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“AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCION E IMPUNIDAD”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE UCAYALI

FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE ENFERMERIA

CURSO: METODOLOGIA DEL ESTUDIO UNIVERSTARIO

TEMA: UNIVERSIDAD POPULAR

DOCENTE: MG. HERNANDEZ MENDOZA VICTOR M.

ESTUDIANTE: CELINDA LY URRUTIA BILVAO

CICLO: I - A

PUCALLPA-PERÚ
2019
ÍNDICE

DEDICATORIA ................................................................................................. 3

RESUMEN .......................................................................................................... 4

ABSTRAC ........................................................................................................... 5

INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 6

UNIVERSIDAD POPULAR ................................................................................ 8

DESARROLLO .................................................................................................. 8

CONCLUSIONES............................................................................................. 28

RECOMENDACIONES .................................................................................... 30

BIBLIOGRAFIA .............................................................................................. 32
DEDICATORIA

EL PRESENTE TRABAJO
MONOGRÁFICO ESTÁ
DEDICADO A NUESTRO
PAPÁ DIOS QUE GUÍA MI
CAMINO Y A MI MAMÁ POR
SER MI MAYOR BENDICIÓN.

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RESUMEN

El presente trabajo monográfico reúne investigaciones realizadas con la única finalidad

de hacer llegar a todos los compañeros y docentes sobre el valor que tiene una

Universidad Popular, sobre cómo es que inicio estas ideas socialistas y quien las hizo

llegar a nuestro país. Viendo su aplicación comparada en otros países y si su método

utilizado funciona efectivamente, viendo la problemática que esta genera y a su vez

comprobar si en el País sería una alternativa de solución para que la educación superior

llegue a todos los sectores incluso los más vulnerables y más lejanos; es por ello que

nos planteamos Recomendaciones y así determinar conjuntamente su valoración y ver si

el método utilizado es el correcto.

Palabras claves: Universidad, Organización, Socialismo, Cultura, Vulnerables,

Investigación, entre otras.

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ABSTRAC

This monographic work brings together research conducted with the sole purpose of

getting all the colleagues and teachers on the value of a Popular University, on how it is

that these socialist ideas start and who made them reach our country. Seeing its

comparative application in other countries and if it’s used method works effectively,

seeing the problems it generates and in turn checking if in the country it would be an

alternative solution for higher education to reach all sectors, including the most

vulnerable and most far away; that is why we propose Recommendations and thus

determine their assessment together and see if the method used is correct.

Keywords: University, Organization, Socialism, Culture, Vulnerable, Research, among

others.

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INTRODUCCIÓN

Por Universidad Popular se entiende a una organización o institución educativa y cultural

creada (fundada) por grupos, asociaciones y organizaciones sociales para promover la

educación popular de saberes teóricos y prácticos dirigida a toda la población, en especial

a sectores vulnerables como trabajadores (proletariado), campesinos, emigrantes, mujeres

– que no tienes acceso a la educación. En su ideario las universidades populares son

asociaciones sin ánimo de lucro con la única finalidad de ser social y de fácil acceso para

todo aquel que quiera superarse.

Su origen está remontado en finales del siglo XIX y principios del siglo XX en países

Europeos como Francia, España y Alemania, expandiéndose primeramente por los otros

países de Europa y posteriormente por el resto del mundo. En América Latina se tiene

indicios que empezó su expansión primeramente por Argentina con la creación y el sostén

de universidades populares por medios de movimientos revolucionarios como la Reforma

Universitaria iniciado en Córdoba en 1918 siendo la creación de esta un objetivo

prioritario de aquella manifestación.

En el País la creación de las universidades Populares está muy estrechamente relacionada

con la fundación del partido Aprista y los ideales de José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl

Haya de la Torre; por los años 1919 cuando Haya de la Torre presidia la Federación de

Estudiantes del Perú, quien en el ejercicio de sus funciones organizó el Primer Congreso

de Estudiantes en la ciudad Incaica del Cusco. Uno de los logros de este congreso fue la

creación de la Universidad Gonzales Prada, inaugurada el 22 de enero de 1921, hecho

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que fue un acontecimiento muy significativo porque los trabajadores tenían un lugar

donde podían estudiar, teniendo un propósito de dicha universidad originalmente fue

promover los objetivos del movimiento de la reforma universitaria por llevar beneficios

de la cultura y conocimientos a los pobres e iletrados. Y fue entonces cuando el presidente

Augusto B. Leguía suprimió estos centros en 1924 y desterró a la mayor parte de los

líderes, Haya de la Torre y sus compañeros convirtieron su movimiento cultural en el

Movimiento Aprista para más fundar el partido el 07 de mayo de 1924 en la ciudad de

México.

En Uruguay por ejemplo, se funda en 1938 la Universidad Popular de Concepción del

Uruguay, universidad que hasta la fecha sigue con sus ideales activos. Está ubicada en la

ciudad de Concepción de Uruguay, provincia de Entre Ríos. En dicha institución superior

organizan talleres que permiten una oportunidad laboral para jóvenes y adultos, como la

Administración Hospitalaria, técnicos en Electricidad, idiomas, Reparación de PC,

cocina, Peluquería, entre otras.

La expresión "universidad popular" se atribuye al maestro, escritor, poeta, filósofo y

pastor luterano danés Nikolai Frederik Severin Grundtvig (1783–1872). Grundtvig, a su

vez, se inspiró en el Informe para la Organización General de la Instrucción Pública del

francés Nicolas de Condorcet escrito en 1792 durante la Revolución francesa. Las

actuales escuelas libres y los colegios populares de Dinamarca son herencia de su gran

influencia.

