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EN OBSTETRICIA
Dr. Cesar Ayala
Integrantes:
DANIELA MALDONADO
JHONATAN PAUCAR
JENNY PAUCAR
ANESTESIA EN OBSTETRICIA
CAMBIOS FISIOLÓGICOS DURANTE EL EMBARAZO Y EL PARTO
Durante el embarazo y el parto se producen modificaciones anatómicas y fisiológicas debido a:
1) Cambios de la actividad hormonal;
2) Aumento de la demanda metabólica materna y alteraciones bioquímicas inducidas por la
unidad fetoplacentaria.
3) Efectos mecánicos de la hipertrofia uterina.
ALTERACIONES CARDIOVASCULARES
A lo largo del embarazo se producen cambios en el sistema cardiovascular que consisten en:
A término, el volumen plasmático llega a ser un 50% mayor que antes del embarazo mientras que
el volumen de eritrocitos sólo aumenta un 25%.
Este aumento superior del volumen plasmático da lugar a la anemia fisiológica del embarazo.
La hemoglobina (Hb) se suele mantener alrededor de 11 g/dl, o aún más, incluso a término la
presencia de valores inferiores en cualquier momento del embarazo constituye una señal de
anemia que debe ser tenida en cuenta.
El transporte global de oxígeno no se ve afectado por esta anemia, debido al aumento del gasto
cardíaco. El volumen extra de líquido intravascular a término, entre 1-1,5 l, sirve para compensar
las pérdidasde sangre que se producen en el parto vaginal, entre 300 y 500 ml, o en la cesárea
estándar, entre 800 ml y 1 l.
Después del parto, la contracción del útero origina una autotransfusión de sangre, muchas veces
de más de 500 ml, que compensa la sangre perdida durante el alumbramiento.
Gasto Cardiaco
Compresión Aortocava
Por todo ello, cuando se utilizan las técnicas neuroaxiales con fines analgésicos en partos o
cesáreas es preciso evitar la posición supina. La disminución de la compresión de la vena cava
inferior y de la aorta abdominal mediante el giro de la paciente hacia la izquierda alivia la
hipotensión y contribuye al mantenimiento del flujo sanguíneo uterino y fetal.
Alteraciones neurológicas
Se considera que las pacientes embarazadas son más sensibles a los anestésicos inhalatorios y
locales. En el caso de los anestésicos inhalatorios, la concentración alveolar mínima (CAM) se
encuentra reducida. La CAM de un anestésico volátil se reduce un 28% durante el primer
trimestre de gestación.
Las mujeres embarazadas son más sensibles a los anestésicos locales. La dosis de anestésico local
necesaria para conseguir el mismo grado de bloqueo neuroaxial mediante anestesia
subaracnoidea o epidural es menor en las mujeres embarazadas que en las que no lo están. En el
embarazo a término, las venas epidurales se encuentran congestionadas, lo que reduce la
capacidad del espacio epidural y el volumen de líquido cefalorraquídeo (LCR) en el espacio
subaracnoideo.
ANALGESIA EN EL PARTO
En el siglo XIX, siendo notorio el hecho de que Victoria, reina de Inglaterra, decidió inhalar
cloroformo con fines analgésicos durante el nacimiento del príncipe Leopoldo.
Para la mayoría de las mujeres, el parto es muy doloroso. Además, el curso temporal de la
intensidad del dolor es muy variable, dinámico e impredecible. Algunas mujeres experimentan
dolor intenso solamente en el momento de inicio de la segunda fase del parto, mientras que otras
lo sufren desde la primera contracción. En raras ocasiones hay mujeres que no padecen dolor
alguno durante el parto. No se conocen las razones de estas diferencias en cuanto al dolor del
parto, pero en parte pueden ser de origen genético. Otros factores pueden ser el tamaño y la
forma de la pelvis, la manera en que se presenta el feto y si las contracciones son inducidas o no.
Los opioides se utilizan con frecuencia durante el parto principalmente porque son baratos y
fáciles de obtener. Pueden ser administrados por vía intramuscular, sin necesidad de establecer
un acceso I.V.
