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E.

MANAUT-GIL, ET AL
ORIGINAL

Relación entre el déficit neurológico y el cociente de inteligencia

en niños y adolescentes

E. Manaut-Gil, E. Vaquero-Casares, E. Quintero-Gallego, J. Pérez-Santamaría, C.M. Gómez-González

RELATIONSHIP BETWEEN NEUROLOGICAL DEFICIT AND INTELLIGENCE

QUOTIENT IN CHILDREN AND ADOLESCENTS

Summary. Introduction. The relationship between developmental and mental deficits due to genetic or acquired causes is well
established. However the possible relationship between neurological signs and intellectual development has not been sufficiently
studied. Objective. We have conducted a transversal study to test the possible association between neurological signs and
psychometrical measures in children and young adolescents. Patients and methods. 123 patients were neurologically explored
(ages between 54-185 months), 36 girls and 87 boys. These subjects were neurologically and psychometrically tested during a
period of 3 years. Contingency tables, chi squared tests, discriminant analysis and ROC curves were used for statistical analysis.
This statistic allowed to establish the contingencies between neurological signs (presence or absence) and intelligence quotient
(IQ) groups (low and normal scores). Results. The results showed a statistically significant relationship between IQ and the
presence of 7 neurological signs (χ2 = 6,213; p = 0,013). The discriminant analysis classified correctly 77.2% of subjects. The
ROC curves indicated a high sensitivity and specificity if subjects presented more than 3 neurological signs. The frequency
analysis established the more discriminant neurological signs. Conclusions. The obtained results in children with learning and
behavioural disabilities suggest comorbidity between low IQ and neurological signs. This association is more marked in the group
of children than in the pre- and adolescent group. [REV NEUROL 2004; 38: 20-7]
Key words. Children and adolescents. Developmental problems. Intelligence quotient (IQ). Learning disabilities. Minor neuro­
logical dysfunction. Reflexes.

INTRODUCCIÓN motor prenatal y posnatal temprano en la predicción y reconoci-


Muchos niños con dificultades leves en el aprendizaje, proble- miento de los trastornos del desarrollo. La DNM parece estar
mas conductuales y alteraciones en el rendimiento académico asociada a diversas dificultades perinatales, como nacimiento
presentan en la exploración neurológica los llamados déficit prematuro, retardo en el crecimiento intrauterino e hipoxia peri­
neurológicos ‘blandos’. La exploración clínica neurológica natal [7]. Aunque éstos son los tres factores más importantes que
valora desviaciones de la normalidad funcional del sistema se han propuesto en relación con la DNM, existen otras etiologías
nervioso, anormalidades que pueden ser tanto cualitativas como importantes, entre ellas las complicaciones durante las fases tem­
cuantitativas y, dentro de éstas, la ausencia como extremo de pranas de la gestación (infecciones intrauterinas y exposición a
anormalidad funcional. De cara a la interpretación, además de sustancias tóxicas, entre otras) [7,8]. El diagnóstico neurológico
sustentarse sobre bases neuroanatómicas, neurofisiológicas y de esta entidad se suele realizar mediante una clasificación sin­
neuroquímicas, la historia clínica neurológica se apoya, ade- drómica, utilizando escalas constituidas por diversas categorías
más, en bases neuropatológicas y en los campos compartidos (clusters) de signos neurológicos (ítems) adecuados a las diferen­
con la psiquiatría y la psicología. Un examen neurológico sin tes edades de los pacientes [6,9-11].
valoración de la actividad mental debe considerarse incompleto La evaluación neurológica centrada en la DNM debe conside­
[1]. Asimismo, deben valorarse el nivel sociocultural en el cual rarse especialmente en la población infantil en los siguientes gru­
se desarrolla el niño y, si ya está iniciada la escolarización, los pos de riesgo:
problemas escolares en cuestión. – Niños en los que se sospecha una enfermedad neurológica en
La valoración neurológica en los niños con estas patologías estado inicial.
ha demostrado ser una excelente herramienta para determinar las – Aquellos que presentan un trastorno neurológico claro (ence­
funciones motoras, sensitivosomáticas, refléxicas, de control del falopatía connatal fija, por ejemplo).
equilibrio del tronco, posturales corporales y, como consecuen- – Niños que se envían al neurólogo debido a problemas con­
cia de la interacción de todas ellas, la funcionalidad psicomotora, ductuales y de aprendizaje sin una aparente causa neurológi­
en niños con los denominados signos neurológicos ‘blandos’, lo ca. Este último constituye el enfoque del presente trabajo.
que conforma la denominada disfunción neurológica menor
(DNM) [2-5]. Touwen [6] señaló la importancia del desarrollo Para Hadders-Algra y Towen [12], la DNM está más estrecha­
mente relacionada con los problemas de aprendizaje que con los
Recibido: 18.06.03.Recibido en versión revisada: 29.10.03. Aceptado: 06.11.03. de comportamiento. Asimismo, Soorani-Lunsing et al [13] pre-
Laboratorio de Psicobiología. Departamento de Psicología Experimental.
cisan que en la DNM se pueden destacar diferentes grupos de
Facultad de Psicología. Universidad de Sevilla. Sevilla, España. signos, como trastornos leves en la manipulación motora, proble-
Correspondencia: Dr. Carlos M. Gómez. Laboratorio de Psicobiología. Dpto. mas de coordinación motora, disarmonía tónica muscular (usual-
Psicología Experimental. Facultad de Psicología. Avda. San Francisco Ja- mente con predominio de la hipotonía) y discinesia (usualmente
vier, s/n. E-41005 Sevilla. Fax: +34 954 551 784. E-mail: cgomez@us.es. tics o ritmias diversas). Estos autores (grupo del University Hos-
El presente trabajo ha sido subvencionado por la Junta de Andalucía y la pital de Groningen) relacionan significativamente los déficit en
DGICYT. la manipulación fina con los problemas cognitivos y comporta­
 2004, REVISTA DE NEUROLOGÍA mentales; los problemas de coordinación motora, con los proble-

