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Diario LA LEY, nº 9435, de 13 de junio de 2019, Nº 9435, 13 de jun.

de 2019, Editorial Wolters Kluwer

TRIBUNA

Síndrome de Alienación Parental: 30 años


después aún es ciencia "basura"
Rebecca M. Thomas

M.A., Doctoranda

James T. Richardson

J.D., Ph.D

Resumen

A pesar de haber sido introducido hace 30 años, no existe evidencia


científica creíble que apoye el Síndrome de Alienación Parental (SAP,
también llamado Alienación Parental [AP] y Desorden de Alienación
Parental [DAP]). El concepto no ha ganado aceptación general e n e l
campo científico, y no hay ninguna prueba, ningún dato o experimento
que respalde las afirmaciones hechas con respecto al SAP. Debido a esta
falta de credibilidad científica, muchas organizaciones —científicas,
médicas y legales— continúan rechazando su uso y aceptación (Meier,
2013).

Publicado originalmente en The Judges’ Journal, Volume 54, Number 3, Summer 2015.

American Bar Association. https://bit.ly/2M61iam

©2015. Traducido con permiso. Derechos reservados.

Traducción: María del Mar Daza Bonachela (Dra. en Derecho, Exp. U. en Criminología y en
estudios sobre malos tratos y violencia de género), revisada por Isabel E. Vélez (BA, WGSS - Yale)

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El Grupo de Trabajo Presidencial de la Asociación Americana de Psicología sobre la Violencia en la


Familia (1996) ha declarado que «... no hay datos que apoyen el fenómeno llamado síndrome de
alienación parental, en el que se culpa a las madres por interferir con el apego de sus hijos a sus
padres...». El Consejo Nacional de Jueces de Juzgados de Menores y Familia (NCJFCJ) también
considera que el SAP carece de mérito científico, y aconseja a los jueces que, según los estándares
probatorios, «... el juzgado no debe aceptar testimonios sobre el síndrome de alienación parental,
o «SAP». La teoría proponiendo la existencia del SAP había sido desacreditada por la comunidad
científica (NCJFCJ, 2006)»; y «el desacreditado «diagnóstico» de «SAP» (o alegación de
«alienación parental»), aparte de su invalidez científica, pide inapropiadamente al juzgado que
suponga que los comportamientos y las actitudes de los niños hacia el padre que dice estar
«enajenado» no tienen fundamento en la realidad (Dalton, Drozd y Wong, 2006)». El Instituto de
Investigación de Fiscales Americanos y la Asociación Nacional de Fiscales de Distrito,
organizaciones legales interesadas en el enjuiciamiento del maltrato infantil y la violencia
doméstica, también han rechazado el SAP (Meier, 2013).

Se han Se han hecho intentos para legitimar el SAP tratando de incluirlo en el Manual
hecho Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM), el manual utilizado
intentos por profesionales de la salud mental para verificar los diagnósticos. Al rechazar
para la inclusión del SAP en la revisión más reciente, el Dr. Darrel Regier,
legitimar vicepresidente del grupo de trabajo que redactó el manual, declaró «Es un
el SAP problema de la relación: progenitor-hijo o progenitor-progenitor. Los problemas
tratando
de relación per se no son trastornos mentales (Crary, 2012)». El Consejo de
de
incluirlo Administración ni siquiera consideró incluirlo en la Sección 3, trastornos que
en el requieren investigación adicional (Grohol, 2012). La Sociedad Americana
Manual Profesional sobre el Abuso de los Niños (APSAC) se opuso a su inclusión porque
Diagnósti «los datos empíricos que respaldan un trastorno son muy débiles», y el criterio
co y de diagnóstico propuesto «asume la omnisciencia del profesional y se basa en la
Estadístic interpretación subjetiva del profesional d e l o s c o m p o r t a m i e n t o s y l a s
o de los declaraciones del niño. Además, los términos utilizados para describir los
Trastorno comportamientos del niño no están definidos... Es sorprendente que en los 20
s
años transcurridos [desde la primera vez que se sugirieron los criterios de
Mentales
diagnóstico] no haya mejores definiciones y ninguna investigación haya
intentado medir estas características de una manera sistemática (Faller, 2010)». Finalmente, y lo
más interesante, un destacado defensor del SAP y un redactor de los criterios diagnósticos
propuestos, el Dr. William Bernet, declaró en una entrevista después de que el SAP fue rechazado:
«Necesitamos tener definiciones consistentes d e A P , q u e h a y a n d e m o s t r a d o s u v a l i d e z y
confiabilidad, para que el personal de investigación estudie las causas, las manifestaciones y e l
tratamiento de la AP (Zwolinski y Zwolinski, 2013)».

