adhiere a ella entendiendola como una pérdida del sentido de lo sagrado a causa de la secularización de la cultura(p. 42).

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durante la noche de un viernes, Con estas características es- hace evidente que el viejo, a
pero no de cualquier viernes, pacio-temporales, Cruz Kron- pesar de su lucidez, desconoce
sino uno de aquellos que en el fly introduce la historia de una o ha perdido contacto con las
lenguaje coloquial colombiano pareja de viejos (Uldarico y convenciones y los imaginarios
se denomina «viernes Márilin) confrontada con sus posmodernos de la ciudad.
cultural»; es decir, la noche en miserias personales, sus celos, su Esta particularidad hace que
que, frenéticos, un buen número desamor, su decrepitud, sus frus- su relación con el espacio, la
de personas se entrega a la traciones y deterioro físico. Así, Gran Avenida, aparezca como
rumba, al alcohol, al cigarrillo, después de cincuenta años de problemática, tensa: Uldarico
a las drogas, a la comida, al maltratos mutuos, un viernes al es representado como un
sexo, entre otros excesos que atardecer, debido a un maltrato ser perdido en la multitud,
han entrado a formar parte más, Márilin decide abandonar, padeciendo la ciudad que ya no
de aquello que hoy se llama por fin, a Uldarico. Dejando en- reconoce porque el «progreso»
«cultura urbana». Como se tender que, a pesar de todo, su la ha transformado dejándolo
verá más adelante, la opción mujer constituía parte del hilo sin puntos de referencia y
por este referente temporal y que aún lo ataba a la vida, per- orientación no sólo espaciales,
cultural no es gratuito, pues a turbado, el viejo decide lanzarse sino y ante todo identitarios,
través de él se evalúa gran parte a la Gran Avenida de su ciudad subjetivos, de seguridad, de
del hedonismo vulgar del sentir a buscarla: su periplo durante la memoria, pues ya no encuentra
posmoderno en los límietes noche del viernes y el amanecer su ser en ella. Así, al abandonar
espaciales de la urbe: del sábado constituye la trama su casa y entrar en la Avenida, las
de esta novela y, a la vez, faculta primeras evocaciones resultan
Es viernes, se avizora una
la evaluación estética de su con- melancólicas:
vigorosa subienda de peces.
dición de transeúnte. Como en
una especie de vitrina donde ob- Sin el neón no habría
Todo el mundo sabe lo mu- posmodernidad, pensó. Las
cho que significa un viernes
serva y es observado, se exhiben
las miserias de su condición, el edades del mundo tuvieron
para el mundo moderno, al sus propios tonos, se dijo […]
precipitarse la noche. El mo-
deterioro producido por la ve-
jez, su miedo, su anacronismo, ¡Ah mi ciudad! Entrar en un
mento de la gran instalación poderoso túnel de humo y
de las mujeres, dijo, la hora
todo su ser se expone a la cruel-
dad de miradas frívolas y anómi- aullido, tibio y seguro, en el
de los hombres solitarios. que las claves del laberinto
O se enchufan, o todo está
mas.
han quedado por siempre
perdido para ellas. Todo lo establecidas. ¿Dónde los
cual no tiene nada de malo. Por el modo como Cruz
rostros que un día vi y ahora
Que se anden enchufando Kronfly configura sus personajes
no veo?. (Embarcadero, p.
por el mundo resulta per- y trata los temas-problemas, se
20)
fecto. Pero ocurre que luego puede afirmar que su propósito
nadie las puede desenchufar. es evaluar la condición del
Y cuando por fin se las logra sujeto sometido a los códigos Ajeno a toda intención
desenchufar, se arrastran con y leyes de las tan mentadas descriptiva, así como desecha la
más de la mitad del enchufe, culturas urbanas: aunque posibilidad de ofrecernos una
dijo, entre alicaído y triste desde el inicio se entiende que descripción o caracterización
(Embarcadero, p. 26). tanto Márilin como Uldarico física, objetiva, del personaje,
son citadinos, transeúntes, se de igual manera Cruz Kronfly

