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Morir para gobernar.

Sexo y poder en la sociedad


Moche, Museo chileno de arte precolombino.
Bourget, S., 2007.

INTRODUCCIÓN

A través de un centenar de piezas de la cultura Moche pertenecientes al Museo Larco, en Perú, la muestra
buscó destacar los aspectos menos conocidos de las representaciones sexuales en la cosmovisión de esta
sociedad prehispánica de la costa del Perú. La curaduría se basó en un reciente estudio del Dr. Steve Bourget,
en el que analiza un gran número de estas representaciones en objetos de procedencia Moche, concluyendo
que, en esta sociedad –así como en diversas culturas de la India, África y Asia– el sexo ocupaba un lugar
trascendente y en directa relación con la muerte, el sacrificio y, en especial, con el poder político. Puesto que
de los jerarcas de esa sociedad dependían la fertilidad de los campos, de los productos marinos y, en
definitiva, de la vida misma del pueblo Moche, los actos sexuales y su representación en piezas cerámicas,
textiles o murales, cumplían la función de asegurar la sucesión, evitando los peligros y catástrofes naturales y
sociales que podía implicar la muerte del gobernante de turno.

ARTE Y SEXUALIDAD

Las representaciones sexuales que veremos en esta exposición, no corresponden a escenas de la vida diaria
de la sociedad Moche. Tampoco pueden ser interpretadas de acuerdo a las ideas y valores de nuestra
sociedad, pues comunican mensajes que deben ser interpretados dentro del especial contexto de esa
sociedad. Los invitamos a entrar en otro mundo que existió en la árida costa andina hace casi dos milenios y
a comprender el papel que jugaron las representaciones sexuales en una sociedad americana ya
desaparecida

¿QUIÉNES FUERON LOS MOCHE?

Los Moche habitaron los valles de la árida costa norte del Perú, entre los siglos II y VIII de nuestra era.
Construyeron grandes ciudades con pirámides monumentales, sectores residenciales para la elite, talleres
para la producción de artesanías, extensas barriadas para la gente común y numerosos cementerios. Su
economía estuvo basada principalmente en la agricultura de riego, pero también en la explotación de los
recursos marinos y la participación en vastas redes de intercambio. La guerra fue una actividad importante
en esta sociedad.

SU IDEOLOGÍA POLÍTICA

El Estado Moche fue gobernado por una poderosa clase dirigente, que combinaba la autoridad secular con
importantes funciones rituales y militares. Para mantenerse en el poder, esta elite creó una compleja
ideología, materializada en grandes templos y lugares de culto, donde se escenificaban ceremonias y se
usaban elaborados objetos y símbolos. Carentes de un sistema de escritura, sus artesanos representaban en
cerámica, metal, textiles o pintura mural, los ritos, leyendas y valores de una elite gobernante que glorificaba
la fuerza, la violencia, la dominación. Muchas de las obras artísticas, caracterizadas por un fuerte realismo,
estaban consagradas a la perpetuación de la autoridad y se originaban en una ideología política de marcado
énfasis en lo masculino.

MORIR PARA GOBERNAR


Para los Moche, la fertilidad de la tierra estaba encarnada en el Gobernante. Cuando éste moría, perdía estas
capacidades, sobreviniendo un período de inestabilidad, caracterizado quizás por desastres naturales,
escasez o grandes pestilencias que golpeaban a toda la sociedad. El ilustre difunto comenzaba entonces un
viaje que lo llevaba desde el Mundo de los Vivos al Mundo de los Muertos, y luego, desde el Mundo de los
Muertos al Mundo de los Ancestros. En este trayecto, era objeto de numerosos rituales que tenían como
propósito devolverle sus capacidades. Las actividades sexuales eran una parte central de estas ceremonias.
Después de un tiempo en el más allá, el Gobernante fallecido “regresaba” al Mundo de los Vivos recargado
de fertilidad, para terminar con las tribulaciones de sus súbditos y reinar por un nuevo período.

EL MUNDO DE LOS VIVOS

Como toda sociedad que habita en zonas áridas, los Moche vivían obsesionados con el agua. De este vital
elemento dependían sus cultivos, sus animales y en definitiva, la vida de sus habitantes. En un ambiente
donde casi nunca llueve, gran parte del poder del Gobernante residía en sus facultades para asegurar que los
ríos y canales que bajaban de la sierra, trajeran suficiente caudal para fecundar la tierra, hacer crecer el maíz
y llenar de verdor el paisaje. Dueño del océano, las aves guaneras y otras criaturas marinas, la autoridad
encarnaba el agua misma. De allí que muchos de los ritos del calendario ceremonial estuvieran destinados a
garantizar larga vida al Gobernante y que su muerte no produjera grandes catástrofes.

EL GOBERNANTE

El símbolo más emblemático de la autoridad era una plataforma escalonada -muchas veces decorada con
olas- construida en la cima de una enorme pirámide de adobe. Sentado en el nivel más alto de la plataforma,
acompañado por un jaguar y bajo un techo a dos aguas coronado con mazas o porras, el Gobernante dirigía
los destinos de su pueblo, presidía las ceremonias más importantes y recibía ofrendas de conchas de
Strombus, un caracol gigante que habita los cálidos mares tropicales del Ecuador y que simbolizaba la
fertilidad. Cuando el Gobernante fallecía, se iniciaban los ritos que marcaban el comienzo de su viaje hacia el
más allá.
EL RITUAL DE LA GUERRA

Los conflictos armados son un tema frecuente en el arte Moche. Algunas escenas representan guerras
masivas, seculares y de conquista militar, como las que permitieron a los Moche expandirse rápidamente por
el norte del Perú. Otras, en cambio, escenifican combates rituales. Sus protagonistas eran hombres jóvenes,
probablemente soldados de alto estatus que habían sobrevivido a otras batallas. Provistos de gruesas
armaduras, los guerreros se protegían con sus escudos mientras intentaban golpear al adversario con sus
mazas o porras. La contienda concluía cuando uno de los combatientes perdía su casco con un golpe
propinado por su contrincante. Muchos son mostrados sangrando de las narices, probablemente por los
efectos del impacto. El vencedor asía del pelo a su enemigo en señal de victoria.

LA CEREMONIA DEL SACRIFICIO

Los guerreros derrotados eran desarmados, desvestidos y conducidos a un cerro o a una isla, llevándolos con
una cuerda amarrada a su cuello. Al iniciarse la Ceremonia del Sacrificio, los cautivos se encontraban
desnudos, sin sus orejeras, arrodillados y con las manos amarradas a la espalda, acompañados de un atado
con sus ropas y armas. En seguida, un oficiante les practica un corte en la yugular y la sangre que fluía de la
herida era vaciada a una escudilla y luego a una copa de la que bebían personajes con rasgos sobrenaturales.
La ejecución de guerreros de alto estatus y en la plenitud de su vida, era una ofrenda de sangre a las
divinidades para preparar el tránsito del Gobernante fallecido desde el Mundo de los Vivos al Mundo de los
Muertos. Cuerpos, cabezas y miembros de los sacrificados eran arrojados desde un alto promontorio y luego
enterrados en lo más profundo de una pirámide
FLUIDOS GERMINALES EN CIRCULACIÓN

Algunas vasijas tienen la forma de un hombre dotado de un enorme pene erecto y conectan la idea de fluido
seminal con ciertos ritos de sexo oral. El líquido -seguramente chicha de maíz- era introducido por la cabeza
del sujeto, pero los múltiples orificios situados en el borde de la abertura obligaban a beber de la vasija por el
agujero del pene. Otras vasijas representan mujeres con genitales igualmente enormes. La vagina conduce a
una doble cavidad dentro de la vasija, de manera que si se introduce líquido, éste desaparece en el cuerpo de
la mujer. Estos dos opuestos tipos de vasijas sugieren el carácter de propiciación agrícola de estas libaciones
y muestran la importancia que tenía la circulación de fluidos vitales en los ritos sexuales que seguían a la
muerte de un gobernante.
TRÁNSITO AL MUNDO DE LOS MUERTOS

