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lo que se encuentra más allá del horizonte del mundo, del pen-
sar, del sistema, y no meramente como "posibilidad" o potencia
(lo "negativo"), sino como "realidad" (lo "positivo": es decir, el
que se revela para Schelling, el creído para Kierkegaard, el obje-
to sensible para Feuerbach, y el "trabajo vivo" con respecto al
capital para Marx). Anterioridades al "darse" del ser; es decir,
un "ser" que es ''puesto" por lo a priori (no sólo existente sino
"real"). Examinaremos este punto más adelante. Marcuse no lo-
gra nunca, ni siquiera en Eros y civilización,38 superar la "total-
lidad"
Cuando Marcuse llega por fin al tema central de El capital,
es decir, al "Análisis del proceso del trabajo",39 manifiesta que,
en los últimos años, no ha avanzado demasiado en cuanto a la
"lógica" propiamente dicha del capital. Su reflexión no parece
ser fruto de una relectura "apretada", prolongada, nueva, de El
capital, sino más bien producto de lugares más o menos comu-
nes. Aunque indica el tema del "trabajo vivo",40 no advierte su
importancia; y, sobre todo, para el tema de la transformación del
dinero en capital no adquiere ninguna importancia. Además, y
como hemos visto, salta olímpicamente el libro II, sin advertir
que se trata del libro "ontológico" por excelencia; para ello,
nada mejor que el análisis de los cuatro primeros capítulos de
Engels del libro II (que fueron el parágrafo 1 del primitivo capí-
tulo 1 de ese tomo), sobre todo si Marcuse hubiera advertido que
los manuscritos de inicios del libro II eran del final de la década
de 1870, es decir, del Marx definitivo.
Por todo ello, no logra explicar en qué se distingue funda-
mentalmente la ontología hegeliana de la marxista,41 aunque en
apariencia las distingue:
Hemos dicho que para Marx, tanto como para Hegel, la verdad resi-
de únicamente en la totalidad negativa. Sin embargo, la totalidad
donde se mueve la teoría marxista es diferente de la filosofía de He-
gel [...] Para Hegel la totalidad era la totalidad de la razón [...]
______________
38
Véase en mi obra Filosofía ética latinoamericana, el parágrafo 44: ''La eró-
tica latinoamericana" [1974]; Buenos Aires, Ed. Aurora, t. III, 3a. Ed., 1988, p.
68ss.: "Marcuse se pregunta entonces: ¿Cómo ir más allá del principio de reali-
dad? Es, exactamente, la pregunta heideggeriana: ¿Cómo superar la ontología?
[...]" (p. 69). De esta temática estamos tratando ahora, quince años después.
39
Op. cit., p.289ss.
40
Ibid., p.302.
41
"La dialéctica marxista" (en ibid., p. 305ss.).
308
¿Con qué derecho acepta Marx [...] las categorías de las cuales par-
ten Smith y Ricardo dando así lugar a pensar que él piensa en la
continuidad de su objeto? [...] Estas preguntas no son sino una sola
y misma pregunta, justamente aquella a la cual Marx no responde,
simplemente, porque no se la plantea. He aquí el terreno de su
72
silencio.
A lo que agrega: