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CAMINO
Camaradas:
Cada paso nuestro, cada acción que desarrolle el proletariado de España -que tantos
ejemplos de lucha y heroísmo ha dado- repercute no sólo en nuestra, situación nacional,
sino también en la situación internacional
Hoy, podemos decir que los esfuerzos realizados por nuestro Partido Comunista para la
formación del Frente Unico están próximos a dar sus frutos. Reconocemos con alborozo
que estos esfuerzos nuestros son secundados por la izquierda del Partido Socialista,
como lo demuestra la nota aparecida en el número de ayer de Claridad, en contestación
a la carta del Comité Central de nuestro Partido. Esta respuesta es de tal naturaleza, que
yo os digo, camaradas, que señala una ruta y significa el paso más formidable que hasta
hoy se ha dado, no sólo hacia la realización del Frente Unico, sino también hacia la
unidad orgánica, hacia la formación de un solo partido revolucionario del proletariado.
Y yo estoy seguro de que el movimiento obrero español se va a ver dentro de muy poco
tiempo reforzado con la realización en común de mítines y actos de propaganda del
Partido Socialista y del Partido Comunista, que harán público su propósito de marchar
unidos en la lucha contra el enemigo común. Nuestros mítines han de celebrarse, no,
como ahora, cada partido por su lado, sino con representaciones de los dos partidos, y
también con la participación de los representantes de todos los partidos y organizaciones
antifascistas. (Grandes aplausos y vivas a la unidad de acción.)
Os voy a leer, camaradas, la nota que publica Claridad, acusando recibo de la carta del
C. C. del Partido Comunista, y comprenderéis enseguida que estamos ante uno de los
primeros resultados, ante algo nuevo en el movimiento obrero de España después de la
celebración del VII Congreso de la Internacional Comunista, cuyo reflejo es el
afianzamiento de las relaciones entre comunistas y socialistas en nuestro país, He aquí
la nota de que os hablo:
"Agradecemos mucho al Comité Central del Partido Comunista que con toda celeridad
haya contestado al requerimiento que desde nuestras columnas hicimos, A nuestro
entender, se hace inexcusable ya examinar cuanto antes las posibles consecuencias en
nuestro país de las resoluciones del Congreso de la Internacional, que tantas ilusiones ha
despertado en el proletariado marxista de todos los países. El punto de partida para la
discusión que en torno al caso es indispensable abrir, necesario era que 10 fijaran
nuestros camaradas fieles a las consignas de Moscú. Ya lo han hecho, y nos
congratulamos de haber coadyuvado a ello. Cúmplenos ahora iniciar el diálogo, dentro
de nuestra modestia y de nuestro carácter no oficial, como avanzada que somos en la
prensa del gran sector netamente marxista del Socialismo español, Claridad promete
hacerlo desde su primer número, reiterando al Comité Central del Partido Comunista de
España su reconocimiento, cualesquiera que sean las diferencias de criterio que sobre
unos u otros aspectos del documento en cuestión nos separen: y anticipando que nuestra
intervención ha de tender esencialmente a procurar disiparlas, en aras de la unidad
política y sindical del proletariado revolucionario, nuestra aspiración más cara."
Es decir, camaradas, obreros socialistas y comunistas, que esta nota, escrita por
compañeros tan responsables como los de Claridad, representa, dicho lisa y llanamente,
que dentro de muy poco tiempo el Partido Socialista y el Partido Comunista, no sólo
habrán realizado prácticamente el Frente Unico, sino que marcharán con audacia hacia
la creación del Partido único del proletariado. (Formidable ovación. Los trabajadores, en
pie, vitorean al Frente Unico, al Partido Comunista y al Partido Socialista.)
"No nos engañemos, sin embargo, y pensemos que el comunismo no ha abandonada por
completo su ideal y sus métodos de lucha. No. Por el contrario, ahora nos parece
infinitamente más peligroso, cuando se disfraza con tinte de gubernamentalismo y
ofrece la colaboración para algo más que la revuelta. Véanse si no los procedimientos
que propugna la Tercera Internacional. Recomienda a sus juventudes incluso que se
afilien a las organizaciones religiosas."
Y termina diciendo:
"...Conviene tener en cuenta estas normas del comunismo y señalar la revolución, para
no olvidar el peligro."
Como veis, camaradas, los reaccionarios y fascistas de España han estado pendientes de
las deliberaciones del Congreso de la Internacional Comunista. A ellos también les
interesaba, aunque por distinta razón que a los trabajadores. Con esto, reconocen una
vez más que el serio peligro para sus privilegios y para su régimen ha de venir de los
métodos de lucha que preconiza la Tercera Internacional. Por estos comentarios de El
Debate, podéis apreciar cómo se dan cuenta de dónde les aprieta el zapato. (Aplausos.)
