La discapacidad intelectual es un estado de la persona. No se trata de una enfermedad, sino
de un estado que acompañará a la persona a lo largo de toda su vida.
La discapacidad intelectual debe implicar la aparición de déficits en las dos siguientes
sustancias durante la primera infancia
Funcionamiento intelectual (p. ej., en el razonamiento, la planificación y la
resolución de problemas, el pensamiento abstracto, el aprendizaje en la escuela o de la experiencia)
Funcionamiento adaptativo (es decir, la capacidad para cumplir con los
estándaresapropiados para la edad y en términos socioculturales para el funcionamiento independiente en las actividades de la vida diaria)
Etiología
La inteligencia depende tanto de factores ge néticos como ambientales. Los niños
nacidos de padres con discapacidad intelectual tienen mayor riesgo de una serie de discapacidades del desarrollo, pero la transmisión genética evidente de la discapacidad intelectual es inusual. Aunque los avances de la genética, como el análisis cromosómico por micromatrices y la secuenciación del genoma completo para definir las regiones codificantes (exoma), han aumentado la probabilidad de identificar la causa de una discapacidad intelectual, a menudo no es posible detectar una causa específica. En los casos graves, es muy probable que se identifique una causa. Los déficits del lenguaje y las aptitudes personales-sociales pueden deberse a problemas emocionales, privación ambiental, trastornos de aprendizaje o sordera más que a una discapacidad intelectual.
Clasificación y causas
Según su origen, la discapacidad intelectual puede ser por causas:
Genéticas: desórdenes genéticos, alteraciones en las combinaciones, como el
Síndrome de Down. Congénitas: no son hereditarias, se adquieren durante la gestación por ingesta de alcohol y drogas, o por malnutrición, contracción de rubéola o HIV, entre otras. Adquiridas: producidas por daños al cerebro o al sistema nervioso central, causadas después del nacimiento por golpes en la cabeza o por enfermedades como la meningitis, aspiración de toxinas u asfixia, entre otras. Sociales: surgen debido a dificultades en el entorno: malnutrición, violencia familiar, abandono, entre otras.