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DÉFICIT NEUROLÓGICO Y CI

mas cognitivos y, finalmente, la discinesia coreiforme, y espe­ objetivos para categorizar como deficientes mentales a personas con muchas
cialmente la hipotonía, con los problemas conductuales. posibilidades que suelen presentar retraso en el aprendizaje, dificultades espe­
Existe, igualmente, numerosas evidencias que relacionan la cíficas de aprendizaje y problemas conductuales. Desde el punto de vista psi­
presencia de déficit neurológicos menores con diferentes desór­ cométrico, la puntuación que se considera como discapacidad o deficiencia
denes psicológicos y psiquiátricos. Por ejemplo, son altamente mental es igual o menor a la media poblacional menos el doble de la desviación
estándar; es decir, 70 o menos. En este sentido, hemos decido denominar al
prevalentes tanto en adultos como en niños con esquizofrenia, de grupo con déficit de CI (70-85) normal-bajo o borderline.
manera que se pueden convertir en unos interesantes marcadores
psicobiológicos de la población de riesgo [5]. Interrogatorio a los padres
El objetivo del presente estudio es evaluar la relación entre los Generalmente, se realiza una entrevista, con la madre del paciente prefe­
resultados que aportan dos tipos de exploraciones, por un lado, la rentemente, por su confiabilidad, utilizando un protocolo estructurado de
exploración clínica neurológica, y, por otro, la exploración psico­ preguntas, planteadas verbalmente mediante términos sencillos y de uso co­
métrica de la inteligencia, en una población infantil de distintas mún, a las cuales, por regla general, había que responder afirmativa o nega­
tivamente o, en su caso, refiriendo su desconocimiento. El protocolo incluyó
edades –niños y adolescentes– con el fin de comprobar qué sen­ los siguientes apartados:
tido tiene dicha relación, si influye el factor edad y si existe co­ – Motivo de estudio.
morbilidad entre la presentación de síntomas neurológicos deter­ – Problema principal y asociados.
minados y la inteligencia medible mediante el cociente de inteli­ – Edad de inicio y evolución de los trastornos conductuales o de aprendizaje.
gencia (CI). Dado que la mayor parte de los aspectos de la
exploración neurológica que se analizaron son relativos a reflejos Asimismo, se consignaron datos normales o anormales en relación con las
etapas gestacional, perinatal, neonatal y desarrollo (neuropsicomotor, lin­
motores, respuestas autónomas y sensoriomotoras, la existencia
güístico, aprendizaje y conductual), así como antecedentes familiares pato­
de una relación entre el CI y estos síntomas sugiere la presencia lógicos; especialmente, trastornos del desarrollo, del aprendizaje, lingüísti­
de problemas básicos de desarrollo en el sistema nervioso central. cos, neurológicos, psiquiátricos y psicológicos.

Exploración neurológica
PACIENTES Y MÉTODOS Se siguieron las normas clásicas y habituales de diferentes autores [16-22] en
Se explora una población de 123 pacientes –36 niñas (29,3%) y 87 niños cuanto al orden de exploración, así como ciertos hallazgos de signos, conse­
(70,7%)–, sin diagnóstico previo de discapacidad mental, con edades com­ cuencia de la praxis profesional, no referidos en la bibliografía e incluidos
prendidas entre los 54 y los 185 meses (4,5-15 años), con una media de 96,02 como datos a considerar. El número de sesiones (de no más de 20 minutos cada
meses ± 31,64 (8 años ± 2,63). A estos pacientes los envió el pediatra, el una, con el fin de evitar fatiga) osciló entre dos y ocho. Un hecho a destacar
médico de cabecera u otro especialista, o bien el colegio o los padres, por es que el orden y la amplitud de la exploración de los diferentes apartados
presentar problemas de aprendizaje, conductuales, verbales o no verbales. varió frecuentemente, y se tuvo que adecuar a la colaboración del niño, con­
Las valoraciones neurológica y psicométrica fueron realizadas por neuró­ dicionada por la edad, la conducta normal o anormal, el nivel intelectual y el
logos, foniatras y psicólogos a lo largo de tres años, en la Clínica de Neuro­ desarrollo lingüístico. La exploración incluyó:
foniatría del Centro Hospitalario 20 de Noviembre, del ISSSTE en Ciudad de – Valoración clínica de presencia/ausencia de deficiencia mental y de con­