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UNIVERSIDAD POPULAR

DESARROLLO

La denominación de universidades populares incluye numerosas organizaciones y

asociaciones, creadas en el ámbito de los municipios y ayuntamientos, de carácter

cultural, educativo, político y social. Desde su inicio en 1899 continúan creándose durante

el siglo XX y el XXI, tanto en Europa como en América, Asia y África.

Cuando el público al que van dirigidas las universidades populares es solamente adulto

también se denomina escuelas de adultos y escuelas nocturnas, creadas específicamente

para que los trabajadores pudieran asistir después de la jornada laboral. También existe

el término de educación continua o educación por extensión para referirse a la educación

durante toda la vida. Los organismos educativos que se encargan de esta formación no

solamente son las universidades populares, también las Universidades oficiales y otras

instituciones acogen estas prácticas de formación continuada.

Las universidades populares activas en los países desarrollados vienen a cubrir aquellas

deficiencias o aspectos que no cubre la enseñanza oficial o sectores de la población que

se encuentran fuera de la formación reglada establecida por el Estado. En los países menos

desarrollados siguen cumpliendo la función inicial para la que fueron creadas en Francia

y otros países de Europa: alfabetización, formación de las mujeres, protección de la

infancia, organización de las comunidades, desarrollo económico y social, formación

técnica y científica así como de desarrollo artístico y cultural.

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En América Latina las primeras universidades populares fueron creadas en 1899, pero se

desarrollaron ampliamente con el movimiento de la Reforma Universitaria iniciado en

Córdoba en 1918. Las universidades populares fueron una herramienta para impulsar los

principios reformistas de extensión universitaria y unidad obrero-estudiantil, con el fin de

democratizar la enseñanza superior.

En Argentina la primera universidad popular fue la Sociedad Luz (aún en actividad)

fundada en 1899 por el Partido Socialista. El movimiento de Reforma Universitaria

iniciado en Córdoba en 1918 adoptó la práctica de crear universidades populares como

una de sus prioridades, relacionadas con los principios de extensión universitaria y

democratización de la enseñanza superior. Se desarrollaron ampliamente hasta la década

de 1960 donde alcanzaron su apogeo, obteniendo durante el gobierno del presidente

radical Arturo Illia su reconocimiento oficial (Decreto 4369, vigente en la actualidad).

Durante la dictadura autodenominada Proceso de Reorganización Nacional fueron

perseguidas y se prohibió el uso de la denominación "universidad popular".

Para recrear las condiciones de las universidades populares, varias universidades

argentinas han abierto "diplomaturas" abiertas a la población, que no exigen título

primario o secundario para ser cursadas, o cátedras libres a ser dictadas en los municipios.

En la segunda década del siglo XXI se encontraban en funcionamiento, al menos, las

siguientes universidades populares: de las Madres de Plaza de Mayo, de La Boca, de

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Belgrano, Alejandro Korn (en La Plata), de Resistencia (Chaco), de Concepción del

Uruguay, de Catamarca, Elio C. Leyes de Paraná, del Sudeste (UPSE), Gral. José de San

Martín de Rauch, de Boedo, de la Municipalidad de la ciudad de Villa María, etc. En 2017

la Universidad Nacional de Córdoba lanzó un proyecto de creación de universidades

populares a ser creadas en diversos municipios de la provincia.

En Argentina la primera universidad popular fue la Sociedad Luz (aún en actividad)

fundada en 1899, por el Partido Socialista, a iniciativa del estudiante de ingeniería

Mauricio Klimann. En 1922 la universidad estableció su sede en la calle Suárez 1301, del

barrio de La Boca, de la ciudad de Buenos Aires, donde aún desarrolla sus actividades.

La Universidad Popular de La Boca fue fundada en 1917 por la Unión Cívica Radical,

durante la presidencia del radical Hipólito Yrigoyen y aún sigue activa. Está ubicada en

el barrio de La Boca de la ciudad de Buenos Aires. Dicta tecnicaturas y cursos de

formación en oficios como Gas y Plomería, Aire Acondicionado, Instalaciones Eléctricas,

Reparación de PC, Reparación de Lavarropas, Masoterapia, Repostería, Reparación de

Celulares, Manicuría, Depilación, entre otras.

En el Primer Congreso Nacional de Estudiantes Peruanos celebrado en la ciudad del

Cuzco-Perú (11-20 de Marzo de 1920) en donde se aprobó la creación de las

Universidades Populares. Es el líder estudiantil peruano Víctor Raúl Haya de la Torre

quien funda - en su casa de Villa Mercedes (Vitarte-Lima) - la primera Universidad

Popular “González Prada” (UPGP- 1921).Cabe resaltar que en 1916 Haya de la Torre

llevó adelante la creación del Centro Universitario de Trujillo su ciudad natal, esta sería

la antesala de las futuras Universidades Populares (UP). Por otro lado, el 22 de julio de

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1922 se nomina “González Prada” a la UP (UPGP); estuvo presente en la ceremonia la

viuda de González Prada, Adriana de Veneuil de González Prada.

