TIPOS DE VÍCTIMAS

Alejandro Coyotzi Romero

Criminólogo
Catedrático de la Universidad Autónoma de Tlaxcala
Director General del CONAJUP
Representante de criminología del Programa Nacional de Asistencia Jurídica.

La víctima es imprescindible en el proceso acusatorio, en el que retoma

protagonismo jurídico con la finalidad de esclarecer los hechos, sancionar al
responsable, establecer políticas públicas para la prevención de delitos futuros,
garantizando la no repetición y aplicar los principios penales en beneficio de un
sistema penal democrático.

Pero no todas las víctimas son iguales, la distinción entre los factores que las
generan o repelen, así como la relación que tienen con su victimario, crea distintas
clasificaciones para su estudio especializado, tratamiento y reparación del daño.

De manera breve, se describe a continuación una tipología de las víctimas, en

consenso, más enlistadas por la doctrina de autores como Mendelsohn, Beristain,
Fattah, Ellenberger, Marta González e Hilda Marchiori:

Víctima directa. Aquellas personas físicas que hayan sufrido algún daño o
menoscabo económico, físico, mental, emocional, o en general cualquiera puesta
en peligro o lesión a sus bienes jurídicos o violaciones a sus derechos humanos.

Víctima indirecta. Los familiares o aquellas personas físicas a cargo de la

víctima directa, que tengan relación inmediata de ella.

Víctima imaginaria. Por lo general son sujetos con psicopatologías, como

demencia senil, paranoia y mitomanía. En estos casos no existe la víctima en
sentido exacto del término porque simplemente no ha habido daño. Sólo sirve para
señalar a un autor imaginario ante la justicia penal.

Víctima inocente o ideal. Se suele llamar víctima anónima; es la que nada

ha hecho o nada ha aportado para desencadenar la situación criminal por la que se
ve damnificada.

Víctima por imprudencia. Aquellas que por su comportamiento finalizan

siendo víctimas de sí mismas, los accidentes de tránsito ofrecen muchos ejemplos,
circular en motocicleta sin las debidas protecciones, casco, reflejantes, ropa
adecuada, en sentido contrario al flujo vehicular, o exceso de velocidad.

Víctima voluntaria. Se generan por elección propia, provocándose su

muerte o lesiones; eutanasia, aborto consentido, lesiones por cirugías estéticas, etc.

Víctima alternativa. Se sujetan al contexto recíproco de actividades

peligrosas; duelo, riñas, actividades deportivas de alto riesgo, o por consideraciones
laborales, desactivadores de bombas, bomberos, policía, etc.

Víctima potencial. Las personas físicas cuya integridad física o derechos

peligran por prestar asistencia a la víctima, ya sea por impedir o detener la violación
de derechos o la comisión de un delito.

Víctima provocadora. Genera su propia victimización por la conducta

provocadora, entre ellas: alta agresividad en ocasión de un partido deportivo,
conducta seductora, altanería, etc. La posición de la víctima provocadora pone en
juego a la persona provocada, toda vez que su comportamiento obliga a defenderse
con una reacción violenta defensiva.

Víctima simulante. Quien acusa y logra imputar penalmente a otro, con el

deseo concreto de que la justicia cometa un error. (Ejemplo de ello es la simulación
de fraudes)

Es indiscutible que gracias a los estudios en el área, los que nos permiten la
elaboración de la tipología antes mencionada, los juristas han pasado a ser mejores
observadores de la estructura formal y extrema de la norma jurídica, para enterarse
y preocuparse por la realidad social a la que esa norma se refiere, dando el trato
diferenciado a cada víctima al saber identificar su tipo, nutriéndose de los estudios
de especialistas, para complementar las clasificaciones en la norma.