¿Tendremos que repetir una vez más que es a toda costa necesario saber aprovechar las
contradicciones en el campo de la burguesía y saber utilizar a los aliados que
temporalmente nos brinde una situación determinada? Creo que todos vosotros sabéis
que eso es precisamente la esencia del marxismo-leninismo. Y esto no es una cosa
nueva, que inventemos nosotros, ni que se haya descubierto por vez, primera en el VII
Congreso de la Internacional Comunista. Escuchad lo que decía a este respecto el genial
jefe y guía de la revolución mundial, el camarada Lenin, en 1920, en su libro "El
extremismo, enfermedad infantil del Comunismo".
Esto nos han dicho Lenin y Stalin. Su formidable y genial inteligencia y experiencia nos
sirven para no incurrir en errores que serían fatales. A la luz de sus enseñanzas,
nosotros, comunistas, recorremos el camino que ha de conducir a la humanidad
laboriosa, al pueblo trabajador al triunfo sobre el fascismo y el capitalismo. Nosotros
seguimos esa senda victoriosa. La Internacional Comunista, organización revolucionaria
del proletariado mundial, dice a los trabajadores que hoy el enemigo inmediato al que
hay que vencer, al que hay que aniquilar, es el fascismo. A esta necesidad responden los
cambios introducidos en la táctica de lucha del comunismo, internacional. Lo repito,
camaradas: a una nueva situación corresponde, forzosamente, una nueva táctica. Hay
hechos nuevos que han hecho cambiar notablemente la situación, desde el VII
Congreso. Veamos someramente cuáles son estos hechos nuevos, que el Congreso ha
destacado.
En torno a estos fundamentales hechos han girado las principales deliberaciones del VII
Congreso de la Internacional Comunista. y el resultado de estas deliberaciones ha sido
que el Congreso lance un llamamiento de lucha a muerte contra el fascismo a todos los
trabajadores del mundo, a los obreros y campesinos, a las capas de la pequeña
burguesía, que se ven vejadas y lanzadas a la desesperación y condenadas a desaparecer
entre la masa de los hambrientos bajo el régimen fascista; a los intelectuales y hombres
de ciencia de todo el mundo, que saben del terror y la persecución que contra ellos se
emplea en los países fascistas; en suma, el VII Congreso llama a todos los hombres
honrados a la creación de un Frente Unico antifascista, a unirse al proletariado para
levantar un dique insuperable contra los avances del fascismo y hacer posible la
completa destrucción de ese régimen de barbarie y de terror.
Camaradas: otro de los hechos que sobresalen en la situación actuales el deseo ferviente
de unidad que existe entre los obreros de todo el mundo. Sobre el plano internacional, el
Congreso ha comprobado que el impulso de la unidad de acción en la clase obrera ha
cobrado un auge extraordinario. Numerosos casos concretos lo demuestran. Y uno de
los más claros, de los más rotundos, es el qúe nos ofrece el ejemplo de Francia. En
Francia: el Frente Unico realizado por el Partido Comunista y el Partido Socialista ha
movilizado a inmensas masas populares y las ha llevado a la lucha logrando con la
unidad de acción hacer retroceder al fascismo. Y, podemos decir, a la luz viva de este
ejemplo, que, cuando el proletariado está unificado, las, capas de la población
trabajadora se sienten atraídas por la sensación de fuerza y de firmeza que da en su
lucha. De tal forma han luchado, que si no hubiesen actuado en común podríamos decir
que hoy estaría el fascismo en el Poder.
En cambio, ahora, aun cuando el peligro no ha desaparecido, puede decirse que tienen
ya al fascismo cogido por la cerviz. Y os aseguro que si en España hubiésemos hecho la
unidad, como nuestros hermanos franceses, también aquí se habría alejado el peligro
fascista.
Y no es solamente en Francia donde, los obreros han manifestado tan potente deseo de
unidad, convertido hoy en realidad magnífica. Es en todos los países capitalistas. Es en
Austria, es en Alemania, es en América; es, camaradas, en el mundo entero. Para
comprobar esta verdad, no tenemos que escoger ejemplos de fuera. ¿No tenemos el
ejemplo elocuente de España, donde, a partir de los heroicos combates de Octubre, los
trabajadores claman con nosotros por la realización de la unidad de acción?
Este anhelo de unidad de los trabajadores de todo el mundo, que el VII Congreso ha
apreciado en su justa expresión, tuvo ya su gran alcance con ocasión de aquellas
jornadas que mantenían la emoción y la lucha de los trabajadores para salvar del
patíbulo y del hacha que ya esgrimía el fascismo hitleriano al gran Dimitrof y a sus
compañeros. Millones de obreros de todas las tendencias confundían sus esfuerzos para
arrancar a Dimitrof de las garras de sus verdugos. Dimitrof, esa figura ingente del
comunismo, campeón de la lucha contra el fascismo, atraía las simpatías de los obreros
socialistas, anarquistas y sin partido, fundía las ansias de lucha de todos los trabajadores
con el ejemplo mil veces magnífico, mil veces heroico de su comportamiento, de su
batalla contra los verdaderos incendiarios del parlamento alemán. He ahí uno de los
principales puntos de arranque de ese torrente arrollador que es hoy el deseo de unidad
,de los trabajadores.
