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EXTRATERRESTRE
En muchos casos han afirmado estar en contacto con estos extraños seres desconocidos,
Superiores Desconocidos, los cuales han transmitido información valiosa, fragmentos de una
sabiduría y de una ética que se adapta al país, la raza, la época y las regiones sociales de
quienes los reciben. Dentro de estos movimientos o grupos espirituales se encuentra, a través
de los siglos, entre otros, la Francmasonería.
No conocemos en detalle cuáles eran las “buenas razones” de Oliver para ser de esta opinión,
pero entendemos que hay muchas personas a quienes se les hace difícil aceptar esta idea. Se
deduce de la cita la existencia de antiquísimas civilizaciones en otros planetas o sistemas
solares que habrían existido antes de nuestro mundo, poseedores de un saber excepcional.
Jacques Bergier opina que esta observación de Oliver, hecha en el siglo XIX, influyó en Leo Taxil,
quien, a su vez lo hizo en el escritor Howard Phillips Lovecraft (1). Éste, atraído por el tema, lo
desarrollaría en algunas de sus narraciones cosmogónicas, revestido de los extraños y
terroríficos escenarios propios de su visión particular; por ejemplo, en su notable relato “En la
noche de los tiempos”, escrito en 1934 (2).
UNA HOGUERA QUE ALUMBRA LEJOS
Cuando se creía que la Tierra era el centro del universo, Giordano Bruno fue quemado vivo en
Roma, en 1600, por la Inquisición, por plantear que la Tierra era sólo un planeta en un sistema
solar entre otros sistemas y que seres vivientes habitaban esos mundos. Para Bruno, la
existencia de otros planetas habitados era parte de la magia. Insistió en el papel que deben
jugar las matemáticas en la magia. Imprudente, habló demasiado… ¿Pero qué es la magia? Para
Clarke “toda tecnología suficientemente adelantada no puede distinguirse de la magia”.
Una de las “puntas visibles” más importantes, dentro de muchas otras que permanecen en el
oculto silencio, de contactos extraterrestres con miembros de la francmasonería en los tiempos
pasados, fue Emmanuel Swendenborg (1,688 – 1,772), famoso vidente de Suecia quien afirmó
haber recibido visitas regulares de “ángeles”, de haber visitado remotos lugares del cielo
mediante la proyección astral y haber hablado con seres espirituales de otros planetas, entre
los que cabe mencionar los del planeta Mercurio y Marte (3).
Swendenborg fue un hombre interesado en casi todos los campos del conocimiento humano.
Escribió 150 obras de 17 ciencias; hablaba fluidamente nueve idiomas. Científico, ingeniero de
minas, militar, astrónomo, físico, zoólogo, financiero, economista, músico, miembro del
Parlamento, vidente, místico, aseguraba tener relaciones diarias con los espíritus, a los cuales
describe dentro de sus 32 volúmenes religiosos titulados “Cielo e infierno”. Ahondando en el
lenguaje simbólico de la Biblia, escribió doce volúmenes sobre el significado psicológico de dos
libros de ésta, el Génesis y el Éxodo (4). Fundó el Rito Masónico que lleva su nombre.
En relación a los viajes astrales que habría realizado Swedenborg a otros planetas, considero
conveniente mencionar que C. W. Leadbeater, teósofo, masón grado 33º, notable clarividente,
en un estudio detallado y clasificado de los habitantes del plano astral, manifiesta que, en
dicho plano, además de los astrales de seres humanos encarnados (vivientes en el mundo
físico) y de los desencarnados (muertos en el mundo físico), se encuentran, ocasionalmente,
los Astrales de Extraterrestres, de “altísimos Adeptos procedentes de otros planetas de nuestro
sistema solar” y de los “todavía más excelsos visitantes provenientes de lejanísimas
distancias…”. Además, dice, circunstancialmente se pueden encontrar los astrales de “dos
grandes evoluciones no humanas que actualmente comparten el uso del planeta terrestre y
sobre los cuales está prohibido dar referencias”. También en el plano astral, señala, se
encuentran el cuerpo astral de los animales (que permanecen muy poco tiempo en él) y los
espíritus de la naturaleza: gnomos (tierra), ondinas (agua), sílfides (aire) y salamandras (fuego).
Para Leadbeater, los seres divinos llamados “Devas” por los hinduistas son equivalentes a los
llamados “Ángeles” en Occidente, y sus huestes se incrementan mayormente de otras
humanidades del sistema solar (6).