El 23 de Mayo de 1923 las Universidades Populares en el Perú y el movimiento obrero

se manifiestan en las calles en contra de la propuesta de Augusto Bernardino Leguía de

consagrar la Nación al Corazón de Jesús. La represión militar fue atroz; fueron asesinados

- en el jirón Azángaro del centro de Lima – Salomón Ponce (obrero) y Manuel Alarcón

Vidalón (estudiante). Lo inverosímil de la situación es que el mismo Leguía, quien en el

Congreso Estudiantil en el Cuzco (1920) fue designado Maestro de la Juventud y quien

contó con el apoyo de Haya de la Torre y estudiantes pequeños burgueses de la

Universidad de San Marcos, a quienes, dicho sea de paso, les costeo los pasajes y estadía

en la ciudad del Cuzco, este mismo presidente se encargó de perseguir el movimiento

estudiantil.

En este contexto de insatisfacción obrero-estudiantil y organización del movimiento

social en la segunda década del siglo XX en Perú, el Amauta Mariátegui regresa de

Europa el 20 de Marzo de 1923, en compañía de su esposa Anna Chiappe.

En relación al levantamiento obrero-estudiantil del 23 de Mayo de 1923 Eugenio Chang-

Rodríguez delinea la negativa del Amauta en participar de dicha movilización: “Una

tarde, Víctor Raúl Haya de la Torre al salir de visitar El Tiempo, principal diario

antigubernamental, se encontró con José Carlos y le habló de la jornada que estaba

organizando contra la dedicación del Perú al Sagrado Corazón de Jesús por Leguía y el

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Arzobispo de Lima. Mariátegui declinó colaborar, alegando que era "una lucha

liberalizaste y sin sentido revolucionario”.

Como resultado de dicha jornada, el 25 de Mayo y luego que Ponce y Alarcón fueron

enterrados, Haya de la Torre pasó a la clandestinidad. El 3 de Octubre Haya de la Torre

fue capturado y llevado al penal de la isla San Lorenzo. Las instalaciones de las UP son

allanadas, los sindicatos de obreros reprimidos drásticamente. Las UP asumen,

juntamente con los el movimiento de obreros, las manifestaciones de protesta en contra

del régimen dictatorial de Leguía. Haya de la Torre asume en prisión una huelga de

hambre de 5 días. Debido a la fuerte presión del movimiento estudiantil-obrero el régimen

resuelve deportarlo a Panamá.

Fue el mismo Haya de la Torre quien invitó al Amauta Mariátegui a participar de las

Universidades Populares Gonzales Prada (UPGP). El programa de conferencias en las

UPGP fueron publicadas en el Diario Claridad (Julio, 1923). Entre los tópicos – que en

tiempo fueron modificados – encontramos los siguientes: La guerra europea; la

revolución Rusa; la Revolución Alemana; la Paz de Versalles; la agitación proletaria en

Europa; el problema de las reparaciones; la crisis de la democracia; la paz de Sévres; la

crisis filosófica; la repercusión de la crisis en América y la síntesis de la situación actual

de Europa.

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La primera conferencia de las UNPG data del 15 de junio de 1923. Fue el Amauta quien

abrió el ciclo de “conversaciones” - como prefirió llamar a las conferencias – con “La

crisis y el proletariado peruano”. En las propias palabras de Mariátegui:

La única cátedra de educación popular, con espíritu revolucionario, es esta cátedra

en formación de la Universidad Popular. A ella le toca, por consiguiente, superando

el modesto plano de su labor inicial, presentar al pueblo la realidad contemporánea,

explicar al pueblo que está viviendo una de las horas más trascendentales y grandes

de la historia, contagiar al pueblo de la fecunda inquietud que agita actualmente a los

demás pueblos civilizados del mundo.

En su catedra inaugural dejó en claro el rol protagónico del movimiento obrero en el

proceso de transformación en la cual se veía sumirse a la sociedad latinoamericana con la

apertura de las UPGP. La formación académico-intelectual se extendería al movimiento

no considerado académico, el mundo del trabajador y la trabajadora manual. Pasaría de

ser un viejo ideal anarquista a materializarse en las UP:

En esta gran crisis contemporánea el proletariado no es un espectador; es un actor. Se va

a resolver en ella la suerte del proletariado mundial. De ella va a surgir, según todas las

probabilidades y según todas las previsiones, la civilización proletaria, la civilización

socialista, destinada a suceder a la declinante, a la decadente, a la moribunda civilización

capitalista, individualista y burguesa. El proletariado necesita, ahora como nunca, saber

lo que pasa en el mundo. Y no puede saberlo a través de las informaciones fragmentarias,

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episódicas, homeopáticas del cable cotidiano, mal traducido y peor redactado en la

mayoría de los casos, y proveniente siempre de agencias reaccionarias, encargadas de

desacreditar a los partidos, a las organizaciones y a los hombres de la Revolución y

desalentar y desorientar al proletariado mundial.

Lejos de los gurúes de finales siglo XX e inicios del XXI, “luminarias” que hicieron y

pretenden seguir haciendo de la racionalidad científica la fuente de inspiración de los

nuevos tiempos; aportes como los del Amauta fueron propuestos sin fecha de caducidad.

Son principios que nacieron en un contexto histórico determinado desde la resistencia

obrero - estudiantil ante la presencia excluyente de un colonialismo nacional y extranjero

ajeno a los intereses de las grandes mayorías empobrecidas. Mariátegui, no aceptó la

invitación a las UPGP como quien debiera traer el conocimiento; el Amauta propuso una

pedagogía de la liberación mucho antes que la pedagogía del oprimido de Paulo Freire

(1921-1997) viera la luz en 1968 o el teatro del oprimido (Fábrica de Teatro Popular) de

Augusto Boal (1931-2009) irrumpiera los escenarios cotidianos de la periferia brasilera.