México. La supervisión de todo el trabajo de recolección de datos fue reali­ ductas verbal y no verbal, normal/anormal.
zada por el primero de los autores. Se empleó una serie de pruebas psicomé­ – Somatometrías (perimetrías craneal y torácica, así como mediciones del
tricas para evaluar el cociente de inteligencia y, por otra parte, una explora­ desarrollo muscular y de longitudes comparativas entre los miembros iz­
ción clínica enfocada hacia la valoración de los estados neurológico, neurop­ quierdos y derechos), incluyendo la valoración de las curvaturas de la
sicológico y sensoriomotor de los pacientes. columna vertebral.
– Valoración del tono muscular en la lengua, el paladar, la cintura escapular,
Valoración de los pacientes el abdomen, los miembros y los arcos plantares.
Exploración médica general – Presencia/ausencia de hernias abdominales congénitas.
La llevó a cabo previamente el pediatra. Por lo general, y dependiendo del – Presencia/ausencia de hirsutismo.
perfil clínico, cada paciente podía contar con una o más valoraciones previas – Valoración de implantación dental, paladar y úvula.
(ORL, EEG, cardiológica, ortopédica, endocrinológica, oftalmológica, au­ – En varones, presencia/ausencia de criptorquidia.
diométrica, informe escolar, etc.). – Pares craneales.
– Esfera motora.
Valoración psicométrica – Esfera sensitivosomática (tactos, doble estimulación ipsilateral y contra-
Los test de inteligencia son pruebas psicológicas que permiten evaluar la correc­ lateral, temperaturas, vibraciones, grafoestesia); la percepción algógena se
ta o incorrecta realización de una serie de tareas estandarizadas. Los resultados pospuso a la última sesión, para evitar condicionar un rechazo del paciente
globales que se obtienen a partir de ellos se expresan en cocientes de desarrollo a posteriores exploraciones.
o cocientes de inteligencia. Las pruebas que se emplearon para medir la inteli­ – Marcha en todas sus variantes.
gencia fueron las derivadas de la escala de inteligencia de Wechsler para adultos – Serie de pruebas cerebelosas.
(WAIS), concretamente la escala de inteligencia de Wechsler para niños – Regulación del control del equilibrio: maniobra de Romberg, clásica y
(WISC-R) [14], que se utilizó de los 6,5 a los 15 años, y la escala de inteligencia lateralizadas, y marcha sobre una tabla de consistencias variables y bús­
de Wechsler para preescolar y primaria (WPPSI) [15], que se destinó a niños de queda de marcha en estrella.
4,5 a 6,5 años. Con estos tests se obtiene una puntuación verbal y otra manipu­ – Reflejos normales y patológicos: labial, perilabial, cilioespinal, palmares
lativa que, combinadas, dan un cociente de inteligencia global (CI) estándar, que y plantares; miotática en los cuatro miembros; cutaneoabdominales, cre­
es una medida de posición relativa. Un CI de 100 corresponde al percentil 50, masteriano.
con una desviación típica de ±15 en todas las edades. En la muestra se utilizó – Somatognosia, incluyendo la maniobra de André-Thomas y gnosia digital.
el WISC-R en 83 niños (edad media: 105,82 meses) y el WPPSI en 40 niños – Exploración del sistema nervioso autónomo (frecuencias sistólica y respirato­
(edad media: 74,57 meses). Los valores de CI que se obtuvieron permitieron ria, tensión arterial, diaforesis (palmar, craneal), palidez/frialdad cutáneas).
establecer dos categorías, CI normal (85-115) y normal-bajo (70-85), para rea­ – Funciones cerebrales superiores: memorias secuenciales verbales y no
lizar los análisis de datos. Según la Asociación Americana para la Deficiencia verbales, discriminación izquierda-derecha corporal y extracorporal, test
Mental y la OMS, se consideran cinco niveles o grados de deficiencia mental, de Piaget-Head, perfil de lateralidades (batería de R. Zazzo), praxias bu­
en función del CI, y al nivel denominado deficiencia mental límite o borderline cofonatorias, bucolinguofaciales, de la marcha, visuoconstructiva y del
le corresponde una puntuación de CI entre 68 y 85. No hay consenso entre los vestirse, test de organización dinámica del movimiento (Luria), reproduc­
diferentes autores sobre la definición de esta categoría , ya que no hay criterios ción de ritmos digitales (M. Stambak).