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La narrativa de la desesperanza: El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz KronflyJuan D. Gómez
Iván Vicente Padilla Chasing

descarta la eventualidad de un encuentro con recuerdos, que un espacioso sendero de


ofrecer al lector la descripción con fragmentos de lo que fue, tierra y guijarros, un pedre-
de la urbe como un espacio físico pero también con la nada: gal en medio de hebras de
compuesto de casas, avenidas, como observa Pouliquen, dicho hierbas y parches de sol entre
puentes, rascacielos, parques u viaje, a la “deriva incoherente, grandes sombras. El viento
otros, y prefiere representarla violenta, pero humilde y soplaba espigas como colas
como un espacio psíquico reflexiva”, “simboliza la plena de azules pájaros, cabelleras
condicionado por el imaginario, aceptación del no-sentido, de de viejos caballos. ¡Y ver lo
la subjetividad y la particular la total soledad y orfandad, que ahora era! El progreso
manera como el personaje se marca de la nueva mayoría de se había apoderado del pol-
ha relacionado con ella. Así, edad” (Pouliquen, p. 60). La voriento sendero y sobre él
la ciudad deja de ser un simple alternancia o contrapunteo había colocado lo mejor de
marco-espacio en el cual se entre el presente y el pasado sus signos (Embarcadero, pp.
enmarca la acción y evoluciona conduce al personaje a una 119-120).
el personaje, y se convierte en toma de conciencia no sólo del
un constructo cultural que da paso del tiempo, sino también Para configurar el periplo y
cuenta de lo que el sujeto ha sido del no-sentido de la existencia las tensiones que se establecen
o querido ser, de su identidad, y de la intrascendencia de su entra la urbe y Uldarico,
sus miedos, su soledad. Al ser fragmentado, pues con el objeto principal del relato,
igual que otros aspectos, la paso del tiempo y el arrollador Cruz Kronfly utiliza la célebre
configuración del espacio se progreso de su pasado no queda metáfora de Heráclito «la vida
hace sin explicación conceptual nada, cuando más permanecen es como un río»; el «todo
o análisis sociológico alguno. los objetos pero desposeídos del cambia y nada permanece»,
La ciudad se percibe a través de sentido que alguna vez tuvieron «no te bañarás dos veces
los ojos del protagonista o, en para él: en el mismo río» y sobre
su defecto, cuando el narrador todo la comparación entre la
interviene, su percepción vida, las cosas existentes y la
expresa un problema existencial Entra por la hendija de una corriente del río organizan,
que comparten: calle estrecha que es a sus ojos en parte, axiológicamente, el
como una bisagra, paralela y relato. Dan lugar a una visión
émula de la Gran Avenida. desesperanzada de la vida. Esta
A todas luces la ciudad se le
Muñón ya seco en mitad del metáfora le permite al autor
venía encima, lo estaba sepul-
delirio del desarrollo, muñón interpretar las condiciones de
tando con el golpe de sus vie-
desprendido del hacha de Ro- existencia de los colombianos-
jos mástiles y con el rigor de
bert Moses. Despejada, tran- latinoamericanos de cara a los
todos sus despojos. Una apla-
quila, familiar, vestigial. ¡Qué mitos premodernos, modernos
nadora en lo más noble de sus
preciosa se observa a estas y posmodernos: no se trata de
hombros. Uldarico lo sabía,
horas la tal callecita! Lugares una simple representación de la
pero a estas alturas no tenía la
que cree recordar de sus tiem- realidad de la vida o de las cosas,
menor posibilidad de regreso
pos de niño, está viendo. Los sino de un análisis literario
(Embarcadero, p. 117).
lugares de mi constitución de aquello que cambia (física
como hombre, dijo, de los y mentalmente) y de aquello
El viaje de Uldarico por que aún ando peregrino, una que, a pesar del «progreso»,
la Avenida más que un recorrido gangrena. En aquel entonces permanece en el ser humano:
pictórico es un viaje al pasado, la Gran Avenida no era más en esencia su condición de ser