Al morir el Gobernante, éste iniciaba un viaje lo llevaba desde el Mundo de los Vivos, al Mundo de los
Muertos y de allí al Mundo de los Ancestros, desde donde retornaba a la vida con todas sus capacidades
reestablecidas, para continuar rigiendo los destinos de su sociedad. Entre cada Mundo existía un paso, una
transición, un umbral que el soberano debía cruzar con éxito a través de complejas ceremonias, entre los
cuales estaban ciertos ritos sexuales. El pasaje entre la Vida y la Muerte era propiciado mediante actos
sexuales no fértiles, como el sexo anal, el sexo oral y la masturbación, donde el hombre, -representado por
un guerrero o un cautivo mutilado- asumía el rol activo, enfatizando el dominio masculino que caracterizaba
a la sociedad Moche

LA CEREMONIA DEL ENTIERRO

Frente a frente sobre la boca de la tumba, dos seres sobrenaturales bajan con cuerdas el féretro con los
restos mortales del Gobernante. En los nichos de los costados de la cámara funeraria se encuentran ocho
mujeres que ofrendan platos de comida al difunto y que después serán sacrificadas. Tres ciervos y tres
felinos que observan la acción, también serán sacrificados. Bajo ellos, los oficiantes del funeral han puesto
botellas con asa en forma de estribo, conchas de Strombus y otras ofrendas mortuorias que asegurarán el
retorno del viajero desde el más allá. En el fondo de la tumba, a cada lado del sarcófago, se encuentran los
mismos seres sobrenaturales que estaban en la superficie, pero esta vez en posiciones opuestas. Uno de
ellos sostiene un sonajero que probablemente agitaba fuertemente durante la fase final de la ceremonia
para facilitar el tránsito del gobernante al Mundo de los Muertos.

LOS RITUALES DE CÓPULA ANAL


Los actos sexuales no fértiles, como el sexo anal, se realizaban durante aquella fase de las exequias del
Gobernante que marcaban su tránsito desde el Mundo de los Vivos al Mundo de los Muertos. El hombre
activo y la mujer más bien inerte, se identifican por sus atuendos: taparrabo, tocado y orejeras en el primero
y vestido, trenzas y ausencia de tocado en la segunda. El acto es ejecutado en un lugar especialmente
preparado, sobre una alfombra o una almohada. En ocasiones, diseños escalonados, líneas paralelas y olas
sugieren que la pareja se encuentra sobre un templete ceremonial, enfatizando la naturaleza simbólica del
acto que realizan.

LOS RITUALES DE SEXO ORAL

Otros actos sexuales no fértiles, como el sexo oral, eran también comunes durante el tránsito del
Gobernante hacia el Mundo de los Muertos. El hombre estaba de pie, recostado o sentado sobre una tarima
o plataforma. Debido a la actitud de indiferencia o la mueca de desagrado que muestra la mujer, pareciera
que es forzada a realizar el acto, sugiriendo de esta manera su dimensión ritual.
MUTILADO REALIZANDO SEXO ANAL

El corte de orejas, ojos, narices y labios esqueletizaba el rostro de algunos prisioneros o cautivos,
convirtiéndolos en “calaveras vivientes”. Durante el tránsito hacia el Mundo de los Muertos, los mutilados
copulaban con mujeres por vía anal, para luego ser probablemente sacrificados. La cercana relación de
mujeres con estos seres especialmente marcados, parece reforzar la asociación del género femenino con la
muerte, el sacrificio y los rituales funerarios.
EL MUNDO DE LOS MUERTOS

El viaje hacia el Mundo de los Ancestros, requería de la permanencia por un tiempo del gobernante fallecido
en el Mundo de los Muertos. Allí era donde su cuerpo comenzaba a decomponerse y convertirse en
esqueleto. En su tumba, el alto dignatario yacía junto aquellos que fueron sacrificados para acompañarlo en
este viaje. A los protagonistas de este mundo se les representa sin actividad sexual, marcando el punto
neutro entre el sexo no fértil practicado ritualmente por personas y el sexo fértil de los míticos seres del
Mundo de los Ancestros. Era, por lo tanto, la etapa más crítica del viaje del difunto, ya que una estadía
demasiado prolongada en este lugar ponía en riesgo la continuidad del poder que éste y su elite dirigente
tenían para asegurar la supervivencia de la sociedad.
SERES ESQUELETIZADOS

Como representantes de la muerte, estos seres eran actores principales en el Mundo de los Muertos. Los
esqueletos de los prisioneros sacrificados eran rearticulados para escenificar los ritos que se desarrollaban en
ese mundo. Otras veces, algunos individuos eran mutilados intencionalmente para semejar esqueletos,
cortándoles orejas, párpados, nariz y labios. En ese estado, debían acompañar al Gobernante, montando
guardia en su tumba, participando en procesiones y tocando instrumentos musicales
EL MUERTO VIVO