En la actualidad, los opioides de larga duración de acción que se utilizan como analgésicos
durante el parto son la morfina, la hidromorfona y la meperidina.
El opioide de larga duración más utilizado en obstetricia en todo el mundo es la meperidina, pero
desgraciadamente es el que más efectos adversos provoca. Se suele administrar por vía i.v. en
dosis de hasta 25 mg o por vía intramuscular en dosis de hasta 50 mg. La semivida materna oscila
entre 2 y 3 h, mientras que en el feto y el neonato es considerablemente más larga (13-23 h), y
se puede acumular tras la administración de varias dosis un metabolito activo y potencialmente
neurotóxico.
La morfina no suele utilizarse para los dolores del parto. Al igual que la meperidina, da lugar a un
metabolito activo (morfina-6-glucurónido) con una semivida mayor en los neonatos que en los
adultos y produce una acusada sedación materna. Los obstetras pueden utilizar una asociación
de morfina administrada por vía intramuscular y prometacina con objeto de inducir una
combinación de analgesia, sedación y un estado de sosiego denominado «sueño morfínico». Esta
asociación produce analgesia y sedación durante aproximadamente entre 2,5 y 4 h, y sus efectos
aparecerán a los 10 o 20 min de la administración. Se utiliza sobre todo en el parto latente.
El fentanilo tiene una duración de acción corta y no da lugar a metabolitos activos. Cuando se
administra en pequeñas dosis i.v. de entre 50 y 100 mg/h.
El remifentanilo se ha introducido en la práctica clínica como alternativa a la analgesia neuroaxial
en pacientes en los que esta última está contraindicada.
En general, no se observan diferencias significativas en cuanto al alivio del dolor entre los opioides
de corta y larga duración de acción. La excepción es el remifentanilo, cuya eficacia puede que sea
algo superior a la de otros opioides.
ANALGESIA EPIDURAL
La analgesia se debe iniciar con una dosis de prueba que contenga una cantidad de anestésico
local suficientemente baja como para no provocar problemas en caso de ser inyectada al espacio
intravascular, pero capaz de inducir alteraciones sensoriales que suelen describirse como mareo,
zumbido en los oídos o insensibilidad en los labios. Esta
dosis debería ser suficiente como para provocar insensibilidad y bloqueo motor de las
extremidades inferiores si fuese inyectada por equivocación en el líquido raquídeo, pero no
debería causar efecto sensorial alguno al ser inyectada en el espacio epidural. Este es el
fundamento de la administración de una «dosis de prueba» para evitar la inserción errónea del
catéter en el compartimento intravascular o subaracnoideo.
Algunos médicos proponen añadir una pequeña cantidad de adrenalina a la dosis de prueba, de
tal forma que si el catéter se encuentra situado en el compartimento intravascular se produzca
una ligera taquicardia. El volumen finalmente inyectado se ajustó a 3 ml mediante dilución con
solución salina normal. Aunque la sensibilidad del 100% garantiza que no se produzcan
inserciones intravasculares indeseadas de los catéteres, una proporción de falsos positivos del
21% constituye un problema importante, al hacer precisa la retirada innecesaria de todos estos
catéteres. El riesgo de efectos adversos debidos a la inyección intravascular del anestésico local
se puede mitigar llevando a cabo una infusión lenta de anestésico local poco concentrado, en
lugar de administrar bolos sucesivos de anestésico concentrado.
ANESTESIA EN LA CESÁREA
ANESTESIA SUBARACNOIDEA
ANESTESIA EPIDURAL
Un catéter epidural colocado previamente con objeto de proporcionar analgesia durante el parto
constituye una vía excelente para la administración de anestesia quirúrgica cuando se ha de
recurrir a una cesárea. Las técnicas de administración a través de catéter permiten regular
exactamente la dosis de anestésico local para conseguir la altura de bloqueo adecuada, así como
administrar más anestésico si fuera necesario. Si se prevé que la cesárea durará más de lo
previsto, o si la madre padece trastornos concomitantes que aconsejen una anestesia epidural
más gradual y controlada, esta técnica también puede resultar adecuada aunque no se haya
colocado previamente un catéter.
