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Capítulo 1

Filosofía y niños: posibilidades para un encuentro.


En este capítulo nos detendremos en la consideración en cada uno de los términos de la relación filosofía
y niños.
Filosofía y filosofías.
Cuando alguien se refiere a la actividad desarrollada por los filósofos habla de “la” filosofía en singular.
En la filosofía parece imperar una vocación por la proliferación ilimitada de posibilidades.
La infructuosa búsqueda de un elemento delimitador.
Hallaremos el elemento característico de la filosofía que nos habilite para hablar de ella en singular.

 En las definiciones: sabemos que hay una inmensa cantidad de definiciones de “la” filosofía. No
contamos con una definición que cumpla con los requisitos básicos de ser completa y excluyente, es
decir, que nos permita incluir en ella a todos los filósofos y solo a ellos.
 Quehacer concreto de los filósofos. Abandona la esperanza de encontrar una definición,
conformémonos con tomar nota de qué es lo que hacen los filósofos y cómo lo hacen. Al desarrollar su
actividad los filósofos se diferencian entre otras cosas:
 En su modo de filosofar
 En el estilo de exposición
 En el tipo de problema que privilegian en su filosofía
 En el planteo concreto de interrogantes en relación con ese problema
 En la tradición filosófica en la que se ubican.

 En los filósofos: el nuevo elemento que se percibe como capaz de proporcionar una mínima delimitación
es ahora el filósofo en tanto sujeto de su filosofía. Algunos filósofos afirman que la subjetividad es plural
y se halla en continuo cambio. Si somos rigurosos debemos admitir que en cierta medida esto es algo
que sucede con todos los filósofos. Por lo cual cada filosofo parece haber dado lugar a diversas filosofías.
Ni siquiera podemos decir entonces “la filosofía de Deleuze” porque en rigor se trata de “varias” filosofías.

 En los textos. La proliferación de “filosofía” se detendría si nos atuviéramos al contenido de cada texto.
Tendríamos muchas “filosofía” pero podríamos en principio contarlas.