La idea de que la muerte es un paso necesario para llegar a la fertilidad que ofrece el Mundo de los Ancestros
(trance entre vida y muerte), fue poderosamente plasmada en esta representación de un hombre
esqueletizado. En ella, un personaje en estado cadavérico con su pene erecto, representa el vigor que hace
posible la reproducción, transmitiendo el mensaje de que la muerte es el camino hacia la vida.
LLAMAS PARA LOS MUERTOS

Las llamas fueron uno de los pocos animales que los artistas Moche nunca retrataron con rasgos humanos o
de otros animales. De hecho, la actividad que estos animales desarrollan en el Mundo de los Muertos es el
transporte, la misma que realizan en la vida. Sin embargo, en este mundo mítico no cargan productos
agrícolas u otros artículos de intercambio, sino hombres mutilados y ofrendas funerarias
LA DANZA DE LA MUERTE

Bailar y tocar música con flautas, trompetas y tambores, parecen ser las principales actividades de los seres
esqueléticos que residen en el Mundo de los Muertos. Esta ceremonia estaba asociada con el trance inducido
por bailes repetitivos y sonidos complejos, que permitía contactar con lo divino. En este lugar, el Gobernante
buscaba su camino hacia el Mundo de los Ancestros.
ENTRE DOS MUNDOS

En el nivel inferior de esta imagen se encuentra el Mundo de los Muertos y en el superior, el Mundo de los
Ancestros. El Mundo de los Muertos está habitado por seres esqueletizados, dos de los cuales yacen en sus
tumbas. Completan la escena un amputado transportado por una llama, danzantes y flautistas en procesión,
y vasijas del ajuar mortuorio. Una línea separa ambos mundos. Por una estrecha abertura, el difunto
gobernante trata de pasar al Mundo de los Ancestros. Abajo, unos esqueletos lo retienen sujetándolo de las
piernas y arriba, otros esqueletos le arrojan piedras en señal de rechazo. Una vez superado el difícil tránsito,
un individuo o el propio el soberano practica sexo anal con una mujer mientras un esqueleto los apedrean.
Acompañan la escena superior un búho, un murciélago y un flautista con la cara mutilada.
CRUZANDO EL UMBRAL

Esta excepcional vasija muestra el tránsito del difunto desde el Mundo de los Muertos al Mundo de los
Ancestros. Al igual que en otras representaciones de este rito de pasaje, la tarea es difícil, pues un ser
esquelético sujeta firmemente al personaje por las piernas, como queriendo impedir su salida. La vasija
puede haber formado parte del ajuar funerario de un gobernante.
ESQUELETOS MASTURBÁNDOSE

El uso de los colores rojo y blanco en las representaciones de esqueletos masturbándose o siendo asistidos
en ello, expresaba tanto la oposición entre la vida y la muerte, como el estadio transitorio entre ambas. Las
mujeres vivas están pintadas de rojo, y los esqueletos, sean hombres o mujeres, se representan siempre en
blanco. El rojo es vida, sangre de sacrificio y fertilidad. El blanco es muerte, ausencia de vida. La capa roja que
llevan los seres esqueléticos que se masturban, es una prenda femenina, lo que refuerza la asociación de la
mujer con la muerte y los sacrificios. Significa, además, que son mujeres las que los asisten, a pesar de no
estar representadas. El simbolismo del color se extiende incluso a los genitales de los seres esqueléticos. La
cabeza del pene es pintada de rojo, para enfatizar que el miembro viril es fuente de vitalidad y de
regeneración de la vida.

SEXO ANIMALIZADO

La actividad sexual entre animales y mujeres, y entre seres humanos con rasgos de animal, operaba también
durante el tránsito al Mundo de los Ancestros. Por lo general, se trataba de sexo no fértil, como la cópula
anal de una pareja medio humana y medio animal, o la masturbación que una mujer practicaba a un
pelícano. La excepción, es la cópula vaginal que se representa entre una mujer y un hombre con rasgos de
murciélago. Esta imagen puede explicarse porque el murciélago es un mamífero volador nocturno, un ser de
transición por excelencia, que se mueve tanto en el ámbito de la muerte como en el más allá y participa
activamente de los rituales funerarios. Por lo tanto, tenía la misma capacidad simbólica de generar vida a
través del sexo fértil, como la que poseen las deidades que habitan el Mundo de los Ancestros.