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pasional, su instinto animal. segundo advierte que de él no metafórico configurado en
En este sentido, Cruz Kronfly resulta nada bueno, puesto que el Apocalipsis (20, 9-14) para
desmonta el mito moderno en él la vida no se abre paso: referirse al lugar donde se
de la perfectibilidad humana. asiste a la «segunda muerte»,
La metáfora, que inicialmente Estoy de acuerdo, la vida de- donde después de la muerte,
se refiere al paso del tiempo y bería considerarse como un en un maremágnum de
hace alusión al río como la vida río, dijo, pero ocurre que es fuego y azufre, irían a sufrir
misma, siempre en movimiento siempre lo contrario de un eternamente los pecadores
y constante cambio, se adapta río, sólo una congestionada (Biblia, 2005, p. 1559). Para
al sugestivo título que alude sopa de fideos y cieno. Tra- Uldarico “la marejada urbana”
al problema del sinsentido del pos viejos, desechos, nada (Embarcadero, p. 141) es ya
mundo al que los hombres, seres se marcha jamás de nuestro el infierno, muerto en vida ya
“incurables”, buscan otorgarle lado definitivamente. ¡Nin- no necesita ir a otro lugar para
una transitoria y precaria gún río, ningún río!, gritó. morir por segunda vez:
finalidad olvidando que no Todo al fin naufraga catas-
pueden nada contra el olvido y tróficamente en medio del
la muerte. lodo de siempre. Huesos de Desperdicios disueltos ya
vacunos, pellejos de caballa- en el lago, pensó, hierba que
De este modo, la Avenida res y caprinos, yo mismo lo nombra su pasado en la den-
corre como un río pero, he presenciado en las san- sidad podrida del cieno. Es-
lejos de expresar el progreso grantes bocas de las cacha- camas nacaradas de pescado,
o cambios positivos, se ha mas. Aquellos gemidos de jirones de tripas que rodaron
convertido en una trampa, en la gente dedicada a empujar de las mesas quién sabe desde
algo desagradable que todo durante años animales en- cuándo, pisoteadas, dijo, cás-
engulle y devora. Mientras que corvados a lo largo del viaje, caras, hojas igualmente piso-
en la metáfora de Heráclito el dijo, penumbras pobladas teadas interminablemente.
río se encamina hacia algo más de sombras de animales de Todo por fin reunido en el
grande como el mar donde carga. Y, para completar, estanque de las cosas perdu-
el ser se integra al todo, en El montañas de fotografías y rables. La vida jamás fue un
embarcadero de los incurables más fotografías acerca de se- feliz camino conducente a
la Avenida-río se convierte mejante desgracia (Embar- ningún sitio, mucho menos
en un “Gran Lago”, pero, en cadero, p. 147). un río, más bien me quedo
comparación con la condición con la metáfora del Gran
mortal de los seres humanos Lago. Heme aquí, pues, per-
de Heráclito, el recorrido no Para Uldarico no se trata seguido y acorralado, dijo,
hace un ser completo y general, de un río, sino de un “lago”, en poder de dos buitres y
sino basura. Desesperanzados, razón por la cual hace constante todo lo demás (Embarcade-
tanto el narrador como el referencia a “la metáfora del ro, p. 137. Énfasis mío).
personaje advierten que se trata Gran Lago” proveniente del
de un río distinto: mientras imaginario bíblico. No se Este tipo de comentarios
que el primero advierte que “el puede perder de vista que, prefigura el final donde rendido
río humano en que braceaba aunque desprendido de los por el cansancio, Uldarico
Uldarico era mucho más que mitos mágicos religiosos, de yace en un basurero que poco
un río. Largo, espeso consenso, manera recurrente, el personaje a poco lo engulle. De esta
bastante otra cosa” (p. 78), el utiliza esta imagen en el sentido

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La narrativa de la desesperanza: El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz KronflyJuan D. Gómez
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manera, para expresar que el (pp. 115-117), obedeciendo a hagas caso, vieja, sigue dur-
«perfeccionamiento» técnico la metáfora del río, se puebla de miendo, tápate con las fra-
no implica un “proceso de una fauna acuática depredadora zadas que en realidad nada
perfeccionamiento acumulativo o de elementos derivados de su por aquí vale la pena, vieja,
del alma humana a lo largo de descomposición como agallas o dijo, uno jamás debe alejar-
la Historia” (Tierra, p. 21), escamas. Así, encontramos que se del centro de su telaraña
en la representación de la el viernes cultural anuncia “una a cambio de tan poco, si ya
Avenida-río, imagen de lo que vigorosa subienda de peces” (p. ha muerto (Embarcadero, p.
cambia, para expresar aquello 26); Uldarico es atacado por un 216).
que permanece, Cruz Kronfly par de putas con características
recurre a analogías entre la de “sinuosos tiburones” (p. 133) De este tipo de caracteriza-
humanidad y la animalidad. o de hambrientas “cachamas” ción tampoco se escapa el per-
Uldarico evoluciona en un (p. 147); en su época de caba- sonaje. A pesar de su lucidez,
espacio poblado no sólo de retera Márilin recibía dinero de como todo ser humano, desmi-
gente descreída y blasfema hombres con características de tificado, desposeído de sus ca-
(Embarcadero, p. 91), sino “sábalos”; y, mientras es arrastra- racterísticas de héroe, en tanto
de gente desprovista de toda do por la multitud, entre codazo representación de lo humano,
coordenada ética, de todo y codazo, Uldarico cree avanzar Cruz Kronfly configura a Ulda-
sentimiento de humanidad, de en medio de la “pestilencia de rico como un ser dominado por
bondad, de solidaridad y, por el mojarras abiertas”, de “agallas sus instintos animales. A pesar
contrario, provista de todo su por el suelo”, de “avalancha de es- de compartir algunos puntos de
instinto animal. En la medida camas nacaradas” (p. 215). Tan- vista, la distancia crítica entre el
que la corriente lo arrastra, to el narrador como el personaje autor-creador y el personaje se
además del brillo de los carros constatan que “la condición hu- mantiene. Los ires y venires en
y los gases que éstos emanan, mana nunca defecciona” (111). los recuerdo de Uldarico per-
la destrucción-construcción En su absoluto desencanto, sin miten al lector adentrarse en
de edificios, de las vitrinas con poder encontrarse o reconocer- los hábitos de un maltratador.
objetos de moda o comidas se en la ciudad que ha nacido y Los maltratos mutuos dan pie
poco apetitosas, en el frenesí del crecido, Uldarico expresará la para que el autor los configure
«viernes cultural», la mirada toma de consciencia de su sole- como seres “ponzoñosos”, pro-
de transeúnte de Uldarico dad, desarraigo y orfandad de la vistos de “bigotes de fiera” (p.
descubre, inicialmente, seres siguiente manera: 64) o de “ojos rojos de paloma”
humanos convertidos por la en los momentos de ira (160).
moda en “androides” (p. 63) que Me arrepiento, juro que me De igual manera, al lanzarlo a la
poco a poco devienen en una arrepiento. Por esta misma Avenida, advierte que “La calle
particular fauna, en el sentido ruta jamás he debido volver, se lo engullía como a un gusano”
literal del término, próxima de dijo, he quedado salpicado, (p. 59).
la animalidad. de pies a cabeza atrapado de
las agallas. Aquí abajo la cosa
El universo ficcional de
se ha puesto supremamente En El embarcadero de
Cruz Kronfly, además de perros
dura, madre, dijo, si lo vieras. los incurables la evaluación
famélicos que comparten demo-
Es como ver el génesis en su estética de la desesperanza
cráticamente la comida de los
peor momento, dijo, de eso se consolida estableciendo
tarros de basura con sus amos
ni me hablen. ¡Bah! No me relaciones irónicas con autores
(hombres-perros) recicladores