Y aún hay más, camaradas. Aún hay otro hecho nuevo, que el VII Congreso ha
evidenciado. No es una cosa pequeña, que pueda pasar desapercibida para tan buenos
vigilantes de la marcha del mundo como son los comunistas, el hecho indiscutible de las
crecientes simpatías que el desarrollo formidable de la Unión Soviética, que el triunfo
definitivo del socialismo en la U.R.S.S. y su lucha denodada por la paz despierta en
inmensas masas, formadas por capas diversas de la pequeña burguesía. Mirad hacia
Francia, hacia Checoeslovaquia, hacia cualquier país, y veréis cómo esas capas de la
pequeña burguesía admiran y apoyan la consecuente política de paz de la Unión
Soviética. Poco a poco, se han ido convenciendo de que el único país que trabaja y
lucha desinteresadamente por la paz del mundo es la Unión Soviética. Y esto, unido a
sus formidables conquistas en todos los terrenos, le granjea la simpatía de los núcleos
pequeño-burgueses, de los más diversos países capitalistas.
Hay también otro hecho fundamental. Millares y millares de obreros y militantes social-
demócratas se orientan hacia la vía revolucionaria y proclaman la necesidad del frente
único con los comunistas. Y si esto es así –y de que es cierto tenemos innumerables
pruebas en todos los países-, comprenderéis que es lógico que el VII Congreso de
nuestra Internacional haya estimado que no podemos mantener la misma tirantez de
relaciones, ni tratar de igual modo que hace años a los socialistas. (Grandes aplausos).
Todo esto tiene su explicación, camaradas. Hay que comprender que el mundo ha
cambiado su faz. Ya no presenta la uniformidad de antes ni es tampoco igual a los años
que siguieron a la gran guerra imperialista. Hoy existe el fascismo. En cierto número de
países, el fascismo se encuentra en el Poder, y en otros lucha por adueñarse de él. Es
esta una situación nueva que forzosamente tenía que modificar el aspecto de la lucha de
los trabajadores.
Ante este gran peligro, el Congreso ha fijado también sus posiciones que son las de
todos los trabajadores y las de todos los hombres de buena voluntad que odian la guerra.
Ha proclamado que el lograr por medio de la lucha la derrota del fascismo italiano;
apoyando la lucha de Abisinia por su liberación del invasor, es asestar un golpe
formidable no sólo al fascismo italiano, sino al fascismo en general, al fascismo de
todos los países. Ante esta situación, la burguesía dominante busca, cada día con mayor
ahínco, su salvación en el fascismo y en la guerra de rapiña y de intervención contra la
Unión Soviética. He aquí por qué el Congreso nos llama a unir todas las fuerzas para
luchar en esta dirección, contra el fascismo y la guerra.
Porque, camaradas, la cuestión está planteada así: las fuerzas se polarizan, se concentran
entre el fascismo y el antifascismo, entre la revolución y la contrarrevolución. Así está
planteada la lucha en un plano internacional, y muy especialmente en España. En
España, porque vivimos una revolución, y el problema se agudiza. La ola antifascista
crece por todo el país. Se trata de organizarla, de dirigirla en la lucha. Hay que impedir,
en un esfuerzo sobrehumano, que el fascismo triunfe totalmente en nuestro país. Si
queremos, lo conseguiremos. Ya sabéis, porque os lo dije en mi discursó del
Monumental, lo que el fascismo significaría para España. Sería un régimen mucho más
terrible que el de Alemania. Una prueba de lo que sería, la tenéis en la inaudita
represión del movimiento de Asturias. Ese refinamiento en los métodos bárbaros de
represión, cobraría proporciones monstruosas. No hay que perder un instante. Todo el
tiempo que perdamos lo ganan nuestros enemigos. Como en el Monumental, os digo
que gritéis en todas partes y luchéis por conseguirlo: "¡ No más juventud al fascismo!"
"¡ Todos unidos y a luchar para que el fascismo no pase!" Aquí, y en todo el mundo,
hay que impedir el triunfo del fascismo. Y hay que derrotarlo, allí donde ha conseguido
instaurar su régimen de sangre y de terror. (Gran ovación.)
¿Cómo hemos de conseguir que el fascismo no llegue al Poder en unos países y sea
derrotado allí donde consiguió llegar al Poder ? Escuchad, camaradas. El Congreso de la
Internacional Comunista responde así:
¡Realicemos el Frente Unico Proletario! ¡Creemos el Bloque Popular Antifascista, para
dar la batalla al peor de los enemigos del pueblo, al fascismo! (Aplausos.)
Es necesario repetir una y mil veces que el peligro fascista es, en España, muy grande.