A pesar de esta amplia gama de expertos que encuentran el concepto insostenible, con incluso los
defensores admitiendo que no existe una definición acordada con la cual comenzar la
investigación, continúa habiendo una minoría, compuesta principalmente por profesionales de la
salud mental y testigos expertos que se ganan la vida en el campo del divorcio, que insisten en
continuar afirmando que hay suficiente ciencia para apoyar el uso de SAP en el ámbito legal. La
mayoría de la «evidencia» ofrecida para establecer el SAP como un «diagnóstico» creíble se basa
en la observación clínica (Dallam, 1999, Meier, 2013). La observación clínica tiene algunos usos:
puede facilitar la descripción de un fenómeno. Lo que no puede hacer, sin embargo, es proporcionar

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evidencia de la causa del fenómeno observado. No proporciona una oportunidad para la réplica,
uno de los pilares del método científico. La observación sirve mejor para proponer las variables que
se evaluarán durante la investigación experimental. Así que, aunque los investigadores han
publicado artículos que describen el SAP, ninguno ha producido evidencia experimental que pueda
replicarse para establecer la existencia del SAP como un fenómeno concreto o un efecto causal.
Incluso cuando los observadores clínicos afirman poder identificar a un niño enajenado de un niño
que sufre alguna otra perturbación, no hay una manera objetiva de verificar que su conclusión sea
correcta (Meier, 2013). Además, no hay estudios que identifiquen a un niño supuestamente
alienado en ausencia de la acusación de un progenitor. La mayoría de la información que un
terapeuta usa para hacer su «diagnóstico» usualmente proviene de un progenitor acusador. Hay
investigación empírica que muestra que cuando los niños rechazan a un progenitor, existen
múltiples razones. Johnston, Walters y Olsen (2005) hallaron que ni la alienación parental ni el
maltrato infantil podría explicar la variación en el rechazo a un progenitor por parte de un niño,
citando otras posibles causas, incluidas las posibles conductas negativas del progenitor rechazado,
las dificultades de desarrollo del niño, o incluso la personalidad del niño.

Algunos especialistas en salud mental, a pesar del tenue estatus científico de muchas teorías y
prácticas de salud mental, han pedido a los tribunales que los acepten como testigos expertos
capaces de declarar científicamente sobre el PAS. Esas peticiones implican que ellos deben estar
sometidos a las mismas normas procesales que otros profesionales con potestad para declarar
como expertos (Poliacoff, Greene y Smith, 1999). El Tribunal Supremo ha dictaminado que toda la
evidencia científica presentada, incluso la que se basa en las «ciencias blandas» de raíz clínica,
debe cumplir con el estándar establecido en el caso Daubert (Kumho Tire Co. v. Carmichael, 526
U.S. 137, 1999). La decisión de Daubert (Daubert v. Merrell Dow Pharmaceuticals, 509 U.S. 579,
1993) estableció criterios para la admisibilidad de evidencia científica, incluida la revisión por
pares, publicación, verificabilidad, tasa de error y aceptación general dentro de la comunidad
científica. El SAP no cumple con estas normas. Cualquier testimonio ofrecido por un experto con
respecto al SAP no puede ser permitido bajo los criterios actualmente vigentes.