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cuyas obras exhiben evidentes recordar que en su teoría de la hecho que, en las circunstancias
visiones cristianas del mundo. «evolución embrionaria» santo histórico-culturales en que
El pensamiento secularizado de Tomás plantea que en el semen evoluciona Uldarico (nuestro
Cruz Kronfly, moderno, dialoga ya se encuentra, virtualmente, tiempo), la unidad del ser se
irónicamente, primero, con un alma humana creada por ha roto. Sin que sepamos aún
los «trascendentales del Ser» Dios que, poco a poco, se cómo ni qué ni por qué se
de Santo Tomás de Aquino; convierte en un alma superior, ha lanzado en un peregrinar
segundo con el pensamiento sensitiva, elevada, intelectiva o por la gran Avenida de su
trágico de Pascal, con quien racional, es decir, en persona. ciudad, los pensamientos del
en cierta medida comparte su Según él, los «trascendentales», protagonista indican al lector
visión del hombre; y, tercero, con especie de notas, que aunque no que en tanto ser humano está
el poema Cuatro cuartetos. East forman parte de su esencia sí lo sometido a la casualidad, a la
Coker de T. S. Eliot. Sumados determinan, se encuentran en contingencia, que duda de su
a la metáfora de Heráclito, los todos los seres: estos son unum, unidad, pero que sin embargo,
presupuestos de estos filósofos- verum, bonum (uno-unidad, debido a que en su crisis se
literatos le otorgan al relato su verdad-verdadero, bueno- aferra a los mitos religiosos (“su
densidad filosófica y lo ubican bondad). Estas categorías le poderoso crucifijo anclado en el
en el ámbito de la ontología, permiten exponer, primero, pecho” (Embarcadero, p. 12)),
planteando el problema del que el ser es uno, fundamento pareciera insistir en encontrar el
ser y sus relaciones con todo de la unidad, intrínsecamente “Verum-Bonum”. No obstante,
lo que existe. Sin profundizar no contradictorio. Segundo, de entrada se pone en duda
en este aspecto, a primera en la medida que considera la posibilidad de hallarlos:
vista se puede decir que Cruz que el mundo y las criaturas “La ciudad lo engullía peor
Kronfly entiende la ontología individuales que lo habitan son que una lombriz, sin rumbo
en su acepción moderna la manifestación del proyecto conocido y sin orientar en
heideggeriana, separada de la divino, todos los seres son ninguna forma sus pasos hacia
metafísica, fenoménica y busca verdaderos puesto que cada uno el Verum-Bonum” (p. 10). De
acercarse al ser por medio del de ellos expresa un proyecto, igual manera, convencido de su
ente que existe, que actúa, es una razón de ser: sin embargo, “sistemática lejanía de la Senda
decir, el «Ser-ahí», «Ser en el son verdaderos según su grado del Bien”, Uldarico reconoce
mundo» y a sus condiciones y de ser o de participación en el que “Los hombres no pueden
posibilidades reales de existencia ser divino, es decir según su jamás ser conducidos hacia
(Heidegger, 1993). La gran grado de inteligencia y voluntad. el bien, dijo, sólo pueden ser
pregunta parece ser ¿Tienen las Tercero, según el santo, todo llevados de la mano hacia alguna
acciones de los seres humanos un lo que es, todo ser, es bueno parte, hacia cualquier parte” (p.
propósito? ¿Sabe qué busca, qué porque es manifestación de la 21).
se propone? ¿Puede organizar bondad divina. Todo ser o ente
intelectualmente su actuar? O es bueno porque, a su modo, Sin que el personaje se
simplemente ¿Está sometido es una perfección fruto de la convierta en alter ego o porta
a la casualidad de la vida, a la voluntad divina (Santo Tomás voz del autor, esta última frase
rutina, a las costumbres y a la de Aquino, 2001). hace evidente cierta afinidad
irracionalidad de sus actos? entre el modo de pensar del
Al iniciar el relato y obviar personaje y el autor creador,
Vale la pena, entonces, el unum, el narrador da por pues esta sanción parafrasea