El Amauta asumió el desarrollo de un quehacer pedagógico desde la construcción del

conocimiento entendido como proceso histórico del y al interior del movimiento social.

Él tenía en claro que valerse solo del tiempo y del espacio como dimensiones referenciales

- para el analizar el fenómeno educativo - sería una aproximación sesgada; el movimiento

social le otorgó la gravitación histórica antagónica al statu quo.

La pedagogía del statu quo, el Stablishment, de la Real Politik, alejaba las pretensiones

de liberación de los grupos sociales históricamente relegados. El quehacer pedagógico

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del Amauta lo ubicó dentro del precario proletariado peruano como clara muestra del

intelectual orgánico de Antonio Gramsci, como sujeto educador-educando integrado:

Yo dedico, sobre todo, mis disertaciones, a esta vanguardia del proletariado peruano.

Nadie más que los grupos proletarios de vanguardia necesitan estudiar la crisis

mundial. Yo no tengo la pretensión de venir a esta tribuna libre de una universidad

libre a enseñarles la historia de esa crisis mundial, sino a estudiarla yo mismo con

ellos. Yo no os enseño, compañeros, desde esta tribuna, la historia de la crisis

mundial; yo la estudio con vosotros. Yo no tengo en este estudio sino el mérito

modestísimo de aportar a él las observaciones personales de tres y medio años de vida

europea, o sea de los tres y medio años culminantes de la crisis, y los ecos del

pensamiento europeo contemporáneo.

En esta primera aparición, en la vida universitaria, Mariátegui, no solo comienza a perfilar

el paradigma de un modelo de educación y un sistema educativo - propiamente dicho –

sino denuncia la claudicación del sistema capitalista desde la experiencia burocrática

norteamericana, europea y soviética. Cuando Mariátegui hace alusión a la primera Guerra

Mundial, nuestra hermenéutica contextualizadora nos impulsa al horror de las guerras en

Afganistán (1978-1992) Guerra Irán Irak (1980-1988) Guerra del Golfo (1990-

1991);Guerra Civil Argelina (1991-2002); Guerras yugoslavas (1991-2001) Guerra

Croata de Independencia (1991-1995); Guerra de Bosnia (1992-1995);Guerra de Kosovo

(1999); Genocidio ruandés (1994); Guerra en Libia (2011); asedio militar a Siria 2012 e

Irán 2012 y tantas otras barbaries llevadas adelante en nombre de la libertad y la

democracia.

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La coyuntura internacional político-económico-militar, que nos toca vivir en pleno

segundo decenio del siglo XXI, la aplicación de trasnochadas teorías sociales de corte

liberal y la aberrante represión globalizada que sufre el sector educativo público y privado

hace de la visionaria incidencia del Amauta un necesario recurso histórico de vigente

valor político.

En los países Europeos tenemos por a: Alemania son denominadas Volkshochschule. Es

una institución pública orientada a la formación continua de adultos que ofrece cursos de

distinta temática (idiomas, informática, política, graduado escolar, cocina...) que duran

entre una y quince semanas. La primera Volkshochschule fue fundada en Berlín en 1902

bajo el nombre Freie Hochschule Berlin.

Las universidades populares aparecen en Francia como respuesta a la crisis que sufre la

educación y la Universidad del siglo XIX y la aparición de movimientos sociales,

políticos y educativos que consideran necesaria e imprescindible la alfabetización, la

formación y el acercamiento de la cultura y la ciencia al pueblo, es decir, a las capas

menos formadas y alejadas de los centros culturales de la sociedad rural, el incipiente

proletariado y otros sectores marginados.

En 1866, durante el Segundo Imperio, Jean Macé fundó la Ligue de l'Enseignement

dedicada a la instrucción popular. A pesar de la ruptura entre los anarquistas y los

marxistas, en el célebre Congreso de La Haya de 1872, la educación popular seguiría

siendo una parte muy importante del movimiento de los trabajadores, especialmente del

movimiento anarcosindicalista que creó, con Fernand Pelloutier, varios centros donde los

trabajadores debatían sobre política y ciencias (Bolsa de Trabajo de Bourges, 1897). Las

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leyes de Jules Ferry que se aprobaron en la década de 1880 establecieron la educación

pública obligatoria, gratuita y laica como uno de los principios fundadores de la Tercera

República Francesa.

En Francia, las universidades populares aparecen en el contexto del caso Dreyfus (década

de 1890). Frente a la irracionalidad y las ideas antisemitas de autoridades y población,

numerosos intelectuales y filósofos con el apoyo de algunos políticos y sindicalistas y con

la bandera de los principios republicanos surgen las universidades populares ofreciendo

una respuesta humanista, laica y republicana para todos los sectores sociales. Algunos

maestros ofrecían charlas educativas gratuitas sobre temas humanistas, a fin de luchar

contra la propagación del antisemitismo en Francia.