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E. MANAUT-GIL, ET AL

– Discriminación de figura y fondo (Frostig), gnosia visual (tachado de línea Tabla I. Exploración neurológica frente a exploración psicométrica.
inclinada), bisección de línea media.
– Discriminación cromática (Isihara). Exploración psicométrica
– Gnosis auditiva: discriminación de sonidos ambientales.
– Valoración lingüística (evocación nominal, oral/escrita, apareamiento de CIN CIN-B
nombre y figura, construcción de frases, oral y escrita), exploración de
melodía y ritmo en el canto, lectura y escritura espontánea, copia y dictado, Exploración neurológica Anormal 60 39
concepto de cantidad y cálculo aritmético, mental y por escrito.
Normal 21 3
– Valoración de grafismos en el cuaderno escolar.
Total 81 42
De todos los aspectos valorados en la exploración neurológica: estado mental,
esferas anatómica y sensitivosomática, pares craneales, funciones cerebelo­ CIN: coeficiente intelectual normal; CIN-B: coeficiente intelectual normal-bajo.
sas, control del equilibrio del tronco, conducta motora (movimientos anorma­
les) y actividad refleja, en el presente estudio (que forma parte de una inves­
tigación más amplia) se analizaron un total de 22 signos neurológicos: Tabla II. Exploración neurológica frente a exploración psicométrica según
discinesias (tics, ritmias), signos de Babinski y de Chaddock, clonos, reflejos edad.
nauseoso, prehensor palmar y plantar, tonicocervical, de succión, de búsque­
da labial, vestibuloocular y palatino, salto con un pie, autoestimulación pro­ Exploración psicométrica
pioceptiva, sinergia digital, algesia, hernias congénitas, pie plano, estrabismo
CIN CIN-B Total
congénito, hipus pupilar, fractura de la punta de los lápices (manipulación),
rasgado de las hojas del cuaderno durante la escritura (manipulación), diafo­ 54 a 120 meses Exploración Anormal 46 32 78
resis y palidez cutánea. La mayoría de los elementos seleccionados corres­ neurológica
ponden a reflejos motores, coordinación motora y respuestas autonónomas y
psicomotrices. De estos 22 signos, siete –discinesia (tics), clonos, reflejos Normal 19 2 21
persistentes prehensor-palmar, de succión, de búsqueda labial, tonicocervical
Total 65 34 99
patológico e hipoalgesia– presentaron una asociación estadísticamente signi­
ficativa con la puntuación psicométrica. La valoración neurológica general 121 a 185 meses Exploración Anormal 14 7 21
no sólo estuvo basada en los 22 elementos seleccionados en este trabajo, sino neurológica
en el interrogatorio y la exploración neurológica completa.
Normal 2 1 3
Análisis de datos
Total 16 8 24
Para determinar la asociación entre el cociente de inteligencia (CI) y los
signos neurológicos citados se utilizaron tablas de contingencia, dadas las
características cualitativas de las variables que se evaluaron. Las dos catego­
rías que se establecieron para el CI fueron: normal (85-115) y normal-bajo no), reflejos prehensor-palmar plantar persistente, tonicocervical patoló­
(70-85), y los signos neurológicos que se analizaron fueron 22. El estadístico gico, de succión persistente, de búsqueda labial persistente e hipoalgesia.
que se utilizó fue la chi al cuadrado (χ2). Asimismo, se realizó un análisis Las tablas de contingencia indican que los niños con menor puntuación
discriminante para analizar la capacidad de discriminación de los signos psicométrica (CI normal-bajo, población borderline) suelen mostrar a su
neurológicos significativos en función de los grupos de CI (normal y bajo). vez un déficit neurológico, evidenciado por la presencia de estos signos
Posteriormente, se calcularon los valores de sensibilidad y de especificidad neurológicos.
mediante curvas COR (curva de características operativas o de rendimiento
diagnóstico); la sensibilidad muestra la probabilidad de que el resultado de un Relación entre el CI y la presentación de discinesias (tics)
test sea positivo cuando existe enfermedad (tasa de verdaderos positivos, Hay una relación estadísticamente significativa entre los resultados de la
expresada como porcentaje), y la especificidad la probabilidad de que el exploración psicométrica y la presentación de tics (χ2 = 4,524; p = 0,033).
resultado de un test sea negativo cuando la enfermedad no está presente (tasa Como se aprecia en la tabla III, el mayor porcentaje de la muestra (89,43%,
de verdaderos negativos, expresada en porcentaje). Mediante dichas curvas, n = 110) no presentó tics; de éstos, el 56,09% (n = 69) presentó un CI normal.
también se calculó el número mínimo necesario de estos signos para predecir Respecto a la población con tics (10,56%, n =13), el mayor porcentaje, 9,57%,
un CI bajo. tampoco mostró déficit psicométrico. Éste fue el único caso donde se estable­
ció la asociación entre un signo neurológico y la normalidad psicométrica. En
todos los demás casos, que se describen a continuación, se obtuvo una asocia­
RESULTADOS ción significativa entre la presencia del signo neurológico y el CI normal-bajo
El 80,5% (n = 99) de los niños mostró déficit neurológicos, respecto a un (Tabla III).
19,5% (n = 24) que no los presentó (Tabla I). El 65,9% (n = 81) de la muestra
no mostró déficit psicométrico (CI normal), mientras que un 34,1% (n = 42) Relación entre el CI y la presentación de clonos
presentó un CI normal-bajo. Se obtuvo una asociación muy significativa entre el CI bajo y la presencia de
Se obtuvo una asociación estadísticamente significativa entre los resulta­ clonos (χ2 = 8,22; p = 0,004). Como se aprecia en la tabla IV (a), el mayor
dos de la exploración psicométrica y los de la exploración neurológica global porcentaje de niños no mostró clonos (92,68%, n = 114); a su vez, el mayor
(χ2 = 6,213; p = 0,013). Al cruzar las dos variables, se encuentra que un alto porcentaje de ellos (64,22%, n = 79) presentó un CI normal. Sin embargo,
porcentaje del total de niños (31,7%) muestra déficit psicométrico (CI entre los que sí manifestaron clonos (7,31%, n = 9), el mayor porcentaje
normal-bajo) acompañado de déficit neurológicos. De igual forma, un por­ (5,69%, n = 7) presenta un CI bajo.
centaje importante, pero menor (17,07%), de los 123 niños no mostró ningún
tipo de déficit. Relación entre el CI y la presentación de reflejo
Al categorizar la población en dos grupos de edad –niños (54-120 meses) prehensor palmar plantar persistente (RPP)
y adolescentes (121-185 meses)–, se encontró una relación muy significativa Hay una asociación muy significativa entre el CI bajo y la presentación de
entre la variable edad y los resultados que se obtuvieron en las dos exploracio­ RPP (χ2 = 15,97; p = 0,000). Como se aprecia en la tabla IV, el mayor
nes para el grupo de niños de menor edad (χ2 = 7,282; p = 0,007) (Tabla II). porcentaje de la muestra (87,8%, n = 108) no manifestó este reflejo patológico
Los pacientes con déficit neurológico presentaron, al menos, un signo a las edades estudiadas. El mayor porcentaje de ellos (63,41%, n = 78) tam­
neurológico; el promedio fue de 6,54 signos por paciente. Se encontró una poco evidenció déficit psicométrico. Por el contrario, entre los sujetos que sí
relación estadísticamente significativa entre el CI normal-bajo y los si­ presentaron RPP (12,19 %, n = 15), el mayor porcentaje de ellos (9,75%, n =
guientes signos neurológicos: presentación de clonos (plantar y rotulia- 12) también presentó un CI bajo.

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DÉFICIT NEUROLÓGICO Y CI

Tabla III. Discinesia (tics) y exploración psicométrica. Relación entre el CI y la algesia