EL MUNDO DE LOS ANCESTROS

En el Mundo de los Ancestros residían las divinidades capaces de devolver al Gobernante la vida y las
capacidades perdidas tras su muerte. Allí radicaban las fuerzas regeneradoras de la fertilidad de la tierra y el
mar. Los sacrificios humanos, la libación de la sangre de los prisioneros y la transmisión de fluidos seminales,
constituían el pago que los humanos debían hacer a las divinidades para que el Gobernante recuperara su
fertilidad y pudiera asegurar a su pueblo el agua que regaba los campos y multiplicar los recursos marinos.

CARA ARRUGADA

El Mundo de los Ancestros estaba dominado por un ser sobrenatural que los estudiosos llaman “Cara
Arrugada”, porque presenta el rostro surcado de arrugas como un anciano. Representa a un ancestro o
deidad investida de enormes poderes y dotado de una gran energía sexual. En sus manos lleva productos
agrícolas o un hacha y la cabeza de un prisionero, y a veces aparece sentado en un trono. De esta divinidad el
gobernante muerto obtenía la fuerza que le devolvía la vida
“CARA ARRUGADA” E “IGUANA”

“Cara Arrugada” simbolizaba los poderes de la tierra. Vestía una faja cuyos extremos representan serpientes-
zorros. Cubría su cabeza con un tocado en forma de jaguar. Sus largos y feroces colmillos representaban el
poder de este felino. Para equilibrar estos atributos con aquellos del mar -la otra fuente importante de
recursos para la sociedad Moche- “Cara Arrugada” era acompañado por una “Iguana”, un animal que por su
condición de anfibio es capaz de establecer un puente entre estos dos importantes dominios, mar y tierra. En
ocasiones, se le representa con forma humana, distinguiéndose por su larga cola aserrada.
EL PODER REGENERADOR DE LOS ANCESTROS

El arribo del Gobernante al Mundo de los Ancestros iniciaba la recuperación de su poderío masculino y de sus
capacidades como autoridad política. El soberano era provisoriamente instalado en un trono sobre una
plataforma escalonada, acorde con su alta investidura. Acompañado por un jaguar, gobernaba por un tiempo
entre los ancestros.

EL CLÍMAX SEXUAL

El punto culminante de esta compleja ideología sobre la vida y la muerte, se produce cuando “Cara
Arrugada” efectúa una cópula vaginal con una mujer viva. De este acto sexual fértil, surge un frondoso árbol
cargado de uyuchus, frutos que son cosechados por monos y almacenados en bolsas por un grupo de
personas. Los uyuchus eran parte importante de los ritos que practicaban las autoridades religiosas con la
sangre de los prisioneros sacrificados, fuente del poder de los gobernantes.
LA CEREMONIA DEL SEXO FÉRTIL

El éxito de los actos sexuales fértiles de “Cara Arrugada” dependía de un complejo ritual. Primero, dos
mujeres entregan un palo a un ave con rasgos humanos y a continuación, el ave lo usa para revolver una
poción que se cocina en una olla. En seguida, este mismo personaje lleva la vasija a una plataforma
escalonada y luego, lo vierte en la espalda de “Cara Arrugada”, mientras éste mantiene relaciones sexuales
vaginales con una mujer a la sombra de un templo con techo a dos aguas.
EL RETORNO A LA VIDA

Después de gobernar por un tiempo en el Mundo de los Ancestros, el Gobernante estaba preparado para
regresar al Mundo de los Vivos. La posición invertida de algunos objetos en su tumba señalaba que éste
debía continuar su viaje, pero esta vez en sentido inverso. “Cara Arrugada” e “Iguana” bajaban a la cámara
funeraria y, agitando enérgicamente unos sonajeros, “despertaban” el cuerpo inerte del difunto. Luego,
subían a la superficie, cambiaban de posición y, tirando de unas cuerdas, desenterraban el ataúd. Seguían
algunos sacrificios de aves y mujeres.

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