La primera Universidad Popular francesa aparece en París en 1899 a iniciativa de George

Deherme y los trabajadores de Montreuil-sous-Bois. En 1899, Deherme hace un

llamamiento en la revista La Coopération des Idées en favor de la enseñanza popular

superior con el objetivo de formar al proletaria para el futuro. La llamada recibe múltiples

apoyos, entre otros los de Gabriel Séailles defensor y gran promotor de las universidades

populares. Ese mismo año, 1899, también se constituye la Federación de universidades

populares. En Francia tuvieron un gran desarrollo y expansión llegándose a contabilizar

230 universidades populares.

La educación popular

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Ya existía, tanto en Francia como en otros muchos países una tradición en la educación

popular por la que se llevan a cabo, básicamente para los trabajadores y otros sectores

alejados de los centros culturales y educativos, la organización de actividades culturales,

programas de alfabetización, actividades artísticas, musicales y científicas y técnicas, en

principio dirigidas a las capas populares (de ahí su nombre) pero abiertas a todo el

público, que en su propio desarrollo acabaron promoviendo programas y procesos

educativos de mucho más alcance y contenido.

En España, durante la segunda mitad del siglo XVIII las Sociedades Económicas de

Amigos del País —de origen y objetivos iniciales muy distintos a las universidades

populares— fomentaron el desarrollo en España de la agricultura, el comercio y la

industria, favoreciendo además la difusión de la cultura, el debate político y la formación

en distintos grupos de la sociedad, poniendo en marcha escuelas populares dirigidas a

todos los ciudadanos.1819

Al final del siglo XIX e inicio del siglo XX, se pusieron en marcha diversas universidades

populares con diferentes plazos de existencia: cabe mencionar las de Oviedo, Madrid

(1904-1911), Sevilla (1905-1910), La Coruña (1906-1911) -promovida por Wenceslao

Fernández Flórez- y las dos de Valencia, la creada por Blasco Ibáñez y la Universidad

Popular Católica de Valencia (1906-1915). A las que seguirían las de Segovia (1919-

1937) y Cartagena (1931-1937).

Universidad Popular Asturiana fue la primera Universidad Popular en España nació en

1896, promovida en Oviedo por krausistas asturianos. Su objetivo era llevar al pueblo

llano la cultura, hasta entonces patrimonio de la minoría.

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Universidad Popular Valenciana en 1903 Vicente Blasco Ibáñez impulsó la Universidad

Popular de Valencia, que perduró hasta 1928.

La Universidad Popular de Segovia fue puesta en marcha por un grupo de intelectuales,

profesionales de diferentes campos, profesores y catedráticos como Antonio Machado,

Blas Zambrano y Mariano Quintanilla. Tras un periodo de inactividad forzado por la

guerra civil española y la política del franquismo en materia de educación, tuvo

continuidad en el Instituto Diego de Colmenares y la posterior Real Academia de Historia

y Arte de San Quirce.

Más tarde, en 1931, ya instaurada la Segunda República, surgió la Universidad Popular

de Cartagena con los objetivos habituales de alfabetización, además de los de protección

de la infancia y educación de la mujer. Entre sus colaboradores estuvieron Carmen Conde

y su marido, Antonio Oliver.

En 1910 se puso en marcha otro proyecto paralelo, la llamada Escuela Nueva dirigida por

el historiador y político Manuel Núñez de Arenas con el apoyo y colaboración, entre

otros, de Manuel Azaña y Leopoldo Alas.

Durante la Segunda República aparecieron proyectos muy ambiciosos, como los

coordinados y promovidos por la Unión Federal de Estudiantes Hípanos (UFEH) y las

Federaciones Universitarias de Estudiantes Locales (FUE). Si bien sus planteamientos

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iniciales tuvieron que hacerse más modestos, supusieron un gran paso en la lucha contra

el analfabetismo.

En el año 1931, la Segunda República Española puso en marcha las Misiones Pedagógicas

a partir de una idea de Giner de los Ríos y bajo la dirección de Manuel Bartolomé Cossio,

en aquel momento al frente de la Institución Libre de Enseñanza. El amplio proyecto de

la "misiones" laicas de la Institución tuvo como objetivo la difusión de la cultura en las

poblaciones rurales aisladas o alejadas de la actividad educativa y cultural. Su actividad,

muy mermada y saboteada durante el Bienio Negro republicano, se disolvió en el

transcurso de la guerra civil.

La crítica política que merecieron los docentes sanmarquinos, superaron el enfoque

económico que delimita la insatisfacción del movimiento estudiantil en la América Latina

del siglo XXI. Si bien es cierto la calidad de la educación es albo de críticas y reclamos

por parte de la resistencia estudiantil – en donde el movimiento de estudiantes chilenos

ejerce un importante rol – los reclamos de índole económico permean la incidencia

política estudiantil. La severidad – del Amauta - con la cual señala la palidez pedagógica

del docente sanmarquino lápida un modelo educativo a-critico que perdura hasta nuestros

días:

Nuestros catedráticos no se preocupan ostensiblemente sino de la literatura de su curso.

Su vuelo mental, generalmente, no va más allá, de los ámbitos rutinarios de una catedra.

Son hombres (sic) tubulares como diría Víctor Maurtua; no son hombres panorámicos.

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No existe entre ellos, ningún revolucionario, ningún renovador. Todos son conservadores

definidos o conservadores potenciales, reaccionarios activos latentes que, en política

doméstica, suspiran impotente y nostálgicamente por el viejo orden de cosas.