Y es muy grande, porque el fascismo tiene en sus manos importantes órganos de Poder.
Existe, desgraciadamente en el mismo campo obrero, la teoría de que el fascismo no
puede llegar a triunfar totalmente en España. Y ésta es una de esas afirmaciones que no
se pueden escuchar sin oponerle un inmediato mentís, Quienes tal piensan olvidan que
el fascismo no cede el campo sin lucha. Los que mantienen esta teoría, nos dicen que "el
Gobierno está podrido" y "se cae solo". Pero esto no es cierto. Si lo dejamos, si no lo
combatimos activa y organizadamente, durará mucho esta situación, le daremos otra
posibilidad de salida dentro del marco derechista, y la táctica de Gil Robles triunfará.
Porque, camaradas, ¿dónde está el fascismo en España? En el propio Gobierno hay una
buena partida de fascistas. La mitad del Gobierno está integrado por fascistas. Más justo
sería decir que lo son la mayoría de los ministros. Y son fascistas también los métodos
de gobierno. Ahora bien, ¿por qué padecemos este gobierno de reaccionarios y
fascistas? Porque estamos desunidos. La fuerza del fascismo reside más que en nada,
camaradas, en el hecho lamentable de la división de las fuerzas capaces de oponerse a
su avance. Todavía persiste la división de los obreros comunistas, socialistas y
anarquistas; todavía no hemos logrado unificar las fuerzas enemigas del fascismo. Otra
cosa sería si estuviéramos unidos. Entonces sí que podemos decir que el Gobierno,
podrido de los pies a la cabeza, se desmoronaría bajo el empuje de las masas populares.
(Atronadora ovación.)
Paso ahora a ocuparme de la situación "política creada con motivo de la última crisis.
Ya sabéis que esta crisis ha sido motivada por el escandaloso asunto del "straperlo".
Creo que para juzgar éste sucio negocio realizado por los hombres que convierten las
carteras ministeriales y los cargos públicos en ganzúas debemos convertir este acto en
Tribunal del Pueblo, porque sólo este Tribunal, formado por los que trabajan y
producen, tiene derecho a juzgar a esa pandilla de bandidos y ladrones. (Formidable
ovación y gritos de ¡Mueran los ladrones)
Una circunstancia que no debe pasar inadvertida es que la Ceda conocía estos sucios
negocios. Los conocía, y los amparaba. ¿Y es que iban a tener escrúpulos en unirse
bandidos con bandidos, cuando amenaza el peligro que supone la. unión del
proletariado y de las fuerzas antifascistas? Para la Ceda, el problema era mantener el
Bloque gubernamental; por eso ayudaba y encubría a sus amigos y compinches del
Partido Radical. La Ceda comprendió que la ruptura del Bloque suponía crear graves
inconvenientes, que quizás hicieran variar la situación en sentido más difícil aún para lo
que ellos representan, y en vista de esto no tuvieron inconveniente en dar su apoyo a los
negociantes para mantener el bloque, seguir su obra de persecución a los trabajadores, y
aprovechar el menor resquicio para ejecutar sus planes dictatoriales. ¡Pero sepa la Ceda,
y todos sus aliados, que no se nos cogerá dormidos, que la unidad de acción del Partido
Socialista y el Partido Comunista y la atención vigilante de todos los hombres honrados
echará por tierra todos sus planes siniestros! (Aplausos.)
Gil Robles no descansa. Todos podéis ver cómo intenta adueñarse "por la vía legal" de
todo el Poder. Pretende adueñarse de todo el Poder de una, manera solapada y jesuítica.
Y, por si esto no es posible, está haciendo cuanto puede para preparar el instrumento
que le ayude a levantarse con todo el Poder' por la fuerza, dando un golpe de Estado.
Para ver esto, no hace falta ser ningún lince. Todos los días está haciendo cambios de
mandos militares. Los generales de la monarquía y de la dictadura de Primo de Rivera
vuelven a ocupar los principales mandos. En los cuarteles, en los cuartos de banderas,
los militares monárquicos y fascistas hablan con desenfado, abiertamente, de que están
preparados para el golpe de Estado. La preparación del golpe de Estado es evidente,
como se demostró no hace mucho, hace dos meses, con ocasión de la última crisis de
agosto (o de octubre, no me acuerdo bien, pues ha habido tantas!) en la cual, si no es por
la vigilancia constante del proletariado --que al tener noticias de lo que se tramaba, se
lanzó a la calle e hizo retroceder en sus propósitos a las huestes fascistas- hubieran dado
el golpe de fuerza por sorpresa. Este ejemplo hay que tenerlo bien presente. El peligro
del golpe de Estado existe, y yo os digo que todos los trabajadores deben estar atentos y
vigilantes para impedir que los enemigos de la República realicen sus propósitos de
instaurar el fascismo, por medio de un golpe de Estado.