Claramente, cualquier diagnóstico de salud mental que requiera la participación de un tribunal de


familia como una característica de la «enfermedad» y de la «cura» es, en el mejor de los casos,
dudoso. La «cura» sugerida es eliminar al niño de la custodia del progenitor «ofensor» y, en
algunos casos, cortar todo contacto entre ese progenitor y el niño. Además, la «cura» para el niño
es «desprogramar» el «lavado de cerebro» (Bruch, 2001; Gardner, 1992) (1) . Dado que los
juzgados de familia están destinados a ser terapéuticos, es difícil entender un juzgado participando
en el «diagnóstico» psicológico que requiere un trauma a la familia como la «cura». Si vamos a
aceptar el SAP como un problema real, entonces la solución actualmente en uso es completamente
antitética a la misión de los juzgados de familia. Cuando hay acusaciones de alienación parental,
puede, de hecho, y con probabilidad, haber otras, múltiples razones para el comportamiento del
niño. La práctica ética requiere que estas otras posibles razones sean consideradas, no ignoradas
(ver Poliacoff et al., 1999, para una lista útil).

Dada la falta de evidencia empírica y la falta de aceptación general por parte de los organismos
científicos, médicos y legales autorizados, nos quedamos rascándonos las cabezas y
preguntándonos por qué se necesitan artículos como este. Quizás los juzgados de familia necesitan
hacer introspección y preguntarse qué pasa con los estándares y procesos probatorios de los
juzgados de familia que mantienen vivo este síndrome desacreditado. Aunque la misión de los
juzgados de familia es abordar los asuntos legales de una forma terapéutica, son en todo caso

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tribunales y, por lo tanto, tienen la obligación de hacer cumplir la ley e impartir justicia. La
admisibilidad probatoria puede tener un estándar menor en la jurisdicción civil, pero no es tan bajo
que permita la admisión de ilusiones disfrazadas con ropaje científico.

Referencias:

American Psychological Association (1996). Report of the American Psychological Association


Presidential Task Force on Violence and the Family. (Informe del Grupo de Trabajo Presidencial de
la Asociación Estadounidense de Psicología sobre Violencia y Familia). Washington, DC.

Anthony, Dick (1990). «Religious Movements and brainwashing litigation: Evaluating key
testimony» (Movimientos religiosos y litigios de lavado de cerebro: evaluación de testimonios
clave). In T. Robbins and D. Anthony (eds.), In Gods We Trust (295-344). New Brunswick, NJ:
Transaction books.

Bruch, C.S. (2001). «Parental Alienation Syndrome and Parental Alienation: Getting It Wrong in
Child Custody Cases» (Síndrome de alienación parental y alienación parental: cómo hacerlo mal en
casos de custodia de menores). Family Law Quarterly, 35, 527-552.

Dalton, C., Drozd, L., & Wong, F. (2006). Navigating Custody and Visitation Evaluations in Cases
with Domestic Violence: A Judge’s Guide (Navegando por las evaluaciones de custodia y visitas en
casos de violencia doméstica: una guía para el juez). Reno, NV: National Council of Juvenile &
Family Court Judges.

Crary, D. (2012). «Parental alienation not a disorder, American Psychiatric Association says» (La
alienación parental no es un trastorno, dice la Asociación Americana de Psiquiatría). Huffington
Post. Retrieved from http://www.huffingtonpost.com/2012/09/21/parentalalienation-is-
no_n_1904310.html.

Dallam, S. J. (1999). «Parental Alienation Syndrome: Is it scientific?» (Síndrome de alienación


parental: ¿es científico?). In E. St. Charles & L. Crook (Eds.), Expose: The failure of family courts
to protect children from abuse in custody disputes (Exponer: El fracaso de los juzgados de familia
en proteger a los niños del abuso en las disputas de custodia). Los Gatos, CA: Our Children
Charitable Foundation.

Daubert v. Merrell Dow Pharmaceuticals, 509 U.S. 579 (1993).

Faller, K.C. (2010). «APSAC responds to inclusion of PAS/PAD information in the Diagnostic and
Statistical Manual of Mental Disorders» (APSAC responde a la inclusión de la información SAP/DAP
en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales). APSAC Advisor, 22(2&3), 20-
23. https://apsac.memberclicks.net/assets/documents/apsac%20policy%20on%20pas-pad.pdf

Gardner, R.A. (1992). The Parental Alienation Syndrome: A Guide for Mental Health and Legal
Professionals (El síndrome de alienación parental: una guía para profesionales de la salud mental y
legales). Cresskill, NJ: Creative Therapeutics.

