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El vidrio se obtiene a unos 1500 °C a partir de arena de sílice (SiO2), carbonato de sodio
(Na2CO3) y caliza (CaCO3).2
Historia
El vidrio en la antigüedad
Plinio el Viejo (siglo I), en su Historia Natural, cuenta que unos mercaderes que se dirigían
hacia Egipto para vender natrón (carbonato de sodio), se detuvieron para cenar a orillas del
río Belus, en Fenicia. Como no había piedras para colocar sus ollas, decidieron utilizar algunos
trozos de natrón. Calentaron sus alimentos, comieron y se dispusieron a dormir. A la mañana
siguiente vieron asombrados que las piedras se habían fundido y habían reaccionado con la
arena para producir un material duro y brillante, el vidrio.
Los primeros objetos de vidrio que se fabricaron fueron cuentas de collar o abalorios. Es
probable que fueran artesanos asiáticos los que establecieron la manufactura del vidrio en
Egipto, de donde proceden las primeras vasijas producidas durante el reinado de Tutmosis III
(1504-1450 a. C.). La fabricación del vidrio floreció en Egipto y Mesopotamia hasta el 1200 a.
C. y posteriormente cesó casi por completo durante varios siglos. Egipto produjo un vidrio
claro, que contenía sílice pura; lo coloreaban de azul y verde. Durante la época helenística
Egipto se convirtió en el principal proveedor de objetos de vidrio de las cortes reales. Sin
embargo, fue en las costas fenicias donde se desarrolló el importante descubrimiento del
vidrio soplado en el siglo I a. C. Durante la época romana la manufactura del vidrio se extendió
por el Imperio, desde Roma hasta Alemania. En esta época se descubrió que añadiendo óxido
de manganeso se podía aclarar el vidrio5 y también desarrollaron el reciclaje de la cristalería
romana.6 De los romanos también proviene el nombre en español, pues la coloración natural
del vidrio era de color verde, nombre que se pronunciaba como viride, o viridus; de ahí el
nombre viridio o vidrio.7
El vidrio en los países islámicos, entre los siglos VIII y XIV, tuvo su auge en el Oriente Próximo.
La antigua tradición Sasánida de tallado del vidrio fue continuada por los artesanos
musulmanes que realizaron vasijas decoradas en altorrelieve, muchas con motivos animales, y
con vidrio incoloro de gran calidad con diseños tallados a la rueda. La técnica de esmaltado al
fuego y la del dorado incrementaron las posibilidades decorativas, destacando los artesanos
vidrieros de Alepo y Damasco. De Egipto proviene el descubrimiento de coloraciones
vidriadas con brillantes efectos metálicos, tanto en cerámica como en vidrio. Las lámparas de
las mezquitas y otras vasijas de uso cotidiano se pintaron con motivos geométricos propios
del islam. Sus formas y decoraciones influyeron en la producción occidental posterior,
destacando las de Venecia y España.
El cristal veneciano
El «cristal veneciano» más antiguo conocido data del siglo XV, aunque el vidrio ya se fabricaba
en Venecia desde el siglo X. Con centro en la isla de Murano, los venecianos dominaron el
mercado europeo hasta el año 1700. La contribución más importante fue la elaboración de un
vidrio sódico duro y refinado muy dúctil. Conocido como «cristallo», era incoloro, de gran
transparencia, muy semejante al cristal de roca.9 También se hacían en cristal coloreado y
opaco. Hacia finales del siglo XVI las vasijas se hicieron más ligeras y delicadas. Desarrollaron
un tipo de filigrana de vidrio que sería muy imitada. Consistía en incorporar hebras de vidrio
blanco opaco dentro de un cristal transparente, que producía el efecto de un encaje.
También en Murano surgieron muchos estilos diferentes para lámparas de cristal, aunque fue
la factoría de Nevers, en Francia, la que adquirió mayor fama durante el siglo XVII. La práctica
del grabado al diamante, técnica de los artesanos holandeses del siglo XVII, lograba
elaborados diseños.