Para el Amauta la crisis universitaria no era solo de índole económica, sino político. La

crisis de las instituciones del Estado burgués, el cual representa exclusivamente intereses

de grupos económicos y políticos, es una constante en la estructura del sistema capitalista

y fue aquello que derrumbo el modelo socialista comprendido desde la ex Unión

Soviética. Las Instituciones del Estado – en la época del Amauta, así como en la nuestra

– no fueron ajenas a la crisis pedagógica la cual era entendida como un espacio de

promoción de valores defensores del statu quo.

Esta ausencia de liderazgo pedagógico consecuente con el interés del movimiento social

se caracterizó por el exacerbado individualismo político el cual se postro ante las

exigencias de los grupos de poder. El espíritu imperial no solo ostenta poseer el poder

económico, sino concomitantemente el político-cultural. El Amauta deploro el arribismo

de ese liderazgo pedagógico al cual califico de mediocre: “La universidad de Lima es una

universidad estática. Es un mediocre centro de linfática y gazmoña cultural burguesa. Es

un muestrario de ideas muertas…Los problemas, las preocupaciones, las angustias de esta

hora dramática en la historia humana no existen para la Universidad de San Marcos”.

En 1917 los estudiantes peruanos crearon su propia Federación de Estudiantes peruanos

(Federación de Estudiantes Peruanos, o la F.E.P.). Aunque los estudiantes peruanos

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fueran estimulados por la acción de los estudiantes argentinos, el ímpetu inmediato que

lleva a la creación de las Universidades Populares fue la alianza formada entre los

estudiantes y los trabajadores textiles de Lima durante la primera huelga exitosa por la

jornada de ocho horas en 1918-1919. La huelga estalló en una fábrica textil de Lima

dirigida por la William R. Grace Company en diciembre de 1918, y hacia el final de

diciembre todos los trabajadores de la planta textil de Lima y muchos otros trabajadores

habían participado en una huelga de solidaridad por toda la ciudad.

Cuando fue disuelta una reunión del Comité de los Trabajadores estableció formular las

demandas de los huelguistas por las tropas del presidente José Pardo, los trabajadores

apelaron a la F.E.P. por ayuda. La recién creada F.E.P. actuó rápidamente en respuesta a

la petición de los trabajadores designando un comité de tres estudiantes para servir de

enlace entre los trabajadores y los estudiantes. Uno de los tres designados era Haya de la

Torre, quien pronto se convirtió en la figura dominante en sellar la alianza entre los

trabajadores y los estudiantes.

El 15 de enero de 1919, el presidente Pardo concedió la jornada de ocho horas a todos los

trabajadores peruanos. Uno de los resultados inmediatos de la huelga, a insistencia de

Haya de la Torre, fue la fundación de la general más equilibrada del propio papel de los

otros movimientos de pre-Córdoba en el resto de América Latina en sus trabajos

posteriores.

La Huelga Estudiantil de 1916. Los estudiantes de los últimos años de la Escuela de

Ingeniería habían exigido que el profesor del curso de Ferrocarriles, Puentes y Caminos,

Enrique Salgado renunciara a la enseñanza de su clase. Dirigieron con ese fin un memorial

al gobierno y este lo remitió a la Junta de Perfeccionamiento de la Escuela, el dictamen

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favoreció al denunciado. Se produjo la huelga y se adhirieron a ella los estudiantes de

otras universidades.

En 1916, ocurre un acontecimiento que marcaría la vida de las futuras generaciones

estudiantiles y también del país, los estudiantes universitarios fundan la Federación de

Estudiantes del Perú (FEP). La fundación de esta gloriosa institución estudiantil fue

anuncio de la institucionalización de las aspiraciones y organización del estudiantado con

carácter nacional. Su primer presidente fue el estudiante sanmarquino Fortunato Quesada,

alumno de la Facultad de Medicina. *Sobre la historia de la FEP adjuntaremos un anexo

a este documento, porque bien vale la pena.

En 1917 y 1918 siguen los incidentes en la facultad de Medicina, aquí ya se involucran

los estudiantes de obstetricia. Las causas son similares conflictos con malos catedráticos.

El conflicto no llega a estallar.

En el contexto internacional, en 1917, acontece un hecho sin precedentes, que trazaría el

rumbo de la humanidad entera. Se realiza la Primera Revolución Socialista de la Historia

mundial, la revolución de Octubre, dirigida por los Bolcheviques con Lenin a la cabeza.

Influenciada, entre otros fenómenos, por las ideas de la revolución rusa estalla un

acontecimiento que, que es un hito en la historia de nuestro continente, La Reforma

Universitaria de 1918, en Córdova Argentina. Con el proverbial manifiesto “A los

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Hombres Libres de Sudamérica”. Este hecho influyó en los estudiantes latinoamericanos

y por ende en los peruanos.

Diciembre de 1918, los trabajadores crean la Federación Obrera Local y se lanzan a la

conquista definitiva de las 8 horas, iniciando la huelga general. Una delegación estudiantil

conformada por: Víctor Raúl Haya de la Torre, Valentín Quesada y Bruno Bueno de la

Puente actúa como mediadora entre el gobierno y los obreros, quienes aceptaron el

planteamiento del gobierno de “9 horas”, fueron rechazados por los obreros

(evidenciándose así y tempranamente la traición del líder del APRA). Los obreros deciden

continuar firmemente su lucha y en enero de 1919 logran la histórica y definitiva

conquista de la “Jornada de las 8 horas diarias de trabajo”. Los estudiantes no solo

apoyaron la huelga de trabajadores sino que actuaron en frente único.

