Você está na página 1de 5

Elsa Irlanda Cortéz España

201345414
Ciencia Política
El tipo de gestión del secreto es una de las claves de la diferencia entre dictadura y

democracia. Para entenderlo en forma más fina, hay una selección de artículos del

politólogo italiano Bobbio que nos puede ayudar.

La democracia es idealmente el gobierno de un poder visible, es decir, el gobierno

cuyos actos se realizan ante el público y bajo la supervisión de la opinión pública,

dice Bobbio, y agrega: a imagen y semejanza del ‘Dios oculto’, el soberano absoluto

es más poderoso cuanto mejor logra ver -sin ser visto- lo que hacen sus súbditos.

El ideal del soberano equiparado a Dios en la tierra, es ser, al igual que Dios en el

cielo, omnividente e invisible a la vez.

Mientras el poder del rey fue considerado como un derivado de Dios, los arcana

imperii fueron una consecuencia de los arcana Dei.

Bobbio sigue a Kant con su exigencia de publicidad: todas las acciones relacionadas

con el derecho de otros hombres cuya máxima no pueda ser pública, son injustas.

Refiriéndose a Italia, dice que nuestro sistema de poder no sería comprensible sin

la disposición de reconocer que por debajo del poder visible existe un gobierno que

opera en la penumbra (el llamado ‘subgobierno’) y, aún más en profundidad, un

gobierno que actúa en la oscuridad más perfecta, al que podríamos llamar

criptogobierno.

En otro texto, se pregunta: ¿Olvidamos quizás que república viene de res publica, y

que esto significa cosa pública en un sentido doble: gobierno del público y

gobierno en público? Existen dos tipos de forma de gobierno: democracia y

autocracia. La primera avanza, y la segunda retrocede conforme el pode es cada


Elsa Irlanda Cortéz España
201345414
Ciencia Política
vez más visibles y los arcana imperii -los secretos de Estado- pasan de ser una

regla a ser una excepció. En el estado despótico el soberano mira sin ser visto, el

ideal de toda forma de poder oculto es que el soberano -en este caso el gobierno

democrático, que actúa en plena luz- pueda ser visto sin poder, a su vez, mirar.

Analiza también la racionalidad que tendría el secreto para el buen gobierno: el

recurso del secreto ha sido considerado a lo largo de la historia la esencia del arte

de gobernar. La expresión arcana imperii es de Tácito y remite a los secretos de

Estado. Cita varios autores en los que se explica el secreto como una herramienta

de dominación, donde, según Canetti, solo el poderoso tiene las llaves de todo el

conjunto de secretos y se siente en peligro cuando debe compartirlo por completo

con alguien más.

También el secreto es motivado por la desconfianza en la capacidad del pueblo de

entender el interés colectivo. Además Bobbio aclara que solo el poder secreto es

capaz de vencer el poder secreto del otro, la conspiración, la conjura, el complot.

Las dictaduras no solo pretenden saber develar el secreto ajeno mejor que el poder

democrático, sino, cuando es necesario, lo inventa para poder reforzarse, para

justificar su propia existencia. El poder invisible se vuelve un pretexto, una amenaza

intolerable que debe ser combatida por cualquier medio. Donde existe un tirano, hay

un complot, y si no lo hay, se inventa. El conjurado es el doble necesario del tirano.

Qué feliz y cuán humanitario sería el tirano si el poder sombrío que lo amenaza no

se escondiese en cualquier rincón del palacio, hasta dentro de la sala del trono, tras

su espalda. El estalinismo puede ser interpretado como el descubrimiento que el


Elsa Irlanda Cortéz España
201345414
Ciencia Política
tirano hace -pues solo él puede- del universo como inmenso complot, como la

realidad profunda del mundo, que domina la apariencia de la que únicamente el

tirano, desenmascara la inconsistencia liberando a los simples mortales del miedo

al reino de las tinieblas.

el secreto es admisible cuando garantiza un interés protegido por la Constitución sin

afectar otros intereses igualmente garantizado.

El secreto en el poder ha sido utilizado como instrumento de dominación desde la

antigüedad, y el autor al inicio de la lectura lo que hace es presentarnos como en la

antigüedad se justificaba mediante dogmas el hecho de no informar a los

ciudadanos, personas portadoras de derechos dentro de un contexto histórico,

generalmente la minoría de la población en la antigüedad (sobre los movimientos

realizados por los que detentan el poder, dígase los monarcas, emperadores, etc.