Se evidenció una asociación estadísticamente significativa entre los resulta­
CIN CIN-B Total dos de la exploración psicométrica y la algesia (χ2 = 7,382; p = 0,007). Como
se aprecia en la tabla V, hubo un mayor porcentaje de niños normoalgésicos
Tics Normal 69 41 110
(72,35%, n = 89) que hipoalgésicos (27,65%, n = 34). De los niños con
Anormal 12 1 13 normoalgesia, la gran mayoría (52,84%, n = 65) no evidenció déficit psico­
métrico, mientras que en el grupo con hipoalgesia mostraron un porcentaje
Total 81 42 123 similar con y sin déficit psicométrico (14,6% con CI bajo respecto a un 13%
con CI normal). Dado el menor número de niños con CI normal-bajo, la
posibilidad de presentar CI bajo e hipoalgesia es más elevada que en niños con
Tabla IV. Reflejos y exploración psicométrica. CI normal (Tabla V).
En resumen, los déficit neurológicos fueron contingentes a déficit psico­
Inteligencia métrico (CI bajo) en la mayoría de los signos que resultaron estadísticamente
Signos Total
significativos mediante el análisis de la χ2.
neurológicos CIN CIN-B
A continuación, realizamos un análisis discriminante con base en los siete
(a) Clonos Normal 79 35 114 signos neurológicos que habían resultado significativos previamente; se ob­
tuvo un excelente porcentaje de discriminación (91,41%) para el grupo de CI
Anormal 2 7 9 normal. (74 de n = 81). Sin embargo, la capacidad de discriminación de un CI
bajo fue menor (50%), dado que la disfunción neurológica se puede asociar
(b) Prehensor palmar Normal 78 30 108 con ambos grupos de CI, y los signos más predictivos tienen baja probabilidad
Anormal 3 12 15 de aparición. Hay que señalar que la función discriminante global presentó el
valor de 77,2%.
(c) Tonicocervical Normal 42 12 54 Pese a las elevadas significaciones que se obtuvieron mediante la χ2, el
discriminante de los siete signos considerados no era buen predictor del grupo
Anormal 39 30 69 problema. Por ello, decidimos analizarlos mediante curvas COR, que indican
el valor del área bajo la curva, la significación y los valores de sensibilidad
(d) De succión Normal 81 32 113
y especificidad para cada uno de los signos en cuestión. Las áreas fueron
Anormal 10 10 significativas para cinco signos (de los siete considerados): reflejo prehensor
palmar persistente, reflejo tonicocervical patológico, reflejo de succión per­
(e) De búsqueda Lab. Normal 80 31 111 sistente, reflejo de búsqueda labial persistente e hipoalgesia (Tabla VI).
El reflejo tonicocervical patológico presentó la mayor sensibilidad (71,4%)
Anormal 1 11 12 para predecir un CI bajo, y una especificidad (51,9%) indicadora de que el
Total 81 42 123 signo está presente en ambos grupos de CI. Los reflejos persistentes de suc­
ción, búsqueda labial y prehensor palmar resultaron excelentes predictores de
CI bajo, pues presentaron una especificidad máxima (100%, 98,8% y 96,3%),
indicadora de ausencia de estos signos en caso de CI normal, así como una
Tabla V. Algesia y exploración psicométrica.
sensibilidad baja (23,8%, 26,2% y 28,6%), ya que sólo los presentó un 26,18%
del grupo de CI bajo y, generalmente, combinados con más signos (véase, más
Evaluación psicométrica
Total adelante, la tabla VIII). El único signo sensorial, la hipoalgesia, presentó peor
CIN CIN-B sensibilidad (42,9%) que especificidad (80,2%).
En resumen, tenemos una especificidad muy informativa acerca de la
Normoalgesia 65 24 89 ausencia de algunos signos neurológicos en el grupo de CI normal, y una
sensibilidad bastante más elevada en el grupo borderline que en el de CI
Hipoalgesia 16 18 34 normal, resultados bastante más explicativos y a su vez coherentes con los que
Total 81 42 123 se obtuvieron en el análisis discriminante.
En coherencia con nuestros objetivos, decidimos calcular, mediante aná­
lisis y curvas COR, el número mínimo de signos necesarios para predecir con
Relación entre el CI y la presentación de reacción gran sensibilidad la pertenencia al grupo de CI bajo. De los siete signos
o reflejo tonicocervical patológico (RTC) significativos en el análisis de χ2, el máximo número presente en los niños fue
Se obtuvo una asociación estadísticamente significativa entre los resultados de seis. En la tabla VII se pueden apreciar los valores de sensibilidad y
de la exploración psicométrica y la presentación de RTC (χ2 = 6,087; p = especificidad. Por encima de tres signos (valor de corte), se observa una
0,014). Como se aprecia en la tabla IV (c), el mayor porcentaje de niños elevada sensibilidad predictora de un CI bajo y una especificidad máxima,
mostró RTC (56,09%, n = 69). La presencia simultánea de RTC patológico que indica la ausencia de estos signos en el grupo de CI normal.
fue mucho más elevada en el grupo de CI bajo que en el grupo de CI normal. La figura muestra el porcentaje de cada número de signos en relación al
CI, y es muy ilustrativa de lo que se obtiene en las curvas COR. Se puede
Relación entre el CI y el reflejo de succión persistente (RS) apreciar que el valor de corte entre ambos grupos de CI se establece en tres
Se presentó una asociación muy significativa entre los resultados de la explo­ de estos signos.
ración psicométrica y el RS (χ2 = 20,992; p = 0,000). Como se aprecia en la Finalmente, en la tabla VIII se indica la frecuencia de cada signo específico
tabla IV (d), el mayor porcentaje de niños no mostró RS patológico en estas en función del número de signos en ambos grupos de CI.
edades (91,86%, n = 113); de ellos, el mayor porcentaje (65,85%, n = 81)
tampoco presentó déficit psicométrico. En la tabla se evidencia que todos los
niños que presentaron RS (8,1 %) son del grupo de CI bajo. DISCUSIÓN
Relación entre el CI y el reflejo de búsqueda labial persistente (RBL) Los niños y adolescentes del estudio presentaron con antelación
algún tipo de alteración del aprendizaje o del comportamiento,
Se obtuvo una asociación muy significativa entre los resultados de la explo­
ración psicométrica y el RBL (χ2 = 19,56; p = 0,000). La tabla IV (e) muestra
referida por padres y maestros. Un alto porcentaje de ellos presen­
un mayor porcentaje de niños sin RBL y sin déficit en el CI (65,04%, n = 80). taron en la exploración neurológica global algunos déficit neuro­
Entre los niños con RBL patológico (9,75%, n = 12), el mayor porcentaje de lógicos asociados a un CI normal. El diagnóstico de déficit neu­
ellos mostró también un CI bajo (8,94%, n = 11). rológico implicó la presencia de una serie de signos neurológicos