A principios de 1919 visita el Perú el profesor argentino, Alfredo Palacios, de filiación

socialista y propagandista de la reforma universitaria de Córdova. Su contacto con la

juventud universitaria peruana dejó profunda huella.

Estallido de la Reforma Universitaria en el Perú. Este acontecimiento, definitivamente,

es parte esencial de la historia de las luchas sociales en nuestra patria, sin tan trascedente

y fecunda revolución estudiantil no podríamos explicar al Perú del Siglo XX. Tiene como

año histórico al 1919. Los primeros meses de este año, una serie de artículos que agitaron

el ambiente universitario y escritos por Raúl Porras Barrenechea, Guillermo Luna

Cartland y Humberto del Águila, fueron publicados, por decisión de José Carlos

Mariátegui, en el diario La Razón. José Carlos Mariátegui, era entonces director de dicho

diario y jugó un papel destacado para el estallido del movimiento de la reforma

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universitaria y dio decidido apoyo hasta su consolidación. Las universidades, en el Perú,

cuando inicia la reforma universitaria eran 6 fundadas (cinco públicas y una privada), de

las cuales funcionaban sólo cinco: la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, la

Universidad San Agustín de Arequipa, la Universidad Nacional del Cusco, la Universidad

Nacional de Trujillo, y la Universidad Católica (privada), la universidad san Cristóbal de

Huamanga se encontraba cerrada. Las mismas universidades se mantendrán hasta el III

Proceso de Reforma Universitaria.

En junio del mismo año empezó la huelga en la Facultad de Letras, las demás se fueron

incorporando gradualmente, estallando así la “Reforma Universitaria”. El anhelo de los

estudiantes, en palabras del historiador Jorge Basadre, era el mejoramiento y la

modernización de la enseñanza. Propugnaron por ello la participación de los estudiantes

en el gobierno de la universidad, la docencia libre, el derecho de tacha, la supresión de

las lista y de los premios, la periodicidad de las cátedras y el concurso para ellas, la liberta

de enseñar, y la creación de seminarios y becas para estudiantes pobres entre otros. Según

Jorge Basadre, “la reforma de 1919 fue, a parte de un estallido de clases medias en la

población estudiantil, una demanda clamorosa por una enseñanza mejor, una protesta

ostensible contra lo que entonces se calificó como ‘esclerosis de la docencia’.

Los meses de julio y agosto de 1919 la crisis se acentuó y el 2 de agosto una asamblea

estudiantil decretó la huelga general. Un bello manifiesto, que empezaba con las

inolvidables frases: “Por primera vez los estudiantes se dirigen al país en nombre de un

ideal de cultura…”, escrito por Manuel Abastos fundamentó las exigencias estudiantiles.

La incapacidad del Consejo Universitario para resolver el problema llevó a los estudiantes

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a realizar una marcha hacia la Plaza de Armas de la Capital para entregar al presidente

Leguía (quien un año antes había sido declarado maestro de la juventud, y al asistir a la

ceremonia de inauguración de la nueva directiva de la Federación de Estudiantes había

manifestado su simpatía con la reforma) un memorial que solicitaba su intervención en

el conflicto. En pleno movimiento de reforma surgieron en las facultades los comités de

reforma, luego se organizaron en el Comité Central de Reforma, existiendo así dos

organismos elegidos por los alumnos (la federación y el mencionado comité), como es de

esperarse pronto estallarían los conflictos que terminaron, después de no pocas

dificultades, con la renuncia del Comité. La federación quedó sola, pero no estabilizada.

Después vendrían los rechazos que llegaron incluso hasta los ataques físicos, por parte de

un sector de estudiantes a los diarios: El Comercio y La Prensa, a raíz de estos hechos la

mayoría de la junta de la federación renunció a sus cargos, y el Comité de Reforma

tampoco volvió a funcionar. Después de este periodo de incertidumbre la federación

quedó reorganizada, a través de elecciones parciales y salió elegido Víctor Raúl Haya de

la Torre (quien era parte de la junta directiva anterior). El gobierno con la publicación del

Decreto del 20 de setiembre de 1919 dio respuesta positiva a la petición de los

estudiantes, tal decreto al ser aprobado por la Asamblea Nacional de diputados se

convertiría en la ley 4002. Después de largas e históricas jornadas se aprobaba así la

Reforma Universitaria. La mencionada ley causó la protesta de los catedráticos de la

Facultad de Medicina, frente a este hecho el gobierno dio la ley 4004 con carácter más

conciliador. Fueron elegidos como representantes estudiantiles ante el Consejo

Universitario los catedráticos: José Antonio Encinas y Carlos Enrique Paz Soldán (en esta

primera etapa se logró la participación indirecta de los estudiantes, a través de

catedráticos, elegidos por voto universal de los alumnos).

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El papel periodístico, intelectual y crítico de una joven generación encabezada por José

Carlos Mariátegui, como mencionamos anteriormente fue gravitante en la reforma

universitaria.

1919, la FEP recibe reconocimiento legal

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CONCLUSIONES

 señalamos que aquella mezcla de nostalgia esperanzadora del Amauta

recobra brío y fuerza en cada gesto social en donde la ética relacional se

imponga ante la arrogancia y soberbia de los que aún ostentan el Estado

como poder capturado por ingentes corporaciones financieras y

mediáticas. El reverdecer de la praxis revolucionaria del estudiantado en

América Latina encuentra su abono en medio de una crisis mundial en

donde el viejo paradigma liberal gime con estruendosa furia. Si bien es

cierto la producción en serie de maestros, doctores y especialistas

ilustrados son aquellos que se desangran en la jungla de la competitividad

y éxito profesional, no es menos cierto que el movimiento social como una

entidad sabia en si misma rompe con todo tipo de romanticismo

académico en donde tiene más poder quien más información ha podido

registrar.