Por otro lado, observamos que San Pablo, al parecer, nos describe un viaje astral hacia otros
planetas del cielo en el siguiente pasaje bíblico: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace
catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado
hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé; Dios
lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al
hombre expresar” (II Corintios, Cap. 12, Vers. 2-4).
EL RITO SOCRÁTICO, que inaugurara Juan de Toland en 1720, adoptó, al año siguiente, el
sistema de Swendenborg. Esta masonería tuvo ocho grados, de los cuales, el último, Kadosch,
era conferido, preferentemente, a aquellos propios de un estado de realización espiritual, que
a los llamados “maestros en cábala” de carácter especulativo. EL RITO DE LOS ILUMINADOS,
constituido también conforme con el Manual de Swedenborg, se dio a conocer en 1,745 (7).
Eliphas Levi (1810 – 1875) opina que la denominación “Iluminado”, que generalmente se da a
los Adeptos, ha sido mal interpretado dándosele un sentido místico “como si significara
hombres cuyas inteligencias creen haber sido iluminadas por un día milagroso”. “Iluminado
significa -dice- simplemente conocedor y poseedor de luz, bien sea por el conocimiento del gran
agente mágico o por la noción racional y ontológica de lo absoluto”. Dentro de este contexto,
para él, la palabra “luz” es equivalente a “magnetismo”, pero prefiere la primera por ser más
tradicional en ocultismo y porque expresa, en forma más completa, la naturaleza de este
agente secreto.
Para el propósito de comunicarse con estos seres de los planetas, dice que es suficiente con
“comprender el sistema de analogía universal, tal como lo ha establecido Swendenborg en su
Clave Jeroglífica de lo Arcano” (9).
Otro recurso o técnica antigua para supuestamente comunicarse con seres de otros planetas,
lo constituyen los famosos “espejos negros” como el que usó John Dee (1527 – 1608) que
también uso Swendenborg. El “espejo” le fue dado a John Dee por un ser rodeado de luz, el 25
de mayo de 1561, al que él llamó “ángel” para simplificar. Éste le dijo que mirando en el cristal
vería otros mundos y podría establecer contacto con inteligencias distintas de las del hombre.
Los extraños seres con los que Dee se comunicó hablaban una lengua desconocida que él
aprendió y a la cual llamaba lengua “enoquiana” (de Enoc, que también se escribe Enoch,
nombre de aquel personaje bíblico que fue llevado al cielo, como el profeta Elías; este último,
transportado en un “carro de fuego”). La lengua enoquiana constituyó contemporáneamente la
base de la doctrina secreta de la más dinámica de las sociedades secretas operativas de
nuestro tiempo: “The Golden Dawn in Outer” (“El Alba Dorada del Exterior”) que en 1888
consagrara en Londres el Templo Isis Urano (10). Pero esta técnica de comunicación, la de los
“espejos negros”, no es una exclusividad europea. Se usaba también en otros lugares del
mundo. Lo que predomina en la época actual es el método de la escritura psicográfica o
telepatía instrumentalizada.
En 1575 se escribió la “Relación de los Ritos y Fábulas de los Incas” de Cristóbal de Molina “el
Cuzqueño”. Es decir, seis años antes de que John Dee tuviera su encuentro con el misterioso
ser rodeado de luz. Molina fue párroco de la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios en el
Cuzco. Para recopilar sus informaciones sobre “las idolatrías” de los Incas, hizo llamar a los
más ancianos maestros y sacerdotes Incas que pudo, muchos de los cuales fueron
contemporáneos de Huayna Cápac, conocedores de las tradiciones y ritos de su pueblo. Entre
las historias que Molina escuchó de los labios indios y registró en su libro, está la historia de
Inca Yupanqui: éste, mientras se dirigía a visitar a su padre Wiracocha Inca, que se encontraba
en Sacsahuana, vio caer del cielo una “tabla de cristal” en una fuente llamada de Susurpuquio.
En la tabla vio una figura humana que emitía rayos resplandecientes, la cual le llamó y le habló
identificándose como su padre el Sol. Le dijo que él habría de conquistar muchas naciones,
dándole, además, otras instrucciones. La imagen humana resplandeciente desapareció. El
espejo, similar al cristal, quedó en manos del Inca, en el cual, después –dice la crónica de
Molina el Cuzqueño- éste “veía todas las cosas que quería”.