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La narrativa de la desesperanza: El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz KronflyJuan D. Gómez
Iván Vicente Padilla Chasing

la máxima de Wittgenstein rata blanca que todo lo mor- cerveza pera la final la rela-
utilizada como epígrafe para disquea? El olvido del ser, ción paga, dijo, y paga caro.
determinar uno de los modos de dijo, el lama se apodera de la Hasta que uno descubre
lectura (filosófico) y establecer pobre materia que somos. Las que nada vale la pena. Ni si-
el código semántico de la ficción ventanas clavadas y la rata en- quiera su sueño junto a ella,
novelesca: “No es posible guiar gordando bajo los crespones dijo, el lamentable reposo en
a los hombres hacia lo bueno; a causa del chantaje y del mie- la hondonada de su silencio.
sólo es posible guiarlos a algún do. No hay nada más horrible (Embarcadero, p. 29. Énfasis
lugar”. La lucidez del narrador que el alma, dijo, nada más mío).
y de Uldarico crea la tensión paralizante, hace de nosotros
novelesca y permite entender lo que se le antoja. Y mientras El diálogo con Pascal
el conflicto del ser humano tanto los ojos entregados a su debe buscarse no de manera
desesperanzado. Uldarico ficción interminable (Em- referencial a través de su nombre
sabe que no existe solución barcadero, p. 21). o de unos de sus pensamientos,
o remedio a su problema sino a través de la ideas. No
existencial: es consciente de Este modo de empezar el basta entonces observar cómo,
que su periplo por la ciudad relato afirma la relación irónica en su divagar, Uldarico lo
solo confirma su soledad, su con la Suma teológica e invalida, trae a colación para constatar
desarraigo, su condición de primero, la metafísica del ser lo que ya sabía y expresar su
transeúnte, su vacío, su hastío, su a la manera de santo Tomás desesperanza. Si bien éste afirma
intrascendencia, pero al mismo (escolástica), pone en duda la que “La vida es por completo y
tiempo descubre la tendencia fusión entre filosofía y teología para siempre una exhalación,
del “incurable” ser humano a para explicar el verum-bonum dijo. ¡Ah mi Pascal! Dos o tres
olvidar su naturaleza mortal y a del ser humano y, segundo, cafeterías apagadas, ni siquiera
buscar paliativos para aferrarse a al mismo tiempo, pone en la un alma. No somos más que
la existencia, para darle sentido y mira de sus cuestionamientos la una débil caña, dijo, incluso en
en muchas ocasiones pretender impotencia de la ética y los mitos el más afortunado de los casos”
inmortalizarse: modernos (libertad, igualdad, (p. 121), es preciso advertir la
fraternidad, tolerancia) para manera como, desde el punto
Reina cierto pavor en medio corregir la naturaleza instintiva de vista del narrador y el autor,
de lo más simple, dijo. Mie- y animal del ser humano. Muy el pensamiento del autor
do a reconocer que estamos pronto el lector aprehende que francés contribuye a montar el
hundidos en los dominios de Uldarico es un desesperanzado andamiaje axiológico del texto:
la casualidad. De la muerte de vieja data pero que la partida
se sabe todo pero aun así no de Márilin y su periplo por la ¡Ser tan sólo un papel!, pen-
se conoce lo mínimo, dijo. Avenida lo ratifican en su visión só. Así era como Uldarico
Se caer en los abismos de la desesperanzada de la vida: se veía a sí mismo. Y así era
primera comunión, pero eso como veía a los demás. Sen-
tampoco sirve de nada, pues tía que no tenía ser, pues el
Toda desilusión resulta pro-
con los días se hunde uno de ser que era jamás conseguía
porcional a las ilusiones, dijo,
nuevo en la tristeza. ¿Quién condensar en nada concreto.
la desesperanza anda suelta.
se responsabiliza ante el ros- Salvo un inasible proceso de
Para el caso no es preciso fi-
tro de los hombres de haber modificaciones continuas,
losofar en demasía. El hastío
soltado dentro del pecho esa devenir de jugadas y de tomas
bebe a solas de su milenaria