¡ Pero si lo tenemos aún más claro! Cuando se trata de entregar una bandera a la guardia
civil de cualquier sitio, no es el ministro de la Gobernación quién asiste a estos actos. Es
Gil Robles, que no desperdicia ocasión para lanzar un discurso de propaganda a esas
fuerzas y al propio tiempo pulsar el estado de ánimo de los mandos para conocer su
opinión sobre el golpe de Estado. Y aprovecha todas estas ocasiones, precisamente
porque sabe que al frente de la guardia civil hay un general republicano... (Aplausos.)
La misión de Gil Robles, en estos actos, no es ni más ni menos que ver si está ya todo a
punto… (Los aplausos impiden oír el final del párrafo.)
Camaradas, hay una ley que se llama de Vagos y Maleantes. No quiero hacer la historia
de sus orígenes, pero tengo que calificarla de monstruosa. Sobre todo, por la forma en
que la aplica este Gobierno. Esta ley se viene aplicando a los obreros revolucionarios,
aun cuando no hayan dejado de trabajar en toda su vida. Es un arma terrible puesta en
manos de la gente reaccionaria y fascista que gobierna. Para que os deis cuenta de su
aplicación, voy a citar unos pocos casos. Y voy a adelantar que no es que a nosotros,
revolucionarios, nos asuste ir a la cárcel por un año ni por treinta. ¡No! Sabemos que
nuestra causa es justa; que ha de triunfar y no tememos la represión. Lo que no
admitimos, por que es infamante, es que a nosotros, trabajadores revolucionarios, se nos
aplique la Ley de Vagos. Nos indigna que esa ley se aplique a los que trabajan y no se
aplique a los que son los verdaderos vagos y maleantes, como los del sucio negocio que
ha sido descubierto recientemente. (Aplausos.)
Camaradas, hay otros casos todavía más sangrantes en la aplicación de esta ley, que
condena a obreros que se han pasado la vida trabajando y lo justifican. Y esta Ley de
Vagos no se aplica, naturalmente, a la gran cantidad de señoritos y parásitos que viven
del trabajo de los obreros y los campesinos. Vamos a seguir refiriendo algunos casos
más:
"Sotero Martínez Mostache. Ferroviario durante quince años en la Compañía del Norte,
seleccionado en octubre pasado. Desde esa época, trabajando siempre como albañil con
justificantes que ha exhibido ante el juez."
"Olegario Viñas Muñiz. Albañil, está detenido por primera vez y sin antecedentes
anteriores. Hay hecho petición de pena y se verá el juicio."
"Agustín de la Fuente Arias. Corredor de carnes; lleva detenido más de cuatro meses y
todo su delito está en una tenencia de armas, que pagó en su día, con seis meses de
cárcel." .
Y fijaos quiénes son los que mandan aplicar esa ley: los mismos que han resultado
complicados en ese sucio negocio de Strauss, en el asunto del "straperlo". No hace falta
que os de nombres. Todos los conocéis. Pero quiero recordar a uno de ellos,
precisamente porque las Cortes de la contrarrevolución y del chantaje le han exculpado
por tres votos. (Voces: ¡Salazar, Salazar Álonso!) Sí, ese mismo, Salazar Alonso.
Recordad bien cómo se ha glorificado por toda la prensa reaccionaria a Salazar, a ese
perro sangriento de la contrarrevolución. Sobre todo por la prensa de la Ceda, por el
periódico El Debate. Salazar Alonso, que ha sido exculpado por tres votos en las Cortes
de la contrarrevolución es el hombre mimado de las cuadrillas reaccionarias. Os voy a
leer lo que decía de él el diario monárquico ABC, el 5 de octubre de 1934:
"Un buen Gobierno, salvo algún error, como la exclusión del señor Salazar Alonso, al
mejor ministro del Gobierno anterior".
Y el día 6, decía:
"El señor Salazar Alonso aclamado en las calles. Al llegar al la Red de San Luis fué
reconocido; y en el espacio de diez minutos se vió rodeado por cerca de mil personas,
que le aplaudían sin cesar con gritos de ¡Viva el salvador de España! ¡Viva el hombre
valiente!... Llevado en hombros, llegó el señor Salazar hasta el Bar Chicote, en que rogó
que le dejasen. Sin embargo, a ruegos de la multitud, tuvo que dirigir la palabra, siendo
frenéticamente ovacionado."
Esto lo ha dicho A. B. C., pero el diario de la Ceda tampoco se ha quedado corto en los
elogios a ese sucio reaccionario, provocador e inmoral en todos los sentidos. Ved lo que
decía el 5 de octubre:
"En el nuevo gabinete no figura don Rafael Salazar Alonso. En distintas ocasiones, le
señalamos como un hombre deseoso de cumplir sus deberes y movido por el mejor
espíritu de defensa del Estado y de la sociedad. Hoy, que el señor Alonso abandona su
cartera, sería injusto no dejar anotados públicamente los méritos y servicios que han
hecho de él en los últimos tiempos una figura simpática a toda la opinión nacional. Ha
comprendido su misión, la ha sentido, y por eso, en medio de ingenuidades y de excesos
verbalistas, salvaba siempre su fondo honrado (!!) y vigoroso, de energía repleta de
autoridad."
