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Pagos laborales que no constituyen salario

Por Gerencie.com 7 marzo, 2019


En una relación laboral un trabajador recibe pagos que la ley ha considerado que no constituyen salario, o que las
partes han acordado que a dichos pagos no se les considere salario.
La principal consecuencia de que un pago no constituya salario, es que sobre dicho pago no se tienen en cuenta
para el cálculo y pago de prestaciones sociales, aportes parafiscales y seguridad social.
El Código sustantivo del trabajo en su artículo 128 expresamente señala que pagos no constituyen salario:
«Pagos que no constituyen salarios. No constituyen salario las sumas que ocasionalmente y por mera liberalidad
recibe el trabajador del empleador, como primas, bonificaciones o gratificaciones ocasionales, participación de
utilidades, excedentes de las empresas de economía solidaria y lo que recibe en dinero o en especie no para su
beneficio, ni para enriquecer su patrimonio, sino para desempeñar a cabalidad sus funciones, como gastos de
representación, medios de transporte, elementos de trabajo y otros semejantes. Tampoco las prestaciones
sociales de que tratan los títulos VIII y IX, ni los beneficios o auxilios habituales u ocasionales acordados
convencional o contractualmente u otorgados en forma extralegal por el empleador, cuando las partes hayan
dispuesto expresamente que no constituyen salario en dinero o en especie, tales como la alimentación,
habitación o vestuario, las primas extralegales, de vacaciones, de servicios o de navidad».
Es natural que los pagos por gastos de representación, medios de transporte, elementos de trabajo, etc., no
deban formar parte del salario, toda vez que no son ingresos que vaya a incrementar el patrimonio del
trabajador, puesto que sólo son una especie de reembolso de lo que el empleado debió gastar para poder
desarrollar su actividad laboral.

De los pagos considerados como no constitutivos de salario que merecen especial atención por sus efectos
negativos para los trabajadores y positivos para las empresas, son los pagos que pueden ser acordados como no
salariales entre el trabajador y el empleador.

La ley permite que el trabajador y la empresa pacten que determinados conceptos y valores no constituyan
salario. Este acuerdo debe estar contenido en el respectivo contrato, y debe ser mediante mutuo acuerdo.

Consulte: Importante recordar que los pagos no constitutivos de salario no pueden superar el 40%.

Al considerar que un pago no constituye salario, significa que esos pagos no forman parte de la base para el
cálculo de las prestaciones sociales, aportes parafiscales ni de la seguridad social.

Para las empresas esto es un gran beneficio puesto que les permite reducir su carga prestacional y parafiscal, que
por demás es bien costosa, puesto que por estos conceptos la empresa debe pagar aproximadamente un 45% del
salario. Esto quiere decir que si se le paga a un empleado un sueldo de $1.000.000, debe la empresa pagar
adicionalmente aproximadamente $450.000 por prestaciones, seguridad social y parafiscales, lo que hace que la
carga laboral de la empresa sea considerable, lo cual es muy difícil de soportar por la pequeña y mediana
empresa.

Lo anterior bajó considerablemente con la exención de pagos de aportes parafiscales y seguridad social.
Al pactar pagos como no constitutivos de salario, la empresa se esta ahorrando el pago de sumas considerables
por las cargas prestacionales y parafiscales.

Para el trabajador, en cambio, sus beneficios se diminuyen, puesto que sus prestaciones como la prima de
servicios y las cesantías, y los aportes a fondos de pensión, al tener una base inferior, se ven menoscabadas.

Consulte: No es suficiente con que las partes acuerden en el contrato de trabajo que un determinado pago no
constituye salario.
Las empresas aprovechan estos beneficios que la ley permite para disminuir su carga laboral, y si bien dice la ley,
que el pacto debe estar basado en la voluntad de las dos partes (trabajador - empresa), esto no siempre sucede
(nunca sucede), puesto que la empresa termina imponiendo su voluntad y condiciones ante la necesidad de
empleo del trabajador, por lo que un Contrato de trabajo, siendo objetivos, no es un acuerdo de voluntades, sino
la voluntad del patrono, debido que el trabajador no tiene otra alternativa diferente a ceder a las condiciones y
pretensiones de la empresa. Y para la ley, el hecho que el trabajador haya firmado un contrato, supone ya la
existencia de la voluntad de aceptar lo contenido en el mismo.

No se pude desconocer que esta excepción permitida por la ley, es justa para los pequeños empresarios quienes
no tienen la fortaleza financiera para asumir pagos laborales elevados.

También se podría decir, que este tipo de concesiones pueden de alguna forma incrementar las posibilidades de
la empresa para generar empleo, planteamiento que muchos consideran equivocado, con el argumento que el
empleo es propio y consecuencia del crecimiento económico, mas no producto de una flexibilización laboral, que
el único efecto que consigue es el de incrementar el margen de utilidad del empresario.