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anormales, incluidos los leves o ‘blandos’, Tabla VI. Áreas de las curvas (COR) y estadísticos para los signos neurológicos y grupos de CI.
que podrían indicar la existencia de pro­
blemas madurativos del sistema nervioso Área bajo la curva Significación Sensibilidad Especificidad
central (traducidos también a escala peri­ Reflejo prensor palmar 0,624 0,024 28,6% 96,3%
férica y autónoma) [22-24], de lesiones ce-
rebrales adquiridas y de alteraciones gené- Reflejo tonicocervical 0,616 0,035 71,4% 51,9%
ticas, entre otras (incluidas las de causa Reflejo de succión 0,619 0,031 23,8% 100,0%
sociocultural), que podrían repercutir en el
desarrollo intelectual, conductual y emo- Reflejo de búsqueda labial 0,625 0,024 26,2% 98,8%
cional del niño e influir psicométricamen­ Hipoalgesia 0,616 0,036 42,9% 80,2%
te sobre el cociente intelectual con las pun-
tuaciones más bajas en el continuo de la Tics 0,438 0,259 2,4% 85,2%
normalidad o con una deficiencia mental Clonos 0,571 0,198 16,7% 97,5%
límite. Precisamente, es en el estudio de la
denominada población borderline donde
la estandarizada herramienta psicométrica (excelente predictor Tabla VII. Sensibilidad y especificidad en función del número de signos
de problemas escolares y conductuales) y la valoración neuroló­ neurológicos.
gica se complementan y enriquecen mutuamente, y potencian la
evaluación del estado global de los niños con las patologías que Cantidad de signos Sensibilidad Especificidad
aquí se contemplan. 1 14,3% 35,8%
Hay que señalar que el porcentaje de niños referidos a la
consulta fue muy superior al de niñas. Este dato también fue 2 50,0% 80,2%
obtenido por el grupo de la Universidad de Groningen [8], y 3 66,7% 93,8%
demuestra que la posibilidad de ser clasificado en el grupo de
daño neurológico y de presentar problemas de conducta y de 4 73,8% 100,0%
aprendizaje escolar –como distracción, conducta molesta, tor­ 5 85,7% 100,0%
peza motora, fracaso escolar (especialmente en el aprendizaje
de la lectoescritura)– es notablemente mayor en los niños que en 6 97,6% 100,0%
las niñas.
Un aspecto que hemos de subrayar en los resultados que se
obtuvieron es la relación inversamente proporcional entre la pre­
sencia de signos neurológicos y la edad de los niños (más signos
a menor edad, y viceversa). Estos resultados concuerdan con los
que obtuvieron Ardila y Rosselli [11] en 233 niños normales de
edades similares (5-12 años), y los que consiguió el grupo de
Groningen [25,26], que observó que la frecuencia de los signos
neurológicos blandos presenta una tendencia a disminuir con la
pubertad. Estos autores sugieren que el incremento puberal de las
hormonas gonadales influiría en dicha disminución. De hecho,
entre los efectos estrogénicos cerebrales se ha informado [27]
acerca de su influencia en una mejora de la ejecución motora.
Otro aspecto interesante del estudio es la presencia de comorbi­
lidad entre varios signos neurológicos y un nivel intelectual psicomé­
trico normal-bajo. A continuación, discutiremos esta afirmación.
Mediante el estadístico de la χ2 se obtuvieron relaciones sig­
nificativas entre un CI bajo y varios signos de carácter motor y de
actividad refleja persistente (tics, clonos, reflejos prehensor pal­
mar, tonicocervical patológico, de succión, de búsqueda labial) y
también de carácter sensorial (hipoalgesia). A excepción de los Figura. Porcentaje de niños que presenta distinto número de signos. Línea
continua: CI normal; línea discontinua: CI bajo.
tics, todos ellos presentaron una marcada significación estadísti­
ca (p < 0,01) de asociación con un CI bajo.
Nuestros datos no nos permiten establecer una interpretación portamiento, coincide con otros trabajos. Así, McPhillips et al
concluyente para la asociación obtenida entre un CI normal y la [28], en niños con problemas de lectura, constata la presencia de
presencia de discinesia (tics). Al respecto, Soorani-Lunsing et al alteraciones en la regulación del equilibrio y en el control motor.
[26], al estudiar adolescentes con DNM, también obtuvieron una Al igual que nosotros, investigaron reflejos y reacciones prima­
relación significativa entre los siguientes ítems: discinesia e hipo­ rias persistentes (específicamente, el reflejo tonicocervical) y ob­
tonía y los problemas escolares y las dificultades atencionales, tuvieron que, en los primeros años de vida, podrían estar relacio­
incluso en niños con un CI normal. nados con el sistema de equilibrio e influir en el menor desarrollo
La relación que se obtuvo entre algunos reflejos primarios posterior de las habilidades de lectura. Sus conclusiones resaltan
implicados en el desarrollo de la motricidad y el cociente de la interferencia del sistema de reflejos primarios en el desarrollo
inteligencia, en niños con problemas de aprendizaje y del com- psicomotor. Asimismo, Amiel-Tison et al [29] comprobaron en