Según Garcilazo de la Vega, los Incas, además del quechua que era la lengua general, oficial,
que impusieron a todos los pueblos que conquistaban, “tuvieron otra lengua particular, que
hablaban entre ellos, que no la entendían los demás indios ni les era lícito aprenderla, como
lenguaje divino” (11).
Este otro “lenguaje divino”, exclusivo, secreto, de la jerarquía Inca, aparte del quechua, ¿era
algún tipo de lengua “enoquiana”? No lo sabemos. Hacen falta estudios más profundos y
minuciosos sobre las técnicas y procedimientos de magia usados por la más alta jerarquía del
sacerdocio Inca, muy por encima de las formas mágicas de la población común y de las
supersticiones del vulgo. Entendiendo correctamente, la magia es una vía de conocimiento
diferente a las vías racionales y lógicas a las que estamos acostumbrados, y, por la cual, en
tiempos antiguos, los hombres se acercaron a conocimientos profundos y trascendentales. Hoy
la civilización moderna se acerca a ellos mediante otros recursos de la ciencia experimental,
formal, racionalista, de base materialista. Los antiguos dieron más énfasis a conocimientos que
estaban en relación con el desarrollo del ser, más que a los aspectos prácticos de la capacidad
de tener, en cuyo campo permanecieron simples y con una tecnología naturalista.
Según el “manuscrito Voynich” –parcialmente traducido por Newbold-, Róger Bacon (1214 –
1294) habría visto en un espejo cóncavo especial, una estrella en forma de caracol que se
encontraba entre el ombligo de la constelación de Pegaso, el busto de Andrómeda y la cabeza
de Casiopea. Por este medio habría comprendido que la nebulosa de Andrómeda era una
galaxia como la nuestra, muchos siglos antes de que existieran los gigantescos telescopios de
hoy, con los cuales se observan las nebulosas lejanas (12).
Papus (el Dr. Gerard Encausse) da una lista de varios tipos de “espejos negros” en su libro
“Tratado Elemental de Magia Práctica”. Incluso da instrucciones de cómo construir algunos y de
cómo usarlos correctamente para ver durante las ceremonias rituales de magia. Aún así, el
secreto para ver en un “espejo negro” no está en el espejo en sí, sino en cierto entrenamiento,
desarrollo y capacidad psíquica y mental, personal, de aquél que mira.
El filósofo alemán Enmanuel Kant (1724 – 1804), que planteó el dilema empírico-racionalista y
a quien se debe una nueva teoría objetiva de ética, proporciona informaciones sobre los
habitantes de otros planetas. Kant afirma que estos habitantes son tanto más ricos en vida
espiritual cuanto más se alejan del Sol. Sería interesante saber de dónde obtenía Kant tales
informaciones. Pero no olvidemos que Kant, contemporáneo de Swendenborg, impresionado
por las cualidades de éste, dedicó, a la vida y al pensamiento del vidente, una pequeña obra
titulada “Sueños de un Visionario, Explicados con Sueños de la Metafísica” (14).
Sobre este manuscrito, Blavatsky basa la primera parte de su monumental obra “La Doctrina
Secreta” (15). Según este punto de vista cosmogónico, se deduciría que todas las tradiciones
iniciáticas, incluida la masónica y la de la Sociedad Teosófica, tendrían sus raíces en este Centro
Único, Conservador Perpetuo de la Llama Interior de la Sabiduría, de origen exterior, que se
habría manifestado, siempre encendida, a través de los grandes ciclos de vida y muerte de
continentes que se renuevan periódicamente, de acuerdo a las necesidades de evolución del
planeta y las de maduración y cosecha de los distintos sembríos de las formas vivientes,
incluida la humana, sobre ella.
Por otro lado, en concordancia con los puntos de vista de George Oliver y de H.P. Blavatsky,
antes citados, C. W. Leadbeater, grado 33º, escribió lo siguiente en su libro “La vida oculta en la
Masonería”: “Hace millares, quizá millones de años, que por orden del Rey espiritual del mundo
se fundó la Masonería, y aún es una de las más poderosas armas en Sus manos y uno de los
más eficientes canales de su bendición”.