Ginsburg, G. and J.T. Richardson (1998). «’Brainwashing» Evidence in Light of Daubert» («Lavado
de cerebro» Evidencia a la luz de Daubert). In H. Reece (ed.) (265-288), Law and Science. New
York: Oxford University Press.

Grohol, J.M. (2012). «Final DSM 5 Approved by American Psychiatric Association» (DSM 5 Final

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aprobado por la Asociación Americana de Psiquiatría). Psych Central. Retrieved from:


http://psychcentral.com/blog/archives/2012/12/02/final-dsm-5-approved-by-american-psychiatric-
association/.

Johnston, J.R., Walters, M.G., & Olsen, N.W. (2005). «Is It Alienating Parenting, Role Reversal or
Child Abuse? A Study of Children’s Rejection of a Parent in Child Custody Disputes» (¿Es alienación
parental, inversión de roles o abuso infantil? Un estudio sobre el rechazo de un progenitor en
litigios de custodia de los hijos). Journal of Child Custody, 5, 191-218.

Kumho Tire v. Carmichael, 526 U.S. 137 (1999).

Meier, J. S. (2013). «Parental Alienation Syndrome and Parental Alienation: A Research Review»
(Síndrome de alienación parental y alienación parental: Una revisión de investigación). VAWANet.
Retrieved from http://www.vawnet.org/summary.php?doc_id=3969&find_type=web_desc_AR

Myers, J., Berliner, L., Briere, J., Hendrix, C.T., Jenny, C., & Reid, T.A. (Eds.). (2002). The APSAC
Handbook on Child Maltreatment (El Manual APSAC sobre Maltrato Infantil). Thousand Oaks, CA:
Sage Publications.

National Council of Juvenile and Family Court Judges. (2006). Navigating Custody & Visitation
Evaluations in Cases with Domestic Violence: A Judge’s Guide (Navegando por las evaluaciones de
custodia y visitas en casos de violencia doméstica: Una guía para el juez). Reno, NV: NCJFCJ.

Poliacoff, J. H., Greene, C. L., & Smith, L. (1999). «Parental Alienation Syndrome: Frye v. Gardner
in the family courts» (Síndrome de alienación parental: Frye v. Gardner en los juzgados de
familia). Family Law Commentator (Florida Bar), 25(4), 19-20, 30-33.

Reichert, J., J.T. Richardson, and R. Thomas (Forthcoming, 2015). «’Brainwashing»: Diffusion of a
Questionable Concept in Legal Systems» («Lavado de cerebro»: Difusión de un concepto
cuestionable en los sistemas legales). International Journal for the Study of New Religions.

Richardson J.T. (1993). «A Social-Psychological Critique of «Brainwashing» Claims about


Recruitment to New Religions» (Una crítica socio-psicológica de las reclamaciones de «lavado de
cerebro» sobre el reclutamiento a nuevas religiones). In J. Hadden and D. Bromley (eds).
Handbook of Cults and Sects in America (75-97). Greenwich, CT.: JAI Press.

Zwolinski, R. & Zwolinski, C. R. (2013) «Parental Alienation Expert Dr. William Bernet Discusses
The DSM-5» (El experto en alienación parental Dr. William Bernet habla sobre el DSM-5.).
http://blogs.psychcentral.com/therapy-soup/2013/06/parental-alienation-expert-dr-william-
bernet-discusses-the-dsm-5/

(1)
Los términos «lavado de cerebro» y «desprogramación» se derivan del debate acerca de cómo y por qué
muchos jóvenes participaron en los Nuevos Movimientos Religiosos (NMR, a veces denominados «cultos»)
en los años sesenta, setenta y ochenta. El uso de tales conceptos pseudocientíficos en los casos legales
relacionados con dicha participación se permitió en los procedimientos legales durante un tiempo, pero
finalmente se desacreditó, solo para revivir en otras áreas de la ley, como los procedimientos de divorcio
y las disputas por la custodia de los hijos. Véase Anthony (1990); Richardson (1993); Ginsburg y
Richardson (1998) para las críticas del uso de tales términos en los casos legales de NMR, y ver a
Reichert, Richardson y Thomas (2015) para la discusión del uso de los conceptos en el campo del derecho
de familia.

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