Miman las derechas a Salazar Alonso, porque es el tipo más reaccionario y menos
escrupuloso que ha pasado por el Gobierno; el que mejor defendió como perro mastín
en Gobernación los grandes privilegios de los capita1istas y de los grandes banqueros y
a los representantes del fascismo encarnados en la Ceda. Y, claro, en prueba de
agradecimiento, a la hora de poner boca arriba las cartas de los negocios, sucios, esta
gente acuerda que no es culpable, por tres votos de mayoría. Pero yo os digo que el
verdadero Tribunal del Pueblo habrá de juzgarlos a todos, a los gobernantes de antes ya
los de ahora, a los que robaron y a los que encubrieron. (Aplausos.)
Los encubridores
La Ceda dice que no quiere pasar por encubridora de los robos lerrouxistas. Bien;
veamos si es o no encubridora de esos negocios. Aparte de sus negocios, los del trigo,
los de los ferrocarriles, ya denunciados en la Cámara por el camarada Bolívar, cuando la
Ceda fue al Poder con los lerrouxistas sabía muy bien con qué clase de pájaros tenía que
colaborar. Y lo sabía por varios conductos. No fue obra de la casualidad lo que el
Presidente de la República se vió obligado, a decir en su discurso de Valladolid, el 23
de septiembre de 1934.
Escuchad lo que decía:
"No hay interés seguro, respetado ni posible si no está regido por las fuerzas morales.
Que son las fuerzas morales, para honor y salvación de la Humanidad, las que reclaman
en todo instante la primacía; que sin el culto de la moral, y el respeto de la moral, ni hay
prestigio en el Poder, ni crédito en la economía, ni solvencia en las finanzas, ni orden en
la Administración, ni remedio para la Humanidad."
A pesar de esta alusión tan directa, en Octubre se reforzó aún más la coalición Gil
Robles-Lerroux y se pusieron de acuerdo para hacer lo que acertadamente calificó el
señor Azaña: "unos administrar de manera... personalísima", otros "provocar y reprimir
bárbaramente la revolución", como diría el señor Salazar Alonso". Y en el banquete de
despedida de la Presidencia, dado a Lerroux, cuando ya se conocía el negocio Strauss,
oíd lo que dijo Gil Robles, el "jefe que no se equivoca nunca":
"Yo, desde el primer momento en qué hablé con él detenidamente, vi en don Alejandro
Lerroux lo que la opinión y el país tanto admiran en él: una consecuencia y una
generosidad de las que yo soy el mejor testigo. Si algún día. se necesita un testimonio
de este corazón generoso que sabe volcarse por España y sus ideales, que acudan a mí,
que lo ratificaré ante la faz de la opinión entera. En estos momentos en que su
generosidad le ha hecho descender del puesto que ocupaba y prestar a su sucesor una
colaboración leal, lo veo más alto que le veía hace unos días. No se qué nos deparará el
porvenir político: lo que sí sé es que un cariño entrañable se ha conso1ldado entre
nosotros., Don Alejandro: es fácil incurrir en errores y flaquezas; quizá la Historia nos
señale pecados; pero éstos son perdonados cuando se ha amado mucho. A don
Alejandro Lerroux, porque ha amado mucho a España, España le venera y le admira."
Ahora, descubierto públicamente el pastel por imprudencia del socio Strauss, Gil Robles
quiere sacudirse el cieno que lo cubre por los "affaires" lerrouxistas. Pero en su
periódico de octubre de este año, sus retoños de la JAP, más vehementes y más
imprudentes, dicen que aceptaron conscientemente las inmoralidades lerrouxistas con
tal de poder gobernar y reprimir la revolución. He aquí sus palabras:
"Acción Popular y su jefe saldrán de la aventura con más prestigio que nunca, sin una
claudicación, sin renuncia de un solo principio, con su intachable austeridad
confrontada por la realidad, sin manchar lo más mínimo su decoro con las salpicaduras
de la charca encenagada, con la frente alta ante una colaboración a la que la Ceda se
resolvió, no por la. calidad de las personas que habían' de intervenir, ni por el deseo de
puestos de mando, sino por el deber de conciencia de oponer con eficacia una barrera
infranqueable a la revolución que amenazaba con destruir para siempre nuestra Patria y
se hubiera incautado del Poder sin la patriótica táctica de Acción Popular."
No se puede decir más claro que la Ceda, que no se fijaba "en la calidad de las
personas", fue a la colaboración con los lerrouxistas a sabiendas de que iba a encubrir
los negocios sucios, a colaborar en ellos. Y ya conoceis el vicio axioma español que
dice "A autores y encubridores, pena por igual". (Aplausos.)
