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El ARPEGGIONE

La Sonata en La menor para arpeggione y piano D.821 fue compuesta por Franz Schubert en
noviembre de 1824 en Viena. Esta sonata es la única composición de importancia para el
arpeggione, y prácticamente el único motivo por el que se recuerda dicho instrumento,
actualmente desaparecido. Pertenece al mismo período en la producción de Schubert que el
Cuarteto de cuerda nº 14 (más conocido como "La muerte y la doncella"), una época en la que
el compositor sufría por el avanzado estado de su enfermedad (sífilis) y alternaba con
frecuentes períodos de depresión.

El arpeggione era un instrumento de cuerda frotada, también conocido como “guitarra-


violonchelo” o “guitarra de amor”, que fue inventado en Viena en 1823 por Johann Georg
Stauffer (1778-1853). Tenía seis cuerdas que se afinaban como una guitarra (mi-la-re-sol-si-mi),
contaba con trastes en el diapasón, se sostenía entre las piernas como una viola de gamba y se
tocaba con arco. El nombre de "arpeggione" venía dado por el supuesto de que sería más fácil
realizar arpegios en este instrumento, por su afinación como una guitarra. El principal
intérprete fue Vincenz Schuster, quien incluso publicó un método en 1825 para promocionar el
arpeggione y extender su técnica. Schuster participaba habitualmente en las veladas musicales
en casa de Sonnleithner como guitarrista, y probablemente fue aquí donde le encargó a
Schubert una pieza para el nuevo instrumento.

Es evidente que la sonata fue escrita rápidamente por el poco cuidado que muestra el
manuscrito. No queda constancia de ningún documento que hable del estreno, pero
seguramente fue interpretada antes de que acabara el año 1824 en casa de Schuster, con
Schubert al piano. La pieza no fue publicada en vida del compositor; la primera edición
apareció en Viena en 1871 por J. P. Gotthard acompañada de una breve descripción del
arpeggione, que ya había desaparecido de la escena musical, y arreglos de su parte para violín
y violonchelo.

Hoy en día esta sonata suele interpretarse en las transcripciones para violonchelo, viola, o
contrabajo, aunque también existen arreglos para flauta, bombardino y clarinete, o versiones
para guitarra de la parte del piano. Los editores y arreglistas han tenido que lidiar con las
dificultades que supone adaptar el registro y las articulaciones de un instrumento de seis
cuerdas a los que solo cuentan con cuatro.

La petición de escribir esta obra no supuso un gran aliciente para Schubert, por lo que parece
que no se implicó mucho en su realización ni se interesó excesivamente por las características
particulares del instrumento. Carece de la dimensión de los cuartetos de cuerda anteriores y
tan solo consta de tres movimientos, relativamente reducidos (la duración total está alrededor
de 20 minutos).

Allegro moderato (la menor)

Adagio (Mi Mayor)

Allegretto (La Mayor)

La sonata tiene un gran interés musical y se nota que está escrita por un profesional
entendido, sin embargo a veces se echa en falta un desarrollo más profundo de los temas e
ideas. El primer movimiento comienza con la exposición del tema por el piano, retomado luego
por el arpeggione para dar paso al segundo tema contrastante, vivo y con aires de danza. El
arpeggione lleva el peso de la interpretación y dirige hacia el desarrollo, para luego volver a la
reexposición, donde repite los temas y concluye en la misma línea que había empezado el
movimiento. Aparecen algunos acordes rasgados que son la muestra más evidente del
lenguaje propio del instrumento, y deben adaptarse adecuadamente en los arreglos.

El segundo movimiento recoge un tema que recuerda a los lieder, acompañado sutilmente por
el piano, pero resulta algo sencillo en comparación con el primer movimiento, y su brevedad
excesiva hace que estructuralmente parezca más una introducción hacia el allegretto final al
que conduce mediante la cadencia que un desarrollo del material expresivo y los recursos del
instrumento.

El último movimiento es un rondó en 2/4, que exige de nuevo gran virtuosismo y agilidad a la
parte del arpeggione. El final introduce también acordes y arpegios para concluir la obra.

LA RÁPIDA EXTINCIÓN DEL ARPEGGIONE

La rápida extinción del arpeggione podría haber ocurrido por muchas razones. Cualquier
luthier que haya intentado diseñar, construir y luego introducir un nuevo instrumento a
artistas clásicos le dirá que es una batalla cuesta arriba; La probabilidad de fracaso es
extremadamente alta. En el caso del arpeggione, el error de Staufer era doble, tanto de
mecánica como de estética. Al igual que la viola da gamba y otros instrumentos de cuerda con
más de cuatro cuerdas, el arpeggione era un instrumento delicado, cuya curvatura del puente
era muy ligera, dificultando la presión sobre una sola cuerda sin tocar las cuerdas adyacentes.
La expansión a finales del siglo XVIII del pianoforte, más brillante y más fuerte, demandó más
volumen por parte de los instrumentos solistas para lograr el equilibrio apropiado entre los
instrumentos. La ausencia de la pica también hizo incómodo jugar y sostener.

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