 En el lector. ¿nuestro punto firme se reduce ahora al lector? Ni siquiera. Porque si aceptamos que la
subjetividad de cada filosofo es múltiple y de viniente, debemos aceptar que en la misma situación se
encuentra cada lector. Todos sabemos que un “mismo” libro leído en dos momentos diferentes de nuestra
vida “nos dice” algo diferente.
No hay una filosofía, eso queda claro. Por ello se ponen en funcionamiento diferentes mecanismos que
apuntan a reducir lo que amenaza con ser una proliferación infinita, próxima al caos.
No obstante, lejos de eliminar la multiplicidad, esos mecanismos la acentúan. Su enorme esfuerzo por
establecer una “filosofía canónica” y la evidencia de lo infructuoso de su empeño refuerzan la idea de que
hay una multiplicidad que es inherente a la filosofía misma.
Dos modalidades de filosofar.
Modalidades “académica” y “no académica”, representadas por Platón y Sócrates. Nos ayudaran a ilustrar
dos modos de entender y asumir la practica filosófica.
Sócrates.
Vivió filosofando. Filosofía en todo momento, en compañía de cualquier interlocutor: artesanos, sofistas,
militares, poetas, esclavos etc. De ahí que los espacios por los que transitan sean espacios abiertos o
públicos. Cualquiera que tuviera interés en filosofar con Sócrates podía hacerlo sin necesidad de sortear
ningún filtro.
El modo para filosofar era el dialogo (oral, cara a cara). A través de él exhorta a los demás a conocerse y
a cuidar de si mismos para alcanzar una buena vida. El primer momento en el dialogo socrático suele
caracterizarse por un análisis de las posturas interpersonales que reproducen el sentido común. Luego
se someten a un riguroso examen las hipótesis con las que los participantes en el dialogo se encuentran
más comprometidos. De ese examen lo usual es que dichas hipótesis aparezcan como necesitadas de
severas modificaciones. Al llegar a ese punto Sócrates pone al descubierto a quienes no están realmente
comprometidos con la búsqueda de la verdad, sino que esconden otros intereses. Solo quien asume que
ignora está en condiciones de adentrarse en el camino al que conduce el amor por la sabiduría. Por el
contrario, quien se cree en posesión de un saber, al ver refutada su posición, se siente humillado y
abandona el dialogo lamentando el momento en que accedió a él.
Platón.
Si se piensa en un discípulo de Sócrates es Platón.
Mientras que Sócrates participaba del dialogo filosófico, Platón lo que hace es escribirlos. Con ello
consigue dotar al texto escrito de la mayor dinámica posible. Con Platón el lector es espectador de un
dialogo, no un protagonista de él.
Platón fundo una escuela La Academia dedica a la labor filosófica. Platón dialoga dentro de un espacio
cerrado, para ingresar al cual hay que exhibir no la ignorancia, sino un cierto saber. La academia platónica
es la institución dedicada a la filosofía y al conocimiento en general que perduro durante más tiempo en
Occidente.
La educación del filósofo requería que antes de filosofar el aspirante a filosofo debe formarse en
aritmética, geometría plana, estereometría y armonía musical desde su infancia hasta los 30 años.
Durante 5 años deberá ejercitarse en la dialéctica y en los 15 años siguientes dedicarse a vivir diversas
experiencias de trabajo. En los 50 años estará en condiciones de desempeñarse como filosofo.
Filosofía y niños: dos prejuicios frecuentes.
Quienes trabajamos en Filosofía con niños nos vemos obligados a enfrentar dos fuertes prejuicios en
relación con la posibilidad de que los niños y la filosofía se vinculen de un modo fecundo. El primero es
imposible que los chicos tengan una aproximación genuina a la filosofía, segundo, que todos los niños
son filósofos por naturaleza. Ambas tienen una concepción cerrada y monolítica de la filosofía la segunda
atañe de un modo más directo a nuestra propuesta, ya que desde ambos prejuicios nuestro trabajo es
despojado de sentido
La filosofía no es cosa de niños.
Quienes sostienen esto suelen señalar que para acceder a ella hay que manejar un vocabulario
especifico, emplear complejas reglas argumentativas y poseer un bagaje cultural y de experiencias,
cosas, todas ellas, que no están al alcance de los niños.
Si se concibe a la filosofía como un sistema de saberes específicos que requiere para su adquisición el
manejo previo de otros conocimientos y una experiencia de vida determinada, se toma como modelo
exclusivo al adulto capaz de cumplir con estos requisitos.
Por el contrario, si se considera como una práctica legítimamente filosófica a la filosofía no académica,
nos resulta igualmente obvio que los niños puedan encontrar un lugar en ella, ya que están en perfectas
condiciones de plantearse problemas que merezcan ser considerados filosóficos.
Los chicos son filósofos por naturaleza.
Hay quienes sostienen que los niños son filósofos por naturaleza. Es evidente que, desde el punto de
vista de la filosofía académica, sostenes que los niños son filósofos no solo es un error: es un disparate.
Si les resulta inaceptable que los niños estudien filosofía, cuánto más absurdo les parecerá que se plantee
que los niños puedan producir filosofía. Desde Filosofía con niños, todos pueden ser filósofos y es
importante que lleguen a serlo.
Los niños.
Nuestra pretensión es aproximarnos a la infancia como tal, explorar las posibilidades de enriquecimiento
que para quienes hoy son niños pueda tener el acercamiento a la filosofía. Acentuar aquellos que ya, en
estos seres humanos que ahora están siendo niños, pueden producirse. Los chicos son puros, inocentes,
buenos, generosos, solidarios, dulces etc. Es la sociedad la que poco a poco y en el mismo proceso en
el que los va transformando en adultos viene a “ensuciar” esa pureza originaria. En la medida que
consideramos que los chicos ya son seres humanos, creemos que son capaces de sentimientos,
emociones, comportamientos tan “buenos” o “malos” como los de cualquier adulto.
Podemos decir que pensamos en niños con cuerpo, con historia, viviendo en una época particular, en un
lugar específico, es decir situados en un contexto. Hay tres contextos que afectan la vida de los niños.
 Contexto socioeconómico: cada vez hay niños que crecen con padres “ausentes” porque están todo
el día trabajando o buscando trabajo, por lo cual los niños quedan al cuidado de abuelos, hermanos
“mayores” o de empleados contratados para cuidarlos. A lo sumo, los ven unas pocas horas cuando
regresan agotados tras una jornada desgastante. Muchos de nuestros niños llegan a la escuela sin una
vida familiar afectiva, mal alimentados, mal dormidos, algunos de ellos golpeados, etc.

 Contexto mediático: los niños están atravesados por un discurso mediático. La cantidad de tiempo que
pasan conectados a los medios se ha incrementado de un modo exponencial en los últimos años.
Para muchos niños, además, los medios electrónicos constituyen su única posibilidad de “informarse”
sobre temas que no son tratados en la escuela y por eso se ven obligados a conformarse con las versiones
interesadas que desde ellos se difunden.
 Contexto escolar: los niños a los que nos referimos aquí son, niños que forman parte de una comunidad
escolar.
La importancia de tener en cuenta el contexto es para nosotros, doble. Por un lado, nos permite ver con
claridad quiénes son los chicos concretos con los que vamos a desplegar nuestro trabajo. Por otro, nos
brinda la posibilidad de plantear estrategias directas para trabajar sobre el contexto mismo.

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