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de riesgo cuyo control pare- es una “lombriz”, un “gusano”, un Cruz Kronfly hace caso omiso
cía estar fuera de sus manos. “monstruo”, un ser incorregible de la visión cristiana de Mundo
Por esa razón había termi- e «incurable». (caída de Adán, pecado original,
nado adorando la ontología. la redención en Cristo para
El diálogo con el poema de superar nuestras debilidades
Ella le susurraba de lo que él
Eliot precisa ser entendido en humanas) configurada en East
ya no era. Sabía que jugaba,
la misma perspectiva y no se Coker. Ni el autor ni el narrador
que aún podría desencade-
debe limitar a ver un ingenuo ni el personaje parecen creer que
nar fulgurantes instantes en
acto intertextual expresado la humanidad pueda encontrar la
la partida, por efímeros que
hacia el final del relato (a salvación a través de la búsqueda
fueran. Pero él sabía que al
partir del capítulo treinta y tres de lo divino. No obstante, es
jugar era al mismo tiempo
donde se dice que Uldarico necesario aclarar que conserva
jugado. Anzuelo y lombriz
leía “los Cuartetos de Eliot” sin la ironía, el evidente desasosiego
(Embarcadero, p. 37).
entenderlos y por presumir (p. y el tono melancólico.
El diálogo con Pascal es 193)), sino como un complejo
amplio y de hecho menos irónico diálogo, ambivalente, pues si Los versos “En mi comienzo
pues, como ya se dijo, aunque bien se comparten algunos temas está mi fin”, “En mi fin está mi
se elimine la visión cristiana como la existencia en el tiempo comienzo” (“In my beginning
del mundo (mundo creado y la posibilidad de trascenderlo, is my end”, “In my end is my be-
por Dios cristiano y el hombre su fugacidad, el trastorno ginning”) de Eliot, le permiten
como fruto del pecado original provocado por el hombre en a Cruz Kronfly organizar, iró-
en el pensamiento pascaliano), la naturaleza, la imposibilidad nicamente, en estrecha relación
fuera de lugar en un espíritu de explicar racionalmente o con la metáfora del río y el viaje,
moderno que ha eliminado científicamente la realidad, el regreso al lugar de origen. La
todo matiz mágico-religioso, la falta de madurez del ser circularidad de la idea, como en
Cruz Kronfly retiene la visión humano y su incapacidad para una especie de eterno retorno,
de la naturaleza humana y la aprovechar de su experiencia y le permite dejar entender que
condición trágica del hombre: no repetir los mismos errores Uldarico, y por ende el género
al hacer de Uldarico un lector del pasado y, directamente humano, tiene su origen en un
de Pascal se retiene la idea de relacionado con esta último basurero, motivo por el cual ter-
la fragilidad y la insignificancia aspecto, el cuestionamiento mina, más muerto que vivo, en
del ser humano y la de la del mito del progreso, se un basurero. De igual modo, los
imposibilidad de que éste pueda rechaza el toque esperanzador versos de la primera estrofa9 le
redimirse o salvarse haciendo expresado en la posibilidad de permiten plantear las tensiones
buenas obras, orientándose la purificación en la oración entre el sujeto y la urbe, es decir
estoicamente hacia el bien. y la integridad humana en la el problema del olvido y la dia-
Tanto para el narrador como etapa de la vejez. Tal como se léctica de la construcción-des-
para el personaje, el ser humano establece en los casos anteriores, construcción de las urbes mo-

9 En mi principio está mi fin. Una tras otra/ Las casas se levantan y se derrumban,/ Se desmoronan, las amplían,/ Las trasladan, las
demuelen, las restauran, o queda en su lugar/ Un campo raso, una fábrica o una desviación./ Viejas piedras para nuevos edificios, vieja
leña para nuevas hogueras,/ Viejas hogueras para la ceniza y ceniza para la tierra/ Que ya es carne, pieles y heces,/ Huesos de humanos y
animales, tallos y hojas de cereal./ Las casas viven y mueren: Hay un tiempo para la construcción,/ Y un tiempo para habitar y engendrar/
Y un tiempo para que el viento arranque el cristal desprendido,/ Y sacuda la tarima en que trota el ratón de campo/ Y el tapiz en jirones
donde se halla bordado un lema silencioso.