El grado de bloqueo requerido para la cirugía se tarda más en conseguir con las técnicas
epidurales que con las subaracnoideas, pero aun así las primeras pueden ser suficientemente
rápidas como para resultar útiles en situaciones de urgencia si el catéter se encuentra insertado
y ha sido usado con fines analgésicos. Aunque son precisos unos 10 min para conseguir un nivel
T4 mediante la administración de un anestésico local de acción rápida como la 2-cloroprocaína al
3% a través de un catéter recién colocado, solo se requieren unos 5 min para pasar de un nivel
T10 con una densidad propia de la analgesia para el parto a un nivel quirúrgico T4 mediante la
administración 2-cloroprocaína al 3% o de lidocaína alcalinizada al 2%. Cuando no se precisa una
acción del anestésico rápida, se pueden utilizar varios de ellos, administrándose habitualmente
volúmenes de anestésico local comprendidos entre 10 y 20 ml según si existe previamente o no
analgesia epidural. La administración por vía epidural de anestésicos locales se debe llevar a cabo
dividiendo las dosis, por si el catéter se hubiese desplazado al espacio intravascular o intradural.
La calidad del bloqueo se puede mejorar si se administra también adrenalina al 1:200.000, entre
50 y 100 mg de fentanilo, o entre 10 y 20 mg de sufentanilo. La administración por vía epidural
de 50-100 mg de clonidina puede ser útil en pacientes con dolor crónico preexistente o con
hipertensión grave, si se considera que los posibles beneficios compensan el riesgo de
hipotensión y bradicardia.
La combinación de anestesias subaracnoidea y epidural para el parto por cesárea puede ser
idónea en algunas situaciones, ya que reúne las ventajas de la técnica subaracnoidea y las de la
epidural. Esta técnica permite obtener rápidamente un bloqueo denso y fiable, además de
ampliar el tiempo o la altura del bloqueo mediante la utilización del catéter epidural.
ANESTESIA GENERAL
El etomidato es un fármaco de acción rápida, y su rápida hidrólisis le confiere una corta duración
de acción. Al contrario que el tiopental y el propofol, el etomidato no afecta apenas la
hemodinámica materna, pero presenta una mayor incidencia de náuseas y vómitos, y puede
aumentar el riesgo de convulsiones en pacientes en que el umbral de estas sea bajo.
En caso de utilizarlo para analgesia y sedación en estado de consciencia, se debe tener precaución
para evitar que dosis repetidas den lugar a una pérdida de consciencia que, sin una protección
adecuada de las vías respiratorias, podría aumentar el riesgo de aspiración pulmonar.
Relajantes musculares
El tono muscular uterino no se ve afectado por los relajantes de la musculatura esquelética, y a
las dosis estándar, apenas son transferidos al feto. La administración i.v. de 1-1,5 mg/kg de
suxametonio se caracteriza por una acción rápida (30-45 s) y de corta duración. Tras su
administración, se metaboliza en el plasma por la acción de la seudocolinesterasa y solo una
pequeña cantidad llega al feto, debido a su alto grado de ionización y a su baja liposolubilidad. No
es detectable en muestras del cordón umbilical a no ser que se administren a la madre dosis más
elevadas (2-3 mg/kg), y para inducir accidentalmente un bloqueo neuromuscular en el neonato
es preciso administrar a la madre dosis extremadamente elevadas (10 mg/kg). Tras la
administración de suxametonio, se debe monitorizar siempre la fuerza muscular de la madre, ya
que si la concentración plasmática de la enzima hidrolítica es baja o la enzima presenta una forma
atípica, puede aparecer debilidad muscular prolongada; esta debilidad también puede ser debida
a la administración previa de sulfato de magnesio.
BIBLIOGRAFÍA:
- Ronald D. Miller Lars Eriksson Lee Fleisher Jeanine Wiener-Kronish Neal Cohen.
Anestesia - 8th Edition. Print Book & E-Book.
- Williams Obstetricia. 20a edición. Argentina: Editorial Medica Panamericana.