Este asunto conviene aclararlo, para que no se interprete como una cuestión de
deshonestidad personal. No; esos hombres son el producto de este régimen. El régimen
actual, podrido hasta la médula, engendra a esas que El Debate llama "gentes honradas",
cuya misión es reprimir ferozmente al pueblo para que los de arriba les toleren sus
chanchullos. En otro régimen, en un régimen nuestro, de los trabajadores, esta planta de
los ladrones y embaucadores será extirpada radicalmente. Y si no, ved lo que pasó en
Rusia. (Ovación.)
Pero si a los obreros que trabajan, a los trabajadores honrados, se les aplica la Ley de
Vagos, ¿qué habrá que hacer con esta gente? Ya llegará el día en que podamos
aplicarles la justicia popular. Entretanto, el Tribunal del Pueblo, compuesto por todos
los que estamos aquí reunidos, acuerda absolver a todos los trabajadores que están
encarcelados por esa ley, luchar para sacar de las cárceles a todos nuestros presos y
meter en ellas a los verdaderos vagos y maleantes de capa y espada. (Gran ovación.)
Camaradas, es preciso que nos preguntemos por qué se mantienen en el Poder gobiernos
tan impopulares como los que padecemos, representativos de una minoría del país, en
contra de la voluntad de la gran mayoría del pueblo. Y, naturalmente, tenemos que
repetir que un Gobierno, por muy podrido que esté, no cae solo. Hay que empujado para
que caiga, y empujarlo de manera que no pueda levantarse más.
Estas mismas palabras, camaradas, las hemos repetido nosotros en infinidad de mítines
para llegar a la conclusión de que sólo la acción unida del proletariado y de los
antifascistas es la que puede decidir si este Gobierno y esta situación han de terminar.
Pero en cambio, hace pocos días se ha visto en la prensa que hasta los camaradas
socialistas y el propio señor Azaña han proclamado que el Gobierno ha de morir solo.
No basta asomarse y decir: ¿No habéis fracasado bastante aún?, y luego esperar que
fracasen. Hay que decir: ¡Basta de fracasos!, y poner fin a esta situación. Nosotros, los
comunistas, decimos a los trabajadores que, para que este Gobierno caiga, es necesaria
la unión y. el empuje de las masas trabajadoras y antifascistas. No se puede dejar, como
decía Azaña, que el Gobierno y las derechas sigan haciendo tonterías. Esas tonterías nos
están costando a nosotros muy caras. Y nos van a costar todavía más caras, si dejamos a
Gil Robles con las manos libres.
Algunas palabras más, camaradas, sobre la necesidad del Frente Unico y del Bloque
Popular Antifascista. Es claro que si queremos echar al Gobierno, lo primero que
tenemos que hacer es realizar el Frente Unico. Sólo el Frente Unico puede hacer el
"milagro". Y hemos de comenzar por unirnos nosotros, es decir, el Partido Comunista y
el Partido Socialista, por hacer la unidad del proletariado. Es muy necesario ir a la
constitución del Frente Unico de los partidos obreros y de todas las fuerzas antifascistas.
Cuando el camarada Dimitrof hacia un llamamiento a todas las fuerzas antifascistas, se
expresa así:
"Lo primero que hay que hacer, por lo que hay que comenzar, es por crear el frente
único, en cada fábrica, en cada distrito, en cada región, en cada país, en el mundo
entero. La unidad de acción del proletariado sobre el plano nacional e internacional: he
aquí el arma potente que hace a la clase obrera capaz, no sólo de defenderse con éxito,
sino también de pasar con éxito a la ofensiva contra el fascismo, contra el enemigo de
clase."
"La acción común de los Partidos, de las dos Internacionales, contra el fascismo no se
limitaría, no obstante, a influir en sus afiliados actuales, los comunistas y los socialistas,
sino que influiría poderosamente en las filas de los obreros católicos, anarquistas e
inorganizados, y hasta sobre aquellos que han llegado a ser, momentáneamente,
víctimas de la demagogia fascista.
Más aún; el potente frente único del proletariado ejercería una enorme influencia sobre
todas las otras capas del pueblo trabajador, sobre los campesinos, sobre la pequeña
burguesía de la ciudad, sobre los intelectuales. El frente único inspiraría a las capas
vacilantes la fe en la fuerza de la clase obrera."
Esto ha dicho nuestro gran Dimitrof, el luchador antifascista más capaz y más abnegado
del mundo entero. Nosotros tenemos qué poner en ejecución rápidamente sus consejos.
Tenemos que reforzar el Frente Unico por medio de las Alianzas Obreras y Campesinas,
de cuya eficacia no podemos dudar, después de la magnífica victoria de la insurrección
de Asturias. Tenemos que ir rápidamente a la realización de la Unidad Sindical, a la
creación de una sola central sindical en España. La condición esencial para vencer al
fascismo, es que hagamos el frente único entre socialistas y comunistas, porque esta es
la base para el funcionamiento eficaz del Bloque Popular Antifascista. Podemos decir,
camaradas, que el Frente Unico es una realidad en el deseo de los trabajadores. Lo grave
es que no tiene aún forma orgánica. Y a esto hay que tender con toda rapidez.