El autor sintetiza en dos razones las creencias que justificaban dicho

comportamiento, la primera, la creencia de que si se hacían explícitos los planes,

los enemigos sabotearían y se traerían abajo el orden, la segunda, es que el

pueblo), no tiene la capacidad para entender cuál es el interés colectivo, es decir,

el vulgo, no tienen la consciencia de las ideas importantes para todos en conjunto.

En la antigüedad era la "secreto es la médula misma del poder" y se justificaba de

manera dogmática, inclusive algunos defensores de la idea decían que si bien se

podía escudriñar la naturaleza, ya que lo que encontraríamos serían las reglas

establecidas por dios, las cuales no se podían modificar, no se podían escudriñar

los secretos de dios, ni tampoco los secretos del poder del monarca o emperador,
Elsa Irlanda Cortéz España
201345414
Ciencia Política
inclusive se pensaba que estos últimos eran representantes de dios directamente.

Si observamos, todas las justificaciones hacen alusión a una sola afirmación, los

que tienen el poder, son los representantes de dios en la tierra, y tienen el

conocimiento y la sabiduría para guiar y orientar a otros que se deben limitar a

obedecer.

Considerado el poder soberano en sus dos aspectos tradicionales, el exterior y el

interior, la razón principal del secreto en relación con el primero de ellos es, como

dice claramente Hobbes, no permitir que el enemigo conozca nuestros movimientos,

la creencia de que cualquier movimiento será tanto más eficaz cuanto más consiga

sorprender al adversario; respecto al segundo, en cambio, la razón es sobre todo la

falta de confianza en la capacidad del pueblo para entender cuál es el interés

colectivo.

Sin embargo, existe otro argumento: solo el poder secreto logra vencer el poder

secreto de otro, la conspiración, la conjura, el complot.

El poder autocrático, además, no solo pretende estar en situación de desvelar el

secreto de otros mejor que el poder democrático, sino que cuando es necesario lo

inventa, para poder afianzarse, para poder justificar su propia existencia. El poder

invisible se convierte en un pretexto, una amenaza intolerable que debe ser

combatida con todos los medios. Donde hay tirano, hay complot: si este no existe,

aquel lo crea.

En los estados autocráticos el lugar de las decisiones últimas es el gabinete secreto,

la cámara secreta, el consejo secreto. En cuanto al enmascaramiento, puede


Elsa Irlanda Cortéz España
201345414
Ciencia Política
entenderse tanto en sentido real como en sentido metafórico. En sentido real el acto

de ponerse la máscara convierte al agente en actor, la escena en escenario, la

acción política en representación. La idea de la política como espectáculo no tiene

nada de nueva.

El lenguaje esotérico y mistérico no se dirige a la asamblea de representantes


elegidos periódicamente por el pueblo, y responsables por tanto frente a los
electores, sean estos muchos o pocos, pero por otra parte tampoco se dirige a la
democracia de los antiguos, cuando el pueblo se reunía en la plaza para escuchar
a los oradores y luego deliberar. El parlamento es el lugar en que el poder está
representado en el doble sentido de que es el sitio donde se reúnen los
representantes y, al mismo tiempo, tiene lugar una auténtica representación, que en
cuanto tal necesita del público y debe por tanto desarrollarse en público.

La representación política puede tener lugar solo en la esfera de la publicidad. No


hay representación si se da en secreto y a solas. Un parlamento tiene carácter
representativo solo en la medida en que piensa que su actividad es pública. Las
sesiones secretas, los acuerdos y dictámenes secretos de cualquier comisión
pueden ser muy significativos e importantes, pero no tienen un carácter
representativo.

Con esto no se quiere decir que cualquier forma de secreto deba quedar excluida:
el voto secreto puede ser oportuno en determinados casos; la publicidad de las
comisiones parlamentarias no está reconocida.

Entre las promesas que la democracia no ha cumplido, promesas de las que hablé
en un trabajo de hace algunos años, la más grave y más ruinosa, y, por lo que
parece, también la más difícil de remediar, es precisamente la de la transparencia
del poder.

Você também pode gostar