 El poder nace de la dignidad de las juventudes enardecidas frente a la

salvaje insensibilidad de modelos de gobernabilidad en donde el lucro y

la usura se convirtieron en materia de estudio y especialización

universitaria. Los diferentes sindicatos de trabajadores y movimientos

sociales hacen de efervescencia estudiantil el espacio histórico propicio

para incidir en la búsqueda de modelos sociales que quiebren con el

inicuo sistema de relaciones sociales, de producción y comercialización

que la estructura corporativa estudiantil neoliberal promueve y defiende.

 Esta labor no nace ahora, ni menos aún morirá con esta generación; la

transformación de una visión mercantil de la pedagogía hacia una

perspectiva liberadora de ella se desarrolla en un permanente proceso de

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crítica y autocrítica, de luchas y conciliaciones, empañado todo este

proceso de observaciones, juicios y accionares que permean

metodológicamente el proceso socialistamente transformador en el cual

nuestra historia se encuentra cada día más sumergida. Los jóvenes de

ayer nunca vieron venir la vejez a sus conciencias. Nuestras hermanas y

hermanos que nos antecedieron siguen iluminando el camino de aquellos

y aquellas que escriben en las calles las éticas enciclopedias de la

dignidad y la soberanía de los pueblos que luchan por su cotidiana

liberación.

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RECOMENDACIONES

 casi el centenario de su desarrollo, se encarna en el momento histórico que le hace

justicia y con él al movimiento social estudiantil que fusionado con el movimiento

obrero dieron a luz la fuerza política-social que, a pesar de los esfuerzos por

silenciarlos, permanece en constante transformación y crecimiento, cual levadura

que trastorna y transforma la masa. Para Mariátegui la fuerza de la juventud,

ligada a aquellos que sin serlo físicamente, no se dejó esclerosar por la desidia

histórica, muy por el contrario enfatizó su responsabilidad en la edificación de la

nueva sociedad. Edificarla sobre la base de los que otrora en la fuerza de sus

juventudes se levantaron como estandartes de soberanía y decencia patriótica.

Camila Vallejo, sin ser docente en ejercicio, sin ostentar más formación que ser

una digna estudiante latinoamericana y participante orgánica de las juventudes

comunistas, no titubea una milésima de segundo en sentirse hija de un proceso

que nace en las canteras del movimiento revolucionario en América Latina. La

lideresa esculpe en el imaginario histórico de nuestros pueblos la identidad de la

juventud estudiantil, fuerza histórica, político y social de nivel continental:

Antes de la Revolución, Cuba estaba sumergida en el extremo analfabetismo

e ignorancia, insalubridad, desnutrición, desempleo y la constante opresión,

despojo y masacre producida por parte de la dictadura de Batista. La

educación constituyó y sigue constituyendo un sector estratégico para el

desarrollo cubano. Para erradicar el analfabetismo, la ignorancia y la

carencia abrumadora de profesionales y expertos en los distintos ámbitos que

la revolución debía abordar para el desarrollo de su soberanía, se

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implementó la “Universalización del Conocimiento” a través de la

masificación de la educación, donde el centro estuvo puesto en el ser humano,

su igualdad de oportunidades y su desarrollo intelectual, artístico y humano

pleno, única forma de asegurar la libertad (“Ser cultos para ser libres”, José

Martí).

 Nos vemos en la imperiosa obligación de expresarle al Amauta que la pedagogía

post neocolonista no se encuentra en manos de ilustres maestros o renombrados

políticos, esta ya es una responsabilidad histórica asumida por aquella generación

de jóvenes que tú mismo engendraste. Si de liderazgo queremos hablar nos basta

y sobra mencionar la importancia histórica de la generación de Camila Antonia

Amaranta Vallejo Dowling (Camila Vallejo (Chile, 1988). La lideresa mapuche

trascendió los muros de la controversial coyuntura estudiantil en la que el pueblo

chileno se encuentra envuelto.

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BIBLIOGRAFIA

 De Puelles Benítez, Manuel (1999). Educación e ideología en la España


contemporánea, 1767-1975, Barcelona, Labor, ISBN 84-335-3507-2 (numerosas
redacciones: Tecnos, isbn 978-84-309-3427-0).
 Drake, Gustavo E. «Nacimiento y desarrollo de las universidades populares en
Europa, América Latina y Argentina». Cátedra Libre de Universidades Populares.
Universidad Nacional de La Plata.
 Estable, Clemente (1941) [1939]. «Sentido moral de la universidad popular». En
Del Mazo, Gabriel. La Reforma Universitaria. II. Propagación americana (1918-
1940). La Plata: Ediciones del Centro de Estudiantes de Ingeniería de La Plata.
pp. 409-411.
 Haya de la Torre, Víctor Raúl (1941) [1939]. «Las universidades populares de la
Reforma». En Del Mazo, Gabriel. La Reforma Universitaria. II. Propagación
americana (1918-1940). La Plata: Ediciones del Centro de Estudiantes de
Ingeniería de La Plata. pp. 58-60.

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