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La narrativa de la desesperanza: El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz KronflyJuan D. Gómez
Iván Vicente Padilla Chasing

dernas. La ironía fundamental cual nos gusta creer que somos con la alcurnia de antes. Se
de El embarcadero de los incu- carne y sangre sana y sustancial ven en cambio cardúmenes
rables consiste en que, a pesar –una vez más, a pesar de eso, lla- de entristecidas mujeres, de
de su lucidez, contrario a lo que mamos santo a ese viernes…»” las sueltas y de las acompaña-
sucede con el poeta, el viejo Ul- (218)11. Sin nostalgia, pero sí das, de todo en el gran géne-
darico no ha madurado y pien- con extrañeza, irónicamente, ro. Algunas arrastradas hasta
sa que es imposible renovarse. Uldarico observa que en vez de aquella tiniebla por l encanto
Si bien se acepta que “La tierra conmemorar la muerte de Je- del arrabal, otras por el deca-
entera es nuestro hospital” (p. sucristo como algo positivo, el dente esplendor de lugares
199), donde se viene a morir, en sujeto contemporáneo ha hecho que en otro tiempo vivieron
el universo de Uldarico ningún de la noche del viernes un espa- su merecida edad de oro
Dios viene a ofrecer su paternal cio y un momento para dar rien- (Embarcadero, p. 227).
cuidado ni a apartarlo del mal. da suelta a los excesos del hedo-
Por el contrario lo abandona10. nismo posmoderno. Tal vez esto Consideraciones finales
explica por qué se representa el
periplo de Uldarico durante la Sin entrar en el ámbito de la
En la misma perspectiva se noche de un «viernes cultural» filosofía pura y por el contrario
inscribe la idea del “viernes” san- y se considera la Avenida como manteniéndose en el plano
to del poema de Eliot. Cuando “Vía estrecha, vía crucis”: literario de la ficción novelesca,
esta idea aparece hacia al final la densidad ontológica del relato
del relato, cobra sentido la reite- puede llevar a pensar que el
Hombres y mujeres por igual
ración del “viernes” y del porqué autor gira alrededor del lenguaje
se dedican a asar carne en
se ubica la acción durante la no- y se aleja de la realidad objetiva,
parrillas. Vía estrecha, vía
che de un «viernes cultural». no obstante, esta tendencia
crucis. Gran humareda por
Como bien lo indica la metá- hace evidente que aquello que
el contorno, transeúntes tan
fora de la Avenida-río, los tiem- le interesa a Cruz Kronfly de la
codiciosos como hambrien-
pos han cambiado y el “viernes” realidad empírica es la manera
tos, la jauría humana […] La
ya no tiene nada de santo ni de como el personaje la verbaliza.
humanidad circula lenta-
salvador: al entender, por fin, el De aquí que, cuando se
mente, como la sangre en las
sentido religioso del poema de recorrieren las primeras páginas,
arterias de los viejos mante-
Eliot, en su paráfrasis, Uldarico se pueda pensar que se entra en
cosos. Amanece, y la gente
invalida el sacrifico de Jesucristo una especie de abstracción o en
al clarear se viene totalmente
y, por ende la esperanza, las po- una divagación del pensamiento
de bruces. Algunos aún bus-
sibilidades de la redención para a la deriva, parecido al recorrido
can sin embargo aventuras
los humanos: “«… La sangre del personaje por la Avenida.
fuertes, pues a eso al parecer
goteante, nuestra única bebi- Más que una narrativa
han bajado al corazón del in-
da, la carne sangrienta, nuestro embelesada en el lenguaje, en el
fierno. La zona ya no cuenta
único alimento, a pesar de lo

10 Los versos de Eliot dicen: La tierra entera un hospital/ legado por el arruinado/ millonario; el afortunado/ muere en él por el pater-
nal/ y absoluto cuidado/ que no nos abandona y nos aparta del mal.
11 Sube el frío del pie hasta la rodilla./ Canta la fiebre en su mental alambre./ Para tener calor me enfrío a la orilla/ Del purgatorio. El
frío es hielo y hambre;/ Rosa la llama; el humo, zarza, astilla./ Solo bebemos sangre, y por lo tanto/ Carne sangrante es la única comida./
A pesar de ello hacemos nuestra vida/ De suponernos carne sin espanto/ Y a este viernes llamamos Viernes Santo.