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DÉFICIT NEUROLÓGICO Y CI

niños de 3-5 años la evolución madurativa (persistencia y valor signo neurológico no implica necesariamente una disfunción psi­
predictivo) de tres signos deficitarios diagnosticados en los pri­ comotora consolidada, ya que la variabilidad es una característica
meros 18 meses de vida; entre ellos, el reflejo de estiramiento de la normalidad, pero constituye un signo de alerta.
fásico y el desequilibrio en el tono axial pasivo (imbalance in El razonamiento anterior es aplicable al único signo senso­
passive axial tone). La evidencia de problemas motores y del rial que presentó significación en nuestro estudio: la hipoalgesia
lenguaje y dificultades atencionales les hizo concluir el valor o, mejor dicho, el déficit de reacción a una estimulación nocicep­
predictivo de dichos signos. Otros autores [30] examinaron la tiva, que sería lo evidenciado conductualmente, y que estuvo
relación entre seis signos neurológicos blandos, medidas de cog­ presente en un 27,65% del total de niños (sensibilidad: 42,9%;
nición (WISC-III), habilidades motoras (movimiento ABC) y especificidad: 80,2%). De hecho, cuando los niños del grupo de
comportamiento (escala de Conner) en escolares de 8-13 años; CI normal presentaron un solo signo, el reflejo tonicocervical fue
obtuvieron que los niños que tenían más signos blandos mostra­ el más frecuente (73%), con la hipoalgesia en segundo lugar
ban, a su vez, peores puntuaciones en las otras tres medidas. El CI (15%). La combinación de estos dos signos fue la más frecuente
se ha considerado clásicamente como un predictor de la conducta (54,54%), entre las combinaciones posibles; y cuando se presen­
escolar, donde un CI bajo se relaciona con un mal pronóstico de taba el máximo de tres signos (punto de corte entre ambos grupos
desarrollo curricular. de CI), fueron estos dos signos y los tics la combinación más
Diversos estudios también han demostrado la relación entre frecuente (60%).
el CI y la presencia de signos neurológicos en etiologías especí­ Lógicamente, la incidencia del reflejo tonicocervical y la hi­
ficas y su valor como indicadores del pronóstico en edades avan­ poalgesia fue mucho más elevada en el grupo de CI bajo. Así,
zadas [5,31,32]. cuando presentaron un solo signo, el reflejo tonicocervical tam­
En nuestro estudio, el análisis discriminante de los siete sig­ bién fue el más frecuente (80%), y la hipoalgesia se señaló en
nos que resultaron significativos, analizados en función del grupo segundo lugar (20%). Cuando presentaron dos signos, el par más
de CI, indicó un valor de discriminación global del 77,2%; fue frecuente (71,42%) también fue el de reflejo tonico cervical e
excelente para discriminar al grupo de CI normal y peor para el hipoalgesia. A partir de tres signos hasta seis, estos dos signos
grupo problema. Sin embargo, el análisis de curvas COR nos aparecen frecuentemente asociados con los reflejos arcaicos per­
permitió precisar la interpretación de los resultados. Así, los re­ sistentes y con clonos (Tabla VIII).
flejos arcaicos persistentes (de succión, búsqueda labial y prehen­ Hay que precisar que en este estudio no se trata de analgesia, de
sor palmar plantar) presentaron una especificidad máxima. Es indiferencia universal al dolor de etiología genética, sino más bien
decir, una vez terminado el desarrollo psicomotor, la persistencia de un déficit en la modulación sensoriomotora, quizá debido a daño
de estos reflejos es predictora de un CI bajo, ya que prácticamente estructural en el sustrato fisiológico implicado. Por ejemplo, la
están ausentes en el grupo de CI normal. Por otra parte, su sensi­ respuesta nociceptiva disminuida, junto a reflejos arcaicos y reac­
bilidad tampoco puede ser muy elevada en el grupo de CI bajo, ciones iniciales incompletas o persistentes junto con hipotonía
ya que muchos de éstos niños no los presentaron, pues la persis­ configuran los síntomas principales del síndrome de apatía, de la
tencia de estos reflejos arcaicos, ya presentes al nacer, son un enfermedad de Wallenberg (síndrome dorsolateral del bulbo, un
claro indicio de disfunción neurológica. conjunto de signos y síntomas con signos como el síndrome cere­
La reacción o reflejo tonicocervical asimétrico se puede cate­ beloso ipsilateral con síntoma de hipoalgesia de la cara, ipsilateral
gorizar como una reacción postural inicial que no está presente al a la lesión) o del síndrome sensitivo alterno (con síntoma de hipoa­
nacer, pero que también desaparece en beneficio de reacciones de lgesia del tronco y las extremidades contralateral a la lesión).
equilibrio y de la evolución de la motricidad fina, es decir, para Nuestros datos sólo nos permiten constatar lo siguiente:
adquirir el control voluntario de la conducta motora. – La presencia de uno o más reflejos arcaicos persistentes de
La persistencia de estos signos una vez finalizado el desarro­ succión, de búsqueda labial y prehensor palmar plantar es
llo psicomotor, que culmina alrededor de los dos años de vida, comórbida con un CI normal-bajo.
sugiere, en primer lugar, una afectación del sistema motor de – Existe comorbilidad entre la presencia de más de tres de estos
origen central. Pero, además, en el contexto de un modelo tran­ signos y un CI normal-bajo (borderline).
saccional (donde el sustrato biológico y los factores epigenéticos, – Existe una asociación frecuente entre una reacción al dolor
dotados de plasticidad, interaccionan modificándose mutuamen­ disminuida y ciertos reflejos arcaicos (RS, RBL, RPP) y reac­
te), no podemos obviar la dimensión conductual del desarrollo ciones persistentes (RTC).
‘psicomotor’ (término que introdujo Wernicke), ya que el niño
explora la motricidad basándose en estímulos sensoriales (tácti­ Basándose en lo constatado, una especulación razonable podría ser,
les, gustativos, olfatorios, auditivos, visuales), y va aprendiendo entre otras, que la presencia de una lesión estructural, vascular o
a discriminar entre sensaciones interoceptivas y exteroceptivas, metabólica en el bulbo-cerebelo en el desarrollo psicomotor podría
que le permitirán establecer las nociones de espacio y tiempo en implicar en edades posteriores, cuando las regiones corticales en­
un contexto social. Por ejemplo, de la comunicación preverbal (el tran en acción, signos deficitarios (hipoalgesia), signos de libera­
lactante extiende los brazos para que lo abracen) al inicio del ción (reflejos persistentes) por falta de control de las estructuras
lenguaje (con 11 meses, su motricidad ya le permite articular un lesionadas y signos de suplencia (como problemas de lenguaje,
‘mamá’ o ‘papá’ específicamente dirigido). Según Illinworth [33], coordinación espacial y temporal, etc.). De hecho, en la actualidad
el desarrollo motor de la manipulación es uno de los mejores se está valorando la implicación del cerebelo y sus conexiones, no
predictores del nivel de inteligencia. sólo en los aspectos motores (coordinación, equilibrio, postura, tono
En nuestro estudio, el reflejo tonicocervical presentó la mayor y movimientos voluntarios), sino también en los perceptuales, cog­
sensibilidad; es decir, su proporción en el grupo de CI bajo respecto nitivos y emocionales [34-36]. Asimismo, consideramos que sería
al total de niños que presentó el signo fue elevada, pero los niños adecuado realizar estudios de potenciales evocados por estímulos
con CI normal también presentaron este signo. La presencia de un somatosensoriales para saber acerca de los aspectos perceptivos y

