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Reforma tributaria 2018

Según la OCDE, en el año 2016, el total de los ingresos tributarios en Colombia


representaba 26,7 % del PIB, mientras que en los países de la OCDE el promedio
era de 34,5%. En particular, en Dinamarca equivalía a 45,9% del PIB; en Francia,
a 45,3%; en Suecia, a 44,1% y en Italia, a 42,9%. Mejor dicho, es difícil
argumentar que en Colombia los ingresos tributarios y, en consecuencia, el gasto
público son excesivos.
Por otro lado, también según la OCDE, en el 2016, en Colombia, los ingresos
tributarios pagados a partir de los ingresos de las personas naturales
representaban 0,8% del PIB; los pagados a partir de los ingresos de las empresas,
4,8%, y los pagados a partir del consumo, 8,3%. En el promedio de los países de
la OCDE, los impuestos pagados a partir de los ingresos de las personas naturales
representaban 8,4% del PIB; los pagados a partir de los ingresos de las empresas,
2,8%, y los pagados a partir del consumo, 11,1%.

Lo que esos datos muestran es que en Colombia las empresas son las que pagan
los impuestos y no las personas naturales (sus dueños). Lo contrario ocurre en el
mundo desarrollado, en donde las personas naturales pagan muchísimo más que
las empresas. A su vez, lo que también muestran los datos es que la recaudación
a partir de los impuestos directos pagados por las personas naturales y jurídicas
en los países desarrollados es superior a la obtenida a partir de los impuestos al
consumo.

De otro lado, según un estudio reciente del Banco de la República, en 2016, en


Colombia, las tasas efectivas promedio de tributación neta (las que efectivamente
se pagan sobre los ingresos gravables descontados los costos económicos de
trabajar y la depreciación del capital fijo) fueron: sobre los ingresos del trabajo,
20,8%, incluyendo una tasa de 15,9% sobre seguridad social; sobre los ingresos
de capital de las personas naturales, 6,2%; sobre los ingresos de capital
(incluyendo utilidades) de las empresas, 31,1%, y sobre el consumo, 11,1%.

Estas últimas tasas son consecuentes con la mencionada recaudación obtenida


como porcentaje del PIB: las empresas son los que pagan las mayores tasas de
impuestos y no sus dueños, quienes pagan tasas sobre sus ingresos de capital (su
fuente principal y muchas veces única) mucho menores incluso que las que pagan
los trabajadores sobre sus ingresos derivados de su trabajo. Mejor dicho, a la luz
de los datos, pareciera que la norma constitucional de equidad y progresividad en
la tributación (artículo 363) está lejos de cumplirse.

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