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ejercicio retórico en sí mismo, se Si bien el propósito de desesperanza de sus personajes.
trata de uno de los aspectos más Cruz Kronfly parece ser el de Al inscribir a Uldarico en la
importantes a la hora de definir escudriñar en el lado oscuro, tradición de desesperanzados y
su toma de posición en el campo perverso si se quiere, de los mitos ubicándolo en las circunstancias
de la novela colombiana: Cruz modernos, no se puede perder de las problemáticas de la
Kronfly deja pensar, como dice de vista el aspecto esencialmente contemporaneidad, el autor
Uldarico, que ante “la ausencia humano que recorre su narrativa. configura aquello que él
moderna de todo sentido”, Al entrar en la conciencia de los entiende y propone como sujeto
sólo queda “el instaurado en personajes y centrar su atención con una ética posmoderna
el mundo por el lenguaje y el en personajes-metáforas de es decir, que, a pesar de que
método” (Embarcadero, p. 49). la condición humana que ha entrado en un proceso de
se autoconciben como yos disolución, conserva la lucidez
La importancia dada al fragmentados, el interés recae suficiente para no negociar con
lenguaje, a la verbalización de directamente no en los aspectos los nuevos sentidos dados a la
la realidad en la conciencia, sociológicos, culturales o modernidad.
explica su tendencia a concebir filosóficos, sino en las vivencias
novelas de tipo fenoménico. de seres consciente de que En sus novelas nadie puede
Como para Wittgenstein, pero resulta imposible conectar con albergar algo de esperanza
desplazando el problema del una tradición, de que su vida está y aspirar a la inmortalidad
plano filosófico al literario de hecha de fragmentos: Uldarico o trascendencia ontológica.
la novela, para el autor de El dirá “Es a toda esta horrible Esta visión común a todas sus
embarcadero de los incurables el fragmentación y derrota a lo novelas es fiel a su filiación a
lenguaje parece tener el poder de que llamamos Historia” (p. 48). la desesperanza expresada en
ordenar el mundo, de otorgarle De aquí que en esta narrativa sus ensayos: entendida como
sentido o por lo menos de de la desesperanza se privilegie un estado de ánimo que nace
ofrecer la posibilidad de asirlo: el punto de vista de personajes de la lucidez de aquellos que
por tener lógicas similares, el que han perdido la fe en los no pueden ya refugiarse en la
lenguaje no sólo es la expresión dioses y en los mitos modernos. magia premoderna (religiosa
del pensamiento, sino también Abandonados de Dios y del o pagana) o en las utopías
una representación de la mito del progreso humano, los modernas de la racionalidad
realidad: todo lo que se puede personajes de Cruz Kronfly se instrumental de la ciencia. A
verbalizar, decir y pensar en convierten en huérfanos, en Uldarico, como a Simón Bolívar
términos significativos, lógicos, nómadas existenciales que han y Arturo Rendón (La caravana
está ligado intrínsecamente a lo perdido la ilusión de encontrar de Gardel), no le queda más
que existe en el mundo como en algún lugar, o estado mental, que exorcizar el vacío interior
realidad empírica, no sólo los el sentido de sus vidas: se trata de y lanzarse al río de basura y de
objetos sino, y sobre todo, las seres que han caído en el vacío. la nada. A la hora de buscar las
cambiantes formas de vida y las De aquí la atmósfera nihilista motivaciones antropológicas y
acciones humanas12. de sus novelas, la angustia y la psíquicas de los actos humanos,

12 En mi concepto la proximidad de la narrativa de Cruz Kronfly con las ideas de la lógica del lenguaje planteadas por Wittgenstein en
Tractatus logico-philosophicus y luego en Investigaciones filosóficas amerita un estudio detallado. A manera de hipótesis me permito plan-
tear que la narrativa de nuestro autor se alimenta en ella para desembocar en el tipo de novela que practica.

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La narrativa de la desesperanza: El embarcadero de los incurables (1998) de Fernando Cruz KronflyJuan D. Gómez
Iván Vicente Padilla Chasing

Cruz Kronfly parece confiar


más en las ventajas que ofrece
la fusión entre literatura,
psicoanálisis y filosofía que en
la filosofía o la moral religiosa
puras: los epígrafes tomados de
pensamientos de Wittgenstein,
Conrad y Shakespeare ratifican
esta toma de posición y autoriza
en la novela la elaboración de
una especie de filosofía de los
actos humanos.

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