"En la obra de movilización de las masas trabajadoras para la lucha contra el fascismo,
una tarea especialmente importante es la que consiste en crear un amplio Frente
Popu1ar Antifascista, sobre la base del Frente Unico Proletario. En su agitación, el
fascismo, deseoso de atraerse a estas masas, intenta oponer a las masas trabajadoras de
la ciudad y del campo al proletariado revolucionario, asustar al pequeño burgués con el
espantajo del "peligro rojo". Debemos cambiar la puntería y mostrar a los campesinos
trabajadores, a los artesanos y a los intelectuales trabajadores, de dónde viene el peligro
real que les amenaza; mostrarles de una manera concreta quién hace pesar sobre el
campesino el fardo de los impuestos y de las rentas, quién le estruja con los intereses
usurarios; quién, poseyendo las mejores tierras y todas las riquezas, echa al campesino y
a su familia de su terruño y le condena al hambre y a la miseria. Explicar
concretamente, explicar con paciencia y perseverancia, quién arruina a los artesanos y a
los pequeños productores con los impuestos y las rentas, los arrendamientos elevados, y
una competencia intolerable para ellos; quién echa a la calle y priva de trabajo a
extensas masas de intelectuales trabajadores.
Ahora bien: nosotros hemos de dejar bien sentado que el Bloque Popular no debe ser
creado exclusivamente con finalidades y funciones electorales. El Bloque Popular tiene
otras tareas muy esenciales que realizar, otros deberes que cumplir. Sobre todo, en
España. No se trata de volver al bloque del 14 de abril, para luego desembarcar en
noviembre del 33. Se trata de una amplia lucha de masas contra la reacción y el
fascismo, para poder destruir su base material e influencia política y, abrir ancho cauce
a un régimen democrático, en la senda hacia el Poder obrero y campesino.
El discurso de Azaña.
Y esto lo digo a propósito del discurso del señor Azaña. En aquella concentración
grandiosa se puso bien de manifiesto el deseo que sienten todos los antifascistas de unir
sus esfuerzos para la lucha. Los cuatrocientos mil antifascistas que asistieron al acto
piden, exigen, que los partidos allí representados se pongan inmediatamente de acuerdo
para organizar y desarrollar la lucha contra el Gobierno de la reacción y contra el
fascismo. (Aplausos.)
Comunistas y socialistas
Camaradas, yo creo que todas estas cosas deberán ser incluidas en la plataforma de
lucha común del Partido Comunista y del Partido Socialista. Y, con esta plataforma de
combate, lucharemos por la constitución de un amplio Frente Popular, y lucharemos
unidos todos los antifascistas para imponer un Gobierno popular que adquiera ante las
masas el compromiso público de que va a cumplir su programa, de que va a expropiar
de sus tierras y sus riquezas usurpadas a los grandes de España y a los enemigos de la
República, a la Iglesia; de que va a democratizar el ejército; de que va a mantener las
libertades democráticas; de que va a conceder inmediatamente una amplia amnistía; de
que va a ayudar a los parados; de que va a disolver, desarmar y prohibir las
organizaciones fascistas,. etc. Repito que ha de asumir este compromiso ante el pueblo,
y añado que si no lo cumple, nosotros, todos, nos encargaremos de echarle. Pero si
realiza este programa, si traduce en actos este compromiso establecido ante el Bloque
Popular, yo declaro que tendrá el apoyo del Partido Comunista. (Grandes aplausos.)
Nosotros luchamos por la dictadura del proletariado, por los Soviets. Lo declaramos
paladinamente, porque nosotros, como Partido del proletariado, no renunciamos a
nuestros objetivos. Pero, en los momentos actuales comprendemos que la lucha está
planteada, no en el terreno de la dictadura del proletariado, sino en el de la lucha de la
democracia contra el fascismo, como objetivo inmediato.
Hoy, necesitamos concentrar todas las fuerzas para luchar contra este Gobierno
impopular y hacer que caiga, antes de que sea tarde. (Aplausos.)
Hay que luchar para conseguir que sean disueltas las Cortes contrarevolucionarias. Y
conseguir que se celebren unas elecciones a las que vayan las fuerzas antifascistas
unidas, en la seguridad de que derrotarán a las fuerzas de la reacción y del fascismo.
Repito otra vez que el Gobierno no caerá solo. Somos nosotros los proletarios, somos
nosotros, los antifascistas, los que con nuestra lucha unificada tenemos que echarle. ¡Y
lo echaremos!
¡Luchemos incansablemente, todos unidos, por la paz por la tierra, por la libertad!
¡Adelante por el Frente Unico y por el Bloque Popular Antifascista que pronto será una
realidad práctica en España!