Annie Besant y C. W. Leadbeater, discípulos de H.P.Blavatsky, en su libro “El Hombre ¿De Dónde
y Cómo Vino? ¿Adónde Va?”, describen literariamente así la llegada de la Jerarquía Espiritual
constituida por los hombres de Venus:
“Si supierais cuántos innúmeros mundos hay en el espacio –estrellas de gran majestad y belleza
que aparecen como resplandecientes gemas en el terciopelo negro del Omniverso-, los millones
de almas que están clamando, y sus voces resuenan como un repicar de paz hacia la Tierra. Si
los hombres tuvieran conciencia de este amor y este afecto y este designio, los problemas de la
Tierra no serían problemas en absoluto. Por consiguiente, es nuestro deber darles este mensaje
que es un mensaje doble: un aviso para que se preparen para lo que ha de venir en las aguas y
los vientos; y en segundo lugar, el mensaje de que hay seres que se preocupan, que obran como
emisarios del Uno Infinito. Decidles que son amados, que serán guiados tal como piden ser
guiados: “Pedid y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad y se os abrirá”. Serán atrapados y
llevados adonde las águilas se reúnen. No se los hallará en necesidad. Decidles que su Padre los
ha oído. Su Padre está siempre lleno de gracia y de amor para con Sus hijos. Soy aquél cuya
grandeza es como la más pequeña partícula de arena en la Tierra y es tan bajo como la cima de
la más alta montaña” (16).
Es evidente que por encima del hombre existen otras nobles inteligencias que se expresan en
distintas dimensiones del universo, en otros niveles de existencia. Así nos lo enseñó Jesucristo
cuando dijo: “De cierto os digo: entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor
que Juan el Bautista; pero el más pequeño en el reino de los cielos, mayor es que él” (Mateo,
Cap. 11, Vers. 11).
Nuestro propósito es abrir al lector una puerta hacia otra dimensión de comprensión, por la
que pueda trasladarse, intuitivamente, hacia el sentido inefable de una experiencia expresada
antigua y modernamente. Que pertenece al pasado, pero que es, a la vez, el futuro delante de
nuestros ojos. Con lo dicho aquí, apenas hemos empezado a levantar el velo que cubre una
realidad desconocida sobre la que hay que meditar, comprender. Y es que, para los efectos de
lo que queremos comunicar, como dijo Shakespeare, “el pasado solamente es un prólogo”. Y
todavía hay mucho que decir sobre este tema.
(2) H.P Lovecraft, precisando el sentido de sus narraciones, en una oportunidad dijo:
“Todos mis relatos, por muy distintos que sean entre sí, se basan en la idea central de
que antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia
negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsados, pero viven aún en el exterior,
dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra”. Como epígrafe de su
relato titulado ”La Llamada de Cthulhu”, Lovecraft puso este párrafo de Algernon
Blackwood, uno de los precursores de los mitos de Cthulhu: “Es concebible que tales
Potencias o seres hayan sobrevivido desde una época infinitamente remota en que la
conciencia se manifestaba quizá a través de cuerpos y formas que ya hace tiempo se
retiraron ante la marea de la ascendiente humanidad, formas de las que sólo la poesía
y la leyenda han conservado un fugaz recuerdo bajo el nombre de dioses, monstruos,
seres míticos de toda clase y especie”. En: Howard Phillips Lovecraft y otros, “Los Mitos
de Cthulhu” –Narraciones de horror cósmico. Selección, estudio preliminar,
introducciones, bibliografía y notas de Rafael Llopis-. Sorprendentemente la opinión de
Lovecraft es coincidente, en líneas generales, con la opinión de Albert Einstein sobre
los OVNIS: “Los platillos voladores existen, y el pueblo que los posee es un pueblo de
seres humanos que partieron de la Tierra hace 20,000 años” (citado en, Henry Durrant,
“OVNIS, Realidad o Ficción”).
(4) Wilson Van Dussen: “Las alucinaciones como el mundo de los espíritus” –Estudio
comparado de los relatos de alucinaciones de pacientes con la descripción del mundo
de los espíritus de E. Swendenborg-.
(5) Anthony Martin: “Teoría y práctica de la proyección astral” –Una guía preliminar de las
teorías sobre las experiencias fuera del cuerpo y de las técnicas para liberar el cuerpo
astral-. Ver también: Sylvan Muldoon y Hereward Carrington, “La proyección del
cuerpo astral”.
(11) Garcilazo de la Vega: “Los Comentarios Reales de los Incas”, Libro Séptimo, capítulo I.
(14) Jacques Bergier, Ob. Cit en el numeral anterior. Y Massimo Inardi, “Mente sin
Fronteras”.