CAPITULO TRES
UN ACERCAMIENTO INICIAL A LA IMAGINACION ACTIVA
Ei Caso de Silvia
Para tener un punto de comparacién con el caso de Eduardo, el
ejemplo siguiente, es el de una pintora llamada Silvia. Como Eduar-
do, ella acababa de rebasar la primera mitad de la vida cuando
decidié realizar el gran estuerzo de entablar un dialogo con el in-
consciente. Sin embargo, el estuerzo de Silvia, a diferencia del de
Eduardo, proviene de una etapa més temprana en la imaginacién
activa. Aunque éste no era su primer intento, si fue le primera vez
que logré descubrir la profundidad de su problema principal.
Silvia habia sido poco afortunada con sus padres: su padre era
el ejemplo clasico de padre negativo; y su madre, aunque de natu:
raleza bondadosa, nunca tuvo la fuerza para enfrentar a su esposo78
y proteger a sus hijos. En Mysierium Coniunctionis Jung habla
del efecto de! padre en la hija’
El padre es el primer portador de fa imagen del animus.
Elle confiere substancia y da forma a esta imagen vir-
tual, pues, por sera imagen representativa del Logos,
es la fuente del «espiritu» para la hija. Desafortunada-
mente, la fuente donde esperamos encontrar agua cris-
talina, a menudo se haya enturbiada. El espirtu que
beneficia a la mujer no es mero intelecto, sino mucho
‘mas; es una actitud, es el espiritu por ef cual ef hombre
vive... Por esto, cada padre tiene la oportunidad de co-
romper de una u otra forma, la naturaleza de la hija,
Ei padre de Silvie se aproveché por entero de esta oportunidad
Ante lacritica constante, ella crecié con una opinién muy devaluada
de si misma en todos aspectos, fuertemente respaldada por su
4nimus. Silvia era una mujer de una belleza inusual, se cas6 antes
de cumplir los 30 afios, tuvo dos hijos a los que adoraba y aunque
su esposo era un buen hombre, su actituc critica hacia ella derivada
de una relacién negativa con su propia madre, no le permitié a Silvia
compensar con el matrimonio, la insatistaccién de su nifiez y juven-
tud, La actitud critica de su esposo, igual a la de su padtre, lejos de
brindarle el apoyo firme y la confianza en si misma que necesitaba,
propicié la persistencia de su baja autoestima,
‘Ante sus propios ojos nada de si misma ni siqulera su incons-
ciente, era positivo; esto ocasioné su enorme dificultad para confiar
yaun acercarse a él, Por esto, representa un gran triunfo el que ella
llevara a cabo esta fantasia, Pero a partir de fa configuracién que
4, dung, Collected Works, vol. 14, par 232.79
_adopta su imaginacién activa pademos ver que ella ain se encon
traba lejos de su inconsciente
Silvia narra la fantasia como si fuera ajena a ella y la ubica en et
tiempo de sus abuelos, debido a que su padre no confiaba ni en si
mismo ni en la vida. Por esta razon, tuvo que remontarse al tempo
de sus ancestros y, como veremos, tuvo que alejarse todavia mas,
hasta las lamadas épocas pagans para encontrar la solucion, que
ri su padre ni e! cristianisme pudieron dare
La fantasia trata de una madrina muerta algunos afos atras y
quien, a pesar de ser una mujer rica, solo le hered6 a su ahljada un
objeto aparentemente insignificante: una vieja llave. La anijada la
guards en su escritorio desde entonces, pero por alguna razén no
pudo olvidaria, Para lograrlo, decidié escribir la historia de la lave,
misma que la madrina le cont6 antes de meri.
‘Come la madrina no fue una mujer atractiva, desde muy joven
decidié olvidarse del amor y del matrimonio, consagrandose @ $o-
bresalir profesionalmente. Gracias a su empeio, muy pronto ocupe
uno de los puestos mas altos de una empresa importante. Ganaba
\o suficiente para satistacer todos sus deseos y nunca se permitié
pensar en nada més alld de sus posibilidades.
La madrina carecia de interés por la vida y nunca anhelé nada,
encerrandose cada vez mas en su trabajo. Era durante los fines de
semana cuando las carencias de su estilo de vida se hacian pre-
sentes. Y fue precisamente durante la comida de un sbado cuan-
‘do cometié la primera imprudencia que la condujo a toda la aventur
ra. Sucedié en el restaurante en el cual acostumbraba comer. El
‘sefor Schulze, un hombre extrafo, quien ni siquiera le simpatizaba,
‘a invitd a dar un paseo en coche hasta Lucerna, Ese era un dia