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Acuerdo sobre pagos que no constituyen salario no necesariamente debe ser por escrito
Por Gerencie.com 12 noviembre, 2015
El acuerdo entre el empleador y el trabajador en el que se establece que un determinado pago no constituye
salario en los términos del artículo 128 del código sustantivo del trabajo, necesariamente no debe ser por escrito,
aunque sí es conveniente que lo sea.
Por supuesto que en cualquier relación contractual lo ideal es que todo quede por escrito, pero en este caso, sino
fuere así, la falta del documento escrito no invalida el acuerdo sobre pagos no constitutivos de salario.

Frente ese tema se pronunció la sala laboral de la Corte suprema de justicia en sentencia del 14 de septiembre de
2010, expediente 38757 con ponencia del magistrado Francisco Javier Ricaurte:

Con todo, es de advertir que el artículo 128 del CST, en la parte que al recurso extraordinario concierne, no
consagra solemnidad alguna para el acuerdo de marras; el carácter expreso del mismo no implica,
necesariamente, calidad solemne. Por expreso ha de entenderse lo que es factible de ser apreciado
directamente, sin necesidad de deducción o inferencia, tal como sucede, v.gr., con la manifestación que la parte
que termina unilateralmente el contrato de trabajo debe hacer a la otra en el momento de la extinción. Que el
medio escrito se haga aconsejable para efectos probatorios es cuestión distinta a que la escritura se prevea como
una solemnidad, como acontece en tratándose de hechos como la estipulación sobre salario integral, el contrato
a término fijo, el período de prueba, la interrupción de prescripción mediante reclamo escrito, etc.

Y es que el artículo 128 del código sustantivo del trabajo en ninguna parte señala que tal acuerdo deba ser por
escrito, tan sólo afirma “…, cuando las partes hayan dispuesto expresamente que no constituyen salario en
dinero en especie…”, y el término expresamente no puede asimilarse a que debe ser por escrito, pues
verbalmente algo puede ser acordado de forma expresa, clara y precisa.

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¿Las bonificaciones constituyen salario?
Por Gerencie.com 21 agosto, 2018
Algunas empresas pagan a sus trabajadores bonificaciones y los tratan como pagos no constitutivos de salario.
¿Es correcto ese tratamiento?
Eso depende del por qué se otorgan las bonificaciones, pues en la mayoría de los casos, se otorgan en razón al
nivel de productividad del trabajador, y bajo ese entendido, son pagos que constituyen salario.
Generalmente las bonificaciones se otorgan en función el rendimiento o productividad del trabajador: si vende o
produce determinada cantidad se le otorga una bonificación.

Si la bonificación se causa por el rendimiento del trabajador, será un pago de retributivo y por consiguiente de
naturaleza salarial.
Resulta pertinente transcribir los siguientes apartes de la sentencia de la sala laboral de la Corte suprema de
justicia 63988 del 16 de mayo de 2018, con ponencia de la magistrada Clara Cecilia Dueñas Quevedo:

«Adicionalmente, la Corte advierte que las denominadas bonificaciones en realidad eran comisiones; es decir,
pagos correlacionados con el cumplimiento de determinadas metas a cargo de los analistas de crédito de la
Fundación Mundo Mujer. En otros términos, son remuneraciones ligadas al desempeño o la actividad del
trabajador, que, por tanto, son claramente retributivos.»

Luego puntualiza la corte:

«En las condiciones reseñadas, las llamadas por la Fundación Mundo Mujer «bonificaciones» no tenían la calidad
de genuinos premios, reconocimientos o incentivos, sino que eran materialmente comisiones, diseñadas para
compensar el cumplimiento de las metas mínimas por los analistas de crédito. En efecto, una cosa es premiar a
un trabajar por su alto desempeño en comparación con otros, y otra -bien distinta- es establecer condiciones
generales y uniformes de pago por porcentajes en ventas, colocación de servicios o por el importe de una
operación. Indudablemente, lo que hizo la empresa fue lo último, pues la causación de las bonificaciones no era
un pago a modo de reconocimiento a la gestión extraordinaria de unos trabajadores, sino una compensación
directa de sus actividades, entregada en proporción a su cantidad de trabajo.»

Como se puede observar, si las bonificaciones están remunerando una actividad laboral, se asimila a una
comisión, y una comisión es de naturaleza salarial como bien o señala la sala en la misma sentencia:

«En cuanto a la naturaleza de las comisiones, la Sala de Casación Laboral ha sido prolija en indicar que tienen
connotación salarial.»

Esto denota la costumbre que tienen algunos empleadores de utilizar el término bonificación en lugar de
comisión para intentar encubrir la verdadera naturaleza salarial de dichos pagos, por lo que esta jurisprudencia
resulta de capital importancia.

En resumen, si al trabajador le pagan una determinada suma por cumplir ciertas metas, estamos frente a una
comisión sin importar cómo se le llame.
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