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E. MANAUT-GIL, ET AL

reactivos de la algesia en estas poblaciones, Tabla VIII. Porcentaje de asociaciones entre signos.
dado que factores como el sexo, la edad, cog­
CI normal CI bajo
nitivos y también psicométricos parecen in-
fluir en la percepción del umbral de nocicep­ 1 signo TC 73% TC 80%
ción [37,38], lo que apenas se ha estudiado.
HA 15% HA 20%
En cualquier caso, lo que el presente
estudio constata es que las anomalías en el TICS 12%
desarrollo, como el retraso en la madura­
2 signos TC+HA 54,54% TC+HA 71,42%
ción del sistema nervioso central, pueden
generar problemas en la organización ce- TC+TICS 27,27
rebral. Por un lado, en procesos que en su
TC+RBL 9% HA+clonos 14,28
mayor parte dependen de mecanismos sub-
corticales para permitir la inhibición de TC+ RPP 9% TC+RPP 14,28
ciertos reflejos y la aparición de ciertas 3 signos TC+HA+TICS 60% TC+RPP+ clonos 66,66%
capacidades psicomotoras; y por otro lado,
en sistemas funcionales complejos que, en TICS+CLONUS+RPP 40% TC+RS+ clonos 33,33%
su mayor parte, tendrían un control cortical 4 signos TC+HA+RBL+RS 50%
y que, con todas las limitaciones que impli­
ca una herramienta psicométrica, nos per- TC+HA+RPP+TICS 16,66%
mite medir una ‘inteligencia general’ o pro­ TC+RPP+RBL+RS+ 16,66%
medio de diversos tipos de inteligencia
mediante el CI. Es importante continuar HA+RPP+EBL+RS 16,66%
realizando trabajos de corte longitudinal 5 signos TC+HA+RBL+RS+RPP 60%
en esta línea, puesto que los indicadores de
neuromaduración (signos neurológicos en TC+HA+RBL+RPP+ clonos 20%
general) nos dan una idea del desarrollo HA+RBL+RS+RPP+ clonos 20%
funcional de áreas cerebrales específicas, a
su vez asociado al desarrollo cognitivo, TC: tonicocervical, HA: hipoalgesia, RBL: reflejo de búsqueda labial, RS: reflejo de succión, RPP: reflejo
prehensor palmar plantar, CI: cociente de inteligencia.
comportamental y emocional del niño.

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RELACIÓN ENTRE EL DÉFICIT NEUROLÓGICO Y EL RELAÇÃO ENTRE DÉFICE NEUROLÓGICO E QUOCIENTE


COCIENTE DE INTELIGENCIA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES DE INTELIGÊNCIA EM CRIANÇAS E ADOLESCENTES
Resumen. Introducción. Aunque se conoce bien la relación existente Resumo. Introdução. Embora se conheça bem a relação entre défice
entre déficit de desarrollo (por etiologías genética o adquirida) del de desenvolvimento (por etiologias genética ou adquirida) do sistema
sistema nervioso y discapacidad mental, la relación entre diversos nervoso e incapacidade mental, a relação entre diversos sinais neu­
signos neurológicos y el cociente intelectual (CI) se ha abordado rológicos e o quociente intelectual (QI) tem sido abordado escas­
pocas veces. Objetivo. Nuestro estudio utiliza un diseño de tipo trans­samente. Objectivo. O nosso estudo utiliza um desenho de tipo trans­
versal para comprobar la posible relación entre los resultados que se versal para comprovar a possível relação entre os resultados que se
obtienen mediante la exploración neurológica y la psicométrica en obtêm mediante o exame neurológico e o psicométrico, em dois gru­
dos grupos de edad (niños y adolescentes). Pacientes y métodos. Se pos etários (crianças e adolescentes). Doentes e métodos. O exame
realizó una exploración clínica en una muestra de 123 pacientes, de clínico foi realizado numa amostra de 123 doentes, com idades com­
edades comprendidas entre los 54 y los 185 meses, 36 niñas y 87 preendidas entre os 54 e os 185 meses, 36 de sexo feminino e 87
niños, que forman parte de un estudio del desarrollo más amplio. de sexo masculino, que fazem parte de um estudo de desenvolvimento
Los pacientes se valoraron neurológica y psicométricamente du­ mais amplo. Os doentes foram avaliados neurológica e psicometri­
rante un período de tres años. Para el análisis de datos se utilizaron camente durante um período de três anos. Para a análise dos dados
diversas pruebas, tablas de contingencia, chi al cuadrado, análisis utilizaram-se provas, quadros de contingência, chi quadrado, análi­
discriminante y curvas COR. Se analizaron las contingencias entre se discriminante e curvas COR. Analisaram-se as contingências entre
signos neurológicos específicos respecto a valores de CI normal y sinais neurológicos específicos em relação a níveis de QI normal e
normal-bajo. Resultados. Se obtuvo una relación estadísticamente normal-baixo. Resultados. Obteve-se uma relação estatisticamente
significativa entre el CI y siete signos neurológicos distintos (χ2 = significativa entre QI e sete sinais neurológicos (χ2 = 6,213; p =
6,213; p = 0,013). El análisis discriminante indicó que el 77,2% de 0,013). A análise discriminante indicou que 77,2% das classificações
las clasificaciones realizadas eran adecuadas. Las curvas COR realizadas eram adequadas. As curvas COR indicaram uma elevada
indicaron una alta sensibilidad y especificidad a partir de la pre­ sensibilidade e especificidade a partir da presença de três sinais
sencia de tres signos neurológicos. El análisis de frecuencia precisó neurológicos. A análise de frequência precisou quais foram estes
cuáles fueron estos signos. Conclusiones. Los resultados que se ob­ sinais. Conclusões. Os resultados que se obtiveram em crianças e
tuvieron en niños y adolescentes con problemas de aprendizaje y adolescentes com problemas de aprendizagem e comportamento
conducta sugieren una comorbilidad entre un CI normal-bajo y de­ sugerem uma co-morbilidade entre um QI normal-baixo e determina­
terminados signos neurológicos, más marcada en el grupo de menor dos sinais neurológicos, mais marcada no grupo de menor idade.
edad. [REV NEUROL 2004; 38: 20-7] [REV NEUROL 2004; 38: 20-7]
Palabras clave. Cociente de inteligencia (CI). Disfunción neurológi­ Palavras chave. Crianças e adolescentes. Disfunção neurológica
ca menor. Niños y adolescentes. Reflejos. Trastornos de aprendizaje. menor. Perturbações da aprendizagem. Perturbações do desenvolvi­
Trastornos de desarrollo. mento. Quociente de inteligência (QI). Reflexos.

REV NEUROL 2004; 38 (1): 20-27 27

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